Comentario de Oseas 13:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Cuando Efraín hablaba, había terror; era exaltado en Israel. Pero pecó por causa de Baal, y murió.
Cuando Efraín hablaba. 1Sa 15:17; Pro 18:12; Isa 66:2; Luc 14:11.
fue exaltado en Israel. Núm 2:18-21; Núm 10:22; Núm 13:8, Núm 13:16; Núm 27:16-23; Jos 3:7; 1Re 12:25.
mas pecó en Baal. Ose 11:2; 1Re 16:29-33; 1Re 18:18, 1Re 18:19; 2Re 17:16-18.
y murió. Gén 2:17; Rom 5:12; 2Co 5:14.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El pecado e idolatría de Efraín, Ose 13:1-3.
el cuidado de Dios, Ose 13:4-8.
el reclamo de Dios, Ose 13:9-14.
El juicio de Samaria, Ose 13:15-16.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La tribu de Efraín había logrado una posición prominente en el reino del norte y podía infundir temor en los corazón de las otras tribus.
hubo temor: Quizás se refiere al efecto que tuvo el discurso de Efraín sobre las otras tribus.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
13. Condenación definitiva.
Israel se olvidó de Yahvé, su bienhechor (1-6).
1 Cuando Efraím hablaba, era el terror; se levantó en Israel, pero se hizo culpable con Baal y murió *. 2 Y ahora continúan pecando; de su plata se hacen obras fundidas, ídolos de su invención, obra de artífices todo ello. Y a ellos dirigen la palabra, ofrecen sacrificios. ¡Hombres dando besos a los becerros! 3 Por eso serán como nube mañanera, como pasajero rocío matinal, como paja arrebatada por el viento t y como humo de la chimenea. 4 Pero yo soy Yahvé, tu Dios, desde la tierra de Egipto, y no has de reconocer a dios alguno sino a mí; fuera de mí no hay salvador. 5 Yo te conocí en el desierto, en la tierra abrasada. 6 Se hartaron en sus pastos, y, hartos, se ensoberbecieron, y por eso me olvidaron.
Efraím era la tribu más representativa y belicosa del reino del norte (v.1); pero, en su arrogancia, se olvidó de Yahvé y se fue tras de los cultos de Baal. Sus arrebatos idolátricos llegaron al colmo, pues se fabrican sus ídolos, a ellos dirigen la palabra., dando besos a los becerros (v.2). La frase es irónica.
Efraím ha pretendido organizar su vida con independencia de sus tradiciones yahvistas, pero los arrebatará el viento de la invasión y desaparecerán como nube mañanera, como rocío matinal (v.5). No han querido basar su vida nacional sobre el hecho de que el único Dios es Yahvé, que los sacó de Egipto (v.4) y los creó como nación. Es inútil que busquen otro salvador fuera de Yahvé, pues no lo hay. En el desierto, tierra abrasada, Yahvé selló un pacto con ellos; fueron reconocidos como pueblo de Dios (Yo te conocí en el desierto, v.5); por eso no deben ellos reconocer otro Dios que Yahvé. Los profetas siempre apelan a la vida de Israel en el desierto como la época de oro de las relaciones entre el pueblo elegido y su Dios. Entonces los israelitas, desprovistos de todos los medios materiales, tenían que vivir de la intervención milagrosa de Yahvé; pero después en la tierra de Canaán, cuando empezaron a prosperar en su vida nacional, se olvidaron del que les había creado como pueblo: Se hartaron en sus pastos. y me olvidaron (v.6). Lejos de reconocer que su prosperidad les venía de Yahvé, le abandonaron, y atribuyeron su bienestar a los ídolos cananeos 2.
Anuncio de la ruina de Israel (7-15).
7 Yo seré, pues, para ellos como león; como pantera en el camino acecharé. 8 Me echaré sobre ellos como osa privada de sus crías, desgarraré como cachorro sus corazones 3, los devoraré allí como león; las fieras del campo los harán pedazos. 9Te traigo la ruina, ¡oh Israel! y ¿quién podrá socorrerte? 10 ¿Dónde está, pues, tu rey, para salvarte en todas tus ciudades? ¿Dónde tus jueces, de quienes decías: “Dame rey y príncipes”? 11 Yo te doy un rey en mi furor, y en mi ira te los quito. 12 La iniquidad de Efraím está agavillada, su pecado está reservado. 13 Vendrán sobre él dolores de parto, pejro será (el parto de) un hijo necio, 1 que no sabrá ponerse al tiempo oportuno a la abertura del seno. 14 ¿Los rescataré del poder del “seol”? ¿Los redimiré de la muerte? ¿Dónde están, oh muerte! tus epidemias? ¿Dónde tu peste, oh “seol”? La compasión se oculta a mis ojos. 15 Ciertamente es fecundo entre sus hermanos, pero vendrá el solano; el viento de Yah-vé subirá del desierto. y secará su fuente, y agotará sus manantiales; él saqueará el tesoro y todos los objetos preciosos.
Ese desprecio sistemático de Israel para con su Dios, al que le debe su existencia, no puede quedar impune. Yahvé mismo irrumpirá sobre él como un león que está al acecho, y será inútil que busque ayuda en otras naciones o en sus ídolos, porque nadie podra socorrerle (v.9). De nada le servirán sus instituciones sociales, como la monarquía y la judicatura. Israel se creía seguro con su rey, y había solicitado reiteradamente a Yahvé que les concediera un rey para asegurar su vida nacional4. Yahvé se mostraba reacio a esta petición, porque sabía que la nueva institución no favorecería la teocracia en Israel. Quería que dependieran sólo de su providencia y que no hubiera más rey que El mismo.
La historia comprobó estos temores, pues los reyes de Israel, a medida que fueron prosperando, se fueron apartando de Yahvé, buscando su salvación en sus ejércitos y en la política de ayuda al extranjero. Yahvé les dio un rey en su furor (v.11), es decir, como castigo merecido a la desconfianza del pueblo israelita en su Dios, y ahora se acerca el momento de quitarles el rey también en su ira. Cuando Oseas profiere este oráculo, la monarquía del reino del norte está a punto de desintegrarse. Los usurpadores y las dinasiías efímeras se suceden, con la consiguiente anarquía política. Todo ello no es sino parte del castigo merecido por Efraím, cuya iniquidad esta agavillada (v.12), es decir, almacenada desde hace tiempo, clamando por la intervención de la venganza divina.
La magnanimidad de Yahvé para con su pueblo ha sido interpretada como derecho a la impunidad; pero, en realidad, el pecado de Efraím esta reservado, es decir, guardado cuidadosamente para el día de la cuenta. Toda la nación va a sufrir dolores de parto (invasiones, rapiñas, atropellos), y lo peor es que éstos serán estériles, porque el niño que ha de nacer (el pueblo, considerado como nueva generación en el tiempo) es un hijo necio, que en el momento del alumbramiento no se pone en el lugar debido (en la abertura del seno, literalmente en hebreo “en la rompiente de los hijos,” ν.13), para nacer a nueva vida. En la comparación juegan las ideas de Israel como nación que da a luz, y el pueblo como tal, fruto de la nación organizada. El profeta quiere decir que de nada sirven tantas pruebas y crisis a la nación, porque el pueblo no sabe ver en ellas la mano de Dios, para emprender una nueva vida digna de las bendiciones de Yahvé. Por eso, las convulsiones y disturbios actuales de la nación (dolores de parto) van a ser estériles en orden a la regeneración del pueblo.
La situación ha llegado a tal extremo, que ha pasado la hora de la compasión. Efraím, con una política al margen de los derechos divinos, sigue pecando, y el pueblo vive de espaldas a Yahvé; por eso ha llegado la hora de la explosión de la ira divina. El profeta dramatiza la situación, y presenta en colisión los atributos de la justicia y de la misericordia divina; finge un diálogo dentro del mismo Dios: ¿Los rescataré del seol? (la región de los muertos). Israel es digno de ser condenado a muerte con sus habitantes; ¿los redimiré de la muerte? Y en un momento de desahogo de su ira, Yahvé implora a todos los colaboradores de la muerte para que descarguen sobre el pueblo ingrato y pecador: ¿Dónde están, ¡oh muerte! tus epidemias? ¿Dónde tu peste, oh “seoh? Según la mentalidad popular de la época, las enfermedades y epidemias provenían de la región de los muertos 5. La frase de Oseas es oratoria y expresa las exigencias de la justicia divina contra el pueblo israelita pecador 6.
Después anuncia el castigo, ejecutado por un invasor, instrumento de la justicia divina. Ahora Efraím (el reino del norte) es fecundo entre sus hermanos, porque ha prosperado más que las otras tribus; pero esta situación es sólo momentánea, porque va a ser agostado por el viento solano, el ejército asirio, que viene del desierto como viento de Yahvé (v.15). Todo quedará seco a su paso, pues el turbión de la invasión lo arrasará como el viento solano, y todos sus tesoros y objetos preciosos serán sistemáticamente saqueados.
1 Así con la Bib. de Jér., respetando al máximum el original, que parece algo corrompido. – 2 Cf. Deu 8:11-15; Deu 31:20; 32:15- – 3 “Gomo cachorro” (leyendo kagur en vez de Segor, que significa envoltura). – 4 Cf. 1 Sam c.8. – 5 Uno de los nombres que se da al seol es el de Abaddon (destrucción, porque de él viene la destrucción y la ruina de los hombres; cf. Job 26:6; Pro 27:20; Sal 88:12). La concepción popular hebrea del seol es muy similar a la del arallu babilónico, del que procedían las enfermedades, las pestes y las epidemias. – 6 Los LXX dan otra versión: “¿Dónde está, ¡oh muerte! tu victoria; donde, ¡oh hades! tu aguijón?” San Pablo utiliza esta traducción para aplicar el texto en sentido acomodaticio al triunfo de Cristo sobre la muerte por la resurrección (cf. 1Co 15:54-57)·
Fuente: Biblia Comentada
temor. En la historia de Israel, la tribu más poderosa había sido Efraín, que siempre hablaba con autoridad e inspiraba temor. murió. A causa de sus pecados y a pesar de ser temido, Efraín murió tanto en sentido espiritual como nacional.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
— Efraín: Aunque con frecuencia Efraín equivale a Israel en cuanto es la tribu que representa a todo el Reino del Norte, aquí parece indicar a la concreta tribu del mismo nombre que, sobre todo en los primeros años de la historia israelita, tuvo una relevante importancia política y militar (ver Jos 24:29-30; Jue 8:1-3; Jue 12:1-6; 1Sa 1:1).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Más descripciones de juicio
Efraín era la tribu más grande de las 12 (o 13, puesto que José produjo tanto a Efraín como a Manasés), y a menudo se usa como un modo de referirse al total del reino del norte, como hemos visto. Aquí debe de referirse a la tribu, puesto que está en Israel. En tiempos anteriores Efraín tuvo autoridad y respeto. Pero esto se perdió por causa de la idolatría, y él murió; él podía ser completamente ignorado. Lejos de aprender de sus errores, ellos ahora pecan más y más, usando mucho dinero y talento en hacer imágenes (2a).
El v. 2b es muy oscuro, pero muy bien puede significar que esa gente sacrifica seres humanos por una parte y, por otra, besa becerros hechos de me tal. Es una conducta verdaderamente ofensiva, mostrando un sentido de valores completamente erróneo, y ningún aprecio por la obra de Dios al hacer a la humanidad a su propia imagen.
El resultado es que se volverán nada, niebla de la mañana y rocío del amanecer (como su “amor constante” en 6:4), como el tamo que es arrebatado de la era, y como el humo que sale por la ventana (3).
Jehovah repite el hecho de que él es su Dios desde el tiempo en que estaban en Egipto. El v. 4 es similar en contenido al primer mandamiento junto con su introducción: “Yo soy Jehovah tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud: No tendrás otros dioses delante de mí” (Exo. 20:2, 3). Por otra parte, la forma y el vocabulario son muy diferentes. Probablemente deberíamos traducirlo: “No conoces a ningún Dios sino a mí, no hay salvador sino yo.” En otras palabras, es una declaración más bien que un mandamiento. La palabra “reconocer” también ocurre en el v. 5, que BA lo traduce como “te cuidé”. Es mejor mante ner el significado primario de “conocer”, admitiendo que hay varias implicaciones de “conocer”, algunas veces incluyendo “reconocer”. Una de las principales preocupaciones de Oseas es la relación entre Dios e Israel; ellos debieran conocerse uno al otro íntimamente, como un esposo y su esposa.
El v. 6 describe los trágicos resultados de no tomar en cuenta la advertencia de Deut. 8:11-14 que, desafortunadamente, se ven por todo el mundo hasta este mismo día: la riqueza alimenta el orgullo y el olvido de la gracia de Dios, aun después de escuchar las advertencias de Jesús mismo (Mar. 10:21-25). El juicio por esto se expresa de nuevo en términos de ataques de animales salvajes, esta vez a los leones se une un leopardo … una osa (im posible de predecir sus acciones la mejor de las veces) que ha perdido sus crías, y un animal del campo no especificado (7, 8).
Los vv. 9-12 enfatizan temas mencionados antes. Israel es destruido por su rebelión contra el que los había ayudado, el único que podría ayudarlo en su conflicto presente (9). ¿Dónde está tu rey … ? Dios desafía a Israel. ¿Qué de tus jueces … ? En tiempo de Samuel el pueblo había pedido un rey como las demás naciones (1 Sam. 8). Esto también implica una petición por príncipes, puesto que los reyes tienen hijos (algunos tenían demasiados por comodidad; Jue. 9:1, 2; 2 Rey. 10:1). Dios concedió su petición, pero se enojó por su actitud, que expresaba una falta de confianza en él y el deseo de ser como las naciones que los rodeaban. Les dio reyes, sa biendo que Israel sufriría por ello, y les quitó los reyes por su enojo ante su descarado rechazo de su verdadero Rey.
Efraín no escapará del juicio, porque su culpa y sus pecados no desaparecerán. Están bien guardados (12). El v. 13 nos da un ridículo cuadro de Efraín como un hijo no nacido: es tiempo de nacer, pero ¡él no se presenta al tiempo de nacer!
El v. 14. es famoso porque Pablo cita la segunda parte de él en 1 Cor. 15:55 como una pregunta retórica. Pablo usa una traducción diferente, pero puede obtenerse el mismo sentido del texto que tenemos en Oseas: “¿Dónde están las plagas del Seol? (es decir, las plagas que traen muerte y envían a la gente al Seol, el lugar de los muertos). ¿Dónde está la destrucción de la muerte?” En nin guna parte; han sido suprimidas con la victoria de Cristo en la cruz. Pero el contexto aquí es diferente. Todo el cap. 13 es una profecía de juicio, así que sería ciertamente extraño encontrar tan abrupta promesa de salvación, especialmente seguida en forma inmediata de La compasión se ha ocultado de mis ojos. Es probable, por eso, que debemos traducir el v. 14 como dos preguntas: “¿Los redimiré … ? ¿Los rescataré … ?” seguidas por un llamado a la muerte para que venga y castigue a Israel con sus plagas. Una alternativa sería que el v. 14 exprese el deseo de Dios de salvar, que los israelitas menosprecian, y por eso no pueden recibir compasión, sino plagas y destrucción. Las palabras “redimir” y “rescatar” se usan en el caso de volver a comprar lo que se perdió por deuda o esclavitud (p. ej. Exo. 13:13-15; Núm. 18:15-17; Rut 4:4-6).
La parte final de este capítulo, la última palabra de juicio en Oseas, usa primero el cuadro de un viento caliente del desierto que viene del oriente y seca todas las fuentes de agua, aun los arroyos y pozos. El saqueará su tesoro. Aquí se usa un cuadro militar para describir el viento: no crecerá ningún alimento y por tanto las provisiones que están almacenadas se desvanecerán. El v. 16 da un cua dro final de los horrendos efectos de la guerra: lo que pasa cuando una nación deliberadamente se aparta de la protección de Dios y rehúsa regresar.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
13.1 Israel, representado aquí por la norteña tribu de Efraín, tenía una historia de grandeza, sin embargo, para los días de Oseas la gente se había rebelado contra Dios y había perdido prestigio entre las demás naciones. La grandeza del pasado no es garantía de la grandeza del futuro. Es bueno recordar lo que Dios ha hecho por nosotros y a través nuestro, pero es igualmente importante mantener actualizada nuestras relaciones con El. Conságrese a Dios día tras día y momento tras momento.13.4-6 Cuando las posesiones de Israel lo hicieron sentir autosuficiente, le dio las espaldas a Dios y se olvidó de El. La autosuficiencia es tan destructiva hoy como lo fue en los tiempos de Oseas. ¿Ve usted su necesidad constante de la presencia y la ayuda de Dios? Aprenda a confiar en El en los buenos tiempos y en los malos. Si está pasando por una camino suave y fácil ahora, tenga cuidado de no pensar que se merece un buen futuro. No dependa de sus dones: dependa del Dador. Lea la advertencia de Dios en Deu 6:10-12 y 8.7-20.13.11 Dios había advertido a Israel que los reyes le provocarían más problemas de los que podían resolver y de mala gana les dio a Saúl como rey (1Sa 8:4-22). David fue un buen rey y Salomón tuvo sus puntos fuertes, pero una vez que la nación se dividió en dos, el reino del norte nunca tuvo otro buen gobernante. Los reyes malvados llevaron a la nación a hundirse en la idolatría y a alianza políticas necias. Los asesinatos se hicieron comunes, y las ciudades y los caminos se volvieron más inseguros. A la larga, los reyes malvados destruyeron la nación; con el rey Oseas terminaron los reyes malvados (2Ki 17:1-6).13.12 Los pecados de Efraín (Israel) quedaron registrados para un juicio posterior. Este no fue un caso especial. Todos nuestros pecados son conocidos y serán revelados en el Día del Juicio (2Co 5:10; Rev 20:11-15).13.14 El apóstol Pablo tomó este pasaje para enseñar sobre la resurrección (1Co 15:55). Para los que han confiado en Cristo en cuanto a la salvación, la muerte no tiene el mismo significado. Un día, la muerte acabará.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 497 Jos 17:17
b 498 2Re 17:16; Ose 11:2
c 499 Éxo 20:5
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Cuando Efraín hablaba. Por un tiempo la tribu de Efraín fue preeminente en Israel (Gn 48:17– 20; Jue 7:24– 8:3), pero su idolatría causó su ruina.
Fuente: La Biblia de las Américas
murió. I.e., espiritualmente.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
O, hablaba con temor
O, se hizo culpable
Fuente: La Biblia de las Américas
[4] Is 43, 10.[6] Deut 8, 2; 32, 15.[10] 1 Sam 8, 20.[15] Ez 19, 12.