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Comentario de Salmos 35:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Salmos 35:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

(Salmo de David) Contiende, oh Jehovah, con los que contienden contra mí; combate a los que me combaten.

Año 1062 a.C.

Disputa, oh Jehová. Sal 43:1; Sal 119:154; 1Sa 24:15; Pro 22:23; Pro 23:11; Jer 51:36; Lam 3:58; Miq 7:9.

Pelea con los que me combaten. Éxo 14:25; Jos 10:42; Neh 4:20; Hch 5:39; Hch 23:9.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

David ora por su propia seguridad y por la confusión de sus enemigos, Sal 35:1-10.

Se queja por el equivocado trato de ellos, Sal 35:11-21.

De tal manera que incita a Dios en contra de ellos, Sal 35:22-28.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

es un salmo de lamentación y protesta por la inocencia (Sal 17:1-15; Sal 26:1-12; Sal 43:1-5; Sal 69:1-36). Como el Sal 94:1-23, este poema de David pone un énfasis no acostumbrado en el papel de sus enemigos. Algunas veces se lo llama salmo imprecatorio. La estructura del salmo es la siguiente:

(1) un llamado al Dios guerrero y juez para que defienda la causa del salmista (vv. Sal 35:1-3);

(2) una serie de peticiones para que Dios deshonre a sus enemigos, libere a su siervo y se glorifique a sí mismo (vv. Sal 35:4-10);

(3) una segunda serie de peticiones y promesas (vv. Sal 35:11-18);

(4) una tercera serie de peticiones y promesas (vv. Sal 35:19-28).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Disputa: es la clásica protesta de inocencia (Sal 17:1-15Sal 26:1-12Sal 43:1-5Sal 69:1-36). David es atacado por error, de modo que ruega a Dios para que lo libere de estos ataques (Sal 94:1-23).

levántate en mi ayuda: David no teme pedir a Dios que tome las armas como un soldado y luche por él. El salmista no se acobarda al pedirle a Dios que lo consuele diciendo las palabras: Yo soy tu salvación. Todas estas demandas demostraban la completa dependencia de David en el Señor.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

PELEA CONTRA LOS QUE ME COMBATEN. A este salmo se le llama un salmo imprecatorio, que quiere decir que el salmista le pide a Dios que juzgue a los enemigos de su pueblo y derribe a los malos (véanse Sal 69:1-36; Sal 109:1-31; Sal 137:1-9; Neh 6:14; Neh 13:29; Jer 15:15; Jer 17:18; Gál 5:12; 2Ti 4:14; Apo 6:10). Aunque se les enseña a los creyentes que perdonen a sus enemigos (Luc 23:34) y que oren por la salvación de ellos (Mat 5:39, Mat 5:44), llega un momento en que deben pedir que cese la maldad y se le haga justicia al inocente. Los creyentes deben estar preocupados de manera vital por las víctimas de la crueldad, la opresión y la maldad. Se debe decir algo más sobre los salmos imprecatorios:

(1) Son oraciones por la liberación de la injusticia, del crimen y de la opresión. Los creyentes tienen derecho a pedir que Dios los proteja de los malvados.

(2) Son súplicas a Dios para que administre justicia y envíe, sobre los malos, castigos que estén en proporción con su delito (véase Sal 28:4). Si Dios o el gobierno humano no garantizan justo castigo, reinarán la violencia y el caos en la sociedad (véanse Deu 25:1-3; Rom 13:3-4; 1Pe 2:13-14).

(3) Al leer estas oraciones, nótese que el salmista no toma la venganza en sus manos sino que la encomienda a Dios (cf. Deu 32:35; Pro 20:22; Rom 12:19).

(4) Los salmos imprecatorios ponen de relieve la verdad de que cuando la iniquidad de los malos llega al colmo, el Señor en su justicia sí juzga y destruye (véanse Gén 15:16; Lev 18:24; Apo 6:10; Apo 6:17).

(5) Debe recordarse que estas oraciones son palabras inspiradas del Espíritu Santo (cf. 2Ti 3:16-17; 2Pe 1:19-21) y no sólo una expresión del deseo humano del salmista.

(6) La meta suprema de una oración imprecatoria es el ver el fin de la injusticia y la crueldad, la destrucción de la maldad, la derrota de Satanás, la exaltación de la piedad, el establecimiento de la justicia y la venida del reino de Dios. Esa meta es un asunto dominante en el NT. Cristo mismo afirma que los verdaderos creyentes pueden orar por la vindicación de los justos. Se responde la oración de la viuda de que le hiciera «justicia de [su] adversario» (Luc 18:3) con la afirmación de Jesús de que Dios «hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche» (Luc 18:7; cf. Apo 6:9-10).

(7) Los creyentes deben mantener en equilibrio dos principios bíblicos:

(a) el deseo de ver a todas las personas llegar a un conocimiento salvador de Jesucristo (cf. 2Pe 3:9), y

(b) el deseo de ver la maldad destruida y el reino de Dios victorioso. Se debe orar fervientemente por la salvación de los perdidos y llorar por los que rechazan el evangelio. Pero también se debe saber que nunca se establecerán la justicia, la bondad y el amor según el propósito de Dios hasta que se venza el mal y se aplaste para siempre a Satanás y sus seguidores (véanse Apo 6:10, Apo 6:17; Apo 19:1-21. Apo 20:1-15. Apo 21:1-27). Los fieles deben orar: «Ven, Señor Jesús» (Apo 22:20) como la suprema y definitiva solución de Dios para el mal en el mundo.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Salmo 35 (Vg 34): Plegaria del Justo contra los Perseguidores.
Este salmo es un mosaico de expresiones que ya hemos encontrado en otras composiciones de esta colección atribuida a David. En el fondo es una súplica individual de un justo que se siente enfermo, perseguido y acusado por sus adversarios. Puede dividirse bien esta composición en dos partes, terminando cada una de ellas con una promesa de acción de gracias: a) súplica de castigo sobre los enemigos perseguidores (i-ίο); b) maquinaciones injustas de los adversarios del salmista (11-28). Esta segunda parte puede dividirse en dos fragmentos: las acusaciones de los enemigos del salmista son injustas (11-18); deseos de que se manifieste la justicia divina sobre ellos (19-28). En la primera parte se insiste sobre la injusticia del odio que le tienen; en la segunda, en la ingratitud de sus adversarios, y en la tercera, sobre la crueldad y alegría maligna de los que se gozan de sus males. En este sentido se puede hablar de cierta unidad de tema, que se desarrolla gradualmente.
La métrica no es fácil de establecer, y el estilo es oscuro y monótono, aunque no carente de expresión vigorosa. Según el título, es de David; y en este supuesto se buscan las circunstancias de la persecución sañuda de Saúl o de su hijo Absalón como sugeridoras de este poema salmódico 1. Los críticos modernos ven en este salmo dependencias literarias de Isaías y Jeremías, y por ello creen que es de la época sapiencial postexílica 2.

Invocación contra los perseguidores injustos (1-10).
l De David. Contiende, ¡oh Yahvé! con mis contrincantes, combate a los que luchan contra mí. 2 Empuña el escudo y la adarga y álzate en ayuda mía. 3 Enristra la lanza y cierra al encuentro de mis enemigos; di a mi alma: “Yo soy tu salvación.” 4Sean confundidos y avergonzados los que buscan mi vida. Retrocedan, cubiertos de ignominia, los que maquinan el mal. 5 Sean como paja al viento; persígalos el ángel de Yahvé. 6 Sea su camino tiniebla y resbaladero, y el ángel de Yahvé los acose. 7Porque sin causa me tendieron la red, sin motivo cavaron una fosa a mi alma 3. 8 Sorpréndalos inesperadamente la ruina, y sean capturados en la red que tendieron, y caigan en la fosa que cavaron. 9 Y mi alma se alegrará en Yahvé y se gozará en su salvación. 10 Todos mis huesos dirán: ¿Quién semejante a ti, ¡oh Yahvé! que libras al desvalido del poderoso, al pobre y al afligido de quien le despoja?

En estilo vigoroso y metafórico, el salmista, acosado por sus adversarios, pide a Yahvé que se levante en su ayuda como invencible guerrero y campeón de la justicia, reivindicando los derechos de los afligidos. Su causa se decide en el campo de batalla y en la sala de juicio4, Es necesario que resplandezca la razón del injustamente perseguido; y para ello, si es preciso, Yahvé debe intervenir violentamente con sus adversarios. Las metáforas son bellas y atrevidas, conforme a la mejor tradición de la literatura poética bíblica. Yahvé es presentado como un hombre de guerra que sale en defensa de los suyos5; es el mejor modo de decir a su alma que El es su salvación.
Después de pedir el auxilio divino, el salmista se desahoga, conforme al módulo vindicativo de la literatura punitiva del A.T., contra sus enemigos, a los que desea ver confundidos, presa de la justicia divina6; incluso desea la intervención justiciera del ángel de Yahvé. En Sal 34:8 se decía que el ángel de Yahvé acampa en torno a los justos para defenderlos contra sus adversarios; aquí el salmista desea que no sólo le defienda, sino que ataque y acose a sus enemigos, lanzándolos lejos como paja al viento 7, llevada sin consistencia en todas las direcciones. Su camino sea lleno de tinieblas, para que a causa de sus obstáculos se les convierta en verdadero resbaladero (v.6), cayendo a cada paso bajo el peso del infortunio. En Jer 23:12 encontramos expresiones semejantes: “sus caminos se les van a volver en resbaladeros en medio de tinieblas. Serán empujados por él y caerán, pues voy a hacer sobrevenir sobre ellos males el año de la cuenta, dice el Señor.” La dependencia literaria de este fragmento es clara por parte del salmista. A nosotros nos resultan duras estas expresiones, porque vivimos en un estadio de revelación muy superior, cual es el de la moral evangélica, basada en el perdón de las injurias y en el amor al enemigo; pero hemos de tener en cuenta que el nivel moral y espiritual de lo más selecto del A.T. está muy lejos del ideal evangélico, y, por tanto, sus reacciones morales son más primarias. Por otra parte, no debemos perder de vista que las frases son radicales y extremosas, conforme al módulo literario de los autores orientales; y, además, el salmista ve en su causa la del propio Dios de justicia; por ello desea que en su caso se manifieste la justicia divina contra los enemigos del orden moral.
Los impíos se han portado dolosamente con el salmista, pues, como cazadores expertos, se han dedicado a tender la red para que caiga en ella como en traidora fosa. También aquí encontramos dependencia del estilo de Jeremías: “Me cavan una hoya…, me han cavado una trampa donde cogerme y tendieron a mis pies lazos ocultos” 8. Sin embargo, este símil no es raro en el Salterio 9. El salmista pide a Dios que sus enemigos caigan en las trampas que le tienden en pago a sus malignas maquinaciones 10. Quizá el salmista en estos desahogos representa no sólo su situación personal, sino la colectividad de los justos perseguidos en la sociedad israelita.
El castigo de los enemigos perseguidores será ocasión de alegría en el justo perseguido, porque en su salvación verá la manifestación de la justicia divina, en la que tanto tiempo confió frente a las burlas de sus adversarios H. Sus mismos huesos – es decir, todo su cuerpo – participarán de esta íntima alegría, pues en su salvación se manifestará la omnipotencia de Yahvé, que no tiene par cuando se trata de hacer justicia y librar al desvalido y afligido frente a su despojador 12. Quizá en la palabra huesos haya una alusión a un estado de postración física del salmista como consecuencia de su enfermedad 13, pero puede ser una metáfora para recalcar la gran alegría que recibirá al ser liberado.

Los perseguidores del salmista son crueles e ingratos (11-18).
11 Alzáronse testigos violentos para demandarme lo que no sabía. 12 Pagáronme mal por bien para abatir mi alma. 13 Yo, empero, cuando ellos estuvieron enfermos, me vestí de saco, afligiendo con el ayuno mi alma, y repetía en mi pecho las plegarias. 14Me porté (con ellos) como con un amigo, como con un hermano; como si llevase luto por mi madre, (andaba) sombrío y encorvado. 15Pero ellos se alegraban de mi vacilación y se confabulaban y reunían contra mí, hiriéndome sin yo saberlo, gritando sin descanso14. 16Se burlan de mí, haciendo mofa. y rechinan contra mí sus dientes. 17¿Hasta cuándo, ¡oh Señor! estarás de espectador? Libra mi alma de los que rugen 15, mi única de los cachorros de león. 18 Te alabaré en medio de la gran asamblea, te ensalzaré en medio de un pueblo poderoso.

En esta segunda parte parece que se insinúa que los adversarios del salmista han lanzado contra él falsos testimonios, comprometiendo su fama y su situación social. Le achacan acciones de las que él no tiene conciencia. Son gentes violentas, que no tienen consideración con las exigencias de la justicia 16; por ello no tienen inconveniente en atrepellar violentamente al justo. Los que suponen que el salmo es de David, creen que aquí se alude a las maquinaciones de sus enemigos en la corte de Saúl, que le acusaban de conspirar contra el rey 17. En realidad, la afirmación del salmista puede aplicarse a cualquier situación de un inocente injustamente acusado. Esta conducta maligna tiene la agravante de su ingratitud, pues pagaron al salmista mal por bien (v.12) 18. Y a continuación explica su conducta anterior con sus actuales enemigos: cuando estaban enfermos, oró fervorosamente por ellos a Dios, sin ahorrar ayunos y demostraciones externas de penitencia, como el vestirse de saco 19. En su exceso de compasión se mostraba con vestidos de luto, como si fuera un familiar querido 20. A esta conducta generosa y desinteresada han respondido ellos alegrándose de su vacilación o infortunio en la vida, ya sea una enfermedad o una desgracia 21; y, además, se confabulaban conspirando contra él, considerándole como un desamparado y maldito de Dios 22. Como a tal le calumnian y atacan, rechinando los dientes contra él, como la fiera que se apresta a lanzarse sobre la presa 23. Así acosado, el salmista se considera rodeado de leones rugientes, ávidos de caer sobre su única, es decir, su vida, que constituye su único bien 24. Por ello pide ansiosamente a Dios que le libre de sus enemigos, prometiendo expresar solemnemente sus gracias en la gran asamblea del pueblo, reunido sin duda en el templo 25.

Súplica ardiente para que se reconozca su inocencia (19-29).
19 No se alegren de mí mis falsarios enemigos, no se guiñen el ojo los que sin motivo me aborrecen. 20 Pues tú tienes palabras de paz, y contra los mansos de la tierra traman palabras fraudulentas. 21 Abren contra mí sus bocas, diciendo: “¡Ah, ah! Lo vieron nuestros ojos.” 22 ¿No lo ves, Yahvé? ¡No calles! ¡Señor mío, no te alejes de mí! 23 ¡Despierta y álzate en favor de mi derecho, Dios mío y Señor mío, (sal) en mi defensa! 24 Júzgame según tu justicia, Yahvé, Señor mío, y no se alegren de mí. 25 Que no puedan decir en su corazón: “¡Eah! (Este era) nuestro deseo.” Que no digan: “¡Lo hemos devorado!” 26 Sean juntamente confundidos y avergonzados cuantos se gozan de mi mal. 27 Sean cubiertos de vergüenza y confusión los que se muestran arrogantes contra mí. 28 Exulten y alégrense los que aman mi justicia, y digan siempre: “¡Ensalzado sea Yahvé, que se deleita en la paz de su siervo!” 29 Y mi lengua proclamará tu justicia, todo el día tu alabanza.

El salmista pide ser librado de las manos de los que fraudulentamente se confabulan contra él, inventando falsos testimonios; maliciosamente guiñan el ojo en signo de inteligencia contra el afligido justo 26, mostrando su satisfacción al verle abandonado y postrado. Inquietos y ambiciosos, conspiran contra los mansos de la tierra, que pacíficamente se entregan a su vida, respetando los derechos de los demás. Satisfechos de ver arruinado al piadoso, abren la boca en signo de desprecio 27, y se sienten dichosos al ver cumplido lo que tanto deseaban: Lo vieron nuestros ojos (v.21). El salmista, ante esta cínica actitud, clama a su Dios para que se decida a intervenir: ¿No lo ves?. Es el único Salvador, y, por tanto, ansiosamente le pide que no permanezca más como simple y mudo espectador ante tanta injusticia:¡No calles…! ¡No te alejes de mí! 28 Consciente de su inocencia, le pide que salga a favor de su derecho y le juzgue conforme a su justicia 29; sabe que Dios da a cada uno lo suyo, y, por tanto, en su caso tiene que hacer brillar sus derechos y su inocencia ultrajada.
Sus enemigos son como fieras, que quieren hacerle desaparecer devorándolo o borrando todas las huellas de su existencia. En Lam 2:16 encontramos una frase similar: “Todos tus enemigos abren la boca contra ti, silban y dentellean contra ti, y dicen: Lo hemos devorado, es el día que esperábamos, ya llegó, ya lo vimos.” 30 El salmista – víctima de esta encarnizada hostilidad – pide a Yahvé que se haga justicia sobre sus opresores, que se gozan de su mal; en su arrogancia, pretenden monopolizar el derecho frente al justo, que ahora por su estado de postración se halla como alejado de su Dios. En realidad, sus cálculos no pueden prosperar, porque por encima de ellos está el Dios de justicia, y llegará la hora en que serán confundidos y avergonzados al ver que en definitiva es Yahvé quien dice la última palabra en favor de sus fieles 31. Frente a esta legión de malvados se levantan los que aman la justicia, y, como tales, saben apreciar la situación de inocencia del salmista; éstos se llenarán de gozo al ver que Yahvé proporciona la paz a su siervo. La liberación del salmista será, en realidad, la manifestación de la justicia de Yahvé (v.28), y, por ello, aquél entonará un himno de alabanza perpetua a su Dios. Es la acción de gracias que cierra la mayor parte de las composiciones salmódicas que giran en torno a las aflicciones de los justos 32.

1 Cf. Sam 19:5; 20,1; 24:9.11; 26:18.19. – 2 Cf. E. Podechard, O.C., I 102. – 3 Así teniendo en cuenta una corrección de la versión siríaca, comúnmente seguida por los críticos. – 4 Cf. Sal 9:4; Sam 24:15; 25:39. – 5 Cf. Isa 49:25; Exo 15:3; Deu 32:41s. – 6 Cf. Sal 40:15; Sal 38:13. – 7 Cf. Sai 1:4. – 8 Jer 18:22. – 9 Cf. Sal 7:16; Sal 9:16. – 10 Cf. Sal 7:16; Sal 9:16; 47:7- – 11 Cf. Exo 15:11-12; Sal 18:34; Sal 71:20; Sal 86:9. – 12 Cf. Exo 15:11 ; Miq 7:18. – 13 Cf. Sal 6:4; Sal 31:12. – 14 Lit. el TM “heridos.” Leyendo qor’u en vez de qor’u (desgarraron), tenemos gritaron. – 15 Así leyendo misho’agim (rugientes) en vez de misho’e(y)hem (sus mentiras). – 16 Cf. Exo 23:1; Deu 19:16; Sal 27:13. – 17 Cf. 1Sa 24:9. – 18 Sal 38:11; Sal 109:4-5; Jer 18:20. – 19 Cf. Sal 30:12. – 20 Cf. 2 Sarn 12:15-23; Sal 69:11-12; Neh 1:4; Est 4:153. – 21 Cf. Sal 38:18; Jer 20:10. – 22 Cf. Sal 38:18; Ose 13:8. – 23 Cf. Sal 37:12; Sal 112:10; Job 16:9; Lam 2:16. – 24 Cf. Sal 22:21; Sal 22:14-22. – 25 Cf. Sal 22:22.25; Jer 40:9.10. – 26 Cf. Pro 6:12-14; Eco 27:22; Pro 10:10. – 27 Cf. Isa 57:4. – 28 Cf. Sal 28:1; Sal 29:13; Sal 22:12. – 29 Cf. Sal 7:9; Sal 26:1. – 30 Cf. Sal 124:3; Pro 1:12. – 31 Cf. Sal 40:16; Sal 50:3-5; Pro 109:29. – 32 Cf. Sal 71:8.15.24.

Fuente: Biblia Comentada

Disputa … Pelea. La primera y directa oración pide que Dios sea su abogado (cp. Pro 25:8-9; Isa 3:13), mientras que la segunda pide al Guerrero divino que luche sus batallas por él (p. ej. Éxo 15:3; Deu 32:41 ss).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Por lo que toca a la forma del Sal 35:1-28, se trata de un lamento individual. Su contexto de guerra literal y legal sugiere un escenario en el que el rey teocrático es objeto de acusación, y a punto de ser atacado, por un poder extranjero con el que había estado antes relacionado por medio de un pacto. David presenta su «causa» ante el Juez divino, y pasa de la queja acerca de la situación a la oración acerca de la misma, y finalmente, cuando el Señor respondiera en justicia a la situación, a alabarlo por su justa intervención. De modo que tres ciclos de exasperación y de expectativa en el Sal 35:1-28 comunican las oraciones del salmista a Dios acerca de sus contrarios.

I. Primer ciclo: Los ataques que estaba experimentando (Sal 35:1-10)

II. Segundo ciclo: El perjurio del que era víctima (Sal 35:11-18)

A. Él ora que Dios examine la evidencia (Sal 35:11-16)

B. Él ora que Dios actúe sin retardarse (Sal 35:17)

C. Él promete alabanza (Sal 35:18)

III. Tercer ciclo: El escarnio que esperaba (Sal 35:19-28)

A. Ora por juicio acerca de ellos (Sal 35:19-21)

B. Ora por justicia acerca de sí mismo (Sal 35:22-26)

C. Promete alabanza (Sal 35:27-28)

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Salmo 35. Reacciones a Sufrimientos Inmerecidos

Este Salmo, una expresión efusiva en lugar de una poesía coherente y organizada, nació en un momento cuando la hostilidad y el sufrimiento parecían no tener fin. Podría haber sido el largo período del odio paranoico de Saúl, la triste figura de un rey rodeándose de muchos que servilmente se identificaban con él y empeoraban los sufrimientos de David. Como en el Sal. 34, la oración es considerada la única solución, pero en esa crisis con la oración llegó la respuesta: aquel “pobre clamó, y Jehovah le escuchó” (34:6). Ahora, a pesar de la persistencia en la oración, la agonía se prolonga y la respuesta tarda. La oración somete nuestras necesidades a los recursos del Señor y también nuestra agenda a él.

Las tres secciones del Salmo se caracterizan por promesas de reacciones de alabanza cuando el nubarrón haya desaparecido (9 y 10, 18, 27 y 28). Dentro de cada sección, los pensamientos corren para un lado y para el otro tocando los mismos temas: (a) pide la intervención divina (1-3, 17, 22-24a), (b) ora pidiendo retribución (4-6, 8, 24b-26) y (c) da razones para la retribución (7, 11-16, 19-21); la idea principal de cada sección se encuentra en los últimos versículos: el sufrimiento sin causa (7), un extraño cambio en la conducta de David (13, 14) y gran animosidad personal (19-21). Como siempre en salmos como éste, nos sorprende el vigor de la oración de David y su elemento de contraataque contra sus adversarios. Debemos tener en cuenta que la pura ira existe, evidenciada por el Señor Jesucristo (Mar. 3:5), por los santos de Apoc. 6:9, 10 y notada en Ef. 4:26. Todo el Salmo (tal como sucede en todos los salmos similares) es una oración sin ninguna muestra de que por palabra o por hecho David expresara animosidad hacia los que pecaminosa y culpablemente lo perseguían. Como en el Sal. 34, la crisis, aunque aquí prolongada, es encarada en oración, dejando todo en las manos del Señor.

1-10 Oración en medio de un peligro injustificado. Un ruego pidiendo intervención divina (1-3) es seguido por una oración pidiendo retribución (4-6) y la explicación de que tal conducta es sin causa (7). El tema de retribución se repite en el v. 8 seguido por una promesa de regocijarse en Dios por su poder salvador (9, 10). La referencia a guerra y armas (1, 2) destaca la fuerza del Señor, que es muy superior a toda la fuerza del enemigo. 1 Contiende. La palabra se aplica a juicios legales. La primera apelación de David es que debe hacerse lo que es correcto. Al Señor no se le puede pedir que haga algo injusto. Combate. Aunque se encuentra en un peligro mortal, David no piensa levantarse en armas. Esto es asunto del Señor. 2, 3 Escudo … defensa, sinónimos, o sea toda arma defensiva necesaria. Lanza. Le pide a Dios que ataque además de defender. Y que se haga cargo de la necesidad interior que el alma tiene de ser tranquilizada. 4 Avergonzados … humillados, cosechen humillación, sean defraudados públicamente de sus expectaciones. 5 Tamo, una ilustración de impotencia ante el juicio divino. El ángel (mejor, “Angel”), ver 34:7. El ángel de Jehovah se menciona en Sal. únicamente en estos dos lugares, para rescatar (34:7) y para dispersar (35:5, 6). 7, 8 Las oraciones pidiendo retribución siempre expresan la voluntad revelada de Dios. El declaró (Deut. 19:18, 19) que los acusadores falsos deben ellos mismos recibir los males que quisieron causar. Bajo circunstancias como esas oramos suavemente: “Hágase tu voluntad”; los salmistas, con más realismo, ¡describían lo que sabían que era esa voluntad! 10 ¿Quién hay como tú? Cf. Exo. 15:11; Miq. 7:18.

11-18 Oración en medio de un peligro inmerecido. La extensa sección inicial (12-16) en la que David lamenta que está recibiendo mal por bien es seguida por un ruego pidiendo intervención divina (17) y la promesa de alabarle por su liberación (18). Este es el triste corazón del Salmo: descubrir que las personas que se consideraban amigas son el origen de los falsos testimonios, se complacen en la mala suerte de David y se desbordan de odio. En esta sección, al Señor se le llama “el Soberano” (17) agregando la pregunta ¿hasta cuando? Ciertamente él es más fuerte que cualquier adversario, pero el santo que ora tiene que estar preparado para someterse a la agenda del Soberano. 13 Cuando … mi oración: “Y mi oración seguía volviendo a mi seno” lo que puede sugerir una oración no contestada pero es una forma rara de expresar la idea. Si “seno” es una metáfora de “corazón” (Ecl. 7:9) entonces “pero mi oración seguía volviendo a mi mente”, o sea que, a pesar de como lo trataban, seguía orando por ellos (Mat. 5:44). 16 Con impiedad, profanos en su pensamiento y conducta, aborrecidos por Dios, religiosamente apóstatas: aquí, personas actuando como si no existieran sanciones divinas para la conducta. Se dedicaron al escarnio. Probablemente “Como burladores impíos, todos alrededor crujieron … ” 17 Señor, “el Soberano”. 18 El Señor se complace en la gratitud (Luc. 17:15, 16). La promesa de alabanza y agradecimiento da unidad a este Salmo (9, 28).

19-28 Oración en medio del peligro malicioso. Los adversarios de David están llenos de burla y malicia (19-21). ¿Permanecerá el Señor en silencio (22-24)? Si al menos escuchara su pedido para que intervenga (24-26) el día vendrá cuando los amigos auténticos junto con David magnificarán al Señor (27, 28). El nuevo énfasis en esta sección es la rectitud del Señor (24). Dado que es un Dios recto tiene que actuar a favor de alguien probado tan duramente. 19 Sin razón (cf. Juan 15:25). Guiñen. La insinuación maliciosa. 22 Tú lo has visto. Nótese la conexión con el v. 21, lo han visto. Sea lo que fuera que aducen, el Señor conoce la verdad del asunto. Señor “Soberano”. En el v. 17 este título recalcaba su control de la agenda; aquí, su dominio sobre el adversario. 27 David tenía muchos enemigos pero no se olvidó que tenía también amigos: un gran antídoto para la soledad creada por la acusación falsa. Y el día vendrá cuando serán los primeros en alabar a Dios por la liberación de David.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

35.1ss Este es uno de los salmos «imprecatorios» (maldiciendo), que clama a Dios para que se haga cargo de los enemigos. Estos salmos suenan extremadamente duros, pero debemos recordar que: (1) David huía de los hombres que injustamente procuraban asesinarlo. Como rey ungido de Dios de una nación llamada a aniquilar a la gente malvada de la tierra, esto era difícil de entender para David. (2) La petición de David de justicia era sincera, no era su propia venganza encubierta. En realidad, deseaba buscar el ideal perfecto de Dios para su nación. (3) David no dijo que él tomaría la venganza, sino que puso el asunto en manos de Dios. Estas eran sus simples sugerencias. (4) Estos salmos utilizan la hipérbole (o exageración). Se escribieron para motivar a otros a levantarse con fuerza en contra del pecado y la maldad.La crueldad está muy lejos en la experiencia de muchos, pero es una realidad diaria en otros. Dios promete ayudar a los perseguidos y juzgar a los pecadores que no se han arrepentido. Cuando oramos para que se haga justicia, lo hacemos como lo hizo David. Cuando Cristo vuelva, castigará al malvado.35.13 David se entristeció porque su oración «se volvía» a él. Al parecer, su oración no se había contestado. Cuando nuestra liberación se retrasa, es fácil suponer que Dios no contesta nuestras oraciones. Dios escucha cada oración, pero contesta de acuerdo a su sabiduría. No permita que la ausencia de una respuesta inmediata lo lleve a dudar ni a resentirse contra Dios. En su lugar, hágalo una ocasión para que su fe se arraigue.35.21-23 David clamó a Dios para que lo defendiera cuando lo acusaron injustamente. Si a usted lo están acusando injustamente, quizás su reacción natural sea la de atacar con fiereza en venganza o planear una defensa detallada para cada uno de sus movimientos. En vez de eso, pida a Dios que pelee su batalla. El limpiará su nombre ante los ojos de quienes realmente importan.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) Véase Ap. 1C, sec. 10.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 1071 1Sa 24:15; Sal 43:1; Sal 119:154

b 1072 Éxo 14:25; Jos 10:42; Sal 3:7

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Salmo 35 El rey David pide al Señor que lo ayude contra sus enemigos que injustamente atacan a un rey inocente y a una nación pacífica. El Salmo tiene tres estrofas; cada una concluye con alabanza: En la primera estrofa (vers. 1-10) el rey implora ayuda al Señor en la batalla contra sus adversarios (vers. 1-3), para que sean avergonzados (vers. 4-8) y promete alabar al Dios incomparable (vers. 9, 10). En la segunda estrofa (vers. 11-18) se lamenta de que sus anteriores aliados han pagado con engaño a la lealtad del rey, volviéndose en su contra (vers. 11-16), pide ser librado de ellos (vers. 17) y promete gratitud en público (vers. 18). En la tercera estrofa (vers. 19-28) pide a Dios que vindique al rey contra falsas acusaciones (vers. 19-26) y él le alabará con gratitud (vers. 27, 28) por su futura victoria. Posiblemente los enemigos del rey le acusan falsamente como pretexto para atacarle, aprovechando un momento de dificultades que lo había debilitado militarmente (vers. 15, 26).

Fuente: La Biblia de las Américas

En este salmo imprecatorio (véase la Introducción), David pide al Señor que lo libre y destruya a sus enemigos (vv. Sal 35:1-10), deplora el odio injustificado de sus enemigos hacia él (vv. Sal 35:11-16), y además pide al Señor que le dé liberación y justicia (vv. Sal 35:17-28). Probablemente este salmo fue escrito cuando David era perseguido por Saúl y en un sentido es una explicación de 1Sa 24:15. La imprecación no es en contra de Saúl (puesto que David le había perdonado la vida), sino contra quienes promovían el celo desenfrenado de Saúl contra David.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

SALMO 35 (34)[19] Jn 15, 25.

Fuente: Notas Torres Amat