Comentario de Números 18:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Jehovah dijo a Aarón: “Tú, tus hijos y tu casa paterna contigo cargaréis con las ofensas contra el santuario. Y tú y tus hijos contigo cargaréis con las ofensas contra vuestro sacerdocio.

Aarón: Tú y tus hijos. Núm 17:3, Núm 17:7, Núm 17:13; Heb 4:15.

llevaréis el pecado del santuario. Núm 18:22; Núm 14:34; Éxo 28:38; Lev 22:9; Isa 53:6, Isa 53:11; Eze 3:18, Eze 3:19; Hch 20:26, Hch 20:27; Heb 13:17; 1Pe 2:24.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La responsabilidad de los sacerdotes y levitas, Núm 18:1-7.

Los sacerdotes, Núm 18:8-20.

Los levitas, Núm 18:21-24.

La porción de la ofrenda mecida para los sacerdotes y levitas, Núm 18:25-32.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Los capítulos Núm 18:1-32 y Núm 19:1-22 se ocupan de las responsabilidades de los sacerdotes y los levitas, asuntos que fluyen de forma natural de la vindicación del sacerdocio en el capítulo Núm 17:1-13 y la crisis relativa al mismo del capítulo Núm 16:1-50. La expresión llevaréis el pecado habla del formidable trabajo que se exigía de los sacerdotes. La palabra pecado (Heb. ˒awon) tiene que ver con la completa esfera de pecado, culpa y responsabilidad por una ofensa. Si el pueblo no tenía defensor ante Jehová, moriría en sus ofensas. El sacerdote era el intermediario entre Dios y los hombres. Por último, todo el trabajo sacerdotal apunta al trabajo sacerdotal de Jesús, nuestro sumo sacerdote.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

LLEVARÉIS EL PECADO. A los sacerdotes y levitas se les hacía responsables de cualquier afrenta o profanación contra el tabernáculo del Señor. Debían tener gran cuidado de servir a Dios y hacer lo que exigía el Señor (cf. Lev 10:7).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

18. Deberes y Derechos de los Levitas.
E ste capítulo se nos presenta con cierta unidad, aunque contiene algunas cosas ya dichas anteriormente. Los deberes de los sacerdotes y los de los levitas, agregados a éstos como adjuntos y auxiliares de aquéllos, se resumen en una frase: “llevar la iniquidad del santuario.” Siendo Yahvé un Dios santo, su santidad se comunica al santuario y a cuanto en el santuario se realiza. Los sacerdotes y los levitas, cada grupo en la parte que le correspondía, estaban obligados a cuidar de que esa santidad no fuese en modo alguno profanada, ni por ellos ni por el pueblo. Recordemos que el día de la Expiación se purifica, con las personas, también el santuario. De esta conservación de la santidad del santuario eran responsables los sacerdotes y los levitas, y en esto se resume su ministerio.

Funciones de los Sacerdotes y Levitas (1-7).
1Dijo Yahvé a Aarón: “Tú y tus hijos, y la casa de tu padre contigo, llevaréis sobre vosotros la iniquidad del santuario; tú y tus hijos contigo, la de vuestro sacerdocio. 2Acerca a ti a tus hermanos, la tribu de Leví, la tribu de tu padre; admítelos contigo al servicio del santuario como adjuntos, para que te sirvan cuando tú y tus hijos estéis en el tabernáculo de la reunión. 3Estarán a tu servicio y al de todo el tabernáculo; pero no han de acercarse ni a los utensilios del santuario ni al altar, para no morir ellos y vosotros. 4Los tendrás como adjuntos, y tendrán a su cuidado el tabernáculo de la reunión, para hacer todo el servicio. Ningún extraño se acercará a vosotros. 5Tendréis el cuidado del santuario y del altar, para que no se desfogue ya más la ira contra los hijos de Israel. 6Yo he tomado de entre los hijos de Israel a los levitas, vuestros hermanos, y os los he dado a vosotros, don de Yahvé, para hacer el servicio del tabernáculo de la reunión. 7Pero tú y tus hijos ejerceréis vuestro sacerdocio en cuanto concierne al altar y del velo adentro; sois vosotros los que habéis de hacer este servicio. Yo os he dado en puro don vuestro sacerdocio, y el extraño que pretenda acercarse morirá.

Dios se dirige solemnemente a Aarón, como representante de la tribu de Leví, y le encarece que él y sus hijos son los responsables de las faltas que se cometan contra la santidad del santuario (la iniquidad del santuario, v.1) y contra su sacerdocio como institución sagrada. Después delimita las funciones de los sacerdotes y de los levitas (v.3). Para que no se descargue la ira de Dios sobre el pueblo e hijos de Israel que se acerquen ante la tienda de la reunión (v.35), Yahvé especifica las funciones de la tribu consagrada especialmente al santuario1. Los levitas, o miembros de la tribu de Leví, que no pertenezcan a la familia de Aarón, serán adjuntos o auxiliares de los sacerdotes propiamente tales2. No debían tocar los objetos del santuario: el altar de los perfumes y el de los holocaustos y otros objetos, que debían ser cuidadosamente recubiertos al ser transportados por los levitas en las marchas por el desierto3. Los sacerdotes son responsables de las negligencias de los levitas en estas cosas. La infracción llevaba consigo la muerte. Ningún profano o extraño a la clase levítica podrá ser considerado como adjunto oficial de los sacerdotes (v.4). Los sacerdotes tendrán cuidado de los objetos del santuario o santo con su altar. Los levitas entregados a Yahvé son a su vez un don que Yahvé hace a los sacerdotes (v.6), sin que éstos hayan hecho méritos para ello. Deben ocuparse los sacerdotes del altar y del velo adentro (el santo de los santos o santísimo, al que entraba el sumo sacerdote el día de la Expiación)4, y en sentido amplio el santuario, al que tenían acceso todos los sacerdotes5.

Ingresos de los Sacerdotes (8-19).
8Dijo también Yahvé a Aarón: “Te encomiendo también la guarda de mis ofrendas, y os doy todas las cosas santas de los hijos de Israel, por razón de la unción, a ti y a tus hijos por ley perpetua. 9He aquí lo que de las cosas santísimas te corresponderá de las combustiones. Todas sus ofrendas, toda oblación, todo sacrificio expiatorio que me ofrezcan, todas estas cosas, como cosas santísimas, serán para ti y para tus hijos. 10Las comeréis en lugar santísimo, las comerán todos los varones y serán cosas santas para vosotros.11También será tuyo esto otro: lo que de sus dones se reserva, de toda ofrenda mecida de los hijos de Israel; os lo doy a ti y a tus hijos contigo, por estatuto perpetuo; todo el que sea puro de tu casa, lo comerá. 12Todo lo mejor del aceite, del mosto y del trigo, 13las primicias de su tierra, que han de traer a Yahvé, tuyas son; todos los que de tu casa estén limpios, comerán de ellos. 14Todo cuanto en Israel sea consagrado al anatema, te pertenecerá. 15Todo primogénito de toda carne, así de los hombres como de los animales que han de ofrecer a Yahvé, será tuyo. 16Harás rescatar los primogénitos de los hombres y los primogénitos de los animales impuros. Harás que sean rescatados cuando tengan un mes, y según tu estimación, en cinco siclos de plata, al siclo del santuario, que es de veinte “güeras”; 17pero no aceptarás rescate por el primogénito de una vaca, de una oveja o de una cabra; serán cosas santas; derramarás su sangre en torno del altar, quemarás su sebo en sacrificio de combustión, de olor grato a Yahvé, 18y su carne será para ti como lo es el pecho que se mece y el brazuelo derecho. 19Todo cuanto de las cosas santas se reserva, lo que reservan los hijos de Israel para Yahvé, te lo doy a ti, a tus hijos y a tus hijas contigo en estatuto perpetuo; es pacto de sal perpetuo, ante Yahvé, contigo y con toda tu descendencia.

En correspondencia a estas cargas, los sacerdotes y levitas reciben su salario. Es principio de ley natural el mencionado por el Apóstol: “El que sirve al altar tiene derecho a vivir del altar.” Y ésta ha sido la ley de todos los tiempos. Bien conocida es la tarifa de Marsella, procedente de un templo fenicio de Cartago, donde se señalan los derechos de los sacerdotes en los diversos actos de su servicio6.
A los sacerdotes se les asigna como derechos suyos: a) las ofrendas de harina, aceite, vino, etc., que los fieles hacían por voto o de su libre voluntad. De éstas se quemaba una pequeña porción, y el resto era para el sacerdote; b) la ofrenda que acompañaba al sacrificio; c) una porción en el sacrificio pacífico, y otra mayor en el expiatorio; d) eran también suyas las primicias; e) el rescate de los primogénitos de los animales impuros y, además, las carnes de los que se sacrificaban; e) el producto del rescate de los primogénitos humanos, es decir, cinco siclos de plata. Todas estas cosas sólo podían ser comidas por el sacerdote y su familia.
A los sacerdotes les pertenecen las cosas santísimas, llamadas así porque en principio pertenecen a Dios (v.9), y son en las oblaciones, los sacrificios por el pecado y por el delito, las cosas no consumidas por el fuego. También lo son los “panes de la proposición,”7 que no se mencionan aquí. Las podrán comer sólo los varones de la familia del sacerdote y en lugar sagrado, o departamento del tabernáculo. Las cosas santas podían ser comidas por todos los miembros de la familia sacerdotal, con tal de que no estuvieran impuros legalmente8, La ofrenda mecida o balanceada ante el altar son el pecho y el pernil derecho9. Las primicias de aceite, vino y trigo pertenecen al sacerdote10, y lo que es condenado al anatema o consagración voluntaria de algún bien, a Dios11. También los primogénitos de animales y hombres pertenecen a Yahvé, quien lo entrega al sacerdote. Los de los animales impuros deben ser rescatados con una cantidad de plata no determinada, y los de los hombres con cinco siclos12. Los animales puros ofrecidos en sacrificio (bueyes, ovejas, cabras) pertenecen a los sacerdotes, excepto las partes grasas que se quemaban en el altar13. Todas estas ordenaciones son una alianza de sal (v.19), es decir, perpetua. Según las costumbres no-mádicas, los que han participado en el mismo banquete y comido la misma sal están ligados por una alianza. “La sal, como principio conservador contra la corrupción, es símbolo de la duración y de la fidelidad de sentimientos amistosos.”14

Ingresos de los Levitas (20-24).
20Dijo también Yahvé a Aarón: “Tú no tendrás tu parte de la heredad en su tierra, y no habrá parte para ti en medio de ellos; soy yo tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel. 21Yo doy como heredad a los hijos de Leví todas las décimas, por el servicio que prestan, por el servicio del tabernáculo de la reunión. 22Los hijos de Israel no han de acercarse ya más al tabernáculo de la reunión, no lleven sobre sí el pecado y mueran. 23Serán los levitas los que harán el servicio del tabernáculo de la reunión, y ellos los que sobre sí llevarán la iniquidad. Por ley perpetua entre vuestros descendientes no tendrán heredad en medio de los hijos de Israel, 24pues yo les doy por heredad las décimas que los hijos de Israel han de entregar a Yahvé; por eso les digo: No tendréis heredad en medio de Israel.”

En el reparto de la tierra, la tribu de Leví no obtuvo parte alguna; su porción sería el mismo Yahvé, es decir, sus derechos como dueño de la tierra, que El cedía en favor de los ministros de su santuario. Siendo la tierra de Yahvé, tenía pleno derecho a una renta o tributo, que estaba tasado en el diezmo de los frutos, y tal diezmo era de los levitas.
Si Yahvé era la heredad o porción (v.20) de los levitas, se sigue que éstos deben vivir entregados totalmente a su servicio15, lo que exigía por parte de los israelitas la obligación de mostrarse generosos con ellos16. Las ciudades asignadas a los levitas no les pertenecían en propiedad, sino en usufructo, como mero lugar de habitación17, y eran, en realidad, de las tribus donde estaban enclavadas. Como salario, Yahvé les otorga el diezmo de todo lo que le pertenece18.
Los levitas serán consagrados al servicio del santuario, y así evitarán que los del pueblo común se acerquen al altar y perezcan por efecto de la cólera divina (v.22), y serán responsables de sus faltas en el servicio divino, llevando sobre sí la iniquidad o faltas en dichos actos de culto.
Estas disposiciones parece que no tuvieron fiel cumplimiento. De hecho, la situación económica de los levitas era muy precaria, por lo que sabemos por las narraciones del tiempo de los jueces y por las exhortaciones del Deuteronomio a los fieles para que sean generosos con los levitas. En realidad, la ley de los diezmos tuvo en Israel muy diversas interpretaciones, y en esto hemos de reconocer la ley de progreso en la legislación del Pentateuco. En efecto, según Gen 14:20, Abraham ofreció el diezmo del botín a Melquisedec, sacerdote de El-Elyón; Jacob hizo voto de ofrecer el diezmo, sin que sepamos cómo lo llevó a cabo19. En el Deuteronomio se hace mención de un doble diezmo: uno anual, que el oferente consumirá ante el Señor, en el santuario20, y otro cada tres años, en el llamado año del diezmo, el cual se reparte entre los necesitados del lugar, el levita, el huérfano, la viuda y el extranjero21. En todo el libro no se hace mención de este diezmo en favor de toda la tribu de Leví, de donde hemos de colegir que semejante ley es de época posterior, aplicación nueva del principio arriba mencionado de que “quien sirve al altar debe vivir del altar.” En general, la legislación levítica del libro de los Números parece reflejar la época postexílica, y trata de salvar y aumentar los derechos de los sacerdotes.

El Diezmo de los Ingresos de los Levitas, para los Sacerdotes (25-32).
25Habló Yahvé a Moisés, diciendo: 26“Habla a los levitas y diles: Cuando recibáis de los hijos de Israel las décimas de sus bienes, que yo os doy por heredad vuestra, presentaréis a Yahvé en ofrenda una décima del diezmo, 27y esta ofrenda os será contada como si fuese el trigo de la era o el mosto del lagar. 28Así ofreceréis también vosotros a Yahvé una oblación de todas las décimas que recibáis de los hijos de Israel, y esta ofrenda reservada a Yahvé se la daréis al sacerdote Aarón. 29En todos los dones que recibáis, reservaréis la ofrenda a Yahvé, de todo lo mejor, la porción santa que de ellos habéis de consagrarle. 30Les dirás: “Una vez reservado lo mejor, la décima será para los levitas, como fruto de la tierra o fruto del lagar; 31la comeréis en cualquier lugar, vosotros y vuestras familias, porque es vuestro salario por el servicio que prestáis en el tabernáculo de la reunión. 32Una vez ofrecido lo mejor en ofrenda, no incurrís ya en culpa ni profanáis las cosas santas de los hijos de Israel, y no moriréis.”

Del diezmo recogido por los levitas deben éstos entregar la décima parte a Aarón. Sólo después de haber entregado este diezmo podrán los levitas disfrutar de los diezmos recibidos, como los israelitas en general no pueden comer sus frutos hasta que hayan entregado el diezmo al santuario. Los levitas, una vez satisfecha su obligación de entregar la décima parte a los sacerdotes, podrán comer el resto en cualquier parte con sus familias, pues no son cosas santas, como la parte de las víctimas reservadas a los sacerdotes en ciertos sacrificios.

1 Lev 8. – 2 Hommel relaciona la palabra levi con lavi’u (sacerdote) de las inscripciones mineas sudarábigas. Véase com. a Gén 29:34. – 3 Núm 4:15. – 4 Lev 16; – 5 Cf. Exo 26:36. – 6 Μ . J. Lagrange, études sur les religions sémitiques 4695. – 7 Lev 24:9. – 8 Cf. 1Sa 21:5. – 9 Lev 7:31-34 – 10 Exo 22:29; Exo 23:19; Exo 34:22; Exo 34:26. – 11 Cf. Lev 27:11-12; Lev 27:27. Según Exo 13:12-13; Exo 34:20, el asno debía ser rescatado por un cordero; de lo contrario, había que desnucarlo. En general, esta legislación parece posterior, y favorece los derechos de los sacerdotes. – 12 Véase com. a Núm 3:47. – 13 Lev 7:30-34. – 14 A. Clamer, o.c., 253. – 15 Cf. Deu 10:8-9. – 16 Deu 12:12. – 17 Cf. Num 35:1-8; Dt 10.8-9; Num 12:12; Num 18:2; Jos 13:14-33; Jos 11:3-4; Núm 26:62. – 18 Sobre el diezmo véase Lev 27:30-33; Deu 12:17-19; Deu 12:14; 22-29; Deu 26:12-15. – 19 Gen 28:22. – 20 Deu 14:22-29. – 21 Deu 26:128.

Fuente: Biblia Comentada

Jehová dijo a Aarón. Solamente aquí en los vv. Núm 18:1-25 y en Lev 10:8 habla el Señor directamente a Aarón en solitario. llevaréis el pecado. De ahí en adelante, Aarón y sus hijos serían responsables de cualquier ofensa contra la santidad del tabernáculo o de las violaciones de las reglas del sacerdocio.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Solo Aarón y su familia podían ministrar con los santos objetos del santuario de Dios.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

En contraste con Núm 1:1-54; Núm 2:1-34; Núm 3:1-51; Núm 4:1-49; Núm 5:1-31; Núm 6:1-27; Núm 7:1-89; Núm 8:1-26; Núm 9:1-23; Núm 10:1-36, en Núm 11:1 tiene lugar un cambio principal. El obediente Israel se transformó en el Israel quejumbroso (Núm 11:1; Núm 14:2; Núm 14:27; Núm 14:29; Núm 14:36; Núm 16:1-3; Núm 16:41; Núm 17:5) y rebelde (Núm 14:9; Núm 17:10). Finalmente, Moisés y Aarón se rebelaron también contra el Señor (Núm 20:10; Núm 20:24). Como respuesta a la desobediencia a Israel se encendió la ira del Señor (Núm 11:1; Núm 11:10; Núm 11:33; Núm 12:9; Núm 14:18; Núm 25:3-4), que lanzó plagas sobre su pueblo (Núm 14:37; Núm 16:46-50; Núm 25:8-9; Núm 25:18), como había hecho con Faraón y los egipcios (Éxo 9:14; Éxo 12:13; Éxo 30:12). Sin embargo, aunque Dios juzgó a aquella generación de Israel, seguirá cumpliendo sus promesas a Abraham en el futuro (Núm 23:5Núm 24:24).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

En Núm 16:1-40, Coré (un levita), aliado con algunos rubenitas y otros príncipes de Israel, incitó y organizó la oposición a la autoridad de Aarón y de los sacerdotes. Su argumento contra Moisés y Aarón era que al pretender el derecho y la responsabilidad únicos de representar al pueblo ante Dios, tomaban demasiado sobre sí mismos, en base de la promesa de que «toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová» (Núm 16:3). El Señor trató primero con estos rebeldes (Núm 16:4-40) y reafirmó su elección de Aarón (Núm 16:41Núm 17:13). Finalmente, el Señor reafirmó los deberes y el sustento tanto de los sacerdotes como de los levitas (Núm 18:1-32). Estos acontecimientos tuvieron lugar en un sitio y tiempo no identificados durante las peregrinaciones de Israel por el desierto.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

— El Señor dijo a Aarón: Aparte Deu 18:1; Deu 18:8; Deu 18:20, sólo en Lev 10:8-11 se registran instrucciones dirigidas únicamente a Aarón.

— que te suceda: Lit. detrás de ti.

— las cosas sagradas: El término hebreo utilizado puede significar tanto los objetos sagrados utilizados en el santuario (Núm 3:38; Núm 10:21) como el recinto del mismo (Lev 12:4).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Ver Heb 7:27.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Responsabilidades de los sacerdotes y de los levitas. Aquí se combinan el rango y la responsabilidad. La familia de Aarón llevaría la culpa por cualquier ofensa en contra del tabernáculo y su servicio. Los levitas fueron dados a los sacerdotes para que los asistieran, y juntos llevarían la culpa por cualquier falta (v. 3). Se dice que los levitas acompañarían a Aarón. El término heb. para “acompañar” viene de la misma raíz que el nombre de Leví. El Señor se los había dado a Aarón como una dádiva. Al mismo tiempo se mantenía la distinción entre los sacerdotes y los levitas (v. 7).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

18.25, 26 Aun los levitas, quienes eran ministros, tenían que diezmar para apoyar la obra del Señor. Nadie estaba exento de regresar a Dios una porción de lo que había recibido de El. Aun cuando los levitas no tenían tierras y no operaban grandes empresas, tenían que tratar su ingreso de la misma manera que cualquier otro al dar una porción para ayudar a suplir las necesidades de los otros levitas y del tabernáculo. El principio del diezmo es todavía muy importante en nuestros días. Dios espera que todos sus seguidores suplan las necesidades materiales de aquellos que se avocaron a suplir las necesidades espirituales de la comunidad de fe.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 950 Éxo 25:8; Lev 21:12

b 951 Éxo 28:38; Lev 22:9; Núm 18:23; Heb 5:2

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

llevaréis la culpa. Aarón y sus hijos tenían la responsabilidad exclusiva de fungir como sacerdotes. En ese papel había ciertos riesgos si ellos no seguían con exactitud los mandamientos de Dios. Aunque los levitas ayudaban a los sacerdotes de muchas maneras, los deberes sacerdotales eran distintos de las responsabilidades levíticas.

Fuente: La Biblia de las Américas

En vista de la rebelión de la familia levítica de Coré, se repiten aquí los detalles de los deberes de los sacerdotes y levitas (vers. 1– 7). También se describe la manera de sostener a los sacerdotes (vers. 8– 20, 25– 32) y a los levitas (vers. 21– 24).

Fuente: La Biblia de las Américas

Aarón y sus hijos, los responsables de los ministerios sacerdotales, también eran responsables de las consecuencias de cualquier contaminación que pudiese ocurrir tanto a ellos como al santuario (cp. Éxo 28:38; Lev 22:16).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

paterna… hijos… TM añade contigo… contigo. Se sigue LXX → §194.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Lit., la culpa del

Lit., la culpa de

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit. iniquidad.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

[=] *Heb 7:25

[o] Este capítulo reafirma más fuertemente que cualquier otro la superioridad de los sacerdotes sobre los simples levitas. Se sabe que hasta la reforma del rey Josías no se hacía distinción entre esos dos términos. La llegada a Jerusalén de todos aquellos que atendían a los santuarios de las provincias, ahora eliminados, fue la ocasión de atribuirles un rango inferior al de los sacerdotes del templo de Jerusalén. Entonces quisieron justificar esta situación nueva con textos insertados los mismos libros de Moisés, que distinguían entre levitas e hijos de Aarón. Ya se manifiestan preocupaciones y normas que defienden a las castas privilegiadas y que debían fomentar el clericalismo hasta en la Iglesia.

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana

[1] Seréis responsables de las faltas que se cometan contra el santuario.[19] El texto hebreo dice Pacto de sal, porque la sal es un símbolo de incorrupción y permanencia.[28] Para el sacerdote Aarón y los demás sacerdotes.

Fuente: Notas Torres Amat