Comentario de Salmos 25:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
(Salmo de David) A ti, oh Jehovah, levantaré mi alma.
A ti, oh Jehová, levantaré mi alma. Sal 24:4; Sal 86:4; Sal 143:8; 1Sa 1:15; Lam 3:41.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
David, Sal 25:1-6.
Él ora por el perdón de los pecados, Sal 25:7-15;
y por ayuda en la aflicción, Sal 25:16-22.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
es un salmo de lamentación. Pero en medio de su aflicción, David le pide al Señor que lo perdone. Aunque contiene elementos de un salmo de lamentación y de un salmo penitencial, la mezcla de las dos formas hacen de él un salmo único. El salmo es un acróstico, con una línea poética para cada letra sucesiva del alfabeto hebreo. La estructura del salmo es la siguiente:
(1) una súplica previa para que David no fuera avergonzado delante de sus enemigos (vv. Sal 25:1-3);
(2) un ruego para que Dios perdone a David (vv. Sal 25:4-7);
(3) un enfoque en el carácter de Dios (vv. Sal 25:8-10);
(4) un renovado ruego a Dios para que perdone a David (vv. Sal 25:11-18);
(5) una súplica final de que no se avergüence a David delante de sus enemigos (vv. Sal 25:19-21); una oración final por Israel (v. Sal 25:22).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
No sea yo avergonzado es la súplica inicial y final del Sal 25:1-22 (v. Sal 25:20). La vergüenza es el fin que se proponen los enemigos de Dios (Sal 35:26), pero no del fiel.
esperan: Esperar en el Señor es el equivalente a tener esperanzas en Él (Sal 25:5; Sal 40:1).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Salmo 25 (Vg 24): Confianza del Justo en el Señor.
E ste salmo tiene una estructura especial, ya que se presenta como una colección de jaculatorias, de consideraciones morales y de súplicas en forma sentenciosa, unidas entre sí por el artificio de la distribución alfabética. Se puede dividir en tres partes la composición heterogénea: a) súplica de protección y guía (1-7); b) reflexiones sobre Dios y sus relaciones con los que le temen (8-14); c) nueva súplica de liberación de una situación angustiada (15-21).
Literariamente, el salmo se caracteriza, más que por los arrebatos líricos y recursos poéticos, por la profunda fe que preside el alma del salmista. Abundan los paralelismos sintéticos y no faltan los antitéticos y sinónimos. La sucesión ideológica muchas veces no es muy clara, pues la unión de los dísticos obedece más bien a las exigencias de la distribución acróstica.
Según el título, el salmo es de David; pero el estilo refleja más bien la época sapiencial posterior al exilio babilónico l.
Súplica de protección y de perdón (1-7).
1 De David. 2 Alef. A ti elevo mi alma, Yahvé, mi Dios. Bet. En ti confío, no sea confundido, no se gocen de mí mis enemigos 2. 3 Guímel. No; quien espera en ti, no es confundido; serán confundidos los que en balde faltan a la fidelidad. 4Dalet. Muéstrame, Yahvé, tus caminos, adiéstrame en tus sendas. 5 He. Guíame en tu verdad y enséñame, porque tú eres mi Dios, mi Salvador, y en ti espero todos los días. 6 Zain. Acuérdate, ¡oh Yahvé! de tus misericordias y de tus gracias, pues son desde antiguo. 7 Jet. No te acuerdes de los pecados de mi mocedad y de mis transgresiones. Acuérdate de mí conforme a tu benevolencia y según tu bondad, ¡oh Yahvé!
El salmista se dirige a Dios pidiéndole protección para no ser burlado de sus enemigos. La causa del justo es la causa de Yahvé; por eso, si los impíos prevalecen sobre aquél, en el fondo es una victoria contra Yahvé, ya que, en la mentalidad de los pecadores, Dios es impotente para hacer salir airoso a su protegido. En la tradición israelita está demostrado que el que confía y espera en Yahvé no queda defraudado en sus esperanzas, y, por tanto, no es avergonzado o confundido ante sus enemigos. Al contrario, serán confundidos y puestos en evidencia los que abandonan a Yahvé, faltando a Infidelidad a El debida (v.3). El salmista habla conforme a la mentalidad de su época. Para él – penetrado del sentimiento de la justicia divina – existe una ecuación entre la virtud y la felicidad, el pecado y la desgracia. Es la tesis de los amigos de Job, que es discutida por el protagonista del libro de Job y por el autor del Ecle-siastés. Los justos del A.T., sin perspectiva sobre la retribución en ultratumba, tienen fe ciega en la justicia de Dios, que se ha de manifestar en esta vida, de forma que su virtud sea reconocida, y la maldad de los pecadores, castigada 3.
Obsesionado con la idea de ser fiel a su Dios, le pide encarecidamente que le enseñe sus caminos, sus mandamientos, para no desviarse de ellos y asegurar así la protección divina. Moisés había pedido a Yahvé que le mostrara su camino para acomodarse a sus exigencias 4. El salmista, sin duda que por caminos y sendas de Yahvé entiende no sólo los preceptos escritos de la Ley, sino los secretos de su providencia respecto de su vida personal para responder mejor a sus insinuaciones 5.
El módulo de la vida práctica del salmista lo constituyen las exigencias de la verdad de Yahvé, vinculadas a las promesas de protección al que se conforma a sus leyes. No se trata sólo de la verdad especulativa sobre la realidad divina, sino de sus relaciones a las almas justas tal como se habían manifestado en la historia de Israel, el pueblo elegido. Yahvé siempre se ha manifestado como Salvador de las almas justas angustiadas. La verdad, pues, de Yahvé va vinculada a su fidelidad a las promesas 6. Por eso el salmista pide a su Dios que se acuerde de sus misericordias, que desde tiempos antiguos se han manifestado sobre los justos en Israel. Yahvé es inmutable a través de los siglos 7, y, por tanto, las misericordias antiguas o eternas pueden ponerse ahora a favor del salmista atribulado. El amor de Yahvé de los tiempos antiguos no se ha agotado 8, y es ahora cuando debe manifestarlo para que los enemigos del justo lo reconozcan. Llevado de este espíritu de confianza y de la fe en la misericordia tradicional de Yahvé, el salmista se atreve a pedir perdón por los pecados de su mocedad, sus fragilidades y transgresiones, cometidas en los años de irreflexión y de fogosidad juvenil; como tales, son más excusables 9. Lejos de aplicarle la medida de su justicia punitiva respecto de sus lejanas transgresiones, pide que le aplique la medida de su bondad y benevolencia (v.7). En la Sagrada Escritura constantemente se realza la misericordia divina, que prevalece sobre la justicia, pues Yahvé castiga hasta la cuarta generación y premia hasta la milésima 10.
Yahvé es bueno y bienhechor para con los que le temen (8-14).
8 Tet. Bueno y recto es Yahvé; por eso señala a los errados el camino 11. 9 Yod. Y guía a los humildes por la justicia y adoctrina a los pobres en sus sendas. 10 Caf. Todas las sendas de Yahvé son benevolencia y verdad para los que guardan su alianza y sus mandamientos. 11 Lámed. Por amor de tu nombre, oh Yahvé! perdona mis ofensas, por grandes que sean. 12 Mem. ¿Quién es el hombre temeroso de Dios? El le enseñará el camino que ha de elegir. 13 Nun. Su alma morará en el bienestar, y su descendencia heredará la tierra. 14 Sámec. Los secretos de Yahvé son para los que le temen, que les dará a conocer su alianza.
Sigue la exposición sentenciosa de las buenas cualidades de Yahvé en sus relaciones con los que son fieles a sus preceptos. Su bondad llega hasta orientar a loa extraviados hacia el buen camino de su Ley. Sus preferencias están por los humildes y lo;s pobres, guiándolos por el camino de la justicia o de la rectitud moral. La palabra pobres, en la literatura sapiencial y rabínica posterior, equivale a “piadosos” o fieles a la Ley de Dios 12, que se caracterizan por su espíritu de humildad y pequenez ante Dios. Las maneras de obrar de Yahvé, para con ellos, están dirigidas por las exigencias de su benevolencia y verdad o fidelidad a sus promesas. Pero estas relaciones amorosas están condicionadas a la fidelidad a su alianza y sus mandamientos. Su alianza fue sancionada primero con la circuncisión, impuesta a Abraham y su descendencia 13 y después renovada solemnemente y concretada en el Sinaí14. Signo externo de ella era el arca con las tablas de la Ley 15. Por eso junta aquí la alianza y los mandamientos de Yahvé, que son la base de sus relaciones con los fieles.
De nuevo el salmista se acuerda de sus pecados, y confía en que por el nombre de Dios, es decir, a causa de las cualidades de la bondad y fidelidad inherentes al nombre glorioso de Yahvé, sean perdonadas sus ofensas (v.11). Consciente de su culpabilidad, declara que la felicidad consiste en temer a Dios, pues entonces El le mostrará el camino conveniente que ha de elegir en las encrucijadas de la vida para adaptarse a los misteriosos designios de su providencia. El “temor del Señor” es el “camino de la sabiduría” l6. Al amparo de la Providencia encontrará el justo su bienestar, y, dejando numerosa descendencia, heredara la tierra, conforme a las promesas hechas a Abraham 17 y a Israel18. Como siempre, la perspectiva del salmista no trasciende a la retribución en ultratumba. Sólo en esta vida podrá el fiel encontrar su recompensa, bien personalmente, disfrutando de los bienes temporales otorgados por Yahvé, o en su descendencia 19. Los temerosos de Yahvé son, en realidad, los iniciados en los secretos divinos, pues al amoldarse a sus preceptos descubren los caminos secretos de la Providencia en la vida de los hombres y en la historia de Israel 20. A ellos da a conocer su alianza, es decir, su contenido íntimo en lo que implica de bendiciones y protección en esta vida.
Súplica de liberación (15-22).
15 Ayin. Mis ojos siempre están en Yahvé, porque es quien saca mis pies de la red. l6 Pe. Vuélvete a mí y ten de mi piedad, que estoy solo y afligido. 17 Tsade. Ensancha mi angustiado corazón y sácame de mis estrechuras. 18 Qof. Mira mi miseria y mi pena y perdona todos mis pecados. 19 Res. Mira cuan numerosos son mis enemigos. Me odian con odio violento. 20Sin. Guarda mi vida y sálvame, no tenga que confundirme de haberme acogido a ti. 21 Tau. Protéjanme la integridad y la rectitud, pues que en ti espero, Yahvé. 22 Redime, ¡oh Dios! a Israel de todas sus tribulaciones.
Después de las afirmaciones sentenciosas didácticas de tipo sapiencial, el salmista urge su situación personal de peligro. Yahvé no sólo perdona, sino que salva a los justos de los momentos de peligro. Sus enemigos le han tendido redes para hacerle caer en la apostasía, amenazando su vida; y sólo Yahvé le puede librar de ellos 2l. El salmista tiene siempre los ojos expectantes y pendientes de las reacciones favorables de Yahvé: vuélvete a mi (v.16). Cuando Yahvé abandona a alguno, aparta su rostro de él 22; en cambio, cuando quiere protegerle lo vuelve amorosamente hacia él 22 El salmista se siente solo y afligido, y en su triste soledad aspira a sentir la presencia amistosa de su Dios, con lo que se ensanchara su angustiado corazón. Yahvé, para auxiliarle, no debe pensar tanto en sus pecados cuanto en su estado de miseria y postración; sus enemigos son muchos y le odian encarnizadamente. Después de haber descrito su precaria situación, el salmista perseguido acude a un último argumento para mover la omnipotencia divina. Está comprometido en ello el honor divino, ya que, si prevalecen sus enemigos, éstos deducirán la impotencia de su protector, y entonces el salmista se verá confundido de haberse acogido a Yahvé (v.20) 24. El salmista es consciente de que la mejor defensa para él es estar en buenas relaciones con su Dios, y por eso cree que, para su seguridad, los mejores guardianes son la integridad moral y la rectitud de vida, con lo que se asegurará el auxilio protector divino. Sabe que Dios, justo, no abandona a los suyos, y en razón de su conducta fiel a su Ley y por exigencias del honor divino será liberado del peligro.
La petición del v.22 en favor de Israel como colectividad es una adición litúrgica, pues, aparte de estar después de la última letra del alefato, su contenido ideológico de índole colectiva no se acopla al personalismo del salmo. Los organizadores del culto, al emplear el salmo, creyeron hacer alusión a las tribulaciones de Israel, del que sólo podía redimirle el propio Yahvé, como en el caso del salmista 25.
1 Cf. Podechard, O.C., I 124. – 2 Este v. Alef está incompleto. El TM dice lit.: “Hacia ti, ¡oh Yahvé! elevo mí alma, mi Dios…” Podechard completa: “En ti, Yahvé, espero, elevo mi alma hacia mi Dios.” – 3 Véase sobre el tema nuestro artículo La tesis de la sanción moral y la esperanza de la resurrección en el libro de Job: XII Semana Bíblica Española (Madrid 1952) P-573-594′ – 4 Cf. EX 33:13- – 5 Cf. Sal 27:11; Sal 93:8. – 6 Cf. Sal 26:3. – 7 Cf. Mal 3:6. – 8 Cf.Jer2:2;31:3. – 9 Cf. Job 13:26; Eze 23:21; Isa 43:25; Jer 31:34; Eze 18:22; Eze 33:16; Sal 79:8-9. – 10 Exo 20:5-6. – 11 El TM dice lit.: “los pecadores.” Con un ligero cambio de letras tenemos «errados,” lección aceptada por Bib, de Jér. y Podechard. – 12 Véase A. Gelin, Les pauvres de Yahvé (París 1953) P-41ss. – 13 Cf. Gen I7:2s. – 14 Cf. Exo 19:5; Exo 24:7.8, – 15 Cf. Núm 10:33. – 16 Eco 1:16. – 17 Cf. Gen 15:8. – 18 Cf. éxo 20:12; Lev 26:33; Deu 4:1.40. – l9 Cf. Sal 37:9-13; Lam 57:13; éxo 60:21. – 20 Cf. Pro 3:32; Sal 111:10; Pro 1:7; Mat 11:25. – 21 Cf. Sal 9:15; Sal 31:4. – 22 Cf. Sal 22:24. – 23 Cf. Sal 86:16; Sal 119:32. – 24 Cf. Sal 7:2; Sal 2:13. – 25 En la distribución acróstica falta el wau y el qof; y el verso adicional (v.22) empieza con pe. Estas irregularidades reaparecen en el salmo 34.
Fuente: Biblia Comentada
levantaré mi alma. Esta es una vívida imagen de la dependencia de David en Dios (cp. Sal 86:4; Sal 143:8).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
David confronta las duras cuestiones de la vida, evitando el rechazo y afirmando la dependencia. Debe confiar en Dios ante sus angustias y angustiadores. Los veintidós versículos siguen una pauta acróstica. A una mayor escala, el salmo se desarrolla en quiasmos: Los vv. Sal 25:1-7 y Sal 25:16-22 son secciones paralelas de oraciones pidiendo protección y liberación, mientras que el núcleo, vv. Sal 25:8-15, contiene afirmaciones acerca de Dios y de sus tratos con los creyentes.
I. Oraciones en tiempos de prueba (Sal 25:1-7)
II. Alabanza en períodos de confianza (Sal 25:8-15)
III. Ruego de ayuda en la aflicción (Sal 25:16-22)
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Salmo 25. Un Abc Para el Dia de Afliccion
En su forma, este Salmo es un acróstico quebrado. Faltan dos letras; una puede colocarse alterando meramente la puntuación en el texto heb. como lo hemos recibido; y el v. 22, refiriéndose a Israel, sale totalmente del esquema. Esta quebradura refleja la manera cómo las aflicciones quiebran el patrón de la vida misma. Sin embargo, el patrón permanece.
A1 (vv. 1-5) Confiando, esperando, orando
B1 (vv. 6, 7) Oración pidiendo perdón
C1 (vv. 8-10) Dirección para los pecadores
B2 (v. 11) Oración y perdón
C2 (vv. 12-14) Dirección para los fieles
A2 (vv. 15-21) Confiando, teniendo esperanza, orando
1-5 Confiando teniendo esperanza, orando. Rodeado de gente hostil, inescrupulosa (2c, 3d, cf. 19a), la reacción de David es expresar su confianza por medio de la oración (1, 2a), hacer que su oración sea específica (2bc), descansando en lo que es verdad acerca de Dios (3). Pero ahora como alguien consagrado a los caminos de Dios (4), anhelando una mente informada (4, muéstrame, “hazme saber”; enséñame) y una vida sometida (5, encamíname).
1 Levantaré (24, 4), el Señor es considerado como la única solución a todas las necesidades. 2 Avergonzado, cf. v. 3, estar desilusionado de la esperanza. 4, 5 Una conducta recta requiere saber la verdad divina (“Hazme conocer”), disposición de aprender (enséñame) y obediencia (caminos … encamíname).
6, 7 Pecado y perdón: el pasado. No puede haber consagración a la verdad y vida divinas (4, 5) sin penitencia y reconciliación. Cuando el Señor recuerda lo que él es (6) está preparado para olvidar (no te acuerdes, 7) lo que hemos sido. 6 Compasión, amor en el corazón de Dios (18:1) mientras que misericordia es el amor en la voluntad de Dios, lo que se ha comprometido a hacer. Aquí hay un sustantivo plural significando una promesa de amor en toda su plenitud. 7 Pecados, faltas específicas; rebeliones, la voluntad intencional del pecado. El valor moral esencial de la naturaleza divina encuentra su satisfacción en cancelar el pasado.
8-10 El maestro divino. Recordar más a Dios trae seguridad de que la oración (4) será contestada y que el camino revelado por Dios estará lleno de su amor. La condición divina de todo esto es la naturaleza de Dios; la condición humana es que los pecadores se harán humildes (9, los que se ubican muy bajos ante él) y guardadores del pacto.
11 Pecado y perdón: el presente. Ya que Dios encaminó a los que se ubican muy bajos delante de él, David toma el lugar más bajo. El pecado no es sólo algo pasado (6, 7) sino presente. En los vv. 6, 7 apeló a la compasión, la misericordia y la bondad del Señor; en el v. 8 se dirige a su rectitud moral; ahora, en suma, a su nombre, todo lo que ha revelado de sí. Su corazón y su voluntad (6), su integridad moral (7) y su rectitud (8) concuerdan todos con el perdón de la iniquidad (la naturaleza corrupta, caída) no importa cuán grande sea.
12-14 El maestro divino. Las bendiciones que se acumulan para cualquiera (12, ¿Qué hombre es … ?) que teme al Señor: instrucción en el camino de Dios; realización personal; seguridad familiar, comunicación con el Señor e instrucción en el significado de la relación de pacto.
15-21 Confiando, teniendo esperanza, orando. 15, 16 Están conectados por el pensamiento del Señor como la única solución: Sólo él permanece enfocado; para David no hay ningún otro. 17-19 Desarrollan la extensión de la necesidad en la cual se encuentra: interior, vertical, horizontalmente. 20, 21 Afirman respectivamente confianza y dedicación. Así “nadie más que el Señor” (15, 16) está al lado de “toda mi necesidad” (17-19) y una actitud de oración, confianza, determinación moral y expectación es adoptada.
22 La perspectiva más amplia. Este versículo se encuentra totalmente fuera de la organización alfabética. Como rey, David nunca puede olvidar sus responsabilidades más amplias, no importa lo urgentes que puedan ser sus dificultades. Pero, así como lo hace con sus propios cuidados, su cuidado por su pueblo es llevado al Señor en oración. Es lo primero y lo menos que el pueblo debiera esperar de sus líderes. La oración es la solución integral: todas sus angustias. El Señor puede encontrar la solución: redime es traducción del verbo “rescatar”, o sea, encontrar el pago que saldará totalmente la deuda, libertará al cautivo, pondrá fin a la amenaza.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
25.2 Setenta y dos salmos (casi medio libro) hablan de enemigos. Los enemigos son los que no sólo se oponen a nosotros, sino que además se oponen al estilo de vida que Dios quiere ver en nosotros. Las tentaciones son enemigas: dinero, éxito, prestigio, el sexo opuesto. Y nuestro mayor enemigo es Satanás. David pide a Dios que impida que sus enemigos lo venzan porque se oponen a todo lo que Dios es. Si sus enemigos triunfaban, David temía que muchos pensaran que era en vano vivir para Dios. David no cuestiona su propia fe, sabía que Dios triunfaría. Pero no quería que el triunfo de sus enemigos fuera un obstáculo para la fe de otros.25.4 David expresó su deseo de que Dios lo guiara. ¿Cómo recibimos nosotros dirección de Dios? El primer paso es querer ser guiado y darnos cuenta de que Dios guía principalmente por su Palabra, la Biblia. El Salmo 119 nos habla del conocimiento infinito que se halla en la Palabra de Dios. Al leer y aprender constantemente de ella, obtenemos sabiduría para percibir la dirección de Dios en cuanto a nuestra vida. Podemos vernos tentados a demandar respuestas de Dios, sin embargo David pidió dirección. Cuando tenemos deseo de buscar a Dios, aprender de su Palabra y obedecer sus mandatos, recibiremos su guía precisa.25.8-11 Hoy día nos bombardean con incitaciones incesantes a ir en varias direcciones. Tan solo la publicidad de la televisión coloca cientos de opciones ante nosotros, además de las instancias de los partidos políticos, las sectas, las religiones falsas y docenas de diversos grupos. Numerosas organizaciones, incluyendo las cristianas, buscan motivarnos a «apoyar la causa». Añádale a esto las docenas de decisiones que debemos tomar con respecto a nuestro trabajo, familia, dinero, sociedad y nos desesperamos por encontrar a alguien que nos muestre el camino correcto. Si usted está siendo tironeado en diferentes direcciones, recuerde que Dios encamina a los humildes (25.9).25.12 Temer a Dios es reconocerlo por lo que es: santo, todopoderoso, recto, puro, omnisciente, sabio. Al mirar a Dios a la luz de esto, nos vemos como somos: pecadores, débiles, frágiles y necesitados. Cuando reconocemos quién es Dios y quiénes somos nosotros, caemos humillados a sus pies. Solo entonces nos muestra cómo elegir su camino.25.14 «[A los que le temen] les hará conocer su pacto». Dios ofrece una amistad íntima y duradera a aquellos que lo reverencien, y lo tengan en el más alto honor. ¿Qué relación se puede comparar a la de tener al Señor de la creación como amigo? Su relación eterna con Dios crecerá conforme usted lo reverencie.25.16, 17 ¿Parecen siempre ir de mal en peor los problemas de la vida? Dios es el único que puede revertir esa espiral descendente. El puede tomar nuestros problemas y convertirlos en victorias gloriosas. Hay un sólo requisito necesario: nosotros, al igual que el salmista, debemos clamar: «Mírame y ten misericordia de mí». Cuando estamos dispuestos a hacerlo, lo peor puede convertirse en algo maravilloso. Pero el siguiente paso es suyo. Dios ya ha hecho su ofrecimiento.25.21 Si dos fuerzas poderosas necesitamos a lo largo de la vida, estas son la integridad y la rectitud. El salmista pide que estas fuerzas lo protejan en cada paso. La rectitud nos lleva a aprender lo que Dios requiere y esforzarnos por cumplirlo. La integridad (ser lo que decimos ser) nos impide declarar que somos rectos mientras vivimos como si no conociéramos a Dios. La rectitud dice: «Este es el camino del pastor». La integridad dice: «Caminaré constantemente en él».
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) Enc. En M este salmo está en acróstico u orden alfabético heb.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 708 Sal 86:4; Sal 143:8
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Salmo 25 Este Salmo es una petición por perdón y liberación. El perdón de los pecados resulta en bendición y liberación de Dios. Es un Salmo acróstico (cada vers. comienza con una letra consecutiva del alfabeto hebreo). La oración en acróstico consta de tres partes: 1) Una petición introductoria (vers. 1-3); 2) una petición de perdón (vers. 4-7) e instrucción acerca de los caminos del Señor (vers. 8-10); 3) instrucción acerca del pacto de Dios (vers. 12-15) y una petición de perdón y liberación (vers. 16-21). El Salmo gira sobre la petición del vers. 11, que se encuentra entre dos secciones de instrucción que presentan los énfasis principales del Salmo. El vers. 11a pertenece a los primeros diez vers., al mencionar S eñor por séptima vez y por la frase por amor de tu nombre que corresponde con conforme a tu misericordia en el vers. 7. El vers. 11b está unido a los últimos diez vers. al relacionar perdona mi iniquidad con perdona todos mis pecados (vers. 18) en el centro de la sección vers. 15-21 y por que son muchos en vers. 19. Las dos instrucciones a la congregación se unen por la palabra camino (vers. 8, 12), bueno (vers. 8, 13), y pacto (vers. 10, 14) al comienzo y final de cada sección respectivamente, y las dos peticiones (vers. 4-7 y 16-21) se unen por la oración de petición de perdón de pecado (vers. 7, 18). Las dos peticiones finales (vers. 20-21) regresan al lector a la introducción (vers. 1-3).
Fuente: La Biblia de las Américas
En este salmo, David clama a Dios por protección, guía y perdón (vv. Sal 25:1-7), describe algunos de los atributos de Dios (vv. Sal 25:8-14), y ora por liberación (vv. Sal 25:15-22). Con ligeras excepciones, cada versículo de este salmo acróstico alfabético comienza con una letra del alfabeto hebreo en su debido orden.