Biblia

Comentario de Salmos 122:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Salmos 122:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

(Canto de ascenso gradual. De David) Yo me alegré con los que me decían: “¡Vayamos a la casa de Jehovah!”

(Título).

Cántico gradual. Sal 120:1; Sal 121:1; Sal 122:1; Sal 123:1; Sal 124:1; Sal 125:1; Sal 126:1; Sal 127:1; Sal 128:1; Sal 129:1; Sal 130:1; Sal 131:1; Sal 132:1; Sal 133:1; Sal 134:1.

Yo me alegré. Sal 42:4; Sal 55:14; Sal 63:1-3; Sal 84:1, Sal 84:2, Sal 84:10; Sal 119:111.

a la casa de Jehová iremos. Isa 2:3; Jer 31:6; Jer 50:4, Jer 50:5; Miq 4:2; Zac 8:21-23.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

David profesa su gozo por la iglesia, Sal 122:1-5;

y ora por la paz en particular, Sal 122:6-9.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Un salmo de Sion, es el tercer canto gradual. Este poema describe la alegría de los peregrinos al llegar a Jerusalén para adorar a Dios. Este es uno de los cuatro cánticos graduales que se atribuyen a David (también los salmos Sal 124:1-8; Sal 131:1-3; Sal 133:1-3). La estructura del poema es la siguiente:

(1) una descripción de la alegría de los peregrinos que vienen a Jerusalén (vv. Sal 122:1, Sal 122:2);

(2) una descripción de la belleza de Jerusalén (vv. Sal 122:3-5);

(3) una oración por la paz de Jerusalén (vv. Sal 122:6-9).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Yo me alegré: El verbo hebreo para risa y deleite se usa para describir la actitud del peregrino que llega a Jerusalén para adorar a Dios. La alegría del peregrino en este salmo contrasta de forma intensa con la tristeza de aquellos que no pudieron viajar debido al exilio personal (Sal 42:1-3), o nacional (Sal 137:1-3).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

CÁNTICOS GRADUALES. Se intitulan estos quince salmos «Cánticos graduales» o «Canciones de las subidas» (i.e, de los grados). Algunos creen que esa frase se refiere a los grados en el reloj de sol tipo escalera del rey Acaz, donde la sombra declinó diez grados como garantía de que Dios le añadiría al rey Ezequías quince años de reinado pacífico. Se compilaron luego esos salmos para celebrar esa promesa (2Re 20:6-10; Isa 38:5-8). La mayoría de las personas creen que la frase «Canciones de las subidas» se refiere a los salmos que los judíos cantaban juntos cuando «subían» a Jerusalén como peregrinos a las fiestas sagradas.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

LA CASA DE JEHOVÁ. La casa de Dios debe ser un lugar donde el creyente experimente con alegría la íntima comunión con el Señor, la presencia del Espíritu y el amor de sus hermanos en Cristo.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Salmo 122 (Vg 121): Salutación a Jerusalén.
E l salmista entona, en nombre de los peregrinos, un himno de alabanza-a la ciudad santa, adonde convergen todas las tribus de Israel. Es la ciudad de la paz y del juicio equitativo, porque es la sede de David. En ella reina la tranquilidad y la seguridad; pero su mayor timbre de gloria es la presencia de la casa de Yahvé. El autor parece ser un forastero que pisa por primera vez el sagrado suelo de Sión, y por eso su alma se esponja y prorrumpe en lirismos religiosos, idealizando la capital de la teocracia. Se siente dichoso por haber aceptado el participar en la caravana de los peregrinos hacia la ciudad de Yahvé. La vista de la capital del pueblo elegido le impresiona poderosamente, y así pondera la excelente construcción de la ciudad, sus muros y sus puertas. “El salmo puede entenderse mejor como si fuera una meditación de un peregrino que, después de volver a su hogar, repasa sus dichosas memorias de la peregrinación.” 1
Por su estructura literaria puede compararse este salmo a los salmos 48 y 84. “No tiene el acento triunfal del primero ni la ternura exquisita del segundo. Pero, aunque más corto y popular, resume bien los sentimientos de alegría, de admiración y de buenos deseos que el fiel israelita sentía en sus peregrinaciones a la ciudad santa y al templo”2. Abundan las aliteraciones, jugando con la etimología popular de Jerusalén como ciudad de paz 3.
El TM y algunos códices del texto de los LXX 4 atribuyen esta bella composición a David. Generalmente se niega esta paternidad davídica, porque se menciona el templo de Yahvé y porque el salmista parece un extraño a la ciudad santa. La lengua lleva el sello de la época tardía. Todo ello hace pensar que el salmo es de os tiempos posteriores al destierro babilónico.

La alegría del peregrino ante la ciudad santa.
1 Cántico gradual. De David5. Alégreme cuando me dijeron: “Vamos a la casa de Yahvé.” 2Estuvieron nuestros pies en tus puertas, ¡oh Jerusalén! 3 Jerusalén, edificada como ciudad, bien unida y compacta; 4 adonde suben las tribus, las tribus de Yahvé, según la norma (dada) a Israel para celebrar el nombre de Yahvé. 5Allí se alzan los tronos del juicio, los tronos de la casa de David. 6 ¡Rogad por la paz de Jerusalén! ¡Vivan en paz los que te aman! 7¡Reine la seguridad dentro de tus muros, la tranquilidad en tus torres 8Por mor de mis hermanos y compañeros diré: “¡La paz contigo!” 9 Por mor de la casa de Yahvé, nuestro Dios, te deseo todo bien.

El salmista peregrino, vuelto a su hogar, recapacita sobre su visita a la ciudad santa, y siente una profunda alegría por haber visitado la casa de Yahvé, el templo de Jerusalén, la-capital de la teocracia, símbolo de las promesas de Dios a su pueblo. El momento de poner los pies en las puertas de la ciudad, santificada con la presencia de Yahvé y llena de recuerdos del gran rey David, fue de particular emoción para su sensibilidad religiosa. Al entrar en la ciudad, el salmista se extasió ante la magnificencia de Jerusalén, perfectamente edificada y grandiosa con sus monumentos; los muros, los palacios, los torreones y el templo impresionaban particularmente a las gentes sencillas provincianas que por primera vez entraban en la ciudad de David. Era el punto de convergencia de todas las tribus, donde Israel como colectividad siente su conciencia de pertenencia a Yahvé, que los ha elegido como “heredad” particular entre todos los pueblos. El poeta idealiza la situación y pasa por alto la división del reino de David, para considerar sólo la capital de la teocracia hebrea. Existía una ley normativa que pedía que todos los componentes del pueblo elegido se reunieran periódicamente en el lugar donde Yahvé estableciera su morada6. El poeta recuerda este mandato y se siente gozoso al ver a los representantes de todas las tribus tomando parte en el culto del santuario nacional.
Pero, además, en Jerusalén está el tribunal de justicia y el gobierno de la nación según la antigua tradición de la gloriosa monarquía davídica7. Justamente, el fruto de una administración equitativa de la vida pública trae la paz entre los ciudadanos; y el salmista pide para la ciudad santa una tranquilidad y seguridad permanente dentro de los muros de la ciudad santa8. El poeta juega con la palabra hebrea que significa paz (shalóm) y el nombre de Jerusalén (Yerüshaláyim). La prosperidad de la ciudad de David será el símbolo de la prosperidad de toda la nación; por eso, los israelitas deben desear la paz para la capital de la teocracia, donde está la casa de Yahvé,

1 A. F. Kirkpatrick, o.c., 738-39. – 2 J. Calés, o.c., II 457-58 – 3 Así juega con los términos sha’alú shalóm (paz), Yerúshaldyitn (Jerusalén), etc. – 4 Son el códice Alef de los LXX y las versiones de Aquila y Símaco. – 5 Cf. Sal 120:1.

Fuente: Biblia Comentada

la casa de Jehová. Un término que se emplea del tabernáculo (cp. Éxo 23:19; Éxo 34:26; 2Sa 12:20), no del templo que Salomón edificaría más tarde.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Vea la nota sobre el Sal 120:1-7. David expresó su gran gozo sobre Jerusalén de que él había establecido como su capital tras derrotar a los jebuseos (cp. 2Sa 5:1-25) y llevar allí el tabernáculo y el arca de forma permanente (cp. 2Sa 6:1-23). El deseo / oración de David fue cumplido temporalmente en el reinado de Salomón (cp. 1Re 4:24-25). Es irónico que Jerusalén, que significa «ciudad de paz», haya visto más batallas a lo largo de la historia que cualquier otra ciudad del mundo. Proféticamente, el deseo de David no se cumplirá en su plenitud hasta que venga el Príncipe de paz (Isa 9:6) para reinar de forma permanente (Zac 14:9; Zac 14:11) como el prometido rey davídico (cp. 2Sa 7:12-13; 2Sa 7:16; Eze 37:24-28).

I. Gozo por la adoración (Sal 122:1-5)

II. Oración por Jerusalén (Sal 122:6-9)

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Salmo 122 (121): Canto de peregrinación que describe las emociones de quien llega a Jerusalén y, admirado, contempla la ciudad donde se halla el Templo y los tribunales de justicia. El salmo, también considerado un himno a Sión (ver Sal 46:1-11), concluye con una bendición en la que, jugando con la sonoridad de su nombre (Jerusalén = yiru-salom = ciudad de la paz), desea para ella tranquilidad y armonía.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Sal 27:4; Sal 42:4; Sal 43:4; Éxo 23:17; Éxo 34:23; Deu 16:16; Isa 2:3.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— a la casa del Señor: Es decir, al Templo de Jerusalén donde habita Dios.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Salmos 120-122. La Primera Triada. Cuando Llegan Las Dificultades

Personas que no congenian (120) y circunstancias hostiles (121) amenazan por igual al peregrino pero hay paz dentro de los muros de Jerusalén (122).

Salmo 122. La familia en la ciudad

Imagínese al peregrino al finalizar el primer día en la ciudad: (2) lit. “¡Nuestros pies de verdad han pisado dentro de tus puertas!” Lo maravilloso del hogar contrasta con “lo lejano” (120:5); la compañía de hermanos (8) con el hostigamiento de los enemigos (120:2, 7). La espera ha sido premiada con el arribo (2), y la vista (3) y situación (4, 5) de la ciudad. Con razón se expresa en una oración sensible en favor del pueblo del Señor, su comunión y la seguridad de la ciudad misma. Isa. 26:1-4 enseña que en medio de las amenazas de la vida vivimos ya, por fe, dentro de la “ciudad de Dios” (Heb. 12:22; cf. Ef. 2:6). En este sentido, el peregrino de la antigüedad, todavía en su viaje peligroso, podía cantar de sus pies puestos ya en las calles de Jerusalén. La esencia de esta ciudad es su unidad (3-5): la configuración misma de la ciudad muestra que es compacta. Los que entran en ella vienen de tribus distintas pero todos son del Señor, motivados por la obediencia y teniendo como su objetivo la alabanza, privilegiados por la revelación de Dios mismo (nombre). Vienen a un lugar donde, en principio, bajo el rey nombrado por Dios, todo recibe una solución (5, juicio). Tenían que orar porque la Jerusalén de ellos era de este mundo. La nuestra es diferente (Heb. 11:10) pero permanece el llamado al gozo, la unidad y la oración.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

122.1 Asistir a la casa de Dios puede ser un trabajo rutinario o una delicia. Para el salmista era una delicia. Como peregrino de una de las tres grandes fiestas religiosas, se regocijaba en alabar a Dios en su casa, junto a su pueblo. Quizás si hemos pecado o si se ha enfriado nuestro amor por Dios, la adoración nos resulte un trabajo rutinario. Pero si estamos cerca de El y disfrutamos de su presencia, necesitaremos adorarlo y alabarlo. La actitud hacia Dios determinará nuestro punto de vista en cuanto a la adoración.122.5 Las «sillas del juicio» son las cortes de justicia en las puertas de la ciudad. En los tiempos bíblicos, los ancianos de una ciudad se sentaban para oír casos y administrar justicia en la puerta de la ciudad (Rth 4:1-2). A veces el mismo rey se sentaba allí para reunirse con sus súbditos y tomar decisiones legales (2Sa 19:8). También se llevaban a cabo discursos y profecías (Neh 8:1; Jer 17:19-20).122.6-9 El salmista no oraba para su propia paz ni su prosperidad, sino por sus conciudadanos de Jerusalén. Esta es una oración de intercesión, una oración que se hace a favor de otros. Muy a menudo oramos por las necesidades y deseos nuestros cuando deberíamos interceder por los demás. ¿Intercederá hoy por alguien en necesidad?122.6-9 La paz buscada en estos versículos es mucho más que la simple ausencia de conflictos. Sugiere también plenitud, salud, justicia, prosperidad y protección. El mundo no puede ofrecer esta paz. La verdadera paz proviene de la fe en Dios debido a que solo El personifica todas las características de la paz. Para encontrar la paz mental y la paz con otros, debe encontrar la paz de Dios.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 4696 Sal 42:4; Sal 55:14; Sal 106:5

b 4697 2Sa 6:15; Sal 84:10; Miq 4:2

c 4698 Sal 27:4

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Salmo 122 Este es un cántico celebrando a Jerusalén y buscando su paz. Como otros cánticos de Sion, tiene tres partes: 1) Una introducción (vers. 1, 2) en la cual el peregrino expresa su alegría al entrar en Sion; 2) la parte principal que celebra la fortaleza de Sion (vers. 3), su significado espiritual (vers. 4) y su importancia para la administración de la justicia (vers. 3-5); y 3) una conclusión que expresa preocupación por la paz y prosperidad de Sion (vers. 6-9). Jerusalén es la expresión concreta del dominio de Dios en la tierra y las decisiones desde el trono de David aplican la ley a la vida. La fuerza, paz y prosperidad de la ciudad aseguran concretamente el reino (vers. 8, 9). Los que aman al Señor (Dt 6:5) también aman esta expresión tangible de su dominio. La profecía de esperanza de Miqueas (Mi 4:1-5; cp. Is 2:2-4) se basa en los cánticos de Sion y proyecta la visión de la justicia y la paz universal, procediendo de Jerusalén hasta la época mesiánica, en la cual todas las naciones se unirán con las tribus de Israel en su peregrinación al monte Sion para escuchar la palabra del Señor.

Fuente: La Biblia de las Américas

Aquí el salmista recuerda su peregrinaje feliz a Jerusalén (vv. Sal 122:1-2), la que alaba como el centro espiritual y político de la nación (vv. Sal 122:3-5) y hace un llamado a la oración por su paz y prosperidad (vv. Sal 122:6-9).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

* Véase la nota al subtítulo del Salmo 120

Fuente: La Biblia de las Américas

SALMO 122 (121)[7] Entre tu inmenso gentío.

Fuente: Notas Torres Amat