Biblia

Comentario de Miqueas 4:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Miqueas 4:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Acontecerá en los últimos días que el monte de la casa de Jehovah será establecido como cabeza de los montes, y será elevado más que las colinas; y correrán a él los pueblos.

Acontecerá en los postreros tiempos. Gén 49:1; Isa 2:1-3; Jer 48:47; Eze 38:16; Dan 2:28; Dan 10:14; Ose 3:5; Hch 2:17; Heb 1:2; 2Pe 3:3.

el monte de la casa de Jehová. Miq 3:12; Sal 68:15, Sal 68:16; Isa 11:9; Isa 66:20; Eze 17:22-24; Eze 40:2; Eze 43:12; Dan 2:35, Dan 2:44; Dan 7:14, Dan 7:18, Dan 7:22, Dan 7:27; Zac 8:3; Apo 11:15; Apo 20:4; Apo 21:1-8.

correrán a él los pueblos. Gén 49:10; Sal 22:27; Sal 68:29-32; Sal 72:7-11, Sal 72:16-19; Sal 86:9; Sal 110:3; Isa 11:10; Isa 27:13; Isa 43:6; Isa 49:6, Isa 49:19-23; Isa 54:2; Isa 60:3-14; Isa 66:18-23; Jer 3:17; Jer 16:19; Sof 3:9, Sof 3:10; Zac 2:11; Zac 14:16-21; Mal 1:11; Rom 11:25, Rom 11:26; Apo 15:4.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La gloria, Miq 4:1-4,

y la paz del Mesías, Miq 4:5.

La restauración, Miq 4:6-10,

y victoria de su pueblo, Miq 4:11-13.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Miq 5:1-15

Aquí encontramos las cuatro principales etapas de las promesas de Dios de futuras bendiciones para su pueblo fiel y de la destrucción de sus enemigos:

(1) la futura exaltación de Sion (Miq 4:1-5);

(2) la futura restauración del pueblo (Miq 4:6-13; Miq 5:1);

(3) la futura llegada del Mesías a Belén (Miq 5:2-5); y

(4) el futuro juicio de los enemigos del pueblo de Dios (vv. Miq 5:5-15).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Este pasaje es una de las grandes profecías de la Biblia. Es notable no solamente lo que dice, sino en el hecho de que el mismo texto también se encuentra en Isa 2:2-4. Se han hecho varias teorías sobre quién le tomó prestado a quién, Isaías o Miqueas. Es posible, sin embargo, que tanto Isaías como Miqueas usaran estas palabras, bajo la dirección del Espíritu Santo, de una tercera fuente, tal vez de un canto espiritual.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

La frase en los postreros tiempos es una indicación de una profecía del fin de los tiempos.

El monte de la casa de Jehová describe el Templo de Jerusalén. El texto proyecta un futuro cambio en la topografía de Jerusalén. Originalmente, el lugar del Templo de Jerusalén estaba ubicado en uno de varios montes que configuraban el área general. En los postreros tiempos el lugar del Templo se elevaría en la cabecera de los montes (Zac 8:1-3; Zac 14:1-11).

 EN CONTEXTO

La ciudad del reino

Casi dos años después que Jesús nació, una polvorienta y majestuosa caravana hizo su entrada en Jerusalén. Los miembros de la caravana se detuvieron a pedir direcciones. Su sencilla pregunta sacudió la ciudad: «¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido?» (Mat 2:2). Una extraña estrella había anunciado el nacimiento. El rey Herodes sabía que los sabios no estaban interesados en él. Pero él también comprendió que, si su búsqueda era legítima, su propio reino estaba a punto de desaparecer por la llegada de otro rey, el tan esperado Mesías. Él no iba a entregar su trono sin luchar.

Entre las profecías del AT. Dios había revelado claramente el lugar de nacimiento del Mesías. Los líderes religiosos judíos a los que Herodes reunió para que respondieran a la pregunta de los extraños apuntaron inmediatamente a Miq 5:2 para la ubicación de la ciudad del Salvador, Belén. Ellos lo sabían. Miqueas había dejado escrita la dirección cientos de años antes. Pero ellos no estaban preparados para creer. Curiosamente, ninguno se ofreció para ir con los sabios a buscar al Mesías.

Dios ofrece una clara invitación a su pueblo a través de Miqueas: ¡Vigilar a Belén! El pueblo recordaba la invitación, pero fallaron al no tomarla en serio. Dada una oportunidad para que descubrieran la verdad, el pueblo de Jerusalén le permitió a otra persona que tomara el riesgo de la desilusión. Herodes además mató a los niños de Belén en un vano intento por eliminar a su rival.

Otras profecías de Miqueas rodean el pasaje apuntando a Belén como la ciudad del Mesías. Algunas de las profecías se cumplieron por el regreso de los israelitas de Babilonia (Miq 4:10). Otras están aún por cumplirse (Miq 4:1-5). Pero Belén permanece como un símbolo de la obra de Dios y de sus propósitos en la historia.

La invitación de Miqueas todavía es verdadera. Pero nuestra respuesta debe ser diferente de la del pueblo de Jerusalén. El pueblo en la época de Jesús esperaba que algo sucediera, pero no lo vieron por la incredulidad. Nosotros podemos mirar atrás a la muerte de Jesús y pasarla por alto igualmente a causa de nuestra propia incredulidad. Un capitulo crucial en la historia de la salvación de Dios comienza en Belén. Dios dio más que una insinuación de esa salvación en Miqueas.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

EN LOS POSTREROS TIEMPOS. Miqueas profetiza un tiempo en que Dios gobernará sobre todo el mundo.

(1) Será un tiempo de paz, felicidad y santidad. Dios será honrado y adorado no sólo por Israel, sino también por todas las naciones del mundo.

(2) El «monte de la casa de Jehová» (i.e., Jerusalén) será el centro del gobierno de Dios. Ese futuro reino de Dios comenzará cuando Cristo vuelva para destruir toda maldad y establecer su justo reinado en la tierra (véase Apo 20:4, nota).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

4. Promesa de restauración y de Paz.

Jerusalén, centro religioso del mundo en la era. mesiánica (1-5).
1 Y sucederá al fin de los días que el monte de la casa de Yahvé se asentará a la cabeza de los montes, se elevará sobre los collados, y los pueblos correrán a él, 2 y vendrán numerosas naciones, diciendo: Venid, subamos al monte de Yahvé, a la casa del Dios de Jacob, que nos enseñe sus caminos para que marchemos por sus sendas, pues de Sión saldrá la Ley, y de Jerusalén la palabra de Yahvé. 3 Y juzgará a muchos pueblos y ejercerá la justicia hasta muy lejos con poderosas naciones, que de sus espadas harán azadas, y de sus lanzas hoces; no alzará espada gente contra gente ni se adiestrarán ya para la guerra. 4 Sentaráse cada uno bajo su parra y bajo su higuera, y nadie los aterrorizará, porque lo dice la boca de Yahvé de los ejércitos. 5 Porque todos los pueblos marchan cada uno en el nombre de sus dioses, pero nosotros marcharemos siempre en el nombre de Yahvé, nuestro Dios por siempre jamás.

Los c.4-5 nos presentan una perspectiva muy diversa de la de los tres capítulos anteriores. En éstos se anunciaba el castigo inminente y la destrucción de Jerusalén; ahora, en cambio, se habla de una era mesiánica venturosa, en la que la ciudad santa de Sión será el centro religioso de todas las naciones, y si se alude a desgracias presentes o futuras, es para contrastarlas con la felicidad de los tiempos mesiánicos. No pocos autores suponen por esto que los c.4-5 son posteriores a Miqueas, del tiempo postexílico. Sin embargo, quizá la nueva perspectiva alentadora refleja el optimismo de Miqueas con motivo de la reforma de Ezequías, que siguió a su predicación de amenazas. Al menos en tiempos de Jeremías, los ancianos creían que los peligros y castigos de que había hablado Miqueas habían sido alejados a causa del arrepentimiento del pueblo. En este ambiente esperanzador podemos explicar la efusión mesiánica del profeta en tiempos en que Isaías consolaba a Judá con vaticinios de liberación mesiánica.
Los v.1-4 del c.4 se hallan casi literalmente en Isa 2:2-4. Se ha discutido mucho la paternidad genuina del pasaje. Hay quienes suponen incluso una fuente común a ambos fragmentos. De todos modos, parece que en Miqueas está dentro del contexto de liberación, y bien puede suponerse que un redactor posterior la haya insertado en el libro de Isaías.
La mente del profeta se traslada a los días venturosos de la era mesiánica, al fin de los días (v.1), en que Jerusalén será el punto de atracción religiosa de todas las naciones. Ahora es un punto insignificante en el globo, pero llegarán días en que todos los pueblos volverán sus ojos hacia la colina de Sión, que idealmente es presentada a la cabeza de los montes, como faro luminoso al que puedan orientar sus pasos los gentiles. Movidos de su íntimo instinto, las naciones reconocerán que la Ley salvadora vendrá de Jerusalén (v.2), pues es expresión de la palabra de Yahvé.
Israel se encontrará entonces en situación privilegiada, como arbitro de los destinos de los pueblos: Juzgará a muchos pueblos y ejercerá la justicia hasta muy lejos (v.3), y como consecuencia de ello, reinará una paz edénica, en la que no habrá temores de guerra. Los mismos instrumentos belicosos se convertirán en instrumentos de paz: de sus espadas harán azadas, y de sus lanzas hoces (v.5). Es la idealización de los tiempos mesiánicos. Isaías proclama que en esos días los animales salvajes perderán sus instintos salvajes y que el Niño-Mesías acabará con todo atuendo militar belicoso 1. Miqueas, contemporáneo suyo, se sitúa en la misma perspectiva y anuncia que las gentes no se adiestrarán para la guerra, y se sentará cada uno bajo su parra y bajo su higuera (v.4). La expresión es proverbial 2 y refleja bien los tiempos mesiánicos, en que no habrá sobresaltos ni temores: nadie los aterrorizará (v.4).
Las genes de Palestina de tiempos del profeta vivían angustiadas con la amenaza de alguna invasión extranjera, asiría o egipcia, y de ahí el profundo anhelo de paz que surgía de todos los corazones. La era mesiánica sería, pues, el remedio de todos los males. Naturalmente, en todas estas descripciones hay mucho de hipérbole oriental, y de hecho sabemos que esa paz total no se logrará más que en el cielo, la etapa definitiva del mesianismo.
La Iglesia es la continuación y heredera de las promesas del Israel del A.T.; la profecía de Miqueas se cumplió sustancialmente, ya que la Iglesia es el faro que ilumina al mundo, predicando el espiritualismo y el retorno de los pueblos a Dios. Históricamente Jerusalén ha perdido toda categoría como capital de la espiritualidad en el mundo, porque el pueblo judío no reconoció al Mesías cuando hizo su aparición en la historia. Los judíos no veían en las profecías mesiánicas más que el ropaje exterior literario en el que se hablaba de un reino terrenal, y no quisieron ver el contenido sustancial espiritualista que en ellas late, y de ahí su incomprensión del mensaje de Cristo. Si Jerusalén hubiera aceptado al Mesías, sería, en efecto, el centro del espiritualismo mundial. La Iglesia de Roma es el Israel de Dios de que habla San Pablo, heredero de las promesas mesiánicas del A.T. A través de la historia ha sido el centro del espiritualismo de ese movimiento que aspira a aunar los corazones bajo la Ley de Dios.
Y el profeta concreta la razón de esta situación privilegiada de Jerusalén en los tiempos mesiánicos: porque todos los pueblos marchan cada uno en el nombre de sus dioses, pero nosotros marcharemos siempre en el nombre de Yahvé, nuestro Dios. (v.5). Es la afirmación de la elección de Israel por Dios. Yahvé ha hecho promesas a la casa de Jacob, y El es la garantía de su cumplimiento en los tiempos mesiánicos. Los otros pueblos se apoyan en ídolos, mientras que Israel se apoya en el único Dios viviente que dirige la marcha de la historia.

Rehabilitación de Sión (6-13).
6 En aquel día – dice Yahvé – yo recogeré a la coja y traeré a la descarriada, a la que yo castigué; 7 y de la coja yo haré un resto y de la descarriada haré un pueblo poderoso, y Yahvé reinará sobre ellos en el monte de Sión desde ahora para siempre. 8 Y tú, torre del rebaño, colina de la hija de Sión, volverá a ti tu antiguo poderío y la realeza que es propia de la hija de Sión. 9 ¿Por qué, pues, tantos clamores? ¿No hay rey en ti o te falta tu consejero, que te dueles como mujer en parto? 10 Duélete y gime, hija de Sión, como mujer en parto, porque vas a salir ahora de la ciudad y morarás en los campos, y llegarás hasta Babilonia, pero allí serás librada, allí te redimirá Yahvé del poder de tus enemigos. 11 Ahora se han juntado contra ti muchas gentes y dicen:Que sea profa” nada y logren verlo nuestros ojos en Sión. 12 Pero no conocen los pensamientos de Yahvé, no penetran sus designios. El los ha juntado cual gavillas en la era. 13 álzate y trilla, hija de Sión, que haré yo tu cuerno cuerno de hierro, y tus pezuñas, pezuñas de bronce, y aplastarás a muchos pueblos, y consagrarás a Yahvé sus despojos, y sus riquezas al Señor de toda la tierra.

Después de anunciar los tiempos gloriosos mesiánicos, el profeta declara que para llegar a esa era venturosa es preciso pasar por la prueba. Israel es como un rebaño que ha sido atacado, del que han quedado muchas ovejas maltrechas. Los ejércitos invasores han arruinado al pueblo elegido, pero Yahvé volverá a restablecerlo en su integridad; y así, es presentado como un pastor solícito que se cuida particularmente de la oveja renga y descarriada, es decir, del pueblo judío, castigado por El. La prueba fue de purificación, no de exterminio; por eso, en su providencia, dejó un resto o núcleo de restauración: de la renga haré un resto (v.4).
Amos e Isaías hablaban de un resto que se salvaría en todos los momentos críticos de la nación para heredar las promesas de restauración mesiánica 3. Israel será como un rebaño esquilmado, pero con la ayuda de Yahvé volverá a ser un pueblo poderoso, en el que Yahvé reinara. para siempre. Es un nuevo anuncio mesiánico. Por muy grandes que sean en la historia las pruebas a que será sometido el pueblo elegido, volverá a renacer porque las promesas mesiánicas tendrán necesario cumplimiento. Jerusalén volverá a ser cabeza de un reino que restablecerá el antiguo poderío de los tiempos de David. El profeta la llama cariñosamente torre del rebaño (v.8), conforme al símil anterior. En la campiña había apriscos con torres de vigía para guardar el ganado. Es la misión que está reservada a Jerusalén, como guardiana de los intereses del rebaño de Yahvé, Israel.
Ante este horizonte de triunfo, el profeta se encara con la depresión moral del pueblo en la época del peligro ante el invasor, y pide a sus compatriotas que consideren el futuro glorioso como antídoto a sus angustias: ¿Por qué tantos clamores? (v.8). En la mente del profeta aparece la consternación general ante el invasor, y para levantar los ánimos declara que la situación no es desesperada, ya que todavía tienen una organización jerárquica, que puede hacer frente a la situación: ¿No hay rey en ti o te falta tu consejero? La realeza actual es prenda de la realeza futura mesiánica (v.8).
El v.10 es considerado por muchos autores como una interpolación posterior de un glosista, que, al leer el interrogante de Miqueas (¿te dueles como mujer en parto?), lo haya aplicado a la situación posterior al 586, en que tuvo realidad la deportación en masa a Babilonia. Sin embargo, otros prefieren mantener la autenticidad del pasaje; y entonces la mención de Babilonia como lugar de la deportación se explicaría, o bien por la previsión a distancia del profeta, que en espíritu asistiría a la catástrofe del 587, o bien suponiendo que Babilonia es un término genérico equivalente a Mesopotamia.
Pero no es fácilmente conciliable la contraposición de pensamiento del v.9 y el v.10. En el primero, el profeta echa en cara a Judá que se deja impresionar, gimiendo como mujer en parto, por la crítica situación, como si no hubiera salvación; en cambio, en el v.10 se invita a Jerusalén a dolerse y gemir como mujer en parto. No hay ilación lógica, pues, entre ambos versos, y creemos que el ν. ι ο es glosa adicional.
El v.11 sigue la idea de consolación del v.8. Aunque de momento se vea Jerusalén rodeada de muchas gentes, que están tramando su destrucción (dicen: sea profanada.), sin embargo, debe permanecer impávida, ya que no prevalecerán contra los pensamientos de Yahvé, que no conocen (v.12). La mente del profeta parece que se traslada a un horizonte escatológico, cuando se dé la gran batalla contra las naciones opresoras de Israel, que ha de preceder a la inauguración mesiánica. Las naciones paganas se han reunido para cercar al pueblo elegido, pero, en realidad, no conocen los designios de Dios, que les ha hecho caer en un lazo, pues las ha juntado como gavillas en la era (v.12) para triturarlas. Israel las va a triturar como el buey en la era. Su poder será irresistible, ya que sus cuernos serán como de hierro, y sus pezuñas de bronce. Es el triunfo de Israel en los tiempos mesiánicos. Todos los pueblos le estarán sometidos, y sus despojos serán consagrados como anatema a Yahvé, Señor de toda la tierra.

1 Cf. Is n,6ss; 9:55s. – 2 Cf. 1Re 5:5; 2Re 18:31; Zac 3:10. – 3 Cf. Isa 1:245; Isa 4:35; Isa 6:13.

Fuente: Biblia Comentada

En una reversión de Miq 3:12, Miqueas pasa del juicio inminente a las profecías sobre el futuro reino milenario («los postreros tiempos»), en el cual el Monte Sión (v. Miq 4:3) será el centro del reino del Mesías sobre la tierra y se levantará majestuoso tanto en sentido espiritual como físico (cp. Zac 14:9-10). Esta discusión continúa hasta Miq 5:15.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Cp. Isa 2:2-4.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

— Cuando pase mucho tiempo…: Pasaje prácticamente idéntico al de Isa 2:2-4 : No sabemos cuál depende de cuál o si ambos proceden de una fuente común.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Jerusalén exaltada sobre las naciones convertidas. (Cf. Isa. 2:2-4.) Las promesas de los caps. 4 y 5 se cumplirán en los últimos días (mejor “en los días venideros”) comenzando con la restauración del remanente de Babilonia (6, 7), cumplida en la iglesia hoy en día (Hech. 2:17; Heb. 1:2), y consumada en los nuevos cielos y nueva tierra al final del tiempo (2 Ped. 3:12; Apo. 21-22). En un impresionante cambio Miqueas se mueve de la destrucción del “monte del templo” (heb. har) (3:12) a la exaltación del monte (Heb. har) de la casa de Jehovah, la réplica terrenal del cielo mismo (cf. Exo. 25:9; Heb. 9:23, 24) como cabeza (la misma palabra heb. para “jefes” en 3:1, 9) de los montes (los centros paganos, políticos y religiosos). Limitado al lenguaje y sociedad de su propio tiempo, Miqueas exagera el simbolismo del AT para predecir el futuro glorioso cuando todas las naciones adorarán al Dios de Israel en la Jerusalén celestial a través de Jesucristo (cf. Heb. 12:22). Mientras que las gentes solían correr a lo largo del Eufrates para adorar a Bel en Babilonia (cf. Jer. 51:44), ahora correrán a la Jerusalén celestial. 2 Ya que anteriormente solamente los israelitas iban a adorar en Jerusalén, en este glorioso reino mesiánico, muchas (o “grandes”) naciones subirán a la Jerusalén celestial a adorar en espíritu y en verdad (Juan 4:21-24). Ellas irán de modo que Dios, por medio de “sacerdotes” verdaderos, les enseñe sus caminos (cf. Mat. 5:17; 28:18-20; 1 Ped. 2:9). Cuando saldrá la ley … y de Jerusalén (la celestial) la palabra profética, seguirán los beneficios de los vv. 3 y 4.

3 Dios juzgará (ver 3:11) mediante individuos dotados que ministrarán su palabra y así arbitrará entre naciones poderosas y entre muchos pueblos. 4 Sin necesidad de instrumentos de guerra los pue blos pacificados convertirán sus espadas en rejas de arado (mejor “azadones”). Ya no más llenos de codicia (ver 2:2) ni viviendo por la espada (cf. Mat. 26:52), las personas convertidas (cf. Jer. 31:31-34) vivirán sin temor a represalias y estarán contentas sentadas debajo de su higuera. La fórmula concluyente, porque la boca de Jehovah de los Ejércitos ha hablado, garantiza que la visión se realizará. Hoy la iglesia consiste en creyentes verdaderos de todas las naciones, que saben que es más bienaven turado dar que recibir (Hech. 20:35), que tienen la ley escrita en sus corazones y que experimentan la gracia y la paz prometidas por Dios el Padre y por el Señor Jesucristo.

5 En espera de que Dios cumpla su promesa, el fiel remanente promete andar en el nombre de Jehovah (eso es, de conformidad con este pacto) eternamente y para siempre (cf. Isa. 40:31). Ellos son los heraldos de la paz futura.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

4.1ss La frase, «en los últimos días», describe los días cuando Dios reinará sobre su reino perfecto (véase 4.1-8). Será una era de paz y bendición, cuando la guerra terminará para siempre. No podemos fijar con exactitud su fecha, pero Dios ha prometido que llegará (véanse también Isa 2:2; Jeremías 16; 14, 15; Dan 8:19; Joe 3:1ss; Zec 14:9-11; Mal 3:17-18; Apocalipsis 19-22).Los versículos 9-13 hablan del cautiverio de Babilonia en el año 586 a.C., incluso antes de que Babilonia llegara a ser un imperio poderoso. De la misma forma que Dios promete un tiempo de paz y prosperidad, también promete castigo y castigo para todos los que se nieguen a seguirlo. Ambos resultados son seguros.4.9-13 Miqueas predijo el final de los reyes, una declaración drástica para Judá que pensaba que su reino duraría para siempre. Y dijo que Babilonia destruiría la tierra de Judá, que se llevaría cautivo al rey, pero que luego Dios ayudaría a que su pueblo regresara a su tierra. Todo esto sucedió tal y como Miqueas lo profetizó. Estos hechos están registrados en 2Ch 36:9-23 y Esdras 1; 2.4.12 Cuando Dios revela el futuro, su propósito va más allá de la satisfacción de nuestra curiosidad. Quiere que cambiemos nuestro comportamiento presente por lo que conocemos del futuro. Por siempre comienza hoy; y un vistazo del plan de Dios para sus seguidores debe motivarnos a servirlo ahora.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 113 Isa 2:2; Dan 12:9; Hch 2:17

b 114 Isa 11:9; Zac 8:3; Rev 21:10

c 115 1Pe 2:5

d 116 Isa 2:2

e 117 Sal 86:9; Isa 60:3; Rev 15:4

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

en los últimos días. Es decir, en los días en un futuro aún lejano (Gn 49:1; Dt 31:29) y especialmente en la era mesiánica (cp., Nm 24:14; Os 3:5; 1 Co 10:11; 2 Ti 3:1; He 1:2; 1 Jn 2:18).

Fuente: La Biblia de las Américas

Este pasaje es casi idéntico a Is 2:2– 4. Tanto judíos como gentiles afluirán a Jerusalén; el cumplimiento final de esta profecía tendrá lugar durante el milenio.

Fuente: La Biblia de las Américas

Casi idéntico con Isa 2:2-4, este pasaje describe las glorias del reino milenial.

el monte de la casa de Jehová. Jerusalén y el Templo en el monte Sion, que será el centro del gobierno del reino.

más alto. Lit., a la cabeza (de divisiones gubernamentales menores).

corregirá. I.e., arbitrará.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

O, en la cumbre

Fuente: La Biblia de las Américas

[1] Profecía optimista sobre el futuro reinado de Dios en Sión, en el que habrá paz universal. Los primeros versículos son una glorificación de Jerusalén como el centro religioso de todo el mundo. Is 2, 24.[7] Sof 3, 19.[7] Dan 7, 14.[7] Reconstrucción de la nación poderosa. Luc 1, 32.

Fuente: Notas Torres Amat