Del hombre son los planes del corazón, pero de Jehovah es la respuesta de la lengua.
las disposiciones del corazón. Pro 16:9; Pro 19:21; Pro 20:24; Pro 21:1; 2Cr 18:31; Esd 7:27; Neh 1:11; Sal 10:17; Sal 119:36; Jer 10:23; Jer 32:39, Jer 32:40; Eze 36:26, Eze 36:27; 2Co 8:16; Flp 2:13; Stg 1:16-18.
la respuesta de la lengua. Éxo 4:11, Éxo 4:12, Éxo 4:15; Jer 1:7-9; Mat 10:19, Mat 10:20; Luc 12:11, Luc 12:12; Luc 21:14, Luc 21:15.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Máximas acerca de la sabiduría, la providencia de Dios, el poder y la obligación de los reyes, lo malo del orgullo, la calumnia, la discordia, y la violencia. Y la excelencia de la prudencia, la mansedumbre y la integridad, Pro 16:1-33.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Este versículo marca la diferencia entre las limitaciones humanas y la soberanía de Dios. El hombre hace planes, sueña y espera, pero el resultado final solo proviene de Jehová. Más que «resignarnos a nuestro destino», deberíamos confiar en Dios. Nuestro amante Señor está en control de nuestra aparentemente caótica situación. El versículo Pro 16:2 elabora este tema. En adición a su soberanía, Dios será el juez final. Todas las injusticias de este mundo serán corregidas algún día glorioso.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
LA RESPUESTA DE LA LENGUA. Los seres humanos pueden hacer planes, pero la capacidad para llevar a cabo debidamente esos planes viene de Dios (cf. vv. Pro 15:9; Pro 15:33; Pro 21:31).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
16. Providencia, el Rey, Humildad, la Palabra Sabia.
La providencia de Dios (16:1-9).
1 Del hombre es preparar la mente, pero es Yahvé quien da la respuesta de la lengua. 2 Al hombre le parecen buenos todos sus caminos, pero es Yahvé quien pesa las almas. 3Encomienda a Yahvé todos tus afanes, y se te lograrán tus pensamientos. 4Todo lo ha hecho Yahvé para sus fines, aun al impío para el día malo, 5Aborrece Yahvé al de altivo corazón; pronto o tarde, no quedará sin castigo. 6Con misericordia y verdad se repara el pecado, con el temor de Yahvé se aparta el hombre del mal. 7Cuando los caminos del hombre son gratos a Yahvé, aun a los enemigos se concilia. 8Mejor es poco en justicia que muchas rentas en injusticia. 9Traza el corazón del hombre sus caminos, pero es Yahvé quien dirige sus pasos.
Comienza el sabio estas sentencias en torno a la providencia de Dios aplicando a la lengua el conocido aforismo de nuestro refranero: “El hombre propone y Dios dispone.” El hombre piensa las cosas y establece lo que ha de hablar o responder; pero si Yahvé, que mantiene un dominio absoluto sobre las palabras y acciones humanas, como se afirma continuamente en la Sagrada Escritura 1, no gobierna con su providencia la lengua, ésta no será capaz de expresar con acierto lo que la mente ha planeado. También en los proverbios de Ahikar y en las sentencias de Amen-en-ope se considera a Dios como autor de la palabra y respuesta recta 2. En este texto se apoyaban los pelagianos para probar que el hombre puede con sus fuerzas naturales prepararse a recibir la gracia. Pero en el texto se prescinde del orden de la gracia. Y aun en este orden, si bien se requiere, por parte del hombre, una preparación necesaria, ésta es ya un efecto de la gracia preveniente 3. El sabio advierte a continuación el contraste que existe a veces entre el juicio divino y el humano. Al hombre, ignorante y lleno de prejuicios, le parecen buenas las acciones suyas, sin darse cuenta de que provienen de un principio que las vicia, como el amor propio, los respetos humanos. “Cierto que de nada me arguye la conciencia – escribía el Apóstol -, mas no por eso me creo justificado; quien me juzga es el Señor.”4 Dios, que penetra en los corazones de los hombres5, puede juzgar de la moralidad de sus obras mejor que el mismo hombre, el cual deberá conformar sus juicios con los de Dios. De ahí la norma práctica que los salmistas recomendaban con frecuencia: deja tus afanes en las manos de Dios, de quien depende el éxito de los mismos 6, y con su ayuda lo obtendrás.
El v.4 afirma el gobierno de Dios sobre todas las cosas. Yahvé las creó y les impuso un fin que realizar. El las dirige a todas hacia sus fines respectivos. De la armonía de todos ellos resulta el orden maravilloso del universo. Por lo que al impío toca, no quiere decir el sabio que Dios lo haya creado para su castigo, como predestinándolo sin más al infierno. Dios creó todas las cosas buenas. Pero el hombre pecó, haciéndose reo del castigo que Dios infinitamente justo le infligirá si no se arrepiente de su pecado. Dios no predestina al castigo sino después de haber previsto la incorrespondencia a las gracias que Dios da a todos en la medida suficiente para salvarse7. Por lo demás, el impío glorificará a Dios, proclamando su justicia. Dios aborrece todo pecado, pero detesta de un modo especial la soberbia. En 6:17 la enumeró entre las cosas odiosas a Dios. La razón es, como dice A Lapide, porque el soberbio se hace émulo y antagonista de Dios y, como otro Lucifer, le disputa su honor y primacía. Jesucristo nada ensalzaría tanto como la humildad y nada recriminaría tanto como este vicio 8, que recibirá por parte de Dios duro castigo 9. El pecado, afirma el sabio, se repara con misericordia y verdad, expresión frecuente en la Sagrada Escritura, que significa aquí la virtud en general. La misericordia predispone a Dios al perdón de nuestros pecados; más aún, la exige como condición para perdonar 10. Y con las obras de misericordia satisfacemos por la pena temporal debida por los pecados y que permanecen perdonados aquéllos en cuanto a la culpa. La virtud, que hace los caminos gratos a Yahvé, enumera entre sus efectos el concillarse a los mismos enemigos. Lo confirman las historias de Isaac, Jacob, David, Jeremías y los babilonios. La razón es que Dios, dueño de los corazones, puede hacer cambiar sus sentimientos, de modo que sientan hoy amor y benevolencia hacia quienes ayer abrigaron odio en su corazón. Por otra parte, hay quienes saben hacer tan amable la virtud y la bondad, que suscitan la admiración de sus mismos enemigos, que vuelven de nuevo a la paz y amistad con ellos. El v.8 repite 15:16, disuena de los demás del grupo al no hacer mención alguna al gobierno divino, y el V.9 recuerda el verso primero de la perícopa.
El rey (16:10-15).
10 Un oráculo son los labios del rey; en el juicio no se equivoca su boca. 11 Peso justo y balanza justa son de Yahvé, y obra suya son las pesas de la bolsa 12 Abominable es que los reyes hagan impiedad, pues por la justicia se afirman los tronos. 13 Agradan al rey los labios veraces, y ama al que habla rectamente. 14 La cólera del rey es heraldo de la muerte; el hombre sabio lo apacigua. 15 En la alegría del rostro del rey está la vida; su favor es como nube preñada de lluvia primaveral.
Para comprender las sentencias que siguen es preciso tener en cuenta la autoridad absoluta de que gozaban los reyes orientales, que llevaba a los subditos a divinizarlos y a ellos a disponer incluso de la vida de éstos. Se trata no sólo de los reyes israelitas, sino de todos los soberanos, y se presenta el rey ideal. Las palabras del rey, comienza el sabio, son un oráculo para sus subditos, por lo que no pueden equivocarse. No quiere esto decir que Dios hable a través del rey, sino que los soberanos gobiernan en nombre de Dios, como vicarios suyos 11, por lo cual El los guía en sus decisiones, concediéndoles las gracias precisas para el recto cumplimiento de su misión. Los subditos deberán considerar y obedecer sus leyes como venidas de Yahvé.
Una de las cosas sobre las que han de vigilar los reyes es la justicia en las relaciones sociales, por lo que han de procurar la exactitud en las pesas y medidas, a fin de que no se cometan injusticias con ellas. Tal injusticia es abominable a los ojos de Dios 12. Posiblemente los babilonios introdujeron muy pronto su sistema de pesas y medidas en Ganaán 13. Los mercaderes, en sus viajes, llevaban sus pesas en una bolsa’14. Por su parte, los reyes deberán mantener lejos de sí toda impiedad. La justicia es lo que afianza los tronos y asegura la paz y prosperidad de los pueblos. La paz es obra de la justicia. Si el rey es impío, su ejemplo induce a serlo a los demás. Vienen los vicios y con ellos toda una serie de males que llevan a la ruina los más florecientes reinos 15.
El sabio hace una preciosa advertencia a los soberanos. Nadie como ellos están expuestos a la adulación. Sus cortesanos con frecuencia los alaban hipócritamente, con el fin de ganarse su favor. Pero el rey, para llevar a cabo un buen gobierno de su nación, precisa buenos consejeros, y sólo son tales los que están siempre dispuestos a decir al rey toda y sola la verdad. Amonesta aquí el sabio a los reyes que eviten, como una peste, a los aduladores, que sugieren cosas agradables, pero nocivas, y se rodeen de varones justos y prudentes, que sugieren consejos veraces y justos, aunque resulten desagradables y molestos16.
Siendo los monarcas orientales señores de la vida de sus subditos, era muy peligroso incurrir en la ira de los mismos, y se demuestra verdaderamente sabio quien logra apaciguarlos. En cambio, quien logra el favor de un rey que tiene plenos poderes y haciendas, se asegura una vida feliz y próspera. La comparación de su benevolencia con la lluvia primaveral es muy expresiva, por cuanto ésta es absolutamente necesaria para una buena cosecha. El agua de Nisán, decían los israelitas, vale más que el arado y los bueyes. Por ello era considerada como una bendición divina 17.
Sabiduría y humildad (16:16-22).
16 Mejor adquirir sabiduría que adquirir oro; tener inteligencia vale más que tener plata. 17 El camino derecho es apartarse del mal; guarda su alma el que guarda su camino. 18 La soberbia es heraldo de la ruina, y la altivez de corazón, de la caída. 19 Mejor es humillar el corazón con los humildes que partir con los soberbios los despojos. 20 El que pone atención a la palabra hallará el bien, y quien confía en Yahvé es bienaventurado. 21El sabio de corazón es tenido por sensato, y la blandura de los labios hace eficaz la doctrina. 22 Fuente de vida es la sabiduría para quien la tiene, y es castigo del necio la necedad.
Dada la facilidad con que el corazón se apega a las riquezas, se hace necesaria la insistencia del sabio en poner de relieve la estima que por encima de ellas merece la sabiduría. El camino derecho, advierte también, consiste en apartarse del mal que a uno y otro lado nos acecha; quien lo sigue se asegura la vida feliz 18. Una de las cosas que más frecuentemente apartan de la senda recta es la soberbia, por lo que el sabio se complace en recordar una y otra vez sus efectos. Ella fue la causa del primer pecado y de una u otra manera interviene casi siempre en los demás; con frecuencia lleva a la injusticia y la violencia. Pero Dios castiga duramente al soberbio, permitiendo su ruina material no pocas veces; por lo que es mejor la compañía de los humildes que los bienes que pueda ofrecer el soberbio, expuestos al castigo de Yahvé.
El v.20, que completa el v.13, contiene la más sabia norma de conducta: por una parte, el cumplimiento fiel de los mandamientos de Yahvé, contenidos en la ley, y la doctrina de los sabios; por otra, una gran confianza en Dios, que es quien tiene que conceder los beneficios a él prometidos. Es el “a Dios rogando y con el mazo dando” de nuestro refranero, que nos enseña hemos de trabajar como si el éxito dependiera totalmente de nosotros, y después poner toda la confianza en el Señor, como si nuestros esfuerzos fueran del todo inútiles y el éxito hubiera de venir sólo de Dios. Advierte también el autor que el sabio, por el mero hecho de serlo, es tenido en honor entre los hombres; pero, si sabe exponer su doctrina con gracia, la hace más persuasiva. La experiencia confirma que unas mismas cosas dichas con elocuencia, con convencimiento, o proferidas desmadejadamente, sin sentirlas, tienen una eficacia persuasiva muy distinta 19. El último verso afirma una vez más los efectos de la sabiduría y las consecuencias de la necedad: mientras que aquélla es fuente de vida feliz y próspera, la necedad, que ignora la práctica de la ley de Dios y enseñanza de la sabiduría, lleva en sí misma el castigo 20.
El don de la palabra (16:23-33).
23 El corazón del sabio hace disertar su boca y con sus labios avalora su doctrina. 24 Panal de miel son sus suaves sentencias; dulzura del alma y medicina de los huesos. 25 Hay caminos que al hombre le parecen derechos, pero a su fin son caminos de muerte. 26 El que trabaja, para sí trabaja, pues su boca le estimula. 27 El impío se cava la fosa, y hay en sus labios como llama de fuego. 28 El perverso excita contiendas, y el chismoso aparta a los amigos. 29 El hombre malo lisonjea a su prójimo y le lleva por caminos no buenos. 30 El que hace guiños con los ojos, maquina engaños, y el que aprieta los labios ha hecho ya el mal. 31 Gloriosa corona es la canicie; es por el camino de la justicia como se obtiene. 32Mejor que el fuerte es el paciente, y el que sabe dominarse vale más que el que expugna una ciudad. 33 En el seno se echan las suertes, pero es Yahvé quien da la decisión.
En el v.23, el autor vuelve sobre el pensamiento del v.21: del corazón del sabio brotan palabras sabias, porque las somete a prudente reflexión, y si a ellas añade elocuencia, hace persuasivas sus enseñanzas. Entonces sus palabras son gozo para el alma y medicina para el cuerpo. La comparación de las sentencias del sabio al panal de miel era muy expresiva para los orientales. La miel, que sustituía en todo al azúcar, agrada al paladar y era muy utilizada en medicina. La doctrina sapiencial, que enseña el camino para conseguir la vida feliz, proporciona al alma la más grande alegría, que parece comunica nuevas energías al cuerpo, el cual, por lo demás, gozará de cuanto aquella vida feliz supone en el orden material.
El v.25 repite 14:12. El autor insiste en la advertencia de que no debemos fiarnos demasiado de nuestro propio juicio, sino que debemos buscar el consejo de los sabios. El “alma” del que trabaja, dice el texto hebreo del v.26, que puede significar también las “necesidades vitales,” para sí misma trabaja impulsada por la necesidad de ganar su sustento. Después del pecado, el hombre, le guste o no el trabajo, ha de comer el pan con el sudor de su frente 21. Los versos siguientes (27-29) expresan diversas actitudes y efectos del impío, advirtiendo de antemano que, al maquinar el mal para los demás, caerá él en la fosa que preparaba para su prójimo, víctima de los ardides en que pretendía cogerle 22. En sus labios hay, dice el sabio, como llama de fuego, expresión metafórica que significa el lenguaje injurioso del impío, que devora con sus críticas y murmuraciones la buena fama de los demás; “la lengua del que calumnia es como fuego devastador,” escribe Santiago23. Por lo mismo, excita contiendas 24 y aparta a los amigos ai descubrir faltas y defectos, cuyo conocimiento comienza por distanciarlos y termina por separarlos25. Finalmente, lisonjea a su prójimo; nuestro amor propio es muy propenso a la lisonja, por lo que los impíos, que no reparan en la moralidad de los medios, encuentran en ella un medio muy a propósito para llevar a los incautos por sus caminos. A continuación, el sabio alude a algunos de los gestos exteriores por los que puede conocerse que un hombre abriga en su corazón malos designios, y la prudencia enseña que hay que alejarse de él.
El v-31 ha de ser interpretado a la luz de los lugares en que el sabio promete como premio a la justicia una vida larga y feliz, y a la impiedad, la ruina y una muerte prematura. En consecuencia, la ancianidad para los judíos suponía el cumplimiento de los mandatos de Yahvé, que aseguran su favor y protección26, por lo que aparecía ante ellos llena de honor. El sabio prescinde del caso del impío que vive largos años. La doctrina de la inmortalidad del alma cambió de esa manera de pensar, que lógicamente no se encuentra en el Nuevo Testamento.
Bella sentencia la del v.32, en que la victoria moral sobre sí mismo es colocada por encima de la victoria de las armas sobre los demás. Supone más valor y cuesta mucho más el vencerse a sí mismo, dominar las pasiones y ciertas inclinaciones, sobrellevar las grandes adversidades con la paciencia de un Job, que llevar a cabo una brillante y gloriosa acción militar en la conquista de una ciudad. “Los mismos paganos – comenta Girotti -, no obstante su gran admiración por la fuerza bruta y por el valor guerrero, exaltaron este dominio de sí mismos, que hace al hombre verdaderamente superior.” 27
Termina el capítulo con la idea con que comenzó: todo depende de Dios y nada ocurre sin su beneplácito. Los hebreos acudían con mucha frecuencia a las suertes para resolver sus dudas 28. En los asuntos de más importancia se consultaban los urim y tummim 29. Pero la suerte no existe. “La casualidad – escribe el autor antes citado al verso siguiente – es una palabra vacía de sentido que indica nuestra ignorancia de las causas, pero no su ausencia.” Fue Dios quien dispuso las cosas así.
1 Exo 10:1; Sal 118:8; Amo 3:6; Mat 10:19; Mat 13:11; Rom 9:16. – 2 Pritchard, o.c., p.423 (c.18) y p.429 (col.8). – 3 Cf. Jua 6:44; 2Co 3:5; Gong. Trid., ses.6 0.6-9: Denz. 798-800 y 8i9;SAN agustín: PL 44:585-586; santo tomás, 1-2 q.112 a.2. – 4 1Co 4:4. – 5 15:11. – 6 22:8; 37:5; 55:23; 90:17. – 7 Cf. Gong. Araus. II: Denz. 200; Conc.Valentinum III, De Praedestinatione: Denz, 322; Gong. Trid., ses. 6 can. 17: Denz 827. – 8 Mt 23. – 9 Isa 3:16-26; Luc 1:51-52. – 10 Mat 6:12; Stg 2:13. – 11 8:15. – 12 11:1 – 13 Amo 8:5; Eze 45:10-12. – 14 Algunos autores leen el rey en lugar de Yahvé, por estar más de acuerdo con el contexto y ser él quien como autoridad suprema ordena el sistema de pesas y medidas (Τον). – 15 20:28; 25:5; 29:4; Deu 17:14-20; Isa 32:1. – 16 Cf. A Lapide, o.c., p-497. – 17 Deu 11:14; Jer 5:24. – 18 13:14 – 19 Eco 10:5. – 20 10::11. – 21 Gen 3:17-19. – 22 Eco 27:29. – 23 Sant 3:6. – 24 6:14-19. – 25 179. – 26 3:2; 4:10; 10:27; 14:27; Exo 20:12; Sal 21:5; Sal 23:6; Eco 1:12. – 27 O.c., p.75. Cf. idéntica manera de pensar en Horacio, 2 oda 2; Ovidio, Epist. ex Pont. II 75- – 28 Lev 16:8; Num 20:55; Jue 1:3; Isa 34:17; Nah 3:10; Sal 21:19. – 29 Num 27:21; 1Re 14:41; 1Re 23:2; 1Re 28:6, etc.
Fuente: Biblia Comentada
disposiciones … respuesta. La responsabilidad humana está siempre sometida a la absoluta soberanía de Dios (cp. Pro 3:6; Pro 16:2; Pro 16:9; Pro 16:33; Pro 19:21; Pro 20:24; Pro 21:1; Pro 21:30-31).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Esta gran sección contiene trescientos setenta y cinco proverbios individuales de Salomón. No están en un orden evidente, con un agrupamiento por tema solo ocasional, y a menudo están sin contexto para indicar su aplicación. Se basan en el conocimiento inspirado por parte de Salomón de la ley y de los profetas. El paralelo, proverbios de dos líneas de los capítulos Pro 10:1-32; Pro 11:1-31; Pro 12:1-28; Pro 13:1-25; Pro 14:1-35; Pro 15:1-33, son mayormente contrastes u opuestos (antitéticos), mientras que los de los caps. Pro 16:1-33; Pro 17:1-28; Pro 18:1-24; Pro 19:1-29; Pro 20:1-30; Pro 21:1-31; Pro 22:1-29 son mayormente similitudes o comparaciones (sintéticos).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
— El ser humano… dispone: Lit. Del hombre los proyectos del corazón, del Señor la respuesta de los labios. La traducción ofrecida respeta la equivalencia dinámica, rescatando la expresión acuñada por el refranero castellano.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Soberanía divina y humana. Como en ningún otro lugar en Prov. Dios aparece nueve veces en los vv. 1-11; el rey cinco veces en los vv. 10-15.
La definición de la posición de un rey en una monarquía tradicional (lo que puede aplicarse a otras formas distintas de liderazgo político) tiene dos aspectos. Primero, tiene el temible poder final, en pa labra y en hecho (10, 14, 15). Segundo, está dedi cado a la justicia y a la piedad (10:12, 13). En Israel y en todo otro lugar, la última sería contada como esencial a la idea de monarquía tanto como la primera, aunque pudiera ser vista también como no meramente un asunto moral sino de interés propio (12). En el contexto de los dichos sobre la realeza, los comentarios sobre la justicia, la sabiduría, la rectitud y la humildad en los vv. 8 y 16-19 se aplicarán al rey en particular.
Esto es especialmente así cuando los comentarios acerca del rey se colocan en el contexto de la actividad de Dios en el mundo. El entrelazamiento de las dos en los vv. 10 y 11 ayuda a impedir que puedan separarse, pero así también lo hacen las declaraciones reales acerca de Dios, porque ellas también enfocan en la soberanía y la justicia. Es la intervención de Dios la que determina hasta dónde los planes son explicados con efectividad (1), cómo se evalúan las acciones (2), hasta dónde los planes son exitosos (3) y cómo factores aparentemente negativos se adaptan a un propósito (4). También determina hasta dónde la arrogancia del poder que da impune (5), se evitan problemas (6), la diplomacia es eficaz (7), las ideas funcionan en la práctica (9) y las normas justas obran en los negocios (11).
Humanamente hablando, las normas mercantiles eran responsabilidad del rey. El v. 11 así hace especialmente claro cómo en esta sección la posición del rey está siendo subordinada a la de Dios. Esto traería un importante mensaje a Israel en la época del primer templo, cuando tenían reyes a los que aquí son desafiados a gobernar de una manera que refleje el gobierno de Dios, como se desafía a los gobiernos del mundo moderno. Traería también un importante mensaje a Israel en el período del segundo templo, cuando eran gobernados por reyes extranjeros, de los que se dice también que están al fin bajo el gobierno de Dios, un aliento a su vez pa ra pueblos hoy controlados por poderes extranjeros.
Notas. 6 Mal aquí parece denotar desastre (la misma palabra aquí como en el v. 4); apartándose del mal a los caminos rectos y a Dios hace posible evitar la calamidad resultante del pecado de uno. 10 Afirmación paralela a las de los vv. 12 y 13. 12-15 Lo que es abominación a los reyes y lo que favorecen se compara con la lista de las cosas que son abominación a Dios y las que le agradan (ver 15:8 donde las mismas dos palabras aparecen, y el comentario allí). 17 Para mal en el sentido de “desastre” ver el v. 16.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
16.1 «Mas de Jehová es la respuesta de la lengua» significa que el resultado final de nuestras disposiciones está en las manos de Dios. Si esto es así, ¿para qué decidir? Al hacer la voluntad de Dios, debe haber camaradería entre nuestros esfuerzos y el control de Dios. El quiere que usemos nuestras mentes, que busquemos el consejo de los demás y que tomemos decisiones. Sin embargo, los resultados están en sus manos. Entonces, las disposiciones nos ayudan a hacer las cosas de acuerdo con el propósito de Dios. A medida que viva para El, pídale dirección cuando tome decisiones y luego actúe de acuerdo a ellas confiando en Dios.16.2 «Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión». La gente puede buscar explicaciones racionales para todo si no tienen normas para juzgar el bien y el mal. Siempre podemos probar que tenemos razón. Antes de poner en marcha cualquier decisión, pregúntese:(1) ¿Está esta decisión en armonía con la verdad de Dios?(2) ¿Dará resultados bajo las condiciones de la vida real?(3) ¿Agrada a Dios mi actitud?16.3 Hay diferentes formas de fracasar al encomendar a Dios cualquier cosa que hagamos. Algunos solo encomiendan su trabajo de manera superficial. Dicen que su proyecto es para Dios, pero en realidad es para ellos mismos. Otros tienden a dar a Dios el control temporal de sus intereses, solo para quitárselo en el momento en que las cosas dejan de marchar de la manera en la que esperaban. Aun así hay otros que encomiendan su tarea por completo a Dios, pero no ponen ningún esfuerzo de su parte. Debemos mantener un balance: confiar en Dios como si todo dependiera de El, mientras que trabajamos como si todo dependiera de nosotros. Piense en un esfuerzo específico en el que esté involucrado ahora. ¿Lo ha encomendado al Señor?16.4 Este versículo no quiere decir que Dios creó a algunas personas impías, sino más bien que Dios utiliza incluso las actividades de los impíos para llevar a cabo sus buenos propósitos. Dios es infinito y nosotros somos finitos. No importa cuán maravillosos sean nuestros intelectos, nunca comprenderemos del todo a Dios. Pero podemos aceptar por fe que El es todopoderoso, todo amoroso y perfectamente bueno. Podemos creer que El no es la causa del mal (Jam 1:13, Jam 1:17). Y podemos confiar en que no hay cabos sueltos en su sistema de juicio. El mal es una condición temporal en el universo. Un día Dios lo destruirá. Mientras tanto, utiliza las intenciones malvadas para sus buenos propósitos (véase Gen 50:20).16.5 La altivez es la voz interna que susurra: «Mi manera es la mejor». Eso es resistir al liderazgo de Dios y creer que se es capaz de vivir sin su ayuda. Cuando se vea queriendo hacer algo a su manera y menospreciando a otras personas, la altivez tira de usted. Solo cuando elimina la altivez, Dios puede ayudarlo a convertirse en lo que El quiso que usted fuera. (Véase el cuadro del capítulo 18.)16.7 Queremos agradar a otras personas y en ocasiones haremos casi cualquier cosa para ganar su aprobación. Sin embargo, Dios nos dice que es mejor depositar nuestra energía en tratar de agradarle a El. Nuestro esfuerzo pacificador, por lo general, nos hará más atractivos a quienes nos rodean, incluso a los enemigos. Pero aun si esto no sucediera, no hemos perdido nada. Seguimos complaciendo a Dios, el único que en verdad importa.16.11 Ya sea que vendamos o que compremos, que produzcamos un artículo o que ofrezcamos un servicio, sabemos lo que es o no justo. A veces nos sentimos presionados a ser injustos para avanzar o sacar más provecho. Pero si queremos obedecer a Dios, no hay términos medios: Dios demanda honestidad en cada transacción comercial. Ninguna explicación racional encubrirá la práctica de un negocio sucio. La honradez y la justicia no siempre son fáciles, pero es lo que Dios demanda. Pídale discernimiento y fortaleza para ser siempre honrado y justo.16.18 Los soberbios toman muy poco en cuenta sus debilidades ni se anticipan a los impedimentos. Piensan que están por encima de las flaquezas de la gente común. Con este estado mental es muy fácil que las mentiras los atrapen. Es irónico, pero los soberbios pocas veces se dan cuenta de que la soberbia es su problema, a pesar de que quienes los rodean están muy conscientes de ello. Pregunte a alguien de su confianza si su deseo de autocomplacencia lo ha cegado a las señales de advertencia. Quizás esto lo ayude a evitar una caída.16.22 Durante siglos, la gente buscó la fuente de la juventud, un manantial que le daría vida eterna y vitalidad. Nunca se encontró. Sin embargo, la sabiduría de Dios es una fuente de vida que puede hacer feliz, saludable y viva a una persona para siempre. ¿Cómo? Cuando vivimos mediante la Palabra de Dios, El limpia los efectos mortales del pecado (véase Tit 3:4-8) y la esperanza de la vida eterna con El nos da una perspectiva gozosa en nuestra vida actual. La fuente de la juventud era un simple sueño, pero la fuente de la vida es una realidad. La decisión es suya. La sabiduría de Dios lo puede iluminar o el peso de su propia necedad lo puede arrastrar.16.26 «El alma del que trabaja, trabaja para sí» significa que no importa cuán difícil ni pesado encontremos el trabajo, nuestro apetito es un incentivo para seguir. El hambre hace que uno trabaje para satisfacer esa necesidad.16.31 Los hebreos creían que una vida larga era una señal de la bendición de Dios; por lo tanto, el cabello blanco y la edad avanzada eran buenos. Mientras que la gente joven se enorgullece de su fortaleza, los ancianos se regocijan de sus años de experiencia y de sabiduría práctica. El cabello blanco no es señal de desgracia que debe cubrirse, sino una corona de honra. Cuando usted se dirija a un anciano, hágalo con respeto.16.32 El dominio propio es superior a la conquista. El éxito en el trabajo, escuela o vida de hogar puede arruinarlo una persona que ha perdido el control de su temperamento. De modo que es una gran victoria personal controlar el temperamento. Cuando sienta que está a punto de explotar, recuerde que perder el control puede causar una pérdida de lo que más quiere.16.33 La suerte casi siempre se utilizó en ambientes ceremoniales y era un método usual para determinar la voluntad de Dios. Muchos sucesos importantes ocurrieron como consecuencia a echar suertes, incluyendo la identificación de Acán como el hombre que pecó (Jos 7:14), la repartición de la tierra prometida entre las diferentes tribus (Jos 14:2) y la selección del primer rey de la nación (1Sa 10:16-26).COMO SE DESCRIBE A DIOS EN PROVERBIOSProverbios es un libro acerca de la vida sabia. A menudo se centra en la respuesta y en la actitud de una persona hacia Dios, quien es la fuente de la sabiduría. Y un número determinado de proverbios señalan aspectos del carácter de Dios. Conocer a Dios nos ayuda a encontrar el camino de la sabiduría.Dios:Está al tanto de todo lo que sucede:1Sa 15:3Conoce el corazón de las personas:1Sa 15:11; 1Sa 16:2; 21.2Controla todas las cosas:1Sa 16:33; 1Sa 21:30Es un lugar seguro:1Sa 18:10Libra al justo del peligro:1Sa 11:8, 1Sa 11:21Condena al impío:1Sa 11:31Se goza en nuestras oraciones:1Sa 15:8, 1Sa 15:29Ama a los que lo obedecen:1Sa 15:9; 1Sa 22:12Protege al pobre y al necesitado:1Sa 15:25; 1Sa 22:22-23Purifica los corazones:1Sa 17:3Abomina el mal:1Sa 17:5; 1Sa 21:27; 1Sa 28:9Nuestra respuesta debe ser:Temer a Dios y reverenciarlo:1Sa 10:27; 1Sa 14:26-27; 1Sa 15:16; 1Sa 16:6; 1Sa 19:23; 1Sa 28:14Obedecer la Palabra de Dios:1Sa 13:13; 1Sa 19:16Agradar a Dios:1Sa 21:3Confiar en Dios:1Sa 22:17-19; 1Sa 29:25
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) “Al hombre terrestre.” Heb.: le’a·dhám.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 822 Sal 21:11; Pro 16:9; Pro 19:21; Pro 20:24; 1Co 7:37
b 823 Éxo 4:11; Jer 1:9; Mat 10:20; Luc 12:12; Luc 21:15
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
mas del S eñor . Dios tiene la última palabra en los asuntos humanos (cp. 16:9, 33; 19:21; 20:24; 21:30, 31).
la respuesta de la lengua. Es decir, el resultado final de los propósitos del hombre.
Fuente: La Biblia de las Américas
El hombre puede hacer planes, pero la ejecución de los que se concretan verbalmente, cumplen el diseño de Dios.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
El tema de estos versículos es Dios y Su absoluto control de las actividades humanas.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
LXX omite vv. Se sigue TM.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
[1] Se necesita una nueva gracia de Dios para ejecutar o explicar un buen pensamiento. Est 14, 13; 2 Cor 3, 4.[5] Mat 12, 7.[27] Sant 3, 6.