Aunque yo sea pobre y necesitado, Jehovah pensará en mí. Tú eres mi ayuda y mi libertador; ¡Oh Dios mío, no te tardes!
aunque afligido yo. Sal 40:5; Sal 34:6; Sal 69:33; Sal 70:5; Isa 41:17; Mat 8:20; 2Co 8:9; Stg 2:5.
Jehová pensará en mí. 1Pe 2:23; 1Pe 5:7.
Mi ayuda y libertador eres tú. Sal 54:4; Isa 50:7-9; Heb 13:6.
Dios mío, no te tardes. Sal 143:7, Sal 143:8; Apo 22:20.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El Sal 40:1-17 comienza con un alto vuelo de acción de gracias y acaba con una mezcla de oración y de lamento (cp. la dinámica del Sal 27:1-14). Además, los últimos cinco versículos del Sal 40:1-17 son casi idénticos al Sal 70:1-5. Por todo este salmo surgen asociaciones cruciales. La primera es entre el rey teocrático como individuo y la comunidad del pueblo teocrático. Más allá de esto, desde la perspectiva de la revelación del NT, en los vv. Sal 40:6-8 se contiene en forma seminal una asociación con el más Gran David (cp. Heb 10:5-7). El precedente histórico y las oraciones por la presente tribulación impulsan el salmo de principio a fin. En su actitud, David comprendía la importancia de lo que se mandaría por medio de Pablo en Rom 12:1-2. Estos elementos constituyen solamente una parte de la riqueza del Sal 40:1-17. Las siguientes notas ayudarán a seguir los movimientos en la mente de David a lo largo de estos diecisiete versículos: Dos situaciones componen el trasfondo para las manifiestas expresiones de adoración del salmista en el Sal 40:1-17.
I. Precedente de una situación pasada (Sal 40:1-10)
A. El misericordioso rescate por parte de Dios (Sal 40:1-3)
B. Los múltiples recursos en Dios (Sal 40:4-5)
C. Las respuestas motivadoras de parte de Dios (Sal 40:6-10)
II. Oraciones para una situación presente (Sal 40:11-17)
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
NOTAS
(1) Uno de los 134 cambios de YHWH a ’Adho·nái que hicieron los escribas. Véase Ap. 1B.
REFERENCIAS CRUZADAS
r 1370 Sal 70:5
s 1371 1Pe 5:7
t 1372 Sal 54:4; Isa 50:7; Heb 13:6
u 1373 Sal 143:7
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
En este salmo de alabanza (vv. Sal 40:1-10) y de petición por liberación (vv. Sal 40:11-17), David alaba a Dios por la liberación pasada (vv. Sal 40:1-4) y se ofrece a sí mismo en dedicación (vv. Sal 40:5-10). Luego David presenta un nuevo problema delante del Señor (vv. Sal 40:11-12), y pide otra vez por su liberación (vv. Sal 40:13-17). Las palabras de la dedicación de David (vv. Sal 40:6-8) trascienden al salmista y enfocan la persona del Señor Jesús quien vino para ser el sacrificio obediente que pone fin a todos los sacrificios (véase Heb 10:5-7 donde se citan estos versículos).