Comentario de Salmos 24:10 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
¿Quién es este Rey de gloria? ¡Jehovah de los Ejércitos! ¡El es el Rey de gloria! (Selah)
Jehová de los ejércitos. Isa 6:3-5; Isa 54:5; Ose 12:3-5; Zac 2:8-11; Jua 12:40; Jua 14:9.
El es el Rey de la gloria. Sal 2:6-12; Mat 25:31, Mat 25:34; Luc 9:26; Tit 2:13.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La forma del Sal 24:1-10 ha sido objeto de disputas. Por ejemplo, algunos lo han designado como una ceremonia de entrada (cp. Sal 15:1-5), otros, como himno de alabanza, y otros como una mezcla de ambos elementos. Se ha diferido también acerca de la ocasión. Sin embargo, el punto de vista de que pudo haber sido empleado con ocasión del traslado del arca a Jerusalén (2Sa 6:12-19; 1Cr 13:1-14) sigue teniendo atractivo y credibilidad. La iglesia primitiva lo designó como un salmo de ascensión (cp. v. Sal 24:3). El movimiento del salmo parece seguir el movimiento del pueblo. Sigue la procesión de adoración de la comunidad, espiritualmente, a lo largo de tres etapas progresivas.
I. Primera etapa: Adoración del Creador mediante la contemplación (Sal 24:1-2)
II. Segunda etapa: Adoración del Salvador mediante la consagración (Sal 24:3-6)
A. Las preguntas escrutadoras que invitan a la consagración (Sal 24:3)
B. Las cualidades apropiadas que indican consagración (Sal 24:4-6)
III. Tercera etapa: Adoración del Rey mediante conmemoración (Sal 24:7-10)
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Jehová de los ejércitos. Posiblemente vuelve a entrar en consideración el Guerrero divino; Él, el Capitán general, es «Jehová de los ejércitos» (cp. 1Sa 17:45).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
— rey de la gloria: Este himno triunfal (Sal 24:7-10) puede evocar el regreso del Arca de la alianza, trono de Dios, al santuario tras una campaña militar victoriosa.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) Véase 1Sa 1:3, n: “Ejércitos”.
REFERENCIAS CRUZADAS
t 707 1Cr 29:11; Sal 145:1; Isa 6:5; Rev 1:8
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
David comienza con un himno de alabanza a Dios el Dueño y Creador de toda la tierra (vv. Sal 24:1-2), prosigue a dar instrucciones a los que vienen a adorar (vv. Sal 24:3-6), y concluye con un canto dedicado al Rey de gloria (vv. Sal 24:7-10). David pudo haber compuesto este salmo cuando trasladó el arca a Jerusalén (2Sa 6:1-23; o para la celebración de uno de los aniversarios de ese suceso).