Comentario de Salmos 64:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
(Al músico principal. Salmo de David) Escucha, oh Dios, mi voz en mi oración; guarda mi vida del miedo al enemigo.
Año 1061 a.C.
Escucha, oh Dios. Sal 27:7; Sal 55:1, Sal 55:2; Sal 130:1, Sal 130:2; Sal 141:1; Sal 143:1-3; Lam 3:55, Lam 3:56.
guarda mi vida. Sal 17:8, Sal 17:9; Sal 31:13-15; Sal 34:4; Sal 56:2-4; Hch 18:9, Hch 18:10; Hch 27:24.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
David ora por liberación, se queja de sus enemigos, Sal 64:1-6.
Se promete a sí mismo ver la evidente destrucción de sus enemigos, y como se regocijará de ello, Sal 64:7-10.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
tiene elementos de lamentación (Sal 13:1-6) y de imprecación (Sal 37:1-40), pero básicamente parece ser un salmo de sabiduría. Compara al justo con el malo, compara sus destinos y en sí es una «meditación» (v. Sal 64:1). La estructura del poema es la siguiente:
(1) un llamado pidiendo la protección ante los malignos (vv. Sal 64:1, Sal 64:2);
(2) una descripción de las actividades de los malignos (vv. Sal 64:3-6);
(3) una espera de la derrota de los malignos a manos de Dios (vv. Sal 64:7-9);
(4) una descripción de la alegría de los justos (v. Sal 64:10).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
El clamor inicial del salmista expresado por los términos escucha y guarda lo asemeja a un salmo de lamentación (Sal 13:1-6), pero la frase la voz de mi queja sugiere que es un salmo de sabiduría. Esta observación queda confirmada por el resto del salmo, que contrasta el destino de los malos con el de los justos, un tema de los salmos de sabiduría. En otros pasajes el término meditación también tiene la idea de «queja» (Sal 55:2; Sal 102:2; Sal 142:2). En este salmo David contempla a los malignos y su fin (Sal 73:17).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
GUARDA MI VIDA DEL TEMOR DEL ENEMIGO. El salmista le pide a Dios protección de las maquinaciones y del engaño de sus enemigos. Los creyentes pueden aplicar esta oración a sus batallas espirituales con Satanás. Deben pedir protección del enemigo y de aquellos a quienes él usa contra ellos (véase Mat 6:13, nota). En esas luchas, los creyentes pueden estar confiados en las obras salvadoras de Dios a favor de ellos (vv. Sal 64:9-10; véase el ARTÍCULO PODER SOBRE SATANÁS Y LOS DEMONIOS, P. 1354. [Mar 3:27]).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Salmo 64 (Vg 63): Castigo de los Calumniadores.
 E l salmista, asediado por una turba de malvados que le ponen asechanzas para quitarle la vida y la fama en la sociedad, recurre a Dios para que despliegue su poder en su favor, como en otras ocasiones, y, en un arranque psicológico, lanza duras imprecaciones contra los que injustamente le persiguen.
Podemos dividir esta composición en tres partes: a) oración a Dios para que le libre de sus obstinados enemigos (2-5); b) insidias de sus detractores (6-7); c) el castigo inexorable de Dios, lo que supondrá la rehabilitación del justo perseguido (8-n). Como en otros salmos, aquí el poeta es el símbolo de todos los hombres virtuosos, que son incomprendidos y vilipendiados por seguir el camino de la justicia y del temor de Dios.
Aunque el salmo es una plegaria, no falta en él un cierto carácter sapiencial, pues de su caso particular el salmista se ha elevado a la doctrina general del juicio de Dios sobre los pecadores. La división estrófica no es regular. Alternan los paralelismos sinónimos y los sintéticos, conforme a los conocidos esquemas de la literatura sapiencial. El estilo es vigoroso, no exento de originalidad. El v.11 cierra la composición con un marcado sello eucarístico, lo que implica la seguridad del triunfo de la virtud. Conforme al esquema doctrinal de otros salmos, el poeta declara que los impíos parecen triunfar momentáneamente; pero la última palabra está reservada a la justicia divina, que estará al lado del perseguido y fiel a su voluntad.
Según el título, también esta composición sería de origen davídico, aunque no se dan las circunstancias históricas de su composición. Los críticos modernos más bien se inclinan por su origen postexílico, aunque esta conclusión está lejos de ser avalada por argumentos concretos estilísticos definitivos. La lucha en la sociedad de los impíos contra los piadosos se da ya en los tiempos de los profetas anteriores al destierro babilónico, y se continúa en la época sapiencial. Por consiguiente, las alusiones del salmo no nos llevan necesariamente a los tiempos en que surgían las facciones de los “piadosos,” o jasidim de los tiempos macabeicos.
Súplica a Dios para ser liberado de los detractores. injustos (1-5)
 1 Al maestro del coro. Salmo de David. 2 Oye, ¡oh Dios! la voz de mis quejas, defiende mi vida del terrible enemigo; 3 protégeme de la conjuración de los malvados, de la conspiración de los obradores de iniquidad, 4 que afilan como espada su lengua y lanzan como flechas amargas palabras, 5 para tirar en secreto contra el inocente y asaetearle de improviso sin temor.
El salmista – símbolo de los justos perseguidos – clama a su Dios como único refugio contra las insidias de un terrible enemigo que organiza conciliábulos contra él para poner en peligro su vida. Sus asechanzas son mortíferas, como espada desenvainada o como flechas envenenadas. Su lengua y sus palabras están al servicio de la calumnia más desvergonzada, comprometiendo así la reputación del justo en la sociedad 1. Sus insidias son más peligrosas por ser tramadas en secreto y por proceder de gentes que no tienen temor de Dios, y, en consecuencia, no existen para ellos escrúpulos morales 2.
Insidiosos conciliábulos contra el justo (6-7).
 6 Obstínanse en sus malvados designios, se conciertan para tender ocultamente lazos, diciendo: “¿Quién los verá 7 y escrutará nuestros secretos?” Los escruta el que conoce el interior del hombre, el corazón profundo 3.
Los enemigos del salmista se consideran a salvo de toda responsabilidad social, porque sus tramas son ocultas y pasan inadvertidas a los contemporáneos; con todo cinismo ponen lazos al justo para que caiga desprevenido en ellos. Pero no piensan que para Dios no hay nada oculto, ya que conoce el interior del ser humano y escruta lo más profundo del corazón humano 4.
El castigo inexorable de Dios sobre los pecadores (8-11).
 8 Pero disparará Dios contra ellos una saeta, y de improviso serán heridos. 9 Su lengua se volverá contra ellos, y cuantos los vean moverán su cabeza, 10 y temerán todos los hombres, y proclamarán la obra de Dios, y comprenderán su modo de obrar; 11y el justo se regocijará en Yahvé, y en El confiará, y se felicitarán todos los rectos de corazón.
No se puede conculcar la justicia divina impunemente, pues Yahvé vigila por los derechos de los suyos, y, por eso, de improviso, cuando menos lo piense, lanzará su saeta de invencible guerrero sobre los que se confabulan contra los fieles a su ley. Cuando las asechanzas ocultas parecían dar su fruto, interviene la justicia divina, haciéndoles caer en los lazos que habían tendido contra los suyos; es decir, las calumnias tramadas por su lengua desvergonzada caerán sobre ellos 5, y quedarán desacreditadas públicamente: los que los vean moverán la cabeza irónicamente 6, pues serán testigos de la intervención punitiva de Yahvé. El paralelismo literario del salmo es manifiesto: frente a las saetas de los confabulados surge la saeta mortífera de la justicia vengadora divina. Todos comprenderán entonces la obra de Dios, es decir, su modo de actuar en favor de los que le son fieles y en contra de los que cínicamente hostilizan el camino de la virtud. Es el momento de la rehabilitación del justo, que se regocijará triunfante, pues Dios no le ha abandonado, en el momento crítico, quedando así patente la justicia de la Providencia divina, que al fin dice la última palabra. Por ello, al final se felicitarán los rectos de corazón, pues, como esperaban, Dios termina por hacerles justicia, protegiéndolos contra los que se obstinan en vivir al margen de la ley divina.
1 Sobre la metáfora de la espada aplicada a la lengua véase Sal 57:5; Sal 59:8; Sal 104:4; Y sobre la de la. flecha para designar la lengua perniciosa, cf. Sal 7:13-14; Sal 7:57.5· – 2 Cf. Sal 10:4.11.13; Sal 73:11Sal 94:7. – 3 Así siguiendo a la Bib. de Jér. El TM dice literalmente: “escrutan crímenes; nosotros estamos prestos, una disimulación disimulada; y el fondo.” – 4 Cf. Sal 10:4-11; Sal 73:11. – 5 Cf. Sal 7:16-17; Sal 9:16-17; Sal 35:8; Sal 37:15; Sal 94:22. – 6 Cf. Jer 48:27; Sal 44:14-15.
Fuente: Biblia Comentada
Guarda … del temor. Esta palabra para “temor” significa “pavor” y es un término heb. diferente del “temor” en los vv. Sal 64:4 y Sal 64:9. El salmista reconoce que el miedo hacia un enemigo puede ser tan destructivo como un asalto efectivo.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Salmo 64 (63): Salmo de súplica individual ante las agresiones y asechanzas de los enemigos a quienes Dios, que todo lo ve, hace fracasar salvando así al inocente y llenando de confianza y gozo a los justos.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Salmo 64. El Dios Justiciero
La experiencia personal y los sucesos públicos muchas veces hacen dudar de la existencia de un Dios justo y de una providencia moral activa. Si un Dios bueno realmente gobernara el mundo ¿habría tanto desequilibrio de destinos entre la gente indudablemente buena y la indudablemente mala? ¿Triunfaría lo malo tantas veces sin que pase nada? Este Salmo responde asegurando que hay retribución divina. Los enemigos de David: malos (malhechores) que causaban problemas (los que obran iniquidad) (3) afilan sus lenguas (espadas) y toman puntería con palabras (flechas) envenenadas, planeando un asalto secreto repentino (4); seguros en lo que planean, actúan sin temor (y no temen) y preguntan: ¿Quién nos ha de ver? (5) poniendo en duda la existencia de un Dios santo que observa y reacciona. Pero las mismas armas que usan se volverán en contra de ellos -la flecha y la lengua- ¡y con igual prontitud! (7, 8). Porque no importa lo astuta que sea la mente del hombre (6), Dios sabe a dónde apuntar y la providencia moral que ellos despreciaron se convertirá en una cuestión de testimonio público (8, 9). Pero la providencia justa de Dios que obra de una manera para retribuir, obra también de la otra manera para proteger: la voz que ora en medio de sus dificultades pidiendo protección se convierte en la voz que, dentro del refugio divino, se goza en la alabanza (10).
A1 (vv. 1, 2) Oración pidiendo protección
B1 (vv. 3, 4) El ataque
C1 (vv. 5-6b) Negación de retribución
B2 (vv. 6c-8b) El contraataque
C2 (vv. 8c, 9) Afirmación de retribución
A2 (v. 10) Gozo en la protección
1, 2 Oración pidiendo protección. Mi voz, no una queja sino compartiendo sus dificultades. 2 Consejo secreto de los malhechores, “pandilla”.
3, 4 El ataque. Temen, temor a una represalia.
5, 6b Negación de retribución divina. ¿Quién nos ha de ver?, o sea, “observará” para tomar nota y hacer algo al respecto.
6c-8b El contraataque. Lo profundo. Tradúzcase “Aunque la mente … profundo … pero Dios … ” Es posible esconder un plan de la gente pero no de Dios. Por más profundo que esté el corazón, su flecha da en el blanco. 8ab es difícil de traducir, pero la RVA establece el punto principal en los vv. 7, 8 en el sentido de que los malos serán castigados con sus propias armas (3, 4).
8c, 9 Afirmación de retribución divina. Cf. Isa. 26:9.
10 Gozo en la protección. El gozo viene antes que la solución. Los hechos de Dios son repentinos (7), no necesariamente inmediatos, pero mientras esperan su protección los que “andan bien” con él tienen un gozo independientemente de sus circunstancias cotidianas.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
64.1ss El mal puede llegar en forma de conspiración secreta o de emboscada (64.1, 4) debido a que Satanás quiere sorprendernos desapercibidos. Nos tienta en nuestros puntos más débiles cuando menos lo esperamos. Pero Dios mismo derribará a nuestros enemigos (64.7), sean físicos o espirituales. La maldad está muy extendida y nos afecta en muchas formas, pero la victoria final ya pertenece a Dios y a quienes confían y creen en El.64.1, 2 Quizás creamos que Dios quiere escuchar solo algunas de nuestras peticiones. Si bien es cierto que debemos alabarlo, confesarnos y hacer peticiones respetuosas, también es cierto que Dios está dispuesto a escuchar cualquier cosa que deseemos contarle. David se expresó con sinceridad sabiendo que Dios podría escuchar su voz. El siempre escuchará con atención y nos comprenderá a plenitud.64.3-10 Las palabras que se hablan en contra nuestra están entre los ataques más dolorosos que quizás nos toque enfrentar. Si confiamos en Dios, dichos ataques no nos herirán.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 2066 Sal 55:1
b 2067 Sal 31:15
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Salmo 64 En este Salmo, David expresa su inocencia (vers. 4 y 10), quejándose de que los inicuos han maquinado un plan bien concebido (vers. 6) para destruirlo. Su petición consiste de los elementos típicos de tales Salmos y se organiza en tres partes: una petición (vers. 1, 2), un lamento (vers. 3-6) y una alabanza (vers. 7-10). El rey pide a Dios su favor y protección (vers. 1, 2); en su queja acerca de sus enemigos, él expone tanto sus palabras (vers. 3, 4) como las maquinaciones de sus corazones (vers. 5, 6). El salmista predice el juicio de Dios sobre ellos (vers. 7, 8), causa de alabanza para todos (vers. 9) y en especial para los justos (vers. 10). Su petición de que Dios lo proteja y lo esconda de la conspiración de los malvados (vers. 1, 2) sirve para equilibrar su queja (vers. 3, 4). Al usar los mismos términos en la sección de confianza (vers. 7, 8) que en la sección de queja (vers. 3-4 lanzan, saeta, repentinamente, lengua ), el salmista afirma que el castigo del juicio de Dios corresponderá a sus delitos. Por causa de esta retribución, aun sus propias lenguas les atraparán. Dios hace muy claro que El conoce sus más profundos pensamientos (vers. 5, 6); así la experiencia personal del salmista se traspone al ámbito mayor de Dios y su gobierno sobre toda la humanidad (vers. 9, 10).
Fuente: La Biblia de las Américas
queja. I.e., pensamiento de ansiedad.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
O, inquietud