Por tanto, Dios los entregó a la impureza, en las pasiones de sus corazones, para deshonrar sus cuerpos entre sí.
1:24Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Dios los entregó. Sal 81:11, Sal 81:12; Ose 4:17, Ose 4:18; Mat 15:14; Hch 7:42; Hch 14:16; Hch 17:29, Hch 17:30; Efe 4:18; 2Ts 2:10-12.
en las concupiscencias de sus corazones. Rom 6:12.
deshonraron entre si sus propios cuerpos. Rom 1:27; Lev 18:22; 1Co 6:13, 1Co 6:18; 1Ts 4:4; 2Ti 2:20-22.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
En la actual ira de Dios (v. Rom 1:18; cierta ira también se manifestará cuando Cristo regrese, véase 1Ts 1:10), Él los entregó, lo que significa «dejarlos» en su pecado (vv. Rom 1:26, Rom 1:28). Dios no abandonó a la humanidad, sino que les permitió que profundizaran más y más en el pecado. Él da una oportunidad de ver cuán malo es el pecado y cuán malvados pueden llegar a ser los hombres.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
DIOS LOS ENTREGÓ. Una señal primordial del abandono divino de cualquier sociedad o pueblo es que le obsesiona la inmoralidad sexual y la perversión.
(1) La frase «Dios los entregó» significa que Dios abandonó a esas personas a malas pasiones que se van intensificando con el pasar del tiempo. El término «concupiscencias» (gr. epitumía) denota una pasión desmedida por el placer sexual prohibido (cf. 2Co 12:21; Gál 5:19; Efe 5:3).
(2) En las tres etapas del abandono a la impureza, Dios los entrega:
(a) al placer sexual pecaminoso que degrada el cuerpo (v. Rom 1:24);
(b) a las vergonzosas pasiones homosexuales o lesbianas (vv. Rom 1:26-27); y
(c) a una mente reprobada, es decir, que justifica sus acciones impías, de modo que están absortos de continuo en la maldad y los placeres del pecado sexual (v. Rom 1:28). Esas tres etapas ocurren en ese orden en toda persona que rechaza la verdad de la revelación de Dios y busca el placer en la impiedad (v. Rom 1:18; véase v. Rom 1:27, nota).
(3) Dios tiene dos propósitos al abandonar a los injustos al pecado:
(a) permitir que el pecado y sus consecuencias se aceleren como parte de su juicio sobre ellos (Rom 2:2), y
(b) hacer que comprendan su necesidad de salvación (Rom 2:4).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
también Dios los entregó. Esta es una expresión judicial en griego que se emplea para aludir a la entrega de un prisionero para la imposición de su sentencia. A los hombres que se dedican a abandonar a Dios, Él los abandonará de esta manera (cp. Jue 10:13; 2Cr 15:2; 2Cr 24:20; Sal 81:11-12; Ose 4:17; Mat 15:14; Hch 7:38-42; Hch 14:16). Él lleva esto a cabo de forma 1) indirecta e inmediata, con la remoción de sus impedimentos para permitir que pequen y sufran las consecuencias del caso, así como 2) directa y pendiente, mediante actos específicos de juicio y castigo divino. inmundicia. Un término general que se aplica con frecuencia a la materia putrefacta, como lo es el contenido de un sepulcro. Se refiere aquí a la inmoralidad sexual (2Co 12:21; cp. Gál 5:19-23; Efe 5:3; 1Ts 4:7), la cual comienza en el corazón y pasa a actos vergonzosos con el cuerpo.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Esta sección describe la caída en espiral que viene como resultado de la ira del abandono divino (vea la nota sobre el v.Rom 1:18) en la vida del hombre a quien Dios abandona a su propio pecado. Pablo muestra la esencia (vv. Rom 1:24-25), la expresión (vv. Rom 1:26-27) y el alcance (vv. Rom 1:28-32) de la pecaminosidad del hombre.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
1:24
Fuente: Notas Reeves-Partain
HOMBRES CON LOS QUE DIOS
NO PUEDE HACER NADA
Romanos 1:24, 25
En consecuencia, Dios los ha dejado a merced de la inmundicia en el ansia de placer de sus corazones, que los arrastra a deshonrar sus cuerpos entre ellos, ya que han cambiado la verdad de Dios por la falsedad, y dan culto y sirven a la creación en vez de al Creador, Que es bendito para siempre. Amén.
La palabra que traducimos como ansia (epithymía), en R-V concupiscencia, es la clave de este pasaje. Aristóteles definía epithymía como lanzarse tras el placer. Los estoicos, como lanzarse tras un placer que desafía toda razón. Clemente de Alejandría lo llamaba un irracional lanzarse hacia lo que produce placer. Epithymía es el deseo apasionado de una placer prohibido. Es el deseo que hace cometer acciones innominables y vergonzosas. Es la manera de vivir de una persona que está tan inmersa en el mundo que ya no tiene a Dios en cuenta para nada.
Es algo terrible decir que Dios ha dejado a alguien, se ha desentendido de él; y sin embargo hay dos razones para decirlo:
(i) Dios ha dado a los hombres el libre albedrío, y se lo respeta. En último análisis, ni siquiera Él puede interferir en el libre albedrío. En Ef 4:19 Pablo habla de los que se han abandonado a la lascivia, le han rendido toda su voluntad. Os 4:17 tiene una frase terrible: » Efraín se ha entregado a los ídolos. ¡Déjalo!» Al hombre se le presenta una elección libre, y así tiene que ser. Sin posibilidad de elección no puede haber bondad, ni puede haber amor. Una bondad impuesta no es verdadera, como un amor impuesto no es amor. Si los hombres escogen deliberadamente volver la espalda a Dios después que El ha enviado al mundo a su Hijo Jesucristo, ni siquiera El puede hacer nada para evitarlo.
Cuando Pablo dice que Dios entregó a los hombres a la inmundicia, esa palabra no contiene airada indignación. Más aún, su tono principal no es de condenación o juicio, sino de anhelo, de dolorido pesar, como el de un amante que ha hecho todo lo que ha podido y ya no puede hacer más. Describe exactamente el sentimiento del padre que ve a su hijo volverle la espalda y marcharse a poner distancia por medio.
(ii) Y sin embargo en esta palabra entregar hay más que eso, hay juicio. Es uno de los Hechos inexorables de la vida que, cuanto más se comete una mala acción, más fácil resulta cometerla. Tal vez se empieza con un cierto temblor por lo que se está haciendo, pero se acaba por hacerlo sin darse uno cuenta. No es que Dios le esté castigando, sino que empieza a atraer el castigo sobre sí mismo, convirtiéndose más y más en esclavo del pecado. Los judíos conocían este hecho, y lo expresaban con ciertos dichos: «Todo cumplimiento del deber se recompensa con otro; y toda transgresión se castiga con otra.» «El que se esfuerza por mantenerse puro, recibe poder para serlo; y el que se atreve a abrir la puerta a la impureza, acaba por encontrarla siempre abierta.» «El que levanta una pared a su alrededor se queda emparedado, y el que se entrega queda entregado.»
Lo más terrible del pecado es su poder para engendrar pecado. La terrible responsabilidad del libre albedrío es que puede usarse de tal manera que al final se pierde, y se llega a ser esclavo del pecado, abandonado al mal. En el pecado hay siempre una mentira, porque el pecador cree que aquello le va a hacer feliz, y al final arruina la vida, tanto la propia como la ajena, en este mundo y en el venidero.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
REFERENCIAS CRUZADAS
g 60 Sal 81:12; Hch 7:42; 2Co 12:21; Gál 5:19
h 61 1Co 6:18
i 62 Lev 18:22; Efe 5:12
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Dios los entregó. Ante la impiedad e injusticia de los hombres (vers. 18) y ante la actitud de rechazar a Dios y adorar ídolos (vers. 21– 23), la ira de Dios se manifiesta contra ellos y deja que sigan su camino pecaminoso y sufran las consecuencias de su pecado (cp. 26, 28).
Fuente: La Biblia de las Américas
24 super (1) La misma expresión se usa también en los vs.26 y 28. Si un hombre renuncia a Dios, como resultado Dios lo abandona a él. Los que renuncian a Dios obligan a Dios a abandonarlos. Según este capítulo, Dios entrega a las personas a tres cosas: a la inmundicia (v.24), a las pasiones deshonrosas (v.26) y a una mente reprobada (v.28). La consecuencia de tal entrega es la fornicación (vs.24, 26-27), la cual viola cierto principio que dirige y controla, y como consecuencia trae confusión. De esta fornicación resulta toda clase de maldades (vs.29-32).
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Dios los entregó. Nótese la repetición de esta frase en vv. Rom 1:26 y Rom 1:28. Pablo está atacando la descarada idolatría de la mayor parte del mundo gentil, en el que los animales eran tenidos por dioses (v. Rom 1:23), predominaba la perversión sexual (vv. Rom 1:26-27), y el pecado en general campaba por sus respetos (vv. Rom 1:29-32).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
R585 Parece que el primer ἐν de este versículo se usa en lugar de εἰς (tiene un sentido causal -H463 y T262; comp. el v. 21). [Editor. Ya que una frase con εἰς se presenta antes, no hay razón para entender que ἐν se usa en lugar de εἰς. Parece que un sentido causal cuadra más fácilmente con el contexto: a causa de las concupiscencias de sus corazones.]
R1002 Τοῦ con el infinitivo probablemente se use en un sentido explicativo (de tal manera que) después de παρέδωκεν (MT217; consecutivo -T141; una vaga relación entre el infinitivo y el verbo se inclina hacia un sentido consecutivo -BD400[2]).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, incontinencia