Biblia

Comentario de Salmos 25:2 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Salmos 25:2 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

¡Dios mío, en ti confío! No sea yo avergonzado. No triunfen sobre mí mis enemigos.

Dios mío. Sal 7:1; Sal 18:2; Sal 22:1, Sal 22:5, Sal 22:8; Sal 31:1; Sal 34:8; Sal 37:40; Sal 71:1; Isa 26:3; Isa 28:16; Isa 41:16; Isa 49:23; Rom 5:5; Rom 10:11; 1Pe 2:6.

no sea yo avergonzado. Sal 13:2-4; Sal 35:19-25; Sal 41:11; Sal 56:1; Sal 94:3; Sal 142:6; Isa 36:14-20; Isa 37:10, Isa 37:20, Isa 37:35.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

avergonzados. Vuelve el importante fenómeno de la vergüenza de los malvados y de no vergüenza para los rectos (cp. una expresión milenaria de este gran principio en Isa 49:23).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Salmo 25 (24): Salmo de súplica individual que incluye una amplia reflexión de tono sapiencial (Sal 25:8-15) sobre los caminos de Dios y las beneficiosas consecuencias que su conocimiento proporciona al ser humano. Formalmente se sigue el procedimiento del acróstico alfabético, es decir, cada versículo comienza por una de las 22 letras del alfabeto o “alefato” hebreo (ver Sal 9:1-20 y Sal 10:1-18; Sal 111:1-10; Sal 112:1-10; Sal 119:1-176).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Sal 7:1.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) “Oh Dios mío.” Heb.: ’Elo·hái. Esta expresión en M comienza este v. con otra ’Á·lef. “En ti” comienza con la letra heb. Behth.

REFERENCIAS CRUZADAS

b 709 Isa 26:3; Rom 10:11

c 710 Sal 13:4; Sal 35:19; Sal 41:11

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo