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Comentario de Romanos 3:21 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Romanos 3:21 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios atestiguada por la Ley y los Profetas.

3:21

— “ahora” se refiere a la dispensación cristiana.

— “aparte de ley,” según el texto griego (véase versículo 20), refiriéndose a la ley de Dios, o escrita (para los judíos) o no escrita (para los gentiles).

— “la justicia de Dios.” Véase 1:17, comentarios.

— “testificada por la ley y por los profetas.” (Véanse 1:2; Heb 9:9; Heb 10:1; Gén 15:6 más Hab 2:4). Los premilenaristas aplican muchos textos de profecía (en el Antiguo Testamento), no a su cumplimiento en la iglesia (el reino) en la dispensación presente del evangelio, como lo hace Pablo en este versículo, sino a cosas que afirman ellos ser futuras todavía.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

la justicia de Dios. Rom 1:17; Rom 5:19, Rom 5:21; Rom 10:3, Rom 10:4; Gén 15:6; Isa 45:24, Isa 45:25; Isa 46:13; Isa 51:8; Isa 54:17; Isa 61:10; Jer 23:5, Jer 23:6; Jer 33:16; Dan 9:24; Hch 15:11; 1Co 1:30; 2Co 5:21; Gál 5:5; Flp 3:9; Heb 11:4; 2Pe 1:1.

testificada por la ley. Deu 18:15-19; Luc 24:44; Jua 1:45; Jua 3:14, Jua 3:15; Jua 5:46, Jua 5:47; Hch 26:22; Heb 10:1-14.

y por los profetas. Rom 1:2; Rom 16:26; Hch 3:21-25; Hch 10:43; Hch 28:23; Gál 3:8; 1Pe 1:10.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

En este contexto la justicia de Dios no es un atributo, sino es un acto por el cual Dios declara justo al pecador. Esta es la justicia de Dios. Esta justicia es aparte de la ley. Esta es una fuerte expresión que establece categóricamente que la justicia se entrega totalmente aparte de cualquier ley. Véase el mismo uso de esta palabra en Heb 4:15 donde se tienta a Jesús en todas las facetas al igual que a nosotros «aunque sin pecado». Al igual que el pecado y Jesucristo no tienen nada en común, así también la justicia no se manifiesta por el mantenimiento de la Ley sino que se manifestó en la cruz cuando «Al que no conoció pecado (Hijo de Dios), por nosotros lo hizo pecado (Dios el Padre), para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él» (2Co 5:21).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

LA JUSTICIA DE DIOS. Esa frase se refiere a la actividad redentora de Dios respecto al pecado humano por la cual Él, de una manera justa (v. Rom 3:26), pone al creyente en relación correcta consigo mismo y lo libera del poder de la maldad (obsérvese que la obra de salvación y la manifestación de la justicia son esencialmente lo mismo en los siguientes pasajes del AT: Sal 32:2, nota; Sal 98:1-2; Isa 46:13; Isa 51:5-8; Isa 56:1-2, nota; Isa 62:1).

(1) Esa revelación de la justicia de Dios en el evangelio no es algo que sólo ocurrió en el pasado. Como poder de Dios para la salvación que acompaña al creyente, es constantemente nueva y pertinente (véase el ARTÍCULO TÉRMINOS BÍBLICOS DE LA SALVACIÓN, P. 1572. [Rom 1:16]).

(2) Esa justicia de Dios le llega al creyente mediante la fe en Jesucristo (v. Rom 3:22).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Pero ahora. No es una referencia al tiempo, sino un cambio en el desarrollo del argumento paulino. Como ya mostró la imposibilidad de acreditar justicia con esfuerzos humanos, el apóstol pasa a explicar la justicia que Dios mismo ha suministrado. aparte de la ley. No depende en absoluto de la obediencia a ley alguna (Rom 4:15; Gál 2:16; Gál 3:10-11; Gál 5:1-2; Gál 5:6; Efe 2:8-9; cp. Flp 3:9; 2Ti 1:9; Tit 3:5). justicia. Vea la nota sobre Rom 1:17. Esta justicia es única porque: 1) Dios es su fuente (Isa 45:8), 2) satisface tanto la pena como el precepto de la ley de Dios. La muerte de Cristo como sustituto perfecto paga la justa pena aplicada a todos los que no han guardado la ley de Dios, y la obediencia perfecta de Cristo a todos los requisitos de la ley de Dios satisface la demanda divina de justicia total (2Co 5:21; 1Pe 2:24; cp. Heb 9:28) y 3) la justicia de Dios es eterna (Sal 119:142; Isa 51:8; Dan 9:24), todo el que la recibe de Él goza de ella para siempre. testificada por la ley y por los profetas. Vea la nota sobre Rom 1:2.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Tras haber probado de manera concluyente la pecaminosidad universal del hombre y su necesidad de justicia (Rom 1:18-32; Rom 2:1-29; Rom 3:1-20), Pablo desarrolla el tema que introdujo en Rom 1:17, (i. e. Dios en su gracia) ha provisto una justicia que viene de Él solo con base en la fe (Rom 3:21-31; Rom 4:1-25; Rom 5:1-21).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

3:21– “ahora” se refiere a la dispensación cristiana.
–“aparte de ley,” según el texto griego (véase versículo 20), refiriéndose a la ley de Dios, o escrita (para los judíos) o no escrita (para los gentiles).
–“la justicia de Dios.” Véase 1:17, comentarios.
–“testificada por la ley y por los profetas.” (Véanse 1:2; Heb 9:9; Heb 10:1; Gén 15:6 más Hab 2:4). Los premilenaristas aplican muchos textos de profecía (en el Antiguo Testamento), no a su cumplimiento en la iglesia (el reino) en la dispensación presente del evangelio, como lo hace Pablo en este versículo, sino a cosas que afirman ellos ser futuras todavía.

Fuente: Notas Reeves-Partain

— fuerza salvadora: Ver nota a Rom 1:17.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Rom 1:16-17; Rom 5:1; Flp 3:9; Gál 2:16; Efe 2:4-9.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

La justicia de Dios

La justicia (dikaiosune) de Dios constituye el corazón de este gran pasaje. Se la menciona cuatro veces (21, 22, 25, 26), en tanto que la utilización de dos palabras relacionadas, “justificar” (dikaioo; 24, 26) y “justo” (dikaios; 26), refuerza su importancia central. Pablo desarrolla su exposición de la justicia de Dios en cuatro pasos.

Primero, él anuncia la justicia de Dios (21). Cabe destacar que Pablo se refiere aquí a una actividad propia de Dios (como en 1:17), y no a un don o una condición que proviene de Dios. Los términos que utiliza Pablo son como un eco deliberado de 1:17, al retomar, luego de su necesaria definición del escenario en 1:18-3:20, el tema de 1:18-4:25. Aquí, sin embargo, Pablo presta menos atención a la manera en que, a través de la predicación del evangelio, se revela la actividad de Dios de “hacer justo” o justificar, que a los fundamentos históricos de esa justificación en la cruz de Cristo (esto lo sugiere el uso del tiempo perfecto en se ha manifestado). Asimismo, confirmando lo que dijo en 3:20, Pablo aclara que esta justicia de Dios se ha manifestado aparte de la ley. Lo que Pablo quiere demostrar es que ahora se ha inaugurado una nueva era en el plan de Dios, y que esta manera de acercar a los seres humanos a la relación con él se lleva a cabo fuera de los confines de esa antigua era, en la cual la ley de Moisés constituía un componente central; pero, a la vez, Pablo destaca cuidadosamente la continuidad del plan de Dios. La justicia de Dios quizá no se llevara a cabo dentro de la antigua era, o pacto; pero sí es atestiguada por la Ley y los Profetas de ese pacto.

En el segundo paso de su exposición Pablo destaca el carácter universal de la justicia de Dios. La experiencia personal de la actividad justificadora de Dios es posible únicamente por medio de la fe en Jesucristo, y es para todos los que creen; porque todos están por igual necesitados de la justicia de Dios, porque todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios (22, 23). La frase traducida por medio de la fe en Jesucristo presume que el genitivo Iesou Christou es objetivo, pero muchos eruditos están convencidos de que se trata de un genitivo subjetivo, y traducen la frase como “fe [o fidelidad] de Jesucristo”. De esta manera Pablo estaría diciendo dos cosas en el 22b: que la justicia de Dios está fundamentada en la fidelidad de Jesús y que está disponible para todo el que cree. Esta es, por cierto, una interpretación posible, pero probablemente sea mejor quedarse con la manera en que se traduce en la RVA y en prácticamente todas las versiones castellanas. La idea de la “fidelidad” de Cristo (expresada con el término pistis) no está claramente atestiguada en el resto de los escritos de Pablo, en tanto que toda esta sección de Rom. vuelve una y otra vez a la centralidad de la fe humana en Cristo, como medio de justificación (ver especialmente el v. 26 al final del presente párrafo). Pablo, entonces, repite en el v. 22 el concepto de la fe humana porque quiere decir tanto que la justicia de Dios es solamente por la fe en Cristo, como que es para todos los que tienen esa fe. El v. 23 es un breve resumen de 1:18-3:20.

La tercera parte del párrafo (24, 25a) apunta a la fuente de la justicia de Dios. Siendo justificados al principio del v. 24 vuelve sobre lo expresado acerca de la justicia de Dios en los vv. 21, 22. El acto por parte de Dios de colocar al ser humano en una relación nueva y adecuada con él es un acto de pura gracia: él actúa sin responder a obligación alguna y de ninguna manera condicionado por “razón” alguna externa a su voluntad (ver también 4:4, 5, 13-16; 11:6. Por esta razón se hace necesaria la fe, que es un acto de aceptación y rendición, para experimentar esta justicia. Más aun, nuestra justificación tiene su fuente en la redención que es en Cristo Jesús. Redención (apolutroseos) es otro de los términos teológicos importantes de este párrafo. Expresa el acto de “comprar la libertad de un esclavo”, y sugiere que en Jesucristo Dios proporcionó el “pago” o el “precio” completo por nuestro pecado, a fin de que fuésemos libertados de nuestra esclavitud al mismo (ver 3:9) para servir a un nuevo dueño.

El v. 25 continúa con este pensamiento al describir con mayor detalle la naturaleza de la obra de Cristo por nosotros en la cruz. La palabra clave es hilasterion, que se traduce como expiación en la RVA. A la luz de la utilización de este término en el gr. secular, muchos consideran que aquí significa “propiciación”, es decir, un acto en el cual la ira de Dios es apartada. Otros (p. ej. Dodd) insisten en que la palabra significa expiación, un acto en el cual los pecados son perdonados y “limpiados”. Pero la evidencia de su uso en la LXX apunta a un sentido ligeramente distinto y más amplio. Aquí, el término generalmente se refiere al “propiciatorio”, un componente del altar en el tabernáculo. El término se destaca en Lev. 16, donde se ordena el ritual del día de Expiación. Es sobre este “propiciatorio” que se rocía la sangre del sacrificio, a fin de “hacer expiación” por el pueblo. Debido a que en el único otro lugar donde aparece en el NT (Heb. 9:15) hilasterion se refiere a este propiciatorio, parecería posible que Pablo utiliza la palabra con este significado. Lo que él sostiene, entonces, sería que Jesucristo es en el NT la contraparte del propiciatorio en el AT. Así como este propiciatorio era el lugar donde Dios se hacía cargo del pecado de su pueblo, ahora Dios ha puesto (en BJ, exhibió; BA, exhibió públicamente) a Jesucristo como el “lugar” donde Dios ahora trata, de manera definitiva y eterna, con el pecado de su pueblo. Esta expiación se lleva a cabo ahora en él, e incluye tanto el perdón de pecados (expiación) como el apartamiento de la ira de Dios (propiciación) como en el AT. Esta propiciación es, por supuesto, algo totalmente diferente del “soborno” de los dioses caprichosos y egoístas que encontramos en algunas religiones antiguas. La propiciación que se lleva a cabo en la cruz es el regalo de Dios mismo y comprende la satisfacción de su propia ira santa y justa frente al pecado.

El cuarto paso en la exposición que hace Pablo acerca de la justicia de Dios asevera que la manera en que Dios justifica a los pecadores no afecta su condición de justo y santo (25b, 26). La clave para comprender estos versículos está en entender que el significado de “justicia de Dios” aquí es diferente del significado que tiene en los vv. 21, 22. Al igual que en 3:5 (ver notas allí), se refiere a la fidelidad de Dios para con su propia persona y palabra en un sentido general. El término traducido como “justicia” es, en ambos casos, dikaiosune. Dios, en el pasado “pasó por alto”, no castigó con toda severidad (paresis) los pecados de su pueblo. El justificó a personas como Abraham y David sin eliminar la totalidad de la pena que correspondía a sus pecados. Esa pena ha sido pagada ya por Cristo en la cruz, revelando a Dios como justo, tanto en su pasar por alto aquellos pecados pasados (25b), como en su justificación de los creyentes en el tiempo presente (26a). Así, en una frase que resume la totalidad del párrafo, presenta a Dios como el que es justo y a la vez justificador del que tiene fe en Jesús (26b). James Denney nos brinda su propio y hermoso resumen de este párrafo: “No puede existir evangelio alguno a menos que exista tal cosa como una justicia de Dios para el impío. Pero tampoco puede existir evangelio alguno a menos que se mantenga la integridad del carácter de Dios. El problema del mundo pecador, el problema de toda religión, el problema de Dios en su relación con una raza pecadora, es cómo unir ambas cosas. La respuesta cristiana al problema está en las palabras de Pablo, refiriéndose a Jesucristo, a quien Dios ’ha puesto … como expiación (o, en poder propiciatorio) por la fe en su sangre’.” (J. Denney, The Death of Christ [Tyndale, 1951], p. 98).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

l 212 Deu 32:4; Rom 1:17

m 213 Heb 11:4

n 214 Núm 21:9; Deu 18:18

ñ 215 Isa 53:11; Jer 31:34; Dan 9:24

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

aparte de la ley. La justicia de Dios se manifiesta en la persona de Jesucristo.

atestiguada por la ley y los profetas. La frase la ley y los profetas se refiere a todo el A.T. que testifica de Cristo (Gn 22:8– 14; 2 S 7:12– 16; Job 19:25– 27; Is 53; Lc 24:27, 44), y presenta la justificación por la fe (Gn 15:6; Sal 32:10, 11; Jer 31:31– 34; Hab 2:4). Sin embargo, de una manera más definida, el N.T. presenta a Cristo Jesús como el objeto de esa fe.

Fuente: La Biblia de las Américas

21 (1) La justicia de Dios, la cual se revela en el evangelio (1:17), es la base y el fundamento sobre el cual Dios, en Su economía neotestamentaria, se imparte en el hombre. Esta justicia no tiene nada que ver con la ley en Su economía antiguotestamentaria (véase Flp_3:9 y las notas).

21 (2) Véase la nota 17 (1) del cap. 1. Así también en el versículo siguiente.

21 (3) Los judíos buscaban la justicia de Dios por medio de la observancia de la ley. Sin embargo, no la alcanzaron, porque ninguna carne será justificada delante de Dios basándose en las obras de la ley (v.20). Pero ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado a nosotros por medio de la fe en Cristo (1:17).

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

justicia. Usada de varios modos en la Biblia, la justicia se refiere:

(1) al carácter de Dios (Jua 17:25);

(2) al don que se da a cada uno que recibe a Cristo (aquí y en Rom 5:17); y

(3) a los moldes o patrones de una vida justa (Rom 6:18; 2Ti 2:22).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

R781 Δικαιοσύνη θεοῦ probablemente significa: una justicia de Dios, no la justicia de Dios.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

O, de ley

Fuente: La Biblia de las Américas

§ Ver el versículo Rom 1:17. También Rom 3:22.

Fuente: Versión Biblia Libre del NuevoTestamento