Biblia

Comentario de Salmos 113:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Salmos 113:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

¡Aleluya! ¡Alabad, oh siervos de Jehovah, alabad el nombre de Jehovah!

(Título) Éste y los cinco siguientes salmos son llamados por los hebreos el Gran Halel, o alabanza; el cual se cantaba en la mayoría de la fiestas solemnes, y en particular después de la Pascua. (ver Mat 26:30, Mar 14:26.) Éstos salmos fueron probablemente compuestos luego del regreso del cautiverio.

Alabad. Sal 33:1, Sal 33:2; Sal 103:20, Sal 103:21; Sal 134:1; Sal 135:1-3, Sal 135:20; Sal 145:10; Efe 5:19, Efe 5:20; Apo 19:5.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Una exhortación a alabar a Dios por su excelencia, Sal 113:1-5;

por su misericordia, Sal 113:6-9.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

es un salmo de alabanza descriptiva que comienza y termina con la palabra «Aleluya». Este salmo y el Sal 114:1-8 se recitan regularmente en la Sede de la Pascua, una comida de celebración antes de servir la cena. Los salmos Sal 115:1-18 al Sal 118:1-29 se recitan después de la cena. La estructura del salmo Sal 113:1-9 es:

(1) una exhortación a alabar el nombre de Jehová (vv. Sal 113:1-3);

(2) una ilustración de la gloria sobresaliente y de la abundantemente misericordia de Jehová (vv. Sal 113:4-6);

(3) ilustraciones de la gracia de Dios (vv. Sal 113:7-9).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

el nombre de Jehová alude a la persona de Dios. En tiempos bíblicos existía una estrecha relación entre el nombre de una persona y su identidad. El nombre simbolizaba a la persona. Por lo tanto, alabar el nombre de Dios centra los pensamientos de uno en la personalidad de Dios.

el nacimiento del sol está al este y su puesta al oeste. El versículo no significa que a cada momento, desde el amanecer hasta el anochecer, sino que en cada lugar, del oriente al occidente, tiene que alabarse el nombre de Dios.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

SALMOS DE LA PASCUA. Los judíos usaban estos salmos en la celebración anual de la pascua. Los primeros dos se cantaban antes de la comida y los cuatro restantes después de la comida. Así que estas fueron probablemente las últimas canciones que Jesucristo cantara antes de su muerte. Como estos salmos comienzan en hebreo con la palabra «aleluya» (Sal 113:1), los judíos llegaron a llamarlos Hallel (Alabanza).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

ALABAD EL NOMBRE DE JEHOVÁ. Este salmo reitera el doble principio bíblico de que Dios da gracia a los humildes (cf. Stg 4:6, Stg 4:10; 1Pe 5:5-7) y tiene compasión de los pobres y necesitados (véanse Luc 7:13, nota; 1Ti 5:9, nota; y el ARTÍCULO EL CUIDADO DE LOS POBRES Y NECESITADOS, P. 1196. [Amó 5:12-14]).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Salmo 112 (Vg 111): Bienandanza del Justo.
R ecogiendo la última idea del salmo anterior, el poeta desarrolla ahora las ventajas que al justo reporta la virtud: todo en su vida prosperará. En este sentido puede considerarse como la segunda parte del salmo anterior. En el salmo 111 se cantaba el poder y fidelidad de Yahvé a sus promesas, con todo lo que ellas implican de protección a los rectos de corazón; en éste se explicitan las bienandanzas del que corresponde a los beneficios divinos. Es, pues, este salmo como el desarrollo del principio expresado en el v.10 del salmo anterior: “el temor de Dios es el principio de la sabiduría.” El varón justo debe tener relaciones de piedad reverencial y espíritu de docilidad a Dios (1-4), y como consecuencia de su vida religiosa están sus virtudes de justicia para con el prójimo (5-10).
Podemos, pues, calificar estos dos salmos como “gemelos” por su contenido doctrinal y su estructura, ya que también en el 112 encontramos la distribución alfabética del anterior con el mismo número de esticos, en correspondencia con las 22 letras del alefato hebreo. El salmo 112 es esencialmente un poema “sapiencial,” pero en él se repiten epítetos y expresiones del salmo anterior. Por ello podemos conjeturar que uno mismo es el autor de las dos composiciones, y con toda verosimilitud podemos suponer que su composición es posterior al exilio.

La virtud del justo, reconocida y premiada.
1 ¡Aleluya! Alef Bienaventurado el varón que teme a Yahvé Bet y se deleita en gran manera en sus mandamientos 2 Guímel Su descendencia será poderosa sobre la tierra, Dalet y la generación de los justos será bendecida. 3 He Habrá en su casa hacienda y riquezas, Wau y su justicia permanecerá por siempre. 4 Zain En las tinieblas resplandece como luz para los rectos; Jet es clemente, compasivo y justo. 5 Tet Le va bien al varón que tiene piedad y presta, Yod y lleva sus negocios conforme a derecho. 6 Kaf Pues nunca titubeará; Lamed el justo será para eterna memoria. 7 Mem No temerá la mala nueva; Nun su corazón estará firme, confiado en Yahvé. 8 Samec Constante será su corazón impávido, Ayin en tanto que verá a sus enemigos (vencidos). 9 Pe Es generoso y distribuye a los pobres; Sade su justicia permanece para siempre. Qp/Su poder se exaltará gloriosamente. 10 Res Verá (esto) el impío y se irritará; Sin rechinará sus dientes y se consumirá. Tau Los deseos del impío se frustrarán.

Conforme a lo expresado en el salmo anterior – ”el temor de Dios es el principio de la sabiduría” -, el poeta prosigue ahora exponiendo las ventajas del que se entrega de todo corazón a Dios, cumpliendo con fidelidad sus mandamientos. En primer lugar, verá bendecido con una vigorosa descendencia, que será poderosa en el país, pues prosperará en sus haciendas 2. Dios no desampara a la generación de los justos, sino que la bendecirá con todo género de prosperidades, conforme a las antiguas promesas. Dada la falta de luces sobre la retribución en ultratumba en este estadio de revelación, el salmista – conformándose con la mentalidad tradicional sobre el problema – piensa que las bendiciones de Dios han de ser terrenales; por eso se habla de riquezas, de numerosa prole y de memoria permanente en la sociedad de su nombre y del de sus hijos 3. La prosperidad permanente es un signo de aprobación divina, según los escritos del A.T. 4 En medio de las tinieblas de una sociedad corrompida, la confianza en Dios es como una luz para los rectos 5. Dios se muestra siempre compasivo y clemente, dando a cada uno según sus obras, pues es justo en su providencia con los hombres.
Expuestas las ventajas de vivir vinculados a Dios y plegándose a sus preceptos, el salmista pasa a hablar de las relaciones del justo con el prójimo. Dios premia al que es compasivo con el necesitado, prestándole – sin interés – de sus bienes para aliviar las necesidades del prójimo y llevando la marcha de sus negocios según las exigencias de la ley divina (v.5). Α la sombra del Omnipotente, y con la conciencia de hacer el bien, nunca titubeara, sino que se afirmará y prosperará en sus bienes6. Su memoria permanece en la sociedad, sin que se extinga su descendencia. Seguro de la protección divina, no temerá la mala nueva, pues los reveses de fortuna serán pasajeros, y, sobre todo, no sentirá sobresaltos, como el impío, ante el posible castigo divino7. Su serenidad ante los acontecimientos contrastará con la triste suerte que espera a sus enemigos, que han vivido fuera de la ley divina 8.
Bendecido con toda clase de bienes y nadando en la opulencia, sabrá distribuirlos con generosidad a los necesitados 9, sabiendo que tiene obligación de asistirlos conforme a sus posibilidades. Y, lejos de disminuir sus bienes, su poder se acrecentará, y será glorificado ante la sociedad, ya que todos verán que su fortuna es un premio a su virtud (v.6). La reacción del impío será de despecho y amargor, pero será impotente para impedir la prosperidad del justo. No le quedará sino rechinar los dientes ante su impotencia, pues sus planes y deseos contra el justo se frustrarán (v.10). El final del salmo es semejante al del salmo i, como son similares los comienzos de ambos. El carácter convencional de la composición no es difícil de descubrir. Con todo, la doctrina práctica está conforme al esquema conocido de la literatura sapiencial.

l Su poder: en hebreo lit. “su cuerno,” símbolo del poder. – 2 Cf. Sal 25:14; Sal 37:10-11. – 3 Cf. Pro 3:16; Pro 8:18. – 4 Cf. Isa 65:23. – 5 Cf. Sal 97:11; Mal 4:2. – 6 Cf. Sal 15:6; Sal 55:23; Pro 10:30. – 7 Cf. Sal 111:8; Isa 26:3; Job 15:203; Pro 10:24. – 8 Cf. Pro 11:24.

Fuente: Biblia Comentada

siervos. Referencia a los redimidos, todos los cuales deberían servir a Dios con obediencia. el nombre. El nombre de Dios representa todos sus atributos.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Los Sal 113:1-9; Sal 114:1-8; Sal 115:1-18; Sal 116:1-19; Sal 117:1-2; Sal 118:1-29 comprenden una rica alabanza de seis salmos a Dios comúnmente conocida como el «Hallel egipcio» («hallel» significa alabanza en heb.). Se cantaban durante la Pascua, Pentecostés y la fiesta de los tabernáculos, pero tenía su mayor sentido en la Pascua, que celebraba la liberación de los judíos de Egipto (cp. Éxo 12:1-51; Éxo 13:1-22; Éxo 14:1-31). Tradicionalmente, los Sal 113:1-9 y Sal 114:1-8 se cantaban antes de la comida de la Pascua y los Sal 115:1-18; Sal 116:1-19; Sal 117:1-2; Sal 118:1-29 después. El Sal 118:1-29 sería con toda probabilidad el himno que Cristo y los discípulos cantaron antes de abandonar el Aposento Alto la noche en la que Cristo fue entregado (cp. Mat 26:30; Mar 14:26). Hay otros dos notables grupos de alabanza en el Salterio: 1) El Gran Hallel (Sal 120:1-7; Sal 121:1-8; Sal 122:1-9; Sal 123:1-4; Sal 124:1-8; Sal 125:1-5; Sal 126:1-6; Sal 127:1-5; Sal 128:1-6; Sal 129:1-8; Sal 130:1-8; Sal 131:1-3; Sal 132:1-18; Sal 133:1-3; Sal 134:1-3; Sal 135:1-21; Sal 136:1-26) y 2) el Hallel final (Sal 145:1-21; Sal 146:1-10; Sal 147:1-20; Sal 148:1-14; Sal 149:1-9; Sal 150:1-6).

I. El llamamiento a la alabanza (Sal 113:1-3)

II. La causa para la alabanza (Sal 113:4-9)

A. La trascendencia de Dios (Sal 113:4-5)

B. La inmanencia de Dios (Sal 113:6-9)

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Salmo 113 (112): Himno de alabanza que invita a celebrar y bendecir el nombre de Dios quien, excelso y majestuoso, muestra su bondad actuando a favor de los humildes y desvalidos. Junto con los Sal 114:1-8; Sal 115:1-18; Sal 116:1-19; Sal 117:1-2; Sal 118:1-29, es uno de los cantos hímnicos que se recitaban en las grandes fiestas judías.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Sal 134:1; Sal 135:1.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Salmos 113-118. El «hallel» Egipcio: Una Cantata de Salvacion

Cualquier cosa que se relaciona con el Señor Jesucristo es de valor y atractivo supremos para el cristiano. En consecuencia, por ser muy posible que este grupo de salmos formara parte de las celebraciones de la Pascua les da especial interés e importancia. En la última Pascua, la primera Cena, él y sus acompañantes habrán cantado los Sal. 113, 114 antes de la comida y 115-118 sería el «himno» que cantaron al final (Mat. 26:30). Es indudable que cada salmo en el grupo tuvo su propia historia literaria, pero juntos eran llamados «el Hallel egipcio, un acto de alabanza», un comentario cantado de Exo. 6:6, 7.

El Sal. 113 adjudica todo el suceso al Señor; cómo es intrínseco a su dignidad exaltada, el exaltar al pobre y al necesitado. El 114 registra majestuosamente el éxodo mostrando cómo el Creador administra su creación para beneficio de su pueblo. Los Sal. 115 y 116 se equilibran uno con el otro al ser rescatados de la muerte espiritual (115) y física (116), respectivamente, la comunidad y el individuo. El 117 amplía la verdad del éxodo a sus límites mundiales: lo que fue hecho para Israel fue hecho para todos. Por último, el 118 nos permite unirnos a la gran procesión que pasa por las puertas hasta la presencia de Dios mismo.

(a) Salmo 113. El Señor, exaltado y exaltando

El tema es el Señor universal y trascendente, exaltado sobre los cielos y la tierra, abarcando todo el tiempo, llenando todo espacio; sobre las naciones, levantando a los pobres y transformando a los frustrados. El devenir del pensamiento es desde el soberano que todo lo gobierna, a la bondad que toca a cada uno.

1-3 El nombre digno. El nombre del Señor (lo que ha revelado de sí, Exo. 3:15) hace brotar la alabanza en sus siervos y es digno de aclamación infinita y universal. Nombre enseña que la alabanza responde a la revelación y siervos que la alabanza está cimentada en la consagración de la vida.

4-6 El Señor exaltado. La triple referencia al nombre en 1-3 corre pareja a la triple afirmación de su exaltación en 4-6: alto sobre … los cielos, mora en lo alto, se humilla … los cielos. Es exaltado sobre todo pueblo y todo lugar, exaltado incomparablemente, tan trascendente que debe agacharse aun para ver los cielos. Su gloria es la más alta de todas las realidades, su persona está sobre toda dignidad, su omnisciencia abarca toda la creación.

7-9 Exaltación compartida. El, alto sobre (4), o sea que es enaltecido, enaltece (levanta) al necesitado; el que mora en lo alto (5) hace sentar al necesitado: sacándolo del polvo, sentándolo en un trono, para su realización personal. Toma al pueblo en su impotencia (pobre … necesitado), transforma su indignidad y su desesperanza. ¡Todo esto expresa la verdad de las realidades interiores del éxodo: desde el control del Señor sobre las potencias terrenales (Exo. 4:22, 23; 14:30, 31) a su percepción de las necesidades de su pueblo (Exo. 2:24, 25; 3:7) y a los gritos desesperados de las madres lamentándose porque sus hijos fueron muertos (Exo. 1:22)! Pero su revelación del Señor es permanente: lo que era entonces, es ahora.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

113.5-9 Ante los ojos de Dios, el valor de una persona no tiene relación alguna con su riqueza ni posición social. Mucha gente que se ha destacado en la obra de Dios comenzó en la pobreza. Dios sobrepasa los órdenes sociales de este mundo, eligiendo a menudo a sus líderes y embajadores futuros de entre los desechos sociales. ¿Trata usted a los despreciados por la sociedad como si tuvieran algún valor? Demuestre mediante sus acciones que todas las personas son valiosas y útiles ante los ojos de Dios.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) El Sl 113 es el primero de los seis Salmos de Hallel. Véase Sal 114:1, n.

(2) Véase Sal 104:35, n.

(3) “Ofrezcan alabanza.” Heb.: ha·lelú.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 4130 Éxo 15:2; Sal 68:4; Sal 150:6; Isa 38:19; Rev 19:1

b 4131 Sal 33:1; Sal 103:21; Efe 5:19; Rev 19:5

c 4132 Sal 135:1

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Salmo 113 Este Salmo es un himno de alabanza al nombre de Dios. Consiste de un llamamiento a la alabanza (vers. 1-3) y la razón o esencia de la alabanza (vers. 4-9). El Señor es majestuoso en su transcendencia (i.e., está entronado sobre los cielos y las naciones, vers. 4-6) y es compasivo en su inmanencia (i.e., se humilla para levantar al pobre y al afligido, vers. 7-9). El Salmo consiste de tres estrofas de igual medida. La noticia se humilla (vers. 6) da la transición a la misericordia y transcendencia del Señor en vers. 7-9. El Dios que se humilla y se sienta en la gloria también hace que los humildes se sienten en la gloria (cp. Fil 2:1-8). Salmos 113-118, Salmos de alabanza, se recitaban en el judaísmo en las grandes fiestas religiosas como la Pascua. Los seguidores del rabí Hillel recitaban Sal 113 y 114 (especialmente éste, que pertenece a la Pascua) antes de la comida y Sal 115-118 después de la comida (cp. Mr 14:26). Jesús cumplió con su mensaje cuando se humilló y lavó los pies a los discípulos (Jn 13:1-15).

Fuente: La Biblia de las Américas

Sal 113:1-9; Sal 114:1-8; Sal 115:1-18; Sal 116:1-19; Sal 117:1-2; Sal 118:1-29, conocidos como el Hallel («alabanza») egipcio (debido al Sal 114:1-8), se cantan en conexión con la Pascua, los dos primeros antes de la cena y los restantes después de ésta (véase nota en Mar 14:26). Este himno hace un llamado a la alabanza de Jehová (vv. Sal 113:1-3) porque es exaltado por encima de todas las cosas (vv. Sal 113:4-5), sin embargo, se humilla para exaltar al más pobre (vv. Sal 113:6-9).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

O, ¡Alabad al {I SEÑOR!;} heb., Alelu-YAH

Fuente: La Biblia de las Américas