Comentario de Salmos 150:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
¡Aleluya! ¡Alabad a Dios en su santuario! ¡Alabadle en su poderoso firmamento!
Aleluya. Sal 149:1.
en su santuario. Sal 29:9; Sal 66:13-16; Sal 116:18, Sal 116:19; Sal 118:19, Sal 118:20; Sal 134:2.
en la magnificencia de su firmamento. Gén 1:6-8; Eze 1:22-26; Eze 10:1; Dan 12:3.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Una exortación a alabar a Dios, Sal 150:1, Sal 150:2;
con toda clase de instrumentos, Sal 150:3-6.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Este es un salmo de alabanza, un desarrollo de la palabra hebrea aleluya que significa «alaben a Jehová». ¡Qué apropiado es que este libro de alabanzas (el significado del nombre del libro en hebreo) termine en repetidos mandatos a alabar a Jehová! La estructura es como sigue:
(1) un llamado a alabar a Dios en los cielos arriba (v. Sal 150:1);
(2) un llamado a alabar a Dios por sus grandes obras (v. Sal 150:2);
(3) un llamado a alabar a Dios con todos los instrumentos (vv. Sal 150:3-5);
(4) un llamado a que todas las criaturas aquí abajo alaben a Dios (v. Sal 150:6).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
en su santuario: El deseo es que la alabanza vaya a Dios en su morada en los cielos (Sal 148:1-4).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
ALABA, OH ALMA MÍA, A JEHOVÁ. Estos salmos comienzan y terminan con aleluya («alabad a Jehová» en hebreo), llevando el libro de Salmos a un clímax conveniente. Nótese que los judíos llamaron todo el libro de Salmos Tehilim («Alabanzas»). Todo culto de adoración debe incluir alabanza a Dios (véase el ARTÍCULO LA ALABANZA, P. 714. [Sal 9:1-2]).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
ALABAD A DIOS. La verdadera alabanza a Dios no se limitará al santuario (vv. Sal 150:1-2, Sal 150:6). Se puede alabar realmente a Dios sólo cuando se ve la plenitud de su grandeza y bondad, y se recuerda y se medita en todo lo que Él ha hecho en la creación y la redención y en la vida personal de cada creyente. De esa manera la alabanza se convierte en una poderosa respuesta del corazón que expresa alegría y gratitud, y el deseo de comunión con el Señor. Además de alabar a Dios con canciones e instrumentos en el santuario, se puede alabar a Dios llevando una vida de amor y alegría (1Jn 4:19); teniendo fe en Cristo (Jua 1:7, victoria sobre las potestades de Satanás (Efe 6:10-18), hambre espiritual por el reino de Dios y su justicia (Mat 6:33), devoción a su Palabra (Sal 119:1-176), amor que Dios ha derramado en el corazón por el Espíritu Santo (Rom 5:5), esperanza en su inminente venida 2Ti 4:8; Tit 2:13; y proclamando su evangelio (Rom 1:16; véase el ARTÍCULO LA ALABANZA, P. 714. [Sal 9:1-2]).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Salmo 150: Sinfonía Final.
E l compilador cierra la colección lírica del Salterio con esta do-xología, llena de énfasis, que pretende resumir las alabanzas de los diversos poetas que han cantado las glorias de Yahvé. Quizá sea una composición aleluyática que tuvo vida litúrgica independiente, pero que ha sido colocada al fin del libro de los Salmos como gran “finale” que resume los sentimientos entusiastas del pueblo israelita para con su Dios. La pieza es armoniosa y digna de las composiciones salmódicas anteriores.
1 ¡Aleluya! Alabad a Dios en su santuario, alabadle en su majestuoso firmamento. 2 Alabadle por sus hazañas, alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza. 3 Alabadle al son de las trompetas, alabadle con el salterio y la cítara. 4 Alabadle con tímpanos y danzas, alabadle con las cuerdas y la flauta. 5 Alabadle con címbalos sonoros, alabadle con címbalos resonantes. 6 Todo cuanto respira alabe a Yahvé. ¡Aleluya!
Como en el salmo anterior, el poeta invita a los seres angélicos a alabar a Dios, que habita en su santuario celeste, en el majestuoso firmamento 1. Los hombres deben sumarse jubilosos a esta proclamación de su grandeza, manifestando su alegría con los instrumentos músicos en reconocimiento de sus hazañas o portentos 2. El salmista no concreta si estas hazañas han de tomarse históricamente en favor de su pueblo o en el orden de la naturaleza. La perspectiva es muy amplia: todos los seres – cuanto respira – deben formar un coro de alabanza al Creador 3. El universo es el templo de Yahvé, y todos sus habitantes deben ser sus adoradores 4. Todos los seres deben hacer oír el solemne aleluya en honor del Creador.
1 Cf. Sal 148:13; Sal 20:7. – 2 Cf. Sal 106:2; Sal 145:4. – 3 Cf. Deu 20:16; Jos 10:40. – 4 A. F. Kirkpatrick, o.c., II 834.
Fuente: Biblia Comentada
santuario … magnificencia de su firmamento. «Santuario» se refiere probablemente al templo en Jerusalén, de modo que el sentido sería «Alabad a Dios en la tierra y en el cielo».
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Vea la nota sobre el Sal 146:1-10. Este salmo final culmina de forma adecuada el Salterio y el Hallel final (Sal 145:1-21; Sal 146:1-10; Sal 147:1-20; Sal 148:1-14; Sal 149:1-9; Sal 150:1-6) suscitando y luego respondiendo algunas preguntas estratégicas acerca de la alabanza: 1) ¿dónde? (Sal 150:1); 2) ¿para qué? (Sal 150:2); 3) ¿con qué? (Sal 150:3-5), y 4) ¿quién? (Sal 150:6). Se desconocen el autor y la circunstancia.
I. Lugar de la alabanza (Sal 150:1)
II. Temas de alabanza (Sal 150:2)
III. Medios apropiados de la alabanza (Sal 150:3-5)
IV. Los que practican la alabanza (Sal 150:6)
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Salmo 150: Himno de alabanza que invita a todo viviente a aclamar a Dios danzando y tañendo instrumentos en su honor. Con él concluye el libro de los Salmos.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— su santuario: En alusión al Templo o bien al firmamento como morada de Dios.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Salmos 146-150. El Aleluya Sin Fin
El libro de los Sal. empezó (1:1) con: Bienaventurado el hombre; termina con el equivalente sostenido, de cinco partes de: «Bienaventurado sea el Señor.» En estos Salmos no hay ninguna referencia a una necesidad personal, ninguna petición, poco que pudiera llamarse una referencia histórica; todo enfoca a Dios; todo es alabanza. Pero hay una progresión paso a paso en esta alabanza. Empieza con lo individual (146:1), incluye a la comunidad (147:1, 12), se extiende a los cielos y la tierra (148:1, 7). Pero si todo el mundo ha de alabar al Señor por lo que ha hecho en favor de Israel (148:13, 14) se hace necesaria la alabanza de un pueblo consagrado a su misión (149) hasta que todo lo que respira alabe al Señor (150:6).
Salmo 150. ¡Toda alabanza!
La secuencia de los salmos ha traído al mundo (149:5-9) a someterse (Isa. 45:23; Fil. 2:11) y el himno de los redimidos está por comenzar (Apoc. 5:8-14; 7:9, 10).
1, 2 Alabanza apropiada a Dios. Desde las alturas de su santuario celestial, bajando hasta el firmamento (“la expansión que muestra su poder”), bajando a sus proezas (poder dominador) vistas sobre la tierra, el Señor muestra su inmensa grandeza, grandeza que sobrepasa la de cualquier otro que pretenda ser grande. Santuario podría traducirse “su santidad” pero el significado sería el mismo. La idea se define por la casa terrenal que el Señor ordenó: el lugar donde mora el Santo y donde su pueblo se acerca a él por medio de su sacrificio expiatorio. Este es el punto más elevado de la grandeza del Señor. Sus proezas no reciben una definición, pero dado que su poderoso firmamento es un ejemplo de la obra y realidad de la creación, sus proezas vendrían a ser lo que ha hecho por su pueblo redimiéndolo, cuidándolo providencialmente y disciplinándolo.
3-6 Alabanza en proporción a la humanidad. Por todos los medios (3-5), de cada persona (6), brota una gran exclamación digna de ser el clímax del gozo de la religión del AT y de ser una anticipación del: “Gloria sea al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo” que llenará los atrios del cielo y durará por toda la eternidad.
J. A. Motyer
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
150.3-5 La música y los cánticos eran parte integral de la adoración en el Antiguo Testamento. David introdujo la música en los servicios del tabernáculo y del templo (1Ch 16:4-7). La música debió haber sido fuerte y de regocijo como da muestra la lista de instrumentos y la presencia de coros y directores de canto. La música era también importante en la adoración en el Nuevo Testamento (Eph 5:19; Col 3:16).150.6 ¿Cómo pudo haber sido más claro el mensaje? El escritor dice a los individuos que alaben a Dios. Qué forma tan adecuada para terminar un libro de alabanza, con un aliento directo para que usted alabe a Dios también. ¡Recuerde alabarlo todos los días!150.6 De alguna manera, el libro de los Salmos hace un paralelo con un viaje espiritual a través de la vida. Comienza presentando al lector dos sendas: el camino a la vida y el camino a la muerte. Si elegimos el de Dios a la vida, enfrentaremos tanto bendiciones como problemas, alegrías como dolores, éxitos como obstáculos. Pero en todo el trayecto, Dios está a su lado, guiándolo, alentándolo consolándolo y protegiéndolo. Cuando la vida del justo llega a su fin, se hace muy evidente que ha escogido el buen camino. Saber esto lo hace alabar a Dios por llevarlo en buena dirección y por la seguridad de que pronto entrará en el mundo perfecto que El tiene guardado para quienes lo han seguido con fidelidad.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) Véase Sal 104:35, n.
(2) Lit.: “Alaben a Dios, ustedes”. Heb.: ha·lelu-’Él.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 5398 Rev 19:6
b 5399 2Cr 20:8; Sal 29:9; Sal 116:19; Sal 134:2
c 5400 Gén 1:6; Sal 19:1; Dan 12:3
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Salmo 150 Este es un himno de alabanza celebrando la excelencia de la grandeza del Señor. Es semejante al Sal 148. El tono y el tema se establecen por la inclusión de Aleluya (vers. 1, 6). Como este Salmo es el último del salterio, el tema de la adoración: la grandeza del Señor, se da sólo en la primera sección, de modo que el libro termina con un llamamiento a todas las criaturas vivientes a que alaben a Dios (vers. 6). En vez de especificar los elementos del coro en el templo terrenal, el salmista sugiere su identidad en los instrumentos que se asocian con ellos: sacerdotes (vers. 3a), levitas (vers. 3b) y todos los pueblos (vers. 4, 5). El Salmo no sólo progresa al « fortísimo» sino también al « crescendo.» La segunda sección empieza al llamar a los sacerdotes a que alaben, luego a la tribu de Leví, después a todo el pueblo y finalmente a todo lo que respira, incluso los animales. El sonido de una sola trompeta inicia la alabanza, luego las arpas y liras toman parte por pares, después los panderos con el movimiento de la danza acompañan el sonido jubiloso, entonces los instrumentos de cuerda y las flautas aumentan el sonido; los címbalos sonoros resuenan la alabanza y al fin todo lo que respira alaba al Señor.
Fuente: La Biblia de las Américas
En esta doxología final, el salmista invita a alabar a Dios en el santuario (v. Sal 150:1) debido a Sus obras y a Su grandeza (v. Sal 150:2), con toda clase de instrumentos musicales (vv. Sal 150:3-5) y a través de todo lo que respira (v. Sal 150:6).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Elohim… Lit. ´El. Contracción de Elohim → §001.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
→ §042.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
O, ¡Alabad al {I SEÑOR!;} heb., Alelu-YAH
Fuente: La Biblia de las Américas
u8217?El g §002.