Comentario de Proverbios 31:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Palabras de Lemuel, rey de Masá, que le enseñara su madre:

la profecía. Pro 30:1.

que le enseñó su madre. Pro 1:8; Pro 6:20; 2Ti 1:5; 2Ti 3:15.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Lemuel, Pro 31:1-5.

Los aflijidos deben ser consolados y defendidos, Pro 31:6-9.

Alabanza y virtudes de una buena esposa, Pro 31:10-31.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Este versículo inicia una nueva sección de material de una fuente no israelita. Algunos piensan que el nombre Lemuel, que significa «perteneciente a Dios», es un seudónimo de Salomón, pero esto es solo una suposición.

 EN CONTEXTO

La mujer virtuosa

Proverbios Pro 31:10-31 es un poema acróstico, en el que la primera palabra de cada línea comienza con las letras del alfabeto hebreo en forma sucesiva. Este poema es parte de la instrucción que la madre del rey Lemuel le dio a su hijo para enseñarle sabiduría (Pro 31:1). Al describir a la «mujer virtuosa», la madre de Lemuel muestra cuál es el aspecto de la sabiduría cuando se pone en acción en la vida cotidiana.

¿Por qué la mujer de Pro 31:1-31 es de más estima que las piedras preciosas (Pro 31:10)? Es debido a su sabiduría, a su capacidad de vivir en una forma responsable, productiva y próspera (Pro 1:2). El libro de Proverbios suele personificar a la sabiduría como una mujer (Pro 8:1-11), y la describe como más valiosa que muchas riquezas (Pro 3:15; Pro 8:11).

En consecuencia, no es sorprendente que la mujer de Pro 31:1-31 reciba elogios en el lugar más público, las puertas de la ciudad (Pro 31:31), las cuales en esa época representaban una combinación entre el tribunal de la ciudad y el centro de negocios. Ella es una mujer cuyo arduo trabajo le produce una remuneración material (Pro 31:13-16, Pro 31:21, Pro 31:22). Proverbios promete que quien busca la sabiduría halla también riquezas, felicidad, honra y larga vida. Esta mujer es una muestra de cómo se cumple tal promesa.

Vale la pena notar que tal mujer realiza lo que a veces se piensa que son tareas tradicionalmente femeninas, como hacer ropas (Pro 31:13, Pro 31:19), al igual que trabajos que no son tradicionales, como la inversión en bienes raíces, las tareas agrícolas y la comercialización (Pro 31:16, Pro 31:18). Además, sus energías se dirigen no solo a proveer para su familia y hogar (Pro 31:11, Pro 31:14, Pro 31:15, Pro 31:27), sino también a satisfacer las necesidades de las personas de la comunidad (Pro 31:20).

En resumen, la mujer de Pro 31:1-31 es un modelo, tanto para mujeres como para varones, de un modo de vida que produce satisfacción y contentamiento. Ella muestra un estilo de vida de trabajo y amor que se basa en la sabiduría producida por la piedad.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

31. Lemuel, la Mujer Fuerte.

Proverbios de Lemuel (31:1-9).
Se trata de una pequeña colección de sentencias – cuatro cuartetos – que la madre de Lemuel enseñó a su hijo. Del autor sólo sabemos, como de Agur, el lugar de procedencia y su condición real. Si bien el término hebreo puede traducirse “afecto a Dios, que pertenece a Dios,” tenemos como más probable que se trata del nombre de un rey de Masa. El contenido se reduce a tres recomendaciones en que su madre pone a Lemuel en guardia frente a las mujeres y al vino y le exhorta a juzgar con justicia y amparar al pobre y desvalido. Su forma literaria es el paralelismo sinónimo. En cuanto al tiempo de composición valen las reflexiones hechas a propósito de los proverbios de Agur.

El buen príncipe (31:1-9).
1 Sentencias de Lemuel, rey de Masa; sentencias que le enseñó su madre: 2 ¿Qué, hijo mío, qué te diré, Lemuel, mi primogénito? ¿Qué, hijo de mis entrañas? ¿Qué, hijo de mis votos? 3 No des a las mujeres tu vigor, ni tus caminos a las que destruyen a los reyes. 4 No está bien, ¡oh Lemuel! a los reyes, no está bien a los reyes beber vino, ni a quienes gobiernan el deseo de los licores. 5 Si no, bebe y se olvida de las leyes y pervierte el derecho de los afligidos. 6 El licor dadlo a los miserables, y el vino a los afligidos; 7 que bebiendo olviden su miseria y no se acuerden más de sus trabajos. 8 Abre tu boca por el mudo y defiende al desvalido; 9 abre tu boca a la sentencia justa y haz justicia al pobre y al miserable.

Como prólogo a sus consejos, la madre de Lemuel pone ante los ojos de su hijo todo el amor y cariño que como a su primogénito le tiene. Es, además, “hijo de sus votos,” por quien ella eleva sus mejores oraciones y deseos. Tal vez la expresión quiere indicar incluso que su concepción siguió a un voto o promesa 1.
La primera recomendación le pone en guardia frente a un peligro que pierde a los mismos reyes: las mujeres. El autor de la introducción insistió mucho en el que proviene de las mujeres seductoras, y tal vez la advertencia va contra el libertinaje que suponen aquellos capítulos. Por lo que al rey toca, el Deuteronomio había escrito: “que no tenga muchas mujeres para que no se desvíe su corazón.” 2
David cometió un gravísimo pecado por dejarse seducir por la belleza de la mujer de Urías 3; Salomón se pervirtió por las mujeres extranjeras4, y Holofernes cayó víctima de la espada por dejarse fascinar de la belleza de Judit5.
La segunda le aconseja la abstención del vino y licores, poniendo ante sus ojos un doble motivo: quien se da al vino olvida las leyes y pervierte el derecho de los afligidos (v.5). El exceso de vino atrofia la mente, quitándole aquella clarividencia que es precisa al gobernante para dar las leyes y saber aplicarlas en cada caso, y embota los sentimientos de compasión que es preciso sentir hacia los débiles para defender sus derechos, tantas veces conculcados, sin esperar por ello recompensa alguna. Oseas dice que fornicación y vino quitan el juicio6, y Ben Sirac afirma que “el vino y las mujeres extravían a los sensatos”7. Los LXX añaden al v.4: “hazlo todo con prudencia, bebe con prudencia,” interpretando las palabras de la madre de Lemuel a su hijo como una recomendación a la sobriedad y prudencia en el beber, que, si es recomendable a todos, es al rey necesaria para el ejemplar cumplimiento de su misión. A dos clases de personas viene bien el vino: a los miserables y a los afligidos. El vino alegra el corazón, dice el salmista 8, y su uso puede aliviar, al menos momentáneamente, las penas del que sufre o la miseria del que carece de cosas humanas en que poner corazón. “Se sacia el afligido con el pan – escribe Ahikar – y se embriaga el pobre con el vino.” 9
La tercera recomendación insiste en la equidad de juicio y protección de los miserables. “No hay cosa que mejor convenga a aquel que gobierna que el que no desprecie a unos con soberbia, que no admire sin fundamento a otros, sino que a todos trate con la debida equidad y justicia,” dice Epicteto 10. Mudo designa al que por su pobreza o cualquier otro motivo no puede defenderse contra su opresor. La madre de Lemuel, como los sabios del libro, insiste en recomendar a los reyes y príncipes la defensa de los derechos de los pobres e indefensos frente a la insolencia de los ricos y poderosos. Son los representantes de Dios, y Yahvé se constituyó en padre y protector de los desamparados de la fortuna. Por lo demás, en el ambiente social de los días en que fue compuesto el libro debía de ser muy necesaria dicha recomendación.

Epílogo.

Elogio de la Mujer Fuerte (31:10-81)11.
El libro de los Proverbios termina con un precioso poema alfabético – con tantos dísticos como letras tiene el alefato hebreo -, que constituye una de las piezas más bellas de todo el libro,
Contiene el elogio de la mujer hebrea como esposa, como madre y como ama de casa, presentándola como el tipo de mujer ideal: sabia y prudente, temerosa de Dios, fiel cumplidora de sus deberes, amante del trabajo, hábil y previsora, gloria de su esposo y sus hijos, noble y caritativa para con sus domésticos. Sobre el autor y fecha de composición nada cierto sabemos. Pudiera ser el mismo de la primera parte, como dejamos indicado en la introducción. Su forma literaria es un poema acróstico, de paralelismo sintético, tipo perfecto de la poesía hebrea, que encontramos en algunos salmos y escritos proféticos 12.

10Alef. La mujer fuerte, ¿quién la hallará? Vale mucho más que las perlas. n Beth. En ella confía el corazón de su marido y no tiene nunca falta de nada. 12Guímel. Le proporciona siempre el bien, nunca el mal, todo el tiempo de su vida. 13 Dalet. Ella se procura lana y lino y hace las labores con sus manos. 14 He. Es como nave de mercader, que desde lejos trae su pan. 15Vau. Se levanta cuando aún es de noche, y prepara a su familia la comida y la tarea de sus criados, 16 Zain. Ve un campo y lo compra, y con el fruto de sus manos planta una viña. 17Jet. Se ciñe de fortaleza y esfuerza sus brazos. 18 Tet. Ve alegre que su negocio va bien, y ni de noche apaga su lámpara. 19Yod. Coge la rueca en sus manos y hace bailar el huso. 20Caf. Tiende su mano al miserable y alarga la mano al menesteroso. 21Lamed. No teme su familia el frío de la nieve, porque todos en casa tienen vestidos dobles. 22Mem. Ella se hace cobertores, y sus vestidos son de lana y púrpura. 23Nun. Celebrado es en las puertas su marido cuando se sienta entre los ancianos del lugar. 24 Sámec. Hace una hermosa tela y la vende, y vende al mercader un ceñidor. 25 Ayin. Se reviste de fortaleza y gracia, y sonríe al porvenir. 26 Pe. La sabiduría abre su boca y en su lengua está la ley de bondad. 27 Tsade. Vigila a toda su familia, y no come su pan de balde. 28 Qof. Alzanse sus hijos y la aclaman bienaventurada, y su marido la ensalza. 29 Res. “Muchas hijas han hecho proezas, pero tú a todas sobrepasas.” 30 Sin. Engañosa es la gracia, fugaz la belleza; la mujer que teme a Dios, ésa es de alabar. 31 Tau. Dadle los frutos del trabajo de sus manos, y alábenla sus hechos en las puertas.

Comienza el epiloguista haciendo notar lo difícil que es encontrar la mujer buena y virtuosa, que va a describir en su poema, y advierte en seguida que su valor supera a las más preciosas perlas. Ya afirmó el sabio antes que quien halla una mujer buena encuentra un tesoro de inestimable valor y que ha recibido realmente un don de Dios 13.
La primera persona que percibe los beneficios de ese don de Dios es su propio marido. Puede confiar en ella y dejar en sus manos el gobierno de la casa cuando él tenga que marchar a sus negocios, porque es hábil administradora de su hogar, en el que, por lo mismo, jamas faltara cosa alguna al esposo, que no recibirá de ella más que alegrías y satisfacciones durante los días de su vida. Con razón exclamó Ben Sirac: “Dichoso el marido de una mujer virtuosa… Alegra a su marido, cuyos años llegarán en paz a la plenitud.” 14
La mujer fuerte es en primer lugar laboriosa: se procura lana y lino y con sus manos confecciona lienzo y vestidos 15, labor que en aquel entonces realizaban las mujeres. Y con su trabajo viene a ser fuente de riqueza para el hogar, como el mercader que marcha a lejanas tierras y hace un buen negocio 16. Es activa y diligente: se levanta muy temprano y, cuando llega la hora, tiene preparada la comida para su familia y dispuesta la tarea para los criados, de modo que todos puedan comenzar a su debido tiempo el trabajo (v.15). Ella da a todos ejemplo de laboriosidad, no contentándose con el trabajo del día; cuando, llegada la noche, los quehaceres de la jornada quedaron atendidos, ella toma en sus manos la rueca, y de la lana prepara el hilo que después utilizará para la confección de los vestidos 17. Y con el fruto de sus trabajos, la mujer fuerte es también inteligente: compra un campo productivo y planta en él una viña, que le proporcionará abundante vino, cuya industria era muy importante en Palestina.
Pero la mujer virtuosa que nos describe el sabio no guarda codiciosamente para sí el fruto de su trabajo, de sus desvelos. Caritativa y misericordiosa, hace partícipes de él a los pobres y menesterosos (v.20). Lo que, sin duda, contribuye a que Dios haga fructificar su trabajo, conforme a la enseñanza del sabio: “A Yahvé presta el que da al pobre; El le dará su recompensa.” 18 Y es también previsora para los suyos. Nadie en su casa tiene que temer el frío de la nieve; si bien ésta es rara en Palestina, la mujer fuerte ha tomado precauciones contra toda eventualidad. Todos tienen vestidos dobles, confeccionados por ella, con que hacer frente a toda intemperie. Para sus camas ha preparado fuertes coberturas, y sus arcas encierran vestidos de lino fino; el término hebreo significa material fino que se hacía de lino o una mezcla de lino y algodón y era importado la mayor parte de las veces de Egipto 19; y de púrpura, materia colorante que se obtenía de unos mariscos del Mediterráneo y cuya preparación era una importante industria fenicia 20. Tales vestidos eran propios de círculos ricos y distinguidos. Y todo ello fruto de su trabajo y previsión. Naturalmente, su marido es un hombre celebrado por los ancianos en las puertas de la ciudad, donde tenían lugar sus asambleas 21, porque halló tal mujer, y todos celebran su dicha.
Más todavía: las manos hábiles y laboriosas de la mujer virtuosa no sólo dan abasto a las necesidades de la casa, sino que confeccionan también túnicas de lino y cinturones (v. 24), que utilizaban entonces hombres y mujeres, y eran a veces muy valiosos 22; con el precio de su venta a los mercaderes podía ella adquirir otros productos, como el lino y la púrpura. La Vulgata traduce “cananeo,” nombre que se daba también a los fenicios. Como éstos eran los grandes mercaderes de aquel tiempo, cananeo vino a ser sinónimo de comerciante.
Y esa vida virtuosa y de trabajo da a la mujer una fortaleza que admira, y hasta la revisten de una gracia que se refleja en sus actos y la eleva por encima de las demás mujeres, y de una confianza y seguridad que la hacen sonreír ante el porvenir. Un autor hace un precioso comentario a estas palabras que vale para las mujeres de todos los tiempos: las mujeres que pasaron la flor de la edad en las delicias, en las diversiones, en el continuo afán de adornarse, de agradar a todos menos a su propio marido y a Dios, cuando llegan a edad avanzada y han perdido el atractivo, que con ninguna industria pueden ya recuperar, llevan una vida triste e infeliz; y la consideración misma de las culpas cometidas, del infinito abuso del tiempo y de los daños ocasionados a las almas de los demás las colmarán de aflicción. Por el contrario, la mujer fuerte, principalmente en aquella edad, está alegre y contenta, porque se acerca el día en que recogerá el fruto de sus fatigas y de sus buenas obras.
Las mujeres suelen hablar mucho y no pocas veces necia e imprudentemente. A la mujer fuerte, su conducta sabia y virtuosa le dicta consejos llenos de sabiduría y palabras llenas de bondad y benevolencia para con su prójimo, sin dejarse vencer por la vanidad, la mentira, la indignación (v.26). Una madre de familia debe velar sobre la conducta de sus hijos, vigilar el comportamiento y costumbres de los domésticos. La mujer fuerte que describe el sabio cumple a la perfección con estos deberes, de modo que no come el pan de la ociosidad, sino legítimamente ganado con su trabajo, con sus cuidados y desvelos.
Cuando sus hijos crecieron y se percataron de las virtudes y cualidades que adornaban a su madre, la proclamaron bienaventurada. Y su esposo hizo de ella el más cumplido elogio, prefiriéndola a todas las mujeres. Bienaventurados también los hijos que encontraron tal madre: nunca sabrán agradecer suficientemente el beneficio que les supone. Y bienaventurado el esposo, que no dejará de bendecir el momento en que Dios le proporcionó tan estimable compañera.
Maravillosa lección la que consigna el sabio en los dos últimos versos con que termina el libro. La mujer busca con afán y desvelo la belleza corporal, con el fin de agradar y conquistarse el amor de los demás. Pero la gracia exterior y la belleza del cuerpo engañan muchas veces y siempre presto se marchitan; la experiencia añade que no raras veces son peligrosas y llevan al pecado. Lo que en realidad vale es el temor de Dios, y la mujer que hace de él la norma de su vida es la verdaderamente digna de alabanza, porque aquel lleva consigo la práctica de las virtudes que agrada a Dios y hace descender su bendición, preludio de bienes duraderos y perdurables 23. Y su alabanza merece traspasar los umbrales de su casa y el círculo de sus amistades. Su virtud merece ser elogiada públicamente en las puertas de la ciudad, donde se reunía el pueblo y donde los ancianos de la ciudad que formaban el consejo de la misma tenían sus asambleas.
“El autor – escribe H. Laurens – no ha ido a buscar la mujer fuerte a un trono, ni a un palacio suntuoso, ni en los consejos del rey, ni en medio de las asambleas humanas; va más bien a buscarla en la condición común y ordinaria en la cual Dios ha querido colocar a la mujer, es decir, en su misión de esposa, de madre, de ama de casa y hasta de señora de los campos, porque es solamente en esta condición sencilla y modesta en la que ella está llamada a mostrarse fuerte, lo que significa inteligente, activa, previsora, ordenada en todas las cosas, únicamente ocupada en la práctica de sus deberes y de la virtud… Las naciones paganas, que habían asignado a la esposa un grado subalterno y una misión casi oscura en la casa del esposo, jamás tuvieron para la mujer semejantes elogios. Fue la religión de Moisés y después el cristianismo quienes realzaron la mujer envilecida.” 24
La liturgia ha tomado este precioso elogio de la mujer fuerte para la epístola de la misa de las santas viudas que pusieron el temor de Dios por encima de todas las cosas y supieron cumplir, llevadas de él, con una ejemplaridad admirable los deberes de esposa y madre de un hogar cristiano.

1Sa 1:11. – 2 17:17. – 3 2Sa 11:1-27. – 4 1Re 11:1-13. – 5 11:21-23. – 6 4:11. – 7 19:2. – 8 104:15. – 9 Ahikar, 189. Gressmann, o.c., p.457.462. – 10 Citado en A Lapide, o.c., tu p.488. – 11 M. B. Crook, The Marriage Maiden of Prov 31:10-31: Ines 13 (1954) 137-140. – 12 Sal 9:10-25:34, etc.; Lam 1-4; Nah 1:2-10. – 13 18:22. – 14 26:1-2. – 15 pf. Jos 2:6; Deu 22:11; Ose 2:5.9. – 16 Otros interpretan de la solicitud de la mujer que busca lo conveniente al sustento de familia por todas partes y lo procura aun de lejanas tierras. – 17 La lámpara es signo de prosperidad (Ose 13:9; Ose 24:20), y su extinción de calamidad (Jer 25:10; Job 18:6). Aun en los tiempos adversos, la casa de tal mujer es próspera. Algunos ven en la frase una afirmación de la hospitalidad de la mujer fuerte. – 18 19:17. – 19 Gen 41:42; Ex c.25-39; Eze 16:10-13; Eze 27:7. – 20 Ex c.25-39; Jue 8:26; Jer 10:9; Can 3:10. – 21 Cf. 8:3; 24:17; Jue 8:14; Jue 15:5; Rut 4:1; 2Sa 19:8; Joe 1:14; Job 29:7; Sal 107:32. – 22 Dan 10:5. – 23 En los LXX, el segundo estico dice: la mujer inteligente es bendecida; y en un tercero: ella misma alaba el temor de Dios. Cf. Toy, o.c., p.548. – 24 Citado en Girotti, o.c., p122

Fuente: Biblia Comentada

profecía. vea la nota sobre Pro 30:1. le enseñó su madre. Vea Pro 1:8.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Este capítulo final contiene dos poemas: 1) El rey sabio (Pro 31:2-9) y 2) La esposa excelente (Pro 31:10-31). Ambas son las enseñanzas de una madre piadosa (v. Pro 31:1) al rey Lemuel, que la antigua tradición judía identifica como el rey Salomón, pero que por otra parte es desconocido.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Pro 31:1-31 : El último título del libro, atribuido como el anterior (Pro 30:1) a un autor no israelita, incluye dos secciones: una instrucción real (Pro 31:2-9) y un poema sapiencial (Pro 31:10-31) que sirve de colofón a todo el libro.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— rey de Masá: Traducción conjetural; en realidad, el texto hebreo dice: Palabras de Lemuel rey; oráculo que le enseñó su madre. No hay constancia de Lemuel en las literaturas bíblica y extrabíblica. En cualquier caso, junto con Agur (ver nota a Pro 30:1) es representante de la sabiduría oriental.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Introducción. Como de Agur, no sabemos nada del rey Lemuel más allá de su nombre, aunque si es un rey no es israelita. Como Agur, sus palabras exigen ser tratadas como un oráculo profético.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

31.1 No se sabe nada acerca de Lemuel excepto que fue un rey que recibió enseñanzas sabias de su madre. Su nombre significa «dedicado a Dios». Algunos creen que tanto Lemuel como Agur eran del reino de Masa, en Arabia del norte.31.4-7 La embriaguez puede ser comprensible entre moribundos y con gran dolor, pero es inexcusable para los líderes nacionales. El alcohol nubla la mente y puede llevar a la injusticia y a malas decisiones. Los líderes tienen cosas mejores que hacer que anestesiarse con alcohol.31.10-31 Proverbios tiene mucho que decir acerca de las mujeres. Qué oportuno que el libro termine con una ilustración de una mujer de carácter firme, gran sabiduría, muchas habilidades y una gran compasión.Algunas personas tienen la idea errónea de que la mujer ideal en la Biblia es retraída, servil y completamente casera. ¡No es así! Esta mujer es una excelente esposa y madre. Es además fabricante, importadora, administradora, corredora de bienes raíces, granjera, costurera, tapicera y comerciante. Sin embargo, su fortaleza y dignidad no provienen de sus sorprendentes logros. Son el resultado de que teme a Dios. Ya que en nuestra sociedad la apariencia física cuenta demasiado, puede sorprendernos que esto nunca se mencione en esta descripción. Su atractivo proviene totalmente de su carácter.La mujer descrita en este capítulo tiene habilidades sobresalientes. La posición social de su familia es alta. Es más, tal vez no se refiera a una mujer, sino una descripción de la mujer ideal. No la vea como un modelo que se debe imitar en cada detalle. ¡Sus días no son lo bastante largos para hacer todo lo que ella hace! En cambio, véala como una inspiración para ser todo lo que usted pueda ser. No podemos ser igual a ella, pero podemos aprender de su laboriosidad, integridad e ingenio.31.19 El huso y la rueca son dos implementos usados en la hilandería manual.31.31 El libro de Proverbios comienza con el mandamiento de temer a Jehová (1.7) y termina con una descripción de una mujer que lleva a cabo este mandamiento. Sus cualidades se mencionan a través del libro: trabajo arduo, temor de Dios, respeto por su cónyuge, previsión, aliento, interés por los demás, preocupación por el pobre, sabiduría en el manejo del dinero. Estas cualidades, cuando se acoplan con el temor de Dios, llevan al gozo, éxito, honor y dignidad. El libro de Proverbios es muy práctico para nuestros días debido a que nos muestra cómo podemos llegar a ser sabios, tomar buenas decisiones y vivir de acuerdo con el ideal de Dios.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) Que significa: “Perteneciente a Dios”.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 1588 Pro 30:1; 2Ti 3:16

b 1589 Pro 1:8; Pro 6:20; 2Ti 1:5; 2Ti 3:15

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Palabras del rey Lemuel. El nombre significa « pertenece a Dios» . Lemuel no fue un rey israelita y no se sabe nada de él.

madre. Además de ser la madre de Lemuel, como reina ella tenía una posición de importancia y de influencia en la corte.

Fuente: La Biblia de las Américas

Esta sección y tal vez el poema acróstico que le sigue (vv. Pro 31:10-31) son atribuidos al rey Lemuel de quien nada se sabe. Algunos sugieren que Lemuel («el que pertenece a Dios») era el nombre que Betsabé dio a Salomón, pero eso es sólo una suposición.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Pro 31:24-31 nota.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

O, la carga

Fuente: La Biblia de las Américas

[1] El capítulo final es un cuadro ideal, que presenta a la mujer como madre y esposa[1] Lamuel significa uno que es de Dios.

Fuente: Notas Torres Amat