Biblia

Comentario de Salmos 23:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Salmos 23:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

(Salmo de David) Jehovah es mi pastor; nada me faltará.

Jehová es mi pastor. Sal 79:13; Sal 80:1; Isa 40:11; Jer 23:3, Jer 23:4; Eze 34:11, Eze 34:12, Eze 34:23, Eze 34:24; Miq 5:2, Miq 5:4; Jua 10:11, Jua 10:14, Jua 10:27-30; Heb 13:20; 1Pe 2:25; 1Pe 5:4; Apo 7:17.

nada me faltará. Sal 34:9, Sal 34:10; Sal 84:11; Mat 6:33; Luc 12:30-32; Rom 8:32; Flp 4:19; Heb 13:5, Heb 13:6.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

David, Sal 23:1-6.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

es un salmo de confianza. En los cinco versos hay un desarrollo del tema único del primer versículo: David no teme ni se preocupa, porque el Señor es su Pastor. Este salmo de confianza presenta a David de dos maneras. Por una parte, es la «oveja» cuyo Pastor es el Señor. Al mismo tiempo, una de las descripciones más comunes de la realeza en el mundo antiguo es la de pastor. En este sentido, David como rey era pastor del rebaño de Israel. Esto significa que el Sal 23:1-6 es también un salmo real. Aunque en él no aparece la palabra «rey», este salmo es una descripción de lo que significa ser un buen gobernante. Además, el salmo habla proféticamente de Jesús. Él es el buen Pastor y sus ovejas le tienen confianza (Jua 10:1-42), y el Rey cuya ley perfecta será establecida. (Luc 23:2, Luc 23:3; Apo 17:14). El salmo tiene dos movimientos:

(1) una descripción del Señor como Pastor que se ocupa cada día de todas las necesidades del salmista (vv. Sal 23:1-4);

(2) una descripción del Señor como Pastor que extiende su misericordia a todos (vv. Sal 23:5-6).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Jehová es mi pastor: La imagen que David usa para Dios proviene de su propia vida y experiencia. Fue pastor en su juventud (1Sa 16:19).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

JEHOVÁ. Este salmo, concebido en la mente del Señor e inspirado por el Espíritu Santo, expresa su preocupación y cuidado diligente por quienes lo siguen. Ellos son el objeto apreciado de su divino amor. Él cuida de cada uno de ellos como un padre cuida de sus hijos y como un pastor de sus ovejas.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

JEHOVÁ ES MI PASTOR. Empleando una metáfora que se encuentra con frecuencia en el AT (véanse Sal 28:9; Sal 79:13; Sal 80:1; Sal 95:7; Isa 40:11; Jer 31:10; Eze 34:6-19), David compara a Dios con un pastor a fin de ilustrar el gran amor de Dios por su pueblo. El Señor Jesús empleó la misma metáfora para expresar su relación con su pueblo (Jua 10:11-16; cf. Heb 13:20; 1Pe 5:4). Aquí se ponen de relieve dos verdades:

(1) Dios, por medio de Cristo y del Espíritu Santo, está tan interesado en cada uno de sus hijos que El desea amarlos, cuidarlos, protegerlos, guiarlos y estar cerca de ellos, es decir, lo mismo que un buen pastor desea para sus ovejas (véanse Jua 10:11; Jua 10:14 notas).

(2) Los creyentes son las ovejas del Señor. Le pertenecen a Él y son el especial objeto de su afecto y atención. Aunque «todos nosotros nos descarnamos como ovejas» (Isa 53:6), el Señor ha redimido con la sangre de Cristo a los que creen en Él (1Pe 1:18-19), y ahora pertenecen a Él. Como sus ovejas, pueden reclamar las promesas de este salmo cuando responden a su voz y lo siguen (véanse Jua 10:3-5; Jua 10:28, nota).

NADA ME FALTARÁ. Esto quiere decir

(1) que a los creyentes no les faltará nada necesario para que se cumpla la voluntad de Dios en su vida (véase 1Jn 2:1-29, nota), y

(2) que los creyentes estarán contentos con la provisión y el cuidado del Buen Pastor en la vida de ellos, incluso en momentos de penuria personal, porque confían en el amor de Dios y el compromiso que ha hecho con ellos (cf. Jua 10:11; Flp 4:11-13).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Salmo 23 (Vg 22): Dios, Pastor del Justo.
E n este bello poema idílico, el salmista juega con dos símiles alegóricos: a) el buen pastor (1-4); b) el padre de familias, que hace gala de espléndida y generosa hospitalidad. Bajo estos símiles, el salmista expresa la confianza ciega del justo en la providencia solícita de su Dios. Nada le puede turbar. El tono es marcadamente personal; por tanto, no se presta a una interpretación colectiva, como quiere el Targum, como si se tratara de la solicitud de Yahvé por la comunidad israelita.
Como en los salmos anteriores de esta primera colección del Salterio, se atribuye esta magnífica pieza poética al propio David. Realmente, ninguno mejor que David sabía lo que era la vida del pastor y su solicitud por las ovejas, pues era su profesión en los tiempos de su niñez. Sin embargo, como en el v.6 se alude a la “casa de Yahvé,” el templo de Jerusalén, parece que la composición es posterior a Salomón, constructor del santuario. Por ello, no pocos críticos creen que el salmo fue compuesto en la época persa l.
Métricamente podemos distinguir dos estrofas formadas a base de dísticos de tipo elegiaco 2. Desde el punto de vista doctrinal, el salmo es una lección de confianza tranquila en Dios, solícito Pastor y Padre de familias, que protege al huésped de todo peligro y le provee abundantemente de todo.

Yahvéy buen pastor (1-4).
1 Salmo de David. Es Yahvé mi pastor; nada me falta. 2 Me hace recostar en verdes pastos y me lleva a frescas aguas. 3 Recrea mi alma, me guía por las rectas sendas por amor de su nombre. 4 Aunque haya de pasar por un valle tenebroso, no temo mal alguno, porque tú estás conmigo. Tu clava y tu cayado son mis consuelos.

Bellísimamente, el salmista compara su Dios al pastor solícito, que se preocupa de sus ovejas. Como tal, busca los mejores pastos para su rebaño y las frescas aguas. En tierras semiesteparias como las de Palestina, los pequeños oasis y praderías son codiciosamente buscados por los pastores. En los salmos es frecuente la afirmación cíe que Yahvé es el Pastor de Israel, su pueblo 3. Ya Jacob hablaba del “Dios que le pastoreaba” 4; en la literatura profética es frecuente este símil aplicado a Yahvé 5. A David se le había llamado “pastor” 6, pero este título estaba especialmente reservado al futuro Mesías7. Jesucristo se lo apropiará en la bellísima parábola del Buen Pastor 8.
El salmista, a la sombra del Pastor solícito, siente que nada le falta. En el Deuteronomio se le prometía a Israel que nada le faltaría, como nada le había faltado hasta ahora 9. El profeta Jeremías utiliza la alegoría del pastor para reflejar la solicitud del futuro Mesías sobre Israel: “Todavía habrá en estos lugares desiertos… majadas donde los pastores apriscarán sus rebaños…, todavía pasará el ganado bajo la mano del que lo cuenta, palabra de Yahvé”10. Yahvé es para el salmista el pastor que le hace ir hacia los lugares frescos y jugosos, llevándole por las rectas sendas para que allí se recree su alma, como descansan las ovejas en el oasis después de haber caminado bajo los ardores del sol del desierto. También en la vida el justo tiene que atravesar zonas áridas, en las que priva el vicio y el desprecio sistemático a la virtud heroica de aquél. Sólo con la ayuda de Yahvé encuentra la satisfacción íntima, las frescas aguas de la vida litúrgica en el templo y los verdes pastos de sus promesas consoladoras.
El nombre de Yahvé es garantía de triunfo y de protección en la vida contra todas las adversidades (v.3). Yahvé se manifiesta en sus obras, y su nombre glorioso es reflejo de sus logros. Es tal la confianza que tiene en El, que, aunque tenga que andar por parajes peligrosos, valles profundos en los que moran las fieras, se siente seguro bajo la protección de tal Pastor. El salmista juega con el símil de pastor que tiene que atravesar zonas peligrosas antes de llegar a los oasis seguros. En la vida, los valles tenebrosos son la oposición sistemática de parte de los impíos a la conducta del fiel yahvista, que no quiere separarse de la Ley de su Dios. La clava y el cayado del pastor son suficiente garantía para sentirse seguro ante los peligros. El pastor va delante del rebaño, abriendo camino, con su clava preparada contra cualquiera fiera que quiera asaltarlo, y con el cayado señalando el camino a las indefensas ovejas.

Yahvé hospitalario (5-6).
5 Tú dispones ante mí una mesa enfrente de mis enemigos. Derramas el óleo sobre mi cabeza, y mi cáliz rebosa. 6 Sólo bondad y benevolencia me acompañan todos los días de mi vida; y moraré en la casa de Yahvé por dilatados días.

Un nuevo símil para expresar la providencia solícita de Yahvé para con el salmista. Antes era el buen Pastor que le defendía contra los peligros y le llevaba a ubérrimos pastizales, ahora es el bondadoso padre de familia o el jeque que recibe amorosamente al justo en su tienda, prodigándole todas las atenciones que son de ley en la tradicional hospitalidad oriental n. Frente a los enemigos del salmista, para dar una sensación más de favor, Yahvé dispone una mesa bien abastecida a su huésped honrado, y, conforme al rito de las grandes casas señoriales, le derrama el óleo sobre su cabeza (v.5); en los banquetes orientales no puede faltar la unción perfumada 12. El anfitrión, además, ofrece personalmente la copa rebosante de bebida al huésped: mi cáliz rebosa. Todo es generosidad y señorío en la casa de Yahvé, que honra delicadamente al salmista. Su cáliz, es decir, la amistad íntima del salmista con su Dios, rebosa sin medida ante la envidia y despecho de sus enemigos, que son testigos de las larguezas del Señor del justo. Al lado de su Dios se siente seguro, porque experimenta diariamente su bondad y benevolencia. Como es ley en los salmos, el justo encuentra su máxima felicidad en vivir en la casa de Yahvé (v.6), participando de sus solemnidades litúrgicas, en las que se manifiesta diariamente la “faz del Señor.” Quizá el salmista sea de la clase levítica o sacerdotal, y entonces la casa de Yahvé tiene para él un sentido especial, ya que es el huésped cualificado de la misma por prescripción oficial de la Ley.

1 Cf, Podechard, O.C., I I 2. – 2 Cf. J. Calés, O.C., I 28θ . – 3 Cf. Sal 28:9; Sal 79:3! 80,2; Sal 95:7; – 4 Gen 48:15; Gen 48:49.24- – 5 Cf. Eze 34:11-16; Isa 63:11.14- – 6 Cf. 2 Sam 5.2′. 7:7-100,3. – 7 Cf. Jer 33:15s; Eze 34:23-31- – 8 Cf. Jua 10:1-16. – 9 Cf. Deu 2:7; Deu 8:9; Heb 13:20; 1Pe 2:25. – 10 Jer 31:10· – 11 Cf. Gen 43:16; 2Sa 9:75; 2Sa 19:33; 1Re 4:27; Sal 5:5; Sal 15:1. – 12 Cf. Amo 6:6; Ecl 9:8; Luc 7:46.

Fuente: Biblia Comentada

Jehová es mi pastor. (Cp. Gén 48:15; Gén 49:24; Deu 32:6-12; Sal 28:9; Sal 74:1; Sal 77:20; Sal 78:52; Sal 79:13; Sal 80:1; Sal 95:7; Sal 100:3; Isa 40:11; Jer 23:3; Eze 34:1-31; Ose 4:16; Miq 5:4; Miq 7:14; Zac 9:16) acerca de la imagen del Señor como Pastor. Esta figura del lenguaje se empleaba comúnmente en aplicaciones regias y se aplica frecuentemente a Jesús en el NT (p. ej. Jua 10:1-42; Heb 13:20; 1Pe 2:25; 1Pe 5:4).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Este salmo es probablemente el pasaje más bien conocido del AT. Se trata de un testimonio de parte de David acerca de la fidelidad del Señor durante toda su vida. Como himno de confianza, describe al Señor como el Pastor-Rey-Anfitrión de un discípulo. David, mediante el empleo de algunas comunes imágenes del Cercano Oriente en el Sal 23:1-6, desvela de manera progresiva su relación personal con el Señor en tres etapas.

I. La exclamación de David: «Jehová es mi pastor» (Sal 23:1 a)

II. Las expectativas de David (Sal 23:1 b- Sal 23:5 b)

A. «Nada me faltará» (Sal 23:1 b – Sal 23:3)

B. «No temeré mal alguno» (Sal 23:4-5 b)

III. El júbilo de David: «mi copa está rebosando» (Sal 23:5 c – Sal 23:6)

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Salmo 23 (22): Salmo individual de confianza, estructurado en torno a las imágenes de Dios como pastor que cuida a su rebaño y como anfitrión que agasaja a su huésped.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Sal 34:9-10; Eze 34:1-31; Luc 15:3-7; Heb 13:20; 1Pe 2:25.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Salmo 23. Pastor, Compañero y Anfitrion

El testimonio tripartito, nada me faltará (1), no temeré mal alguno (4) y moraré (6) encuadra al Salmo, dividiéndolo en tres partes: La oveja y el Pastor (1-3), el viajero y su compañero (4) y el invitado y el anfitrión (5, 6), enseñando respectivamente la providencia de Dios, asignando las experiencias de la vida, su protección en el camino de la vida y su provisión ahora y siempre.

1-3 Estos versículos enfocan una experiencia de abundancia (prados de tiernos pastos), paz (aguas, lit. “de todo tipo de descanso”) y renovación (confortará mi alma, ver 19:7). El principio detrás de nuestras experiencias es que él escoge sendas de justicia para nosotros, sendas que “él aprueba”, tienen sentido para él. En esto actúa por amor de su nombre, de acuerdo con su carácter revelado.

4 En contraste con las alegres experiencias de las ovejas (1-3), el sendero del peregrino pasa por terrenos más ásperos. Sombra de muerte es realmente “oscuridad más profunda” que incluye, por supuesto, la oscuridad de la muerte. Pero en estas experiencias el pronombre “él” de los vv. 1-3 se convierte en tú, significando un toque personal más cercano, y el líder (2) se coloca a su lado (conmigo). ¡Cuanto más oscura la sombra, más cerca está el Señor! Y aporta toda fuerza, vara y cayado. La duplicación denota algo completo.Vara (Lev. 27:32) posiblemente signifique protección; cayado posiblemente apoyo (Exo. 21:19).

5, 6 Mesa … en presencia de mis adversarios, cf. 2 Sam. 17:27-29, cuando David pudo haber discernido la mano de Dios en el cuidado que Barzilai le brindara ante el conflicto con Absalón. Al referirse tanto a circunstancias hostiles (4) como a gente hostil (5) el Salmo afirma el cuidado en cada emergencia. La cabeza ungida expresa el beneplácito del Señor, la copa que rebosa su abundante provisión. Pero este bien y misericordia seguirá mientras dure la vida (lit. “el largo de los días”) y más allá se encuentra la casa del Señor … por días sin fin. Moraré es un ajuste tradicional del texto heb. y puede ser correcto, pero lit. “Regresaré a la casa”, o sea, cuando las sendas (2, 3), prados y amenazas (5) hayan pasado, sucede el auténtico regreso a casa.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

23.1 Al describir a Dios como pastor, David escribía acerca de su propia experiencia, ya que pasó sus primeros años cuidando ovejas (1Sa 16:10-11). Las ovejas dependen completamente de su pastor en cuanto a alimentación, guía y protección. El Nuevo Testamento llama a Jesús el buen pastor (Joh 10:11), el gran pastor (Heb 13:20) y el Príncipe de los pastores (1Pe 5:4). De la misma manera que el Señor es el buen pastor, nosotros somos sus ovejas. No somos animales atemorizados y pasivos, sino seguidores obedientes y sabios que siguen al Unico que puede guiarnos a los mejores lugares y por caminos seguros. Este salmo no pone énfasis en las cualidades de las ovejas como animales, sino en las cualidades como discípulos de los que siguen a un líder. Cuando usted reconozca al buen pastor, ¡sígalo!23.2, 3 Cuando permitimos que Dios nuestro pastor nos guíe, tenemos contentamiento. Cuando decidimos pecar, sin embargo, estamos decidiendo ir por nuestro propio camino y no podemos culpar a Dios por el entorno que nosotros mismos hemos creado. Nuestro pastor conoce los «delicados pastos» y las «aguas de reposo» que nos restaurarán. Llegaremos a esos lugares únicamente cuando lo sigamos en obediencia. Al rebelarnos contra la dirección del buen pastor en realidad nos rebelamos contra lo que nos conviene. Debemos recordar esto la próxima vez que nos veamos tentados a ir por nuestra cuenta y no por el camino del pastor.23.4 La muerte proyecta una sombra aterradora sobre nuestra vida porque estamos completamente indefensos cuando llega. Podemos luchar con muchos otros enemigos -dolor, sufrimiento, enfermedad, daños- pero la fortaleza y el ánimo no pueden vencer a la muerte. Esta tiene la palabra final. Solo una persona puede caminar con nosotros a lo largo del valle sombrío de la muerte y hacernos pasar hasta el otro lado a salvo: el Dios de la vida, nuestro pastor. La vida es incierta, y por eso debemos seguir a este pastor que nos ofrece eterno solaz.23.5, 6 En la antigua cultura del Cercano Oriente, era costumbre ungir a una persona en un banquete con aceite fragante, como con una loción. Los anfitriones debían proteger a sus invitados a toda costa. Dios ofrece la protección de un anfitrión aun cuando estemos en medio de los enemigos. En la escena final de este salmo, vemos que los creyentes morarán con Dios. Dios, el perfecto pastor y anfitrión, promete guiarnos y protegernos a lo largo de la vida para llevarnos a morar para siempre enSALMOS PARA APRENDER Y AMARCasi todos, ya sean religiosos o no, han escuchado el Salmo 23 porque se cita con mucha frecuencia. Muchos otros salmos también son bien conocidos porque se citan en la música, en la literatura o en los cultos de adoración. Los salmos que conocemos y amamos son los que entran en nuestra mente cuando los necesitamos. Nos inspiran, nos confortan, nos corrigen en el momento justo en que necesitamos una palabra del Señor. Si usted quiere comenzar a aprenderse salmos, comience con algunos de estos favoritos. Apréndase el salmo completo o solo los versículos que le hablen directamente a usted. O lea el salmo en voz alta varias veces al día hasta que sea parte suya.Salmos que nos llevan a la presencia de Dios: 29; 95.1-7a; 96; 100Salmos sobre el bien: 1; 19; 24; 133; 136; 139Salmos de alabanza: 8; 97; 103; 107; 113; 145; 150Salmos de arrepentimiento y perdón: 32.1-5; 51; 103Salmos para tiempos de problemas: 3; 14; 22; 37.1-11; 42; 46; 53; 116.1-7Salmos de confianza y esperanza: 23; 40.1-4; 91; 119.11; 121; 127

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 672 Sal 80:1; Jer 23:3; Eze 34:12; 1Pe 2:25

b 673 Sal 34:9; Sal 84:11; Mat 6:33; Flp 4:19; Heb 13:5

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Salmo 23 Este Salmo es un canto de confianza describiendo el cuidado de Dios por el rey y su comunidad, usando la imagen de un pastor (vers. 1-4) y anfitrión (vers. 5). Las Escrituras con frecuencia usa la metáfora del pastor para describir la liberación de la angustia, en particular de la cautividad (Is 40:10-11; Jer 31:10-11). La seriedad de la dificultad del salmista es sugerida en la referencia a la sombra de muerte (vers. 4) y mis enemigos (vers. 5). La confianza del salmista en Dios se revela por su declaración de que él volverá a la casa del Señor (vers. 6). El salmista anticipa su regreso al templo después de su liberación. Allí él celebrará la bondad de Dios, posiblemente con la cena descrita en el vers. 5. La imagen del pastor (vers. 1) sugiere provisión (vers. 1b-2a), restauración, refrigerio y renovación (vers. 2b-3a), liberación (vers. 3b) y protección (vers. 4). Estas mismas ideas son complementadas por la imagen del anfitrión en el vers. 5: mesa (cp. pastos ), ungido mi cabeza (cp. restaura mi alma ), presencia de mis enemigos (cp. senderos de justicia ), y mi copa está rebosando (cp. en lugares de verdes pastos me hace descansar) .

Fuente: La Biblia de las Américas

La figura del pastor describe a Jehová como guía, protector y compañero constante (cp. Gén 48:15; Isa 49:10; Jer 31:9-10; Eze 34:1-31; Sal 80:1; Sal 95:7).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

En este maravilloso himno de confianza, David presenta a Jehová como el gran Pastor quien hace provisión y cuida de las ovejas (vv. Sal 23:1-4) y como Anfitrión misericordioso que protege y provee abundantemente para Sus invitados (vv. Sal 23:5-6).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

YHVH es mi pastor…§004.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

O, falta

Fuente: La Biblia de las Américas