Biblia

Comentario de Salmos 28:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Salmos 28:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

(Salmo de David) A ti clamaré, oh Jehovah; Roca mía, no te hagas sordo para conmigo. No suceda que por quedarte en silencio ante mí, yo llegue a ser semejante a los que descienden a la fosa.

A ti clamaré. Sal 3:4; Sal 5:2; Sal 22:2; Sal 77:1; Sal 142:1.

oh Jehová. Sal 18:2; Sal 42:9; Isa 26:4.

no te desentiendas de mí, o no seas sordo para conmigo. Sal 35:22; Sal 83:1.

no sea yo … semejante a los que descienden al sepulcro. Sal 30:9; Sal 69:15; Sal 88:4-6; Sal 143:7; Job 33:28; Pro 1:12; Isa 38:18; Apo 20:3.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Oración ferviente de David en contra de sus enemigos, Sal 28:1-5;

y por el pueblo, Sal 28:6-9.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

un salmo de lamentación, es atribuido a David. El salmo incluye una oración contra los enemigos de David y una invocación real de alabanza al Señor. El salmo tiene cuatro movimientos:

(1) un llamado a Dios para que no esté en silencio (vv. Sal 28:1, Sal 28:2);

(2) una petición para que lo distinga de los malos y su merecido castigo (vv. Sal 28:3-5);

(3) una bendición del Señor por su obra en la vida del salmista (vv. Sal 28:6, Sal 28:7);

(4) alabanza para el Señor que libera a su ungido y a su pueblo (vv. Sal 28:8, Sal 28:9).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Roca mía: Para más referencias de Dios como fortaleza y refugio, véase Sal 91:1Sal 91:2.

no te desentiendas: Una de las manera en que David siente la distancia de Dios es su «silencio» (Sal 13:1Sal 22:1). David podía estar refiriéndose solamente a su falta de sentido de intimidad con Dios (Sal 27:4Sal 27:5), pero también es posible que esté esperando una palabra específica del Señor a través de un profeta o sacerdote.

al sepulcro es uno de los términos que se usan en los Salmos para designar a la muerte (Sal 9:17Sal 9:18Sal 16:10Sal 143:7). Como en el Sal 6:5, David pide que lo rescaten de la muerte para poder vivir alabando a Dios.

alzo mis manos: Una de las posturas habituales para la oración en la Biblia (Sal 134:2).

Foto de Gustav Jeeninga

El salmista decía que ni los macizos cedros del Líbano se mantenían en pie ante la fuerza y poder de Jehová (Sal 29:3-7).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

NO TE DESENTIENDAS DE MÍ. A veces un fiel creyente pudiera sentir que Dios no está escuchando sus oraciones (vv. Sal 28:1-3). Esa experiencia, sin embargo, no será la norma mientras él siga acercándose a Dios por medio de Cristo (véanse Heb 4:16; Heb 7:25). Después de un período de prueba, el Señor responderá y ayudará a sus hijos como un pastor cuida de sus ovejas (cf. Isa 40:11).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Salmo 28 (Vg 27): Suplica a Yahvé Para que Manifieste Su Justicia.
E l salmo es parecido al anterior, por el aire de confianza y súplica anhelante que en él impera. Tiene conciencia, de su inocencia, y por eso no quiere que se le reserve la suerte que corresponde a los impíos, es decir, la muerte prematura. Estos son gentes desaprensivas, que no reconocen las obras de Dios y, por tanto, merecen el más duro castigo. Seguro de que su justicia se manifiesta en esta vida, bendice a Dios, porque le ha de sacar de la situación angustiada en que se halla. Profundamente vinculado a los intereses de su pueblo y de su rey, pide a Dios que los proteja y bendiga.
Como los salmos anteriores, éste es atribuido al propio David; pero la mención del templo en el v.2 parece indicar que su composición es posterior a la erección de éste por Salomón. El estilo y léxico avalan su arcaísmo, y, por ello, los críticos modernos no tienen inconveniente en considerarlo de la época anterior al exilio, lo que está avalado por la alusión al “ungido” de Yahvé, el rey, símbolo de la nación elegida de Dios.

Súplica de auxilio a Yahvé (1-2).
1 De David. A ti clamo, ¡oh Yahvé! mi roca. No te desentiendas de mí *, no sea que, haciéndote el mudo respecto de mí, me asemeje a los que bajan a la fosa. 2 Oye la voz de mis súplicas cuando clamo a ti y elevo mis manos a tu santo recinto.

Estos dos versos tienen el aire de una introducción suplicante para destacar la urgencia de la intervención divina en favor del salmista en un momento angustioso de su vida. Yahvé ha sido siempre la roca inaccesible en la que siempre ha encontrado salvación contra los enemigos; pero ahora la situación es muy grave, y, si se desentiende de él, sucumbirá, yendo a parar a la fosa o sepulcro. La palabra hebrea puede designar también la región subterránea de los muertos, el seol 2. Quizá el salmista se halla en peligro de muerte por una enfermedad o por hostilidad de sus enemigos. En su impotencia no le queda sino dirigir sus súplicas a Dios y elevar sus manos hacia el templo o recinto sagrado de Yahvé, donde se hallaba presente de un modo especial para remediar y auxiliar a sus devotos 3. Este gesto de elevar las manos para orar es característico de las religiones antiguas, tanto en Israel como en Egipto y Asiría4. Simboliza, el ansia ascensional del alma hacia Dios, que habita en lo alto. Entre los israelitas, el templo era punto de convergencia de la vida religiosa, y aun cuando estaban fuera de él, procuraban orar en dirección al lugar en que se asentaba; así lo hacían los exilados de Babilonia5; y, dentro del templo, los orantes miraban hacia el santo de los santos, que era la parte más sagrada del conjunto de construcciones del templo salomónico. El salmista, pues, piensa en este recinto sagrado, objeto de sus ilusiones litúrgicas. Allí estaba el arca, símbolo de la presencia sensible de Yahvé en su pueblo 6.

Reproches contra los impíos (3-5).
3 No me arrebates juntamente con los malvados, con los obradores de iniquidad, los que hablan paz a su prójimo, mientras está su corazón lleno de maldad. 4 Retribuyelos conforme a sus obras, conforme a la malicia de sus acciones; págales conforme a la obra de sus manos, dales su merecido. 5 Porque no atienden a las obras de Yahvé, a la obra de sus manos. Los derribará y no los reedificará.

El salmista, que tiene conciencia de su fidelidad a su Dios, no quiere sufrir la suerte de los impíos, es decir, morir con muerte prematura, que en la mentalidad del A.T. era el castigo propio de los que se apartaban de la ley divina. Dios da aquí a cada uno conforme a sus obras – no hay esperanza de retribución en ultratumba -, y por eso los justos ansian vivir largos días en amistad con su Dios. Probablemente el salmista se hallaba en peligro de muerte por efecto de una enfermedad o una epidemia – aunque no la menciona – y.pide a su Dios que, conforme a sus obras, no le deje bajar al sepulcro. Esto es lo que merecen los obradores de iniquidad. Son gentes hipócritas, pues mientras exteriormente dan el saludo de paz (aún hoy día entre los judíos y árabes el saludo es el deseo de la paz), en su corazón maquinan maldad contra el prójimo7. Por ello, el salmista, en un arranque de sentimiento de justicia, pide a Dios que les dé su merecido. Todavía estamos muy lejos de la perspectiva evangélica del perdón y del amor al prójimo, incluso con los enemigos8. La moral del A.T. es muy baja en comparación con la de la plena revelación del Evangelio. Por eso no debemos sorprendernos de estos desahogos vindicativos de espíritus rectos que no tenían todavía la panorámica de la retribución en ultratumba. Los salmistas quieren, en consecuencia, que la justicia divina se manifieste en esta vida, para que todos vean que Dios protege y premia la virtud, mientras que castiga inexorablemente el pecado. En realidad, los impíos son ateos prácticos, pues no atienden a las obras de Yahvé (v.5), es decir, no reconocen la intervención de la Providencia en el mundo, y, por tanto, niegan que premie la virtud y castigue el pecado. Las obras de Yahvé (providencia y retribución en esta vida, con la protección al virtuoso) están en oposición a las obras de las manos de los malvados, que actúan con falsía en sus relaciones con el prójimo (v.4) 9. Pero su proceder impío no puede prosperar, pues Yahvé los derribará y no permitirá que vuelvan a reedificar su vida sobre su mala conducta. Es una confesión de fe en la justicia divina en este mundo.

Acción de gracias (6-9).
6 ¡Bendito sea Yahvé, porque ha escuchado la voz de mis súplicas! 7 Yahvé es mi fortaleza y mi escudo; en El confió mi corazón y fui socorrido; y mi corazón salta de gozo, y le alabaré con mis cánticos. 8 Es Yahvé la fortaleza de su pueblo, es el salvador escudo de su ungido. 9 ¡Salva a tu pueblo y bendice tu heredad, sé su pastor y levántalos por siempre!

Un nuevo estado psicológico del salmista: después de solicitar auxilio para no verse envuelto en la suerte de los impíos, destinados al sepulcro, reacciona confiado en su fe en la justicia divina, y tiene conciencia de haber sido escuchado en su súplica de auxilio. En los salmos no es raro este cambio brusco psicológico de súplica anhelante a la acción de gracias por el beneficio obtenido. Los salmistas dramatizan como poetas las situaciones, y así, describiendo una pasada angustia y liberación, la presentan como actual para lograr un mayor efecto literario. Así, aquí primero refleja sus momentos de angustia, y a continuación su liberación gracias a la intervención divina. Una vez más Yahvé le ha escuchado, y por ello se siente espiritual y físicamente rejuvenecido en su corazón, que salta de gozo (v.7). Yahvé es su protector, y por ello prorrumpe en cantos de alabanza 10.
Inesperadamente desaparece el problema personal del salmista, y se presenta a Yahvé como el defensor de su pueblo y salvador de su ungido, el rey (v.8). Todo esto parece adición posterior para el servicio litúrgico en el templo. El director de coro ha creído necesario hacer una aplicación a la salvación de Israel. La protección dispensada al salmista en un momento angustiado de su vida es prenda de la protección que Yahvé dispensará siempre a su pueblo, que es su heredad, y el símbolo de los intereses del pueblo israelita es el ungido de Yahvé, su rey 12. En realidad, Yahvé se halla vinculado de un modo particular con su heredad, pues es su Pastor 13, y, como tal, lo levantará en brazos juntamente con su ungido, como lo hace el pastor con las ovejas débiles en las marchas agota-] doras por la estepa. Israel es como un niño delicado que Yahvé HeJ va en sus brazos l4. El salmista, pues, parece jugar con este doble símil, y pide a Dios que levante en sus brazos a Israel y a su rey!

1 Lit. en heb. “no permanezcas silencioso frente a mí.” – 2 Cf. Sal 22:29; Sal 88:4; Pro 1:12. – 3 Cf. Sal 63:4; Sal 141:2; Lam 2:19; Lam 3:41; 1Ti 2:8. – 4 Véase P. Dhorme, L’emploi métaphorique des parís du corp 145. – 5 Cf. Dan 6:11. – 6 Cf. 1Re 6:16s; 1Re 8:6. – 7 Cf. Ose 9:14; Jer 32:19; Isa 3:11; Sal 7:15-17; Sal 18:27-28; Sal 54:7. – 8 Cf. Mt S.441 Luc 6:27.35 – 9 Cf. Isa 1:16; Isa 3:8-11; Isa 5:12.19; Isa 22:11. – 10 Cf. Sal 5:11 Sararí. – 11 Cf. Deu 4:20; Deu 4:0, Deu 4:26; Sal 74:2, – 12 Cf. Sal 72:15; Sal 61:7-8; Sal 84:10; Hab 3:13; Sam 2:10; Sal 63:12. – 13 Cf. Sal 23:1; Isa 40:11. – 14 Cf. Isa 40:11; Deu 1:31; Isa 46:3.4; Isa 63:9; Exo 19:4; Deu 32:11.

Fuente: Biblia Comentada

te desentiendas … dejándome. Acerca de la llamativa imagen de Dios como sordo y mudo tocante a su situación, (cp. Sal 35:22; Sal 83:1; Sal 109:1; Isa 57:11; Isa 64:12; Isa 65:6; Hab 1:13).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Nos encontramos con un giro radical de las lamentaciones y ruegos a la acción de gracias. El salmista, sin contemplar sus circunstancias no cambiadas, exhibe confianza en medio de la crisis. David, moviéndose por dos ciclos de crisis y confianza, exalta la justicia de Dios.

I. Primer ciclo: De perspectiva individual, y culminando en alabanza (Sal 28:1-7)

A. Su crisis personal (Sal 28:1-5 b)

B. Su confianza personal (Sal 28:5 c – Sal 28:7)

II. Segundo ciclo: De perspectiva colectiva, y culmina en oración (Sal 28:8-9)

A. Su certidumbre a la luz de la confianza colectiva (Sal 28:8)

B. Su ruego frente a la crisis colectiva (Sal 28:9)

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Salmo 28 (27): Salmo de súplica y acción de gracias individual que incluye una plegaria final por el pueblo (28,9).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Sal 35:22; Sal 39:12.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— como los muertos: Alusión a una situación de peligro extremo que amenaza la propia vida y motiva el grito de auxilio que se dirige a Dios.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Salmo 28. Una Plegaria Pidiendo Justicia Imparcial

Los vínculos entre éste y los Sal. 26 y 27 sugieren que David todavía se encuentra en la misma situación en que peligra su vida, ver vv. 3-5; 26:9, 10; 27:2, 12. La casa del Señor es importante en los tres: 26:6-8, el centro de la religión de David y 27:4, 5 de su comunión con el Señor; 28:2 con el origen del auxilio. Cada uno termina (26:12; 27:14; 28:9) con alguna referencia a, o preocupación por, la compañía más amplia del pueblo de Dios. Para David, el momento de dificultades era el momento para concentrarse firme en el Señor y en el cuidado del pueblo. Pero el Sal. 28 arroja su propia luz sobre la situación de David: Su difícil situación terminará en su muerte a menos que el Señor actúe (1), y sus circunstancias son tales que su muerte en este momento lo identificaría con los impíos (3). Su temor no es a la muerte en sí sino a “una muerte con una deshonra inmerecida” (Kidner).

El comienzo y el final del Salmo están vinculados por mis ruegos pidiendo misericordia (2, 6). En los vv. 1, 2 la oración pidiendo ser atendido (1) es seguida por el clamor (2); en los vv. 6-9, el clamor escuchado motiva la alabanza (6, 7) y conduce a la oración en favor del pueblo del Señor (8, 9). En los versículos de en medio, David ora pidiendo que su destino sea aparte del de los impíos (3), que reciban ellos lo que se merecen (4), afirmando (5) que esto expresa la justicia retributiva de Dios.

1 La fosa, muerte bajo la ira de Dios (30:3; 88:4), con el rostro de Dios escondido (143:7) (cf. Isa. 14:15, 19; Eze. 32:18, 23). Sobre esto vea el v. 3. 2 Lugar santísimo, “santuario”, la expresión que llegó a usarse en el templo de Salomón para referirse al lugar santísimo (1 Rey. 6:16, etc.). David apela en la misma presencia del Señor, como el privilegio y poder que da la oración. 3-5 Así como David evitaba la compañía de los impíos (26:4) y buscaba escapar de sus garras (27:12), desea también separarse de su deshonra. La justicia del Señor es retributiva, y una conciencia tranquila como la de David (Sal. 26) naturalmente se identifica con la santidad de Dios y, sabiéndose inocente, ora que la justicia se cumpla. Si esta vigorosa oración nos ofende, no será por nuestra refinada sensibilidad sino por nuestra conciencia inmadura. Está bien orar por la derrota de los impíos como está bien orar pidiendo bendición sobre la iglesia (9); requiere mayor santidad si hemos de hacer lo primero sin pecar.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

28.3-5 Es muy fácil fingir una amistad. La gente malvada a veces nos monta un teatro de bondad y amistad para lograr lo que quiere. David, como rey, pudo haber conocido mucha gente que le fingió amistad para lograr sus propias metas. David sabía que Dios los castigaría llegado el momento, pero oró que su castigo llegara rápidamente. Los verdaderos creyentes deberían ser sinceros y francos en todas sus relaciones.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) O: “no te apartes de mí en silencio”.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 819 Sal 18:3

b 820 Deu 32:4; Sal 42:9; Isa 26:4

c 821 Sal 35:22; Sal 83:1

d 822 Job 33:28; Sal 30:9; Sal 69:15; Isa 38:18

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Salmo 28 Es una petición de liberación de los enemigos impíos y una imprecación contra ellos. El Salmo tiene dos partes principales: Petición (vers. 1-4) y adoración (vers. 6-9), con un verso central en el que se promete la respuesta del Señor a la oración del rey (vers. 5). El salmista primero le pide a Dios que conteste su oración (vers. 1, 2) y entonces que lo libre de la muerte y que ejerza la retribución merecida a los malvados (vers. 3, 4). El verso central está unido a la petición al contrastar los hechos de los malvados (vers. 3, 4) con los hechos del Señor (vers. 5) así como la obra de sus manos (vers. 4) con la obra de Dios (vers. 5). La sección de alabanza comienza con la acción de gracias de David (vers. 6, 7) y concluye con una declaración que el Señor salva a su rey (es decir, a su ungido) y una petición por la protección de la nación. Las dos partes se mantienen unidas por el nombre de Dios ( S eñor , vers. 1, 6) así como escucha…oído la voz de mis súplicas (vers. 2, 6). Este Salmo aparentemente se cantaba en el santuario (vers. 2).

Fuente: La Biblia de las Américas

no te desentiendas. En sentido de no responder.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

En este salmo de lamentación, David pide a Dios que lo libre del justo juicio que sus enemigos merecen (vv. Sal 28:1-4), confiadamente predice el castigo de ellos (v. Sal 28:5), públicamente alaba a Dios por la seguridad de la respuesta a su oración (vv. Sal 28:6-8), y pide al Señor que salve a Israel (v. Sal 28:9).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie