Comentario de Romanos 5:6 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
porque aún siendo nosotros débiles, a su tiempo Cristo murió por los impíos.
5:6 — “débiles” o sin poder para salvarnos.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
cuando aún éramos débiles. Lam 1:6; Eze 16:4-8; Dan 11:15; Efe 2:1-5; Col 2:13; Tit 3:3-5.
a su tiempo. Gál 4:4; Heb 9:26; 1Pe 1:20.
Cristo … murió. Rom 5:8; Rom 4:25; 1Ts 5:9.
por los impíos. Rom 4:5; Rom 11:26; Sal 1:1; 1Ti 1:9; Tit 2:12; 2Pe 2:5, 2Pe 2:6; 2Pe 3:7; Jud 1:4, Jud 1:15, Jud 1:18.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Pablo explica ahora la naturaleza del amor de Dios. Dios nos amó cuando aún éramos débiles e impíos. Dios nos amó tanto que envió a su Hijo para morir por nosotros (v. Rom 5:8). Dios nos ama de la forma que somos, pero al mismo tiempo nos ama demasiado para dejarnos de la forma que somos (Jua 15:16; Flp 1:6).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
débiles. Lit. «indefensos». Los pecadores no regenerados están muertos en su espíritu y son incapaces de hacer algo para ayudarse a sí mismos (Jua 6:44; Efe 2:1). a su tiempo. En el tiempo designado por Dios (cp. Gál 4:4). Cristo … murió por los impíos. El amor de Dios por los suyos es invariable porque no se basa en cuán dignos seamos de recibir amor, sino en la constancia de su propio carácter perfecto. El acto supremo de amor de Dios vino en el punto en que le éramos más indeseables (cp. Mat 5:46).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
5:6– “débiles” o sin poder para salvarnos.
–“a su tiempo.” (Véase Gál 4:4). Dios citó el tiempo según su sabiduría.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA PRUEBA DEFINITIVA DEL AMOR
Romanos 5:6-11
Cuando no teníamos remedio, en el tiempo de Dios Cristo murió por los que éramos impíos. A duras penas se encontrará alguien que muera por otro; pero podría ser que uno estuviera dispuesto hasta a morir por una buena causa. Pero Dios llega a mucho más: nos demuestra Su amor al morir Cristo por nosotros cuando no éramos más que pecadores. Como hemos entrado en la perfecta relación con Dios al precio de la sangre vital de Cristo, con más razón seremos salvos de la Ira por medio de Él. Porque, si cuando no éramos más que enemigos de Dios fuimos reconciliados con Él al precio de la muerte de Su Hijo, mucho más ahora que ya estamos reconciliados, seguiremos a salvo por Su vida. Y no sólo esto, sino que nuestra gloria está en Dios mediante nuestro Señor Jesucristo, por medio de Quien hemos recibido esta reconciliación.
El hecho de que Jesucristo muriera por nosotros es la prueba definitiva del amor de Dios. Ya sería bastante difícil encontrar a alguien que estuviera dispuesto a morir por un justo; sería remotamente posible convencer a alguien para que muriera por alguna idea grande y buena; y alguien podría tener el amor necesario para dar su vida por un amigo. Pero lo inmensamente maravilloso del amor de Jesucristo es que murió por nosotros cuando no éramos más que pecadores enemistados con Dios. Ningún amor puede llegar más lejos.
Rita Snowdon relata un incidente de la vida de T. E. Lawrence. En 1915 iba viajando por el desierto con unos árabes. La situación era desesperada. Ya casi no tenían comida, y apenas les quedaba una gota de agua. Llevaban las capuchas puestas para protegerse la cabeza del viento, que era como una llama e iba cargado de la tempestad de arena. De pronto, alguien dijo: » ¿Dónde está Jazmin?» Y otro contestó: «¿Qué Jazmin?» «El de la piel amarilla, de Maan; el que mató al cobrador turco y huyó al desierto.» El primero dijo: «Mira, no hay nadie montado en el camello de Jazmin. Su rifle está colgando, pero Jazmin no está.» Y un segundo dijo: «Alguien le ha pegado un tiro durante la marcha.» Y un tercero añadió: «No está muy bien de la cabeza. A lo mejor ha visto un espejismo. Y no es muy fuerte; a lo mejor se ha desmayado y se ha caído del camello.» Y el primero comentó: «¡Qué más da! Jazmin no valía un chavo.» Y los árabes se acomodaron en sus camellos y reanudaron la marcha. Pero Lawrence se dio la vuelta. Solo, en el calor abrasador, arriesgando la vida, volvió para atrás. Después de hora y media de cabalgada vio algo en la arena. Era Jazmin, ciego y loco de calor y de sed, a punto de perecer en el terrible desierto. Lawrence le montó en su camello, le dio las últimas gotas de agua que le quedaban e inició la lenta marcha hacia la comitiva. Cuando los alcanzó, los árabes le miraron alucinados. «Aquí está Jazmin -dijeron-, que no vale un chavo, y nuestro jefe Lawrence ha arriesgado la vida para salvarle.»
Esto es toda una parábola. No fue por buenas personas por las que murió Cristo, sino por pecadores; no eran amigos de Dios, sino gente que estaba enemistada con Él.
Pablo da otro paso adelante. Gracias a Jesús ha cambiado nuestro status con Dios. Aunque éramos pecadores, Jesús nos puso en la debida relación con Dios. Pero eso no es todo. No sólo había que cambiar nuestro status; también había que cambiar nuestro estado. Un pecador salvado no puede seguir siendo pecador; tiene que hacerse bueno. La muerte de Cristo cambió nuestro status; su vida de Resurrección cambia nuestro estado. Jesús no está muerto, sino vivo; está siempre con nosotros para ayudarnos y guiarnos, para llenarnos de Su fuerza para que venzamos la tentación, para vestirnos con algo de su gloria. Jesús empieza por poner a los pecadores en la debida relación con Dios aun cuando son pecadores; y continúa, por su Gracia, capacitándolos para que abandonen el pecado y sean personas nuevas y buenas.
Hay términos técnicos para estas cosas. El cambio de nuestro status es la justificación; ahí es donde empieza todo el proceso de la Salvación. El cambio de nuestro estado es la santificación; así prosigue el proceso de nuestra Salvación, que no termina hasta que Le veamos cara a cara y seamos como El (1Jn 3:2 ).
Hay que notar aquí una cosa de gran importancia. Pablo está seguro de que todo el proceso salvífico, la venida de Cristo y su muerte, son una prueba del amor de Dios. A veces se presenta esta verdad como si por una parte estuviera un Dios airado y vengativo, y por otra un Cristo compasivo y amoroso; y como si Cristo hubiera hecho algo que obligó a Dios a cambiar de actitud. ¡Nada podría estar más lejos de la verdad! Nuestra Salvación tiene su origen y realización en el amor de Dios. Jesús no vino a cambiar Su actitud hacia los hombres, sino a mostrarles a éstos cómo es y ha sido siempre Dios. Vino para demostrar, sin lugar a dudas, que Dios es amor.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Rom 4:25; Rom 8:32; Jua 3:16-17; Jua 15:13; Gál 1:4; Gál 2:20; 1Ti 2:6; Tit 2:4-7; 1Pe 3:18; 1Jn 3:16.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) O: “irreverentes”. Gr.: a·se·bón; lat.: ím·pi·is, “impíos”.
REFERENCIAS CRUZADAS
m 301 Efe 2:5
n 302 Mat 20:28
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
débiles. Es decir, que no somos capaces de salvarnos a nosotros mismos, por ser pecadores (vers. 8) y enemigos de Dios (vers. 10).
Fuente: La Biblia de las Américas
6 super (1) Es decir, impotentes; incapaces de agradar a Dios.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
La amplitud del amor de Dios se muestra en el hecho de que Cristo murió por los hombres en quienes no había nada que atrajese tal amor.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
débiles… Es decir, estando incapacitados.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
R632 Ὑπέρ se usa con el sentido de: en vez de (similar a ἀντί).
M166 Aquí se encuentra un ejemplo de la manera como las palabras enfáticas se colocaban cerca del comienzo de la oración.
BD255(3) ¿Significa κατὰ καιρόν: en el tiempo oportuno, en su buen tiempo; o debe agregarse a la cláusula precedente, es decir, mientras aún estábamos en el período de debilidad? [Editor. Esta frase prepositiva se usa aparentemente de una manera similar a la siguiente frase para modificar el verbo ἀπέθανεν (lo cual apoya la primera sugerencia de Blass y Debrunner); comp. la idea similar en G?l 4:4 .]
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, incapacitados
Fuente: La Biblia de las Américas
Es decir, estando nosotros incapacitados.