La suave respuesta quita la ira, pero la palabra áspera aumenta el furor.
La blanda respuesta. Pro 25:15; Jue 8:1-3; 1Sa 25:21-33.
mas la palabra áspera. Pro 15:18; Pro 10:12; Pro 28:25; Pro 29:22; Jue 12:3-6; 1Sa 25:10, 1Sa 25:11, 1Sa 25:21, 1Sa 25:22; 2Sa 19:43; 1Re 12:13-16.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Máximas acerca de contener las pasiones, mejorar el don de hablar, recibir corrección. La omniciencia de Dios, su trato con los justos y los impíos, las ventajas de la piedad y la paz, y lo malo de la pereza, la impetuosidad, y la avaricia, Pro 15:1-33.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
A menudo lo que decimos no importa tanto, más importa cómo lo decimos, lo que puede acarrear varias reacciones como la aceptación o la ira. Para los gentiles palabras de Abigail a David cuando él estaba furioso véase 1Sa 25:12-34.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
LA BLANDA RESPUESTA. Cuando se confronta la ira, una respuesta blanda estimulará la reconciliación y la paz (cf. 1Sa 25:21-34), mientras que las palabras ásperas fomentan más furor y hostilidad (véase Col 4:5-6).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
15. La Palabra, la Felicidad, Cosas Gratas y Odiosas a Dios.
La buena y la mala lengua (15:1-12).
1 Una respuesta blanda calma la ira; una palabra áspera enciende la cólera. 2 La lengua del sabio hace estimable la doctrina; la boca del necio no dice más que sandeces. 3 Los ojos de Yahvé están en todas partes, observando a los malos y a los buenos. 4 La lengua blanda es árbol de vida; la áspera hiere el corazón. 5 El insensato desprecia la corrección paterna; obra prudentemente el que la atiende, 6 En la casa del justo reina la abundancia; en las rentas del impío, la turbación. 7 Los labios del sabio derraman sabiduría; no así el corazón del necio. 8 Yahvé abomina el sacrificio del impío y se agrada en la oración del justo. 9 Aborrece Yahvé el camino del impío, pero ama al que sigue la justicia. 10 Molesta la corrección al que va por mal camino, pero el que aborrece la corrección morirá. 11 Están delante de Yahvé el “seol” y el averno, cuánto más los corazones de los hombres! 12 El pe-Bulante no quiere que le corrijan; por eso no va con los sabios.
Abre la perícopa una hermosa sentencia, tomada de la vida práctica, sobre los diversos efectos de la mansedumbre y la aspereza en nuestras respuestas. Una palabra suave desarma y apacigua el ánimo más irritado; una contestación áspera irrita más y enciende la cólera l. Si a sus palabras el sabio añade elocuencia y gracia en el hablar, aun diciendo lo mismo que otros, hace a sus oyentes más agradable su ciencia 2, mientras que las palabras del necio, que no encierran más que necedades, desagradan y muchas veces provocan la risa 3. Y así, las palabras del sabio son árbol de vida feliz, al enseñar el camino para conseguirla y evitar los obstáculos que a ella se oponen, como son la ira, las discusiones que suscitan las palabras del impío o las críticas y calumnias que profieren sus labios (v.4 y 7).
Por encima de uno y otro está Dios, cuyos ojos están en todas partes (v.3). El sabio afirma la omnipresencia de Dios, que ve y observa las acciones de los buenos y de los malos, y no en una actitud de indiferencia, sino en orden al premio y castigo correspondiente, como afirman numerosas veces los libros sagrados4. Dios conoce incluso las mismas intenciones del ser humano y las disposiciones de su corazón, pues que su ciencia penetra hasta el mismo seol, morada de los muertos, y las partes más remotas del mismo, significadas aquí por el averno, si es que este término no es aquí sinónimo de Seol, y la repetición una mera figura retórica 5.
Contiene la perícopa también dos hermosas sentencias sobre el sacrificio (v.8-9). Dos cosas hay que distinguir en él: la ofrenda material y la disposición de ánimo con que se ofrece. Para que los sacrificios sean gratos a Yahvé, es preciso vayan acompañados de buenas disposiciones, humilde reconocimiento de su majestad y nuestra total dependencia respecto de El, una vida ajustada a sus mandamientos, como recomendaban con mucha insistencia los profetas 6; nada valen los sacrificios, por muy valiosos que sean los dones en ellos ofrecidos. Al sacrificio del impío, que carece de esas disposiciones, por lo que no es grato a Yahvé, opone el sabio la oración del justo, que va acompañada de las mismas. Jesucristo enseñó que ésta sería oída por el Padre 7. La razón es que, como dice San Agustín, Dios no mira a la mano, sino al corazón 8. A El le agrada la intención recta y la santidad de vida; los dones, en tanto en cuanto estén informados de ellas.
Tres veces en la narracion hace el sabio referencia a la corrección. Advierte la insensatez del hijo que rechaza la corrección paterna, que entraña todo el amor y la experiencia de un padre 9; observa que, si bien la corrección es molesta, es precisa para conseguir una buena formación moral, sin la que no se pueden evitar las consecuencias de la impiedad; y que el petulante, verdadero necio, procura evitar el trato con los sabios, porque su conversación y su conducta suponen para él una continua reprensión, que no está dispuesto a aceptar.
En el v.6 afirmó una vez más el principio de retribución temporal, que presenta la prosperidad material como premio de la virtud, y la ruina como castigo del pecado.
La felicidad (15:13-24).
13 Corazón alegre hace buena cara, pero la pena del corazón abate el alma. 14 El corazón prudente busca la sabiduría, pero la boca del necio se complace en la necedad. 15 Los días del pobre todos son tristes, pero la alegría del corazón es un perenne banquete. 16 Mejor es poco en el temor de Yahvé que muchos tesoros en la turbación. 17 Mejor comer legumbres donde hay amor que comer buey cebado donde hay odio. 18 El iracundo promueve contiendas; el que tarde se enoja aplaca las rencillas. 19 El camino del perezoso es seto de espinas; el sendero de los rectos es llano. 20 El hijo sabio es la gloria de su padre; el necio, la vergüenza de su madre. 21 Al falto de sentido le agrada la necedad, pero el hombre prudente endereza sus caminos. 22 Frústranse los planes donde no hay consejo, pero se logran por el consejo de muchos. 23 Gusta saber qué responder, y la palabra dicha a tiempo, ¡cuánto bien hace! 24 El inteligente va hacia arriba por el camino de la vida, para apartarse del sepulcro abajo.
Existe una mutua influencia entre el alma y el cuerpo, de modo que los sentimientos de aquélla tienen en éste su repercusión. Así, el gozo del alma se exterioriza en la expresión del rostro, que irradia satisfacción y contento, y el ánimo abatido por el dolor se deja entrever en la mirada triste y rostro cabizbajo.
Una de las exigencias de la sabiduría es el deseo de un aprovechamiento cada día mayor en la misma. Siempre es posible un progreso cada día mayor, tanto en la sabiduría especulativa como en la práctica, y el verdadero sabio no deberá sentirse plenamente satisfecho mientras pueda acrecentar su ciencia. El necio, en cambio, se complace en su necedad, por lo que no siente inquietud alguna por salir de ella.
El sabio declara en seguida dónde se encuentra la verdadera felicidad. Afirma que en esa alegría del corazón que proviene del disfrute de los bienes que Dios nos concede, y más todavía del cumplimiento fiel de los deberes fundamentales enseñados en la ley, el amor a Dios y el amor al prójimo. De ahí que los días del pobre sean todos tristes (v.1s); el miserable afligido que carece incluso de lo imprescindible para una vida digna, que no dispone de medios con que granjearse amigos, que resulta incluso odioso a sus familiares 10, no puede sentirse contento y feliz. Pero tampoco las solas riquezas proporcionan la verdadera dicha, si no van unidas al temor de Dios, al cumplimiento de su voluntad, que las hacen poseer con paz y seguridad, sin la preocupación de que en un momento dado le puedan ser arrebatadas, lo que turbaría la felicidad que de ellas podría provenir. De modo que es preferible tener lo necesario viviendo en el temor de Dios y gozando del amor del prójimo que poseer grandes riquezas sin la bendición del Señor o festejar donde reina el odio. Amenofis escribió unas sentencias parecidas: “Es mejor – dice – pobreza en manos de Dios que riqueza en el almacén. Mejor pan con un corazón alegre que riquezas con disgusto,” 11 y Ahikar: “Preferible saciarse de hierbas insípidas, comidas con alegría y contento, que de todas las cosas dulces con disgusto, riñas, tristeza e inquietud”12. Los ascetas hacen aplicación de estos pensamientos a la vida espiritual, inculcando que es preferible el cumplimiento de los mandamientos con caridad en el corazón que los consejos evangélicos con odio.
La mención del odio quizá llevó al redactor a colocar aquí la sentencia del v.18, en que se contraponen de nuevo la ira y la paciencia en términos parecidos a los del v.1. Séneca recomendaba a este propósito que “la discusión comience siempre por tu prójimo, y la reconciliación por ti.” 13 Sigue una observación de la vida práctica sobre el perezoso y el diligente: al primero todo se le presenta difícil y arduo; abandonado a su desidia, los obstáculos le resultan cada día más insuperables; el camino de la virtud es para él como un seto de espinas al caminante palestinense, que camina con los pies descalzos. Al justo, el amor a la virtud le hace vencer todo obstáculo en su camino y crecer cada día en ella, crecimiento que le sirve de estímulo para superarse más y más en el esfuerzo preciso para alcanzarla en su más alto grado. El v.20 reproduce el 10:1, recomendando la piedad filial. El 21 constata la experiencia desconcertante del necio, que se goza en su necedad, sin duda porque no conoce que sus acciones son malas o porque no adivina el castigo que a ellas seguirá; y la del varón prudente, que dirige los pasos de su vida conforme a la ley de Dios y los dictámenes de la sabiduría.
El sabio hace una recomendación de la utilidad del consejo. Si en asuntos complicados se obra por iniciativa propia, fácilmente uno se equivoca; no, en cambio, si se consulta el parecer de sabios y prudentes consejeros 14. También los sabios egipcios hacían resaltar esta importante misión sapiencial15, cuyo fiel cumplimiento proporciona profunda alegría al sabio y, especialmente en situaciones delicadas, hace un bien inmenso a quienes pidieron su consejo o necesitaron una palabra de aliento y consuelo.
Concluye con el estribillo constante del libro de que la virtud conduce a la vida, y el pecado a la muerte. Se trata, como siempre, de la vida larga y feliz y de la muerte prematura, y se expresa una vez más la creencia de que Dios premia las buenas acciones en esta vida y castiga las malas. Si queremos interpretar este verso de acuerdo con la doctrina constante del libro, no podemos ver afirmada en él claramente la existencia de dos lugares distintos, uno para los buenos y otro para los malos, alusión al cielo y al infierno. Tal vez la entrevió, pero no lo suficiente para afirmarla sin más y ponerla como base de sus exhortaciones.
Cosas odiosas y cosas gratas a Yahvé (15:25-33).
25 Asóla Yahvé la casa del soberbio y afirma los linderos de la viuda. 26 Son abominables a Yahvé los pensamientos del malo y le son gratas las palabras limpias. 27 Perturba su casa el codicioso, pero el que aborrece las dádivas vivirá. 2§ El corazón del justo medita la respuesta, pero la boca del impío echa fuera su maldad. 29 Lejos de los impíos está Yahvé, mas oye la oración del justo. 30 Rostro radiante alegra corazones, y una buena nueva conforta los huesos. 31 Oreja que escucha la corrección saludable tendrá su puesto entre los sabios. 32 El que tiene en poco la corrección menosprecia su alma; el que la escucha adquiere entendimiento. 33 El temor de Yahvé es enseñanza de sabiduría, y a la honra precede la sumisión.
Los libros sagrados repiten que Dios castiga a los soberbios y da su gracia a los humildes. El sabio afirma aquí que Dios asolará la casa del soberbio, permitiendo le sea arrebatada o destruida su hacienda; en cambio, defenderá los linderos de la propiedad de la viuda 16 para que nadie, aprovechándose de su condición indefensa, pueda reducirle sus límites. Una de las características de la legislación deuteronómica es la protección de los débiles y necesitados, los pobres, los huérfanos, las viudas; y los profetas presentan a Yahvé como el defensor de los mismos 17. Afirmó también antes el sabio que Dios penetra en los pensamientos mismos del hombre (v.11); añade ahora que el Señor detesta los pensamientos del malvado, que traman el mal ajeno, ya que, como afirma el salmista, El no se complace en la iniquidad 18 y le agradan las palabras del justo, que no están empañadas con críticas y calumnias o cualquier otros pecados que ofenden la caridad del prójimo y resultan, por lo mismo, desagradables a sus ojos.
El v.27 pone de manifiesto los efectos de la codicia y del desprendimiento. Aquélla perturba la casa, porque el afán de tener cada vez más persigue constantemente al codicioso y le lleva a cometer injusticias, que originan el temor de perder un día lo que injustamente había adquirido, víctima de la maldición de Dios o de la venganza de quienes fueron por él despojados de sus bienes. Mas el hombre desinteresado, que aborrece las dádivas, no incurrirá en las injusticias a que aquéllas dan lugar y se mantendrá fiel en el cumplimiento del deber, con lo que gozará de paz y tranquilidad bajo la protección de Dios. No es reprobable el aceptar regalos por los beneficios hechos al prójimo; lo que condena el sabio son las dádivas que corrompen en el cumplimiento del deber, induciendo a cometer injusticias. Advierte también el sabio que el justo, cuando tiene que hablar, piensa y pondera las cosas y habla lo que es bueno, mientras que el impío, como no reflexiona y tiene el mal a punta de lengua, en seguida profiere el mal. San Bernardo da a este propósito un sabio consejo: “Pasa dos veces tus palabras por la lima antes de llevarlas a tu lengua.”19
Los últimos versos de la perícopa refieren pensamientos conocidos. El v.29 expresa de una manera más general lo que en el v.8 dijo sobre el sacrificio del impío y la oración del justo. Los sabios, como advierte Renard 20, insisten más en la benevolencia de Dios para con los justos que en su misericordia para con los pecadores, mientras que los profetas hacen más veces mención de este atributo en su relación con los israelitas. El ν.30 recoge un pensamiento análogo al de los v.13 y 15, los efectos psicológicos que en el cuerpo produce la alegría y la repercusión que en la misma salud corporal tiene una noticia agradable, debido al optimismo que la misma infunde en el alma y la unión íntima de ésta con el cuerpo 21. Los v.31-32 vuelven sobre las diversas consecuencias de aceptar o rechazar la corrección. Esta, comenta A Lapide, es para el alma un bien sumo, pues la ilumina, limpia, adorna y perfecciona con toda virtud…. él que la rechaza es como el enfermo, que aborrece la medicina y el médico 22. El v.33 añade a la enseñanza repetida de que el temor de Yahvé es principio de sabiduría una importante lección: la sabiduría confiere a sus discípulos el más grande honor y consiguiente estima por parte de los demás; pero para llegar a ella es precisa la sumisión humilde y sencilla a los mandamientos de Dios 23. “Como la ruina va detrás de la arrogancia – escribe San Gregorio Nacianceno -, así el esplendor y la gloria acompañan a la humildad, pues que el Señor resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes.” 24
1Sa 25:24; 1Re 12:12-17. – 2 10:20. – 3 12:23. – 4 5:21; Jer 16:17; Jer 32:19; Job 14:6; Job 31:4; Job 34:21; Sal 34:16-17; Sal 139:1-8; Eco 17:13. – 5 Job 26:6. – 6 Isa 1:11-15; Isa 61:8; Jer 6:20; Jer 7:22-23; Amo 5:21-22; Ose 6:6; Miq 6:7; Mal 1:12. – 7 Mat 7:7. – 8 Serm.19 De verbis Domini. – 9 13:1. – 10 14:20 – 11 Cf, Pritchard, o.c., p.422 col.2. – 12 ñau, p.276. – 13 Proverb. Cf. 14:29; 15:1; Eco 8:16; Eco 28:8.12. – 14 11:14. – 15 Cf. Pritchard, o.c., p.431-2 (enseñanzas de Duauf). – 16 Deu 19:14. – 17 Isa 1:17; Isa 1:10, Isa 1:2. – 18 Sal 5:5; 15:5- – 19 “Verba bis ad limam, antequam semel ad linguam.” – 20 O.c., p.111. – 21 3:8. – 22 O.c., p.477. – 23 22:4, – 24 Orat. III.
Fuente: Biblia Comentada
Esta gran sección contiene trescientos setenta y cinco proverbios individuales de Salomón. No están en un orden evidente, con un agrupamiento por tema solo ocasional, y a menudo están sin contexto para indicar su aplicación. Se basan en el conocimiento inspirado por parte de Salomón de la ley y de los profetas. El paralelo, proverbios de dos líneas de los capítulos Pro 10:1-32; Pro 11:1-31; Pro 12:1-28; Pro 13:1-25; Pro 14:1-35; Pro 15:1-33, son mayormente contrastes u opuestos (antitéticos), mientras que los de los caps. Pro 16:1-33; Pro 17:1-28; Pro 18:1-24; Pro 19:1-29; Pro 20:1-30; Pro 21:1-31; Pro 22:1-29 son mayormente similitudes o comparaciones (sintéticos).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Ver 1Sa 25:32-33.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
15.1 ¿Ha tratado alguna vez de discutir en un susurro? Es también difícil discutir con alguien que insiste en contestar de manera suave. En otras palabras, una voz y palabras acaloradas casi siempre provocan una respuesta airada. Para aplacar la ira y buscar la paz, escoja palabras amables.15.3 Tal parece que en ocasiones Dios deja que el mal ande sin freno en el mundo. Y nos preguntamos si siquiera se percata de él. Pero Dios lo ve todo con claridad: las acciones y las intenciones malvadas que las provocan(15.11). No es un simple observador indiferente. Está preocupado y activo en nuestro mundo. Ahora mismo, su obra quizás no se vea ni se sienta, pero no se dé por vencido. Algún día borrará el mal y castigará a los malvados, del mismo modo que establecerá el bien y recompensará a los que hacen su voluntad.15.14 El alimento de nuestras mentes es tan importante como el de nuestros cuerpos. La clase de libros que leemos, la gente con la que hablamos, la música que escuchamos y las películas que vemos forman parte de nuestra dieta mental. Use discernimiento porque lo que alimente su mente influirá en su total salud y bienestar. Por lo tanto, un fuerte deseo para descubrir la verdad es muestra de sabiduría.15.15 Las actitudes dan color a toda la personalidad. No siempre podemos decidir lo que nos va a suceder, pero podemos decidir qué actitud tomar ante cada situación. El secreto para un corazón contento es llenar nuestras mentes con pensamientos verdaderos, puros y amorosos. Pensamientos que abarcan las cosas buenas de la vida (Phi 4:8). Este fue el secreto de Pablo cuando lo encarcelaron y puede ser el nuestro cuando nos enfrentemos a las luchas de la vida diaria. Analice sus actitudes y luego examine lo que permite que entre en su mente y en lo que decide ocuparse. Quizás necesite hacer algunos cambios.15.17-19 La «vereda de los rectos» no siempre parece fácil (15.19), pero analice las alternativas: odio (15.17), contienda (15.18) y pereza (15.19) causan problemas que los hombres buenos no tienen que enfrentar. En comparación, su vida es un camino suave, nivelado, porque está construido sobre una base sólida de amor por Dios.15.22 Los que tienen una visión de túnel, los que están atrapados en una sola forma de pensar, tal vez pierdan el buen camino debido a que cierran su mente a nuevas opciones. Necesitamos la ayuda de los que pueden ampliar la visión y perspectiva. Busque el consejo de los que lo conocen y tienen una rica experiencia. Construya una red de consejeros. Luego sea receptivo a nuevas ideas y esté dispuesto a evaluar las sugerencias con cuidado. Sus planes serán más firmes, con más posibilidades de éxito.15.28 El justo piensa sus respuestas antes de hablar. El impío no espera para hablar porque no le importan los efectos que provoquen sus palabras. Es importante tener algo que decir, pero es también importante pensar antes lo que vamos a decir. ¿Mide con cuidado sus palabras o lanza sus pensamientos sin preocuparse del impacto que tendrán?
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 753 Jue 8:2; 1Sa 25:33; Pro 25:15
b 754 1Re 12:14; 1Re 12:16; Pro 29:22
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
suave. Es decir, conciliadora (lit., blanda ).
hiriente. Es decir, perjudicial.
Fuente: La Biblia de las Américas
[27] Ex 23, 8.