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Comentario de Salmos 61:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Salmos 61:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

(Al músico principal. Con Neguinot. Salmo de David) Escucha, oh Dios, mi clamor; atiende a mi oración.

(Título) [neginot]. Algunos piensan que este salmo fue compuesto por David cuando era conducido por la rebelión de Absalón más allá del Jordán, y del santuario de Dios. Sal 4:1; Sal 6:1; Sal 54:1; Sal 55:1.

Oye mi clamor. Sal 5:1-3; Sal 17:1; Sal 28:2; Sal 55:1, Sal 55:2; Sal 130:2; Flp 4:6.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

David huye hacia Dios por su anterior experiencia, Sal 61:1-3.

Hace un voto perpetuo para servirle a Él, en virtud de sus promesas, Sal 61:4-8.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

es un salmo real atribuido a David, tiene elementos de lamentación (Sal 13:1-6) y de confianza (Sal 23:1-6). En este salmo, el rey de Israel señala al gran Rey que ha de venir. El título incluye las palabras «en un instrumento de cuerdas» (véanse los títulos de Sal 4:1-8; Sal 6:1-10; Sal 54:1-7; Sal 55:1-23; Sal 67:1-7; Sal 76:1-12). El salmo tiene cuatro partes:

(1) una petición a Dios (vv. Sal 61:1, Sal 61:2);

(2) una afirmación de que Dios es el refugio de David (vv. Sal 61:3, Sal 61:4);

(3) una afirmación de que Dios se ocupa (vv. Sal 61:5-7);

(4) un voto de alabanza a Dios (v. Sal 61:8).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Oye … mi clamor es el lenguaje clásico de un salmo de lamentación. David llama al Señor para que escuche la plegaria del angustiado creyente (Sal 5:2Sal 5:3Sal 17:1Sal 55:2Sal 66:19Sal 86:6Sal 142:6).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Salmo 61 (Vg 60): Oración de un Exilado.
E ste poema refleja el estado de ánimo de un fiel yahvista que habita fuera de la tierra de Yahvé, y que aspira a volver a la ciudad santa para permanecer al amparo de su Dios, a la sombra de su tabernáculo. Aunque tiene conciencia de haber sido atendido en sus deseos por Dios, sin embargo, suspira por el cumplimiento del más ansiado de todos: el retorno a la ciudad santa. Todo esto revela a un levita que no encuentra su sitio fuera de la tierra santificada por la presencia de Yahvé. En su exilio parece que está hostigado por enemigos, y, en su mentalidad teocrática, pide a su Dios que proteja a su rey, estrechamente ligado a la suerte de su pueblo elegido. La oración del salmista es confiada y filial, pero lleva el sello de la melancolía del desterrado. Los atributos de Dios, su experiencia del pasado y las promesas divinas sobre los destinos de Israel, le dan fe y confianza para mantener ilusiones sobre su porvenir y el de su pueblo. Sólo en la tierra de Yahvé es posible la comunicación íntima espiritual, y de ahí sus ansias incoercibles de volver a la ciudad santificada por la presencia permanente de su Dios.
Parece que este salmo está formado de dos fragmentos distintos: a) súplica de repatriación del exilado (2-5); b) conseguido el retorno a la patria, el salmista ruega por la suerte del rey y promete entonar himnos de acción de gracias por las mercedes recibidas (6-9). La primera parte se cierra con el signo musical selah. Estas dos plegarias tienen cada una una estrofa. El estilo es de mucho colorido y de gran sencillez. Abundan los paralelismos sinónimos.
También este salmo es atribuido a David en el título, aunque sin dar la circunstancia histórica de su composición. Los que mantienen la autenticidad davídica de la composición suponen que fue redactado cuando se hallaba fuera de Jerusalén a causa de la rebelión de Absalón 1. Los críticos modernos, en general, suponen que es de la época de la monarquía, y, por tanto, anterior al exilio babilónico. Razones lexicográficas parecen avalar este origen preexílico.

Ansias de retorno a la tierra de Yahvé (1-5).
1Al maestro del coro. Sobre las cuerdas. Salmo de David. 2 Oye, ¡oh Dios! mi clamor, atiende a mi oración. 3 Desde el cabo de la tierra clamo a ti cuando se angustia mi corazón. Elévame sobre la roca y dame el reposo 2, 4 pues tú eres mi refugio, la torre fortificada frente al enemigo. 5 Sea yo tu huésped por siempre en tu tabernáculo, me acogeré al amparo de tus alas. Selah.

El salmista se siente lejos del santuario de su Dios, y desde el cabo de la tierra – lugar extremo de la tierra santa o en territorio extranjero – lanza un grito deprecatorio hacia El 3. Para el piadoso yahvista, Jerusalén es el centro de la tierra como morada de Yahvé, Señor del universo. Lejos de la ciudad santa y de su templo, el salmista se siente como exilado, fuera de la mirada protectora de su Dios, que es el centro de su corazón. Como levita, siente nostalgia de la vida litúrgica del templo y ansia volver a pisar los sagrados dinteles del santuario. Allí está la roca o promontorio de Sión en que se asienta la casa de Dios4. El yahvista exilado, o lejos del templo, cree que a la sombra de éste encontrará su reposo (v.3b). En los salmos es frecuente llamar a Dios la Roca de salvación, en cuanto que a su amparo el fiel es inaccesible a los ataques de sus enemigos 5. Con un nuevo símil, el poeta destaca el carácter protector de Yahvé: es la torre fortificada desde la que se puede hacer frente al enemigo. El salmista tiene experiencia personal de esta protección divina, y por eso acude a su Dios como único y seguro refugio 6. Por ello ansia ser su huésped permanente en su tabernáculo o templo, pues allí, al amparo de sus alas, se sentirá seguro como el polluelo bajo las alas de su madre 7.

Súplica por el rey y promesa de acción de gracias (6-9).
6 Pues tú, ¡oh Dios! has escuchado mis votos y me diste la heredad de los que temen tu nombre. 7 Añade días a los días del rey, y sus años (duren) de generación en generación. 8 Siéntese siempre a la presencia de Dios y guárdenle la benevolencia y la fidelidad. 9 Así podré cantar siempre tu nombre, cumpliendo mis votos cada día.

La situación psicológica del salmista cambia totalmente: el momento de angustia ha pasado y ahora puede disfrutar de la heredad o tierra prometida en la que viven todos los que temen su nombre 8. Aunque no pocos autores supongan que éste sea un nuevo fragmento salmódico adaptado, por razones litúrgicas, a la sección anterior, sin embargo, este cambio de perspectiva del salmista puede explicarse suponiendo – como ocurre en otros salmos – que ha compuesto el poema después que ha pasado el peligro, aunque, para dar viveza a las ideas, dramatiza la situación y la describe como presente. Este es un artificio literario muy común en el Salterio y en los escritos profetices, y explica las brusquedades y cambios de pensamiento, que reflejan distinta situación ambiental.
El salmista alude al cumplimiento de sus deseos o plegarias acompañadas de votos, y, lleno de euforia y optimismo, se considera ya plenamente restablecido en la sociedad israelita presidida por el rey, representante de Yahvé. Por eso, sus mejores deseos se dirigen para el que encarna los intereses de su Dios en la sociedad teocrática. Por ello, le desea larga vida, incluso que se prolongue sobre la normal de los hombres: de generación en generación 9. La frase es hiperbólica, conforme a la usual estereotipada de las salutaciones solemnes: “¡Que el rey viva por siempre!”10 La mayor bendición que Yahvé podía otorgar a una persona era una larga vida, esto era una señal de especial benevolencia para el que llegaba a una edad avanzada. Tratándose del rey, su vida aparece vinculada a los destinos de su pueblo, y, por tanto, la permanencia del monarca representa una fuente de felicidad para la sociedad israelita.
Algunos Santos Padres han visto en este verso una alusión a la permanencia eterna del Mesías 12, pero nada en el contexto favorece esta interpretación. únicamente que en la perspectiva teológica de los hagiógrafos los reyes eran el eslabón de la cadena dinástica que culminaba en la aparición del Mesías. Y bajo este aspecto, se puede hablar de un sentido típico mesiánico. Los salmistas, a través de las figuras históricas de los reyes contemporáneos, se trasladaban mentalmente a la futura teocracia mesiánica, presidida por el gran Rey Mesías.
Conforme al estilo áulico ditirámbico, el poeta expresa los mejores deseos para su monarca, que ha de sentarse a la presencia de Dios, es decir, gozará de su favor y protección 13; y en su trono será escoltado por la benevolencia y la fidelidad 14, los dos atributos que garantizarán la permanencia del rey, pues Yahvé ha de ser fiel a sus promesas de protección a los representantes de la dinastía davídica 15, y por eso dispensará su benevolencia y gracia hacia el eslabón que encarna la cadena real que lleva al Mesías. Así, la benevolencia y la fidelidad divinas serán como los ángeles custodios del vastago real, objeto de las bendiciones del salmista.
Como es ley en estos salmos deprecatorios, el poeta termina prometiendo alabar a su Dios por los beneficios recibidos, cantando públicamente en honor de su nombre y cumpliendo sus votos en las manifestaciones litúrgicas del templo. Sus ansias de desterrado se han cumplido, y ahora, a la sombra del santuario, se asocia a la vida litúrgica, pidiendo por su rey y manifestando su agradecimiento al Dios que le otorgó lo pedido en sus oraciones votivas.

1 Cf. 2Sa 15:25. – 2 Lit. el TM: “Sobre una roca que se levanta más que yo, condúceme.” La Vg, siguiendo a los LXX; “in petra exaltasti me; deduxisti me…” Símaco: “cuando un fuerte se eleve contra mí.” Bib. de Jér.: “a la roca, demasiado alta para mí, condúceme.” – 3 Cf. Jer 12:12; Exo 16:35; Deu 28:49; Isa 5:26. – 4 Cf. Sal 27:5. – 5 Cf. Sal 62:2.6.7. – 6 Cf. Sal 7:2; Sal 11:2; Sal 16:2. – 7 Cf. Sal 31:21; Deu 32:11; Isa 31:5; Rut 2:12. – 8 Cf. Deu 2:19; Deu 3:18; Sal 37:10.23.35. – 9 Cf. 2Re 20:6. – 10 1Re 1:31; Neh 2:3. – 11 Cf. Exo 23:26; 1Re 3:11; Pro 3:2. – 12 Véase San Atanasio: PG 27:273; Teodoreto: PG 80,1324-28; San Beda: PL 93:798. – 13 Cf. 2Sa 7:16.26.29; Sal 21:7; Sal 89:37; Sal 72:5.17. – 14 Cf. Sal 40:12; Sal 89:25; Pro 20:28; 2Sa 15:20. – 15 Cf. 2Sa 7:11-17.

Fuente: Biblia Comentada

David puede haber escrito este maravilloso salmo cuando su propio hijo, Absalón, lo echó temporalmente de su trono de Israel (2Sa 15:1-37; 2Sa 16:1-23; 2Sa 17:1-29; 2Sa 18:1-33). Este salmo es rico en metáforas y en referencias a los pactos de Dios con Israel. David demuestra una vez más una piadosa respuesta ante abrumadoras y deprimentes circunstancias de la vida.

I. El clamor pidiendo ayuda (Sal 61:1-2)

II. La confianza en Dios (Sal 61:3-7)

III. La consagración a la lealtad (Sal 61:8)

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Salmo 61 (60): Salmo de súplica individual que recoge el pesar y la nostalgia que provoca el hallarse lejos de Jerusalén y el Templo. Incluye una oración por el rey (Sal 61:6-7) para quien se pide larga vida y prosperidad.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Sal 17:1.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Salmo 61. Corazon Que Desmaya … Oracion Que se Alza

Como muchos salmos, el Sal. 61 empieza con una oración y termina con una alabanza. Esta es una secuencia bíblica, porque la oración genera una seguridad en Dios que se expresa en alabanza y es contestada por los hechos de Dios a los cuales la alabanza es la reacción debida. El pedido inicial es tener una audiencia (1) expresada en una oración de seguridad basada en el poder protector de Dios demostrado en experiencias del pasado (2, 3), pidiendo comunión permanente basada en una relación establecida (4, 5, se traduce “Oh déjame morar … ”) y pidiendo el reinado eterno del rey de Dios (6, 7). Como la continuación del reinado de David estaba en peligro, su huida de Absalón es un escenario aceptable para el Salmo, además, nos habla bellamente de una seguridad que nos saca de los peligros, un poder dentro del cual estamos seguros, el calor de una bienvenida cariñosa y protectora y un rey que reina para siempre.

Notas. 2 Desde el extremo, desde una tierra tan remota como el cielo. Más alta que yo, tanto que yo no podría alcanzarla sin ayuda. 4 Tabernáculo, la morada de Dios (Exo. 29:44-46). Alas (Rut 2:12; Luc. 13:34). 5 La razón (pues) por la cual busca entrada a la morada de Dios: un voto humano (de consagración. lealtad) y un regalo divino como herencia (Ef. 1:13, 14). 6 David oró según la fórmula convencional: “Viva el rey para siempre.” Pero el Señor respondió sentando sobre el trono de David a un rey verdaderamente eterno (Luc. 1:31-33). La oración siempre recibe una respuesta más completa de la que pedimos (Ef. 3:20). 8 Cantaré … pagar. La alabanza sin un compromiso moral serio y sostenido es una quimera.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

61.1, 2 Sin duda, David estaba lejos de casa cuando escribió este salmo. Afortunadamente, a Dios no lo limita ninguna ubicación geográfica. Aun cuando estamos entre personas y lugares desconocidos, Dios nunca nos abandona. La «roca que es más alta» podría ser un lugar de refugio y seguridad. La incomparable fortaleza de Dios siempre está con nosotros.61.8 David hizo un compromiso de alabar a Dios todos los días. El siempre alababa a Dios, tanto en los momentos buenos como en los difíciles de su vida. ¿Busca usted cada día alguna razón para alabar a Dios? Cuando lo haga, descubrirá que su corazón se eleva de las distracciones diarias a la confianza duradera.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 1997 Sal 5:2; Sal 28:2; Sal 102:1; Sal 130:2

b 1998 Sal 17:1; Sal 55:1; Flp 4:6

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Salmo 61 Se trata de una petición real y consta de dos partes. En los vers. 1-4 el rey recita una petición anterior, ahora cumplida, que Dios lo restauraría desde los confines de la tierra (vers. 2) a su santuario. En los vers. 5-8, después de agradecer la respuesta a su oración anterior (vers. 5) él ora para que lo preserve en la vida eterna (vers. 6, 7) y promete alabar su nombre para siempre (vers. 8). Ambas peticiones, la anterior y la posterior, hablan de la vida eterna del rey (vers. 4, 6-8). La primera puede hablar en hipérbole de David y sus sucesores como viviendo eternamente (ej., « Viva para siempre mi Señor el rey David» 1 R 1:31), o quizás sea una referencia a la casa de David (2 S 7:13, 16, 29). Pero ninguna interpretación hace justicia al lenguaje de este Salmo que va más allá de la experiencia de David y encuentra cumplimiento en Jesucristo. El Targum interpreta « el rey» (vers. 6) como el Mesías Rey. Por medio de este Rey el pueblo de Dios comparte de las bendiciones reales (vers. 6, 7; Ef 2:6; Ap 22:3-5), y pueden expresar esta petición por ellos mismos.

Fuente: La Biblia de las Américas

Hallándose descorazonado, David pide fortaleza y seguridad (vv. Sal 61:1-2), basándose en el consuelo que procede del carácter de Dios (vv. Sal 61:3-4) y en la confianza producto de la fidelidad de Sus promesas (vv. Sal 61:5-7), todo lo cual motiva al salmista a alabar y a dar gracias a Dios (v. Sal 61:8).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

SALMO 61 (60)[8] A favor de sus siervos. Hebr 7, 25.

Fuente: Notas Torres Amat