Comentario de Salmos 37:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

(Salmo de David) No te impacientes a causa de los malhechores, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.

(Título) Este es el tercer Salmo alfabético.

No te impacientes a cause de los malignos. Sal 37:7; 1Sa 1:6-8; Pro 19:3; Pro 24:1, Pro 24:19.

Ni tengas envidia. Sal 73:3; Pro 3:31; Pro 23:17; Gál 5:21; Stg 4:5, Stg 4:6.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

David se persuade a si mismo a tener paciencia y confianza en Dios, por la diferente situación entre el bueno y el malo, Sal 37:1-40.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

es un salmo de sabiduría escrito como acróstico. Su simple mensaje es mantener la paciencia en medio de los problemas. El pueblo de Dios puede tener tal paciencia porque sabe que su recompensa eterna sobrepasará con creces cualquier dificultad temporal. La estructura del poema es la siguiente:

(1) la necesidad de paciencia a la luz del aparente éxito de los malos (vv. Sal 37:1-11);

(2) la necesidad de paciencia a la luz del juicio final de los malos (vv. Sal 37:12-22);

(3) ánimo a los justos en vista del papel de los impíos (vv. Sal 37:23-33);

(4) un renovado llamado a la paciencia en vista del aparente éxito de los impíos (vv. Sal 37:34-40).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

No te impacientes es el tema de este salmo. Cuando parece que los malos prosperan, el salmista llama a tener paciencia, un renovado sentido de dependencia en el Señor y una nueva sensación de placer en su conocimiento.

las peticiones de tu corazón: Cuando el justo tiene deseos que nacen del Señor, con toda seguridad el Señor cumplirá esos deseos.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

NO TE IMPACIENTES. Este salmo no es una oración sino una serie de expresiones proverbiales o instrucciones acerca de la sabiduría piadosa. Trata de la actitud del creyente con respecto al éxito aparente de los malos y la penuria de los justos (véanse también Sal 49:1-20; Sal 73:1-28). Enseña que los impíos serán abatidos finalmente y perderán todo lo que obtuvieron en la tierra, en tanto que los justos que permanecen fieles a Dios tendrán su presencia, ayuda y dirección en la tierra y heredarán la salvación y la tierra prometida. Según el NT, la herencia del creyente es «cielo nuevo y… tierra nueva» (véase Apo 21:1).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Salmo 37 (Vg 36): Los Caminos de la Providencia sobre los Hombres.
E ste salmo es acróstico y versa sobre los secretos caminos de la Providencia en la vida de los hombres. Los justos despreciados no comprenden por qué prosperan los impíos en esta vida, mientras que ellos se consumen en la incomprensión y el ostracismo en la sociedad. Es el mismo problema planteado por el libro de Job. La solución está en los secretos designios divinos sobre la humanidad, pues aunque de momento parece que los impíos prosperan, en realidad, los justos serán los que al fin saldrán victoriosos y reconocidos en su virtud. El salmista no desarrolla lógicamente el pensamiento, sino que se limita a hacer afirmaciones sobre la aparente prosperidad de los impíos y sobre el futuro dichoso del justo que se confía en Dios. El estilo se asemeja en parte a las reflexiones del libro de los Proverbios, y la distribución alfabética de las veintidós estrofas – conforme al número del alefato hebreo – fuerza y ata el encadenamiento lógico del salmista, el cual se limita a yuxtaponer sentencias más o menos conexas entre sí, pero lógicas dentro del tema general del salmo: los justos al fin prosperarán, mientras que los impíos serán desenraizados de la tierra.
Tertuliano califica a esta composición salmódica de “Providentiae speculum,” y San Isidoro, “potio contra murmur.” En realidad, la perspectiva del salmista no se extiende a la retribución en ultratumba, que es la idea clave para descifrar el misterio de la Providencia divina respecto de los hombres; para el cristiano, la verdadera vida está en el más allá, y ésta, con sus sufrimientos y contrariedades, es la escuela para conseguir aquélla. Pero estas ideas no aparecen en el A.T. hasta el siglo n en el libro de la Sabiduría; de ahí que, tanto en el Salterio como en el libro de Job, la solución al problema de los sufrimientos del justo se limita a declarar que los caminos de la Providencia son misteriosos y, por tanto, que el hombre debe someterse humildemente a ellos. La solución es: confianza en Dios y esperar el tiempo de su manifestación justiciera con los impíos y de retribución al justo en esta vida. Naturalmente, estos principios se basan en el sentido de solidaridad que existía en el A.T. La justicia de Dios, si no se manifestaba en vida del justo, se manifestaría algún día en su descendencia; y esto era ya una satisfacción y un consuelo para el justo atribulado. Al fin, el veredicto de la historia y de la Providencia a través de los tiempos estaría a su favor. El hombre vive en su posteridad, que le representará en la sociedad cuando él desaparezca.
Desde el punto de vista literario, este salmo tiene mucho de parecido con el libro de los Proverbios; es medio lírico y medio didáctico dentro del estilo de la literatura sapiencial i. La distribución estrófica según las distintas letras del alefato hebreo es normal, pero la característica literaria es la de un poema sapiencial. El salmista es como el “sabio” lleno de experiencia, que da consejos a los que se sienten inquietos por el triunfo de los impíos en la vida. Las sentencias no suelen tener orden riguroso lógico, sino que están sometidas a las exigencias de la alfabetización de la primera palabra de cada estrofa. Muchas veces las sentencias se juntan por asociación de ideas, y no pocas veces se repiten con frases algo diferentes. Abundan los paralelismos sinónimos y no faltan los antitéticos, contraponiendo la suerte del malvado y la del justo.
Como es ley en esta primera colección del Salterio, el salmo es atribuido a David, pero el estilo sapiencial exige una época posterior al exilio; no hay en él frases que lleven el sello arcaizante de los tiempos davídicos.

El justo no debe impacientarse por el éxito temporal del impío (1-6).
1 De David. Alef. No te impacientes por los malvados, no envidies a los que hacen el mal, 2 porque, como el heno, presto se mustiarán, y cual la hierba verde se agostarán. 3 Bet. Tú confía en Yahvé y obra el bien; habita en la tierra y apaciéntate de seguridad. 4 Haz de Yahvé tus delicias, y te dará lo que tu corazón desea. 5 Guímel. Encomienda a Yahvé tus caminos, confía en El, y El obrará. 6 Y hará salir como la luz tu justicia, y tu derecho como el mediodía.

La prosperidad de los impíos plantea un problema a ciertos yahvistas, que no ven la manifestación de la justicia divina, castigando a los pecadores y premiando a los justos, según se prometía en la Ley 2. El salmista quiere salir al paso de esta perplejidad de espíritu, haciendo consideraciones sobre la vasta panorámica de la providencia de Yahvé en la historia de los hombres. El hombre ni ve ni entiende más que lo que le es inmediato, mientras que Dios dispone las cosas conforme a un módulo de valoración más amplio en el tiempo. En realidad, los que hacen el mal tendrán una prosperidad efímera, ya que a la hora de la cuenta se mustiaran como el heno, que ahora aparece lozano y verde 3. La hierba verde es símbolo en la literatura salmódica de lo perecedero4. No se debe dejar llevar de las apariencias el justo, pues el brillo y prosperidad de los impíos es pasajero5; al contrario, debe esperar pacientemente la hora de la justicia divina, que dirá su última palabra. Por eso se invita al justo a habitar la tierra y disfrutar de ella en seguridad; la tierra es la de Canaán, que pertenece a Yahvé y a su “heredad,” Israel. El justo debe usufructuar sus productos en seguridad, es decir, con la certeza de que Yahvé un día saldrá por sus derechos conculcados. Sobre todo debe centrar su vida en torno a Yahvé, haciendo de él sus delicias, pues así conseguirá lo que desea (v.4).
Supuesto que sólo en Yahvé se encuentra la verdadera felicidad, debe el justo confiar en El sus caminos, es decir, sus destinos en la vida, todas las ansiedades e inquietudes en las encrucijadas de la vida6, pues llegará el momento en que Yahvé obrara, saliendo en su favor en los momentos comprometidos; al fin brillará su justicia como la luz; aunque de momento aparezca oculta en la oscuridad, llegará un momento en que la noche se convertirá en mediodía y su derecho será plenamente reconocido por todos7.

Dios hará justicia sobre los impíos (7-11).
7 Ddlet. Aquiétate en Yahvé y espera en El; no te impacientes por la prosperidad de sus caminos, de los que obran la iniquidad. 8 He. Depon el enojo y deja la cólera. No te excites, que a mal sólo conduce. 9 Porque los malvados serán exterminados, pero los que esperan en Yahvé poseerán la tierra. 10 Wau. Aún un poco, y el impío ya no será; le buscarás en su lugar, y no estará. 11 Los afligidos poseerán la tierra y gozarán de gran paz.

No debe el justo enjuiciar demasiado pronto la situación, sino confiarse a Yahvé, aquietándose y esperando el momento de su intervención justiciera para poner las cosas en su punto. No debe impacientarse y dejarse llevar del enojo, que sólo conduce al mal, pues corre el riesgo de interpretar indebidamente los caminos secretos de la Providencia 8. A la hora de la verdad – cuando intervenga la justicia Adivina -, los malvados serán exterminados de muerte violenta o prematura, mientras que los que esperan en Yahvé, los afligidos, poseerán la tierra. Como en el pasado los gentiles fueron arrojados de la tierra de Canaán para dejar lugar a los israelitas 9, así llegará la hora en que desaparecerán los malvados e insolentes, para dejar solos a los afligidos, a los predilectos de Yahvé. El pensamiento del salmista juega con la esperanza de los tiempos mesiánicos, en los que desaparecerá todo vestigio de pecado 10. Nadie disputará entonces los derechos de los fieles yahvistas, por tanto tiempo postergados. Entonces podrán gozar de una inmensa paz, ya que, por más que se busque a los impíos, ya no estarán (v.11).
Jesús nos da un nuevo sentido espiritual, del texto del salmo, según la versión de los LXX: “Los mansos poseerán la tierra”11; en la perspectiva evangélica no se trata ya de gozar materialmente de una paz paradisíaca en los tiempos mesiánicos, siendo los justos colmados de bienes materiales de la tierra, sino de la íntima satisfacción de los que siguen el mensaje de Jesús, los cuales, en expresión del Apóstol, pueden decir que “nihil habentes et omnia possidentes”12; el que tiene la paz interior, tiene la verdadera paz consigo mismo y con los demás; es un rey en la sociedad, pues no se deja llevar del vaivén de inquietudes pasajeras: posee la tierra en “un reino que no es de este mundo”13. El salmista está lejos de esta perspectiva exclusivamente espiritualista, y por eso – por carecer de luces sobre la retribución en el más allá – espera que la felicidad de los justos, libres de la compañía inquietante de los malvados, se dará en esta vida.

Las maquinaciones de los impíos contra los justos serán vanas (12-17).
12 Zain. Maquina el impío contra el justo y rechina sus dientes contra él. 13 El Señor se ríe de él, porque ve que viene su día. 14Jet. Desenvainaron los malvados su espada, entesaron su arco para abatir al pobre y al miserable, para asesinar a los de camino recto. 15 Su espada penetrará en su corazón, y se quebrantarán sus arcos. 16 Tet. Mejor le es al justo lo poco que la gran opulencia de los impíos 14, 17 Porque los brazos de los impíos serán rotos, mientras que Yahvé sostiene a los justos.

En la sociedad actual existe una continua maquinación de los malvados contra el justo, que sigue la Ley de Dios. La hostilidad es permanente y le acosa como una fiera que rechina sus dientes para lanzarse sobre él15. En realidad, el impío no piensa que llegará su día, es decir, el de la manifestación de la justicia divina sobre su pésima conducta; pero Yahvé, que sabe el destino que le espera, se ríe de sus maquinaciones 16. La Providencia divina tiene señaladas sus intervenciones en la historia, y todo llegará inexorablemente conforme a su plan prefijado de antemano. Los malvados atacan abiertamente al justo como enemigos que desenvainan la espada y entesan el arco 17; la hostilidad contra los pobres y devotos de Yahvé es constante y muchas veces violenta 18; el camino de rectitud de estos fieles yahvistas es una constante recriminación y acusación contra su pésima conducta 19. Pero, a la hora del castigo divino, su espada penetrará en su corazón, es decir, sus maquinaciones se volverán contra ellos, y todas sus hostilidades o arcos serán quebrantados 20.
En realidad, al justo le basta con poco para hacer frente a la opulencia de los impíos, porque tiene consigo a Dios, que dirá la última palabra21. Es lo que se expresa en Tob 12:8 : “Un poco con rectitud es mejor que mucho con iniquidad.” Los impíos, por muchos que sean, serán quebrantados, y de nada les valdrán sus bracos 22, pues Yahvé está con los justos, sosteniéndolos contra todos los ataques.25

Yahvé vela por la suerte de los justos (18-22).
18 Yod. Conoce Yahvé los días de los íntegros, y su posesión será por siempre. 19 No serán confundidos al tiempo malo, y en los días de hambre serán saciados. 20 Kaf. Pues los impíos perecerán, y los enemigos de Yahvé, como la lozanía de los prados, se marchitarán, se desvanecerán como el humo. 21 Lamed. Pide prestado el impío y no puede pagar, el justo se compadece y da. 22 Pues los benditos de Yahvé heredarán la tierra, mientras que sus malditos serán exterminados.

Yahvé conoce y aprueba la vida de los que le son fieles e intachables: en su omnisciencia sabe que sus días están dedicados a su servicio; por eso, su posesión o “heredad” en Israel continuará para siempre en su persona o en sus descendientes, mientras que la posteridad del malvado perecerá 24. Cuando lleguen los tiempos de calamidad, los justos no serán abandonados ni confundidos en sus esperanzas ante la estimación de la opinión social, sino que en los días de hambre y escasez serán saciados. Es lo que se dice en Job 5:20 : “En tiempo de hambre te salvará de la muerte; en tiempo de guerra, de los golpes de la espada.” En cambio, la suerte de los impíos, ahora próspera, será muy otra, pues en la hora de la prueba perecerán, y su esplendor aparente se marchitará como la lozanía de los prados o se desvanecerá como el humo, que se pierde en la atmósfera.
La situación del justo será tan próspera, que le sobrará para dar prestado al impío, que le falta lo necesario (v.21). Es la concreción de la promesa hecha a Israel: “Porque Yahvé, tu Dios, te bendecirá… y prestarás a muchos pueblos, y no tendrás que tomar prestado de nadie; dominarás a muchas naciones, y ellas no te dominarán a ti” 25. Al contrario, si es infiel a los mandatos de Yahvé, se anuncia la miseria: “el extranjero te prestará, pero tú no le prestarás; el vendrá a ser cabeza, y tú cola” 26. En el nuevo orden de cosas entrevisto por el salmista, el justo abundará en riquezas, con lo que podrá prestar al impío, de forma que éste le esté sometido. Es el cambio total de la situación actual, en que predomina el malvado en la sociedad. En el nuevo orden de cosas, los benditos de Yahvé heredarán la tierra (v.22), mientras que sus malditos serán exterminados de muerte violenta o con muerte prematura 27.

La protección de Yahvé sobre los justos (23-28).
23 Mem. Por Yahvé se afirman los pasos del varón cuyo camino le place. 24 Si cayere, no permanecerá postrado, porque Yahvé le sostiene su mano. 25 Nun. Mozo fui y ya soy viejo, y no vi abandonado al justo, ni a su prole mendigar el pan. 26 Todos los días se compadece y presta, y es bendecida su posteridad. 27 Samec. Apártate del mal y haz el bien, y habitarás por siempie. 28 Porque ama Yahvé el juicio y no desampara a sus piadosos. Ayin, Serán guardados para siempre 28. La progenie de los impíos será extirpada.

La vida del justo está bajo la especial providencia de Yahvé, que afirma y sostiene sus pasos de forma que no desfallezca ni resbale; y si cayere, al punto le ofrece su mano para levantarlo 29. No se trata de las caídas morales, o pecados, sino de los infortunios que pueden sobrevenir al justo, en cuyo camino o conducta Dios tiene sus complacencias. Las pruebas siempre serán para él pasajeras, pues tiene a su lado la mano del Omnipotente para levantarle de la situación de postración en que se halle. La experiencia de la larga vida del salmista le dice que nunca vio al justo desamparado ni a su prole mendigando el pan 30. Sus necesidades han sido pasajeras y no tales que les faltase lo necesario. Aun les sobra para prestar a los impíos, como se declara en el v.21; su posteridad con ello es bendecida por Yahvé y por los que serán testigos de su protección providencial.
El salmista, testigo por tantos años de la protección divina sobre el que camina por las sendas de la virtud, invita a su discípulo a apartarse del mal, que le atraería el alejamiento de su benevolencia; al contrario, el camino de la virtud y del bien es prenda segura de aprobación divina, con lo que esto incluye de bendiciones de todo género; mientras se mantenga en el camino de la fidelidad a Yahvé, el ser humano puede habitar por siempre en la tierra de Yahvé, la tierra de las promesas divinas 31, pues Yahvé ama todo lo equitativo que esté conforme al juicio o mandato de la Ley, y, por otra parte, nunca desampara a los que le son fieles, los piadosos, que procuran amoldarse hasta en los más mínimos detalles a su voluntad, expresada en los preceptos de la Ley.

Los justos poseerán la tierra (29-33).
29 Los justos poseerán la tierra y morarán en ella por siempre. 30 Pe. La boca del justo medita sabiduría, y su lengua proclama el derecho. 31 La ley de su Dios está en su corazón, sus pasos no vacilan. 32 Sade. El malvado espía al justo y busca cómo darle muerte. 33 Yahvé no le abandonará a su mano y no permitirá que sea condenado en el juicio.

En contraposición a la suerte de los impíos, los justos serán los verdaderos herederos de la tierra, y en ella se establecerán por siempre, sin miedo a perder su heredad. El justo, por estar dentro de los caminos de Dios, siempre está meditando sabiduría, pues el “principio de la sabiduría es el temor de Dios.” 32 Conformarse con sus caminos secretos, expresados en la Ley y en los designios secretos de su providencia, es la verdadera sabiduría, pues entonces el hombre encuentra su centro en la vida. Como el justo se halla dentro de la órbita de la verdad, su boca proclama el derecho, es decir, la recta vinculación a Dios y al prójimo a través de determinados deberes fundamentales. El centro de su corazón es la Ley divina, y por eso en su vida nunca se muestra vacilante. Sabe cuál es su norte, y se amolda cuidadosamente a sus exigencias. No vacilar en el lenguaje del Salterio es no caer en la desgracia 33 Con la protección divina, el justo camina seguro en la vida.
A pesar de que el malvado está constantemente espiando y conspirando contra el justo para hacerle caer en la desgracia y aun para darle muerte, no prevalecerá, pues Yahvé no lo entregará a sus manos ni permitirá que sea condenado cuando se plantee causa judicial contra él. El salmista aquí parece aludir a determinadas acusaciones calumniosas lanzadas contra el justo que pudieran acarrearle la muerte decretada por un tribunal. Pero Yahvé hará brillar la justicia en favor de su fiel servidor.

Los malvados desaparecerán sin esperanza (34-40).
34 Qpf· Confía en Yahvé y guarda sus caminos, y El te ensalzará para que poseas la tierra, y verás la exterminación de los impíos. 35 Resh. He visto al impío prepotente y extenderse como cedro del Líbano 34; 36y he pasado, y ya no era 35; le busqué, y no le hallé 36. 37 Sin. Guarda la integridad y practica el derecho 37, pues hay porvenir para el hombre pacífico. 38 Pero los impíos a una serán exterminados, y la posteridad de los malvados será extirpada. 39 Tau. De Yahvé viene la salvación de los justos, es su refugio al tiempo de la angustia. 40 Yahvé los socorre y los libra; del impío los libra y los salva, porque se acogen a El.

De nuevo el salmista toma un tono de maestro que da consejos a su (discípulo, conforme a la tradición “sapiencial”: la guarda de sus caminos o mandamientos conduce a la posesión de la tierra libre del dominio de los impíos; llegará el momento en que verá la vindicación pública de sus derechos y el castigo inexorable de los malvados 38. El salmista, para confirmar su sentencia anterior, acude a su experiencia personal: muchas veces ha sido testigo de la prosperidad de los impíos, que se han extendido prepotentes como cedro frondoso del Líbano, insolentes en su magnificencia y esplendor; pero al poco tiempo toda su opulencia se había disipado: he pasado, y ya no era (v.36).
La integridad de costumbres, la fidelidad a la Ley divina, el reconocimiento del derecho que de ella se deriva para con Dios y el prójimo, es el mejor modo de asegurar un porvenir o posteridad en el futuro. Pues Yahvé bendice y protege al hombre pacífico, en buenas relaciones con todos en la sociedad 39. En cambio, el futuro reservado a los impíos no puede ser más desolador, pues serán exterminados, y con ellos su posteridad. Porque, en definitiva, de Yahvé viene la salvación para los justos que se hallan en la ansiedad y la angustia.

1 Cf. Pro 24:19; Pro 3:31; Pro 23:17; Pro 24:1; Pro 15:16; Pro 16:8. – 2 Cf. Dt 4:1s. – 3 Cf. Gen 41:6.23; Isa 40:7; Eze 17:10; Stg 1:11. – 4 Cf. 2Re 19:26; Sal 92:8; Sal 102:5; Sal 129:6; Sal 103:165; Isa 40:63. – 5 Cf. Pro 24:19; Pro 3:31; Pro 23:17; Pro 24:1. – 6 Cf. Pro 16:3; 1Pe 5:7 – 7Cf. Job 11:17; Pro 4:18; Isa 58:10; Mat 13:43. – 8 Cf. Sal 39:2; Sal 73:2-3. – 9 Cf. Deu 12:29; Deu 19:1; Sal 25:13. – 10 Cf. Job 8:15; Job 20:9; Dan 9:24. – 11 Mt 5:5. – 12 2Co 6:10. – 13Jn 1:18 :36. – 14 Lit. el TM: “la opulencia de muchos impíos.” – 15 Cf. Sal 35:16. – 16 Cf. Sal 2:4. – 17 Cf. Prov i.ios; Sal 7:13; Sal 11:2; Sal 58:8; Sal 64:4. – 18 Cf. Pro 1:105. – 19 Cf. Sal 9:12.18; Amo 8:4; Isa 32:7; Jer 22:16. – 20 Cf. Sal 119:1. – 21 Cf. Pro 10:2.16; Sal 15:15; Sal 16:8; Ecl 5:9. – 22 Cf. Sal 10:15; Pro 38:15. – 23 Cf. Sal 3:5; Sal 54:4; Sal 71:6. – 24 Cf. Exo 31:24. – 25 Cf. Deu 15:6. – 26 Cf. Deu 28:44. – 27 Cf. Exo 31:14. – 28 Así según el TM. Como era de esperar una palabra que empezara por Ajyin, se ha supuesto que el texto primitivo decía ‘awelim nishmadú: “los malvados serán destruidos,” en vez de nishmarü (“serán guardados”) del TM, que tendría por sujeto a los piadosos. – 29 Cf. Jer 10:23; Pro 20:24; Sal 145:14; Pro 24:16. – 30 Cf. Gen 28:15; Sal 9:10. – 31 cf. Pro 10:30. – 32 prov Is7; Pro 10:31; Sal 40:4. – 33 Cf. Sal 15:5; Sal 18:37; Sal 21:8; Sal 26:1. – 34 Así según los LXX. El TM: “extendiéndose como un árbol indígena verdegueante.” La Bib. de Jér. sigue la lección griega. – 35 Lit. el TM: “ha pasado.” Los LXX, Sir. y Vg: “he pasado.” – 36 Lit. “no fue hallado.” – 37 Lit. el TM: “observa al perfecto y guarda al leal.” Nuestra traducción se basa en los LXX. Bib. de Jér.: “observa al perfecto y mira al hombre recto.” Así NP. – 38 Cf. Sal 52:55; Job 8:16s. – 39 Cf. Sal 34:15; Sal 35:20; Sal 120:7; Isa 59:8.

Fuente: Biblia Comentada

El Sal 37:1-40, un acróstico irregular, es un poema sapiencial dirigido al hombre, no a Dios. Los versículos Sal 37:12-24 se parecen mucho a las máximas de Proverbios. Las promesas del pacto de la «tierra» para Israel resaltan en sus versículos (cp. vv. Sal 37:3; Sal 37:9; Sal 37:11; Sal 37:22; Sal 37:29; Sal 37:34). Su tema fundamental trata de la antigua cuestión: «¿Por qué prosperan los impíos mientras que los piadosos se debaten en dificultades?» Una intrincada disposición expone la respuesta de David. En el Sal 37:1-40, David entremezcla y empareja seis pensamientos a fin de exponer su principal mensaje acerca de la eventual llegada de la justicia divina.

I. Una visión global introductoria (Sal 37:1-2)

II. Una expansión inicial (Sal 37:3-11)

III. Algunas perspectivas proverbiales (Sal 37:12-24)

IV. Un testimonio inicial (Sal 37:25-26)

V. Una expansión final (cp. vv. Sal 37:3-11) (Sal 37:27-34)

VI. Un testimonio final (cp. vv. Sal 37:25-26) (Sal 37:35-40)

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Salmo 37 (36): Salmo sapiencial de estructura alfabética (ver Introducción y notas a Sal 25:1-22 y Sal 119:1-176). En él un anciano, apelando a su experiencia, trata de responder al problema que plantea la prosperidad de los malvados y el fracaso de los justos. A esta circunstancia, que cuestiona el principio tradicional de retribución, se opone un mensaje de confianza en la justicia de Dios que actúa a favor de sus fieles y no permite el triunfo definitivo de quienes practican el mal.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Pro 3:31; Pro 24:19.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Salmo 37. Un Abc Para el Conflicto Espiritual Personal

Siendo un acróstico alfabético casi completo (ver Introducción), el Sal. 37 puede ser un comentario sobre los versículos finales del Sal. 36: la oración contra los hostiles de “pie y mano” y la afirmación de que dondequiera que asalten están destinados a ser derrotados. Presenta la tensión muchas veces agonizante en la vida de fe debido al contraste de la suerte sobre la tierra de los “rectos” -los que anhelan vivir diariamente su relación “andando bien con Dios”- y el “impío”, al ateo práctico para quien Dios puede existir pero únicamente como una irrelevancia. El Salmo contiene cuatro secciones de similar extensión, la segunda, tercera y cuarta caracterizándose por sus comienzos paralelos: El impío maquina (12), el impío toma prestado (21), el impío acecha (32).

1-11 Iniquidad que prospera: reacciones. El tono se establece haciendo notar que hay distintas maneras de encarar la vida (1 contrastado con 3), y que pareciera que fueran los falsos los que triunfan (7) mientras que los que anhelan hacer el bien muchas veces son probados por la vida y tentados a envidiar (1), a agitarse por ello (8) y a preguntarse si hay algo de cierto en la premisa de que los mansos heredarán la tierra (9, 11). Manda que la reacción sea de tranquilidad y contentamiento (1, 7, 8), confianza y compromiso moral (3, 5), silenciosa paciencia (7) y seguridad en el resultado (10, 11). La base sobre la cual descansan estos mandatos es la transitoriedad del malvado (2), la bendición segura de Dios (4-6) y el hecho que, al final, todo terminará bien (9-11). 3 Apaciéntate de la fidelidad, cultiva el ser fiel (a Dios y sus caminos) como el pastor atiende a su manada. 4 Anhelos, “pedidos”, anhelos transformados en oraciones. 5 El hará, o sea, “se pondrá en acción”. 6 Tu justicia, el hecho de que tú estás en lo justo; tu derecho, el juicio del tribunal supremo a tu favor. 7 Calla … espera. La “quietud” (de palabra y de hecho) de una confianza segura, sumada a lit. “retorciéndose”, estar sobre ascuas por lo que espera. 9 Esperan, la espera segura de la esperanza. 11 Mansos. Los que están abajo de todos en la vida pero encaran su situación con calma porque saben que están en la mano soberana de Dios.

12-20 Iniquidad hostil: percepciones. La observación en los vv. 1-11 de que la vida es injusta se considera ahora bajo otra perspectiva: los ateos prácticos, en su éxito se vuelven para oponerse y asaltar a los justos (12, 14). Sin embargo, en esta situación de peligrosa amenaza, las cosas no son como parecen: el Señor no es un espectador pasivo; ya ha tomado partido y ha determinado la perdición de los impíos (13), garantizando que sus hostilidades se volverán en su contra (15), porque ellos son enemigos de él también y condenados a morir (20). Por otra parte, aun aquí y ahora el justo es más rico que el malo (16) cuyo poder será quebrantado, pero el Señor es el poder presente de los justos; ellos están en íntima comunión con él y bajo su cuidado (18); ninguna calamidad terrenal los puede destruir porque tienen sus propias fuentes de satisfacción (19). La directiva de esta sección es que debemos practicar vivir a la luz de estas percepciones en lugar de rendirnos ante las apariencias externas de la vida. 14 Pobre … necesitado, respectivamente el desvalido y el que puede ser explotado. 17 Brazos, “poder”, habilidades y puntos fuertes personales. 18 Integros, la persona cuya vida es un todo integrado: interiormente, exteriormente y en todas sus partes. Conoce (cf. 1:6), bajo su íntima vigilancia y cuidado.

21-31 Iniquidad empobrecida: compromiso. Una percepción de la sección anterior era la riqueza más grande del justo. Esto ahora se explora en más detalle. La generosidad distingue al recto del malo (21, 26). Pueden darse el lujo de ser generosos porque (22 empieza con “Porque”) su futuro es seguro, su senda firme (23) y su presente ya ha recibido la provisión que necesita (25, cf. 28, 29). Como base de esta paz en medio de las demandas y amenazas de la vida está el factor escondido de bendición, complacencia, amor sustentador y fidelidad divina que experimentan en el contexto de su compromiso con su manera de vivir (27), el carácter que cultivan (28) y la calidad de sus palabras y su corazón (30, 31). En contraste con las quejas, envidias y enojos contra los cuales se nos advierte en los vv. 1-11, este compromiso es lo que debiera ser nuestra prioridad cuando la vida nos prueba con sus desigualdades. 22 Coloque el “porque” inicial. Los justos son liberados de manera que pueden practicar la generosidad porque su firme esperanza les quita ansiedad ante el futuro. 23, 24 Aunque sus pasos han sido afirmados no es inmune de caer. El sendero todavía tiene trampas y escollos, pero la mano que nos sostiene con seguridad nunca nos suelta. 25 Esta bien puede haber sido la experiencia continua del salmista, pero es más probable que debamos tomarla en el mismo sentido que el v. 24, o sea, con las palabras no expresadas “a la larga”. 26 Sobre la inclusión de la descendencia en la corriente de bendiciones, ver Exo. 20:6; Prov. 20:7; Hech. 2:39; 1 Cor. 7:14. 28 Fieles, relacionados con “misericordia” (36:5), aquellos a quienes él ama y que corresponden a su amor. 31 Ley, “enseñanza”.

32-40 Iniquidad temporal: seguridad. Se afirma el principio de que el Señor garantiza un resultado de bendición para los rectos (los que “andan bien con él”); aunque la amenaza parezca de muerte, al final serán los impíos los que morirán (32-34). En consecuencia, la fe sencilla que espera confiadamente el resultado, sumada a la obediencia que guarda su camino, es la vía para llegar a la posesión segura de la tierra (34). Un ejemplo particular tomado de la experiencia (35, 36) es considerado típico de lo que en última instancia será el caso (37, 38). Mientras tanto el Señor da salvación (liberación), protección, ayuda y socorro a los que se han refugiado en él (39, 40). 34 Para heredar la tierra (cf. 9, 11, 22, 29, 34). El mismo verbo se usa en todo el Salmo y la traducción “poseer” es preferible a “heredar”. El Señor dio a su pueblo la tierra prometida, pero su posesión con frecuencia se veía en peligro, nacionalmente por enemigos de afuera, individualmente por explotadores egoístas y opresivos. Tener una segura garantía y poder disfrutar de la posesión era algo muy deseable. Este es el primer significado del Salmo, pero su significado más amplio señala al día mesiánico y la nueva creación. 37 Integro, la persona de auténtica integridad (ver el v. 18). 38 Transgresores, “los que se rebelan”, burlándose adrede de la voluntad conocida de Dios.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

37.1 Nunca deberíamos envidiar al malvado, aun cuando algunos quizás sean muy populares o excesivamente ricos. No importa cuánto tengan, se debilitarán y desaparecerán como la hierba que se corta y se seca. Los que siguen a Dios viven de manera diferente a los malvados y, al final, tendrán tesoros mayores en el cielo. Lo que los incrédulos obtienen puede durar lo mismo que la vida, si tienen suerte. Lo que usted obtiene al seguir a Dios perdura para siempre.37.4, 5 David nos llama a deleitarnos en el Señor y a entregarle todo lo que tenemos y hacemos («tu camino»). Pero, ¿cómo hacemos esto? Deléitate significa experimentar gran placer y gozarse en la presencia de alguien. Esto sucede únicamente cuando conocemos muy bien a esa persona. Por lo tanto, para deleitarnos en el Señor, debemos conocerle mejor. El conocimiento de su gran amor por nosotros nos dará deleite.Encomienda significa confiarle todo al Señor: vida, familia, trabajo y posesiones, para su control y dirección. Encomendarnos al Señor significa confiar (37.5) y creer que El cuidará de nosotros mejor de lo que nosotros pudiéramos hacerlo. Deberíamos estar dispuestos a esperar con paciencia (37.7) para que El haga lo que es mejor para nosotros.37.8, 9 La ira y el disgusto (enojo) son dos de las emociones más destructivas. Revelan una falta de fe en que Dios nos ama y está al timón de nuestras vidas. No debemos disgustarnos. En cambio, debemos confiar en el Señor, entregándonos a El para su servicio y para que nos ponga a salvo. Cuando usted se enfrasca en sus problemas, se vuelve ansioso y se enoja. Pero si se concentra en Dios y en su bondad, encontrará paz. ¿Dónde pone su atención?37.11 La mansedumbre no parece ser el arma apropiada para enfrentar enemigos. La batalla de Dios debe llevarse a cabo con una fe serena, humildad delante de El y esperanza en su liberación. Jesús también promete una recompensa segura para los que tienen actitudes humildes (Mat 5:5).37.21 Se pueden decir muchas cosas acerca del carácter de una persona por la forma en que maneja el dinero. Los impíos disfrazan el robo como préstamo. Los justos dan con generosidad al necesitado. Los impíos, por lo tanto, se centran en sí mismos mientras que los justos buscan el bienestar de los demás.37.23, 24 Dios ordena y afirma los pasos del que le busca. Si quiere que Dios dirija su camino, busque su consejo antes de dar el primer paso.37.25 Puesto que niños mueren de hambre hoy, como en los días de David, ¿qué quiso decir él con estas palabras? Los hijos de los justos no tendrán hambre porque otros creyentes los ayudarán en sus momentos de necesidad. En los días de David, Israel obedeció las leyes de Dios que establecían que se debía tratar a los pobres con justicia y misericordia. Mientras Israel fue obediente, hubo suficiente comida para todos. Cuando Israel se olvidó de Dios, los ricos cuidaron de sí mismos y los pobres sufrieron (Amo 2:6-7).Cuando veamos a un hermano en Cristo sufriendo, podemos responder de tres maneras: (1) Decir, como los amigos de Job, que el afligido se acarreó los males. (2) Decir que es una prueba para ayudar al pobre a tener más paciencia y confianza en Dios. (3) Podemos ayudar a la persona en necesidad. David hubiera aprobado solo la última opción. A pesar de que muchos gobiernos actuales tienen sus leyes para ayudar a los necesitados, esto no es excusa para olvidar al pobre y al necesitado que están a nuestro alcance.37.34 Es difícil esperar con paciencia la acción de Dios cuando queremos un cambio inmediato. Pero Dios promete que si nos sometemos a su tiempo, El nos exaltará. Pedro dice: «Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que El os exalte cuando fuere tiempo» (1Pe 5:6). Sea paciente, haciendo con mansedumbre la obra que Dios le ha asignado, y permita que El decida el mejor momento para cambiar sus circunstancias.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) Enc. En M este salmo está en acróstico u orden alfabético heb.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 1163 Sal 37:7; Pro 24:19

b 1164 Sal 73:3; Pro 3:31; Pro 23:17

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Salmo 37 Este Salmo contiene expresiones de sabiduría que enseñan al creyente a no juzgar la vida por la prosperidad presente de los impíos, sino por la futura recompensa de los justos. Los justos no deben afligirse por la maldad de los que les oprimen, sino que deben confiar en que Dios eliminará a los impíos y vindicará a los justos dándoles la tierra para siempre. El Salmo se refiere siete veces a que el justo heredará la tierra, fuente y símbolo de vida (vers. 3, 9, 11, 18, 22, 29 y 34). En contraste, el impío será cortado (vers. 9, 18, 34). Aunque los impíos aparezcan como la hermosura de los prados o como un frondoso árbol, ellos se desaparecerán como el humo (vers. 20) y su lugar no será conocido (vers. 35, 36). El contraste del destino de los justos y los impíos se realiza por el Señor que mantiene el orden moral por el justo y contra el impío (vers. 4, 6, 13, 17, 18, 23, 24, 28, 33, 34, 39 y 40). Ante la injusticia el justo es instruido a evitar la ira, confiar en el Señor (vers. 3), deleitarse en El (vers. 4), encomendarse a El (vers. 5), confiar en El (vers. 7) y refugiarse en El (vers. 40). Los impíos son caracterizados como maquinadores oportunistas (vers. 7, 12, 32) que no pagan sus deudas (vers. 21) y como malvados criminales (vers. 14, 32). Los justos son caracterizados como humildes (vers. 11), inocentes (vers. 18, 37), compasivos (vers. 21, 26), íntegros, pacíficos (vers. 37), hablan sabiamente (vers. 30) y que tienen en sus corazones la ley del Señor (vers. 31).

Fuente: La Biblia de las Américas

No te impacientes. No te excites, enojes o indignes.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

En este salmo de sabiduría, David usa una serie de expresiones proverbiales para exhortar al justo a confiar en Jehová quien hará que hereden la tierra (vv. Sal 37:9; Sal 37:22; Sal 37:29) y que no se impacienten a causa de los malignos quienes serán desarraigados de la tierra (vv. Sal 37:22; Sal 37:28; Sal 37:34; Sal 37:38). Este salmo es un acróstico alfabético, los versículos pares comienzan con una letra del alfabeto hebreo en orden consecutivo.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

SALMO 37 (36)[30] Estrecha unión entre la sabiduría y la observancia de la ley. Prov 31, 26.

Fuente: Notas Torres Amat