Comentario de Romanos 13:8 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

No debáis a nadie nada, salvo el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo ha cumplido la ley.

13:8-10 — “No debáis a nadie.” Si no fuera por el contexto podríamos concluir que es pecado pedir prestado porque entonces deberíamos y se nos prohibe “deber.” Pero no es pecado prestar y pedir prestado (Luc 6:34-35; Luc 11:5; Deu 15:2; etcétera). Pablo acaba de mandar “Pagar a todos lo que debéis.” Si uno está pagando lo que debe (que es tributo, impuesto, respeto, honra, etcétera, entre otras cosas), no debe. No debe el que está cumpliendo con el contrato que ha hecho con la persona de la cual pidió prestado. “No debáis a nadie” equivale a decir, “cumpláis con vuestros contratos y obligaciones.”

— “sino el amaros unos a otros.” Esta es una deuda que siempre tenemos y por eso no la podemos pagar. La debemos continuamente.

— “el que ama al prójimo (¿quién es el ‘prójimo’? — véase Luc 10:25-37), ha cumplido la ley.” (Véanse Mat 19:19; Mat 22:37-40; Gál 5:13-14). El que ama al prójimo no le hace mal (adulterando contra él, matándole, hurtándole, diciendo falso testimonio contra él, codiciando las cosas de él). Le hace solamente bien, amándole como uno se ama a sí mismo. La ley (respecto a mi conducta hacia otro) me manda no hacerle las cosas arriba mencionadas, y otras («y cualquier otro mandamiento» respecto a mi prójimo). Así es que si le amo, no le haré esas cosas. En este sentido el amor cumple la ley.

No está diciendo Pablo que el “sentimentalismo” (como si el amor genuino fuera cosa de puros sentimientos) es substituto de la ley, sino que el amor (en sentido bíblico, versículo 10; Jua 14:15; etcétera) es la base sobre la cual cumplimos la ley respecto a nuestra conducta hacia el otro.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

No debáis a nadie nada. Rom 13:7; Deu 24:14, Deu 24:15; Pro 3:27, Pro 3:28; Mat 7:12; Mat 22:39, Mat 22:40.

el que ama al prójimo. Rom 13:10; Gál 5:14; Col 3:14; 1Ti 1:5; Stg 2:8.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

En este contexto, no debáis a nadie significa principalmente respeto y honor (v. Rom 13:7). Sin duda, el dinero también se incluye, pero este pasaje no prohíbe pedir prestado (Sal 37:21; Mat 5:42).

sino el amaros: El amor es una deuda que nunca se pagará por completo.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

NO DEBÁIS A NADIE NADA. Los creyentes no deben tener deudas sin pagar. Eso no significa que les sea prohibido tomar prestado de otros en casos de urgente necesidad (cf. Éxo 22:25; Sal 37:26; Mat 5:42; Luc 6:35). Pero sí indica que no se deben contraer deudas por cosas innecesarias ni se debe ser indiferente al pago de las deudas (cf. Sal 37:21). La única deuda para la cual no hay exoneración es la del amor mutuo.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

No debáis a nadie nada. No es una prohibición al préstamo de dinero que de hecho es permitido y regulado por las Escrituras (cp. Éxo 22:25; Lev 25:35-37; Deu 15:7-9; Neh 5:7; Sal 15:5; Sal 37:21; Sal 37:26; Eze 22:12; Mat 5:42; Luc 6:34). El punto de Pablo es que todas nuestras obligaciones financieras deben pagarse en los términos acordados. Vea las notas sobre Deu 23:19-20 ; Deu 24:10-13. el amaros unos a otros. Los creyentes tienen el mandato de amar no solo a otros cristianos (Jua 13:34-35; 1Co 14:1; Flp 1:9; Col 3:14; 1Ts 4:9; 1Ti 2:15; Heb 6:10; 1Pe 1:22; 1Pe 4:8; 1Jn 2:10; 1Jn 3:23; 1Jn 4:7; 1Jn 4:21), sino también a no cristianos (Mat 5:44; Luc 6:27; Luc 6:35; cp. Luc 6:28; Luc 6:34; Rom 12:14; Rom 12:20; Gál 6:10; 1Ts 5:15). cumplido la ley. Vea la nota sobre Rom 13:10.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

13:8-10– “No debáis a nadie.” Si no fuera por el contexto podríamos concluir que es pecado pedir prestado porque entonces deberíamos y se nos prohibe “deber.” Pero no es pecado prestar y pedir prestado (Luc 6:34-35; Luc 11:5; Deu 15:2; etcétera). Pablo acaba de mandar “Pagar a todos lo que debéis.” Si uno está pagando lo que debe (que es tributo, impuesto, respeto, honra, etcétera, entre otras cosas), no debe. No debe el que está cumpliendo con el contrato que ha hecho con la persona de la cual pidió prestado. “No debáis a nadie” equivale a decir, “cumpláis con vuestros contratos y obligaciones.”
–“sino el amaros unos a otros.” Esta es una deuda que siempre tenemos y por eso no la podemos pagar. La debemos continuamente.
–“el que ama al prójimo (¿quién es el ‘prójimo’? — véase Luc 10:25-37), ha cumplido la ley.” (Véanse Mat 19:19; Mat 22:37-40; Gál 5:13-14). El que ama al prójimo no le hace mal (adulterando contra él, matándole, hurtándole, diciendo falso testimonio contra él, codiciando las cosas de él). Le hace solamente bien, amándole como uno se ama a sí mismo. La ley (respecto a mi conducta hacia otro) me manda no hacerle las cosas arriba mencionadas, y otras («y cualquier otro mandamiento» respecto a mi prójimo). Así es que si le amo, no le haré esas cosas. En este sentido el amor cumple la ley.
No está diciendo Pablo que el “sentimentalismo” (como si el amor genuino fuera cosa de puros sentimientos) es substituto de la ley, sino que el amor (en sentido bíblico, versículo 10; Jua 14:15; etcétera) es la base sobre la cual cumplimos la ley respecto a nuestra conducta hacia el otro.

Fuente: Notas Reeves-Partain

LAS DEUDAS QUE HAY QUE PAGAR

Y LA QUE NUNCA SE PUEDE PAGAR

Romanos 13:8-10

No le debáis nada a nadie, a excepción del amor; porque el que ama a los demás ya ha cumplido la Ley. Los mandamientos No adulteres, No mates, No robes, No codicies, y todos los demás- se resumen en éste:

«Ama a tu prójimo como a ti mismo.» El amor no le hace mal al prójimo; así que el amor es el perfecto cumplimiento de la Ley.

El pasaje anterior trataba de lo que se podrían llamar las deudas sociales de las personas. El versículo 7 mencionaba dos de esas deudas: lo que Pablo llama tributo, y lo que llama impuestos. Entiende por tributo el que tenían que pagar los ciudadanos de una nación sometida. Las tres clases de contribuciones que imponía el Imperio Romano eran: (a) Una contribución sobre el suelo, que se pagaba o en dinero o en especie -una décima parte del grano, un quinto del vino y de los productos del campo-. (b) El impuesto sobre la renta, que era del uno por ciento de los ingresos. (c) El impuesto de capitación, que pagaban todos los comprendidos entre catorce y sesenta y cinco años. Por impuestos Pablo entendía los locales -de aduanas, importación y exportación; por el uso de ciertas carreteras y puentes; los de entrada en mercados y puertos; por tener derecho a poseer un animal o un carro-. Pablo insistía en que los cristianos deben pagar los tributos e impuestos al estado y a las autoridades locales, aunque sean gravosos.

Y luego pasa a las deudas privadas. Dice: «No le debáis nada a nadie.» Puede parecer que eso no hacía falta decirlo; pero había algunos que tergiversaban la petición del padrenuestro -«Perdónanos nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores»- como una razón para pedir que se le perdonaran las obligaciones económicas. Pablo tenía que recordarle a su gente que el Cristianismo no es una disculpa para dejar de cumplir las obligaciones que tenemos con nuestros semejantes, sino al contrario: es una razón para cumplirlas a rajatabla.

Luego sigue hablando de la única deuda que el cristiano tiene que pagar todos los días y que, sin embargo, no acaba de saldar nunca: la deuda de amor que tiene con todos los hombres. Orígenes decía: «La deuda del amor sigue con nosotros permanentemente y nunca nos deja; es una deuda que devolvemos todos los días y que debemos siempre.» Pablo mantiene que si una persona trata de cumplir esta deuda de amor honradamente, cumplirá automáticamente todos los mandamientos. No cometerá adulterio; porque, cuando dos personas se dejan llevar por sus pasiones, no lo hacen porque se quieren demasiado, sino porque se quieren demasiado poco; en el amor verdadero hay respeto y dominio propio que nos libra del pecado. No matará; porque el amor no trata de destruir, sino de edificar; es siempre amable, y tratará de destruir, no al enemigo, sino la enemistad, convirtiéndola en amistad. No robará; porque el amor tiene más interés en dar que en toMarcos No codiciará; porque la codicia (epithimía) es un deseo incontrolado de cosas prohibidas, y el amor limpia el corazón desterrando de él el mal deseo.

Hay un dicho famoso: » Ama, y haz lo que quieras.» Si el amor mana abundantemente en el corazón; si toda la vida está dominada por el amor a Dios y al prójimo, uno no necesita más ley.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Jua 13:34; Col 3:14; Mat 22:37-40; Gál 5:14.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

El amor y la ley

La primera parte del v. 8 es una transición. No debáis a nadie nada, repite una importante implicación derivada del deber del cristiano de someterse a las autoridades seculares (cf. v. 7a) y es la base para que Pablo nos recuerde que los creyentes en Cristo tenemos una deuda que nunca podremos terminar de pagar: el amaros unos a otros. Pablo vuelve al tema del amor (ver 12:9-21), destacando su importancia al presentarlo como el cumplimiento (8b y 10) o resumen (9) de la ley mosaica. El carácter central de Lev. 19:18, el “mandamiento del amor” fue subrayado por Jesús mismo (Mat. 5:43; 19:19; 22:39; Mar. 12:31; cf. Juan 13:34, 35), y su eco se transmite a través de todo el NT (cf. Gál. 5:14; Stg. 2:8; 4:11, 12; 1 Jn. 4:11, passim). Lo que Pablo quiere decir cuando insiste en que la obediencia a este mandamiento “cumple” o “resume” todos los demás mandamientos no es la idea de que lo único que debemos hacer para agradar a Dios es “amar”, implicando que mientras tengamos un senti miento “de amor” podemos hacer lo que quera-mos. Tampoco quiere decir Pablo que amar a otroses simplemente el mandato más importante de la ley, o el espíritu en que deben cumplirse todos los demás. En cambio, lo que está diciendo es que los cristianos ahora cumplen todas las demandas de la ley mosaica (al menos, las relacionadas con nuestras obligaciones para con las demás personas), amando; porque el amor constituye el centro de la “ley de Cristo” (Gál. 6:2 cf. 1 Cor. 9:20, 21), la ley que Jesús hizo que rigiera la vida en el nuevo reino (o esfera) en que vivimos; y esta ley en sí misma “cumple” la ley de Moisés (ver Mat. 5:17).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

NOTAS

(1) O: “ama al otro”, es decir, una persona a la otra.

REFERENCIAS CRUZADAS

q 816 Sal 37:21

r 817 Col 3:14; 1Ti 1:5; 1Jn 4:11

s 818 Gál 5:14; Stg 2:8

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

En estos vers. Pablo explica que el amor es esencial en las relaciones interpersonales, porque todos los mandamientos de la ley relacionados con el prójimo se cumplen en « amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Lv 19:18; Mt 22:39, 40).

Fuente: La Biblia de las Américas

8 super (1) Ef amor no es meramente una conducta exterior sino la expresión de la vida interior. Para poder amar a otros y así cumplir la ley espontáneamente, necesitamos la transformación en vida y el suministro de vida. Necesitamos ser transformados y abastecidos en vida por la vida de Dios y por Su naturaleza de amor, a fin de que en amor vivamos a este Dios, quien es amor, y expresemos Su amor.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

El amor es una deuda que nadie puede jamás cancelar por completo.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

al prójimo… Lit. al otro. Esto es, al que es diferente.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R748 Τὸν ἕτερον significa: prójimo.

R897 Parece que el verbo πεπλήρωκεν se usa como un perfecto gnómico (se refiere a una verdad acostumbrada, bien conocida por los destinatarios).

R1173 El uso del negativo compuesto como un segundo negativo sencillamente tiene el propósito de fortalecer la negación: no deban a nadie nada -B489.

BD399(1) El infinitivo es reiterativo, ya que este es un mandato bien conocido.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit., al otro

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit. al otro, al que es diferente.

Fuente: La Biblia Textual III Edición