Comentario de Salmos 6:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
(Al músico principal. Con Neguinot. Sobre Seminit. Salmo de David) Oh Jehovah, no me reprendas en tu furor, ni me castigues con tu ira.
Año 1034 a.C. (Título).
Neginot. Sal 4:1 (título).
Seminit, o la octava. Sal 12:1; 1Cr 15:21.
Jehová, no me reprendas. Sal 2:5; Sal 38:1; Isa 54:9; Isa 57:16; Jer 10:24; Jer 46:28; 1Co 11:31, 1Co 11:32.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
David, Sal 6:1-7.
Él triunfa sobre sus enemigos, Sal 6:8-10.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
es un salmo de lamentación que comparte elementos de los salmos penitenciales. David estaba experimentando lo que temía era una enfermedad mortal. Sentía que había la enfermedad por causa de sus propios pecados. El título del salmo es similar a los de los Sal 4:1-8 y Sal 5:1-12. La especificación de los instrumentos es un recordatorio de que este salmo muy personal se hizo parte del culto de la comunidad. El salmo tiene cuatro movimientos:
(1) Una petición de misericordia al Señor en una época de gran dolor (vv. Sal 6:1-3);
(2) una afirmación de que la alabanza al Señor viene de los vivos (vv. Sal 6:4-5);
(3) una descripción de los sufrimientos del salmista (vv. Sal 6:6, Sal 6:7);
(4) una reprimenda de los enemigos del salmista, porque el Señor ha escuchado su oración (vv. Sal 6:8-10).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
en tu enojo: El salmista sufre de una grave enfermedad física, de la que teme que no podrá recobrarse (v. Sal 6:5). Su principal preocupación no es solamente que sus sufrimientos puedan ser mayores a lo que puede soportar, sino también que son un resultado de la severa ira de Dios. En su duelo, David clama a Dios (como en Sal 38:1).
mis huesos: es una forma poética de describir una enfermedad profundamente perturbadora; David se encuentra atormentado en todo su ser.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
NO ME REPRENDAS EN TU ENOJO. Este salmo es uno de los seis salmos penitenciales (i.e., salmos de tristeza por el pecado; los otros son Sal 32:1-11; Sal 38:1-22; Sal 51:1-19; Sal 130:1-8; Sal 143:1-12). El Espíritu Santo inspiró esta oración para dar aliento a todos los que han sufrido por largo tiempo bajo el castigo de Dios y que necesitan perdón y sanidad.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Salmo 6. Deprecación de un Justo enfermo.
E sta súplica refleja las angustias de un justo postrado en el lecho del dolor, al que le afectan no sólo la enfermedad, sino los sufrimientos morales a causa de la hostilidad de unos enemigos anónimos que atenían contra su fama y vida espiritual. El título atribuye la paternidad literaria de la composición al propio David, como en otros anteriores. No sabemos que el rey haya estado próximo a la muerte en alguna circunstancia de su vida como consecuencia de una penosa enfermedad. Por otra parte, los lexicólogos descubren algunos términos que reflejan un hebreo posterior al exilio, y, sobre todo, ven cierta dependencia de la fraseología del salmista respecto de Jer 10:24; Jer 45:31 Y por ello suponen que es de época posterior a este profeta l. Con todo, por el contenido de estos breves fragmentos líricos no es fácil determinar la época de composición. La tradición judía, siguiendo la indicación del título, ha considerado el salmo como obra de David; pero ya hemos indicado que esta atribución de las composiciones salmódicas al gran rey no prueba siempre la paternidad literaria davídica, ya que David había quedado como el salmista por excelencia, como Salomón era el “sabio” por antonomasia; y a ellos se atribuyen composiciones literarias por el procedimiento de la seudonimia, como lo prueba el libro de la Sabiduría, escrito en griego y atribuido al “sabio” por excelencia, Salomón. David era el “poeta” mayor de la historia de Israel, y por eso no tiene nada de particular que se le atribuyan composiciones poéticas posteriores al mismo, como ocurre en algunos salmos.
En este salmo se contrapone de modo brusco la situación humilde y angustiada del justo que sufre una penosa enfermedad y que por ello es objeto de burla de sus enemigos, los impíos, los cuales le consideran abandonado de Dios, como pensaban los amigos de Job, y el grito de triunfo una vez que el salmista se ha sentido curado y protegido de su Dios. En las primeras estrofas, el tono es elegiaco, aunque no el ritmo. Pueden distinguirse cuatro estrofas, formadas cada una de un trístico y un dístico. Por el contenido podemos dividir la pieza en cuatro partes: a) imploración de la misericordia divina (2-3); b) súplica de ayuda (4-6); c) el enfermo a punto de expirar (7-8); d) grito de victoria (9-11).
Imploración de la misericordia divina (1-3).
1 Al maestro de coro. A la cuerda. Sobre la octava. Salmo de David. 2 ¡Oh Yahvé! no me castigues en tu ira, no me aflijas en tu indignación. 3 Ten piedad de mí, ¡oh Yahvé! pues estoy desfallecido. Sáname, Yahvé, pues tiemblan mis huesos.
La indicación musical que hemos traducido Sobre la octava (en heb, sheminith), siguiendo a los LXX y Vg, es generalmente interpretada en el sentido de octava alta o baja en el canto. Algunos autores más bien creen que se alude a un instrumento de ocho cuerdas para acompañar el cántico, aunque quizá la palabra hebrea sea la primera de un cantar conocido de los lectores, a cuyo son se había de ajustar la recitación del salmo.
El salmista, afligido por alguna grave enfermedad, siente el peso de la justicia divina. Acostumbrados a asociar las enfermedades con pecados ocultos, suplica a Dios que le perdone, pues sólo supuesta la reconciliación podrá recuperar la salud y la amistad divina. El enfermo pide a Dios que no le trate conforme a las exigencias de su justicia e indignación, sino conforme a su piedad, siempre pronta a perdonar (v.3). Si ha de castigarlo, pide que no sea con ira, sino con equidad y mesura, de forma que la justicia quede atemperada por la piedad.
Súplica de ayuda (4-6).
4 Está mi alma conturbada sobremanera. Pero tú, Yahvé, ¿hasta cuándo? 5 Vuélvete, ¡oh Yahvé! y libra mi alma; sálvame en tu piedad. 6 Pues en la muerte no se hace memoria de ti, y en el “seol,” ¿quién te alabará?
El afligido salmista tiene conciencia de la misericordia y omnipotencia de Dios y tiene también experiencia de la protección divina. Por eso, en un momento de arranque, cuando su alma está conturbada y afligida por la enfermedad, apela a los intereses divinos. ¿Qué ganará Yahvé con darle la muerte? Los muertos no se acuerdan de El, pues en la región tenebrosa del seol – donde subsisten en estado de sombra y semipersonalidad los seres humanos – nadie puede alabarle (v.6). Está como rota la comunicación de Yahvé con la región subterránea donde moraban los difuntos en una situación de languidez y de tedio total. El salmista no tiene luces sobre la retribución en ultratumba, y por eso su perspectiva de felicidad se termina con la presente vida. Según la mentalidad popular de los antiguos hebreos, los hombres al morir iban a habitar una región subterránea similar al hades de los griegos y al arallu de los babilonios. Los moradores de aquellas sombras, lejos de participar de las alegrías de la vida, llevaban una existencia triste, como en ectoplasma, sin consistencia ni vigor 2. Esta perspectiva es particularmente triste para el salmista, que gusta de participar de la presencia espiritual de su Dios, particularmente en la vida litúrgica del templo. Ahora, ante la proximidad de la muerte, hace una llamada a los propios intereses divinos. Si Yahvé quiere que le alabe, le tiene cuenta mantenerlo en esta vida, pues en la muerte nadie se acuerda de El, y en el Seol no hay posibilidad de alabarle (v.6).
El salmista, a panto de expirar (7-8).
7 Consumido estoy a fuerza de gemir, todas las noches inundo mi lecho y con mis lágrimas riego mi estrado. 8 Están consumidos mis ojos por la tristeza, envejecieron en medio de todos mis adversarios.
Para conseguir la misericordia de Yahvé, el salmista se vuelve hacia su triste situación. Se siente agotado en su lecho de dolor, no sólo por sus debilidades físicas, sino por la hostilidad de sus adversarios (v.8). No concreta en qué consiste esta oposición, pero quizá aluda a calumnias injuriosas o a la satisfacción que ellos sienten ante los dolores del que se creía justo a buen recaudo de la Providencia divina. Los compañeros de Job le echan en cara sus supuestos pecados ocultos porque sufre “tocado” de la mano de Dios 3. Los enemigos del salmista sin duda que le echaban en cara su falsa piedad al verle postrado en el lecho de dolor. ¡Tantas veces había predicado la confianza en la justicia divina, que retribuye a cada uno según sus obras! Y ahora él se encontraba impotente a pesar de su supuesta inocencia y rectitud moral. Su enfermedad era una prueba de que sus esperanzas eran vanas. Ante estas verosímiles actitudes de sus enemigos, al salmista no le queda sino llorar en silencio amargamente en su lecho (v.7), en espera de que Yahvé salga a su favor y muestre que sabe salvar a los que en El confían. Sus dolores han sido tan agudos, que sus ojos se debilitaron y envejecieron prematuramente.
Grifo de victoria (9-11).
9 Apartaos de mí todos los obradores de la maldad, pues ha oído Yahvé la voz de mis llantos. 10 Ha escuchado Yahvé mis oraciones, ha acogido mi deprecación. 11 Se avergonzarán y serán vehementemente conturbados todos mis enemigos. Se volverán atrás confundidos súbitamente.
Después del desahogo anterior, el salmista tiene certeza de que Yahvé le ha oído en su clamor, y lanza un súbito grito de victoria sobre sus enemigos, que se alegraban de verle imposibilitado en el lecho de muerte. La reacción es violenta: Apartaos de mí todos los obradores de la maldad (V.9). Su causa es la de Yahvé, y ahora ha mostrado de nuevo que no se olvida de los que le son fieles y a El se confían. Los adversarios del salmista serán por ello confundidos y avergonzados, pues la intervención de Yahvé en favor de él ha probado la legitimidad de sus esperanzas de salvación y de justa rehabilitación.
1 Así Podechard, O.C., 37. – 2 Véase nuestro artículo La vida de ultratumba según la mentalidad popular de los antiguos hebreos: “Salmanticensis” 1 (1954) 343-364 cf. Sal 88:13-18; Job 10:20. – 3 Cf. Job 4:6ss .
Fuente: Biblia Comentada
en tu enojo … con tu ira. No pide inmunidad del juicio, sino que la disciplina de Dios sea templada con misericordia.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Salmo 6: Salmo de súplica individual de un enfermo que, agotado por el sufrimiento y consciente del propio pecado, pide el auxilio de Dios y proclama su intervención salvadora. Es uno de los siete salmos penitenciales de la tradición cristiana (Sal 6:1-10; Sal 32:1-11; Sal 38:1-22; Sal 51:1-19; Sal 102:1-28; Sal 130:1-8; Sal 143:1-12).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Jer 10:24; Jer 38:2.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Salmo 6. Gran Necesidad, Gran Seguridad
La referencia a enemigos humanos (7, 8, 10) sugiere que el marco de este Salmo puede ser el mismo del Sal. 3: considerando lo trabajoso de la jornada, el peligro de ser atacado y la responsabilidad por la mezclada compañía (2 Sam. 15:16, 18, 22) que huyó con él, no es de sorprender que David se haya sentido a veces exhausto (2 Sam. 16:14; 17:29). (Por otro lado, el v. 2 destaca claramente un tiempo de enfermedad.) En un momento de escasas energías físicas, mentales y emocionales, David expresó la intensidad que aquí se registra. La enemistad humana ha minado sus defensas (6, 7) pero, en un nivel más profundo, está la ira del Señor que causa debilidad (desfallezco, 2), terror (abatidos, 2, lit. “están aterrorizados”) y angustia (turbada, 3), lit. “aterrorizado” como (2). En su depresión quizá David pensaba que si no hubiera pecado con Betsabé (2 Sam. 11, 12) no habría sido ineficaz cuando su hijo mayor violó a la hermana de Absalón (2 Sam. 13). Si no hubiera manejado tan mal el caso de Absalón, dejando que su turbulento espíritu se envenenara (2 Sam. 14, 15), la rebelión nunca hu biera ocurrido. ¡Muy bien puede haber sentido David que el Señor en su ira se había vuelto contra él (4)! Pero el más grande de los males cede ante el más simple de todos los remedios: el clamor ten misericordia (2) produce seguridad, el Señor ha escuchado mi ruego pidiendo misericordia (9). Si la necesidad más grande desaparece con la oración ¿no sucederá lo mismo con necesidades menores (10)? Por medio de la oración el terror de David (1-3) se convierte en el terror de sus enemigos (10) se aterrarán, como (2, 3); el regreso del Señor en respuesta a la oración (4, 5), es la señal para que los enemigos retrocedan (8, 9); en su debilidad (6, 7) David aprendió que era fuerte.
Notas. 4 Vuelve, “regresa”. 5 Se cita con frecuencia para indicar que el AT no ofrecía esperanza para después de la muerte (ver 49, 73), pero David se está refiriendo aquí a la muerte desde el punto de vista de alguien que se siente apartado de Dios, el objeto de la ira divina. Sobre este tema, el NT va mucho más allá de cualquier verdad que el AT revela (Mat. 10:28).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
6.1ss Este es el primero de siete salmos «penitenciales» en el que el escritor humildemente se da cuenta del problema en que está (por lo general resultado del pecado), expresa su dolor por ello, y demuestra un renovado propósito de permanecer cerca de Dios. No conocemos la causa del dolor de David, pero cualquiera que fuere la causa, buscó a Dios para obtener el antídoto.6.1-3 David aceptaba el castigo de Dios, pero le suplicó que no lo castigara enojado. Jeremías también pidió a Dios que lo corrigiera suavemente y no con furor (Jer 10:24). David reconoció que si Dios lo trataba únicamente con justicia y no con misericordia, desaparecería debido a su enojo. A menudo queremos que Dios nos muestre su misericordia a nosotros y su justicia a los demás. En su bondad, Dios a menudo nos perdona en vez de darnos lo que nos merecemos.6.6 Al volcar su corazón con lágrimas, David estaba siendo totalmente sincero con Dios. Podemos ser sinceros con Dios, aun cuando estemos llenos de enojo y desilusión, porque El nos conoce profundamente y quiere lo mejor para nosotros. El enojo a menudo tiene dos resultados: en lo exterior, actos precipitados; en lo interior, depresión. Debido a que nosotros confiamos en nuestro Dios todopoderoso, no tenemos que ser víctimas de las circunstancias ni vernos abrumados por la culpabilidad del pecado. Sea sincero con Dios y El lo ayudará a dejar de poner su atención en usted mismo y ponerla en El y su misericordia.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) Enc. “La octava baja.” Heb.: hasch·schemi·níth. Esta es la forma fem. de la palabra para “octavo”, y no se conoce con certeza a qué, exactamente, se refiere: si a una clave octava, a una octava, a un instrumento de ocho cuerdas, o al octavo día (el día de la circuncisión).
REFERENCIAS CRUZADAS
a 109 1Cr 15:21; Sal 12:0
b 110 Sal 38:1
c 111 Jer 10:24; Jer 46:28
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Salmo 6 Es un Salmo tradicionalmente considerado penitencial en el cual el salmista pide a Dios que deje de usar hombres perversos para disciplinarlo por su pecado. En su desesperación, el salmista hace la petición de que no lo siga castigando (vers. 1), más bien desea recibir el favor divino, pues está próximo a la muerte (vers. 2, 3) y necesita liberación (vers. 4, 5). Lamenta su prolongado dolor a causa de sus enemigos (vers. 6, 7). Después se vuelve a sus perseguidores y afirma su confianza que Dios le ha escuchado (vers. 8, 9) y en su alabanza predice que sus enemigos se retirarán en derrota (vers. 10). El Salmo contiene secciones de dos vers. cada uno con la excepción de los vers. 1 y 10 que se diferencian de los demás y producen un balance en el Salmo. En los vers. 1-5 David mira a Dios como la fuente final de sus dolores y en vers. 6-10 a sus enemigos como la causa inmediata. Otros Salmos penitenciales son 32, 38, 51, 102 y 143.
Fuente: La Biblia de las Américas
neguinot… → Sal 4:1. nota; sheminit… Instrumento de ocho cuerdas, afinado en el tono más bajo del solfeo. El tono menor expresa dolor y arrepentimiento.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
* O, en una octava más baja; heb., Seminit
Fuente: La Biblia de las Américas
Tit. Neguinot g 4. Tit nota.
6. Tit. Heb. sheminit. Instrumento de ocho cuerdas, afinado en el tono más bajo del solfeo. El tono menor indica un sentimiento de dolor y arrepentimiento.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
SALMO 6[6] Is 38, 15.