Biblia

Comentario de Números 24:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Números 24:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Cuando Balaam vio que a Jehovah le parecía bien que bendijese a Israel, no fue como las otras veces en busca de encantamientos, sino que afirmó su rostro hacia el desierto.

Cuando vio Balaam. Núm 22:13; Núm 23:20; Núm 31:16; 1Sa 24:20; 1Sa 26:2, 1Sa 26:25; Apo 2:14.

no fue, como la primera y segunda vez. Núm 23:3, Núm 23:15.

en busca de agüero. Núm 23:23.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Balaam, dejando la adininación, profetiza la felicidad de Israel, Núm 24:1-9.

Balac, enojado, lo despide, Núm 24:10-14.

Él profetiza sobre la Estrella de Jacob, y la destrucción de algunas naciones, Núm 24:15-25.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

parecía bien a Jehová que él bendijese a Israel: Dios estaba determinado a bendecir a su pueblo.

y el Espíritu de dios vino sobre él se refiere al poder con el cual Balaam dio su mensaje y su dirección. Sorprendentemente, Dios controló a Balaam y habló de forma clara a través de una persona que era su enemigo.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

24. Nuevos Vaticinios.

Tercera Bendición de Balaam (1-9).
1Había visto Balaam que Yahvé se complacía en bendecir a Israel, y por eso no fue ya, como las otras veces, en busca del presagio, sino que se volvió de cara al desierto, 2y, alzando los ojos, vio a Israel, acampado, tribu por tribu. Vino sobre él el espíritu de Yahvé, 3y, tomando su parábola, dijo:

“Oráculo de Balaam, hijo de Beor,
oráculo del hombre de los ojos cerrados1,
4oráculo de quien oye palabra de Dios,
del que ve visiones del Omnipotente,
de quien al caer se le abrieron los ojos.
5¡Qué bellas son tus tiendas, oh Jacob!
¡Qué bellos tus tabernáculos, oh Israel!
6Se extiende como un amplio valle,
como un jardín a lo largo de un río,
como áloe plantado por Yahvé,
como cedro que está junto a las aguas.
7Desbórdanse de sus cubos las aguas,
su simiente goza de aguas abundantes.
Yérguese sobre Agag, su rey;
exaltaráse su reino.
8El Dios que de Egipto le ha sacado,
es para él como la fuerza del unicornio.
Devora a las naciones enemigas,
tritura sus huesos,
las traspasa con sus saetas.
9Se agacha, se posa como un león,
como una leona, ¿quién la concitará?
El que te bendiga será bendecido,
y el que te maldiga, maldito será.”

Convencido Balaam de que Yahvé le impulsaba a bendecir a Israel, no fue en busca del presagio, como en las otras ocasiones, sino que, vuelto hacia el desierto, profetizó, poseído por el espíritu de Yahvé (v.2)2. Ante sus ojos está el campamento de los israelitas, acampados en la llanura o desierto entre el Jordán y el monte Fogor o Fasga3. La comunicación divina, debida a la posesión de Balaam por el espíritu de Yahvé, parece tener lugar en un transporte extático al estilo de los grandes profetas de Israel. Antes se le había revelado Yahvé en sueños4, bajo la forma de ángel en el camino5, y le había puesto palabras en su boca. Ahora es poseído del espíritu de Yahvé, contemplando por revelación el futuro del pueblo que tiene a su vista. Al comunicar su oráculo (en heb. ne’um, que significa transmisión íntima de un mensaje divino)6, se presenta como el hombre de los ojos cerrados, aludiendo quizá a su anterior ceguera en el camino que no le permitía ver al ángel de Yahvé, o quizá declarando que su comunicación la recibe interiormente sin auxilio de los sentidos externos; así resalta que transmite la palabra de Dios. La introducción es enfática, para preparar a los oyentes para las grandes revelaciones que va a comunicar. Ahora no habla al rey de Moab, sino que solemnemente declara a todos las visiones del Omnipotente o Saday (v.4). Está como fuera de sí, extraño al mundo sensible, atento sólo a las comunicaciones divinas, y al caer en estado de éxtasis se le abrieron los ojos para contemplar los designios divinos sobre Israel (v.4). El espectáculo que se le ofrece a su perspectiva profética es maravilloso: ¡qué bellas son tus tiendas, oh Jacob…; tus tabernáculos! (v.5). Balaam contempla a Israel ya establecido en la tierra prometida, como un jardín a lo largo del río… Israel, como nación, crecerá como aloe plantado por Yahvé, como cedro junto a las aguas (v.6). La feracidad es desbordante por la abundancia de aguas (v.7a).
Aparte de la feracidad de su suelo, Israel descollará entre las naciones por su poder, y las vencerá: yérguese sobre Agag, su rey (v.7b). Aquí Agag – rey vencido por Saúl7 – es el símbolo de los enemigos de Israel. Era rey de los amalecitas, que fueron los primeros en oponerse a Israel al salir de Egipto8. La liberación milagrosa, realizada por Yahvé, de Egipto es prenda de que Israel devorará a las naciones enemigas (v.8). Israel será como un león que tritura la presa9, y ningún enemigo podrá inquietarle en su paz victoriosa.
El v.6b parece adición inspirada en Gen 27:29 : Sera “bendecido” el que le “bendiga,” y “maldito” el que le “maldiga.”

Vaticinio Final de Balaam (10-25).
10Encendido en ira Balac contra Balaam y palmeteando, le dijo: “Te he llamado para maldecir a mis enemigos, y tú los has colmado de bendiciones ya por tres veces, 11Ahora huye pronto a tu tierra; yo pensaba honrarte grandemente, pero Yahvé te ha privado de la gloria.” 12Respondióle Balaam: “¿No dije yo a tus mensajeros: 13Aunque me diera Balac su casa llena de plata y oro, no podré contravenir la orden de Dios, haciendo por mí mismo cosa alguna, ni buena ni mala, contra sus órdenes, y solamente lo que Yahvé me diga, eso le diré? 14Ahora, pues, que voy a irme a mi pueblo, ven que te diga lo que este pueblo ha de hacer al tuyo al fin de los tiempos,” 15Y, volviendo a tomar la palabra, dijo:

“Oráculo de Balaam, hijo de Beor,
oráculo del hombre de los ojos cerrados;
16oráculo del que oye palabras de Dios,
del que conoce los consejos del Altísimo (Elyón),
del que ve visiones del Omnipotente (Saday),
de quien al caer se le abrieron los ojos.
17La veo, pero no ahora;
la contemplo, pero no de cerca:
Alzase de Jacob una estrella,
surge de Israel un cetro
que aplasta las sienes de Moab10
y el cráneo de los hijos del tumulto11.
18Edom es su posesión:
Seír, presa de sus enemigos;
Israel acrecienta su poder,
19de Jacob sale el dominador,
que devasta de las ciudades las reliquias.”
20Y, mirando a Amelec, prosiguió:
“La primera de las naciones es Amalee,
pero su fin será eterna ruina.”
21Luego, mirando a los quenitas, prosiguió su parábola:
“Por fuerte que sea su morada,
aunque ponga en las rocas su nido,
22el quenita será devastado, hasta que Asur le lleve cautivo.”
23 Y volviendo a proferir su oráculo, prosiguió:
“¿Quién vivirá cuando Dios lo ponga por obra?
24Vendrán naves de Quitim,
que oprimirán a Asur y oprimirán a Eber;
también éste será dado a la ruina.”
25Partióse después Balaam y se volvió a su tierra,
y también Balac se fue por su camino.

El rey de Moab invita al adivino a volver a su tierra, pues no ha hecho sino lanzar bendiciones sobre Israel. Balaam se reafirma en su posición de fiel intérprete del mensaje de Yahvé, y desprecia los dones que le ofrecía Balac, por no traicionar al oráculo divino. Y solemnemente anuncia la suerte que le está reservada a su pueblo al fin de los tiempos, frase que en el lenguaje profético indica la era mesiánica12. Con toda solemnidad y presentándose como el profeta del Altísimo (Elyón) y del Omnipotente (Saday), epítetos arcaicos del Dios de los hebreos, anuncia la aparición de un astro en Israel que aplastará a Moab y someterá a los edomitas. El adivino lo anuncia como lejano: lo veo, pero no ahora; lo contemplo, pero no de cerca (v.17a). Ante sus ojos proféticos atónitos aparece una estrella que sale de Jacob y un cetro que sale de Israel, que aplasta las sienes de Moab… (17c). Aunque el texto no lo diga expresamente, parece que esa estrella y ese cetro están encarnados en una persona13. Es corriente en la antigüedad comparar a los reyes a un astro o lucero, que ilumina con sus iniciativas el imperio14. Aquí Balaam predice la victoria de un futuro Rey que ha de surgir de Israel sobre Moab y Edom-Seír (v.18), que se había opuesto al paso de los israelitas por su territorio. Pero en el futuro de Israel saldrá un dominador que arrasará el territorio edomita: devasta de las ciudades las reliquias15. Es el prenuncio de las devastaciones que vaticinarán los profetas16.
Después sigue el oráculo contra los amalecitas, pueblo considerado como muy antiguo: la primera de las naciones (v.20), mencionado en la historia de Abraham17, pero no aparece en la tabla etnográfica18. Su fin como nación está decidido En Deu 25:17-19 se ordena “borrar la memoria de Amalee bajo el cielo.” Por haberse opuesto a los israelitas al salir de Egipto19, eran los primeros en ser odiados, y ellos impidieron la penetración en Canaán por el sur20, y después no cejaron en la lucha contra los hebreos cuando éstos entraron en Canaán21. Fueron vencidos por Saúl22 y David23, y los restos del pueblo perecieron en tiempos de Ezequías24. Es el cumplimiento literal de este vaticinio puesto en boca de Balaam.
A continuación sigue el oráculo contra los quenitas (v.21-22), tribu emparentada con los madianitas, de la península sinaítica, y que no se opusieron a la marcha de los isrealitas por el desierto25. Parte de ella fue asimilada a la tribu de Judá26, y parte a la de Neftalí27; pero la mayor parte siguió en la estepa conviviendo junto a los amalecitas; por eso ahora se nombra a continuación de éstos. Y quizá por esto se les asocia en la maldición, a pesar de que muchos quenitas tuvieron buenas relaciones con los israelitas en tiempos de la monarquía28. Balaam anuncia aquí que serán llevados cautivos por Asur, la gran potencia militar que en el siglo VIII antes de Cristo invadió el Oriente Próximo. En la gran redada de Te-glatfalasar III fueron llevadas poblaciones de quenitas que se habían instalado en Canaán septentrional29. El profeta presenta a los quenitas teniendo su nido en las rocas. Es un juego de palabras entre qeni (quenita o cineo) y qen (nido). Quizá aluda a su morada en la zona rocosa-montañosa que bordea a Edom.
Oráculo contra Asur y Eber: el texto es oscuro. Se anuncia la llegada de un pueblo invasor-vengador, en naves de Quitim o Chipre (nombrado así por su ciudad Kition), colonia fenicia. El nombre designa también en sentido amplio a los países costeros del Mediterráneo30. Aquí el profeta anuncia la destrucción de Asiria y Eber (designación genérica de Mesopotamia?)31 por un pueblo invasor mediterráneo. Quizá aquí Asur y Eber designen un imperio meso-potámico oriental, que puede ser el persa32, y el invasor sería entonces Alejandro Magno33. Este oráculo, como los dos anteriores, sobre los amalecitas y quenitas, es considerado como adición tardía al texto primitivo de los vaticinios atribuidos a Balaam. El oráculo contra Amalee sería de la época del exterminio de los amalecitas por Ezequías (s.VIII a.C.), y el oráculo contra los quenitas reflejaría también esta época de supremacía asiria, mientras que el oráculo contra Asiria sería posterior.

Interpretación Mesiánica del Vaticinio de Balaam.
Muchos autores niegan todo carácter mesiánico al oráculo de Balaam sobre Israel y creen que el contexto sólo alude a las victorias de David sobre los moabitas34. Se trataría, pues, de una “prophetia post eventum” puesta en boca de un legendario adivino gentil de los tiempos mosaicos. Otros admiten un sentido mesiánico, en cuanto que el triunfo de David sobre los moabitas es tipo de un triunfo más espectacular del Mesías sobre los enemigos tradicionales de Israel35. La tradición judía da un sentido netamente mesiánico al vaticinio. Así lo supone el Targum de Onkelos36, el de Jonatán37; y así lo entendió Bar Kokeba (“hijo de la estrella”) al apropiarse este nombre en su lucha contra Adriano (132 d. C.). La tradición cristiana es unánime en mantener el sentido mesiánico del vaticinio38. Los exegetas Ortodoxos admiten el mesianismo del fragmento, que deducen de la frase profético-mesiánica al fin de los días (v.14). En este supuesto, Moab y Edom son en el vaticinio sólo tipo de los enemigos de Israel en los tiempos mesiánicos, que han de ser vencidos por el Mesías, en sentido espiritual, por su doctrina39. Otros opinan que el vaticinio se refiere primariamente a David, que someterá a los moabitas40; pero esta sujeción es tipo de la sujeción espiritual impuesta por el Mesías a los pueblos paganos41. Ceuppens distingue en el vaticinio distintas perspectivas: a) v.17a-b se refiere directamente al Mesías; b) I7C-19 alude a Moab, que ha de ser castigado por Israel. En la literatura profética, los moabitas y edomitas son símbolo de los enemigos del reino de Dios, del reino de Israel42. Bien puede, pues, aquí el profeta ver en el castigo histórico sobre los moabitas del tiempo davídico una proyección simbólica hacia los tiempos mesiánicos, en que el Mesías de Israel someterá a todos los enemigos del pueblo de Dios43.
Respecto de la persona histórica de Balaam, la tradición judeo-cristiana ha sido dura con él44. En Num 31:16 se dice de él que pervirtió al pueblo israelita en la apostasía de Baalfegor. Y muere trágicamente cuando estaba entre los madianitas45. Su figura, sin embargo, queda como el tipo del vate gentil que reconoce por inspiración divina el futuro glorioso de Israel. La tradición profética aparece así vinculada a un personaje legendario que, a pesar de su mentalidad gentílica, reconoce el poder insobornable del verdadero Dios de Israel. Sus palabras, calcadas en gran parte en el vaticinio de Jacob46, son el eco de una creencia israelita en el futuro mesiánico del pueblo elegido. Algunos autores han supuesto que el vaticinio de Balaam es obra de un profeta postexílico, pero en realidad la noción monoteísta del Dios de Israel que se refleja en él es ciertamente anterior al destierro, y aparece claramente expuesta en los profetas escritores del siglo VIII antes de Cristo. Es difícil saber cuál es el núcleo primitivo del vaticinio y la parte redaccional profética de los tiempos de la monarquía israelita.

1 La palabra hebrea traducida por cerrados es oscura y sólo aparece aquí. Los LXX traducen: “que ve con verdad.” Siguiendo esta traducción, la Bib. de Jér.: “cuyo ojo es perfecto.” – 2 El texto no alude a los posibles medios utilizados por Balaam para obtener sus presagios. – 3 Num 21:20. – 4 Num 22:9; Num 22:20. – 5 Num 22:32. – 6 Cf. 2Sa 23:1; Sal 36:1. – 7 Cf. 1Sa 15:8-9. Muchas antiguas versiones leyeron Gog en vez de Agag, viendo en el enemigo de Israel al rey de Magog, tipo de los enemigos del pueblo elegido en Ez c.38-39. – 8 Cf. Exo 17:8-13. – 9 Gen 49:9. – 10 Los LXX: “los príncipes de Moab.” La Btb. de Jér.: “las sienes de Moab.” Así Condamin, Dennefeld. Ceuppens: “habitantes de Moab.”, – 11 El TM: “hijos de Set.” Así los LXX. Clamer: “hijos del tumulto” (leyendo se on ei vez de Set, por paralelismo con un texto de Jer 48:45 : “una llama devora las sienes de Moa el cráneo de los hijos del tumuíto”; denominación despectiva aplicada a los moabitas por carácter belicoso y tumultuoso – 12 Cf. Ose 3:5; Isa 2:2; Miq 4:1; Jer 48:47. – 13 Los LXX traducen άνθρωπος; la Peshitta: risa (cabeza, o jefe); Onkelos, mesisa (Mesías), en vez de cetro. – 14 Isa 14:12 llama al rey de Babilonia “lucero de la mañana.” Suetomo habla de la “estrella” de Julio César (M. Caes. 88: Horacio, Od. I 12.47)· El cabecilla de la insurrección judía contra Adriano se puso el nombre de Bar Kokeba (hijo de la estrella), creyendo cumplirse en su persona el vaticinio de Balaam. – 15 No pocos autores corrigen el texto. Así la Bib. de Jér.: “Jacob domina sobre sus enemigos y hace perecer a los escapados de Ar.” Clamer: “De Jacob sale un dominador y aniquila lo que queda de Seír.” – 16 Cf. Isa 60:12; Miq 5:8; Zac 12:6. – 17 Gen 14:17. – 18Gén 10 – 19 Ex 17. – 20 Núm 14:43-45 – 21 Jue 3:13; 6:9:33; 7:12. – 22 1Sa 15:7-9 – 23 1Sa 27:8. – 24 1Cr 4:42-43 – 25 Num 10:29-32. – 26 Jue 1:16. – 27 Jue 4:11. – 28 1Sa 15:6; 1Sa 30:29. – 29 Jue 4:11. – 30 1Ma 1:1; Dan 11:30. – 31 Gen 10:25. – 32 Cf. Esd 6:22. – 33 Cf. 1Ma 1:1. – 34 Cf. 2Sa 8:2. Asi opinan König, Messian. Weissag. III; Dennefeld: DTC 10 (1929) 1420 – 35 Así Ewald, Schulz, Kurtz. – 36 “Se levanta de Jacob el rey, y de Israel será grande el ungido (Mesías); mata a los grandes del Moab y domina sobre todos los hijos de los hombres.” – 37 “Cuando se levante el rey fuerte de la casa de Jacob y sea ungido el Mesías y cetro fuerte de Israel.” – 38 Cf. Teodoreto, Quaest. in Num. c.44: PG 80,394; San Jerónimo, Ep. 77 ad Oceanum: PL 22,695. Véase DB I 12903. – 39 A. Β ea, De Pentateucho 215. – 40 Así Hummelauer, In Num. 300-302. – 41 Así Ewald, Schulz. – 42 Cf. Isa 25:9-11; Isa 34:5-15; Isa 63:1; Ez 35; Abd 1:18; Jer 48:45. – 43 Véase F. Ceuppens, De prophetiis messianicis in A, T. (Roma 1938) 99. – 44 Cf. 2Pe 2:135; Jds III; Apo 2:14. Agustín de Hipona le llama “hombre pésimo” (In Hept. q-47: PL 34,740). Tomás de Aquino: “profeta del diablo” (Summa Th. II-II q.172 a.6 ad i); San Jerónimo es más benévolo (In Gen. 22,20: PL 23,971). – 45 Num 31:8. – 46 Gen 49:83.

Fuente: Biblia Comentada

El tercer oráculo de Balaam se centró en el Rey último (el «Mesías»), que introducirá las bendiciones del pacto abrahámico tanto para Israel como para las naciones.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

En contraste con Núm 1:1-54; Núm 2:1-34; Núm 3:1-51; Núm 4:1-49; Núm 5:1-31; Núm 6:1-27; Núm 7:1-89; Núm 8:1-26; Núm 9:1-23; Núm 10:1-36, en Núm 11:1 tiene lugar un cambio principal. El obediente Israel se transformó en el Israel quejumbroso (Núm 11:1; Núm 14:2; Núm 14:27; Núm 14:29; Núm 14:36; Núm 16:1-3; Núm 16:41; Núm 17:5) y rebelde (Núm 14:9; Núm 17:10). Finalmente, Moisés y Aarón se rebelaron también contra el Señor (Núm 20:10; Núm 20:24). Como respuesta a la desobediencia a Israel se encendió la ira del Señor (Núm 11:1; Núm 11:10; Núm 11:33; Núm 12:9; Núm 14:18; Núm 25:3-4), que lanzó plagas sobre su pueblo (Núm 14:37; Núm 16:46-50; Núm 25:8-9; Núm 25:18), como había hecho con Faraón y los egipcios (Éxo 9:14; Éxo 12:13; Éxo 30:12). Sin embargo, aunque Dios juzgó a aquella generación de Israel, seguirá cumpliendo sus promesas a Abraham en el futuro (Núm 23:5Núm 24:24).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

La narración cambia y centra la atención en Balaam, un profeta pagano. Sus oráculos reafirman la fidelidad del Señor al pacto abrahámico y el propósito del Señor de bendecir a Israel. En Núm 22:2-40 se relatan los acontecimientos que llevan a las palabras de Balaam. Esto va seguido en Núm 22:41Núm 24:24 por las palabras de sus profecías, y la conclusión aparece en Núm 24:25.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

— dirigió su mirada: Lit. volvió su rostro.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

24.1 Como Balaam era hechicero, buscaba agüeros o señales que lo ayudasen a predecir el futuro. En esta situación, sin embargo, era claro que Dios mismo era quien hablaba, de modo que Balaam no necesitaba otras señales, ni reales ni imaginadas.24.7 ¿Quién fue Agag? Agag era el título que se le daba al rey de los amalecitas, así como Faraón era el título que se le daba al soberano de Egipto. Saúl, el primer rey de Israel, venció a Agag (1Sa 15:8). Balaam había profetizado correctamente la ruina de los viejos enemigos de Israel (Exo 17:14-16).24.11 A pesar de que los motivos de Balaam no eran los correctos, en este momento actuó con integridad. El mensaje de Dios lo había llenado de tal manera que Balaam tuvo que hablar la verdad. Al hacerlo, perdió la recompensa que lo había inducido a hablar. El permanecer fieles a la Palabra de Dios puede costarnos promociones y ventajas a corto plazo. Pero los que eligen a Dios y no al dinero algún día adquirirán la riqueza celestial infinita (Mat 6:19-21).24.15-19 La estrella de Jacob se interpreta a menudo como una referencia al Mesías que habría de venir. Fue quizá esta profecía la que convenció a los magos para que viajaran a Israel en busca del niño Jesús (Mat 2:1-2). Parece extraño que Dios utilizara a un hechicero como Balaam para predecir la venida del Mesías. Pero esto nos enseña que Dios puede utilizar cualquier cosa o cualquier persona para llevar a cabo sus planes. Al utilizar a un hechicero, Dios no está sugiriendo que la hechicería fuera aceptable. La Biblia la condena en varias ocasiones (Exo 22:18; 2Ch 33:6; Rev 18:23). Sin embargo, muestra que Dios es soberano sobre el bien y el mal.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) O: “hechizos”, es decir, contra Israel.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 1245 Núm 23:3; Núm 23:15

b 1246 Gén 30:27; Lev 19:26; Núm 23:23

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Lit., era bueno en los ojos del

Lit., al encuentro de

Fuente: La Biblia de las Américas

[o] Hace unos treinta años se descubrieron cerca de Penuel los restos de un santuario en cuyas paredes estaban pintadas las estrofas de un poema atribuido a un profeta que debía haber pronunciado allí sus oráculos. Se trataba de Balaán. Estos restos datan del siglo octavo antes de nuestra era, y es el tiempo de Jeroboán II en Israel. Los poemas que nosotros leemos en 23,7; 23,18; 24,3… retoman las mismas fórmulas y deben haberse inspirado en los frescos de este santuario. Sólo hacen mención de Israel y de Jacob, dos nombres que eran de hecho los del reino de Jeroboán II. ¿A qué victoria se referían en 24,17? Es muy probable que el texto haya sido retocado un poco más tarde, tras la caída del reino del norte, para aplicarlo mejor a los reyes de Judá descendientes de David, que se mantenían aún en el trono. Estos datos arrojan una luz sobre los orígenes y las artimañas de los «hijos de los profetas» que menciona la Biblia, lo que no quiere decir que sucediera lo mismo en todas partes: en este campo Israel estaba en una situación mucho más sana que un pueblo como el asirio y era mucho más reticente a su respecto. El libro sagrado da sobre ellos juicios diversos, positivos al principio y generalmente negativos después del tiempo de Eliseo, que se había apoyado en ellos. Se comprende, pues, el proverbio: ¿También Saúl está profetizando? Y su padre, ¿ no es un caballero?

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana

[3] Balaam, hasta cuando se cayó, no vio al ángel que veía la burra.[7] Se puede traducir Saldrá un hombre de su descendencia, y dominará a muchas naciones. 1 Sam 15.[13] Num 22, 18.

Fuente: Notas Torres Amat