No hay parte sana en mi cuerpo a causa de tu ira; no hay paz en mis huesos a causa de mi pecado.
Nada hay sano en mi carne. Sal 31:9; 2Cr 26:19; Job 2:7, Job 2:8; Job 33:19-22; Isa 1:5, Isa 1:6.
Ni hay paz en mis huesos. Sal 6:2; Sal 51:8; Sal 102:3, Sal 102:5.
a causa de mi pecado. Sal 51:8; Sal 90:7, Sal 90:8; Lam 3:40-42.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
NO HAY NADA SANO EN MI CARNE. El salmista pone de relieve dos consecuencias de cometer grave pecado después de conocer al Señor y haber recibido su misericordia.
(1) Ira y juicio divinos. La, enseñanza de que Dios siempre perdona y olvida el pecado sin jamás castigar al creyente arrepentido no es una enseñanza bíblica. Pudiera pasar tiempo antes de que un pecador arrepentido vuelva a experimentar el favor de Dios. Aun después del perdón, pudiera haber consecuencias temporales que se prolonguen por meses o incluso años (véanse 2Sa 12:9-13, notas).
(2) Dolor corporal y angustia mental. El pecado ocasiona pesada carga y sufrimiento al transgresor. Dios pudiera permitir una grave enfermedad o incluso la muerte como resultado de la iniquidad (vv. Sal 38:3-10; cf. Hch 12:21-23; 1Co 11:29-30)
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
— de mis pecados: Como en otros salmos, la enfermedad se considera una manifestación de la ira de Dios que castiga así las faltas de los humanos.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Isa 1:5-6.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
e 1257 Sal 102:10; Isa 1:6
f 1258 Sal 6:2; Sal 31:10; Sal 41:4; Sal 51:8
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
El pecado de David no es identificado, si bien es probablemente diferente del mencionado en el Sal 51:1-19.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
nada sano… → Is.1.6.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
g Isa 1:6.