Biblia

Comentario de Salmos 132:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Salmos 132:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

(Canto de ascenso gradual) Acuérdate, oh Jehovah, de David y de toda su aflicción,

Año 1042 a.C. (Título).

Cántico gradual. Algunos atribuyen este Salmo a Salomón; y otros lo refieren a la construcción del segundo Templo; pero parece más probable que fue cantado en la solemne traída del Arca al tabernáculo del Monte de Sion, expresando el gozo santo y triunfo de dicho evento. Sal 120:1; Sal 121:1; Sal 122:1; Sal 123:1; Sal 124:1; Sal 125:1; Sal 126:1; Sal 127:1; Sal 128:1; Sal 129:1; Sal 130:1; Sal 131:1.

Acuérdate, oh Jehová, de David. Sal 25:6, Sal 25:7; Gén 8:1; Éxo 2:24; Lam 3:19; Lam 5:1.

y de toda su aflicción. 1Sa 18:1-30; 1Sa 19:1-24; 1Sa 20:1-42; 1Sa 21:1-15; 1Sa 22:1-23; 1Sa 23:1-29; 1Sa 24:1-22; 1Sa 25:1-44; 1Sa 26:1-25; 1Sa 27:1-12; 1Sa 28:1-25; 1Sa 29:1-11; 1Sa 30:1-31; 2Sa 15:1-37; 2Sa 16:1-23; 2Sa 17:1-29; 2Sa 18:1-33; 2Sa 19:1-43; 2Sa 20:1-26.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

David en su oración encomienda a Dios el cuidado que el tiene por el Arca, Sal 132:1-7.

Su oración en el traslado del Arca, Sal 132:8-10;

con una repetición a Dios, Sal 132:11-18.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Un salmo real, es el décimo tercer cántico gradual. Como el Sal 89:1-52, este poema refleja en poesía el pacto de Dios con David (2Sa 7:1-29), en el que le prometió una casa real, promesa que se cumpliría con la venida del gran Rey Salvador. Es posible que este salmo fuera escrito más tarde en la historia de Israel, después del cautiverio en Babilonia. Esto explicaría que el pueblo pidiera a Dios que se acordara de su pacto con David, pues no tenía rey. El salmo Sal 132:1-18 es el más largo de los cánticos graduales y a veces lo clasifican como un salmo mesiánico. Su estructura es:

(1) una petición a Dios para que recuerde su pacto con David (vv. Sal 132:1-5);

(2) la expectativa del cumplimiento de la promesa (vv. Sal 132:6-9);

(3) una oración por la venida del Reino de Dios (v. Sal 132:10);

(4) una recitación de la promesa que falta por cumplirse (vv. Sal 132:11, Sal 132:12);

(5) una elaboración del pacto de Dios con David (vv. Sal 132:13-18).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Si este salmo fue escrito durante el período posterior al cautiverio, las palabras Acuérdate … de David tienen un significado importante. Durante los años entre el regreso del pueblo a Jerusalén y el nacimiento de Jesús, hubo un inmenso deseo de parte de las personas piadosas por la restauración del reino de David en cumplimiento de la promesa de Jehová.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

CÁNTICOS GRADUALES. Se intitulan estos quince salmos «Cánticos graduales» o «Canciones de las subidas» (i.e, de los grados). Algunos creen que esa frase se refiere a los grados en el reloj de sol tipo escalera del rey Acaz, donde la sombra declinó diez grados como garantía de que Dios le añadiría al rey Ezequías quince años de reinado pacífico. Se compilaron luego esos salmos para celebrar esa promesa (2Re 20:6-10; Isa 38:5-8). La mayoría de las personas creen que la frase «Canciones de las subidas» se refiere a los salmos que los judíos cantaban juntos cuando «subían» a Jerusalén como peregrinos a las fiestas sagradas.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

ACUÉRDATE, OH JEHOVÁ, DE DAVID. Este salmo le pide a Dios que bendiga a los hijos de David cuando gobiernen a Israel (cf. 2Sa 7:8-29; véase el ARTÍCULO EL PACTO DE DIOS CON DAVID, P. 406. [2Sa 7:16]). Esta bendición será una realidad sólo cuando Dios habite en su templo y entre su pueblo (vv. Sal 132:13-18).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Salmo 132 (Vg 131): Bendición Sobre la Dinastía
Davídica.
E ste salmo se divide en dos partes netas: a) en forma de plegaria expone el salmista lo que David ha hecho en favor de Yahvé, jurando construir el templo (1b-5) y trasladando el arca santa a Jerusalén (6-10); b) lo que Yahvé ha hecho por David: juramento de perpetuar su dinastía (10-13), bendición de su morada y de los habitantes de Jerusalén y promesa del Mesías (14-18).
Los comentaristas no están de acuerdo al determinar quién habla en esta bella composición: ¿Salomón, Josías, Zorobabel? Probablemente se trata de un alma piadosa que medita en las promesas de Yahvé a su pueblo en el pasado y su proyección mesiánica hacia el futuro.
Como abundan las transiciones bruscas, no pocos autores suponen que el presente salmo está formado de fragmentos heterogéneos que tuvieron su vida literaria independiente antes de ser incorporados al poema actual. Pero podemos sorprender una unidad ideológica marcada, aunque el estilo es abrupto, en consonancia con su distribución dramática. El salmista quiere exhortar a los israelitas a confiar en Dios, que ha elegido a David y ha santificado con su presencia la ciudad de Jerusalén. La restauración después del destierro babilónico ha probado que Dios no ha abandonado a su pueblo, y es una prenda de destinos futuros gloriosos conforme a las antiguas promesas.
Algunos de los versos de este salmo aparecen reproducidos en la oración de Salomón recogida en 2Cr 6:40-42, con reminiscencias de Isa 55:3. Parece que el salmo fue compuesto cuando las promesas hechas a David habían ya sido olvidadas por la mayor parte de los israelitas. Por su contenido se asemeja esta composición al salmo 89. El ritmo y el tono elegiaco de los anteriores salmos “graduales” desaparecen en este salmo, que, en cambio, toma una forma dramática y dialogada; así, unas veces habla Yahvé, y otras el salmista o un coro de peregrinos. Por lo que se dice en los v.6-10 se deduce que esta composición se cantaba en alguna procesión litúrgica en la que se conmemoraba el traslado del arca a Jerusalén.

Juramento de David a Yahvé (1-5).
1 Cántico gradual. Acuérdate, ¡oh Yahvé! de David y de todos sus afanes. 2 Cómo juró a Yahvé e hizo voto al Fuerte de Jacob: 3 “No entraré en la tienda de mi casa ni subiré al lecho de mi descanso; 4 no daré a mis ojos el sueño ni reposo a mis párpados 5 mientras no halle un lugar para Yahvé y una morada para el Poderoso de Jacob.”

El salmista recuerda la solicitud de David por establecer una morada digna a Yahvé1. Los libros históricos de la Biblia no mencionan este juramento relativo a la erección del santuario de Yahvé. Quizá el salmista se hace eco de una tradición oral, o mejor, dramatiza poéticamente el deseo que David manifestó de edificar un templo digno a su Dios 2. A Yahvé se le designa con la expresión arcaizante Fuerte de Jacob, que recuerda el poder excepcional del Dios de Israel, manifestado en su protección al pueblo elegido 3.

La traslación del arca a Jerusalén (6-10).
6 He aquí lo que hemos oído en Efrata, lo que hemos hallado en los campos de Yaar: 7 “Vamos a su morada, prosternémonos ante el escabel de sus pies.” 8 Levántate, Yahvé, y ven a tu morada, tú y el arca de tu majestad. 9 Vístanse tus sacerdotes de justicia y exulten tus piadosos. 10 Por amor de David, tu siervo, no rechaces la faz de tu ungido.

Con estilo dramático, el poeta describe el traslado del arca, y hace hablar a los portadores de la misma. El arca estaba en Gariatiarim 4, que se englobaba en la región de Efrata al noroeste de Jerusalén 5. Los campos de Yaar o del “bosque” parecen ser los alrededores de Gariatiarim. Así, el salmista se hace eco de la existencia del arca en esa región, y presenta a los que han de ser sus portadores, manifestando su prontitud para trasladarla al lugar indicado por David: Vamos a su morada… Después repite las palabras que se pronunciaban en el desierto cuando se ponía en marcha la comitiva sacerdotal con el arca: Levántate, Yahvé… 6 En la nueva morada, Yahvé ha de mostrar su majestad, irradiando su santidad sobre el arca7.
Los sacerdotes debían usar ornamentos blancos cuando cumplían sus ministerios sagrados en el santuario. El salmista ve en el color blanco el símbolo de la justicia; por eso invita a los sacerdotes a vestirse de justicia, pues representan la justicia de Dios8. Los piadosos deben manifestar su alegría al asistir a la entronización del arca de Yahvé escoltada por sus sacerdotes.
El salmista hace una súplica a Yahvé para que no abandone a su ungido o rey, retirando su protección y favor, conforme a la antigua promesa 9.

Promesa de la bendición divina a la dinastía de David y a la ciudad de Jerusalén (11-18).
11 Juró Yahvé a David una verdad que no retractará: “Del fruto de tus entrañas pondré sobre tu trono.” 12Si guardan tus hijos mi alianza y mis preceptos que yo les enseñaré, también sus hijos por siempre se sentarán sobre tu trono. 13 Pues eligió Yahvé a Sión, le plugo para morada suya: 14”Esta será para siempre mi mansión; aquí habitaré porque me plugo, 15Bendeciré largamente sus provisiones y saciaré de pan a sus pobres. 16Revestiré de salvación a sus sacerdotes, y sus piadosos se alegrarán jubilosos. 17 Allí haré germinar un cuerno a David y prepararé una lámpara a mi ungido. 18 A sus enemigos los vestiré de ignominia, y brillará sobre él mi diadema.”

En contraposición al juramento de David en favor de su Dios está el de Yahvé en favor de su dinastía y de su pueblo. Es la respuesta a la súplica expresada en el v.1. Tampoco en el relato de 2 Sam 7:1s se menciona un juramento de Yahvé, sino una simple promesa de protección sobre su descendencia. Por tanto, las expresiones del poeta se han de tomar como una dramatización literaria para establecer un lenguaje dialogado y oracular que impresione más al lector 10. Es un modo de destacar la solemnidad e inmutabilidad de las promesas divinas.
Pero esta promesa solemne de bendición sobre la descendencia davídica está condicionada al cumplimiento de los mandatos divinos 11. En Sal 89:303 se dice que la infidelidad del hombre no puede frustrar los designios divinos. La razón está en la elección de Sión como lugar de morada del propio Dios en la tierra (v.1s). Aquí como en Sal 78:675, la elección de Sión es considerada como anterior a la elección de David y como algo más fundamental. En efecto, la dinastía davídica tiene una misión mesiánica en función de los destinos excepcionales históricos de Israel como “sacerdocio real y nación santa” 12. Este pensamiento era particularmente consolador para los repatriados judíos, que habían visto la reconstrucción del templo de Yahvé, lo que era prenda de una restauración de la dinastía davídica según, las antiguas promesas divinas. La presencia de Yahvé en medio de su pueblo – en el templo de Jerusalén, su mansión – era fuente de bendiciones de toda índole, y en primer término de una gran prosperidad material: al pueblo humilde se le asegura el sustento cotidiano (v.15) 13. Los pertenecientes a la clase sacerdotal – representantes de Yahvé ante el pueblo – participarán de un modo especial de la bendición salvadora divina. En el V.9 se decía que serían revestidos de “justicia”; aquí se completa el pensamiento diciendo que participarán de la salvación enviada por Yahvé (v.16) 14. Y todo el pueblo piadoso se alegrará de esta situación esplendente de la clase sacerdotal. Estas afirmaciones sobre el papel preponderante de los miembros de la clase sacerdotal hacen pensar que el salmo es obra de un poeta que vivía cuando los sacerdotes eran los arbitros de los destinos nacionales después del exilio.
Pero juntamente con la elevación de la clase sacerdotal triunfará de nuevo la dinastía de David. La metáfora germinará un cuerno a David alude a esta preponderancia de la descendencia davídica 15. La palabra germinará puede tener una relación con los vaticinios proféticos en los que se habla de un germen de justicia que será objeto de las bendiciones divinas 16. A David se le llama ungido (mahiaj: Mesías) y se le promete una lámpara que permanezca luciendo a través de las edades, como la lámpara del santuario 17. Es el anuncio de la preservación de su dinastía. Indudablemente que en la perspectiva del salmista hay en este contexto una alusión al advenimiento del Mesías, procedente de la dinastía davídica conforme a las antiguas promesas y vaticinios proféticos (desde Natán hasta Zacarías). En efecto, sobre ese cuerno que germina de la ascendencia davídica, Dios colocará su diadema, que puede implicar la potestad regia y la sacerdotal 18. Esto supondrá la derrota total de sus enemigos, que conspiran contra sus privilegias a través de la historia, pero principalmente en el momento de la manifestación mesiánica.

1 Cf. 1 Par 22:14. – 2 Cf. 2Sa 7:2. – 3 Cf. Isa 49:26; Isa 49:6o, 16; Isa 1:24. – 4 Cf. Sam 7:1; 2Sa 6:3. – 5 Según 1Cr 2:19.50, Cariatarim es nieto de Efrata. – 6 Cf. Núm 10:33-35. – 7 Cf. Sam 5:7; 6:193. – 8 Cf. Isa 26:2; Job 29:14. – 9 Cf. 2Sa 7:1s; Sal 61:8; 1Re 2:16; 2Re 18:24; Sal 84:9. – 10 Cf. Sal 89:3.35.49; Sal 110:4; – 11 Cf. Sam 7:14; 1Re 8:25. – 12 Exo 19:6. – 13 Cf. Age 1:6s.45:23-. – 14 Cf. Ts 61:10; Sal 67:3. – 15 Cf. Sal 89:17.24; Eze 29:21. – 16 Cf. Jer 23:5; Núm 33:15; Zac 3:8; Zac 6:12. – 17 Cf. Sal 18:28; 1Re 11:36; 1Re 15:4; 2Sa 21:17 – 18 Cf. Exo 29:6; Jer 30:21; Zac 6:11s.

Fuente: Biblia Comentada

su aflicción. Esto parece incluir la época de su persecución por parte de Saúl (cp. 1Sa 18:1-30; 1Sa 19:1-24; 1Sa 20:1-42; 1Sa 21:1-15; 1Sa 22:1-23; 1Sa 23:1-29; 1Sa 24:1-22; 1Sa 25:1-44; 1Sa 26:1-25) y hasta el juicio de Dios por haber David censado al pueblo (cp. 2Sa 24:1-25). Quizá se centra en la mayor aflicción de David, que fue causada por no tener el arca en Jerusalén.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Esta sección se concentra en el cumplimiento por parte de David de su voto a Dios de transportar el tabernáculo a su reposo en Jerusalén, y por ello sus descendientes han de ser recordados por el Señor.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Salmo 132 (131): Incluido entre los cantos de peregrinación (ver nota a Sal 120:1-7), este salmo real está estructurado en dos grandes secciones (Sal 132:1-10 y Sal 132:11-18) y recuerda, por una parte, la promesa de David de construir el Templo y, por otra, el traslado del Arca a Jerusalén para, seguidamente, evocar la promesa hecha por Dios a la dinastía davídica y la elección divina de Sión. Por su contenido y concepciones teológicas parece depender de 2Sa 7:1-29.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— todos sus afanes: Una doble súplica en favor del rey (Sal 132:1; Sal 132:10) enmarca la primera parte del salmo.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Salmos 132-134. La Quinta Triada. Cuando se Logra la Meta

Estos Salmos se centran en Sion. El peregrinaje ha pasado; se ha llegado al hogar. No obstante, hay movimiento dentro de los tres: de las realidades objetivas de la ciudad y monarquía como cosas divinamente escogidas y establecidas (132), la iglesia en comunión perfecta (133) y los siervos del Señor en el santuario del Señor (134).

Salmo 132. El Señor en Sion: opción divina

Este poema bellamente construido es una meditación sobre 2 Sam. 7. En dicho capítulo David propuso construir una casa para Jehovah, sólo para encontrarse con que el Señor tenía el propósito de construirle una casa a David, así que aquí, el juramento de David (2-5) encuentra su equilibrio en el juramento del Señor (10, 11). Cada una de estas dos divisiones tiene el mismo patrón: Oración (1, 10), declaración (2, 11), discurso (de David, 3-5; del Señor, 11, 12), otra declaración (6, 13) y un discurso final (exhortación, 7-9; y promesa 14-18). Así, los propósitos y anhelos humanos (1-9) son balanceados y emparejados con los propósitos y afirmaciones divinos (10-18). El juramento de David (1-5) es seguido por la devoción humana para cumplirlo (6-9); el juramento del Señor (10-12) por su dedicación a cumplirlo (13-18). Podemos imaginar a una congregación preexílica reunida en uno de los festivales anuales cantando alegremente del celo de David de fundar el santuario y la consagración del Señor a hacer lo que tenía que ser.

1 Aflicción. Traer el Arca a Sion no se logró sin fracasos y sufrimientos (2 Sam. 6:5-9), preparación, costo y pérdidas (2 Sam. 6:12-23). La palabra, significando “humillaciones, o profunda humillación” podría referirse también a que David fue rechazado como constructor del templo (2 Sam. 7:5, 13; 1 Rey. 5:3; 1 Crón. 22:8; 28:3). 2 No se registra tal juramento en las historias. El Salmo puede estar dándonos más información o aumentando poéticamente el celo puro de David por honrar a Dios haciendo de Sion su capital y planeando la casa. El Fuerte (Gén. 49:24; Isa. 49:26; 60:16; cf. Isa. 1:24) enfatiza “puro poder”. 3-5 La subordinación de la vida personal y comodidades a la gran prioridad. Una morada, “una morada grande y apta”, también en el v. 7. 6 Efrata, de significado incierto, se conecta especialmente con Belén (Gén. 35:16; Rut 4:11; Miq. 5:2). Yaar, abreviatura de Quiriat-jearim (1 Sam. 7:1, 2), donde estuvo el arca durante los “años perdidos”. 7 Tabernáculo … estrado. El significado del tabernáculo-templo era que actualizaba el hecho de que Dios moraba en medio de su pueblo (Exo. 29:43 ss.; 1 Rey. 8:10, 11, 13, 27). Dentro de la tienda-casa el arca, más específicamente “el lugar de compasión, o expiación que cubre” (Exo. 25:17-22; Lev. 16:13, 14) era el lugar donde el Santo Dios tocaba la tierra.

8 Levántate (Núm. 10:35). Tu poder (Jos. 3:11; 1 Sam. 5). 9 Revestidos. Vestidos, cf. 16, simboliza carácter, función, consagración, o sea, hacerlos justos. Fieles, los que reciben el amor divino inmutable y corresponden a ese amor. 10-18 David es mencionado tres veces por nombre (10, 11, 17) y siete veces por implicación. Todo lo que jamás hizo el Señor por Sion y la línea de David surgió de su juramento original (11) y la fidelidad divina a sus promesas. Implícito en el juramento está la elecci ón de Sion (13; Heb. 12:22), el Señor morando en su ciudad (14; Eze. 48:35; Apoc. 21:2, 3), su bendición material (15) y espiritual (16) y su propósito final: la venida del Mesías y su triunfo (17, 18).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

132.2-5 Esto se refiere al deseo de David de construir el templo. Cuando David subió al trono, construyó un hermoso palacio, pero le preocupaba que el arca del pacto, símbolo de la presencia de Dios entre su pueblo (Exo 25:10-22), permaneciera en una tienda (2Sa 6:17; 2Sa 7:1-17). Esto le preocupó tanto, que no pudo dormir hasta que enmendó la situación. Comenzó a planear el templo en el que se alojaría el arca. Debemos vivir lo bastante cerca de Dios para que no descansemos hasta que se cumpla su voluntad a través de nosotros.132.11, 12 Esta promesa de que los descendientes de David se sentarían en el trono para siempre se encuentra en 2Sa 7:8-29. Esta promesa tenía dos partes: (1) los descendientes de David gobernarían perpetuamente sobre Israel mientras siguieran a Dios, y (2) la línea real de David nunca terminaría. La primera parte era condicional. En la medida que los reyes obedecieran a Dios («guardaren mi pacto, y mi testimonio que yo les enseñaré»), su dinastía continuaría. La segunda parte de la promesa era incondicional y se cumplió en Jesucristo, un descendiente de David, que reinará para siempre.132.17, 18 «Haré retoñar el poder de David» se refiere a uno de sus poderosos descendientes. Salomón, el hijo de David, fue en efecto un rey glorioso (1Ki 3:10-14). Sin embargo, estos versículos miran más allá, hasta otro descendiente de David, Jesús el Mesías (Mat 1:17). El poder, la majestad y la gloria del Mesías durarán para siempre.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 4838 Sal 78:70; Sal 89:3

b 4839 1Sa 20:1; Sal 66:12; Isa 57:15

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Salmo 132 Este Salmo es una petición de un rey judío para que el Señor se acuerde (vers. 1 y 10) de David y de su casa. La oración consiste de dos secciones iguales. En la primera sección (vers. 1-10), el salmista recuerda al Señor lo que David había hecho por El. Dentro del marco de una petición para David (vers. 1, 10) esta sección se desarrolla en dos partes iguales: 1) La promesa de David de buscar un lugar de reposo para el Señor (vers. 2-5); 2) el cumplimiento de esa promesa al recitar un himno sobre los que llevaron el arca desde Quiriat-jearim hasta el monte Sion, el lugar final para la adoración del Señor (vers. 6-9). En la segunda sección (vers. 11-18) el Señor contesta la oración punto por punto. Así como David hizo juramento (vers. 2-5), también el Señor prometió a David dar un trono eterno a sus sucesores que guardan el pacto (vers. 11, 12). Las promesas divinas en vers. 13-16 contestan vers. 6-9. El Señor escogió el monte Sion como lugar de adoración (vers. 13, cp. vers. 6, 7). El pueblo oró que El se levantara y fuera a su lugar de reposo (vers. 8). El responde bendiciendo al pueblo desde allí (vers. 14, 15). Oraba que los sacerdotes se vistieran de justicia (vers. 9); así el Señor los vistió (vers. 16). Sobre todo, oraban por los sucesores de David (vers. 1, 10); el Señor prometió a David la victoria sobre sus enemigos y favor a su corona (vers. 17, 18).

Fuente: La Biblia de las Américas

* Véase la nota al subtítulo del Salmo 120

Fuente: La Biblia de las Américas

SALMO 132 (131)[6] 1 Sam 7, 2.[11] 1 Sam 7, 12.[12] Hech 2, 30.[17] El Mesías nacerá de su linaje para iluminar al mundo. Las bendiciones son consecuencia de la elección de Sión y de David.

Fuente: Notas Torres Amat