Comentario de Proverbios 5:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Hijo mío, pon atención a mi sabiduría, y a mi entendimiento inclina tu oído;

Hijo mío, está atento. Pro 2:1; Pro 4:1, Pro 4:20; Mat 3:9; Mar 4:23; Apo 2:7, Apo 2:11, Apo 2:17, Apo 2:29; Apo 3:6, Apo 3:13, Apo 3:22.

inclina tu oído. Pro 22:17; Stg 1:19.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Salomón exhorta a la sabiduría, Pro 5:1, Pro 5:2.

El muestra el error y rebeldía de mujeres extrañas, Pro 5:3-14.

exhorta a tener contentamiento, a la generosidad y a la pureza, Pro 5:15-21.

Los impíos son sobrellevados por sus propios pecados, Pro 5:22, Pro 5:23.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El capítulo Pro 5:1-23 nos lleva nuevamente al tema de la mujer extraña (Pro 2:16-19). Este pasaje habla en forma rotunda sobre la fidelidad marital en contra de cualquier y todas las presiones hacia lo contrario. Si queremos guardar el consejo, prestemos atención a estas palabras, si no nuestros pies descienden a la muerte.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

5. Fidelidad Conyugal.

Huye de las Malas Mujeres (5:1-14).
1 Hijo mío, atiende a la sabiduría, da oídos a la inteligencia, 2 para guardar el consejo y mantener en tus labios la ciencia” 3 Miel destilan los labios de la mujer extraña, y es su boca más suave que el aceite. 4 Pero su fin es más amargo que el ajenjo, punzante como espada de dos filos. 5 Van sus pies derechos a la muerte, llevan sus pasos al sepulcro. 6 No va por el camino de la vida, va errando por el camino sin saber adonde. 7 óyeme, pues, hijo mío, y no te apartes de las razones de mi boca. 8 Tente siempre lejos de su camino y no te acerques a la puerta de su casa, 9 para no dar tu honor a los extraños, y tus años a un cruel; 10 para que no disfruten extraños de tu hacienda y vayan tus trabajos a casa de otro, 11 y al fin tengas que llorar cuando veas consumidos tu carne y tu cuerpo, 12y hayas de exclamar: Ay de mí, que odié la disciplina y no di oídos a los que me adoctrinaban! 13 No escuché la voz de los que me educaban y no di oídos a los que me enseñaban. 14 Por poco no he llegado al extremo de mis males en medio del consejo de la asamblea.

Todo el capítulo 5 está dedicado al tema de las mujeres impúdicas, a que ya hizo alusión * y sobre el que volverá en los capítulos 6 y 7. Esta frecuencia indica que se trata de un mal frecuente en los días en que fue compuesta la introducción (1-9). Los pueblos vecinos a Israel practicaban la prostitución como parte de su culto. Estas mujeres vinieron a introducir tal corrupción en el pueblo escogido, que extraña pasó a ser sinónimo de meretriz y adúltera. La ley mosaica prohíbe el adulterio bajo pena de muerte 2, y los profetas lo reprenden duramente 3. En esta primera perícopa del capítulo 5, el sabio expone los halagos seductores de la adúltera y los males a que lleva el trato con ella.
Después de la exhortación acostumbrada, tanto más insinuante cuanto más peligroso es el escollo del que intenta apartar a sus discípulos, el sabio presenta el atractivo que ejercen las palabras de la adúltera y el fin nefasto a que su maldad la conduce. Lo primero es indicado por medio de dos metáforas muy conocidas: la miel, muy común en Palestina debido a sus numerosas flores, y que expresa muy bien el gusto y pegajosidad de los placeres que aquélla ofrece, y el aceite, que puede indicar la facilidad con que se insinúan y penetran en el corazón las palabras seductoras de la mujer impúdica. Nada más dulce que la miel ni más penetrante que el aceite. Lo segundo, con dos expresivas comparaciones: el ajenjo, cuya amargura es proverbial, y la espada de dos filos, apta como la que más para herir y matar. La ley condenaba a muerte a los adúlteros, si bien tal vez no siempre se aplicaba en la época en que fue compuesto el libro 4. En todo caso, la lujuria, con el desgaste de energías físicas que ella supone, conduce a una muerte prematura 5. El autor presenta el castigo sin tratar de precisar su naturaleza.
Declarado el fin de la mujer adúltera, y por lo mismo el de quienes se dejan seducir por sus halagos, el sabio exhorta a sus lectores a que se mantengan alejados de ella. Es la más sabia norma y el único medio para poder vencer el peligro. Dios dará a sus fieles siempre las gracias precisas para vencer en todos aquellos peligros a que el cumplimiento de su deber los exponga, pero no hará un milagro para que salga ileso el que temerariamente se puso en la ocasión. Es el aviso de todos los autores de vida espiritual.
Enumera a continuación los males a que lleva el adulterio, y que son otros tantos motivos por los que el hombre sabio ha de mantenerse alejado de él. El adúltero dará su honor a los extraños, y sus años a un cruel (V.9). Se trata siempre de los mismos: del esposo ofendido, de sus parientes, a quienes irá a parar el honor del adúltero, cuyo pecado podrán descubrir, o exigirle el fruto del trabajo de sus años si quiere evitar el ser denunciado a la asamblea, que le impondrá el oportuno castigo, con la infamia consiguiente. Además verá consumida su carne y su cuerpo (v.11), alusión, ya conocida, a los efectos físicos de la lujuria, que roban a la juventud su frescor y lozanía, precipitándola en una vejez prematura. Entonces reconocerá su error y se lamentará amargamente de no haber hecho caso de las advertencias de los sabios y haber despreciado la disciplina que hubiera mantenido a raya sus pasiones. Reconoce que se ha expuesto a ser denunciado a la asamblea y condenado a la pena de muerte, o al castigo que en su lugar se aplicase en los días que siguieron al exilio. “¡Cuántas molestias llevan consigo los amores torpes – escribe San Agustín – -, cuántas inquietudes en esta vida! Y omito – añade – la gehena. Pero ve si no te has convertido en tu propia gehena en esta vida.”6

Gózate con tu legítima esposa (5:15-23).
15 Bebe el agua de tu cisterna, los raudales de tu pozo. 16 ¿Quieres derramar fuera tus fuentes, por las plazas las aguas de tu río? 17 Tenias para ti solo, no para que contigo las beban los extraños” 18 Bendita tu fuente, y gózate en la compañera de tu mocedad, 19 cierva carísima y graciosa gacela; embriáguente siempre sus amores y recréente siempre sus caricias. 20 ¿Para qué andar loco, hijo mío, tras la extraña y abrazar en tu seno a una extranjera? 21 Los caminos del hombre están a los ojos de Yahvé, El ve todos sus pasos. 22 El impío queda preso en su propia iniquidad y cogido en el lazo de su culpa. 23 Morirá por falta de disciplina, y su gran necedad le perderá.

En la segunda estrofa del capítulo 5, el sabio presenta un remedio psicológico muy eficaz para preservar a sus discípulos de caer en los lazos de la mujer adúltera: poner todo su amor en la compañera que para toda su vida escogió en los días de su juventud y reservar para ella todos los afectos de su corazón, con lo que gozará de las alegrías profundas que su compañía le proporcionará y de los placeres que una vida fiel conyugal bendecida por Dios reporta a los esposos. El sabio compara a la esposa con el agua de las cisternas y los raudales del pozo. Dada la escasez de agua en Palestina, las cisternas y los pozos constituían bienes altamente estimados por los israelitas. La imagen, que se emplea también para expresar la paz y el bienestar7, es muy apta para indicar la sed de placer que el ser humano siente y la satisfacción a raudales que la esposa le puede proporcionar, sin peligro de la angustia e inquietud del que va a saciarla a fuentes vedadas.
El no proceder así puede traer otro mal muy grande para la propia esposa. Al no saciar su legítimo esposo los afectos y legítimos deseos de su corazón, puede inducirla a saciarlos con quien no lo es y dar origen a un nuevo adulterio. Una vida matrimonial virtuosa preserva a uno y otro cónyuge de la infidelidad y alcanza la bendición de Dios, que es quien da la verdadera dicha.
Con términos y comparaciones semejantes a las del Cantar de los Cantares, el autor se esmera en describir el encanto de la legítima esposa, con el fin de que su discípulo ponga en ella totalmente su corazón. Ella es fuente de felicidad y de placer en el hogar; la compañera de su mocedad, a quien consagró el amor de sus años jóvenes y prometió, sin duda, fidelidad perpetua; cierva carísima y graciosa gacela, comparaciones empleadas para ensalzar la belleza y gracias femeninas. La conclusión se desprende por sí sola: teniendo en el propio hogar con quien saciar los afectos y tendencias de tu corazón, no vayas a casa extraña, exponiéndote a los peligros e inconvenientes indicados. El matrimonio tiene tres fines: la procreación de los hijos, la mutua ayuda y el remedio de la concupiscencia. El sabio no desconoce los dos primeros y tiene un alto concepto de la mujer 8; si sólo insiste en el tercero, es porque la concupiscencia es la que induce al adulterio, presentando el remedio desde ese mismo punto de vista.
Concluye con un último y decisivo motivo por el que hay que evitar el adulterio. Tal vez el adúltero piensa que nadie conocerá su delito y que podrá evitar su castigo. Pero hay algo a lo que no puede sustraerse: la mirada de Dios, que todo lo ve y lo sabe 9. Y Yahvé, que gobierna los pasos de los hombres 10, puede disponer las cosas de tal modo que, cuando el adúltero se cree más seguro, es descubierta su iniquidad, que no quedará impune.

1 2:16-19. – 2 éxo 20:14; Deu 22:22. – 3 2 Saín 12:1-12; Jer 5:8; Ose 4:2. – 4 6:36. – 5 Eco 23:22-23. – 6 Psalm. 102. – 7 Isa 36:16. – 8 2:17; 11:16; 31:10-31. – 9 15:3.11; Job 34:22.25; Eco 23:28-292Cr_10 19:21; 2Cr 20:24.

Fuente: Biblia Comentada

está atento. El padre sabio dispone todos los términos esenciales en orden para recapitular su llamamiento a la sabiduría (cp. Pro 1:2; Pro 2:2; Pro 3:13; Pro 4:5).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Esta larga sección presenta la alabanza paterna de la sabiduría en forma de discursos didácticos. Estos capítulos preparan al lector para los proverbios propiamente dichos que comienzan en Pro 10:1 ss.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Un llamado a la fidelidad matrimonial

El desafío inicial del cap. a la atención con su acostumbrada promesa es más animado que de costumbre (1, 2). El escritor está siguiendo un tema sistemáticamente y se apresura a su real preocupación con la adúltera que debe ser resistida y la esposa con la que uno debe gozarse (3-20) (ver también sobre 2:16-19). Se resume en los vv. 19, 20, que ponen lado a lado maneras alternativas de cautivar; como los vv. 15-18 llevan hacia el v. 19, los vv. 3-14 proveen la base para el v. 20.

Concluye con un recordatorio del principio moral general de la enseñanza de la sabiduría, que Dios juzga (21), pero ese juicio viene a través de eventos que son consecuencias naturales (22). La advertencia tiene su aguijón en la cola. Se echará a perder (23) es un verbo que significa que el envolverse en el amor de otra mujer antes que en el de su esposa es envolverse en la mortaja de la insensatez.

Así por un lado, el amor de otra mujer puede ser una proposición muy atractiva (3), pero una intriga amorosa terminará ciertamente en terrible dolor (4, 5: la implicación puede ser que su amor no dura, pero aun si lo hace, habrá dolor). Uno debe admitir que ella puede rehusar hacer frente a este hecho (6). Es, por tanto, necesario mantenerse bien lejos antes que correr el riesgo de verse involucrado (7, 8: ver Mat. 5:28). De otro modo las consecuencias serán pérdida financiera, daño, lamento, soledad y vergüenza (9-14).

Hay una alternativa: aprenda (como lo pone un libro reciente) “cómo hacer el amor a la misma persona por toda su vida”. Haga de ella el deleite de sus ojos, su cuerpo y todo su ser (15-19).

El consejo de Prov. es pasmosamente aplicable a una cultura en la cual el adulterio es común entre los creyentes, quienes se convencen a sí mismos (como el maestro aquí lo contempla) a creer que en su caso es lo mejor. El único problema que el consejo de Prov. puede parecer suscitar es que está expresado solamente desde el punto de vista de un hombre. Por un lado, la mujer que aquí se describe no debiera ser culpada totalmente: tal vez ella es de sesperadamente infeliz en su matrimonio, y comprensiblemente desesperada por escapar de él. Esta es una razón más para ser cautelosos con sus deseos. Por otro lado, los hombres también pueden ser desesperadamente infelices en sus matrimonios, y ansiosos de escapar, y las mujeres deben estar advertidas del equivalente masculino a las presiones femeninas que aquí se describen.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

5.3 Esta «mujer extraña» es una prostituta. Por diferentes razones, Proverbios contiene muchas advertencias en contra de las relaciones sexuales ilícitas. En primer lugar, el encanto de una prostituta se utiliza como un ejemplo de cualquier tentación para hacer el mal o para abandonar la búsqueda de sabiduría. En segundo lugar, la inmoralidad sexual de cualquier tipo fue y sigue siendo extremadamente peligrosa. Destruye la vida familiar. Desgasta nuestra capacidad de amar. Degrada a los seres humanos y los convierte en objetos. Puede ocasionar enfermedades. Puede dar como resultado hijos no deseados. Tercero, la inmoralidad sexual va en contra de la ley de Dios.5.3-8 Toda persona debería estar en guardia en contra de los que usan la adulación o zalamería (labios que destilan miel) que la llevará a pecar. El mejor consejo es tomar un desvío y aun evitar la conversación con tales personas.5.11-13 Al final de su vida, será muy tarde para pedir consejo. Cuando el deseo se activa plenamente, la gente no quiere consejo, sino satisfacción. El mejor momento para aprender sobre los peligros y el disparate de ir tras las relaciones sexuales ilícitas (o cualquier cosa perjudicial) es mucho antes de que aparezca la tentación. Es más fácil resistir si la decisión ya se ha tomado de antemano. No espere para ver qué sucede. Prepárese para la tentación y decida ahora lo que hará cuando tenga que enfrentarla.5.15 «Bebe el agua de tu misma cisterna» es una ilustración de la fidelidad en el matrimonio. Significa disfrutar el cónyuge que Dios le ha dado. En tierras desérticas, el agua es valiosa, y un pozo es la posesión más importante de una familia. En la época del Antiguo Testamento se consideraba un crimen robar agua de un pozo ajeno, así como era un crimen tener relaciones sexuales con la mujer de otro hombre. En ambos casos el ofensor ponía en peligro la salud y seguridad de una familia.5.15-21 En contraste con la mayor parte de lo que leemos, vemos y oímos hoy, este pasaje exhorta a las parejas a buscar en su cónyuge satisfacción y compañerismo para toda la vida. Muchas tentaciones se presentan a los cónyuges para que abandonen al otro por la excitación y los placeres que se encuentran en cualquier otra parte cuando el matrimonio se vuelve monótono. Sin embargo, Dios ordenó el matrimonio y lo santificó, y solo dentro de esta relación de compromiso se puede encontrar la satisfacción y el amor verdaderos. No permita que lo mejor que Dios tiene para usted se desperdicie en la ilusión de pastos más verdes de otro lugar. Por el contrario, regocíjese con su cónyuge y entréguense a Dios y el uno al otro.5.18-20 No era la intención de Dios de que la fidelidad en el matrimonio fuera aburrida, sin vida, sin placer y monótona. Las relaciones sexuales son regalo que Dios da a la gente casada para su goce mutuo. La verdadera felicidad surge cuando decidimos buscar el placer en la relación que Dios nos ha dado o nos dará, y comprometernos para hacerlo agradable para nuestro cónyuge. El verdadero peligro es dudar de que Dios nos conoce y se preocupa por nosotros. Entonces puede ser que nos resintamos por su tiempo y busquemos placer sexual imprudentemente, sin su bendición.5.19 Véase Cantar de los cantares 4 donde encontrará paralelos con esta expresión franca del gozo del placer sexual en el matrimonio.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 236 Pro 2:2; Stg 1:19

b 237 1Re 4:29; Rev 2:11

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Esta introducción exhorta al hijo a que preste atención a las palabras del sabio (vers. 1, 2), porque estas le protegen de las palabras engañosas de la extraña (1:10). Sus dulces palabras conducen a un fin amargo (vers. 3, 4), y sus senderos inestables y resbaladizos conducen a la muerte (vers. 5, 6).

Fuente: La Biblia de las Américas

La sabiduría protege contra la adúltera.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

[8] El remedio de este mal está en huir de él. 1 Cor 6, 18.[15] Trata solamente con tu esposa.[18] El gozo del matrimonio se expresa con la imagen del agua que refresca, fecunda, alegra y renueva.

Fuente: Notas Torres Amat