Comentario de Salmos 69:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
(Al músico principal. Sobre Sosanim. Salmo de David) ¡Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta mi alma!
(Título).
Sosanim. Sal 45:1; Sal 60:1; Sal 80:1 Un Salmo. La composición de este Salmo es incierta; sin embargo es probable que fue escrito por David durante la rebelión de Absalón. Evidentemente se refiere al advenimiento, pasión, y resurrección de nuestro Señor, a la vocación de los gentiles, y a la reprobación de los judíos.
Porque las aguas han entrado. Sal 69:2, Sal 69:14, Sal 69:15; Sal 18:4; Sal 42:7; Isa 28:17; Isa 43:2; Lam 3:54; Jon 2:3-5; Apo 12:15, Apo 12:16; Apo 17:15.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
David se queja de su aflicción, Sal 69:1-12.
Ora por liberación, Sal 69:13-21.
Pide por la destrucción de sus enemigos, Sal 69:22-29.
Alaba a Dios con acción de gracias, Sal 69:30-36.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
es un salmo de lamentación, es más específicamente una protesta de inocencia. Este salmo profundamente mesiánico presenta una notable descripción del sufrimiento de Jesucristo. Mientras el Sal 22:1-31 describe los sufrimientos de Jesús, el Sal 69:1-36 se enfoca más en su sufrimiento emocional y espiritual. Pero, como el Sal 22:1-31, este salmo fue escrito por David aproximadamente mil años antes de los hechos que describe. Ambos salmos comienzan con los sufrimientos de David pero tienen su pleno significado en los sufrimientos de Jesús. Por estas razones, los apóstoles del N.
T. reconocen que David era un profeta de Dios (Hch 2:30). Su estructura es la siguiente:
(1) un grito pidiendo la liberación que expresa el cansancio del salmista (vv. Sal 69:1-3);
(2) una descripción de los enemigos del salmista (v. Sal 69:4);
(3) un lamento que expresa el sentimiento de alienación del salmista (vv. Sal 69:5-12);
(4) un grito pidiendo la liberación del lodo (vv. Sal 69:13-18);
(5) un lamento que expresa el reproche del salmista (vv. Sal 69:19-21);
(6) una petición para que Dios someta a los malos a su juicio (vv. Sal 69:22-28);
(7) una determinación a alabar al Señor (vv. Sal 69:29-36).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Estoy hundido en cieno profundo: Las palabras iniciales de este salmo de angustia utilizan la fuerte imagen de una persona que está a punto de ahogarse, pero no en aguas profundas, sino en lodo (Sal 40:2). Este lenguaje poderosamente descriptivo expresa una extrema angustia mental.
Cansado estoy: Como un ahogado puede agotar su voz completamente, así David está cansado de llorar y suplicar al Señor (Sal 6:6).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
SÁLVAME. Este salmo, junto con el Sal 22:1-31, es uno de los salmos más citados en el NT. Se cita el Sal 69:1-36 como sigue: v. Sal 69:4 – Jua 15:25; v. Sal 69:9 – Jua 2:17; Rom 15:3; vv. Sal 69:22-23 – Rom 11:9-10; v: Sal 69:25 – Hch 1:20.
(1) El autor describe a una persona en la más profunda desesperación, sufriendo en gran manera en todos los sentidos posibles debido a su fidelidad a Dios y a sus justos caminos (vv. Sal 69:7-12). Él quiere adorar a Dios de la manera que Dios ha ordenado (vv. Sal 69:9-12). La tradición le atribuye este salmo a David (véase el título del salmo), pero pudiera haber sido escrito por Ezequías (cf. 2Re 18:1-37, 2Re 19:1-37, 2Re 20:1-21; 2Cr 29:1-36, 2Cr 30:1-27, 2Cr 31:1-21 2Cr 32:1-33), por Jeremías (cf. Jer 11:19; Jer 12:1), o por un judío desconocido que deseaba reedificar el templo después del exilio (cf. Sal 69:9).
(2) Algunos fragmentos de este salmo prefiguran los sufrimientos de Jesucristo. Sin embargo, la confesión del v. Sal 69:5, así como también las maldiciones de los vv. Sal 69:22-28, no pueden aplicarse a Cristo.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
SÁLVAME, OH DIOS. Esta expresión de los agobiantes sufrimientos de una persona justa también capta la emoción del Salvador cuando Él padeció la persecución de los impíos y sufrió la agonía de la cruz. De igual manera, cualquier creyente que pasa por gran aflicción y no ve salida alguna puede clamar a Dios, seguro de que así como Dios finalmente liberó a Cristo de todo su sufrimiento también librará a todos sus hijos a su debido tiempo.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Salmo 69 (Vg 68): Suplica del Justo Perseguido.
P odemos distinguir tres partes en esta composición, caracterizada por el tono de lamentación individual: a) súplica de liberación en una situación de peligro creada por la hostilidad de gentes impías que conspiran contra su piedad (2-13); b) confianza en la misericordia divina e imprecaciones contra los enemigos (14-29); c) promesa de acción de gracias por la liberación y restablecimiento de Jerusalén.
El salmista perseguido confiesa su culpabilidad y hace penitencia, esperando ser oído de Dios y rehabilitado en sus plenos derechos; tiene celo extremo por todo lo concerniente a la casa de Dios y se consume por la indiferencia de los pecadores respecto de los derechos divinos.
La distribución métrica del salmo no es regular, al menos en las dos primeras partes. “El poema es notable más bien por la profundidad y fuerza de la emoción que por la perfección exterior de la forma. Recuerda bastante el estilo de Jeremías.” 1
Según el título, también esta composición es de origen davídico. Como San Pablo lo cita como de David2. Como existen afinidades estilísticas entre este salmo y los oráculos de Jeremías, no pocos autores creen que el gran profeta de Anatot es el autor del mismo 3. Como se alude a la reconstrucción del templo (v.10), la generalidad de críticos modernos se inclinan por un origen postexílico del salmo4.
Los evangelistas citan este salmo con ocasión de la expulsión de los vendedores del templo y al expirar Jesús en la cruz 5. Con todo, no podemos decir que sea mesiánico en sentido directo, ya que no se comprenden las imprecaciones en labios de Cristo; pero, como justo doliente e injustamente perseguido, el salmista es tipo del Mesías doliente y celoso de la casa de Dios.
Situación angustiosa del justo perseguido (1-6).
1 Al maestro del coro. Sobre los “lirios.” De David 6. 2 Sálvame, ¡oh Dios! porque las aguas han entrado hasta el alma. 3 Húndeme en profundo cieno, donde no puedo hacer pie; me sumerjo en aguas profundas, y me arrastra la corriente. 4 Cansado estoy de clamar, se abrasa mi garganta y desfallecen mis ojos en espera de mi Dios. 5 Son más que los cabellos de mi cabeza los que sin causa me aborrecen; más fuertes que mis huesos los que injustamente me combaten, y tengo que pagar lo que nunca robé. 6 Tú, ¡oh Dios! conoces mi estulticia y no se te ocultan mis pecados.
Es corriente en la literatura salmódica presentar la muerte como una inundación de aguas que se lleva a los vivientes 7, porque se concebía la región de los muertos – el seol – debajo de la tierra 8 y aun debajo del fondo de los mares 9; en este supuesto, las olas son los proveedores naturales de la región de las sombras 10. El salmista se considera, pues, a las puertas de la muerte, porque las aguas han entrado hasta el alma, hasta lo más profundo de su ser n. Se siente como ahogado por la inundación de calamidades que sobre él han caído. Con otra metáfora expresa su inseguridad: se halla como el que en terreno cenagoso no puede hacer pie y es arrastrado por la corriente (v.3).
Es tan angustiosa su situación, que no le queda sino clamar al Omnipotente, que es el único que le puede salvar 12; sus ojos están cansados de mirar en espera de su Dios. Su garganta está abrasada de tanto gritar 13. El paciente se siente rodeado de enemigos numerosos que le exigen cuenta de lo que no ha cometido: tiene que pagar lo que no ha robado; la expresión es proverbial, para indicar las exigencias extremas de los que injustamente le imputan faltas no cometidas 14. Sólo Dios conoce sus deficiencias – estulticia – y sus pecados, el grado de su culpabilidad. Reconoce humildemente sus transgresiones 15, pero no son sus enemigos los llamados a pedirle cuentas, sino solamente Dios.
El paciente, escarnecido por los impíos (7-13).
7 No sean confundidos por mi causa los que en ti esperan, ¡oh Señor Yahvé de los ejércitos! No sean por mí contundidos los que a ti te buscan, ¡oh Dios de Israel! 8 Pues por ti sufro afrentas y cubre mi rostro la vergüenza, 9 He venido a ser extraño para mis hermanos, y extranjero para los hijos de mi madre. 10 Porque me consume el celo de tu casa; los denuestos de los que te vituperan caen sobre mí. 11 Cuando lloro y ayuno, toman pretexto para insultarme. 12 Por vestido me cubro de saco, y he venido a ser fábula para ellos. 13 Cuchichean contra mí los que se sientan en las puertas; soy la cantilena de los bebedores de licores.
El salmista perseguido sabe que su causa está íntimamente ligada a la de los justos en general; éstos serán confundidos y avergonzados ante la sociedad si Dios desampara al paciente en esta hora crítica. En sus cálculos de piedad pesa mucho la seguridad de que Dios los protege en los momentos graves de la vida, porque Dios premia en definitiva a la virtud, mientras castiga indefectiblemente el mal. Ahora bien, si en el caso actual el justo paciente sucumbe, la tesis de los piadosos y fieles a Dios queda desmentida, y con ello quedan defraudados en sus esperanzas 16. Será un triunfo de los escépticos y una decepción de los justos. Se pone en juego, pues, el honor de Yahvé en esta prueba del paciente injustamente perseguido 17.
En realidad, la causa del salmista perseguido es la de Dios, pues por El sufre las afrentas, ya que le hostilizan para ridiculizar su piedad y su fidelidad a su Ley (v.8). Sus más íntimos familiares han tomado parte contra él, considerándole como extraño18, y precisamente la hostilidad surge por su celo extremado por la casa de Dios, su santuario en Jerusalén. Esto parece sugerir que el salmista es un levita postergado por los de su misma clase, los cuales, más escépticos y positivistas, consideran excesivo el celo de su colega y familiar, quizá porque les echaba en cara los abusos mercantilistas que tenían lugar con motivo de los sacrificios. El evangelista aplica el texto a Jesús cuando expulsó a los mercaderes i9. El v.10 es citado por San Pablo para destacar los ultrajes inmerecidos sufridos por Cristo 20. El paciente del salmo es el tipo del Mesías, celoso de las cosas de Dios.
Los actos de piedad del justo son también acremente ironizados por los espíritus materialistas de la sociedad (v.11). Se ha convertido en objeto de burla, en proverbio o fábula de los que impúdicamente se entregan a las bebidas (v.13)21. La espiritualidad del salmista no es apreciada por los que se dejan llevar de la sensualidad y de la vida fácil. En las puertas – lugar de reunión de ociosos -, los mofadores se permiten cuchichear y hacer burla de la piedad estéril del justo que espera en Dios. Sus apreciaciones son sangrantes y atenían contra la dignidad del piadoso yahvista, que tiene la esperanza puesta en Dios.
Súplica de auxilio (14-20).
14 Yo por eso oro a ti, ¡oh Yahvé! i en tiempo oportuno, joh Dios! Por tu inmensa piedad, escúchame, por la verdad de tu salvación. 15 Sácame del lodo para que no me sumerja, y sea librado de los que me aborrecen y de lo profundo de las aguas. 16 No me anegue el ímpetu de las aguas, no me trague la hondura, no cierre el pozo su boca sobre mí. 17 óyeme, Yahvé, que es benigna tu piedad; mírame según la muchedumbre de tus misericordias. 18 No escondas de tu siervo tu rostro, porque estoy en angustia: apresúrate a oírme. 19 Acércate a mi alma y redímela; líbrame por causa de mis enemigos. 20 Tú conoces el oprobio, el vituperio, la afrenta que se me hace; todos mis opresores los tienes a tu vista.
Ante tanta animosidad de sus enemigos confabulados, al paciente justo no le queda sino acudir suplicante a Yahvé, que vela por sus intereses. Ahora es el momento oportuno de manifestar su poder conforme a sus promesas. Dios no puede faltar a la verdad de su salvación, es decir, a la realidad salvadora de su presencia en favor de los que le son fieles, porque es “abundante en longanimidad y verdad” 22. Consciente de la fidelidad divina a los suyos, pide el salmista le salve de la angustiosa situación actual, jugando con las mismas metáforas que hemos visto al principio del poema (v.16). La misericordia y la piedad son las características del proceder divino con los justos atribulados; por tanto, en el momento de peligro no puede esconder su rostro, abandonándolos, porque sería contradecir a sus promesas de protección 23. Con toda confianza, pues, le pide el justo atribulado que redima su alma, es decir, que salve su vida en peligro (v.19). Nadie como el propio Dios conoce la situación de oprobio en que se encuentra en medio de sus opresores.
Imprecaciones contra los enemigos (21-29).
21 El oprobio me destroza el corazón y desfallezco; esperé que alguien se compadeciese, y no hubo nadie; alguien que me consolase, y no lo hallé. 22 Diéronme a comer veneno, y en mi sed me dieron a beber vinagre. 23 Sea para ellos su mesa lazo, y tropiezo para sus amigos24. 24Oscurézcanse sus ojos y no vean, y que sus lomos vacilen siempre, 25 Derrama sobre ellos tu ira; alcáncelos el furor de tu cólera; 26 asoladas sean sus moradas, y no haya quien habite sus tiendas. 27 Porque persiguieron al que tú habías herido y acrecentaron el dolor del que tú llagaste. 2S Añade esta iniquidad a sus iniquidades, y no tengan parte en tu justicia. 29 Que sean borrados del libro de la vida y no sean inscritos con los justos.
La situación del paciente es desesperada, ya que no encuentra consuelo alguno entre sus familiares. Estos, en vez de curar su llaga espiritual, han aumentado su dolor, como al enfermo que, en vez de darle medicinas, le han propinado veneno, o como al sediento que, en vez de agua, le han ofrecido vinagre 25. Este v.22 es citado por los evangelistas a propósito de la bebida ofrecida por los soldados romanos a Jesús en la cruz 26. El salmista paciente es el tipo de Cristo doliente en el Calvario; no obstante, no se deduce de estas analogías de palabras y de situaciones un mesianismo directo en el salmo, ya que las imprecaciones que siguen son ininteligibles en boca de Jesús, que perdonó a sus enemigos.
Indignado por el trato que recibe, el salmista desea los mayores males para los que injustamente le tratan: que su mesa, lejos de proporcionarles alegría y placer, les sea ocasión de caer en manos de los enemigos (v.23). Las imprecaciones son rudas y explicables sólo en la mentalidad primaria de las gentes del A.T. Aún no había sido proclamada la doctrina del perdón de los enemigos, y por eso la moralidad de los espíritus del A.T. estaba muy lejos del ideal de fraternidad del Evangelio. Los enemigos del salmista tienen doble culpabilidad, porque, viéndole herido por Dios – postrado en el lecho del dolor -, lejos de compadecerse, han acumulado calamidades sobre él (v.27). Esta es una nueva iniquidad, que debe ser tenida en cuenta con las anteriores para que no tengan acceso a la justicia divina, es decir, a sus designios salvadores, puesto que justicia en el A.T. no pocas veces es sinónimo de “salvación” 27. Dios tiene escritos los destinos de cada uno y tiene inscritos en el libro de la vida a los que están destinados a sobrevivir, es decir, a los justos, objeto de su beneplácito 28. Todos los otros están destinados a la muerte: es el deseo del justo atribulado en momentos de desahogo psicológico y llevado de una noción de justicia muy a lo humano (v.29). El ideal evangélico tendrá muchos reparos que oponer a estos desahogos desconsolados, pero no exijamos la perfección evangélica a almas que vivían todavía bajo otro estadio de revelación más imperfecto.
Promesa de acción de gracias (30-37).
30 En verdad que estoy afligido y dolorido; sosténgame, ¡oh Dios! tu ayuda, 31 y cantaré cánticos al nombre de Dios y le ensalzaré con alabanzas. 32 Más gratas a Dios que un becerro, más que un toro de cuernos y uñas. 33 Lo verán los afligidos y se alegrarán, y que viva vuestro corazón, los que buscáis a Dios. 34 Porque oye Yahvé a los indigentes y no desdeña a sus cautivos. 35 Alábenle los cielos y la tierra, los mares y cuanto en ellos se mueve, 36 pues salvará Dios a Sión y reedificará las ciudades de Judá, y habitarán allí y la poseerán. 37 Y la heredará la descendencia de tus siervos, y morarán en ella los que aman su nombre.
El salmista afligido se dirige de nuevo a Dios para que le sostenga, con la certeza de que conseguirá la salvación. Por ello, promete entonar cánticos de acción de gracias públicamente, para que todos sean testigos de la merced conseguida y puedan regocijarse con ellos los justos, pues una vez más se demostrará que Dios no abandona a los que le son fieles. Todas las súplicas de los salmos suelen terminarse por una acción de gracias 29. Los salmistas suelen componer estas piezas deprecatorias después que ha pasado el peligro, y por eso junta las súplicas ardientes con las acciones de gracias. Las alabanzas del alma agradecida son más gratas a Dios que los sacrificios de pingües toros con cuernos y uñas (v.32). El salmista, pobre, no podía ofrecer sacrificios tan costosos de reses ya bien cebadas y desarrolladas 30. Si, además, era levita, su imposibilidad era radical 31. Pero Dios mira al corazón, y quiere ante todo un corazón compungido y agradecido, y por eso no desdeña la voz de los indigentes (v.34), y mucho menos a sus cautivos, que sufren por él en manos de sus enemigos. Aquí parece que se alude a la cautividad babilónica o a otra de los tiempos de los seléucidas.
Como es ley en muchos salmos deprecatorios, el poeta proyecta su caso particular hacia los problemas generales de angustia de la nación; y así, después de invitar a entonar himnos al Señor de la creación, anuncia que Dios restablecerá las ciudades destruidas de Judá para que puedan habitar en ellas los que aman su nombre (v.37). Estas alusiones a la reedificación de las ciudades nos hace pensar en los tiempos calamitosos que siguieron a la cautividad o a los de los tiempos de las guerras de los Macabeos. Los que mantienen la autenticidad davídica suponen que estos versos son adiciones posteriores alusivas a la nueva situación postexílica.
1 J. Calés, o.c., I p.664. – 2 Cf, Rom 11:9-10; véase EB 344. – 3 Cf. Jer 11:18s; Jer 12:1s; Jer 15:103. – 4 Véase E. Podechard, o.c., I 304. – 5 Cf. Jua 15:25; Jua 2:17; Jua 19:285; Mat 27:34.48. – 6 Sobre el sentido de los diversos títulos véase com. a Sal 4:1; Sal 45:1. – 7 Cf. Isa 8:8; Sal 18:5-6.17; Sal 40:3; Sal 42:8; Lam 3:54. – 8 Cf. Num 16:30; Sal 63:10; Job 26:5. – 9 Cf. Job 38:16-17. – 10 Cf. Jon 22Cr 4:6-7; Sal 17:5.16; Sal 144:7. – 11 Cf. Jer 4:10.18; Jon 2:5. – 12 Cf. Sal 18:7; Sal 102:3; Sal 131:1. – 13 Cf. Sal 22:1.14; Sal 6:6; Jer 45:3; Sal 119:81.122; Lam 2:11; Lam 4:17. – 14 Cf. Exo 21:37; 2Sa 12:6. – 15 El pecado es llamado estulticia en Sal 38:4; Sal 68:20. – 16 Cf. Jer 15:15; Sal 44:14. – 17 Cf. Sal 35:24-26. – 18 Cf. Sal 38:10; Job 19:133; Jer 12:6. – 19 Cf. Jua 2:17. – 20 Rom 15:3. – 21 Cf. Sal 9:13; Jer 17:10s; Lam 3:14; Job 30:9; Ts 5:11.12.22; Amo 6:43. – 22 Cf. Exo 34:6. – 23 Cf. Sal 25:15; Sal 119:131. – 24 El TMM para los que están en seguridad”; con un ligero cambio de letras tenemos nuestra traducción, El Targum lee: “y sus sacrificios pacíficos,” lo que también da sentido en el contexto. – 25 Cf. Lam 3:15. propiamente una planta venenosa del tipo de la cicuta. Aquí ¡?e loma en sentido metafórico (cf. Jer 8:14; Jer 9:15; Jer 23:15) – 26 Cf. Mat 27:48; Luc 23:36; Jua 19:26. – 27 Cf. Sal 5:7; Sal 71:1.14-18.24. – 28 Cf. Exo 32:32; Isa 4:3; Dan 12:1. – 29 Cf. Sal 40:10; 51:17- – 30 Cf. Sam 1:24; Virgilio, égloga III; Eneida IX; Juvenal, Sátira XII. – 31 Cf. Deu 12:13; Deu 14:27; Deu 16:11; Deu 26:11; 1Cr 23:30-31.
Fuente: Biblia Comentada
Título. sobre Lirios. El nombre de una melodía. Vea la nota sobre el Sal 45:1-17; Título.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Este salmo es una oración de desesperación. David se da cuenta de que debido a que es aborrecido por otros, puede ser muerto pronto. Aunque ruega ser rescatado y lanza maldiciones sobre sus enemigos, concluye el salmo con una elevada nota de alabanza, con inferencias tocantes al venidero reino mesiánico cuando todos los enemigos del pueblo de Dios serán tratados severamente (cp. Apo 2:27). Mucho de este salmo fue aplicado a Cristo por los escritores del NT. Este salmo expresa los sentimientos de cualquier creyente que esté siendo horriblemente ridiculizado, pero se refiere de manera singular a Cristo.
I. La oración de la desesperación (Sal 69:1-28)
A. La descripción de su situación (Sal 69:1-3)
B. La razón para esta situación (Sal 69:4-12)
C. La esperanza para su situación (Sal 69:13-18)
D. El oprobio de su situación (Sal 69:19-21)
E. La venganza por su situación (Sal 69:22-28)
II. La promesa de la salvación (Sal 69:29-36)
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Salmo 69 (68): Salmo de súplica individual donde el salmista, tras describir el pesar que lo aflige como consecuencia de su pecado y de la crueldad del enemigo, pide la ayuda de Dios. Motivos de persuasión y esperanza se suceden a lo largo de todo el poema que culmina con la promesa de acción de gracias y la expresión de confianza en la intervención divina. Distintos versículos de este salmo son citados en los relatos de la pasión de Jesús (ver Jua 15:25; Mar 15:36) y en otros pasajes del NT (ver Jua 2:17; Hch 1:20; Rom 11:9-10; Apo 3:5; Apo 13:8).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Salmo 69. El Costo, Preocupacion y Realismo de la Autentica Devocion
David estaba siendo objeto de un odio prolongado que ponía en peligro su vida (1-4). Ese odio denigraba a los buenos de la tierra (6), lo había enemistado con su familia (8), hacía de su profesión religiosa motivo de burla (10-12), le hacía pensar que el Señor se había apartado de él (17), lo sumía en la congoja y lo había dejado sin amigos (20). El comentario público era que se había envuelto en alguna práctica ilegal (¿financiera?) (4) pero la razón secreta era su devoción al Señor (7) y a la casa del Señor; en realidad, Dios mismo era el objeto del ataque (9). El Salmo fue escrito no habiendo sido resuelta la crisis (29).
A1 (vv. 1-4) Oración describiendo la crisis mortal
B1 (vv. 5-12) Los que necesitan protección
A2 (vv. 13-18) Oración apelando al carácter de Dios
B2 (vv. 19-29) Los que merecen retribución
A3 (vv. 29-36) La oración se convierte en alabanza
Ninguna situación documentada de la vida de David concuerda con esto, pero es más fácil insertarlo con acierto en la historia de él que tratar de componer un libreto para otra persona en otra época. David estaba ocupadísimo con planes (1 Crón. 28:11-21) y los recursos financieros (29:2-5) para el templo. La riqueza produce envidia, y pueden haber surgido los que sentían que las necesidades de los pobres y otros intereses nacionales estaban sufriendo por lo que parecía una obsesión del rey. Las acusaciones de malversación de fondos serían fáciles de hacerse y no siempre fáciles de rebatirse, produciendo la ruina de su reputación, como el Salmo sugiere. Este es el Salmo citado con más frecuencia en el NT, principalmente por el Señor Jesús: 4 (Juan 15:25), 9 (Juan 2:17; Rom. 15:3), 21 (Juan 19:28; cf. Mat. 27:34, 48), 22 (Rom. 11:9 ss.), 25 (Hech. 1:20). Además, otros versículos concuerdan con la experiencia de salvaje hostilidad que sufriera el Señor (Mat. 27:27-31, 39-44; Mar. 14:50).
1-4 Oración describiendo la crisis mortal. Las metáforas de ahogarse, arenas movedizas (cf. 40:3) e inundaciones incontrolables (2) describen la siniestra realidad de la situación. Hace tanto tiempo que la oración no recibe contestación que la voz y los ojos están agotados (3) mientras que innumerables personas y muchos enemigos, sin justificación, tienen suficiente influencia como para tomar medidas que lo obliguen a restituir lo que no había robado (4).
5-12 Los que necesitan protección. Culpa se refiere específicamente (Lev. 5) a situaciones en que se cometió un delito que requería una restitución al agraviado. De esta manera, el v. 5 se apoya en el v. 4. Cuando el Señor examine a David encontrará insensatez (“tontería”) en ceder a la presión y haciendo restitución por algo en lo que él no encontrará culpa. 6-12 Porque David ha actuado como si fuera culpable, creó un antecedente que podría generar la crítica contra todos los que vivían por fe y practicaban la presencia de Dios (6). Porque el pueblo de Dios es un solo cuerpo, cuando quieren embarrar a uno de sus miembros, el barro se pega también a los demás. En cuanto al propio David, había perdido el amor de su familia (8), fácil de imaginar en el escenario descrito anteriormente: ¿pensaban que su hermano, ahora rico, debía ser generoso con ellos? Pero también la práctica de su religión auténtica y reputación personal fueron motivo de desprecio; en la mente de los importantes miembros de la sociedad, los que se sentaban en el tribunal (10-12; Deut. 21:19; Rut 4:1) y en los cantos de los borrachos. Y todo sucedía sin justificación, pues a él no lo motivaba otra cosa que no fuera su devoción (7a; cf. 2 Sam. 6:14-21 donde la devoción de David también fue motivo de malentendidos) y su consagración a la casa (9a) del Señor. Pero sabía, además, que lo estaban usando para vengarse de Dios (9b).
13-18 Oración apelando al carácter de Dios. Nótese cómo aparecen las mismas metáforas (agua, arenas movedizas, inundaciones) de los vv. 1-4, al igual que los que le aborrecen. Pero ahora el grito singular del v. 1 se convierte en una apelación sostenida, empezando con su buena voluntad (aceptación) bondad (comprometida, que no cambia) y la verdad de tu salvación (13) y terminando con su buena … misericordia (que no cambia) e inmensa compasión (el amor activo y apasionado de 1 Rey. 3:26). 18 Acércate (cf. del “pariente más cercano”, Lev. 21:2, 3; 25:25; Rut 2:20). Redímela, redimir era la obligación del “pariente más cercano”, tomando sobre sí, como si fueran propias, las necesidades de su pariente afligido (Lev. 25:25; Rut 3:12; Isa. 41:14; 43:14, cf. Sal. 19:14). Líbrame, “pagar el rescate”, pagar el precio que sea para cubrir la necesidad (31:5; 55:18).
19-28 Los que merecen retribución. Ver en la Introducción: Salmos de Imprecación. En los vv. 19-21 vemos el efecto que han tenido los enemigos; en los vv. 23-28 el castigo que merecen. Como la mayoría de las imprecaciones, éstas descansan sobre el principio enunciado en Deut. 19:19, que los que hacen acusaciones falsas deben ser judicialmente recompensados con lo mismo. En la presente oración (porque es una oración: todo es entregado a Dios sin pensar en vengarse personalmente) ellos son traídos para ser juzgados por Dios. Actuaron con un rencor venenoso, expresado en términos de alimento (21): la mesa de ellos será una trampa (22); causaron agotamiento físico (3): ellos también tienen que sufrir (23); provocaron un sentido de que el Señor se había apartado (17): ellos sufrirán su realidad (24); su familia se distanció (8): los hogares de ellos serán destruidos (25); lo culparon con acusaciones falsas (4, 5): serán juzgados irremisiblemente culpables (27); se pusieron en contra Dios (9): Dios se pondrá eternamente en contra de ellos (28).
es la impresionante lógica del juicio divino. Antes de criticar una oración como ésta tenemos primero que encontrarnos en un sufrimiento similar. También debemos preguntarnos si nuestro sentido moral -particularmente nuestro sentido de agravio moral- es lo suficientemente agudo como para que estemos seguros sobre cuál es la manera correcta o incorrecta de orar. También debemos preguntarnos si una oración como ésta concuerda con el pensamiento de Cristo, porque mucho en este Salmo nos ha colocado cara a cara con sus sufrimientos y su reacción fue orar que los que lo atormentaban fueran perdonados. Seguramente éste es ahora el único modo de orar. Pero hay algo más para tener en cuenta: el propio Señor Jesús pronunció terribles “maldiciones” (Mat. 23:13-36); se imaginó a sí mismo diciendo: “Apartaos de mí, malditos” (Mat. 25:41); el día vendrá cuando todos huirán de la ira del Cordero (Apoc. 6:15-17); él estará presente cuando los libros sean abiertos (Apoc. 20:12): y en aquel día no habrá oración pidiendo perdón, sólo la justicia divina aplicada eternamente. O sea, que existe tal cosa como pura ira y, aquí, en alguien que anhela justicia, el AT refleja ese aspecto del carácter de Cristo. 28 Cf. Exo 32:32; Dan. 12:1; Luc. 10:20; Fil. 4:3; Apoc. 3:5; 13:8; 21:27.
29-36 La oración se convierte en alabanza. Mientras el dolor (dolorido) persista, también persistirá la alabanza (alabaré), complaciendo a Dios, dando un testimonio alentador, basado en la seguridad de que la oración será contestada y merecedora de convertirse en el canto de toda la creación, porque, cuando pase la presente aflicción, la estabilidad volverá a la tierra (35) para los que aman su nombre (36).
Notas. 31 Cuernos y pezuñas. Los cuernos serían prueba de su edad, las pezuñas (Lev. 11:3, 4) de su “limpieza”: o sea más delicioso para el Señor que la ofrenda que llena todos los requisitos, es el corazón agradecido. 33 Sus prisioneros, cf. 26. En todas las circunstancias, somos del Señor, aun cuando la gente piense que estamos totalmente a merced de ella. Nuestras cadenas están en sus manos (Ef. 4:1; 6:20; Fil. 1:13).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
69.1ss Este es uno de los salmos más citados en el Nuevo Testamento y a menudo se aplica al ministerio y sufrimiento de Jesús. El versículo 4, al igual que Joh 15:25, habla de los muchos enemigos de Jesús. La experiencia de que nuestros hermanos se burlen de nosotros (Joh 69:8) se expresa en Joh 7:5. El versículo 9 describe el celo que David sentía por Dios. Cristo mostró gran celo cuando lanzó a los cambistas fuera del templo (Joh 2:14-17). Pablo citó parte de 69.9 en Rom 15:3. El gran sufrimiento de Cristo se describe en 69.20, 21 (Mat 27:24; Mar 15:23; Luk 23:36; Joh 19:28-30). Los versículos 22 al 28 se citan en Rom 11:9-10; y Pedro aplicó el 69.25 a Judas (Act 1:20).69.3 David lloró hasta quedar físicamente exhausto, con la garganta seca y los ojos hinchados. Lloró hasta no poder más, aun así seguía confiando en que Dios lo salvaría. Cuando nos sintamos devastados por la muerte o por la tragedia, no necesitamos desmayar ni desesperar, ya que podemos volvernos a Dios y pedirle que nos salve y nos ayude. Las lágrimas seguirán corriendo, pero no lloraremos en vano.69.13 ¡Cuántos problemas enfrentó David! Se burlaron de él, lo escarnecieron, lo humillaron e hicieron objeto de la murmuración de toda la ciudad. Pero aun así oró. Cuando nos vemos completamente humillados, nos vemos tentados a apartarnos de Dios, a renunciar a todo y a dejar de confiar en El. Cuando su situación parezca desesperada, determine que sin importar cuán malas se vuelvan las cosas, usted continuará orando. Dios escuchará su oración y lo rescatará. Cuando otros nos rechazan, necesitamos más de Dios. No se aparte de su amigo más fiel.69.28 El libro de los vivientes es la lista que Dios tiene de los que están a bien con El y le son fieles (1.3; 7.9; 11.7; 34.12; 37.17, 29; 55.22; 75.10; 92.12-14; 140.13). El uso que hace el Nuevo Testamento del «libro de los vivientes» indica a los que recibirán vida eterna (véanse Phi 4:3; Rev 3:5; Rev 13:8; Rev 20:15).69.32 Cuando David dice «vivirá vuestro corazón», significa que «se sentirán contentos y gozosos». La mayoría de la gente quiere un gozo perdurable y hará casi cualquier cosa para obtenerlo, desde arrebatar el dinero hasta involucrarse en aventuras amorosas. La única fuente genuina para la felicidad es Dios y recibimos un gozo duradero solo cuando lo buscamos. ¿De qué forma trata de encontrar la felicidad? Busque a Dios y viva de la manera en la que El quiere (Mat 6:33-34) y pronto encontrará el verdadero gozo.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) Enc. Véase Sal 45:1 Enc, n: “Lirios”.
(2) O: “la vida”. Heb.: ná·fesch; T(aram.)sir.: naf·scha’; gr.: psy·kjés; lat.: á·ni·mam.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 2258 Sal 45:0
b 2259 Sal 144:7; Lam 3:54; Jon 2:5; Rev 12:15
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Salmo 69 Este Salmo del rey David consta de una introducción (vers. 1-4), un lamento (vers. 5-12), peticiones (vers. 13-29) y alabanzas (vers. 30-36). En la introducción, el rey David se dirige a Dios lamentándose que se siente abandonado por El (vers. 1-3); se queja de lo innumerable de sus enemigos, de su poder y de su odio (vers. 4). En su lamento él reconoce que Dios conoce bien su pecado (vers. 5) reconociendo que el reproche de todos cae sobre él (vers. 6-8). La oración de David tiene tres partes: 1) Una petición de ser librado de la muerte (vers. 14, 15), intercalando expresiones de confianza en la bondad de Dios (vers. 13, 16); 2) una petición para ser librado de sus enemigos (vers. 17, 18) con la queja que no tiene quien lo conforte, sino solamente los que desean hacerle mal (vers. 19-21), y 3) peticiones imprecatorias contra sus adversarios (vers. 22-28). Su acción de gracias consta de un canto de alabanza para que el humilde se regocije (vers. 30-33) y un canto celebrando la restauración de Sion, exhortando a toda la creación a alabarle para siempre (vers. 34-36). Ningún otro Salmo, con la excepción del Salmo 22, se cita más frecuentemente en el N.T. al referirse a los sufrimientos de Cristo. Los sufrimientos de David de alguna manera tipifican la pasión de Cristo, y los detalles del sufrimiento son tales que parecen predecirlos o profetizarlos. El siervo de Dios (vers. 17, cp. Mt 12:18) es odiado sin causa (vers. 4, cp. Jn 15:25). No se complace a sí mismo sino que voluntariamente llevó los reproches y vituperios dirigidos a Dios sobre sus hombros (vers. 9b, cp. Ro 15:3). El salmista poseía un gran celo por la casa de Dios (vers. 9a, cp. Jn 2:17), y porque hacía la voluntad de Dios sufría el escarnio (vers. 1-12, cp. Mt 27:27-44). Aun su familia se distanció de él (vers. 8, cp. Mt 12:46-50; Jn 7:5). El salmista no es comprendido (vers. 4b; cp. Lc 23:34; 1 Co 2:8). No entendía que el castigo era la voluntad de Dios (cp. Is 53; Zac 13:7), sus enemigos lo persiguieron (vers. 2b, cp. Mr 15; Gá 3:13). Aunque se siente abandonado por Dios y al borde de la muerte, sin embargo, con sus últimas fuerzas clamará al Señor (vers. 2-3, cp. Mt 27:46). Nadie lo consoló, sino le dieron hiel y vinagre (vers. 21, cp. Mt 27:34; Mr 15:23, 36; Jn 19:29, 30).
Fuente: La Biblia de las Américas
Esta lamentación podría bosquejarse así: La desesperación de David en la persecución (vv. Sal 69:1-12), su deseo de castigo (de sus enemigos) (vv. Sal 69:13-28), y su declaración de alabanza (vv. Sal 69:29-36).
sobre Lirios. Véase nota en Sal 45:1-17.
Sal 69:1-36 es uno de los más citados en el NT.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
alma…Otra traducción posible: garganta.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
* Posiblemente, Lirios
Fuente: La Biblia de las Américas
N garganta.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
SALMO 69 (68)[4] Por tenerlos fijos hacia el cielo.[9] Los hijos de Israel forman parte de las circunstancias de aflicción.[13] De la ciudad y la gobiernan.[22] Mat 27, 48.[26] Hech 1, 20.