Yo me acosté y dormí. Desperté, porque Jehovah me sostuvo.
Yo me acosté y dormí. Sal 4:8; Sal 127:2; Lev 26:6; Job 11:18, Job 11:19; Pro 3:24; Hch 12:6.
Jehová me sustentaba. Sal 4:8; Sal 66:9; Pro 14:26; Pro 18:10; Isa 26:3.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Yo me acosté y dormí: Dada la tensión que David enfrentaba, es notable que fuera capaz de disfrutar de una noche de descanso. Esto sólo era posible a causa del poder sustentador de Dios. El don del descanso de Dios se puede dar hasta en los momentos más problemáticos.
No temeré: Cuando Dios es nuestro protector, no hay que temer (Sal 23:4; Sal 27:3; Sal 118:6).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
YO ME ACOSTÉ Y DORMÍ. Los creyentes que con fervor invocan a Dios y constantemente confiar: en su fidelidad, con la seguridad de que Él oye (Sal 3:4), pueden acostarse en paz y dormir seguros (cf. Sal 4:8). Dios los sustentará y les ministrará su gracia aun mientras duermen (véanse Sal 127:2; Pro 3:24).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Yo me acosté y dormí. Por cuanto Dios es conocido por su constante protección, David podía descansar en las circunstancias de mayor aprieto.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Sal 4:8; Pro 3:24.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— el Señor me sostiene: Con esta imagen del descanso nocturno se refuerza la expresión de sosiego y calma de quien se sabe protegido por Dios en medio de la adversidad.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
i 52 Sal 4:8; Sal 127:2; Pro 3:24