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Comentario de Salmos 43:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Salmos 43:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa. Líbrame de una nación impía, del hombre de engaño e iniquidad.

Año 1021 a.C. (Título) Es evidente que este salmo es la continuación del anterior, y es del mismo autor; y fue escrito como uno solo en cuarenta y seis manuscritos. Lo parecido del tema, la similaridad de la composiciónn, y retorno de la misma carga en ambos, son suficiente evidencia de esta opinión.

Júzgame, oh Dios. Sal 7:8; Sal 26:1; Sal 35:24; Sal 75:7; 1Co 4:4; 1Pe 2:23.

y defiende mi causa. Sal 35:1; 1Sa 24:15; Pro 22:23; Pro 23:11; Miq 7:9.

y del hombre engañoso e inicuo. Sal 71:4; 2Sa 15:31; 2Sa 16:20-23; 2Sa 17:1-4.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

David, ora por la restauración del templo, promete servir a Dios con júbilo, Sal 43:1-4.

Anima a su alma a confiar en Dios, Sal 43:5.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

es una continuación del Sal 42:1-11. El poema original estaba separado en los dos salmos que tenemos hoy día, para que se pudieran leer con mayor facilidad en el Templo. Como sea, el Sal 43:1-5 comparte características de un salmo de lamentación y de un salmo de confianza. La estructura del poema es la siguiente:

(1) un llamado de reivindicación del Señor (vv. Sal 43:1, Sal 43:2)

(2) una plegaria por el regreso del salmista al Templo para adorar a Dios (vv. Sal 43:3, Sal 43:4);

(3) un renovado llamado a la esperanza en Dios (Sal 13:1-6).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Salmo 43 (Vg 42).

Súplica de auxilio y de repatriación (1-5).
júzgame, ¡oh Dios! y defiende mi causa; líbrame-de esta gente sin piedad, del hombre pérfido y malvado. 2Pues que eres tú mi refugio, ¿por qué me rechazas? ¿Por qué he de andar en luto bajo la opresión del enemigo? 3 Manda tu luz y verdad; ellas me guiarán i y me llevarán a tu monte santo, a tus tabernáculos. 4¡Oh si pudiera acercarme al altar de Dios, al Dios de mi alegría, y cantarle a la cítara, oh Dios, Dios mío! 5¿Por qué te abates, alma mía? ¿Por qué te turbas contra mí? Espera en Dios, que aún le alabaré. ¡El es la salvación de mi rostro y mi Dios!

Ahora concreta más el salmista su condición de perseguido. Por ello encomienda su causa judicial al único que le puede ayudar y defender, su Dios. Pide que le juzgue, porque sabe que en ese caso quedará vindicada su inocencia ante la sociedad, que no le comprende y acusa 1. Sus enemigos son gentes sin piedad, pues le han exilado de su tierra, alejándole del santuario de Yahvé, en el que encontraba sus íntimas alegrías. Con toda perfidia le han expulsado los malvados. El salmista no explica por qué han tomado esta injusta actitud con él; pero es de suponer que sea víctima de gentes materialistas e irreligiosas, que no soportaban la presencia del que procuraba vivir vinculado a Yahvé. Quizá se deba a intrigas de elementos de la familia levítica, que por intereses creados le han alejado de la casa de Yahvé por considerar importuna su presencia en ella, pues con su vida religiosa era una acusación permanente contra su modo de vivir al margen de la ley divina.
Ante esta actitud de hostilidad e incomprensión, el salmista acude a su Dios, que siempre ha sido su refugio, pero que ahora le rechaza incomprensiblemente 2. Al carecer del valor redentivo y expiativo del dolor con vistas a la retribución en ultratumba, el justo del A.T. no comprende los caminos secretos de la Providencia divina. La vida del salmista resulta así una existencia de luto triste, siempre acosado por la opresión del enemigo. En el caso actual pide ante todo que se clarifique su causa judicial, y por eso ruega a su Dios que dé luz y verdad sobre su conducta calumniada. La luz y verdad, cuando provienen de Yahvé, suponen aprobación y complacencia, y, por tanto, son garantía de salvación y de liberación en las situaciones comprometidas. Es justamente lo que desea el salmista exilado: volver a su antigua situación de huésped de Yahvé en su templo, acercándose a su altar, al monte santo, al tabernáculo sagrado. La expresión plural tabernáculos, aplicada al templo, tiene aquí el sentido amplificativo o intensivo para recalcar la dignidad del santuario de Yahvé, en el que no faltaban diversos atrios y compartimientos sagrados, santificados por la presencia divina 3. El salmista ansia ardientemente volver al templo jerosolimitano, asentado en el monte santificado por la presencia de Yahvé, para allí darle gracias y alabarle con acompañamiento de cítara. Ante esta perspectiva reacciona contra la depresión moral: ¿Por qué te abates, alma mía? (v.5). Por delante aún queda la esperanza de volver a alabar y contemplar el rostro salvador de Yahvé, es decir, de gozar de su benevolencia en la intimidad litúrgica del santuario.

1 Cf. Sal 7:9; Sal 26:2; Sal 35:2.25. – 2 Cf. Sal 44.9-24. – 3 Cf. Sal 26:9; Sal 46:5; Sal 84:2.

Fuente: Biblia Comentada

Júzgame … defiende mi causa. Esta combinación de términos legales expone respectivamente que el salmista pedía a Dios que fuera a la vez su Juez (cp. Jue 11:27; 1Sa 24:12; Sal 7:8; Sal 26:1) y su Abogado defensor (cp. Sal 119:154; Pro 22:23; Pro 23:11; Jer 50:34; Lam 3:58). Acerca de ambos conceptos combinados, como aquí, cp. 1Sa 24:15; Sal 35:1; Sal 35:24; Miq 7:9.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

El Sal 43:1-5 podría concebirse como un epílogo del Sal 42:1-11. El salmista pasa de la introspección a la invocación. Sin embargo, como se indica en el v. Sal 43:5, los problemas del salmista no habían llegado a su fin, al menos no de una forma plena y definitiva. Sin embargo, se hace evidente el progreso espiritual. Al interrelacionar los dos modos de comunicación del salmista en el Sal 43:1-5 y luego comparándolos con los lamentos del Sal 42:1-11, se observan indicaciones de dicho progreso al seguir él afrontando su desaliento.

I. Oraciones a Dios (Sal 43:1-4)

A. Rectificando males (Sal 43:1-2)

B. Restaurando «derechos» (esto es, cosas propias o apropiadas) (Sal 43:3-4)

II. «Discursos exhortatorios» para uno mismo (Sal 43:5)

A. Exhortación (Sal 43:5 a-b)

B. Aliento (Sal 43:5 c-d)

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Salmo 43 (42): Ver nota introductoria a Sal 42:1-11.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Sal 7:8; Sal 119:154.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— del falso y del malvado: Con un lenguaje de claras connotaciones judiciales, el salmista urge a Dios a intervenir en su favor.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Salmos 42, 43. De Fe en Fe

Estos dos Salmos son indudablemente uno y no se sabe por qué fueron divididos. Un estribillo balanceado une tres estrofas de largo similar (42:6, 11; 43:5); hay conexiones entre expresiones, p. ej. en las primeras dos estrofas, «mientras me dicen» (3, es igual a «diciéndome cada día», 10); en la segunda y tercera, «enlutado» (42:9; 43:2); y hay unidad y desarrollo del tema. (a) En 42:1-5 («anhelo de la fe»), los recuerdos del pasado agudizan su dolor actual. La metáfora de una sequía (1, 2) expresa una profunda ansia de sentir la presencia de Dios. (b) En 42:6-11 («avivamiento de la fe») la metáfora de la tormenta (7) expresa las aflicciones del presente pero ve las olas como olas del Señor, su amor permanece (8), sigue siendo mi roca (9). (c) En 43:1-5 («la fe respondiendo») la metáfora de un grupo que busca algo perdido (3) expresa seguridad en el futuro. El Dios que sigue siendo una fortaleza lo conducirá de regreso a su hogar (3, 4).

Es posible imaginar muchas situaciones que pueden haber motivado este Salmo. El escritor trae a la mente los servicios del templo como cosa del pasado (42:4); se encuentra ahora en el extremo norte de Palestina (42:6); sólo una intervención de Dios puede traerlo de regreso (43:3); se encuentra rodeado de enemigos triunfadores que lo acosan (42:3, 9, 10). Cualquier ocasión cuando un enemigo tomó cautivos y los deportó (p. ej. 2 Rey. 14:14; 24:14) sería apropiada.

43:1-5 El futuro esperado

La oración sigue, pidiendo ser rescatado y restaurado; el realismo sigue, equilibrando los problemas del presente con las perspectivas del futuro. 1 Júzgame, reivindícame pronunciando tu juicio a mi favor. 2 La realidad de la fortaleza y de sentirse desechado: seguro con respecto a Dios, zarandeado por la vida, ver explicación del v. 9. 3, 4 Tu luz y tu verdad, se considera la figura de un grupo de rescate. La realidad es que vivir en la luz de Dios y atesorar su verdad es el camino correcto para pasar las dificultades de la vida y llegar a una conclusión bendecida. Nótese la progresión de la cercanía que va en aumento: monte … moradas … altar … Dios: paso a paso, un regreso total al hogar.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

43.3 «Santo monte» es el monte de Sion, en Jerusalén, la ciudad de David nombrada capital de Israel. El templo se construyó allí, como lugar donde el pueblo se reuniría con Dios en adoración y oración.43.3, 4 El salmista pidió a Dios que enviara su luz y su verdad para guiarlo hacia el monte santo, el templo, donde encontraría a Dios. La verdad de Dios (véase 1Jo 2:27) brinda el buen camino que debemos seguir, y la luz de Dios (véase 1Jo 1:5) nos ofrece una visión clara para seguirlo. Si se siente rodeado de oscuridad e inseguridad, siga la luz y la verdad de Dios. El le guiará.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) O: “sin bondad amorosa”.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 1434 Sal 7:8; Sal 26:1; Sal 35:24

b 1435 1Sa 24:15; Sal 35:1; Pro 22:23

c 1436 Sal 71:4

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Salmo 43 Los Salmos 42 y 43 originalmente formaban un solo Salmo de petición que se iniciaba en la más profunda desesperación del salmista (Sal 42) causada por el exilio de la presencia de Dios en el templo y por los vituperios de los impíos (43:1), y continuaba a una petición de esperanza que él nuevamente volvería a adorar a Dios en el templo (Sal 43). Ahora dividido en dos, estos Salmos forman una unidad litúrgica al ser vistos en su contenido temático, sus frases comunes (42:5, 11; 43:5; 42:9; 43:2), su estilo común, su forma de lamento (42:1-43:5), y la ausencia de superinscripción al Sal 43, es característica única de esta colección de los hijos de Coré (Sal 42-49). La Septuaginta (LXX) le pone el título Salmo de David al Sal 43, mostrando que el Salmo fue dividido en una fecha temprana. Usando la forma típica de lamento, el poeta se mueve de lamento (en el mayor de los casos en pasado, 42:1-4), a confianza (en el mayor de los casos en presente, 42:5-11) y finalmente a petición (43:1-3) y alabanzas futuras (43:4, 5). El salmista se siente deprimido (42:5-11). Mientras lucha por recordar al Señor (vers. 6), el caos le rodea (vers. 7). El decide orar (vers. 8, 9), pero continúa en lucha contra sus enemigos (vers. 10). Sólo en la oración él escapa de su depresión (43:1-5). Normalmente la memoria estimula la fe, pero en este caso se intensifica su dolor (42:4) y no puede librarlo (42:6-10). La exhortación a esperar en Dios y a alabarle apunta a su liberación. Solamente en la última sección el salmista articula con toda seguridad su confianza necesaria para darle el triunfo sobre sus enemigos y los que le asechan. Las primeras dos veces es precedida de lamento y depresión, la última por gozo y alabanza.

Fuente: La Biblia de las Américas

El ánimo del salmista se transforma en un estado de confianza y paz.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Véase la nota introductoria en el Sal 42:1-11.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

* En algunos mss. hebreos los Salmos 42 y 43 aparecen como uno solo

O, Sé tú mi juez, o, Vindícame

Fuente: La Biblia de las Américas