Comentario de Salmos 47:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

(Al músico principal. De los hijos de Coré. Salmo) ¡Pueblos todos, aplaudid! ¡Aclamad a Dios con voz de júbilo!

(Título).

Un Salmo. Se supone que este Salmo fue compuesto por Salomón cunado trasladó el arca al templo, 2Cr 7:1-22. de los hijos de Coré. Sal 46:1.

batid las manos. Sal 98:4; 2Re 11:12; Isa 55:12.

Aclamad a Dios. Sal 47:5; Sal 98:4; 1Sa 10:24; 2Sa 6:15; 2Cr 13:15; Esd 3:11-13; Jer 31:7; Sof 3:14; Zac 4:7; Zac 9:9; Luc 19:37-40; Apo 19:1, Apo 19:2.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Las naciones son exhortadas a recibir con alegría el reino de Dios, Sal 47:1-9.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Salmo real atribuido a los hijos de Coré; presenta el gran ascenso del Rey de reyes al trono. El salmo también presenta el gozo del pueblo por el hecho de que el reinado del Gran Rey significa el fin de toda iniquidad, de las guerras y de las tribulaciones (Isa 11:3-5). Los poetas de las Escrituras sabían que Dios es Rey como Creador del mundo (Sal 93:1-5), que es el Rey de su pueblo por ser su Salvador (Sal 99:1-9), y que es el Rey venidero en el futuro profético. Este es el enfoque del (Sal 47:1-9). La estructura del poema es la siguiente:

(1) Llamado a aclamar triunfalmente la venida del Rey (vv. Sal 47:1-4);

(2) Llamado a aclamar triunfalmente (vv. Sal 47:5-7);

(3) Llamado a regocijarse en el reinado del Rey (vv. Sal 47:8, Sal 47:9).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

batid las manos: Hay muchas maneras en que el pueblo de Dios expresa su gozo en él; uno es batir las manos en jubilosa adoración.

Pueblos todos: Principalmente es el pueblo de Dios el que alabará al gran Rey; pero el llamado a todas las naciones era siempre una parte del cuadro general en la teología de los salmos (Sal 67:1-7Sal 117:1-2).

Jehová el Altísimo: El nombre divino usualmente traducido «Jehová» es reforzado por la palabra Altísimo que habla del poder de Dios sobre todas las naciones (Sal 7:17Sal 77:10Sal 78:17Sal 78:35Sal 78:56; Sal 82:6Sal 107:11Deu 32:8).

temible se relaciona con la palabra «temor» y sugiere reverencia hacia el Dios Todopoderoso (Sal 147:11).

Rey grande es la frase clave de todo el salmo. Todos los reyes tienen una autoridad derivada; sólo un Rey, el gran Dios del cielo, es absoluto en poder y justicia.

Él someterá: La promesa de la victoria futura del pueblo de Dios bajo el liderazgo de su gran Rey es un centro básico de atención en la Biblia (Sal 2:1-12Sal 110:1-71Co 15:24-28). El resultado de la batalla fue determinado hace largo tiempo por Dios.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Salmo 47 (Vg 46): Invitación a las Gentes a Reconocer la Soberanía de Yahvé.
E sta composición tiene el aire de un himno de alabanza a Yahvé, que muestra su majestad y poder indomable sobre todos los pueblos y su protección sobre Israel. No pocos autores consideran este salmo como continuación conceptual del anterior, y por ello compuesto en la misma ocasión de una liberación milagrosa del pueblo elegido, que estuvo a punto de ser anegado por una conmoción de pueblos coligados contra él. Se invita a todas las naciones de la tierra a participar en este homenaje solemne al que triunfa sobre todos los pueblos. El poeta escenifica enfáticamente el triunfo de Yahvé, que, después de bajar a la tierra a pelear por su pueblo, sube a su morada celeste entre las aclamaciones de los pueblos del orbe, brillando así su gloria y majestad. Desde allí gobernará sobre todos los pueblos, cuyos príncipes serán sus vasallos. Esta predicción de la sumisión de todos los reyes de la tierra a Yahvé tiene el sello de las profecías mesiánicas. Los salmistas – como en general los profetas – vivían de la esperanza en el establecimiento de la futura teocracia mesiáni-ca, y por eso su imaginación se dirige constantemente a esta panorámica maravillosa caracterizada por el triunfo total de Yahvé y el reconocimiento de su soberanía por todos los pueblos 1.
El salmo se divide en dos estrofas paralelas. Los críticos modernos insisten en el carácter escatológico del mismo, y por ello suponen que es de época reciente. No obstante, la alusión a la entronización de Yahvé como Soberano de todas las naciones gentílicas se puede concebir como una idealización de un poeta con sentido profético, que ya en los tiempos gloriosos de la monarquía, cuando Israel dominaba sobre otros pueblos, como moabitas, sirios, amonitas y filisteos2, se columbraba una etapa futura de triunfo universal, conforme a las promesas hechas a los patriarcas sobre la bendición de todas las gentes en la estirpe de Abraham. Los hagiógrafos tienen un sentido profético de la historia, y su mente se dirige siempre a la culminación de la etapa en que se cumplirán estas promesas.

Yahvé someterá las naciones a Israel (1-6).
1 Al maestro de coro. De los hijos de Coré. Salmo. 2 ¡Oh pueblos todos! batid palmas, aclamad a Dios con voces jubilosas, 3 Porque es Yahvé el Altísimo, el terrible, el gran Rey sobre toda la tierra. 4 El nos someterá a los pueblos y pondrá las naciones bajo nuestros pies, 5 El nos ha elegido como su heredad 3, el orgullo de Jacob, a quien El amó. Seláh. 6Se eleva Dios entre aclamaciones, Yahvé (se alza) al son de las trompetas,

Se invita a todas las naciones a asociarse al triunfo espectacular de Yahvé como Soberano de todos los pueblos 4. Es el gran rey no sólo de Israel, sino de todas las gentes. En los textos cuneiformes asirios, el soberano se da el título arrogante de “gran rey.” Aquí el salmista aplica este título a Yahvé, único Señor de los hombres todos5. Para destacar su carácter superior y trascendente se le llama el Altísimo, traducción no segura del Elyon, nombre que en Gen 14:18 se da al dios de Melquisedec, reconocido como tal por el propio Abraham, que le ofrece los diezmos. En la literatura poética arcaizante no es raro este nombre para designar al Dios de Israel6. Aquí se le da, además, el epíteto de terrible, pues tiene a disposición la omnipotencia, y nadie puede hacerle frente7. La divinidad es concebida como una fuerza temible, que puede dar la muerte al que indignamente se acerque a ella o trate de empañar sus derechos. La misma “santidad” es concebida como una fuerza aislante de lo divino, que lo protege contra toda contaminación indigna 8. Aquí el salmista da a Yahvé el epíteto de terrible para hacer reflexionar a las naciones que puedan oponerse al reconocimiento de su soberanía.
Si bien Yahvé es el Señor de todos los pueblos- – y, en consecuencia4, todas las naciones y gentes deben reconocer su soberanía -, está particularmente vinculado en los destinos históricos a Israel, que ha elegido como heredad (v.5), su porción selecta entre los pueblos 9; por eso a él los someterá, poniéndolos a su servicio (v.4). Es la concepción nacionalista que encontramos en muchos vaticinios profetices 10. Los hagiógrafos del A.T., al no tener luces sobre la retribución en el más allá, esperan una era de prosperidad material para la sociedad israelita, tantas veces conculcada y afligida por la invasión de los ejércitos extranjeros. Cuando veían a éstos pasar y dominar su país, surgía, por contraste, la idealización de los tiempos futuros, en que Israel habría de ser la nación soberana sobre todos los pueblos, por ser la heredad particular del Señor del universo. Es el orgullo de Jacob o el “primogénito” de Yahvé 11.
La tierra de Canaán fue entregada por decreto divino a Israel, y constituye por eso el orgullo de los descendientes de Jacob. Jeremías pone en boca de Yahvé estas palabras: “¿Cómo voy a contarte entre mis hijos y darte una tierra escogida, una magnífica heredad, preciosa entre las preciosas de todas las gentes?” 12 Israel, como colectividad nacional, nace en las estepas del Sinaí, y, en comparación con las regiones desérticas de esta península, Canaán resultaba para las mentalidades semibeduinas hebreas como una “tierra que mana leche y miel”13. Este país de feracidad excepcional – que en realidad no podía compararse a la de los pueblos mesopotámicos, fenicios y egipcios – fue cantado por los poetas de Israel como la tierra más deliciosa del orbe; es el orgullo o magnificencia de Jacob. La elección de Israel por Dios se debe al amor que le tuvo, no a los méritos de aquél: Jacob, a quien amo 14.
Yahvé ha tomado posesión de su tierra santa y de su pueblo, como lo hizo al manifestarse sensiblemente el día de la inauguración del templo salomónico 15; ha descendido a auxiliar a su pueblo en momentos críticos, y ahora se eleva a su morada celeste entre aclamaciones y al son de las trompetas (v.7). Durante los primeros tiempos de la monarquía y antes en el desierto, el arca era el símbolo de la presencia de Yahvé en su pueblo; en torno a ella, la multitud mostraba su devoción al Dios de Israel; cuando procesional -mente subía las gradas del templo, se simbolizaba su entrada triunfal también en la morada celeste, el “cielo de los cielos,” en la cúspide del firmamento, desde donde contemplaba a los hombres y gobernaba los pueblos 16. El salmista parece ahora aludir a esta entronización solemne de Yahvé, que asciende, glorificado por las aclamaciones populares, a sus mansión empírea.

Yahvé, Rey del universo (7-10).
7 ¡Cantad a Dios, cantadle! ¡Cantad a nuestro Rey, cantadle! 8 Porque es el Rey de toda la tierra, cantad a Dios con maestría. 9 Reina Dios sobre las gentes, se sienta Dios en su santo trono. 10 Los príncipes de los pueblos se han reunido con el pueblo del Dios de Abraham; pues de Dios son los grandes de la tierra 11, ensalzado sobremanera.

El salmista se dirige a Israel y a los príncipes de las naciones que (se han sumado a esta aclamación jubilosa del Dios de Israel, que se eleva majestuoso a tomar posesión de su trono celestial como soberano único del orbe y de los pueblos. El reinado de Yahvé no se limita a Israel, sino que se extiende a las gentes o naciones paganas, y el poeta quiere que éstas reconozcan su soberanía. Desde antiguo, su reinado fue reconocido por Israel18; pero llega la hora de que se le aclame como Rey de todos los pueblos, cuando se siente en su santo trono celestial para juzgar a todos los seres humanos 19. Su morada en el templo de Jerusalén es un símbolo de la otra celestial. Idealizando la situación, el salmista presenta ya a los príncipes de los pueblos reunidos en torno al pueblo elegido, el pueblo del Dios de Abraham. Es el cumplimiento de la promesa hecha al gran patriarca de que en él serían bendecidas todas las gentes 20. En los vaticinios mesiánicos no faltan alusiones a esta adhesión de las naciones a la religión de Israel, formando sus ciudadanos una categoría subordinada a la de los propios israelitas, que serán ciudadanos por derecho propio en la nueva teocracia 21. Se les admite al culto, pero no constituyen propiamente el “pueblo de Dios,” título reservado a Israel, “primogénito” de Yahvé 22. El título Dios de Abraham recuerda las promesas hechas al gran patriarca sobre la gloria de su descendencia, multiplicada como las arenas del mar 23. Los príncipes y grandes le pertenecen y le están sometidos, y bajo este aspecto también están sometidos al pueblo que es su heredad particular entre todas las naciones.

1 Cf. Isa 2:2-4; 60:1s. – 2 Cf. 2 Sam 8:9-12; 1Re 5:1. – 3 Así siguiendo a los LXX. El TM: “El nos ha elegido para nuestra heredad,” lo que no hace sentido.-· – 4 Sobre el batir palmas como signo de alegría y aprobación véanse Isa 55:12; Eze 25:6; Nah 3:19; Sal 98:3; 2Re 11:12. – 5 Cf. Isa 36:4. – 6 Cf. Sal 17:14; 45:5:Sal 82:19; Sal 86:5. – 7 Cf. Sal 76:8; Sal 76:13; Exo 15:11; Deu 7:21; Deu 7:10, Deu 7:17. – 8 Véase P. Van Imschoot, Thénlogie de I’Anden Testament I (Tournai 1954) 43-44· – 9 Cf. 1Re 8:51; Jer 12:8; Lam 5:2. – 10 Cf. Isa 11:105; Miq 4:13.6-8; Isa 49:23; Isa 61:55. – 11 Cf. Exo 15:17; Dt 4.21-38; Ter 3:19. – 12 Jer 3:16; Mal 1:2. – 13 Cf. Exo 13:5; Deu 6:3; Deu 26:9; Deu 27:3; Jos 5:6. – 14 Cf. Mal 1:2; Jer 3:19. – 15 Cf. 2Sa 6:12-15. – 16 Cf. Isa 66:1; Sal 113:16. – 17 Lit. el TM dice “los escudos de la tierra.” liemos seguido la traducción de los LXX: “los fuertes de la tierra.” Así la Vg. – 18 Cf. Exo 15:18; Deu 33:5; Sam 12:12; Isa 6:2. – 19 Cf. 1Re 22:19; Isa 66:1; Sal 11:4; Sal 29:10; Sal 89:7. – 20 Cf. Gen 12:1s. – 21 Cf. Isa 2:2s; Isa 11:10; Isa 56:6s; 60,3$; Zac 8:203. – 22 Sin embargo, en Isa 19:25 se llama a Egipto “pueblo mío.” – 23 Cf. Gen 1:2; Gen 17:6; Gen 22:17; Gen 32:12.

Fuente: Biblia Comentada

Pueblos todos. El llamamiento a la adoración es universal.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Los principales conceptos del Sal 47:1-9 se desarrollan alrededor de palabras y frases clave, p. ej. «pueblos» y «naciones» (vv. Sal 47:1; Sal 47:3; Sal 47:8-9); «tierra» y «toda la tierra» (vv. Sal 47:2; Sal 47:7; Sal 47:9); y «rey» o «reinando (como rey)» (vv. Sal 47:2; Sal 47:6-8). El principal mensaje de este salmo es que Dios es el Soberano sobre todos. Estructuralmente, hay dos estribillos de adoración en el Sal 47:1-9 que celebran este reinado universal de Jehová Dios Altísimo.

I. Primer estribillo: Dios como el vencedor Rey-guerrero (Sal 47:1-5)

A. El llamamiento a la adoración (Sal 47:1)

B. Las causas para la adoración (Sal 47:2-5)

II. Segundo estribillo: Dios como el Soberano Rey-Gobernador (Sal 47:6-9)

A. El llamamiento a la adoración (Sal 47:6)

B. Las causas para la adoración (Sal 47:7-9 b)

C. El código de adoración (Sal 47:9 c)

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Salmo 47 (46): Salmo real que canta la soberanía universal de Dios y describe la ceremonia de su entronización en el Templo desde donde reina sobre todas las naciones.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Sof 3:14-15.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Salmo 47. Un Dios, Un Rey, Un Pueblo

La victoria del Señor sobre la tierra (46:8, 9) no tiene la intención de terminar en desaliento internacional sino en gozo. El Sal. 47 convoca a la aclamación universal de un Dios como este. (1) Esta convocación es explicada (2 empieza con “Porque”) por la posición mundial de Jehovah como Rey. La evidencia de esto es lo que ha hecho por Israel en poder (3) y amor (4). En consecuencia, la verdad del Dios exaltado puede ser reiterada (5). Ahora se repite la misma secuencia: invitación a alabar (6, cf. 1), explicación, el Rey universal (7, 8, cf. 2), el pueblo favorecido (9, cf. 3, 4) y el Dios exaltado (9, cf. 5).

Pero, en la segunda vuelta, el énfasis es distinto: Israel es exaltado sobre las naciones por la providencia (3) y elección del Señor (4); en el v. 9 los pueblos, representados por sus gobernantes, son incorporados como el pueblo del Dios de Abraham, la promesa abrahámica se cumple y todas las naciones son bendecidas (Gén. 12:1-3). Si subió Dios, “ha ascendido”, o sea “habiendo descendido” para obtener una victoria, sugiere el trasfondo del Salmo, podemos pensar en el éxodo (Exo. 3:8) o quizá la victoria divina sobre los adversarios de David (18:9) o (mejor aún) el incidente con Senaquerib (Isa. 31:4). Sea como fuere, en este Salmo el AT mira gloriosamente hacia adelante al “descenso” mayor de Dios en Cristo para juntar a los hijos dispersos de Dios (Juan 11:52: cf. Isa. 19:23-25; 60:1-3; 66:20) y a una grandiosa ascensión a un reinado universal, concreto (Ef. 1:20-23) y definitivo (Fil. 2:9-11).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

47.1ss Este salmo se escribió en relación al mismo suceso que narra el Salmo 46, la invasión de Senaquerib, rey de Asiria, a Judá (2 Reyes 18.13-19.37).47.2 Jehová el Altísimo es temible mucho más allá de las palabras, pero esto no impidió a los escritores de la Biblia tratar de describirlo. Y tampoco debe impedirnos hablar acerca de El. No podemos describir del todo a Dios, pero podemos decirle a los demás lo que ha hecho por nosotros. No permita que la grandeza indescriptible de Dios le impida hablar a otros acerca de lo que usted conoce de El.47.9 Abraham fue el padre de la nación israelita. A veces, al Dios verdadero se le llamaba «el Dios de Abraham» (Exo 3:6; 1Ki 18:36). En un sentido espiritual, sin embargo, las promesas de Dios a Abraham se aplican a todo aquel que cree en Dios, judío o gentil (Rom 4:11-12; Gal 3:7-9). Por lo tanto, el Dios de Abraham es nuestro Dios también.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) Lit.: “palma”.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 1565 2Re 11:12; Sal 98:4; Isa 55:12

b 1566 Esd 3:11; Sal 33:3

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Salmo 47 Este es un himno llamando a todo el pueblo a celebrar la victoria de Dios (primera estrofa: vers. 1-4) y su reinado (segunda estrofa: vers. 6-9). Cada estrofa comienza con un llamamiento a la adoración (vers. 1, 6) seguido de la razón para la alabanza (vers. 2, 7), con una referencia a Dios como Rey (vers. 2, 7) sobre el pueblo (vers. 3) y sobre toda la tierra (vers. 7). Ambas estrofas giran alrededor del vers. 5, el verso central. El Salmo se originó en los triunfos davídicos y encuentra su más alto cumplimiento en el triunfo de Cristo sobre las naciones (Jn 17:2); y tendrá su consumación cuando Cristo reine en el mundo (1 Co 15:24, 25; Col 1:15-23; Ap 5:9-14).

Fuente: La Biblia de las Américas

Este salmo de realeza de Dios celebra el reinado del Señor sobre toda la tierra. Como los Sal 96:1-13; Sal 97:1-12; Sal 98:1-9, este salmo preve el gobierno de Dios a través de Cristo durante el milenio (véase nota en el Sal 96:1-13).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

batid palmas… Heb. taqá´. Expresión no común en ref. a las palmas de las manos Nah 3:19, mientras que sí lo es cuando se usa para tocar la trompeta o el shofar Sal 81:3.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Heb. taqáu180?. La expresión no es común cuando se refiere a las palmas de las manos g Nah 3:19, mientras que sí lo es cuando se usa para tocar la trompeta o el shofar g Sal 81:4.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

SALMO 47 (46)[8] Cantad entendiendo lo que cantáis, de manera que no busquéis el sonido que halaga el oído, sino la luz que alumbra al corazón. Dios reina.

Fuente: Notas Torres Amat