Biblia

Comentario de Proverbios 19:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Proverbios 19:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Mejor es el pobre que camina en su integridad que el de labios perversos y que es necio.

Mejor es el pobre que camina. Pro 19:22; Pro 12:26; Pro 15:16; Pro 16:8; Pro 28:6; Sal 37:26; Mat 16:26; Stg 2:5, Stg 2:6.

que el de perversos labios y fatuo. 1Sa 25:17, 1Sa 25:25; Isa 59:3; Mat 12:31-34.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Recomendaciones acerca la sabiduría, la integridad, la bondad, la mansedumbre. Los efectos desastrosos de la impetuosidad, la paciencia, la ira, la pereza, el castigo que espera al testigo falso, la desobediencia de los niños. Y máximas piadosas y prudentes de contexto general, Pro 19:1-29.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Este proverbio que utiliza el modelo «mejor es … que» (Pro 17:1Pro 17:10), nos presenta al pobre en condiciones más favorables que el rico (Pro 28:6). En este caso, la vida del pobre está marcada por la integridad, mientras que la persona de éxito ha ganado su riqueza a través de estafas y mentiras. El libro de los Proverbios no ofrece premios sobre la salud ni la riqueza, sino que da honor a la integridad (Pro 3:1-12).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

19. Amistades, Prudencia, Misericordia, Corrección.

El verdadero amigo. Sentencias varias (18:24-19:7).
24 Hay amigos que sólo son para hacer compañía, pero los hay más afectos que un hermano. 19 1Mejor es el pobre que anda en sencillez de corazón que el de labios perversos y fatuo. 2 Ya el carecer de reflexión no es cosa buena, pero el que además es precipitado en el obrar la yerra. 3 La necedad del hombre tuerce sus caminos, y luego le echa la culpa a Yahvé. 4La riqueza allega muchos amigos, pero al pobre sus amigos lo abandonan. 5 Testigo falso no quedará sin castigo, y el que esparce la mentira no escapará. 6 Al dadivoso le hacen muchos la rueda; todos son amigos del que da. 7 Al pobre aun sus hermanos le aborrecen, ¡cuánto más le dejarán los amigos! El que cultiva demasiadas amistades, lo pagará, como el que corre tras lo que no está a su alcance.

El ν. 1 hace un parangón entre la riqueza y la pobreza, declarando que, si aquélla va acompañada de la sencillez de corazón que enseña la sabiduría, es preferible a la riqueza que va asociada a la impiedad y engendra soberbia y avaricia, injusticias y corrupción. Los primeros y últimos versos de la perícopa se refieren a la amistad en su relación con las riquezas. Los frutos de aquélla son provechosos, pero hay tantos desengaños en torno a ella, que el sabio estima oportuno volver repetidas veces sobre tema tan importante y delicado. El rico que da generosamente de sus bienes, constata el autor, encuentra muchos amigos, pero advierte que la mayoría de las veces se trata de una amistad interesada, que no busca más que su provecho particular en ella; concluido éste hay quienes no tienen inconveniente alguno en llevar al antiguo amigo a la perdición. Al pobre, por el contrario, de cuya amistad no se puede obtener utilidad práctica alguna, hasta los mismos parientes le abandonan, porque les resulta incluso odioso l. Cierto que hay amigos fieles aun en las más adversas circunstancias y son como verdaderos hermanos que se escogen 2. Pero fue el ejemplo y la invitación de Jesucristo, que llevó a la práctica las repetidas exhortaciones de Yahvé en el Antiguo Testamento al amor y protección de los pobres y afligidos, lo que arrancaría de sus riquezas y comodidades a cientos y millares de almas que consagrarían su vida a atender a los pobres con un amor y un desinterés que sólo El ha sabido infundir en los corazones. En la segunda parte del v.7, según la reconstrucción que del texto hace Nácar-Colunga3, concluye con un consejo práctico: no te procures demasiadas amistades, pues muchas te defraudarán; es preferible pocos amigos y seguros en toda contingencia.
Para obrar bien son precisas dos cosas: reflexión, para que el entendimiento descubra el camino a seguir, y la serenidad o prudente calma, para que la voluntad venza al ímpetu de las pasiones. Quien obra sin aquélla, fácilmente caerá en imprudencia; pero, si además es precipitado para obrar, entonces el error es seguro. La advertencia vale también para el orden espiritual, en el que la verdad y la inteligencia han de ir por delante del celo4. Hasta dónde puede llegar la insensatez del necio, lo pone de manifiesto el siguiente dato de experiencia: hay quienes después de haber incurrido por su culpa en el pecado y la ruina echan la culpa a Dios, como causa primera que dirige las segundas. Y es que hay necedad que se confunde con la soberbia y el amor propio, y quien cae en estos vicios se ama demasiado a sí mismo para reconocerse culpable de sus yerros. También quienes pretenden excusarse con falsas razones de temperamento, educación, tentación violenta y cosas semejantes, echan a Dios, en cierto sentido, la culpa de sus faltas. Ben Sirac rechaza de lleno tal manera de pensar, diciendo que Dios no puede hacer lo que El precisamente más detesta, que es el pecado 5. “Nadie, por consiguiente – escribe San Agustín -, eche en su corazón la culpa a Dios, sino que se reconozca a sí mismo culpable quien peca.” Al testigo falso y al mentiroso asegura el sabio (v.5) que no quedará sin castigo. Si fuere descubierto por el juez o la parte contraria, sufriría la ignominia que tal vicio lleva consigo y el castigo por parte de los hombres. Y aun en el caso de que no fuera descubierto, Yahvé no dejará sin castigo a quien viola uno de los preceptos de su ley 6.

Prudencia y necedad (19:8-15).
8 El que adquiere inteligencia se hace bien a sí mismo; el que guarda el entendimiento hablará bien. 9 El que en falso atestigua no quedará impune, y el que esparce la mentira perecerá. 10 No están bien al necio los deleites; cuánto menos a un esclavo mandar a príncipes! 11 La cordura del hombre detiene su cólera, y es honroso disimular una ofensa. 12Rugido de león es la ira del rey; su favor, como rocío sobre la hierba. 13 El hijo necio es el tormento de su padre, y gotera continua la mujer quisquillosa. 14 Casa y hacienda herencia son de los padres, pero una mujer prudente es don de Yahvé. 15 La pereza trae el sueño, y el haragán hambreará.

Inteligencia y prudencia son partes componentes de la sabiduría, y quienes las adquieren gozarán de los beneficios de ésta, que proporciona muchos en el orden físico y en el moral, por lo que el sabio recomienda su consecución. El v.6 repite literalmente el ν.5.
Hay dos contrastes que desdicen del habitual orden de cosas: los deleites en el necio, porque son frutos de sabiduría o porque no sabe hacer buen uso de ellos, y esclavo que mande a príncipe, cuando es a éste a quien toca mandar y a aquél obedecer. No rara vez consiguen riquezas quienes carecen de inteligencia y honradez, y en los tiempos en que escribió el autor no debía de ser raro que esclavos consiguiesen puestos de autoridad.
El v.11 hace una recomendación de sabor evangélico al aconsejar la represión de la cólera y el pasar por alto las ofensas, si bien media entre su espíritu y el que informa la evangélica una diferencia inmensa. En Proverbios predomina una mira humana e interesada: evitar la ira y discusiones, que pueden llevar a lamentables consecuencias, mientras que en el Evangelio es una exigencia del amor a Dios sobre todas las cosas, que se manifiesta en el cumplimiento de sus mandamientos y en el amor al prójimo como a sí mismo, lo que forma parte del primer precepto de la ley cristiana. “Se muestra uno tanto menos sabio – escribe A Lapide – cuanto menos sabe practicar la virtud de la paciencia…; por lo que no dejarse llevar de la ira frente a las injurias ni indignarse ante ellas es máxima prueba de sabiduría.”7
En aquellas sociedades antiguas en las que los reyes se arrogaban un poder absoluto que les permitía disponer incluso de la vida de sus subditos u otorgarles cuantas distinciones o beneficios tuviesen a bien, era vital el no incurrir en su ira y ganarse, por el contrario, su beneplácito. Tal vez por esto se repite la advertencia8. Ambas cosas son indicadas aquí con expresivas imágenes: la de la ira, con la del león que ruge hambiento, en cuyas garras será devorado quien en ellas caiga; la del favor, por la del rocío de una mañana de verano sobre la hierba agostada por el sol.
Dos cosas pueden hacer feliz al ser humano o serle motivo de continuas molestias y disgustos: los hijos y la mujer. El hijo que es necio deshonra con su conducta el nombre paterno, lo que proporciona al padre profundo pesar. Y la mujer quisquillosa se hace tan intolerable como el continuo y rápido gotear del agua de un tejado. Tres cosas resultan intolerables, dice un proverbio árabe: el gotear de la lluvia, la aspereza de la mujer y los chinches. La sentencia advierte al hombre la cautela con que ha de proceder en la elección de esposa y en la educación de sus hijos. Hay cosas que el hombre puede heredar de sus antepasados o adquirirlas con su sabiduría; pero una mujer prudente es un don de Dios (v.14). Las cualidades interiores que adornan el alma de una mujer y la hacen sabia y prudente en sus atenciones para con el esposo, en la educación de los hijos, en la administración de la casa, constituyendo con ello la alegría y felicidad del hogar, no se adquieren con dinero, sino que es, como afirmó en 18:22, un don de Dios, que guió al hombre en la elección de tal mujer.
Concluye con una recomendación de la diligencia. La pereza es compañera de la necedad, como la diligencia lo es de la sabiduría, y no le espera otra cosa más que el hambre, como afirma constantemente el sabio. Los Padres hacen aplicación de la máxima a la vida espiritual, en la que los efectos de la pereza son igualmente desastrosos. Después de referir muchos testimonios de los mismos, escribe A Lapide por su parte: “Los que no quieren ejercitarse en actos de caridad, misericordia, oración, piedad, paciencia, contraen cierto sopor y desidia, que los hace inhábiles e ineptos para toda obra buena e incurren, además, en una penuria de gracia, consolaciones y todos los dones espirituales.” 9

La misericordia. La corrección. El temor de Yahvé (19:16-23).
16 El que guarda el precepto, a sí mismo se guarda; el que menosprecia sus caminos morirá. 17 A Yahvé presta el que da al pobre; El le dará su recompensa. 18 Castiga a tu hijo, porque siempre hay esperanza; pero no te excites hasta destruirle. 19 El que mucho se aira pagará la pena, y más aún si muestra desprecio. 20 Escucha el consejo y acoge la corrección, para hacerte así sabio en lo futuro. 21 Muchos proyectos hay en la mente del hombre, pero es el consejo de Yahvé el que permanece. 22 La misericordia es al hombre provechosa, y mejor es ser pobre que mentiroso. 23 El temor de Yahvé lleva a la vida; el que de El está lleno no será visitado por la desventura.

Comienza la perícopa poniendo de manifiesto, una vez más, los efectos de la observación de la ley divina, o más bien de las enseñanzas de la sabiduría, que propone bajo la idea de la vida larga y feliz bajo la protección de Yahvé10, y de la muerte, con que Dios o la misma justicia humana castiga a los transgresores 11. El v.17 -contiene una máxima de alto valor religioso: a Yahvé presta quien da al pobre, y El le dará su recompensa. Dios, que se constituyó en padre y protector especial de los pobres y desamparados, estima como dado a El lo que damos al pobre y se obliga a recompensar largamente el cumplimiento del deber natural de caridad que tenemos para con el necesitado. También Jesucristo declaró que consideraba como hecho a sí mismo lo que hiciéremos con los pobres y afligidos 12.
Siguen dos consejos respecto de la corrección que el sabio da al padre respecto de su hijo: aplicarla en la educación de su hijo aun en el caso de mayor indisciplina por parte de éste, pues siempre hay, especialmente en los años de la juventud, en que los vicios no están todavía profundamente arraigados, esperanza de enmienda; pero no con tal dureza que ponga en peligro la salud o vida del corregido. En Israel no tenía el padre poder sobre la vida de sus hijos; en caso de rebeldía digna de muerte, había de ser llevado a los ancianos de la ciudad, y todos los hombres de ésta aplicaban la pena 13. Después inculcará que se reciba con docilidad la corrección, declarando que conduce a la verdadera sabiduría, que consiste en la práctica de las virtudes y la huida de los vicios (v.20).
El texto del v.1g está corrompido, y resulta poco menos que imposible dar con la lección original. El sentido de la que escogemos es que quien se aira sufrirá la pena, porque aquélla le lleva a proferir insultos y calumnias, a causar daño a su prójimo y sufrir el castigo oportuno por parte de éste o de la autoridad que defiende sus derechos. Si en lugar de aceptarla con humilde resignación desprecia aquélla, las consecuencias pueden ser mayores, porque aquélla no disminuirá la pena impuesta, e incluso tal vez la aumentará 14.
La constatación del v.21 fue tres veces consignada en el c.16 15. La forma en que aquí se propone hace resaltar la inmutabilidad de los designios de Dios frente a los múltiples y efímeros de la mente del ser humano, inmutabilidad de los consejos de Dios y continuo fluctuar de los planes humanos, que la Sagrada Escritura recuerda frecuentemente 16; por lo cual el hombre ha de procurar invocar a Dios y pedir su luz y consejo para sus planes más bien que fiarse de su propia razón.
Otro verso difícil de interpretar es el 22, pues el texto masorético está corrompido, de tal modo que toda reconstrucción ha de ser conjetural. Los autores interpretan generalmente de la misericordia para con el prójimo, que consigue el favor de Yahvé; afirmación muy oportuna en un ambiente en el que la pobreza era considerada como ignominia, y las riquezas como bendición de Dios 17. Concluye recordando los frutos del temor de Dios: la vida larga llena de prosperidad, concedida por Dios como premio de la virtud a que aquél lleva o de la piedad misma para con Dios en que consiste.

Holgazanería. Corrección. Otras sentencias (19:24-29).
24 Mete el perezoso su mano en el plato, ni para llevársela a la boca la sacará. 25 Castiga al petulante, y se hará cuerdo el inexperto; reprende al sensato, y ganará en saber. 26 El que maltrata a su padre y ahuyenta a su madre es un hijo infame y deshonroso. 27Deja de escuchar la corrección, y te desviarás de los dictámenes de la prudencia. 28El testigo falso se burla de la justicia; la boca del impío se traga la iniquidad. 29Los castigos son para los petulantes, y los azotes para las espaldas de los necios.

Más sentencias sobre la pereza y la corrección, Aquélla es gráfica e irónicamente presentada por el sabio. La imagen supone la costumbre del Oriente, en que todavía no se utilizaban utensilios, sino que cada uno tomaba con su mano los alimentos del plato. En realidad, la desidia puede a veces llegar a tal grado, que inutiliza las energías aun para las cosas más necesarias y fáciles. La corrección es un buen medio de educación y de progreso en la sabiduría conveniente y tal vez necesario a todos, si bien ha de ser distinta la manera como debe ser aplicada al necio y al sensato. A éste basta una mera advertencia para que modifique su conducta equivocada. Para el petulante, el único medio de corrección es el castigo, incluso corporal; le domina de tal modo la soberbia y la impiedad, que no valen para él razonamientos y consejos de ninguna clase. Tal vez ni aun aquél le hará entrar en razón, pero el simple e inexperto aprenderá de su castigo y se hará sabio.
Hay una conducta que el sabio proclama infame y deshonrosa: la del hijo que maltrata a su padre o ahuyenta a su madre (v.26). El primero de los mandamientos de la ley que miran al prójimo tiene por objeto garantizar la honra y derechos de los padres respecto de sus hijos, añadiéndose a su cumplimiento la promesa de una vida larga y feliz en la tierra como estímulo al mismo18. No hace alusión el sabio a los duros castigos que imponía la ley a los hijos que se conducían indignamente con sus padres 19, lo que indica no se aplicaban en aquel excesivo rigor en tiempos del autor del libro. El mismo sentido natural reclama esa honra y atención de los padres y condena toda infidelidad contra quienes nos dieron la vida y, en principio al menos, cuanto tenemos.
La expresión del v.27 tiene evidentemente un sentido irónico, ya que, tomado como suena, estaría en clara contradicción con las continuas enseñanzas del sabio sobre la corrección, cuyos saludables efectos de vez en cuando afirma expresamente. Constata en el siguiente el gusto y avidez con que algunos hacen el mal: hay testigos que mienten por el provecho particular que su mentira les puede reportar; pero los hay que se gozan y consideran alarde de habilidad haber burlado la justicia. Y hay también quienes hacen el mal como quien se toma un vaso de agua, pues les viene a ser como algo connatural 20.

1 14:20. – 2 Edo 6:6-17. – 3 A los dos esticos del v.7, el TH añade un tercero: quien busca palabras no las encuentra, que parece el segundo miembro de un verso perdido, cuya reconstrucción no es posible. – 4 Rom 10:2. – 5 15:11. – 6 6:I9; 14:5.25; Exo 20:16. – 7 O.c., t.2 p.12a. Cf. San Gregorio, 1.2 in Ez. hom.ai. – 8 14.35; Exo 16:14-15; Exo 20:2; Eco 8:2-4. – 9 O.C., t.2 p.232Cr 13:13. – 10 Mat 6:12 – 11 Exo 21:12.15-17; Lev 20:2ss. – 12 Mt 25:34-46. – 13 Deu 21:18-21. – 14 Dyson da como probable: El que da lugar a la ira pagará la multa; y si muestra desprecio (del tribunal), tendrá que pagar más. Otros traducen la segunda parte: si lo libras, deberás comenzar de nuevo (si lo libras de la multa o pena una vez, lo tendrás que librar otra y otra vez). La Bib. de Jér.:… si se le perdona, se aumenta su desgracia. – 15 V.1.g.13. – 16 Num 23:19; Mal 3:6. – 17 11:17. – 18 Exo 20:12; Eco 3:1-18. – 19 Exo 21:15.17; Deu 21:18-21. – 20 Job 15:16; Pro 6:19; Pro 14:25. – 21 Sal 104:15. – 22 Eco 19:2; Eco 30:31. – 23 16:24; 19:12. – 24 C.7; Pritchard, o.c., p.428 col.2. – 25 17:14; 18:1; Stg 3:15. – 26 6:6-11; 10:4.

Fuente: Biblia Comentada

La integridad es mejor que la riqueza. cp. Pro 15:16-17; Pro 16:8.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Esta gran sección contiene trescientos setenta y cinco proverbios individuales de Salomón. No están en un orden evidente, con un agrupamiento por tema solo ocasional, y a menudo están sin contexto para indicar su aplicación. Se basan en el conocimiento inspirado por parte de Salomón de la ley y de los profetas. El paralelo, proverbios de dos líneas de los capítulos Pro 10:1-32; Pro 11:1-31; Pro 12:1-28; Pro 13:1-25; Pro 14:1-35; Pro 15:1-33, son mayormente contrastes u opuestos (antitéticos), mientras que los de los caps. Pro 16:1-33; Pro 17:1-28; Pro 18:1-24; Pro 19:1-29; Pro 20:1-30; Pro 21:1-31; Pro 22:1-29 son mayormente similitudes o comparaciones (sintéticos).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Pro 28:6.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

19.1 La integridad es más valiosa que la riqueza, pero la mayoría de las personas no actúan como si lo creyeran. Temen tanto no conseguir todo lo que quieren, que están dispuestas a pagar cualquier precio con tal de incrementar su riqueza: hacer trampa en los impuestos, robar en las tiendas o a los empleadores, retener el diezmo, negándose a dar. Pero cuando conocemos y amamos a Dios, nos damos cuenta que un nivel bajo de vida, o incluso la pobreza, es un pequeño precio que hay que pagar por la integridad personal. ¿Muestran sus acciones que sacrifica su integridad para incrementar su riqueza? ¿Qué cambios necesita hacer para corregir sus prioridades?19.2 A menudo vamos presurosos a través de la vida, avalanzándonos de cabeza a lo desconocido. Mucha gente se casa sin saber lo que puede esperar de su pareja ni de la vida matrimonial. Otros prueban las relaciones sexuales ilícitas o las drogas sin considerar las consecuencias. Algunos se arrojan a trabajos sin evaluar si tienen la capacidad para realizarlos. No corra hacia lo desconocido. Asegúrese de que comprende las cosas en las que se está metiendo y a dónde quiere ir antes de dar el primer paso. Si aun así parece desconocido, asegúrese de seguir a Dios.19.8 ¿Es bueno amarse uno mismo? Sí, ¡cuando está en juego su alma! Este proverbio no se refiere a la persona egoísta que ama y protege sus intereses mezquinos y que hará cualquier cosa para servirles. En vez de eso, alienta a los que en verdad se preocupan de ellos mismos al punto de buscar sabiduría.19.16 Los mandamientos que nos han dicho que debemos cumplir son los que se encuentran en la Palabra de Dios, tanto los Diez Mandamientos (Exodo 20) como los demás pasajes de instrucción. Obedecer lo que Dios nos enseña en la Biblia es guardarnos. Desobedecer es destruirnos.19.17 Aquí Dios se identifica con el pobre al igual que Jesús lo hace en Mat 25:31-46. Como nuestro Creador, Dios nos valora, sin importar si somos ricos o pobres. Cuando ayudamos a los pobres, mostramos honor tanto al Creador como a su creación. Dios acepta nuestra ayuda como si se la hubiéramos ofrecido directamente a El.19.23 Aquel que confía en Dios «no será visitado de mal» debido a sus buenos hábitos, estilo de vida y a veces mediante la intervención directa de Dios. Sin embargo, el temor de Jehová no siempre nos protege del peligro de esta vida. Siguen sucediéndoles cosas malas a la gente que ama a Dios. Este versículo no es una promesa universal, sino un principio general. Describe lo que sucedería si en este mundo no hubiera pecado y lo que sucederá en la tierra nueva cuando los creyentes fieles estarán para siempre bajo la protección de Dios. (Si desea más información sobre este concepto, véase la nota a 3.16, 17.)19.24 «Mete su mano en el plato» se refiere a la costumbre de comer de un mismo plato que se pasaba de persona en persona y donde cada uno estiraba su mano y tomaba su porción. Este proverbio dice que algunas personas son perezosas aun para llevarse la comida a la boca.19.25 Existe una gran diferencia entre la persona que aprende de la crítica y la que se niega a aceptar la corrección. La forma de responder ante la crítica determina si hemos crecido o no en sabiduría. La próxima vez que alguien lo critique, esmérese por escuchar atento todo lo que le dice. Usted puede aprender algo.COMO TENER EXITO A LOS OJOS DE DIOSProverbios nota dos derivados importantes de una vida sabia: el éxito y la buena reputación. Varios versículos también señalan lo que provoca el fracaso y la mala reputación.Cualidades que promueven éxito y buena reputación:Justicia: 10.7; 12.3; 28.12Aborrecer la mentira: 13.5Encomendar todo el trabajo a Dios: 16.3Ser de pocas palabras. Ser ecuánime: 17.27, 28Amar la sabiduría y el entendimiento: 19.8Humildad y temor de Dios: 22.4Disposición para confesar el pecado y apartarse de él: 28.13Cualidades que impiden éxito y originan mala reputación:Maldad: 10.7; 12.3; 28.12Búsqueda de gloria para uno mismo: 25.27Odio: 26.24-26Alabarse a uno mismo: 27.2Encubrir pecados: 28.13Otros versículos que hablan sobre la reputación son: 11.10, 16; 14.3; 19.10; 22.1; 23.17, 18; 24.13, 14

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) “Labios”, MVg; TSy y unos 50 mss heb.: “caminos”.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 992 Pro 15:16; Pro 16:8; Stg 2:5

b 993 1Sa 25:17; Pro 28:6; Mat 12:37

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

de labios perversos. Es decir, habla falsa (cp. 17:20; 19:22).

Fuente: La Biblia de las Américas

TM añade vv. Se sigue LXX → §194; §233.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

rtf1fbidisansiansicpg1252deff0fonttblf0fromanfprq2fcharset2 Wingdings 3; . rico.

Fuente: La Biblia Textual III Edición