Comentario de Salmos 33:18 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
El ojo de Jehovah está sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia,
El ojo de Jehová. Sal 34:15-20; Sal 147:11; Job 36:7; 1Pe 3:12.
sobre los que esperan en su misericordia. Sal 13:5; Sal 52:8; Rom 4:4-8; Heb 6:18.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
ojo de Jehová: Esta es una imagen especialmente cálida del cuidado de Dios para con su pueblo, pero Él mira con deleite a los que le temen y esperan en su misericordia (Sal 147:11).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
EL OJO DE JEHOVÁ [ESTÁ] SOBRE LOS QUE LE TEMEN. Aunque «el ojo de Jehová» esta sobre todas las personas (Sal 33:13-14), se fija de una manera especial en «los que le temen» (véase Sal 34:15). El «ojo» de Dios se refiere al amor de Dios y su cuidado providencial de la vida de sus hijos. «Para librar sus almas de la muerte, y… de[l] hambre» quiere decir que mientras los creyentes teman al Señor, esperen en Él y permanezcan en su voluntad, Dios cuidará de ellos y los protegerá para que no mueran a menos que sea conforme a su plan. Para más información sobre el significado bíblico de la esperanza en Dios, véase el ARTÍCULO LA ESPERANZA BÍBLICA, P. 736. [Sal 33:18-19].
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
ARTÍCULO
La esperanza bíblica
Sal 33:18-19 He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus almas de la muerte, y para darles vida en tiempo de hambre.
DEFINICIÓN DE LA ESPERANZA BÍBLICA. Por su naturaleza misma, la esperanza está relacionada con el futuro (cf. Rom 8:24-25). Sin embargo, abarca mucho más que un simple deseo sobre algo en el futuro; la esperanza bíblica consiste de certidumbre en el corazón, incluso una firme seguridad, en cuanto a las cosas futuras, porque esas cosas se basan en las promesas y en la revelación de Dios. En otras palabras, la esperanza bíblica está vinculada inseparablemente con una fe firme (Rom 15:13; Heb 11:1) y una segura confianza en Dios (Sal 33:21-22). El salmista lo expresa más claramente cuando compara la «confianza» con la «esperanza»: «No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación… Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en Jehová su Dios» (Sal 146:3, Sal 146:5; cf. Jer 17:7). Por consiguiente, la segura esperanza del creyente es una esperanza que «no avergüenza» (Rom 5:5), es decir, no lo desilusiona con promesas vacías (cf. Sal 22:4-5; Isa 49:23). Por lo tanto, la esperanza es un ancla para el creyente en medio de la vida (Heb 6:19-20).
EL FUNDAMENTO DE LA ESPERANZA DEL CREYENTE. El fundamento de la esperanza segura del creyente se deriva de la naturaleza de Dios, de Jesucristo y de la palabra de Dios.
(1) Las Escrituras revelan cómo Dios se muestra poderosamente en nombre de su pueblo. El Sal 22:1-31, por ejemplo, revela la lucha de David con una situación personal que amenaza su vida; sin embargo, cuando él reflexiona sobre las acciones de Dios en el pasado, se siente seguro de que Dios lo librará: «En ti esperaron nuestros padres; esperaron, y tú los libraste» (Sal 22:4). El poder milagroso que el Dios Creador ha manifestado para el beneficio de su pueblo fiel es evidente en el éxodo, la conquista de Canaán, los milagros de Jesús y los apóstoles, y cosas por el estilo, todo lo cual debe edificar la seguridad en el Señor Dios como quien socorre al creyente (cf. Sal 105:1-45; Sal 124:8; Heb 13:6; véase Éxo 6:7, nota). Por otra parte, los que están sin Dios no tienen razón alguna de esperanza (Efe 2:12; 1Ts 4:13).
(2) La plenitud de la revelación del nuevo pacto en Jesucristo proporciona aún más razón para una esperanza segura en Dios. Para los creyentes, el Hijo de Dios vino a destruir las obras del diablo (1Jn 3:8), «el dios de este siglo» (2Co 4:4; cf. Gál 1:4; Heb 2:14; véanse 1Jn 5:19, nota, y el ARTÍCULO EL SUFRIMIENTO DE LOS JUSTOS, P. 657. [Job 2:7-8]). Al echar fuera demonios durante su ministerio terrenal, Jesús demostró su poder sobre Satanás (véase el ARTÍCULO PODER SOBRE SATANÁS Y LOS DEMONIOS, P. 1354. [Mar 3:27]). Además, por su muerte y resurrección Él aniquiló el poder del reino de Satanás (Jua 12:31) y mostró el poder del reino de Dios (véase el ARTÍCULO EL REINO DE DIOS, P. 1302. [Mat 12:28]). No es de extrañarse, por lo tanto, que Pedro exclame con respecto a la esperanza del creyente: «Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que… nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos» (1Pe 1:3). Por lo tanto, a Jesús se le llama la «esperanza» del creyente (Col 1:27; 1Ti 1:1); y se debe poner la esperanza en Él mediante el poder del Espíritu Santo (Rom 15:12-13; cf. 1Pe 1:13; véase Éxo 17:11, nota).
(3) La palabra de Dios es el tercer fundamento de esperanza. Dios reveló su palabra por medio de los santos profetas y apóstoles de antaño, a quienes Él inspiró por medio del Espíritu Santo para que escribieran sin error (2Ti 3:16; 2Pe 1:19-21; véase el ARTÍCULO LA INSPIRACIÓN Y LA AUTORIDAD DE LA BIBLIA, P. 1756. [2Ti 3:16-17]). Como su palabra permanece para siempre en los cielos (Sal 119:89), se puede poner la esperanza en esa palabra (Sal 119:49, Sal 119:74, Sal 119:81, Sal 119:114, Sal 119:147; Sal 130:5; cf. Hch 26:6; Rom 15:4). En realidad, todo lo que se sabe de Dios y de Jesucristo está revelado en las Escrituras infalibles.
CONTENIDO DE LA ESPERANZA DEL CREYENTE. La suprema esperanza y confianza del creyente no debe estar en otros seres humanos (Sal 33:16-17; Sal 147:10-11) ni en las posesiones materiales o el dinero (Sal 20:7; Mat 6:19-21; Luc 12:13-21; 1Ti 6:17; véanse Núm 18:20, nota, y el ARTÍCULO LAS RIQUEZAS Y LA POBREZA, P. 1428. [Luc 18:24-25]); más bien, debe estar en Dios, en su Hijo Jesucristo y en su palabra. ¿Y qué abarca esta esperanza?
(1) Hay esperanza en la gracia y la liberación de Dios en los sufrimientos por los que se debe pasar en la vida actual (Sal 33:18-19; Sal 42:1-5; Sal 71:1-5; Sal 71:13-14; Jer 17:17-18).
(2) Hay la esperanza de que llegará el tiempo en que finalmente terminarán los sufrimientos en la tierra, en que la tierra dejará de estar sujeta a la corrupción, y en que ocurrirá la redención (resurrección) del cuerpo (Rom 8:18-25; cf. Sal 16:9-10; 2Pe 3:12; véanse Hch 24:15, nota, y el ARTÍCULO La RESURRECCIÓN DEL CUERPO, P. 1640. [1Co 15:35]).
(3) Hay la esperanza de la consumación de la salvación (1Ts 5:8; véase el ARTÍCULO TÉRMINOS BÍBLICOS DE LA SALVACIÓN, P. 1572. [Rom 1:16]).
(4) Hay la esperanza de una residencia en el cielo nuevo (2Co 5:1-5; 2Pe 3:13; véase Jua 14:2, nota), en aquella ciudad cuyo arquitecto y constructor es Dios (Heb 11:10).
(5) Hay la bendita esperanza de la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador Jesucristo (Tit 2:13), cuando los creyentes sean arrebatados de la tierra para recibir al Señor en el aire (1Ts 4:13-18; véase el ARTÍCULO EL ARREBATAMIENTO, P. 1724. [1Ts 4:16-17]), y cuando los creyentes lo vean como Él es y lleguen a ser como Él (1Jn 3:2-3; cf. Flp 3:20-21).
(6) Hay la esperanza de recibir una corona de justicia (2Ti 4:8), de gloria (1Pe 5:4) y de vida (Apo 2:10).
(7) Por último, hay la esperanza de vida eterna (Tit 1:2; Tit 3:7), la vida garantizada a todos los que confían en el Señor Jesucristo y lo obedecen (Jua 3:16, Jua 3:36; Jua 6:47; 1Jn 5:11-13). Con tales promesas tan grandes reservadas para los que esperan en Dios y en su Hijo Jesucristo, Pedro advierte: «Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros» (1Pe 3:15).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Sal 34:15.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
f 1017 Job 36:7; Sal 34:15; 1Pe 3:12
g 1018 Sal 147:11
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Lit., el ojo