Biblia

Comentario de Salmos 36:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Salmos 36:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

(Al músico principal. Salmo de David, siervo de Dios) La transgresión habla al impío dentro de su corazón; no hay temor de Dios delante de sus ojos.

(Título).

Un salmo. Algunos suponen que esta salmo fue compuesto por David cuando comenzaron las persecusiones de Saúl; pero otros, con buenas bases, opinan que fue escrito durante la cautividad de Babilonia.

siervo de Jehová. Sal 18:1; Sal 90:1; Sal 143:12; Deu 34:5; 2Ti 2:24; Tit 1:1; Stg 1:1; 2Pe 1:1; Jud 1:1; Apo 1:1.

La iniquidad, o la transgresión del impío. 1Sa 15:13, 1Sa 15:14; Pro 20:11; Mat 7:16-20; Mat 12:33, Mat 12:34; Tit 1:16.

No hay temor de Dios. Sal 112:1; Gén 20:11; Pro 8:13; Pro 16:6; Ecl 12:13; Rom 3:18.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La condición grave del malvado, Sal 36:1-7.

La excelencia de Dios, Sal 36:8, Sal 36:9.

David ora por el favor de Dios, Sal 36:10-12.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

es un salmo de sabiduría que entrega una revelación de la naturaleza del pecado y una exaltación del amor inquebrantable de Dios (Sal 14:1-7; Sal 53:1-6). La estructura es la siguiente:

(1) una revelación de la naturaleza del pecado (vv. Sal 36:1-4);

(2) alabanzas a Dios, centradas un su amor leal (vv. Sal 36:5-9);

(3) una plegaria para que Dios continúe con su leal amor a su pueblo aún en el contexto de su juicio final (vv. Sal 36:10-12).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

En este salmo, David «el profeta» (Hch 2:30) ha recibido una revelación profética tan sorprendente como ninguna otra entre los hijos de los profetas. Recibió comprensión divina sobre la naturaleza del mal.

No hay temor de Dios: La maldad subyacente es un total desprecio de la realidad de Dios en la vida de una persona y en el mundo. La palabra que en este salmo se tradujo como temor es la misma palabra usada para «terror» en el juicio final (Sal 14:5).

Se lisonjea: Sin sentimiento de Dios ni del juicio final, el malo se hace egotista.

palabras de su boca: El tema de la boca del malo se desarrolla en el Sal 12:1-8.

Ha dejado de ser cuerdo: La sabiduría que el salmista observa aquí es el trabajo práctico de la capacidad de vivir sensatamente.

maldad es deshonestidad y perversidad.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Salmo 36 (Vg 35): La Impiedad del Malvado y la Bondad de Dios.
E ste salmo puede dividirse en dos partes: a) descripción de la maldad del impío, que no maquina sino obras de iniquidad (2-5); b) bondad de Dios hacia el ser humano (6-10). Contrapuestas estas dos conductas – la del pecador y la de Dios -, el salmista termina pidiendo protección a Dios para los justos y afirmando el fin luctuoso de los impíos (11-13).
La primera parte es de tipo sapiencial, y no pocos críticos modernos suponen que originariamente fue un poema diferente del resto del actual salmo 1. Incluso se ha destacado el carácter antológico de toda la composición, hecha a base de la mera yuxtaposición de fragmentos originariamente diversos. La primera parte es más didáctica, mientras que la segunda es más bien lírica. Las metáforas abundan, y el estilo es fresco y vigoroso: los montes, el abismo, los pájaros que guardan a sus polluelos bajo las alas, el convite en la casa del padre…, todas estas imágenes sirven para expresar la bondad y providencia divina. En la segunda parte predomina el paralelismo sinónimo.
Según el título, el salmo es también de David, como es ley en toda la primera colección del Salterio; pero las dependencias literarias de los escritos de Jeremías y de otros escritos de índole sapiencial sugieren que esta composición mixta salmódica lírico-sapiencial es de época posterior al exilio.

La maldad de los impíos (1-5).
lAl maestro del coro. De David, siervo de Yahvé. 2 Oráculo de malicia tiene el impío en lo íntimo de su corazón; no hay ante sus ojos temor de Dios. 3Pues lisonjéase a sus propios ojos demasiado para descubrir y odiar su pecado2. 4 Las palabras de su boca son falsedad y fraude; ha renunciado a ser cuerdo y a obrar bien. 5 En su lecho maquina iniquidad, emprende caminos no buenos, no rechaza el mal.

La malicia parece consustancial al impío; y ello deriva de su ateísmo práctico, pues no reconoce el temor de Dios como norte de su vida ni teme los juicios divinos. En el texto hebreo se emplea la palabra pajad, que designa el “terror” que debe inspirar la justicia divina al pecador 3. El impío se traza su vida sin plantearse el problema de que está sometido a la justicia punitiva del Omnipotente 4. La malicia está, pues, apegada a lo íntimo de su corazón, como una segunda naturaleza, en tal forma que sus reacciones instintivas tienen para él la fuerza de un oráculo. La palabra hebrea empleada, ne’um, podría traducirse por “susurro” íntimo. En la Biblia suele emplearse para la transmisión de las comunicaciones oraculares de Dios a los profetas5, aunque algunas veces aparece teniendo por sujeto al ser humano6.
El impío encuentra razones especiosas y se lisonjea demasiado a sí mismo, condescendiendo con sus concupiscencias, para poder reconocer en él algo pecaminoso y, en consecuencia, detestarlo (v.2). Piensa: “Peccavi, et quid accidit mihi triste.”7 No ve la conexión de sus acciones desarregladas con la justicia punitiva divina. En consecuencia, sus palabras son fraudulentas, sin temor a hacer dañó al prójimo, y emprende el camino de la necedad; no es inteligente ni cuerdo, pues no conoce la consecuencia grave de sus propios actos y verdaderos intereses y no se da cuenta de que el pecado, a la larga, acarrea la desgracia8. Obcecado en su malicia, aun en la tranquilidad de su lecho maquina la iniquidad 9. Durante las horas de quietud, su espíritu no piensa sino en planear acciones inicuas para el día siguiente. Las horas de quietud nocturna, en vez de ser horas de recapacitación, de arrepentimiento por las transgresiones diurnas10, son para el impío ocasión para calcular mejor sus iniquidades para el día siguiente. Tiene la conciencia encallecida y sólo piensa en el mal.

Providencia divina sobre los justos (6-10).
6 ¡Oh Yahvé! tu piedad (se levanta) hasta los cielos, tu fidelidad hasta las nubes. 7 Tu justicia es como los montes de Dios, tus juicios son un inmenso abismo. Hombres y bestias tú socorres, ¡oh Yahvé! 8 ¡Cuan preciosa es, oh Dios, tu piedad Los hijos de los hombres a la sombra de tus alas se acogen. 9 Sácianse de la abundancia de tu casa y los abrevas en el torrente de tus delicias; 10 porque en ti está la fuente de la vida, en tu luz vemos la luz.

Esta pieza poética tiene el aire de un himno a la bondad divina, reflejada en la providencia cotidiana sobre hombres y animales. El salmista no encuentra términos para encomiar la magnitud de esa piedad divina, que se extiende indefinidamente hasta lo más alto de los cielos; por ello resulta inconmensurable. La metáfora es corriente en la literatura sapiencial U. Su justicia es comparable, por su magnitud, a las montañas de Dios; expresión bíblica que indica las más altas montañas 12. Según la mitología babilónica, los dioses tenían sus reuniones en las cimas de las montañas más elevadas 13. Quizá de esta concepción popular haya surgido la expresión montañas de Dios. Los montes son símbolo de la firmeza y estabilidad por su mayestática presencia inconmovible 14. Son obras de Dios y reflejan sus atributos de inmutabilidad y grandeza. Los juicios de Dios, sus misteriosos designios sobre los hombres, son tan insondables como el inmenso abismo (v.7). El abismo aquí es el tehom, o depósito de aguas subterráneas sobre las que se asienta la tierra 15; es el paralelo del tiamat de la literatura babilónica.
La providencia divina se extiende a todos: a los hombres y a las bestias, pues todos son criaturas suyas 16; a todos socorre, proveyéndoles de los medios de vida 17. Particularmente los hijos de los hombres encuentran en El su protección, como los pajarillos bajo las alas de la madre. Este símil es corriente en la literatura salmódica 18. En los monumentos de arte egipcio se representa al faraón bajo las alas protectoras de alguna divinidad, como Horus, en forma de gavilán 19. La panorámica de la Providencia divina se extiende a todos los hombres, y por eso se llaman aquí hijos de los hombres, y se evita el nombre de Yahvé – símbolo de las relaciones del Dios nacional con Israel, su pueblo – y, en su lugar, conforme a esta perspectiva universalista, se emplea el nombre genérico de Dios, que es soberano y protector de todos los pueblos.
Particularmente los israelitas participan de la generosidad de su Dios; para ellos es un generoso anfitrión que los invita a losbanquetes de su templo, saciándolos con la abundancia de su casa, expresión que primeramente designa los convites sagrados que se tenían con motivo de determinados sacrificios – como los pacíficos y de acción de gracias -, en los que participaban los oferentes y sus invitados 20. Todos éstos son como invitados a la mesa de Yahvé. Pero el salmista piensa, sobre todo, en los bienes espirituales que proporciona la amistad divina y la participación en los oficios litúrgicos. Dios se convierte en ese caso en torrente de delicias del que participan sus fieles predilectos. El profeta Ezequiel habla de un río que saldrá del templo en los tiempos mesiánicos para regar la tierra desértica de la zona del mar Muerto21. El salmista, sin embargo, parece que juega con la tradición de los ríos del paraíso 22. En Sal 16:11 se expresa el deseo de vivir en el santuario junto a Yahvé, donde se encuentra el alimento espiritual: “Tú me enseñarás el camino de la vida, la hartura de tus bienes junto a ti, las eternas delicias junto a tu diestra.” La amistad con Dios es fuente de felicidad y de hartura espiritual, porque es el torrente de delicias, que en el contexto del salmo es paralelo a la abundancia o grosura de tu casa: el fiel yahvista no sólo se deleita en la “grosura” de las víctimas sacrificadas en honor de su Dios, sino que encuentra otro banquete espiritual más reflectivo, pues en Yahvé está la fuente de la vida (v. 10), que es el “camino de la vida” de Sal 16:11. Los israelitas, carentes de luces sobre la retribución en el más allá, esperaban que su vida se prolongara muchos años, bendecida por Yahvé. Aquí el salmista declara que la fuente de una νida colmada de bienes está sólo en su Dios 23; por eso, el mejor modo de asegurar una larga y dichosa vida es permanecer fiel a El 24. Sin embargo, la palabra ν ida en boca del salmista tiene también un sentido más espiritual, aunque no trascienda a ultratumba. Yahvé es fuente de vida física, pero también es fuente de la verdadera vida, basada en la comunión espiritual con El; por eso aquí parece sinónima de luz: en tu luz vemos la luz, expresión que equivale a vivir25. La luz de Yahvé es la manifestación radiante de su rostro, con lo que ello implica de Benevolencia y bendición hacia sus fieles 26. El salmista, pues, al contemplar la luz radiante del rostro benévolo y condescendiente de su Dios, siente revivir su ser, recibiendo nueva luz espiritual. En Pro 16:15 se dice: “En la alegría del rostro del rey está la vida, y su favor es como nube preñada de lluvia primaveral.” El sabio piensa aquí en la mirada benevolente del rey que otorga favores a sus subditos. En Sal 4:7 se suplica protección y ayuda a Yahvé: “Alza sobre nosotros, ¡oh Yahvé! tu serena faz”; lo que se explícita mejor en Sal 31:17 : “Haz resplandecer tu faz sobre tu siervo y sálvame en tu misericordia”; en Sal 44:14 : “No les dio su brazo la victoria; fue tu. diestra, tu brazo, la luz de tu rostro, porque te complaciste en ellos.”
La manifestación radiante de la faz de Yahvé implica complacencia y misericordia para con sus fieles servidores: “Apiádase Dios de nosotros, haga resplandecer su faz sobre nosotros.” “¡Oh Dios! haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos” 27. Los textos se pueden multiplicar para demostrar que, en el lenguaje poético de los salmos, ver la faz de Yahvé y ser objeto del resplandor de su faz equivalen a participar de su protección y beneficios en todos los órdenes. La frase, pues, del salmista en tu luz vemos o veremos la luz, como traduce la Vg, no indica la esperanza de una vida bienaventurada con Dios en ultratumba, sino simplemente la esperanza de participar de la protección y bendición divinas en el orden material y espiritual en esta vida, pues, en la mentalidad viejotestamentaria, la amistad con Dios otorgaba vida larga y satisfacción íntima en el orden espiritual, ya que el fiel era como el confidente de su Dios, en cuya amistad encontraba la plena realizacion de su personalidad.

La justicia divina castigará a los impíos (11-13).
11 Extiende tu piedad a los que te conocen y tu justicia a los rectos de corazón. 12 No me pise el pie del soberbio ni me eche fuera la mano del impío. 13 Allí han caído los obradores de iniquidad, están postrados, sin poder levantarse.

El salmista, consciente de su calidad de amigo de su Dios, le pide que muestre su misericordia para con los que le conocen, es decir, los que reconocen su autoridad aceptando sus preceptos 28. En correspondencia a esta conducta de sumisión a su voluntad, pide el salmista que la justicia divina – fiel a sus promesas de protección a los justos – se manifieste sobre los rectos de corazón, que no claudican a pesar de que muchas veces en la vida tienen que sufrir reveses de toda índole 29. La piedad de Yahvé, pues, se da la mano con la justicia, ya que, de un lado, ésta debe hacer honor a sus exigencias – basadas en las promesas divinas -, y del otro, Dios siempre se halla por encima de toda exigencia del ser humano, pues éste le debe todo lo que tiene.
Pero el salmista sabe que, en la vida, muchas veces al justo le toca la peor parte; por ello suplica que no le pise el pie del soberbio, que cree poder imponer su voluntad en contra de toda norma superior divina. Los impíos se desentienden de Dios y conculcan los derechos de los que le son fieles; parece que el salmista se halla en una difícil situación e implora auxilio a su Protector divino como única salvación posible. Teme ser desplazado de la vida social por los insolentes y desaprensivos 30, y se aferra a su roca de salvación. Pero, confiado en las promesas divinas, reacciona, declarando que los obradores de iniquidad caerán postrados, sin poder levantarse. Tan cierto está de su castigo, que lo da ya por hecho, empleando el perfecto profetice: han caído…, están postrados (v.13) 31. Su caída es definitiva, pues los juicios de Dios no tienen réplica posible, ya que dice la última palabra: el justo triunfa por su auxilio y ve a sus enemigos derrotados, sin posibilidad de volver a levantarse.

1 Así, entre otros, E. Podechard, o.c., I 163. – 2 Nuestra traducción se acerca a la de Bib. de Jér. y parece reflejar con aproximación el texto oscuro hebreo. – 3 Cf. Isa 2:10.19.21. – 4 Cf. Sal 10:4.13; Isa 14:1 – 5 Cf. Gen 22:16, – 6 Cf. Num 24:35; 2Sa 23:1; Pro 30:1. – 7 Cf. Eco 5:4. – 8 Cf. Sal 14:2; Jer 4:22; Sal 14:2. – 9 Cf. Miq 2:1s. – 10 Cf. Sal 4:4; Sal 63:6. – 11 Cf. Job 11:8; Job 22:12; Job 35:5; Sal 57:10; Sal 103:11; Efe 3:18. – 12 Cf. Sal 68:16; Sal 80:11; Sal 104:16. – 13 Véase P. Dhorme, La religión assyro-babylonienne p.72.101. – 14 Cf. Sal 104:16; Sal 65:9; Sal 80:10. – 15 Cf. Gen 7:11; Sal 33:8; ¹28:14; 38:16; Rom 11:33. – 16 Cf. Sal 104:14; Sal 147:10; Jon 4:11; Mat 6:26s,;io,2Qs. – 17 Cf. Sal 104:14; Sal 136:25. – 18 Cf. Sal 17:8; Sal 57:2; Sal 63:8; Sal 61:5; Sal 9:14; Rut 2:12. – 19 Cf. G. Jequier, Histoire de la civilisation egyptienne 127. – 20 Cf. Isa 43:24; Jer 31:14; Sal 23:6; Sal 27:4; Sal 45:5; Lev 7:15. – 21 Cf. Eze 47:1-12; Zac 14:8; Sal 46:5. – 22 Cf. Gen 2:105. – 23 Cf. Sal 34:13; Jer 2:13; Jer 17:13; Sal 4:7. – 24 Cf. Pro 10:11; Sal 13:14; Sal 14:47; Sal 16:22. – 25 Cf. Sal 49:20; Sal 56:14; Job 3:16; Job 33:30. – 26 Cf. Num 6:25; Sal 89:16; Sal 119:35. – 27 Sal 80:4.8.20; Sal 67:2. – 28 Cf. Sal 9:11; Sal 79:6; Sal 87:4; Exo 5:2. – 29 Cf. Sal 7:101 11:2; 22:11. – 30 Cf. Miq 2:9; Job 15:23; Sal 109:11. – 31 Cf. Pro 14:32; Sal 56:14; Sal 116:8; Sal 118:13.

Fuente: Biblia Comentada

No hay temor. Esto es lo contrario a la actitud que caracteriza a los verdaderos discípulos. El término aquí es realmente «espanto» o «terror» (cp. Deu 2:25; Sal 119:120; Isa 2:10; Isa 2:19; Isa 2:21; etc.).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Salmo 36 (35): Salmo mixto que incluye una reflexión sapiencial sobre el proceder del malvado (Sal 36:1-4), un himno de alabanza a Dios (Sal 36:5-9) y una breve súplica final (Sal 36:10-11).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Sal 10:4; Rom 3:18.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— en el fondo del corazón: Verso oscuro. Otras lecturas: “la maldad del impío me dice al corazón”; “un oráculo pecaminoso tiene el impío en el corazón”; “el malvado escucha la voz del pecado en el fondo de su corazón”.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Salmo 36. Un Dios, Dos Actitudes

La estructura de este Salmo muestra su mensaje:

A1 (v. 1) El impío: su filosofía

B1 (vv. 2-4) El impío caracterizado

C (vv. 5-8) El Señor caracterizado

B2 (vv. 9-11) Los que conocen al Señor

A2 (v. 12) El impío: su destino

En este Salmo hay una decisión que tomar para determinar la clase de vida que viviremos ahora y el destino que nos espera: la decisión es sobre cómo reaccionar ante la revelación de Dios. Rechazarla es vivir condenados a escuchar a nuestros propios corazones y a vivir una vida sin valores; seguirla es disfrutar de la vida, la luz, su providencia y su protección.

1 La filosofía del impío. Lit. “La palabra de rebelión a lo impío dentro de mi corazón”. Oráculo, la palabra autorizada, se usa por lo general para referirse a lo que el Señor dice. Aquí el que habla es transgresión. Dentro de su corazón, “lo sé por intuición” o “lo conozco personalmente”. La primera afirmación recalca la convicción de una verdad; la segunda, que es más atractiva, testifica de que él mismo no es inmune a esta voz interior. 1c, d La cuestión no es si Dios existe o no, sino si él tiene importancia; no su realidad sino su relevancia. Es la posición de mucha gente todo el tiempo; es la posición de los creyentes parte del tiempo, no como un credo declarado sino en la práctica.

2-4 El impío caracterizado. Interiormente, escuchándose a sí mismo y sintiéndose satisfecho consigo mismo (2); exteriormente, impío de palabras y hechos (3), en sus planes, objetivos y valores (4). 3, 4 Sin reverencia a Dios no hay normas objetivas en la vida. Maldad, una palabra que abarca desde el pícaro hasta el apóstata. Sensato, la conducta sensata en la vida que produce auténtico éxito. Desprecia, “desdén”, un rechazo tanto mental como en la práctica.

5-8 El Señor caracterizado. 5 Misericordia, el amor que se origina en un compromiso de la voluntad, “amor que no cambia”. Alcanza, “está en”, no remoto sino de gran altura, algo que es más grande y más alto que cualquier otra cosa sobre la tierra. Fidelidad, consistencia de un carácter revelado, digno de confianza cuando promete algo. 6 Justicia … juicios, la expresión de su santidad en principios morales y prácticas justas respectivamente. 7, 8 La benevolencia universal de Dios demostrada en su amor (cf. 5), protección (7), generosidad y complacencia (8, como los ríos del Edén, Gén. 2:10).

9-11 Caracterización de los que conocen al Señor. La descripción (5-8) se convierte en testimonio: vida, en contraste con la vida decadente de los vv. 2-4, vida divina, auténtica, compartida; luz, todo lo que da a la vida un sentido de realización y de tranquilidad. Veremos, experimentaremos y disfrutaremos. 10 Conocen, disfrutan una unión íntima con. Bondad … justicia, los atributos del propio Dios. Los que lo conocen oran pidiendo que se brinde a ellos (2 Ped. 1:3, 4). 11 Pie … mano, símbolos de conquista y poder personal respectivamente. Vivimos en un mundo que quiere sojuzgar y dominar. Mueva, deje sin hogar, inestabilice la vida.

12 El destino del impío. Entonces: “Ved como.” ¿La base de este Salmo habrá sido una ocasión cuando los que obran iniquidad cayeron? O, como es más probable, ¿está David llamando la atención dramáticamente al día de juicio divino?

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

36.1 Debido a que el malvado no teme a Dios, nada le impide pecar. Actúa precipitadamente como si nada le fuera a suceder. No obstante, Dios es justo y solo retarda su castigo. Saber esto debe ser un impedimento para que pequemos. Deje que el temor de Dios obre en su vida para apartarlo del pecado. Agradezca a Dios por su amor, pero no olvide su justicia.36.5-8 La fidelidad, justicia y juicios de Dios contrastan con los malvados y sus planes perversos que terminan en el fracaso. Su amor es más grande que los cielos. Su fidelidad va más allá de las nubes. Su justicia es tan sólida como una montaña. Sus juicios están tan llenos de sabiduría como los océanos de agua («abismo grande»). Necesitamos no temer a los malvados porque sabemos que Dios nos ama, juzga el mal y nos protegerá para siempre.36.9 Esta vívida metáfora, «manantial de la vida», nos da un sentido de agua limpia y fresca que da vida al sediento espiritual. Esta misma ilustración se usa en Jer 2:13, donde se le llama a Dios la «fuente de agua viva». Jesús habló de sí mismo como el agua de vida que podía apagar la sed para siempre y dar vida eterna (Joh 4:14).

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) Enc. Véase Ap. 1C, sec. 10.

(2) “Su”, LXXSyVg y unos cuantos mss heb.; MT: “mi”.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 1137 Pro 6:18

b 1138 Gén 20:11; Rom 3:18

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Salmo 36 Este Salmo describe la inseguridad de los incrédulos en contraste con la bondad de los fieles. Contiene una oración para que los santos gocen de misericordia y sean librados de los malvados. El Salmo consta de tres estrofas: 1) Una descripción de los incrédulos (vers. 1-4); 2) una meditación acerca de la bondad de Dios para toda la creación (vers. 5-9); 3) una oración para que Dios continúe la bondad de su pacto para con sus santos y los libre de los malvados (vers. 10-12).

Fuente: La Biblia de las Américas

La iniquidad, en vez de Dios, es contemplada en diálogo dentro del corazón de un hombre malvado que la considera como un oráculo (una palabra divina), asegurándole que no necesita tener temor de Dios.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

El dicho inicuo… Es decir, la maldad que lleva dentro de sí.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Así en algunos mss., el T.M. dice mi

Fuente: La Biblia de las Américas

Es decir, la maldad que lleva dentro de sí.

Fuente: La Biblia Textual III Edición