Comentario de Salmos 121:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
(Canto de ascenso gradual) Alzaré mis ojos a los montes: ¿De dónde vendrá mi socorro?
(Título).
Cántico gradual. Sal 120:1.
Alzaré mis ojos. Sal 2:6; Sal 68:15, Sal 68:16; Sal 78:68; Sal 87:1; Sal 123:1; Isa 2:3.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La gran seguridad del piadoso, que pone su confianza en la protección de Dios, Sal 121:1-8.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
es un salmo de confianza (Sal 23:1-6), es el segundo cántico gradual. El salmo Sal 120:1-7 sitúa el escenario para el viaje de los israelitas a la ciudad santa; este poema es un canto «para el camino». Pudo diseñarse como respuesta antifonal como los salmos Sal 118:1-29; Sal 124:1-8; Sal 129:1-8; Sal 134:1-3; Sal 135:1-21; Sal 136:1-26. La estructura del poema es:
(1) una aseveración de que la ayuda proviene de Dios (vv. Sal 121:1, Sal 121:2);
(2) una palabra de alabanza a Dios, que no se duerme (vv. Sal 121:3, Sal 121:4);
(3) una palabra de alabanza a Dios, quien guarda a su pueblo (vv. Sal 121:5, Sal 121:6);
(4) una aseveración de que Jehová protegerá a su pueblo durante sus viajes (vv. Sal 121:7, Sal 121:8).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Las palabras Alzaré mis ojos representan de forma dramática a un viajero que se acerca a la ciudad de Jerusalén. Al ver por primera vez los muros de la ciudad y el Templo, el cantante pregunta retóricamente dónde se encuentra la ayuda. La respuesta es una firme aseveración: el socorro viene de Jehová.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
CÁNTICOS GRADUALES. Se intitulan estos quince salmos «Cánticos graduales» o «Canciones de las subidas» (i.e, de los grados). Algunos creen que esa frase se refiere a los grados en el reloj de sol tipo escalera del rey Acaz, donde la sombra declinó diez grados como garantía de que Dios le añadiría al rey Ezequías quince años de reinado pacífico. Se compilaron luego esos salmos para celebrar esa promesa (2Re 20:6-10; Isa 38:5-8). La mayoría de las personas creen que la frase «Canciones de las subidas» se refiere a los salmos que los judíos cantaban juntos cuando «subían» a Jerusalén como peregrinos a las fiestas sagradas.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
¿DE DÓNDE VENDRÁ MI SOCORRO? Probablemente deba leerse el primer versículo de este salmo como una pregunta retórica con una respuesta negativa. «¿Alzaré mis ojos a los montes esperando socorro? ¡No! Mi socorro viene de Jehová.»
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Salmo 121 (Vg 120): Seguridad del Protegido de Dios.
E sta composición refleja las ansias de los peregrinos al acercarse al santuario de Yahvé, del que emana la protección sobre los fieles israelitas. A la sombra protectora del Dios de Israel podían los peregrinos emprender la dura marcha, seguros de que nada desagradable les había de ocurrir, porque la solicitud del Todopoderoso velará por ellos. El salmista, pues, recoge los pensamientos y ansias de los peregrinos de Sión para inculcarles confianza al emprender la ruta hacia el lugar santificado por la presencia de Yahvé. En el salmo parecen oírse las exhortaciones mutuas de los peregrinos que se lanzan por el camino de la ciudad santa, esperando divisar pronto los “montes” sobre los que descansa el santuario del Dios de Israel, desde el que mantiene vigilancia sobre sus devotos para que nada nocivo les sobrevenga.
El valor literario de este salmo es encomiado por todos los comentaristas, destacándose la confianza infantil y total en la Providencia divina. “Parece que se oye la voz de los peregrinos, que se animan mutuamente por palabras de fe y de esperanza, mientras que se dirigían hacia Jerusalén para cumplir una vez más, en el centro de la vida y del culto nacional, la relación de Yahvé con Israel y con cada israelita individualmente, como su guardián a través de todas las vicisitudes de la vida.”1
El desarrollo del salmo se comprende mejor suponiendo una alternancia de coros de peregrinos; así, la forma dialogada de la composición realza su contenido y sus contrastes ideológicos. Se percibe, además, un ritmo gradual, repitiéndose algunas palabras a medida que avanza el pensamiento del salmista.
No se puede concretar la fecha de composición del salmo, aunque por la placidez del poema podemos conjeturar que fue redactado en tiempos de una cierta paz social y política. Generalmente, los autores suponen que es de la época persa.
El guardián de Israel.
1 Cántico gradual 2. Alzo mis ojos a los montes, de donde me ha de venir mi socorro. 2 Mi protección (ha de venir) dé Yahvé, el Hacedor de los cielos y la tierra. 3 No consentirá que resbalen tus pies; no dormirá tu custodio. 4 He aquí que no dormirá, no dormitará el que guarda a Israel. 5Yahvé es tu custodio; Yahvé es tu sombra a tu mano derecha. 6 De día no te molestará el sol, ni de noche la luna. 7 Yahvé te guardará de todo mal; guardará tu alma; 8 guardará tus salidas y tus entradas desde ahora y por siempre.
El peregrino levanta sus ojos para contemplar en el horizonte las siluetas lejanas de los montes que rodean la ciudad santa. En una de ellas, la colina de Sión, descansa el trono de Yahvé 3. Justamente, desde el santuario de Jerusalén provendrá el socorro a los piadosos que se confían a su Dios, que es nada menos que el Hacedor de cielos y tierra. Esta explicitación del salmista tiene por objeto sembrar confianza en sus devotos, que pueden dudar antes de exponerse a los peligros de una dura peregrinación 4. El Creador, con su omnipotencia, les garantiza su protección.
Una segunda voz concreta más esta idea de protección: Yahvé será tan solícito de sus siervos y devotos, que no permitirá que resbalen sus pies. Yahvé no es un centinela que fácilmente se duerme en su puesto de vigilancia, sino que estará constantemente en su puesto de guardia velando por los intereses de sus devotos. El salmista repite con énfasis: no dormirá, no dormitará, para sembrar confianza entre los piadosos peregrinos que se acercan a la ciudad santa. La caravana de los peregrinos puede estar segura a la sombra del guardián de Israel, que es el que plasmó los cielos y la tierra.
Otra voz del coro insiste en la Providencia divina: Yahvé será como un dosel sobre la caravana que avanza hacia Jerusalén para que los peregrinos no sufran los efectos del sol y de la luna. Uno de los peligros de las grandes caminatas era la insolación5 y la oftalmía, atribuida por el vulgo al efecto de la luna llena. En realidad se debía al hecho de dormir al sereno, expuesto a los fuertes cambios de temperatura en las zonas semiesteparias de Palestina. La protección divina se extenderá no sólo a los días de la marcha hacia la ciudad santa, sino a todas las empresas – tus salidas y tus entradas – de los que se confían a su providencia6.
1 A. F. Kirkpatrick, o.c., 736. – 2 Sobre el sentido del título véase Sal 120:1. – 3 Cf. Sal 78:68; Sal 87:1; Sal 125:1-2; Sal 133:3; Sal 3:4; Sal 20:3; 134:3- – 4 Cf. Sal 115:15; Sal 124:8; Sal 134:3. – 5 Cf. 2Re 4:19; Isa 49:10. – 6 Cf. Deu 28:6.
Fuente: Biblia Comentada
montes. Probablemente los que se ven en la distancia cuando el peregrino mira a Jerusalén, especialmente el templo.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Vea la nota sobre el Sal 120:1-7. Se desconocen su autor y circunstancias. Este cántico pulsa una fuerte nota de certidumbre en cuatro etapas de que Dios es ayuda y protección para guardar tanto a Israel como a los creyentes individuales a seguro de todo daño.
I. Dios: Ayudador (Sal 121:1-2)
II. Dios: Guardador (Sal 121:3-4)
III. Dios: Protector (Sal 121:5-6)
IV. Dios: Preservador (Sal 121:7-8)
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Salmo 121 (120): Canto de peregrinación que recoge la expresión de confianza del salmista quien, interpelado por un colectivo anónimo de fieles (Sal 121:3-8), ve confirmada su certeza sobre la constante protección de Dios.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Sal 123:1.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— a los montes: Tal vez en alusión a las colinas de Sión que el peregrino divisa al aproximarse a Jerusalén. Ver Sal 87:1.
— ¿de dónde me vendrá el auxilio?: Pregunta retórica destinada a reforzar la declaración de confianza del orante.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Salmos 120-122. La Primera Triada. Cuando Llegan Las Dificultades
Personas que no congenian (120) y circunstancias hostiles (121) amenazan por igual al peregrino pero hay paz dentro de los muros de Jerusalén (122).
Salmo 121. Peligros desconocidos, seguridades conocidas
La pregunta sobre dónde puede encontrarse la seguridad (1) puede haber surgido originalmente debido a una de diversas circunstancias, pero en su contexto actual de peregrinaje describe una mirada ansiosa hacia los montes que podrían ser guarida de malhechores, o una mirada anhelante a los lejanos montes de Sion: ¿Cómo escaparé de los peligros del camino para llegar a los montes (125:2) que son mi hogar? Pero (2) el Señor es el que hizo los cielos y la tierra: todo peligro surge y todo viaje se hace en su mundo donde él gobierna como soberano. En consecuencia (3-8) aparece seis veces el verbo “guardar”. Los peligros son desconocidos, pero la seguridad es indudable. 3, 4 ¡El Señor que ha redimido (Exo. 6:6) a su hijo Israel (Exo. 4:22) no lo perderá ahora camino a casa! 5, 6 El compañero divino (a tu mano derecha) se interpone entre ti y todo peligro, real (sol) o imaginario (luna). 7, 8 Cuida de todo mal, garantiza la seguridad personal (tu vida), acompaña en los vaivenes (tu salida y tu entrada) de la vida eternamente (ahora y para siempre). El Creador es también el Redentor y el Compañero.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
121.1ss Este cántico expresa la seguridad y la esperanza en la protección de Dios de día y de noche. El no solo hizo los montes, sino también los cielos y la tierra. Nunca debemos confiar en un poder menor al de Dios. El no solo es Todopoderoso, sino también vela por nosotros. Nada lo desvía ni disuade. Estamos seguros. Nunca dejaremos de necesitar el incansable cuidado de Dios sobre nuestras vidas.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 4679 Sal 125:2
b 4680 Sal 124:8; Sal 146:5; Ose 13:9
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Salmo 121 Este Salmo es un cántico que asegura al fiel peregrino que Dios lo vigilará en su ascenso a Jerusalén. El cántico consiste de tres partes: 1) Un peregrino a punto de ir a Jerusalén que expresa su preocupación por el viaje y se consuela con una confesión de fe en Dios, el Creador y Ayudador (vers. 1, 2); 2) otra persona, tal vez sacerdote, ora por el peregrino y le declara que el Señor que guarda a Israel, lo protegerá en su viaje (vers. 3-6); y 3) esta misma persona añade que el Señor seguirá guardándolo durante toda la vida y aún más allá (vers. 7, 8). La parte central consiste de la seguridad de que Dios nunca duerme (vers. 3, 4) y que guarda al peregrino aun cuando éste duerme (vers. 5, 6). La peregrinación a Jerusalén representa el peregrinaje de todo creyente en su camino hacia la Jerusalén celestial (cp. He 11:9, 10).
Fuente: La Biblia de las Américas
Cualquiera que haya sido la razón del salmista para alzar sus ojos a los montes, ya como refugio potencial o como amenaza (era la morada de los ladrones), afirma que su confianza está en el Creador no sólo de esos montes, sino de todo el universo.
De donde comienza una nueva oración que constituye una pregunta cuya respuesta aparece en el v. Sal 121:2.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Este cántico gradual (véase nota en Sal 120:1-7) afirma que toda ayuda verdadera procede de Jehová, el que guarda a Israel.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
* Véase la nota al subtítulo del Salmo 120