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Comentario de Números 20:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Números 20:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Toda la congregación de los hijos de Israel llegó al desierto de Zin, en el mes primero, y el pueblo acampó en Cades. Allí murió María, y allí fue sepultada.

Llegaron los hijos de Israel. Deu 1:22, Deu 1:23; Deu 2:14.

al desierto de Zin. Núm 13:21; Núm 27:14; Núm 33:36; Deu 32:51.

en Cades. Núm 20:16; Núm 34:3, Núm 34:4. Jos 15:1, Jos 15:3; Sal 29:8.

y allí murió María. Núm 12:1, Núm 12:10, Núm 12:15; Núm 26:59; Éxo 2:4, Éxo 2:7; Éxo 15:20; Miq 6:4.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Los hijos de Israel vienen a Zin, donde María muere, Núm 20:1.

Murmuran porque no había agua, Núm 20:2-6.

Moisés golpea la roca, trayendo las aguas de Meriba, Núm 20:7-13.

Moisés en Cades desea pasar a través de Edom, lo cual le es negado, Núm 20:14-21.

En el monte Hor, Aarón pone en su lugar a Eleazar y muere, Núm 20:22-29.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La expresión el mes primero no da aviso del paso de un año. Lo más probable es que ya fuera el año cuadragésimo, el fin de la estancia en el desierto. Este capítulo comienza con el informe de la muerte de María, concluye con la muerte de Aarón (vv. Núm 20:22-29) y registra el mayor fracaso de Moisés (vv. Núm 20:1-13) y la resistencia opuesta por Edom al movimiento de la nación (vv. Núm 20:14-21). Es el registro más triste. Pareciera que las muertes de Aarón y María son un acto de misericordia, según se las registra en este capítulo. Jehová les permitió vivir lo más posible antes que la primera generación fuera reemplazada por completo por la segunda.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

EN EL MES PRIMERO. Los acontecimientos de este capítulo comienzan en el año cuadragésimo después del éxodo de Egipto (véanse vv. Núm 20:22-29; Núm 33:38). El pueblo había andado errante en el desierto por treinta y nueve años. La mayoría de la primera generación había muerto por causa de su incredulidad sin recibir lo que se prometió (véanse caps. Núm 13:1-33; Núm 14:1-45); pronto sus hijos entrarían en la tierra prometida.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

20. Diversos Incidentes en el Desierto.
L os C.20-21 nos relatan una serie de incidentes históricos difíciles de localizar geográficamente. Los israelitas permanecieron cuarenta años en el desierto, y después de la derrota de Jormá estuvieron vagando desde Cades Barne al golfo de Elán. En todo este período hay un gran vacío histórico. Sólo quedan algunos incidentes muy verosímiles y perfectamente ambientados en la vida esteparia; pero no sabemos cuándo tuvieron lugar, si en los primeros años o en los últimos. Sabemos que existían unos anales épicos llamados las Guerras de Yahvé, que se han perdidos, y probablemente relataban muchos hechos de esta época larga que para nosotros representa un inmenso vacío histórico1. Según Deu 1:46, los israelitas permanecieron largo tiempo en Cades, lo que es verosímil teniendo en cuenta que allí hay abundantes aguas y algunos ricos oasis; pero, como trashumantes, sin duda que vagaron por aquellas regiones, llegando hasta Asiongaber, en el golfo elanítico.

Las Aguas de Ìeriba (1-13).
1Llegaron los hijos de Israel, toda la congregación, al desierto de Sin, el primer mes, y acampó el pueblo en Cades. Allí murió María y allí fue sepultada. 2No había allí agua para la muchedumbre, y ésta se amotinó contra Moisés y Aarón. 3El pueblo se quejaba contra Moisés, y decía: “¡Ojalá hubiéramos perecido cuando perecieron nuestros hermanos ante Yahvé! 4¿Por qué has traído al pueblo de Yahvé a este desierto a morir, nosotros y nuestros ganados? 5¿Por qué nos sacaste de la tierra de Egipto, para traernos a un lugar tan horrible como éste, que no puede sembrarse ni tiene viñas, ni higueras, ni granados, y donde ni agua siquiera hay para beber?” 6Moisés y Aarón se apartaron de la muchedumbre, a la entrada del tabernáculo de la reunión, y postráronse rostro a tierra. Apareció la gloria de Yahvé, 7y Yahvé habló a Moisés, diciendo: 8“Toma el cayado y reúne a la muchedumbre, tú y Aarón, tu hermano, y en su presencia hablad a la roca, y ésta dará sus aguas; de la roca sacarás agua para dar de beber a la muchedumbre y a sus ganados.” 9Moisés tomó de delante de Yahvé el cayado, como se lo había él mandado, 10y, juntando Moisés y Aarón a la muchedumbre delante de la roca, les dijo: “¡Oíd, rebeldes ! ¿Podremos nosotros hacer brotar agua de esta roca ?” 11Alzó Moisés su brazo e hirió con el cayado la roca dos veces, y brotaron de ella aguas en abundancia, y bebió la muchedumbre y sus ganados. 12Yahvé dijo entonces a Moisés y a Aarón: “Porque no habéis creído en mí, santificándome a los ojos de los hijos de Israel, no introduciréis vosotros a este pueblo en la tierra que yo les he dado.” 13Estas son las aguas de Meribá, donde los hijos de Israel se querellaron contra Yahvé, que les dio una prueba de su santidad.

El pueblo estaba reagrupado en la zona de Cades, en el desierto de Sin2, en el primer mes, sin indicación de año. No sabemos si fue en los primeros años de estancia en aquella región o más tarde. Conforme a la sentencia divina, Israel había de morar en el desierto hasta que feneciera la generación rebelde que había dado motivo para el castigo. Pero la generación como unidad cronológica suele ser de cuarenta años, el tiempo que dura la vida activa del hombre, cuando éste goza de representación social, desde la mayoría de edad hasta que la vejez le fuerza a retirarse. Durante los años que Israel moró en Cades no hemos de entender que hiciera allí vida sedentaria. Se movía de una a otra parte, según lo pedían las circunstancias, pero teniendo por centro de sus actividades esta región de Cades.
En este lugar murió María, la hermana de Moisés. El texto sagrado hace varias veces mención de ella (Miryam), que veló sobre la suerte de aquél cuando fue echado a las aguas del Nilo, que dirigió las danzas de las mujeres de Israel como profetisa (llevada de transportes extáticos) el día grande de su victoria sobre Egipto3 y que fue castigada con la lepra por murmurar de la conducta de su hermano4. Ahora el texto registra el hecho de su muerte, sin aludir a funerales solemnes, como se harán por Moisés y Aarón5. En Exo 17:1s se nos cuenta un primer milagro de Moisés, en proveer de agua a Israel. Aunque en la región de Cades hay algunos pozos y oasis, sin embargo, en años de sequía el agua puede faltar, sobre todo teniendo en cuenta el gran consumo que harían los muchos israelitas que allí habían acampado. El pueblo, como en otras ocasiones, se subleva al no encontrar agua suficiente, y añora la tierra de Egipto, pues temen morir de sed con sus ganados. Desean haber muerto con los sediciosos seguidores de Coré6. Moisés y Aarón, como siempre, se retiran hacia el tabernáculo a implorar auxilio a Dios (v.6)7. Yahvé les escucha y manda a Moisés que tome el bastón de los prodigios de Egipto8, con el que había sacado agua en Rafidim9. El profeta libertador, antes de golpear la roca, dirige un discurso a la turba, reprochándoles su mala conducta y considerándoles inmerecedores de un nuevo prodigio: ¿Podremos nosotros hacer brotar agua de esta roca? (v.10). Son tantas las rebeldías de Israel, que le parece imposible que Dios acceda a un nuevo prodigio, aunque sabe que Yahvé es omnipotente. El autor sagrado ve en las palabras de Moisés una cierta incredulidad, pues en v.12 Yahvé le reprocha a él y Aarón: “No habéis creído en mí, santificándome ante el pueblo.” El salmista dice de Moisés que en esta ocasión profirió “palabras imprudentes.”10 Algunos autores creen que la falta está en haber golpeado la roca dos veces (v.12), como desconfiando de la omnipotencia divina11. Al dudar de su misericordia o longanimidad para con el pueblo, no le habían santificado, es decir, no habían reconocido ante el pueblo su carácter santo y omnipotente12. Como consecuencia de esta falta, Aarón y Moisés son excluidos de entrar en la tierra de promisión (v.12b). En Deu 1:37 se atribuye este castigo a una supuesta y desconocida falta de Moisés con ocasión de la insurrección de los israelitas después de la exploración de Canaán. En el relato de este castigo a los dos grandes caudillos de Israel se encuentra un indicio de historicidad de los documentos, pues un falsario posterior no se habría atrevido a inculpar de incredulidad a los dos grandes creadores de la teocracia hebraica, tan venerados por el pueblo. El lugar de la rebelión del pueblo se llamó Meribá, o de la querella (de rib: “disputar”)13 En todo caso son de admirar los juicios inescrutables de Dios al privar al gran caudillo hebreo de lo que éste tan justamente había deseado14. El salmista comenta: “Le irritaron (a Yahvé) también en las aguas de Meribá, y fue castigado Moisés por culpa de ellos. Porque turbaron su espíritu, y profirió palabras imprudentes.”15

Negativa de Edom a dar paso a los Israelitas (14-21).
14Mandó Moisés embajadores desde Cades al rey de Edom para que le dijesen: “Israel, tu hermano, te dice: Tú sabes todas las peripecias que nos han ocurrido: 15cómo nuestros padres bajaron a Egipto, y hemos estado en Egipto largo tiempo, y cómo nos maltrataron los egipcios a nosotros y a nuestros padres; 16cómo clamamos a Yahvé, y oyó éste nuestra voz y mandó a su ángel, que nos sacó de Egipto; y que estamos aquí en Cades, ciudad situada al extremo de tu territorio. 17Te rogamos, pues, que nos des paso libre por tu territorio. No atravesaremos tus sembrados ni tus viñas ni beberemos el agua de tus pozos; iremos por el camino real, sin apartarnos ni a derecha ni a izquierda, hasta que salgamos de tu territorio”“ 18Edom respondió: “No pasarás, saldré a tu encuentro con la espada.” 19Dijéronle entonces los hijos de Israel: “Iremos por el camino trillado, y si de tus aguas bebo yo y mis ganados, te daremos el precio de ellas; es cosa de nada, sólo con mis pies tocaré tu tierra.” 20Pero Edom respondió: “No pasarás.” Y salió Edom contra él con mucha gente fuertemente armada. 21No dio Edom paso por su territorio, e Israel se alejó de él.

Son bien conocidos por Gen 25:29ss los orígenes de Edom, llamado también Seír y Esaú, así como su estrecho parentesco con Israel. Eran su morada los montes de Seír, que se prolongan al sudeste del mar Muerto y separan el desierto de Farán del norte de Arabia16. Hallándose Israel en Cades, podían, atravesando los montes de Seír, llegar en pocos días a las tierras situadas al oriente del mar Muerto y avanzar hacia Canaán.
Moisés, respetuosamente, teniendo en cuenta los antecedentes de parentesco, pide permiso para pasar por el territorio edomita. Diplomáticamente recuerda los lazos de parentesco y los sufrimientos pasados en Egipto, cuyo eco supone habrá llegado a oídos de los edomitas, como también su salida gloriosa gracias al ángel de Yahvé (v.16), que los ha dirigido en tan azarosa empresa17. Y promete no causar daños a los campos y viñas, ni siquiera beber el agua de los pozos, tan preciosa en regiones secas, sino avanzar por el camino real, o ruta caravanera (v.17). Pero el rey de Edom, desconfiado, rehusa el paso. Los israelitas insisten en que no saldrán del camino, pero de nuevo recibieron la negativa por respuesta18. En Deu 2:1-8 no se alude a esta petición de paso innocuo por parte de Moisés, pero parece suponerse.
Las relaciones históricas de Israel y Edom fueron siempre hostiles. En tiempos de la monarquía, Edom fue mucho tiempo reino vasallo de Israel19. Los profetas pronuncian graves oráculos contra Edom por su enemiga contra el pueblo de Dios20. Este incidente es el primero enojoso entre los dos pueblos, considerados hermanos por su origen.

Muerte de Aarón (22-30).
22Alzando de Cades el campamento, llegó Israel con toda la muchedumbre al monte Hor. 23Yahvé habló a Moisés y a Aarón en el monte Hor, que está en los confines de la tierra de Edom, diciendo: 24“Aarón va a reunirse con su pueblo, pues no ha de entrar en la tierra que yo voy a dar a los hijos de Israel, porque fuisteis rebeldes a mi mandato en las aguas de Meribá. 25Toma a Aarón y a su hijo Eleazar y sube con ellos al monte Hor, 26y allí que se desnude Aarón de sus vestiduras, y reviste de ellas a Eleazar, su hijo, porque allí se reunirá Aarón con los suyos; allí morirá.” 27 Hizo Moisés lo que mandaba Yahvé, y a la vista de toda la asamblea subieron al monte Hor. 28Moisés hizo que se desnudara Aarón de sus vestiduras, y revistió de ellas a Eleazar, su hijo; 29y allí murió Aarón en la cumbre del monte. Moisés y Eleazar bajaron del monte 20,29 y, viendo la muchedumbre que Aarón había muerto, hicieron duelo por él todas las familias de Israel por treinta días.

Dios había dado sentencia contra Aarón que no entraría en la tierra prometida por su rebelión en el incidente de las aguas de Meribá21. Ahora se narra su muerte poco tiempo después de haberse desplazado el pueblo de Cades. Según Num 33:37-39” este hecho tuvo lugar a los cuarenta años de la salida de los israelitas de Egipto, cuando Aarón tenía ciento veintitrés años. El lugar de su muerte hay que buscarlo cerca de Cades, camino del golfo de Elán. A 17 kilómetros al nordeste de Cades hay un arroyo llamado wady Haruniye (arroyo de Aarón). Así, el monte Hor se halla en los límites meridionales de la tierra prometida, como el monte Nebo se hallará en los confines orientales de Canaán. En el primero muere Aarón, y en el segundo, Moisés22. La muerte de Aarón en el monte Hor, aislado del pueblo, después de entregar sus vestidos pontificales a su hijo Eleazar en presencia de Moisés, creador de la teocracia hebrea y del sacerdocio levítico, tiene un aire de solemnidad muy en consonancia con la perspectiva histórica. Yahvé anuncia primero la muerte con la frase consagrada de que va a “reunirse con su pueblo,” equivalente a la otra “reunirse con sus padres,”23 y que significa el último viaje hacia la región de los muertos, el seol, donde continuarán su vida juntos con los antepasados, si bien en un estado de sombras24. Eleazar era el hijo mayor de Aarón, después de la muerte de Nadab y Abiú25, y, por tanto, a él le corresponde sucederle en el sacerdocio. Como tal, debe llevar los vestidos sacerdotales durante siete días después de su unción26. Para no contaminarlos con un cadáver, Moisés debe despojar a Aarón de sus vestidos pontificales antes de morir y entregarlos a su hijo, de forma que éste se presente al pueblo revestido ya de la autoridad suprema sacerdotal. Con toda solemnidad, y “a la vista de toda la asamblea” subieron al monte Moisés, Aarón y Eleazar, y en la cima Moisés despojó a Aarón de sus hábitos pontificales y se los entregó a Eleazar. Después murió Aarón, y, sin dar noticias sobre su enterramiento, el texto dice que descendieron Moisés y Eleazar, y el pueblo, al no ver con ellos a Aarón, dedujo que había muerto y le había sucedido Eleazar, que aparecía con los hábitos pontificales. La narración no puede ser más esquemática y artificial. Todo sucede conforme a un plan previsto y según una escenificación preparada, resaltando sólo el hecho principal de la muerte de Aarón y su sucesión legítima en el pontificado. Como Moisés recibe en el monte Sinaí las tablas de la Ley, la carta magna de la nueva teocracia, así ahora Aarón, el primer sumo sacerdote, muere en el monte, aislado de su pueblo, rodeado en el final de su vida de misterio, con una muerte solemne, digna del primer sumo sacerdote. Durante treinta días hizo el pueblo duelo por él27.

1 Véase RB (1933) 562. – 2 Num 13:27. – 3 Exo 15:20. – 4 Núm 12:1s. – 5 Núm 20:30; Deu 34:8. Sobre el lugar posible del sepulcro de María véase Ubach: RB (1933) 562-568. – 6 Núm 16; 35; 49. – 8 Exo 4:2; Exo 7:15; Exo 9:23; Exo 10:13; Exo 14:16. – 9 Ex 17:1s. – 10 Sal 106:33. – 11 Véanse Teodoreto, Quaest. in Num 37: PG 80,388; Agustín de Hipona, In Pent. IV 19′ PL 34,726. . – 12 Quizá haya un juego de palabras con el lugar qades (santo). Dios “se santifica” haciendo ver su omnipotencia y santidad al castigar a los culpables. – 13 Algunos autores creen que es el mismo suceso de Rafidim. En ambos casos se da al lugar el nombre de Meribá (querella). El Deu 33:13 y el Sal 95:8 distinguen bien ambos sucesos. Hay parecidos, pero también desemejanzas, sobre todo la incredulidad de Moisés. – 14 Deu 1:37. – 15 Sal 106:33. Véase com. de P. Heinisch, Das Buch Exodus 137-138. – 16 En las cartas de Tell Amarna se llama a esta región Se-i-ri (Seír) y se la sitúa al sur de Palestina. En los textos egipcios se sitúa también a los Adumá (¿edomitas?) en esta región. Véase Abel, Géog. I 281.389.391. 7 Núm 14:5; Sal 16:22; Sal 16:45. La Vg trae la supuesta oración de Moisés: “Señor Dios, escucha el grito de este pueblo y abre vuestro tesoro, una fuente de agua viva, para que, saciados, cesen de murmurar.” Este texto falta en el TM y en los LXX, y ha sido insertado en el siglo X en el códice Amiatinus. No se encuentra en los manuscritos anteriores a Alcuino. – 17 El ángel de Yahvé algunas veces se identifica con Yahvé mismo: Gen 16:7-14; Gen 21:1-21; Gen 48:15-16; Jue 6:11; Jue 6:24; Jue 13:2-23; Ex 3; Jue 23:20. En otros textos se distingue de él. En general, en la época posterior, para salvar la trascendencia divina, hay tendencia a presentar al ángel en vez de Yahvé. Así, los textos antiguos son retocados: “Yahvé y el ángel que le representa son un mismo personaje, aunque puede establecerse una distinción, que tiene su fundamento en la naturaleza de las cosas… A medida que la idea de las trascendencia y de la santidad de Yahvé se imprime más profundamente en las almas, la tendencia se fue acentuando en el sentido de aislamiento cada vez más completo de la divinidad frente a lo terrestre y profano” (Touzard, art. Ange de Yahweh: DBS I 252; cf. M. J. Lagrange, L’ange de Yahweh: RB [1903] 212-225). – 18 Los LXX leen “pasar a lo largo de la frontera”) de Edom. Según esta lección, los hebreos en la segunda petición habrían solicitado pasar junto a la frontera edomita, sin atravesar el país. Es muy verosímil, pero la lectura no está avalada por el TM, y parece un retoque redaccional. – 19 Cf. 1Sa 14:47; 2Sa 8:13; 1Re 11:15; .2Re 81:2. – 20 Cf. Amo 1:11s; Isa 34:4-15; Jer 49.7; Lam 4:22s; Eze 25:12s. – 21 Cf. Núm 27:12-14; Deu 32:48-52. – 22 La tradición judía posterior localizaba el sepulcro de Aarón cerca de Petra. Cf. fl. Josefo, Ant. Jud. IV 4,7; Eusebio, Onomastikon 176. Y la tradición musulmana se hace eco de ella venerando a un monte llamado Djebel Harun (monte de Aarón) en esta región. Véase Abel, o.c., I 386-389. – 23 Cf. Gen 25:8; Gen 25:17; Gen 35:29; Gen 44:33. – 24 Véase M. García-Cortero, La vida de ultratumba según la mentalidad popular de los antiguos hebreos: “Salmanticensis,” I (1954) 343-364. – 25 Cf. Lev 10:1-5. – 26 Cf. Exo 29:29-30. – 27 Cf. Deu 34:8.

Fuente: Biblia Comentada

el mes primero. El año no se especifica. Sin embargo, al final de este capítulo se relata la muerte de Aarón. Según Núm 33:38, Aarón murió en el primer día del quinto mes del año cuarenta después del éxodo de Egipto. Así, el primer mes aquí debe ser del año cuarenta. La mayor parte de la generación anterior había muerto en el desierto. Cades. Así como el pueblo había comenzado a vagar por el desierto en Cades (Núm 13:26), así acabó en el mismo lugar. Cades estaba situada en la linde septentrional del desierto de Parán (Núm 13:26) y en la linde sudoriental del desierto de Sin. allí murió María. María, que había dirigido a Israel en la celebración de la victoria sobre Egipto en el Mar Rojo (Éxo 15:20-21), dirigió también el ataque contra Moisés que se registra en Núm 12:1-15. Su muerte sirvió como símbolo de que la generación anterior no iba a entrar en Canaán.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

En contraste con Núm 1:1-54; Núm 2:1-34; Núm 3:1-51; Núm 4:1-49; Núm 5:1-31; Núm 6:1-27; Núm 7:1-89; Núm 8:1-26; Núm 9:1-23; Núm 10:1-36, en Núm 11:1 tiene lugar un cambio principal. El obediente Israel se transformó en el Israel quejumbroso (Núm 11:1; Núm 14:2; Núm 14:27; Núm 14:29; Núm 14:36; Núm 16:1-3; Núm 16:41; Núm 17:5) y rebelde (Núm 14:9; Núm 17:10). Finalmente, Moisés y Aarón se rebelaron también contra el Señor (Núm 20:10; Núm 20:24). Como respuesta a la desobediencia a Israel se encendió la ira del Señor (Núm 11:1; Núm 11:10; Núm 11:33; Núm 12:9; Núm 14:18; Núm 25:3-4), que lanzó plagas sobre su pueblo (Núm 14:37; Núm 16:46-50; Núm 25:8-9; Núm 25:18), como había hecho con Faraón y los egipcios (Éxo 9:14; Éxo 12:13; Éxo 30:12). Sin embargo, aunque Dios juzgó a aquella generación de Israel, seguirá cumpliendo sus promesas a Abraham en el futuro (Núm 23:5Núm 24:24).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Estos capítulos registran el comienzo de la transición desde la vieja generación (representada por María y Aarón) a la nueva generación (representada por Eleazar). Geográficamente, Israel pasa de Cades (Núm 20:1) a los campos de Moab (Núm 22:1), desde donde se emprendería la conquista de la tierra. Hay un intervalo de treinta y siete años entre Núm 19:22 y Núm 20:1.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Éxo 7:1-7.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

María muere. Más tarde ese año, Aarón y Moisés también morirían. Esto marca el fin de la generación que no pudo entrar a Canaán.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

20.1 Habían pasado treinta y siete años desde la primera misión espía de Israel en la tierra prometida (Números 13, 14) y cuarenta años desde el éxodo de Egipto. La Biblia permanece virtualmente en silencio acerca de aquellos treinta y siete años de peregrinaje a la deriva. La generación de aquellos que vivieron en Egipto casi estaba extinguida, y la nueva generación pronto estaría lista para entrar en la tierra prometida. Moisés, Aarón, Josué y Caleb fueron de los pocos que quedaron de los que salieron de Egipto. Una vez más acamparon en Cades, el sitio de la primera misión espía que terminó en desastre. Ahora Moisés esperaba que el pueblo estuviera listo para un comienzo fresco.20.3-5 Después de treinta y siete años en el desierto, los israelitas olvidaron que sus peregrinajes eran el resultado de su propio pecado. No podían aceptar el hecho de que ellos mismos se habían acarreado los problemas, así que culparon a Moisés por su condición. Por lo general nuestros problemas son el resultado de nuestra propia desobediencia o falta de fe. No podemos culpar a Dios por nuestros pecados. Hasta que nos enfrentemos a este hecho, habrá muy poca paz y ningún crecimiento espiritual en nuestra vida.SUCESOSEN CADES : Después de peregrinar en el desierto por cuarenta años, Israel llegó a Cades, donde murió María. No había suficiente agua para el pueblo, y se quejaron amargamente. Moisés golpeó una roca, y esta dio suficiente agua para todos. El rey de Edom se negó a dar el paso a Israel a través de su tierra, forzándolo a viajar circundando su región.20.12 Dios había dicho a Moisés que hablara a la roca; sin embargo, Moisés la golpeó, no sólo una vez, sino dos. Dios hizo el milagro; pero Moisés se lo atribuyó cuando dijo: «Os hemos de hacer salir agua de esta peña». Debido a esto se le prohibió entrar en la tierra prometida. ¿Acaso fue demasiado severo el castigo de Dios para Moisés? Después de todo, el pueblo lo había irritado, difamado y se había rebelado contra él y contra Dios. Allí estaban otra vez (20.5). Pero Moisés era el líder y el modelo de la nación entera. Como tenía una responsabilidad tan grande ante el pueblo, no podía ser perdonado. Al golpear la roca, Moisés desobedeció el mandamiento directo de Dios y lo deshonró en presencia de su pueblo.20.14 Dos hermanos llegaron a ser los antecesores de dos naciones. Los edomitas descendieron de Esaú; los israelitas de Jacob. Así que los edomitas eran «hermanos» de los israelitas. Israel envió un mensaje fraternal a Edom para solicitar el paso a través de su tierra en el camino principal, una ruta comercial muy frecuentada. Israel prometió permanecer en el camino, de esta manera pasaría sin dañar los campos, viñedos y pozos de Edom. Sin embargo, Edom no quiso porque no confiaba en la palabra de Israel. Tenían miedo de que esta gran horda de gente los atacara o devorara sus cosechas (Deu 2:4-5). Debido a que los «hermanos» no deben pelear, Dios dijo a los israelitas que regresaran y viajaran por una ruta diferente hacia la tierra prometida.20.17 El camino real era una antigua ruta de caravanas. Desde mucho antes era utilizado como camino público de importancia.ELEAZARUn actor suplente debe saberse bien el papel principal y estar dispuesto a actuar en cualquier momento. Eleazar era un magnífico suplente, y estaba muy bien entrenado para tomar el liderazgo. Sin embargo, sus momentos frente al público fueron muy dolorosos. En una ocasión, vio como sus dos hermanos eran consumidos por el fuego por no haber tomado en serio la santidad de Dios. Más tarde, cuando su padre estaba muriendo, fue nombrado sumo sacerdote, seguramente una de las posiciones en Israel con mayor responsabilidad, y por lo tanto potencialmente una de las más estresantes.El suplente se beneficia de que tiene no solo un guión sino también un modelo humano. Desde que era niño, Eleazar había podido observar a Moisés y a Aarón. Después pudo aprender al observar a Josué. Además, tenía las leyes de Dios, que lo guiaban al fungir como sacerdote y consejero de Josué.Puntos fuertes y logros :– Sucedió a su padre Aarón como sumo sacerdote– Completó la obra de su padre al ayudar a guiar al pueblo a la tierra prometida– Supo colaborar con Josué– Actuó como vocero de Dios ante el puebloLecciones de su vida :– La mejor forma de prepararnos para lo que Dios ha planeado para nuestro futuro es concentrarnos en nuestros retos y responsabilidades presentes– El deseo de Dios es que le brindemos una obediencia constante a lo largo de nuestra vidaDatos generales :– Dónde: Desierto de Sinaí, tierra prometida– Ocupaciones: Sacerdote y sumo sacerdote– Familiares: Padre: Aarón. Hermanos: Nadab y Abiú. Tíos: María y MoisésVersículos clave :»Y Jehová habló a Moisés y a Aarón en el monte de Hor, en la frontera de la tierra de Edom, diciendo: Aarón será reunido a su pueblo, pues no entrará en la tierra que yo di a los hijos de Israel, por cuanto fuisteis rebeldes a mi mandamiento en las aguas de la rencilla. Toma a Aarón y Eleazar su hijo, y hazlos subir al monte de Hor, y desnuda a Aarón de sus vestiduras, y viste con ellas a Eleazar su hijo; porque Aarón será reunido a su pueblo, y allí morirá» (Num 20:23-26).La historia de Eleazar se menciona en Exo 6:23; Lev 10:16-20; Num 3:1-4; Num 4:16; Num 16:36-40; Num 20:25-29; Num 26:1-3, Num 26:63; Num 27:2, Num 27:15-23; Num 32:2; Num 34:17; Deu 10:6; Jos 14:1; Jos 17:4; Jos 24:33. 20.21 Moisés trató de negociar y razonar con el rey edomita. Cuando nada dio resultado, le quedaronn dos opciones: entrar en un conflicto o evitarlo. Moisés sabía que habría suficientes barreras en los días y meses por venir. No tenía sentido agregar otra de una manera innecesaria. Algunas veces el conflicto es ineludible. Otras veces, sin embargo, no vale la pena pagar las consecuencias. Una guerra abierta puede parecer heroica, valiente y hasta correcta, pero no siempre es la mejor decisión. Debemos tomar en cuenta el ejemplo de Moisés y buscar otra forma de resolver nuestros problemas, aun cuando nos sea difícil.20.28 Aarón murió antes de entrar a la tierra prometida, probablemente como castigo por su pecado de rebelión (Exodo 32; Num 12:1-9). Esta era la primera vez que se designaba un nuevo sumo sacerdote. Aarón fue desvestido de sus ropas sacerdotales y fueron colocadas en su hijo Eleazar, siguiendo los mandamientos del libro de Levítico.ACONTECIMIENTOS EN EL DESIERTO : Más tarde, Israel se enfrentó a la negativa del rey de Arad, pero lo derrotó completamente. La siguiente parada fue el monte Hor (donde Aarón había muerto); luego viajaron hacia el sur y el este rodeando Edom. Después de acampar en Obot, marcharon hacia el río Arnón y hacia los campos de Moab, cerca del monte Pisga.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 1037 Núm 13:21; Núm 33:36

b 1038 Núm 13:26; Núm 20:22; Deu 1:46; Deu 2:14; Jue 11:16

c 1039 Éxo 15:20; Núm 26:59; Miq 6:4

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

en el mes primero. No se da el año. Probablemente sería hacia el final de los cuarenta años en el desierto (v. 33:38; cp. 20:28). La historia de la muerte de Aarón y Miriam (vers. 1, 22– 29), y la exclusión de Moisés de Canaán (vers. 12), es el inicio del cumplimiento de la declaración de Dios de que ninguno de la primera generación, excepto Josué y Caleb, entraría en Canaán (v. 14:20– 35).

Fuente: La Biblia de las Américas

Tres narraciones en Exodo y Números dan detalles del viaje de Egipto a Canaán. La primera ocurre en Ex 13– 19 (del mar Rojo al Sinaí), la segunda, en Nm 10:11– 12:16 (del Sinaí a Cades), y la tercera, en este capítulo (de Cades a las llanuras de Moab, junto al Jordán). En el cap. 33 se da una lista de los lugares donde Israel acampó durante los cuarenta años en el desierto. Tres eventos críticos ocurren en este capítulo: 1) La muerte de Miriam (vers. 1); 2) cuando Moisés golpeó la peña, y en consecuencia se excluye a sí mismo y a Aarón de entrar en Canaán (vers. 9– 12); 3) la muerte de Aarón. La historia de la peña tiene semejanzas con Ex 17:1– 7.

Fuente: La Biblia de las Américas

y llegaron. La versión castellana omite la conjunción waw (y). Cuarenta años después de la salida de Egipto.

desierto de Zin. Véase nota en Núm 13:21.

María. La hermana mayor de Moisés y Aarón (véanse también notas en Éxo 15:20 y Núm 12:1).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

[.] Este relato forma parte de los textos redactados por los sacerdotes al regreso del cautiverio. Retoma el episodio narrado en Ex 17,1-7 pero introduce en él un . ¿Por qué? Un problema se les planteaba a esos sacerdotes ¿cómo era posible que Moisés, ese (Núm 12,3), ese profeta con quien (Ex 33,11) hubiera sido excluido de la tierra prometida? Pues Moisés había muerto misteriosamente sobre el monte Nebo. No se podía dudar de que Dios es justo, y si Moisés no había entrado en la tierra prometida, esto se debía seguramente a alguna falta suya. Se había entonces vuelto a escribir el relato del Exodo, pero achacándole a Moisés un pecado que había dudado de Dios. Un caso semejante se verá al comparar los dos relatos de la muerte de Josías, el rey justo (2 Re 22,2 y 23,29, comparado con 2 Crón 35,19-25). ¿De qué otro modo iban a entender los sacerdotes la ? Unicamente el cumplimiento de las Escrituras podía esclarecer plenamente la misión de Moisés. Moisés había recibido la misión de guiar al pueblo de Dios hasta las puertas de la tierra prometida; habiendo llegado allá, podía retirarse y decir como Juan Bautista, el último profeta del Antiguo Testamento En ese momento comenzaba la misión de Josué abrir al pueblo de Dios las puertas de la tierra prometida para . La doble vocación de Moisés y de Josué prefigura y aclara la misión del Antiguo Testamento y la de Jesús (en hebreo Josué y Jesús se dicen de la misma manera).

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana

[1] Se reanuda el relato de la marcha del pueblo por el desierto.[12] Moisés y Aarón pecaron, en que dudaron si la peña daría agua. Esta falta de fe y confianza era más reprensible en ellos, porque eran las cabezas del pueblo. Sal 106 (105), 32; Zac 11, 8.[30] Eclo 45, 7; Mal 2, 4-5.

Fuente: Notas Torres Amat