Comentario de Números 18:8 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Jehovah dijo además a Aarón: “He aquí, yo te he dado el cuidado de mis ofrendas alzadas. Todas las cosas que los hijos de Israel consagran te las he dado a ti como porción, y a tus hijos como provisión perpetua.

el cuidado de mis ofrendas. Núm 18:9; Lev 6:16, Lev 6:18, Lev 6:20, Lev 6:26; Lev 7:6, Lev 7:32-34; Lev 10:14, Lev 10:15; Deu 12:6, Deu 12:11; Deu 26:13.

por razón de la unción. Éxo 29:21, Éxo 29:29; Éxo 40:13, Éxo 40:15; Lev 7:35; Lev 8:30; Lev 21:10; Isa 10:27; Heb 1:9; 1Jn 2:20, 1Jn 2:27.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Los sacerdotes ganaban su sustento con el trabajo de ministrar ante Dios (Lev 6:14-30; Lev 7:1-36). Las ofrendas que no se quemaban en el altar, aunque se hacían a Dios, llegaron a ser el alimento de los sacerdotes.

yo soy tu parte: Los sacerdotes no tenían herencia en la tierra misma, vivían de los productos de la tierra que Dios les proporcionaba mediante las dádivas de su pueblo. Por lo tanto, estos tenían una relación especial con Dios. Él era su herencia. Como los sacerdotes, hoy día los creyentes no tienen la promesa de una herencia en este mundo. No obstante, sí se les promete una herencia en el reino futuro (Rom 8:17).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

EL CUIDADO DE MIS OFRENDAS. Dios determinó que se sostuviera a los sacerdotes y levitas mediante las ofrendas del pueblo (vv. Núm 18:8-24). De la misma manera hoy se debe sostener a los que ministran la Palabra de Dios mediante las ofrendas de aquellos a quienes ellos sirven (1Co 9:13-14).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

A cambio de su servicio al Señor, los sacerdotes debían recibir una porción de las ofrendas que el pueblo presentaba en el culto. Podrían guardar todas las partes de los sacrificios que no fuesen consumidas en el altar mediante el fuego. Además, las ofrendas de las primicias y de todo lo que era consagrado al Señor también quedaban para ellos.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Parte de las ofrendas que presentan los israelitas está destinada al sustento de los sacerdotes.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Lev 6:8-30; Lev 7:1-38; Eze 44:29-30.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Diezmos. Cuando Coré, Datán y Abiram trataron de usurpar el poder de Moisés, él insistió en que no los había tratado con despotismo. Particularmente, él no había tomado nada de ellos, “ni siquiera un asno” (16:15). Ahora el Señor ordenaba que Aarón tuviera una porción de las ofrendas de Israel. Esta fue una provisión perpetua (v. 19). Este mandato es justo como práctico. Es justo que los obreros reciban su salario. Aun el buey no debe tener bozal cuando trilla el grano, tal es el cuidado de Dios por sus criaturas (Deut. 25:4). Es práctico en el sentido que aseguraba que los sacerdotes pudieran dedicarse completamente a su oficio, ya que no estarían preocupados en cuanto a su comida. El sistema del diezmo es lógico. La tribu de Leví no poseía tierra en Canaán como para dedicarse al cultivo. En vez de eso, Dios sería su herencia y ellos le servirían sin distracción alguna, sostenidos por los diezmos. Las 12 tribus (600.000 hombres), cada uno trayendo diezmos y ofrendas mantendrían a unos 22.000 levitas (v. 26). El pueblo había recibido gratis la tierra, y por eso pagaban sus diezmos de lo que Dios les había dado primero. Por su parte, los miles de levitas debían traer sus diezmos al Señor. De estos diezmos tomaría su parte la familia de Aarón (v. 28). De esta manera todos los sacerdotes tendrían lo necesario para vivir.

El principio del diezmo no fue introducido por la ley. Abraham había reconocido este deber antes de que la ley fuera dada. Es un principio de justicia el devolver algo a Dios de todo lo que él ha dado (Gén. 14:20; Heb. 7:4). Más adelante en la historia, los levitas fueron descuidados, y una de las reformas de Nehemías fue restaurar la práctica del diezmo (Neh. 10:32-39). Malaquías acusó a Israel de estarle robando a Dios por medio de su incredulidad. El los desafió a traer todo el diezmo después del cual las bendiciones de Dios serían grandes “hasta que sobreabunde” (Mal. 3:6-12). El principio del diezmo fue establecido para siempre. Así, de la manera en que el sacerdocio aarónico se cumple en Cristo, no hay duda de que los diezmos de la iglesia también son suyos. En el NT hay continuidad. Pablo defendió su derecho a vivir del evangelio (1 Cor. 9:3-14). Si se ignora este mandamiento, el resultado será la negligencia para con el ministerio, y el resultado será declinación espiritual (Mat. 10:9, 10; Gál. 6:6, 7; 1 Tim. 5:17, 18).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

p 966 Éxo 23:19; Lev 27:28; Lev 27:30; Núm 18:11; Núm 18:26

q 967 Lev 7:34; Núm 5:9

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Estos versículos contienen instrucciones referente al sostén de los sacerdotes por las distintas ofrendas que el pueblo traía. Entre estas estaban ofrendas (lit., ofrendas elevadas, v. Núm 18:8; cp. nota en Núm 15:19); todo lo que no era consumido por el fuego del altar (v. Núm 18:9; véase notas en Lev 6:19; Lev 6:24); todas las ofrendas mecidas (vv. Núm 18:11-13; véase nota en Lev 7:30); todo lo consagrado (v. Núm 18:14; véase nota en Lev 27:28); y el producto de la redención del primogénito tanto de hombre como de animal (vv. Núm 18:15-18; véase nota en Éxo 22:29). Estos arreglos constituían un pacto de sal (v. Núm 18:19; un arreglo indisoluble, véase nota en Lev 2:13).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Lit., ofrendas alzadas, y así en el resto del cap.

Fuente: La Biblia de las Américas

[=] *Ez 44:29

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana