Hijo mío, si aceptas mis palabras y atesoras mis mandamientos dentro de ti,
si tomares mis palabras. Pro 1:3; Pro 4:1; Pro 7:1; Jua 12:47, Jua 12:48; 1Ti 1:15.
y mis mandamientos guardares. Pro 3:1; Pro 4:20-22; Pro 6:21; Deu 6:6-9; Job 23:12; Sal 119:9-11; Mat 13:44; Luc 2:19, Luc 2:51; Luc 9:44.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La sabiduría promete fidelidad a sus hijos, Pro 2:1-9;
y seguridad contra las malas compañías, Pro 2:10-19;
y dirección en buenos caminos, Pro 2:20-22.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Estos versículos comienzan la segunda sección de los pasajes dirigidos al «hijo mío», además relaciona el concepto de la sabiduría con el del conocimiento de Dios. Por otro lado, también nos enseñan que la sabiduría está cerca y disponible, pero aún así, no es fácil de abrazar.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
SI… MIS MANDAMIENTOS GUARDARES DENTRO DE TI. Sólo guardando en su mente la palabra de Dios los creyentes aprenderán a vivir sabia y rectamente en su relación con Dios (v. Pro 2:5). Pueden llegar a ser vencedores sobre el pecado con los mandamientos de Dios en el corazón (Sal 119:11) y la palabra de Cristo permaneciendo en ellos (Jua 15:7; Stg 1:21).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
2. Diversos Efectos de la Sabiduría.
Beneficios que otorga la sabiduría (2:1-9).
1 Hijo mío, si recibes mis palabras y guardas dentro de ti mis mandamientos, 2 dando atento oído a la sabiduría e inclinando tu corazón a la prudencia; 3 si invocas a la inteligencia y a voces llamas a la prudencia; 4 si la buscas como se busca la plata, cual si excavaras un tesoro, 5 entonces tendrás el temor de Yahvé y hallarás el conocimiento de Dios. 6 Porque Yahvé da la sabiduría y de su boca derrama ciencia e inteligencia. 7 Da salud a los justos y se hace escudo de los que proceden rectamente. 8 Defiende el camino de la rectitud y protege las sendas de sus fieles. 9 Entenderás entonces justicia y probidad, rectitud; en suma, buen camino.
Adoptando un tono paternal, el sabio va a poner ante los ojos de sus discípulos los beneficios que otorga la sabiduría. Antes quiere señalar las disposiciones que su obtención exige. Es preciso, para llegar a poseerla, escuchar sus enseñanzas y conservarlas en el corazón; después, un estudio atento y reflexivo de las mismas, y un espíritu dócil dispuesto a llevarlas a la práctica. Pero no bastaría un deseo vago o un esfuerzo ligero; es necesario un interés y un amor grandes por la sabiduría y buscarla con el afán y fatiga con que se busca la plata, con la avidez y trabajo con que el avaro cava la tierra en la que sabe se esconde un tesoro 1. La sabiduría es un don de Dios, que El no concede si no media la cooperación y esfuerzo humano.
Quien así anhela y busca la sabiduría es quien conseguirá sus preciosos frutos: el temor de Dios, principio de sabiduría 2, y el conocimiento de Dios, que lleva al cumplimiento de sus mandatos. Existe entre ambos íntima relación. El conocimiento de Dios es fundamento de la vida moral 3; lleva, lógica y naturalmente, al temor filial de Dios, a su amor, porque no es posible conocer a Dios y no sentir ese temor y amor que lleva a las obras. Y también ese temor y amor llevan a un conocimiento más profundo de Dios. Dios es amor4, y al amor se le conoce amándolo; además, el que obra el bien viene a la luz5; almas que no estudiaron tratados de teología, pero amaron profundamente a Dios, llegaron a tener de El un conocimiento admirable. Son los afectos desordenados a las cosas de la tierra, las obras malas, las que nublan el espíritu y le impiden ver a Dios. Por eso sólo a sus fieles puede la sabiduría comunicarles este conocimiento de Dios.
Y quienes consiguen ese conocimiento y temor de Dios reciben de El la sabiduría con todos sus frutos, tanto de orden especulativo – ciencia, inteligencia, que disponen al hombre para una conducta recta – como de orden práctico: la protección de Dios, que se constituye en defensor y protector de los justos frente a los peligros y tentaciones de la vida 6 y les asegura la senda de la perfección moral, expresada en los tres términos sinónimos: justicia, probidad, rectitud, cuyo conjunto insiste en designar la verdadera y perfecta justicia. También estos versos (6-9) ponen de manifiesto la concepción religiosa de la sabiduría bíblica.
Algunos males de que libra la sabiduría (2:10-22).
10 Cuando entre en tu corazón la sabiduría y sea dulce a tu alma la ciencia, n te guardará la reflexión y te preservará la inteligencia. 12 Para librarte de los caminos de los malos, de los hombres de perversos razonamientos, 13 que, dejado todo buen camino, van por sendas tenebrosas, 14 se gozan en hacer el mal y se huelgan en la perversidad del vicio, 15 siguen caminos tortuosos y se extravían en sus andanzas. 16 Te preservará de la mujer ajena, de la extraña que halaga con sus palabras, 17 que deja al compañero de su mocedad y se olvida de la alianza jurada por su Dios. 18 Su casa lleva a la muerte, y sus caminos a la región de las sombras. 19 Cuantos en ella entran no vuelven más, ni toman las veredas de la vida. 20 Así seguirás la recta senda e irás por el camino de los justos; 21 pues los justos habitarán la tierra y los rectos permanecerán en ella; 22 mas los impíos serán arrancados de la tierra y los prevaricadores serán desarraigados.
Indicados los primeros beneficios que reporta la sabiduría, el sabio indica que ella libra del primer obstáculo aducido, las malas compañías, y de otro no menos peligroso que describirá en los capítulos siguientes. La sabiduría, con sus diversas facetas, ciencia, inteligencia, reflexión, librará a su discípulo de los hombres malvados, ‘que con sus perversos razonamientos procuran seducirlos y llevarlos por sus caminos, sendas tenebrosas, de pecado y muerte 7. El que hace el mal – escribe San Juan – odia la luz 8. Su maldad les lleva hasta gozarse del mal ajeno, lo que indica a qué grado han llegado no ya de insensibilidad frente al amor al prójimo, sino de perversidad en su intento de hacerle el mal.
El segundo peligro del que le librará la sabiduría es de la mujer impúdica que, llevada de sus pasiones, deja al compañero de su mocedad para darse al pecado. La deshonestidad supone una entrega a los placeres materiales, que apaga la vida del espíritu e incapacita por lo mismo para lo bello y sublime, para lo puro y lo santo. “La impureza – escribe Cornelio a Lapide – con su vehemencia arrastra hacia sí todos los sentidos, la mente y toda el alma, de modo que los lujuriosos no pueden sentir, gustar, pensar en cosa otra alguna más que en ella, incapacitándose sobre todo para gustar y pensar en las cosas celestiales y divinas que sugiere la sabiduría.”9 Quien obra de tal manera, no sólo hace traición a su marido, sino que se olvida de la alianza de Dios (v.1v). No conocemos ceremonia alguna de tipo religioso que acompañase la celebración del matrimonio, y nunca aparece en ella el sacerdote; pero el matrimonio tiene como autor a Dios 10, que lo instituyó monogámico n y prohibió el adulterio en su Ley 12 y toda prostitución en Israel13. Quien adultera, ofende la alianza de Dios con su pueblo.
Esta conducta lleva prematuramente a la región de las sombras, expresión común en la literatura antigua para designar el fin de la existencia humana. La Ley establecía la pena de muerte para los adúlteros 14. Por lo demás, quien se entrega a la lujuria crea en su carne una tiránica exigencia hacia los placeres sensuales, a los que ya no sabrá resistir. El pecado irá consumiendo sus energías corporales, agotando su organismo, con lo que apresura la vejez, y la muerte lleva prematuramente al seol, y quienes en él entran no vuelven otra vez a esta vida a gozar de los años que una muerte anticipada les arrebató 15.
El sabio concluye la perícopa contraponiendo las consecuencias de la vida virtuosa y las de la vida malvada. Los justos habitarán la tierra prometida, mientras que los impíos serán arrancados de ella. La felicidad que en el Antiguo Testamento se prometía a los israelitas era la posesión pacífica de la tierra prometida, que manaba leche y miel16, y el castigo más terrible la expulsión de ella por la muerte o el destierro i7. En nuestro caso, las expresiones del sabio significan el favor divino, que se manifiesta en las bendiciones de esta vida, y el castigo, que priva de ellas. La perspectiva es más bien terrena; no aparece todavía, al menos claramente, la idea de una retribución en el más allá. Pero es digno de notar que la retribución es presentada en nuestro libro como efecto no precisamente de la práctica de la Ley, sino de la conducta moral, lo que señala una perspectiva distinta a la de los libros históricos y proféticos. En éstos es social y temporal; en los sapienciales, individual y escatológlca, lo que marca un avance hacia la neotestamentaria.
1 Job 28:1-11. – 2 1.7 – 3 Ose 4:1; Ose 6:6. – 4 1Jn 4:8. – 5 Jua 3:21. – 6 Sal 3:41Sal 84:12. – 7 1:11-14; Isa 59:8; Job 19:8; Efe 5:1 – 8 3:20. – 9 Commentarius in Salomonis Proverbia (Amberes 1635). Las citas responden a la Editio Nova (París 1831) p.66. – 10 Gen 2:24.:17. – 11 Mt 19:1-12. – 12 Exo 20:14; Deu 5:2-18. – 13 Dt 23 – 14 Lev 20:10; Deu 22:22. – 15 Otros interpretan la de “la casa de la adultera,” en cuyo caso el sentido es que quienes se dan a esta clase de pecados difícilmente vuelven al recto sendero de una vida honesta. San Agustín describe en sus Confesiones (Deu 8:7.8) lo que le costó vencer, con la ayuda de Dios, el vicio de la luiuria. “La prostituta es como un remolino de agua que engolfa a sus víctimas y del que no se puede volver” (DvsoN, o.c., n.366g). – 16 Exo 3:8; Lev 20:24. – 17 Exo 20:12; Sal 37:9.22.
Fuente: Biblia Comentada
mis palabras. Salomón ha tomado la ley de Dios y la ha hecho suya propia por fe y obediencia, así como por enseñanza. La sabiduría de estas palabras está a disposición de aquellos que, primero de todo, comprenden el gran valor («tesoros») que tiene esta sabiduría. La apropiación de la sabiduría comienza cuando uno la valora sobre todo lo demás.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Esta larga sección presenta la alabanza paterna de la sabiduría en forma de discursos didácticos. Estos capítulos preparan al lector para los proverbios propiamente dichos que comienzan en Pro 10:1 ss.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Promesas acerca de los beneficios morales que proporciona el atender a la sabiduría
Continuando la exhortación de forma paternal de 1:8-19 y con la advertencia de forma profética de 1:20-33, esta sección toma aun otra forma, la de observación y promesa. No contiene imperativos propiamente dichos: así como 1:20-33 es asunto de advertencia profética, éste es un asunto de cláusulas y promesas condicionales. De este modo las muchas promesas constituyen en sí mismas un reto velado. La figura de “senda” corre a través del cap.
El reto a la atención en los vv. 1-4 toma una forma de “si” más sutil que el desafío directo de 1:8. Pero es todavía un asunto de mandamientos, como en la Torah (ver en 1:8), y de una búsqueda completamente seria, involucrando cuatro formas de esfuerzos. Implica entrenar la memoria (1). Implica ensanchar la mente (2; en cuanto a corazón ver en 4:21). Requiere una fuerte motivación (3), una búsqueda tan seria como la de la misma sabiduría (cf. 1:20, 21). Requiere un esfuerzo enérgico, como si uno estuviera cavando en busca de oro (4): el hablar del tesoro buscado y guardado con seguridad (cf. v. 1) ya insinúa la promesa adjunta al objeto de la búsqueda. El adquirir discernimiento es en un sentido un asunto directo, pero demanda mucho esfuerzo.
Como 1:9, los vv. 5-11 explican la promesa adjunta a la atención. La búsqueda seria del discernimiento alcanza su meta cuando una persona encuentra a Dios y se somete a él como aquél que tie ne la llave de este tesoro. El obtener discernimiento requiere mucho esfuerzo (1-4), ¡pero cuando uno lo halla lo recibe como un regalo! El hallar a Dios es entonces hallar la llave a una vida protegida, porque la llave a la vida protegida es también discernimiento. Esto es así debido al aspecto moral del verdadero discernimiento; éste se expresa en una vida recta, y el hallar a Dios es hallar a uno cuyo discernimiento es recto.
Los vv. 5-8 son más explicados en los vv. paralelos 9-11; el Entonces y Cuando de los vv. 9 y 10 reanudan aquellos en los vv. 5 y 6, y la promesa en el v. 11 es paralela a aquella en los vv. 7, 8. Los alumnos deseosos de ser sabios querrán saber cómo vivir, y se les promete que lo hallarán (9).
En los vv. 12-22, la promesa de los vv. 5-11 es aplicada primero al camino de justicia en general, o más bien al camino recto, porque la figura de la maldad como perversidad aparece a través de los vv. 12-15. La sabiduría es tu protección contra los mentirosos de los vv. 12-15 (parientes cercanos de los malechores de 1:10-19) que llaman a lo negro blanco y a lo blanco negro tan audazmente que se torna plausible.
Los vv. 16-19 enfocan la atención sobre las mujeres infieles tanto como sobre estos hombres impíos. Estos versículos pueden simplemente refe rirse al adulterio en un sentido directo; Prov. ciertamente recalca la fidelidad matrimonial. Pero la esposa adúltera o descarriada es un asunto tan importante en los caps. 1-9 (ver cap. 5; 6:20-7:27; también 22:14; 23:26-28; 29:3) que parece probable que haya más que ése. Tal vez la infidelidad matrimonial es una parábola de la infidelidad a Dios, como es el caso a menudo en el AT; aquí el asunto será la fidelidad a Dios como expresada en la fidelidad a la sabiduría. Las palabras no son, sin embargo, las comunes para referirse a mujeres inmorales; ellas significan mujer ajena. Esto puede sugerir que las mujeres sean personas dedicadas a dioses extranjeros, y a sabiduría extranjera. Ellas seducirán a los que se enreden con ellas a que los reconozcan, eso es, a extraviarles tanto religiosa como sexualmente. La urgencia a tomar en serio la sabiduría (que involucra reverencia a Jehovah) y a resistir las tentaciones de otras mujeres (que les guiarán a involucrarse con otros dioses) son entonces los dos lados de una moneda. Esta interpretación da buen sentido a algunos pasajes posteriores sobre las “adúlteras”, aun cuando aquí el v. 17 sugiere más naturalmente a una mujer israelita que ha abandonado a su marido al que había hecho sus votos delante del Dios de Israel.
Como 1:10-19, el pasaje describe la perversidad de un modo que pone en evidencia su maldad moral (12-17), pero su advertencia real recalca que la senda de la perversidad conduce a la calamidad personal (18-22). El pecado sexual es incorrecto, pe ro aquí, es necedad. Las presiones de nuestro mundo hacen encantadora la expresión sexual en nombre del amor; por lo común, la gente descubre sólo más tarde que el dolor y la pérdida difícilmente compensaban el placer. Prov. ve al adulterio como llevando al mismo destino que el asesinato: cf. 1:16-19 y la descripción de Seol en 1:12.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
2.3-6 La sabiduría viene de dos modos: es un regalo de Dios y una búsqueda activa. El punto de partida de la sabiduría es Dios y su Palabra revelada, la fuente de «el conocimiento y la inteligencia» (2.6). En ese sentido, la sabiduría es su regalo para nosotros. Pero únicamente se la otorga a quien con sinceridad la busca. La sabiduría de Dios está escondida de los rebeldes y necios, exige un esfuerzo para encontrarla y usarla. La senda hacia la sabiduría es difícil. Cuando estamos en ella, descubrimos que la verdadera sabiduría es la de Dios y que El nos guiará y recompensará nuestra búsqueda sincera y persistente.2.6, 7 Dios nos da sabiduría y victoria, no por andar por la vida a la deriva ni por actuar irresponsablemente con sus dones y recursos. Si somos fieles y conservamos claro en nuestra mente el propósito en la vida, El nos guardará del orgullo y la avaricia.2.9, 10 La sabiduría surge de un proceso de crecimiento constante. Primero, debemos confiar y honrar a Dios. Segundo, debemos darnos cuenta de que la Biblia nos revela la sabiduría de Dios. Tercero, debemos tomar una serie de buenas decisiones para toda la vida y evitar peligros morales. Cuarto, al tomar decisiones erróneas o pecaminosas, debemos aprender de nuestros errores y recuperarnos. La gente no desarrolla todos los aspectos de la sabiduría de inmediato. Por ejemplo, muchos tienen más agudeza de ingenio que discreción. Otros tiene más conocimiento que sentido común. Pero podemos orar para obtener todos los aspectos de la sabiduría y lograr desarrollarlos en nuestra vida.2.11 Discreción es la habilidad para diferenciar el bien del mal. Le permite al creyente detectar motivos malvados en los hombres (2.12) y mujeres (2.16). Cuando lo practicamos, nos ayuda a evaluar el curso de acción y sus consecuencias. Para algunos es un regalo, la mayoría lo desarrolla para hacer decisiones sabias cada día. Heb 5:14 enfatiza que podemos auto prepararnos a fin de tener discreción.2.16, 17 Una mujer extraña es una seductora o prostituta. Dos de los pecados más difíciles de resistir son la soberbia y la inmoralidad sexual. Ambos son seductores. La soberbia dice: «Me lo merezco». El deseo sexual dice: «Lo necesito». En combinación, su llamado es mortal. En efecto, dice Salomón, solo confiando en la fortaleza de Dios podemos superarlos. La soberbia apela a una cabeza vacía, la tentación sexual a un corazón vacío. Al mirar a Dios, podemos llenar nuestra mente de su sabiduría y nuestros corazones con su amor. No permita que lo engañen, recuerde lo que Dios dice acerca de lo que usted es y lo que debería ser. Pídale fortaleza para resistir estas tentaciones.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 72 Pro 4:1; 1Pe 1:25
b 73 Deu 6:6; Job 23:12
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
atesoras mis mandamientos. Esta metáfora habla de aprender de memoria las Escrituras (cp. Sal 119:11) junto con la meditación y el deleite (cp. Sal 1:2).
Fuente: La Biblia de las Américas
El gran maestro habla otra vez y describe los felices resultados de la búsqueda y la adquisición de la sabiduría.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
[8] Durante la peregrinación de esta vida.[18] Mal 2, 14.