Biblia

Comentario de Romanos 15:14 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Romanos 15:14 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pero yo mismo estoy persuadido de vosotros, hermanos míos, que vosotros también estáis colmados de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis aconsejaros los unos a los otros.

15:14 — Aunque el problema, discutido en el capítulo 14 y en los primeros versículos de éste, existía en las iglesias en Roma, evidentemente estorbaba solamente a una porción pequeña de la hermandad, porque aquí Pablo expresa su confianza de que la gran mayoría de los hermanos estaba llena de bondad (en lugar de juicios y desprecios), y de conocimiento (respecto a cosas indiferentes y a cómo deben los fuertes y los débiles tratarse los unos a los otros), y por eso podían exhortar a los que lo necesitaban. Todos los hermanos en Roma tenían la verdad y experiencia en el evangelio (no eran niños en Cristo), pero tenían estas faltas que necesitaban de corrección.

Hay hermanos que, para justificar pecados que ellos llaman “de ignorancia,” salen con que nadie todo lo sabe. Les conviene recordar lo que aquí dice Pablo de los cristianos romanos: “llenos de todo conocimiento,” y de lo que dice acerca de los cristianos corintios: “en todo abundáis … en ciencia” (2Co 8:7; véanse también 1Co 1:5; 1Co 13:2). Si la persona lee la Biblia, no ignora el pecado (1Jn 2:1). La ignorancia no justifica.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

pero estoy seguro de vosotros. Flp 1:7; 2Ti 1:5; Flm 1:21; Heb 6:9; 2Pe 1:12; 1Jn 2:21.

estáis llenos de bondad. Flp 1:11; Col 1:8-10; 2Pe 1:5-8.

llenos de todo conocimiento. 1Co 8:1, 1Co 8:7, 1Co 8:10.

que podéis amonestaros los unos a los otros. Col 3:16; 1Ts 5:11, 1Ts 5:14; Tit 2:3, Tit 2:4; Heb 5:12; Heb 10:24, Heb 10:25; Jud 1:20-23.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Es muy probable que esto sea principalmente una referencia a las exhortaciones acerca de no contender sobre opiniones.

podéis … amonestaros (Gr.  noutheteolos unos a los otros: Así ellos no ignorarían la vida espiritual del débil.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

bondad. Un carácter moral excelente. Los creyentes en Roma aborrecían el mal y amaban la justicia, actitudes que manifestaban con claridad en la vida de cada uno de ellos. conocimiento. Se refiere a un conocimiento profundo e íntimo, lo cual indica que los creyentes romanos tenían la doctrina sana (Col 2:2-3), una ilustración del hecho de que la verdad y la virtud son inseparables (cp. 1Ti 1:19). amonestaros. Alentar, advertir o aconsejar, un término que abarca todos los aspectos de la predicación (1Co 14:3) y la consejería personal (vea la nota sobre Rom 12:1). Cada creyente es responsable de alentar y fortalecer a otros creyentes con la Palabra de Dios y cuenta con todos los recursos divinos para hacerlo (2Ti 3:16).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Como no quería poner en peligro su relación con los creyentes en Roma al parecer insensible, presuntuoso o falto de amor, Pablo se propone ahora explicar cómo podía escribir una carta tan rotunda y directa a una iglesia que no había fundado y que nunca había visitado.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

15:14– Aunque el problema, discutido en el capítulo 14 y en los primeros versículos de éste, existía en las iglesias en Roma, evidentemente estorbaba solamente a una porción pequeña de la hermandad, porque aquí Pablo expresa su confianza de que la gran mayoría de los hermanos estaba llena de bondad (en lugar de juicios y desprecios), y de conocimiento (respecto a cosas indiferentes y a cómo deben los fuertes y los débiles tratarse los unos a los otros), y por eso podían exhortar a los que lo necesitaban. Todos los hermanos en Roma tenían la verdad y experiencia en el evangelio (no eran niños en Cristo), pero tenían estas faltas que necesitaban de corrección.
Hay hermanos que, para justificar pecados que ellos llaman “de ignorancia,” salen con que nadie todo lo sabe. Les conviene recordar lo que aquí dice Pablo de los cristianos romanos: “llenos de todo conocimiento,” y de lo que dice acerca de los cristianos corintios: “en todo abundáis … en ciencia” (2Co 8:7; véanse también 1Co 1:5; 1Co 13:2). Si la persona lee la Biblia, no ignora el pecado (1Jn 2:1). La ignorancia no justifica.

Fuente: Notas Reeves-Partain

LAS PALABRAS REVELAN AL HOMBRE

Romanos 15:14-21

Hermanos, yo estoy completamente seguro de que vosotros, tal como sois, estáis llenos de bondad, repletos de conocimiento y capacitados para daros buenos consejos unos a otros. Os escribo con un cierto atrevimiento, como si dijéramos, con el propósito de recordaros lo que ya sabéis. Mi razón para hacerlo es la gracia que Dios me ha dado al hacerme siervo de Jesucristo para con los gentiles y encomendarme el sagrado ministerio de proclamar el Evangelio; y mi propósito es hacer que los gentiles sean una ofrenda aceptable a Dios, consagrada por el Espíritu Santo. Ahora bien, como cristiano tengo una buena razón para sentir un legítimo orgullo en mi trabajo en el servicio de Dios. Puedo decir esto porque no me atrevería a hablar más que de las cosas que Cristo ha realizado por medio de mí, en palabra y en obra, por el poder de señales y milagros, y por el poder del Espíritu Santo, para traer a los gentiles a la obediencia a Cristo. Así es que, partiendo de Jerusalén y rodeando Ilírico, he llevado a cabo el anuncio de la Buena Noticia del Ungido de Dios. Pero siempre ha sido mi ambición anunciar la Buena Noticia, no donde ya se haya predicado el Nombre de Cristo; porque quiero evitar el construir sobre el cimiento que haya echado otro; sino más bien, como dice la Escritura: «Verán aquellos a los que no se han anunciado las Buenas Nuevas, y entenderán los que nunca las habían escuchado.»

Este es uno de los pasajes que revelan mejor el carácter de Pablo. Está llegando al final de la carta, y quiere preparar el terreno para la visita que espera hacerles pronto a los Romanos. Aquí vemos algo por lo menos de su secreto para ganar almas.

(i) Pablo se nos revela como un hombre de tacto. No hay aquí ninguna reprensión. No se enfada con los hermanos de Roma ni adopta el tono de un maestro defraudado. Les dice sencillamente que no hace otra cosa que recordarles lo que ya saben muy bien, y les asegura que está convencido de que ellos están preparados para servir al Señor y a sus semejantes. Pablo estaba mucho más interesado en lo que un hombre podía llegar a ser que en lo que ya era. Veía los defectos con claridad meridiana, y los trataba con total fidelidad; pero todo el tiempo estaba pensando, no en la criatura desgraciada que era un hombre, sino en la espléndida criatura que podría llegar a ser.

Se cuenta que una vez Miguel Ángel, cuando se puso a tallar un imponente y deforme bloque de mármol, dijo que lo que quería era liberar al ángel que estaba prisionero en la piedra. Así era Pablo. No quería dejar a un hombre fuera de combate a golpes; no quería criticar para desanimar; hablaba con sinceridad y hasta con severidad, pero siempre con el deseo de ayudar al hombre a ser el que podía llegar a ser aunque todavía no había llegado a serlo.
(ii) La única gloria que Pablo se atribuía era que él era siervo de Cristo. La palabra que usa (leiturgós) es una gran palabra. En la antigua Grecia había ciertas obligaciones con el estado que se llamaban liturgias (leiturguíai), que unas veces se imponían y otras las asumían voluntariamente los que amaban al país. Había cinco de esos servicios voluntarios de los que se encargaban los ciudadanos patriotas.

(a) Uno era joréguía, que era el deber de proporcionar un coro. Cuando Esquilo, Sófocles y Eurípides estaban produciendo sus inmortales dramas, en cada uno de ellos intervenía un coro hablando en verso. Había grandes festividades como las de la Ciudad Dionisia en las que se representaban hasta dieciocho obras dramáticas nuevas. Los que amaban a su ciudad se ofrecían para reunir, mantener, instruir y equipar a un coro a sus expensas.

(b) Otro servicio era la gymnasiarjía. Los atenienses estaban divididos en diez tribus, y eran grandes atletas. En alguno. de los grandes festivales había famosas carreras de antorchas en las que competían los equipos de las diferentes tribus. A veces hablamos todavía de llevar o de pasar la antorcha. El ganar la carrera de las antorchas era un gran honor, y había entusiastas que corrían con los gastos de seleccionar, mantener y entrenar al equipo que había de representar a su tribu.

(c) Otro servicio era la hestiasis. Había ocasiones en las que las tribus se reunían para compartir una comida y una fiesta común; y había hombres generosos que se encargaban de los gastos de tales concentraciones.

(d) Otro servicio era la arjetheóría. A veces la ciudad de Atenas mandaba una embajada a otra ciudad, o a consultar el oráculo de Delfos o de Dodona. En tales ocasiones todo tenía que hacerse de forma que mantuviera el honor de la ciudad; y había patriotas que sufragaban voluntariamente los gastos de esas embajadas.

(e) Otro servicio era la triérarjía. Los atenienses eran el gran poder naval del mundo antiguo; y una de las cosas más patrióticas de las que uno se podía encargar era costear voluntariamente los gastos de mantenimiento de un trirreme o barco de guerra durante un año.

Ese es el fondo de la palabra leiturgós. En años posteriores, cuando se perdió el patriotismo, estas liturgias dejaron de ser voluntarias y se hicieron obligatorias. Más tarde la palabra llegó a usarse para cualquier clase de servicio; y más tarde todavía se reservó especialmente para el culto y el servicio de los dioses en los templos. Pero la palabra siempre conservó el matiz de servicio generoso. De la misma manera que en los tiempos antiguos un hombre ofrecía su fortuna en el altar del servicio a su querida Atenas, y lo consideraba un honor y una gloria, así Pablo se ponía todo él en el altar del servicio a Cristo, y estaba orgulloso de ser siervo de tal Señor.

(iii) Pablo se veía a sí mismo, en el mismo esquema de cosas, como un instrumento en las manos de Cristo. No hablaba de lo que había hecho él, sino de lo que Cristo había hecho con él. Nunca dijo de nada: «¡Yo lo hice!» Siempre decía: «Cristo me usó para hacerlo.» Se dice que el cambio en la vida de D. L. Moody llegó cuando fue a un culto y oyó decir al predicador: «¡Está por ver lo que el Espíritu Santo podría hacer con un hombre que se le entregara totalmente y sin reserva!» Y Moody se dijo: «¿Por qué no he de ser yo ese hombre?» Y todo el mundo sabe lo que el Espíritu de Dios hizo con D. L. Moody. Las cosas empiezan a suceder cuando una persona deja de pensar en lo que puede hacer por sí misma y empieza a pensar en lo que Dios puede hacer con ella.

(iv) La ambición de Pablo era ser un pionero. Se dice que, cuando Livingstone se ofreció voluntario a la Sociedad Misionera de Londres, le preguntaron adónde le gustaría ir. «Me da igual -contestó-, con tal de que sea hacia adelante.» Y cuando llegó a África le fascinaba el humo de mil poblados que veía en la distancia. La única ambición de Pablo era llevar la Buena Nueva de Dios a los que todavía no la habían escuchado. Usa el texto de Isa 52:15 para expresar su propósito. Un antiguo himno evangélico español expresa en el coro la misma voluntad:

¡Adelante siempre, – Adelante siempre!
Peleemos con valor,
¡Adelante siempre, – Adelante siempre!
Prosigamos con ardor
Con Jesús delante, – Con Jesús delante
Y es nuestra la victoria
Hasta verle en la gloria.
¡Adelante siempre!


PROYECTOS PRESENTES Y FUTUROS

Romanos 15:22-29

Y esa es la razón por la que en muchas ocasiones se me ha cerrado el camino para ir a vosotros. Pero ahora, puesto que ya no tengo más campo de trabajo en estas áreas, y dado que desde hace muchos años he tenido muchas ganas de ir a vosotros, cuando vaya a España espero veros de camino; y espero también, después de disfrutar por un tiempo de vuestra compañía, que me ayudéis a proseguir mi camino lo más pronto posible. Pero de momento voy de camino a Jerusalén para prestarles un servicio a los que están consagrados a Dios allí; porque Macedonia y Acaya han resuelto hacer una colecta para los pobres de entre los que están consagrados a Dios en Jerusalén, porque esa era su resolución, y es verdad que están en deuda con ellos; porque, si los gentiles han recibido una parte de los beneficios espirituales, ellos también están en deuda con ellos de prestarles servicio en las cosas materiales. Cuando haya llevado a cabo este asunto, y haya entregado debidamente completos los regalos que traigo para ellos, me pondré en camino hacia España pasando por vosotros. Sé que cuando vaya a veros, llegaré llevándoos una bendición abundante de parte de Cristo.

Aquí tenemos a Pablo hablando de sus planes inmediatos y más futuros.
(i) Su plan futuro era venir a España. Había dos razones por las que deseara venir. La primera era que España era la tierra más occidental de Europa. Era, en cierto sentido, el límite del mundo civilizado, y eso ya era suficiente para hacer que Pablo quisiera visitarla para predicar el Evangelio aquí. Pablo quería llegar con el Evangelio al NON PLUS ULTRA, al último extremo más allá del cual ya no se creía que había más tierras.

(ii) En aquel tiempo florecía en España una verdadera galaxia de genios. Muchos de los más grandes hombres del Imperio eran españoles: Lucano, el poeta épico; Marcial, el maestro del epigrama; Quintiliano, el más grande preceptor de oratoria de su tiempo. Sobre todos y sobre todo, Séneca, el gran filósofo estoico, preceptor y luego primer ministro de Nerón, era español. Puede que Pablo estuviera diciéndose a sí mismo que podrían suceder cosas maravillosas si España fuera ganada para Cristo.
(iii) Su plan inmediato era ir a Jerusalén. Había tenido un proyecto que era muy querido a su corazón: había organizado que se hiciera una colecta entre las iglesias más jóvenes para la iglesia madre de Jerusalén. No cabe duda de que esa colecta seria muy necesaria. En una ciudad como Jerusalén, muchos de los empleos disponibles tendrían relación con el Templo y sus servicios. Todos los sacerdotes y las autoridades del Templo eran saduceos, que eran los más acérrimos enemigos de Jesús. Por tanto, debe de haber sucedido que muchos, cuando se convertían a Cristo en Jerusalén, perdían el empleo y quedaban en la más completa necesidad. La ayuda que pudiera venirles de las iglesias más jóvenes sería un notable alivio. Pero había por lo menos otras tres razones de peso por las que Pablo tenía tanto interés en llevar aquella ofrenda a Jerusalén.

(a) Para él personalmente suponía el pago de una deuda y un deber. Cuando se llegó al acuerdo de que Pablo fuera el apóstol de los gentiles, lo único que le habían pedido los líderes de la iglesia de Jerusalén había sido que se acordara de los pobres (Gal 2:10 ). » Cosa que siempre tuve mucho interés en hacer» decía Pablo. Él no era un hombre capaz de olvidar un compromiso o una deuda; y ahora era el momento de cumplir, por lo menos en parte.

(b) No había mejor manera de demostrar prácticamente la unidad de la Iglesia. Era ésta una manera de enseñar a las iglesias más jóvenes que no eran unidades aisladas, sino miembros de una gran Iglesia que se extendía por todo el mundo. El valor de ayudar a otras iglesias consiste en que nos hace recordar que no somos sólo miembros de nuestra iglesia local, sino también de la Iglesia universal.
(c) Era la mejor manera de aplicar la fe a la práctica. Era bastante fácil hablar de la generosidad cristiana; pero aquí se les ofrecía una oportunidad de pasar de las palabras a las obras.
Así es que Pablo está de camino a Jerusalén, y está preparándose para visitar España. No sabemos seguro si cumplió su deseo, porque en Jerusalén se enfrentó con grandes dificultades que le condujeron a un largo encarcelamiento y tal vez a la muerte. Es posible que este fuera un plan del gran pionero Pablo que nunca llegó a realizar.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

El ministerio y los planes de Pablo

Esta sección puede dividirse en cuatro partes: una explicación de los propósitos y circunstancias en que fue escrita la carta (14-21); un bosquejo de los planes inmediatos de viaje de Pablo (22-29); un pedido de oración en relación con la ofrenda para los cristianos de Jerusalén (30-32); y un deseo de paz (33). Hay muchos aspectos similares a 1:8-15, lo cual demuestra que Pablo conscientemente termina su carta donde la comenzó.

Coherente con su deseo de establecer una buena relación con los cristianos de Roma, Pablo deja en claro que no ha escrito porque haya encontrado algún problema serio en la iglesia de esa ciudad. Elogia a los cristianos romanos por su bondad y conocimiento (14) (p. ej. por su comprensión de la fe cristiana), señalando que ellos mismos tienen la ca pacidad de aconsejarse (o amonestarse) los unos a los otros (14) (cf. 1:8b). Pablo casi se disculpa por escribir como lo ha hecho (con bastante atrevimiento) y subraya que lo que ha dicho no ha sido más que un recordatorio. Este elogio no es una simple adulación; Pablo no hubiera dicho lo que dijo de la iglesia romana en estos versículos a menos que pensara que tal iglesia era básicamente sóli da y estable. No obstante, Pablo sabe que aun la más madura necesita recordar las verdades del evangelio. Y los ruegos de 12:1-15:3 (y especialmente 11:12-27; 14:1-15:13) demuestran que la iglesia tenía sus problemas. Aun que quiere evitar dar cualquier indicación de condescendencia o autoritarismo, Pablo insiste en que su autoridad como ministro de Cristo Jesús a los gentiles (16) se extiende a los cristianos en Roma (ver 1:5, 6). Des cribe su ministerio con la ayuda del vocabulario propio del culto. Ministro es la traducción de un término que generalmente se refiere a un sacerdote (leitourgos; cf. Neh. 10:39; Isa. 61:6; Heb. 8:2), y su significado sacerdotal aquí se confirma por lo que sigue, donde Pablo describe su proclamación del evangelio como un servicio “a manera de sacerdote” (ver BA), y a sus hijos espiri tuales gentiles como ofrenda. Como lo hacen otros autores del NT (ver especialmente 1 Ped. 2:4-10), Pablo insinúa que el culto del AT, con sus sacerdotes, sacrificios y tabernáculo o templo, encuentra su cum plimiento en el ministerio del evangelio (y nótese 12:1).

Es correcto, entonces, que Pablo se gloríe (o se “jacte”) en este ministerio, porque se origina en la gracia de Dios (15b), y se trata de Cristo trabajando por medio del Apóstol (18). Este obrar de Cristo en Pablo tiene el propósito de llevar a los gentiles a la obediencia a Dios (cf. 1:5), y lo que Pablo dice y hace viene acompañado de poder: el poder de las señales milagrosas (señales y prodigios; cf. Hech. 2:22, 43; 5:12; 15:12; 2 Cor. 12:12; Heb. 2:4) y el poder del Espíritu mismo (ver 1:16a). El final del v. 19 establece el resultado del ministerio poderoso, sacerdotal y apostólico de Pablo: Desde Jerusalén hasta los alrededores del Ilírico lo he llenado todo con el evangelio de Cristo. Ilírico era una provincia romana que ocupaba el área que cubría aprox. lo que fue Yugoslavia y Albania. Jerusalén fue el punto de partida de la misión cristiana, mientras que Ilírico era el punto más lejano en que Pablo había predicado hasta ese momento. Una línea que uniese un punto con el otro, formaría un arco; de allí que la expresión que Pablo utiliza signifique lit., en gr., “en un círculo”. Pablo dice que ha plantado iglesias fuertes, colocadas en puntos centrales, en toda esta parte noreste de la cuenca del Mediterráneo. Por lo tanto ha cumplido (pleroo, llenado todo) con su comisión de predicar el evangelio en esas áreas, ya que su tarea era predicar el evangelio donde Cristo no era nombrado (20). La cita del AT que Pablo usa para confirmar esta misión (21) se toma del cántico del siervo en Isaías (52:15), pero es poco probable que Pablo se viera a sí mismo en la función del siervo.

Pablo va del pasado al presente y al futuro. Su obligación de cumplir su misión en el oriente ha impedido que fuera a Roma hasta este momento (22). Ahora que esa misión se ha terminado, Pablo puede cumplir su antiguo deseo de visitar Roma (cf. 1:10-15). Pero Roma será sólo una escala en su viaje hacia España (24, 28). Evidentemente, él ha decidido que la península Ibérica, muy poblada, es el lugar perfecto para continuar su tarea de evangelización pionera. Una de las razones por las que Pablo se detendrá en Roma es la de procurar ayuda de los cristianos de Roma para esta visita. La RVA traduce ser encaminado por vosotros allá (24b), un verbo que en el NT se convierte casi en “un término técnico para la misión cristiana” (Cranfield; cf. Hech. 15:3; 20:38; 21:5; 1 Cor. 16:6, 11; 2 Cor. 1:16; Tito 3:13; 3 Jn. 6). Denota la provisión de apoyo material y logístico para los misioneros cristianos. Una de las razones principales por las que Pablo escribe esta carta a Roma es para preparar el camino para recibir este sostén de ellos.

Sin embargo, antes de que Pablo pueda llevar a cabo su plan, tiene una tarea más inmediata: ministrar (diakonon) a los cristianos en Jerusalén (25). Este ministerio, como lo revelan los vv. 26, 27, es la entrega a los cristianos judíos de Jerusalén de una ofrenda de dinero recogida en muchas de las iglesias mayormente gentiles iniciadas por Pablo. Las condiciones económicas generales, sin duda empeoradas por el aislamiento de sus hermanos judíos a causa de su profesión de fe en Cristo, habían empobrecido a muchos cristianos judíos en Jerusalén y sus alrededores. Pablo creía que era justo que los cristianos gentiles devolvieran con bienes materiales los bienes espirituales (27) que habían heredado de los judíos (ver 11:17, 18). Reunir este dinero para ayudarlos fue una preocupación muy importante en el tercer viaje misionero de Pablo (ver 1 Cor. 16:1-4; 2 Cor. 8-9). Algunos eruditos piensan que Pablo estaba particularmente interesado en esta ofrenda, porque la consideraba el cumplimiento de la predicción del AT de que la riqueza de los gentiles fluiría a Jerusalén inmediatamente antes del día del Señor. Pero hay pocas evidencias de que así fuera. No obstante, Pablo indudablemente consideraba este esfuerzo de colaboración co mo un medio práctico de fortalecer relaciones entre cristianos judíos y gentiles.

Es quizá a la luz de ese propósito que Pablo pide las oraciones de los cristianos romanos a favor del éxito de esta ofrenda (30-32). Pablo sugiere la necesidad de oración ferviente y sincera por este tema al pedirles que luchéis conmigo en oración. (La “lucha conjunta” [sunagonizomai, utilizado sólo aquí en la Biblia gr.] tiene lugar “en oración”.) Pablo les pide que oren específicamente por dos cosas: que pueda ser librado de los desobedientes que están en Judea, y que la ofrenda sea del agrado de los santos. Pablo conoce la hostilidad de los judíos hacia su osada postura pública de admitir a los gentiles dentro del pueblo de Dios, sin imponerles la circuncisión ni la ley de Moisés. Muchos de los judíos más radicales de su época (que crecían en número en este momento) hubieran consi derado esta postura como nada menos que una traición. Los temores de Pablo en este sentido estaban bien fundados como lo prueba el hecho de que este viaje a Jerusalén tuvo como resultado que fuera encarcelado por las autoridades romanas por instigación de los judíos (Hech. 21:27-36).

No tenemos conocimiento cierto sobre el cumplimiento del segundo pedido de oración de Pablo. Es cierto que él también tenía razones válidas para temer que algunos de los cristianos judíos aún sospecharan tanto de él y estuvieran tan preocupados por mantener las relaciones con los otros judíos que arruinaran los esfuerzos del Apóstol, negándose a aceptar el dinero que él y los cristianos gentiles habían reunido para ellos. Pablo pide a los cristianos romanos que se unan a él para orar para que esto no suceda, y que pueda continuar hacia Roma con gozo y la sensación de haber logrado algo positivo (32).

La oración de Pablo de que el Dios de paz sea con los cristianos de Roma (33) es similar a otros pedidos en muchas de sus otras cartas (2 Cor. 13:11; Fil. 4:9; 1 Tes. 5:23; 2 Tes. 3:16; cf. también 16:20).

Notas. 19 No es claro si Pablo quiere decir que ha predicado “hasta el interior” de Ilírico o “hasta” Ilírico. Aunque Hech. nunca menciona un viaje mi sionero de Pablo a esta provincia, algunos eruditos piensan que puede haber predicado allí inmediatamente antes de ir a Corinto, al final del tercer viaje misionero (desde donde Pablo está escribiendo Rom.; cf. Hech. 20:2).24 No sabemos si logró o no su meta de predicar en España. 1 Clemente, un documento escrito a fines del siglo I en Roma, sostiene que Pablo “alcanzó el límite [terma] del occidente” (5:1-7). No es claro si esto se refiere a España o a Roma.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

a 912 1Co 8:7; Flp 1:9; 2Pe 1:12; 1Jn 2:21

b 913 2Ts 3:15

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

he sido persuadido… → §032.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R686 En este versículo, αὐτός aparece con la primera persona, y αὐτοί, con la segunda persona, lo cual indica un contraste agudo.

B154 El participio perfecto (πεπληρωμένοι) se usa para referirse a una acción terminada: llenos de todo conocimiento.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

g 14.14.

Fuente: La Biblia Textual III Edición