Comentario de Números 33:50 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Entonces Jehovah habló a Moisés en las llanuras de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó, diciendo:
En el lugar para la invasión de la Tierra Prometida, Dios dio a Moisés instrucciones para el pueblo sobre la conquista de Canaán. Israel iba a exterminar a los cananeos y tomar posesión completa de su tierra. Por más de 400 años, desde el pacto de Dios con Abram en Gén 15:17-21, Jehová advirtió que vendría el tiempo de su castigo por el pecado de los cananeos, quienes por sus continuos actos inicuos no tendrían derecho a vivir en la tierra de Canaán. Dios, a quien realmente pertenecía la tierra, transfirió el derecho de posesión a Israel. Por lo tanto, sus palabras fueron una transferencia legal: porque yo os la he dado para que sea vuestra propiedad. La tierra se dividiría por suertes, con las zonas más grandes para las tribus más grandes, como ya se describió en Núm 26:52-56.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
La Tierra Prometida había sido el objetivo de Israel desde el comienzo de Números. Esta última parte del libro anticipaba el establecimiento en Canaán
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Dios mandó que todos los cananeos debían ser exterminados, junto con todos sus símbolos idolátricos.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Mandato de expulsar a los habitantes de Canaán. El mandato de tomar posesión de Canaán contiene tres elementos: La tierra es dada a Israel, tal como se prometiera en el pacto con Abraham (Gén. 15:18-21); un resumen de la manera en que debía ser distribuida (repitiendo así 26:52-56); y el mandato de expulsar a las naciones, destruir sus ídolos y sus lugares altos. Este mandato se encuentra en Exo., Lev. y Deut. (Exo. 23:23-33; 34:11-17; Lev. 20:1-5, 22-26; Deut. 7:1-5; 12:29, 30; 13:6-18; 29:16-28).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
s 1803 Núm 22:1; Jos 2:2; Heb 11:30
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Desde un principio el libro de Números ha enfocado la conquista de Canaán. Y ahora, una vez que Moisés ha repasado la peregrinación de los últimos cuarenta años (33:1– 49), vuelve su atención a seis leyes que van a regular la vida en la tierra prometida: 1) la exterminación de los habitantes de Canaán y de los vestigios de su religión (33:50– 56); 2) una descripción detallada de las fronteras de la tierra prometida (34:1– 15); 3) los nombres de los que distribuirían la tierra (34:16– 29); 4) la designación de las ciudades levíticas (35:1– 8); 5) la designación de las ciudades de refugio y la purificación de la tierra a causa de sangre derramada en ella (35:9– 34), 6) las leyes que garantizarían que la tierra de cada tribu sería de la tribu a perpetuidad (36:1– 13).