Comentario de Salmos 72:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
(A Salomón) Oh Dios, da tus juicios al rey, y tu justicia al hijo del rey.
Año 1015 a.C. (Título).
Un Salmo. Este Salmo parece haber sido compuesto por David en sus últimos días, cuando colocó a su amado hijo en el trono. “Entonces”, dice un autor, “transportado con gozo y gratitud, dirige este Salmo a Dios, en el cual él ora para que derrame sus bendiciones sobre el joven rey, y sobre el pueblo. Luego, envuelto en un divino entusiasmo, asciende hacia un objetivo más alto; y canta la gloria del Mesías, y la magnificencia de su reino.”.
Para Salomón. Sal 127:1.
da tus juicios al rey. 1Re 1:39-53; 1Cr 22:12, 1Cr 22:13; 1Cr 29:19; 2Cr 1:10; Isa 11:2; Jua 3:34; Heb 1:8, Heb 1:9.
y tu justicia al hijo del rey. 1Re 1:47, 1Re 1:48; 1Re 2:1-4; Jer 23:5, Jer 23:6.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
David, orando por Salomón, muestra la bondad y gloria de su reino, Sal 72:1-17.
Bendice a Dios, Sal 72:18-20.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
es un salmo real, es uno de los dos salmos (Sal 127:1-5) adjudicados a Salomón, el hijo de David. El rey Salomón pudo ordenar los salmos de David en forma semejante a su orden actual, luego agregó su propio salmo al grupo (v. Sal 72:20). Este salmo es intensamente mesiánico, hablando en términos ideales de la venida del gran Rey. Sobre la base de los ideales de la realeza del antiguo Medio Oriente, el salmo pide un rey que gobierne a Israel bajo la bendición de Dios. En última instancia, este rey es el Salvador Jesús. El salmo tiene la siguiente estructura:
(1) un llamado a un reino de justicia (vv. Sal 72:1-4);
(2) una anticipación de un reinado de justicia (vv. Sal 72:5-7);
(3) una visión de un reino universal (vv. Sal 72:8-11);
(4) una visión de un reinado de compasiva justicia (vv. Sal 72:12-14);
(5) una predicción de un reinado de grandes bendiciones (vv. Sal 72:15-17);
(6) una alabanza al Dios que establecerá este glorioso reinado (vv. Sal 72:18-20).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Te temerán es una expresión de asombro, sobrecogimiento, reverencia, adoración y obediencia.
Descenderá: El gran rey es presentado como la suave lluvia de las bendiciones de Dios sobre la tierra. Su reino llevará a la paz verdadera; las cosas serán como debieran ser.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
AL REY. Según el título, este salmo es una oración de Salomón como rey de Israel, para que su reinado se caracterice por la justicia, la rectitud, la paz, la destrucción del mal y la liberación de los oprimidos y necesitados. También anticipa el reinado de Jesucristo en el mundo (véase Apo 20:1-15; Apo 21:1-27; Apo 22:1-21), ya que varios de estos versículos son pertinentes sólo a Él (vv. Sal 72:8, Sal 72:11, Sal 72:17; cf. Isa 11:1-5; Isa 60:1-22; Isa 61:1-11; Isa 62:1-12). Esta oración es similar a la oración del NT: «Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra» (Mat 6:10). Esta clase de oración debiera surgir del corazón de todos los que desean ver A Cristo reinando como rey y ver su justicia establecida en la tierra (véase Apo 21:1, nota).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Salmo 72 (Vg 71): Los Días Venturosos del Mesías.
L a ocasión de composición de este bello poema parece ser la entronización de algún rey. El poeta desea al nuevo soberano los mejores augurios, y en sus expresiones se reflejan las esperanzas mesiánicas del pueblo israelita, que veía en los reyes de la dinastía los eslabones que llevaban al gran Rey de los tiempos ansiados del futuro ideal y glorioso. Por eso, en la perspectiva del salmista se mezcla la realidad presente y la del futuro mesiánico. Las frases son por ello hiperbólicas, y las situaciones se idealizan. En este sentido, el salmo es sólo indirectamente mesiánico, en cuanto que el poeta ve en el nuevo rey entronizado el eslabón que lleva hacia la culminación de la dinastía davídíca en la persona del Mesías.
Podemos distinguir cuatro partes en este salmo: a) deseo para el rey de una justicia perfecta y una paz indefectible (1-4); b) descripción del reino eterno y universal mesiánico (5-11); c) especial solicitud con los humildes y menesterosos (12-15); d) fertilidad edénica y gloria del rey (16-17). Finalmente, se añade la doxología a la colección de salmos davídicos (18-19).
Literariamente, el poema es una mezcla de plegaria y de manifestaciones oraculares sobre el futuro mesiánico, y así, los verbos oscilan entre el optativo y el futuro. El estilo es vivido, salpicado de matáforas frescas y expresivas; pero el ritmo es poco regular.
El título lo atribuye a Salomón. Como hay concomitancias con diversos textos bíblicos de diferentes épocas1, los autores más bien retrasan la composición del poema, aunque en general no hay dificultad en admitir un núcleo primitivo anterior al exilio, cuando la monarquía israelita sintetizaba las esperanzas de grandeza del pueblo elegido.
La justicia perfecta y la paz indefectible (1-4).
1 De Salomón. Otorga, ¡oh Dios! al rey tu juicio, y tu justicia al hijo del rey, 2 para que juzgue a tu pueblo con justicia, y a tus oprimidos con equidad. 3 Aporten los montes la paz para el pueblo, y los collados la justicia. 4 Haga justicia a los oprimidos del pueblo, salve a los hijos del menesteroso y quebrante a los opresores.
Al desfilar el cortejo de la entronización de un nuevo rey, el poeta – llevado de los íntimos sentimientos que embargan a las almas justas – desea en nombre del pueblo lo más ansiado del corazón humano: justicia y paz. El rey, como representante de Dios, es el encargado de dar a cada uno lo que le pertenece, juzgando con equidad y protegiendo contra los opresores a los menesterosos y desvalidos de la sociedad 2. El salmista, pues, pide a Dios que otorgue al joven soberano el sentido de la equidad. Consecuencia de la justicia es la paz: el orden que surge del equilibrio de derechos y deberes entre los ciudadanos; el poeta ansia que esta paz y esta justicia broten como floración espontánea y abundante en las laderas de las colinas de Judá. Los hagiógrafos – con gran sentido poético de la naturaleza- – suelen asociar las manifestaciones de ésta a la vida social de su pueblo. En los tiempos mesiánicos, todo se transformará en beneficio de los ciudadanos de la nueva teocracia 3. El salmista ansia que la paz y la justicia surjan espontáneamente como un producto natural del suelo4. Las expresiones son poéticas, pero incluyen un sentido profundo moral, ya que expresan las ansias de equidad y de tranquilidad del pueblo, que serán características de los tiempos mesiánicos5. En Isa 11:3-9 se dice del Mesías: “No juzgará por vista de ojos ni argüirá por oídas de oídos, sino que juzgará en justicia al pobre y en equidad a los humildes de la tierra. Y herirá al tirano con los decretos de su boca, y con su aliento matará al impío. La justicia será el cinturón de sus lomos, y la fidelidad el ceñidor de su cintura.” El salmista, pues, se hace eco de estas esperanzas de justicia, tan arraigadas en el corazón del hombre y en las ansias de rehabilitación del pueblo oprimido. Sus versos son así una invitación al nuevo rey a reflexionar sobre sus deberes primordiales como juez del pueblo y representante de Yahvé. En su actuar debe acercarse al ideal de los tiempos mesiánicos.
La idealización del reino mesiánico (5-11).
5 Que dure tanto como el sol y (permanezca) ante la luna de generación en generación. 6 Que descienda como la lluvia sobre el césped, como aguaceros que riegan la tierra. 7 Florezca en sus días la justicia y haya mucha paz mientras dure la luna, 8 Que domine de mar a mar, del río hasta los confines de la tierra6. 9 Ante El se inclinarán los habitantes del desierto7 y sus enemigos morderán el polvo. 10Los reyes de Tarsis y de las islas le ofrecerán sus dones, y los soberanos de Sheba y de Sabá le pagarán tributo. 11 Postraránse ante él todos los reyes y le servirán todos los pueblos.
El entusiasmo del poema le hace desear al nuevo soberano largos días de vida, tantos como el sol y la luna 8. Las expresiones son hiperbólicas y encajan dentro del estilo áulico poético de las conmemoraciones solemnes de la vida del rey. Pero la mente del salmista – que tiene una visión teológica de la historia de su pueblo y ve en el actual nuevo rey un paso hacia el Rey ideal de los tiempos mesiánicos – se proyecta hacia la etapa definitiva del pueblo elegido, y su imaginación oriental se dispara incontrolada para describir idealmente la futura época tanto tiempo anhelada por los yahvistas, que vivían de las promesas divinas: abundantes lluvias, paz edénica duradera, conforme a los vaticinios de los profetas 9; su dominio se extenderá de mar a mar (desde el mar Muerto al Mediterráneo) 10 y desde el río (el Eufrates) n hasta los confines de la tierra. La perspectiva se amplía, y la mente del salmista se proyecta sobre el universalismo de los tiempos del Mesías. Los pueblos paganos – bestias del desierto – le rendirán pleitesía, y los que se obstinen en hacerle oposición tendrán que morder el polvo 12. Los reyes de la lejana Tarsis – en la desembocadura del Guadalquivir: Tartessos de los griegos 13 – y los de las islas o ciudades costeras del Mediterráneo 14, juntamente con los soberanos árabes de Sheba y Soba 15, vendrán a entregar sus tributos. Es justamente lo que se anuncia en los vaticinios gloriosos de la segunda parte del libro de Isaías: el reconocimiento universal de la preeminencia mesiánica del pueblo judío, simbolizado en su Rey ideal, el Mesías.
Especial solicitud por los menesterosos (12-15).
12 Porque salvará al indigente que implora y al pobre que no tiene quien le ayude. 13 Tendrá piedad del débil y del menesteroso y salvará las almas de los pobres. 14 Rescatará sus almas de la opresión y de la violencia, y será preciosa su sangre a los ojos de él. 15 Que viva, pues, y désele oro de Sheba; que se ore por él continuamente y que se le bendiga todo el día.
Llevado del sentido de la equidad, el Rey ideal sabrá salir por los derechos de los desvalidos 16; no será altanero, a pesar de sentirse honrado por todos los reyes de la tierra, sino que, al contrario, estará al servicio de los más necesitados de la sociedad. Su brazo estará siempre dispuesto a salvar ¡as almas o las vidas de los necesitados (v.13), librándolos de los opresores y exactores. Los déspotas orientales favorecen a los ricos que les adulan y ofrecen presentes; en cambio, el Rey futuro de Israel se preocupará justamente de los que no pueden ofrecerle nada. No permitirá que se les oprima, y menos que se les quite la vida, porque será preciosa su sangre, ante sus ojos l7, y no permitirá que se derrame impunemente 18. Con esta su conducta magnánima y generosa, el Rey se granjeará la estimación de los humildes, los cuales oraran por él incesantemente y le bendecirán 19.
Fertilidad edénica y gloriosa del rey (16-17).
16 Habrá abundancia de trigo en el país; en las cimas de los montes ondularán las mieses como (árboles del) Líbano y florecerán en las ciudades como la hierba de la tierra” 17 Será su nombre bendito por siempre; durará mientras dure el sol, i y se bendecirán en él todas las familias de la tierra 20, y todas las naciones le aclamarán bienaventurado.
Los vaticinios profetices hablan de abundancia de cosechas en los tiempos mesiánicos21. El salmista recoge esta tradición y, con bella hipérbole, presenta los trigos altos como árboles del Líbano, dominando las colinas y valles, mientras la población se multiplicará en las ciudades como la hierba de la tierra.
Todos se sentirán felices en la nueva situación y bendecirán al que atrae la excepcional protección de Dios sobre el pueblo; y en él se bendecirán todas las familias de la tierra, según la antigua promesa hecha a Abraham 22. Nadie se sentirá ajeno a la felicidad de los tiempos mesiánicos.
Doxología final (18-20).
18 Sea bendito el nombre de Yahvé, Dios de Israel, el único que hace maravillas. 19 Y bendito sea por siempre su glorioso nombre, y llénese de su gloria toda la tierra. Amén. Amén. 20 Aquí acaban las preces de David, hijo de Jesé.
Esta es la doxología acostumbrada, que cierra cuatro libros o colecciones del Salterio, y por eso se considera añadida al salmo. Con ella se cierra el segundo libro o colección de salmos, davídicos en su mayor parte 23.
Yahvé es el Dios único, que, como tal, hace portentos y maravillas en favor de su pueblo y de los que le son fieles 24. Su nombre glorioso es el reflejo de su majestad y es prenda de salvación para el que en El se confía. Toda la tierra debe dejarse penetrar e invadir de su. gloria o manifestación esplendente de su poder y magnificencia. A estas aclamaciones del coro respondia el pueblo; Amén. Amén, que incluyen la idea de asentimiento y entrega 25.
El compilador añade: Aquí acaban las preces de David, sin duda para distinguirlas de los salmos que siguen, adscritos a la familia de Asaf. En los libros cuarto y quinto vuelven a aparecer salmos da vícheos;
La tradición judeo-cristiana ha entendido este salmo en sentido mesiánico. Así se declara en el Targum26. Los Santos Padres comúnmente ven en este rey cantado en el salmo al Mesías 27. Los autores católicos, sin embargo, no convienen en determinar si ha de entenderse su mensaje mesiánico en sentido directo literal o indirecto típico 28. Por nuestra parte, creemos que el salmista, con ocasión de la entronización de un nuevo rey, ha proyectado sus esperanzas mesiánicas, conforme a la tradición de los vaticinios proféticos, viendo en él la continuación de la dinastía davídica, que habría de culminar en la aparición del Mesías, el Rey por excelencia, a quien únicamente se pueden aplicar las expresiones universalistas del poema.
1 Cf, Gen 12:3; Gen 18:16; Gen 22:18; Exo 23:31; Job 29:12; Isa 32:1; Isa 60:6-9; Zae 9:10. – 2 Cf. Is-11 3s; 32:1s. En el prólogo del Código de Hammurabi dice éste: “Entonces El y Bel me llamaron… para promover el bien de los hombres, para hacer valer el derecho en el país, para exít uuinar al prrverso, para impedir que t-l podrioso oprima al débil, para aparecer ante los hombre3 Cf, )1 4:111; Ara 9:11. – 5 Cf, Isa 2:4; Isa 9:5-6; Isa 11:7 ; Isa 12:15-20; Zac 9:10, – 4 Cf. Isa 45:8; Isa 65:11; Sal 85:12. c Cf. Zac 9:10. – 7 Lit. el TM: <'Las bestias del desierto.” LXX y Vg: “Aetiopes.” Cf. Isa 13:21; Isa 34:14; Jer 50:39; Eze 34:28 : en estos textos se aplica a los estados vencidos paganos. – 8 Cf. 1Re 1:31 : “¡Viva el rey por siempre!”; fraseología áulica asirobabilónica encontramos frases similares: “… Que Asaradón viva largos días…; tía a su trono la solidez de la roca, mientras que existan el cielo y Id tierra haz estable bu reino” (C. Jean, Le Milieu Biblique II p.soy). Cf. ibid., p.395. – 9 Cf. Ose 6:3; Isa 55:10-11; Deu 32:2; Job 29:22-23. – 10 Cf. Ex 23:31- – 11 Cf. Gen 15.18; 1Re 5:1.4; Zar ojo; Fíelo 44:21. – 12 Cf. Is 4g,23; Miq 7:17. – 13 Cf. A, Vaccari (Roma 1025) p.135, – 14 Cf. Isa 23:6; Sal 96:1; Isa 42:4; Sof 2:11; Jer 31:10. – 15 Cf. Gen 10:7; 1Re 10:1s; Isa 60:6; Jer 6:2; Eze 27:22; Isa 43:3; Isa 45:14. – 16 Cf. Sal 40:2; Sal 82:4; Isa 10:2; Amo 4:1. – 17 Los LXX, Teod. y Vg leen “su nombre” en vez de “su sangre” (cf. Sal 9,τ). – 18 Cf. Sal 116:14; Sam 26:21; 2Re 1:13. – 19 Cf. Sal 20:1s; Sal 61:7-8; Sal 63:12. – 20 “Familias de la tierra” falta en el Ttvf, pero está en los LXX. – 21 Cf. Isa 30:23; Exo 34:26; ; Jl 4,T8;'Amo 9:13. – 22 Cf. Gen 12:3. – 23 Cf. Sal 41:14; Sq.qr; Sal 106:47. – 24 Cf. Sal 86:9; Sal 136:3; Job 9:1 – 25 Cf. Sal 106:47. – 26 Véase Paráfrasis caldea, com. al v.1. – 27 Cf. San Atanasio, Expos. in Ps. 71: PG 27:323; San Jerónimo, In Ps. 71: PL 26, 1089; San Agustín, Enarrat. in Ps, 71: PL 36:901. – 28 Véase M. J. Lagrance: RB 14 (1905) 45; L. Dennefeld: DTCh X (1929) 1456; E. Ceuppens, De prophetiis messianicis in Λ.Τ. (Roma 1935) 417; J. Calés, o.c., I 687; E. Po-Dechard, O.C., í 313.
Libro Tercero.
L a mayor parte de esta nueva colección de salmos lleva el nombre de Asaf, que era uno de los músicos levitas de los tiempos de David 1. En general, se caracterizan por ser poco personales, pues se interesan, sobre todo, por lo común de la nación. Además, tienen un marcado sello profetico, con lo que implica esto de vida interior no formalista: Dios es el Juez que gobierna la historia de los pueblos. Se destaca el esquema teológico de la historia de Israel, sin aludir mucho a la legislación sinaítica. Yahvé es el Pastor de Israel. Como tal, le condujo a través de la estepa y le guía después como nación organizada. Suspira por la unión de todas las tribus* para constituir de nuevo el único rebano de Yahvé.
Fuente: Biblia Comentada
tus juicios. Una oración de que el rey mediaría fielmente la justicia de Dios sobre la nación (cp. Deu 17:18-20). al hijo del rey. Primariamente, una referencia a Salomón, resaltando su vínculo con la dinastía davídica; pero también anticipa el reinado del Mesías como la culminación del pacto davídico (cp. 2Sa 7:12-13; Sal 2:1-12).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Este es un salmo de coronación, dedicado a la prosperidad de Salomón al comienzo de su reinado (1Re 2:1-46). Ningún escritor del NT aplica nada de este salmo a Cristo. Sin embargo, por cuanto los reyes davídicos y el gobierno del Mesías se funden entre sí en la literatura del AT, no se deberían perder de vista las inferencias mesiánicas (vv. Sal 72:7; Sal 72:17; cp. Isa 11:1-5; Isa 60:1-22; Isa 61:1-11; Isa 62:1-12). Este salmo describe un reinado donde Dios, el rey, la naturaleza, todas las clases de la sociedad y las naciones extranjeras vivirán en armonía entre sí.
I. Un reinado justo (Sal 72:1-4)
II. Un reinado universal (Sal 72:5-11)
III. Un reinado compasivo (Sal 72:12-14)
IV. Un reinado próspero (Sal 72:15-17)
V. Un reinado glorioso (Sal 72:18-20)
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Salmo 72 (71): Salmo real en que el pueblo desea y pide para el monarca todas aquellas cualidades y bendiciones que deben acompañar un buen gobierno. Con este salmo, probablemente ligado a la liturgia de entronización del nuevo rey israelita, concluye el segundo libro del salterio (Sal 42:1-11; Sal 43:1-5; Sal 44:1-26; Sal 45:1-17; Sal 46:1-11; Sal 47:1-9; Sal 48:1-14; Sal 49:1-20; Sal 50:1-23; Sal 51:1-19; Sal 52:1-9; Sal 53:1-6; Sal 54:1-7; Sal 55:1-23; Sal 56:1-13; Sal 57:1-11; Sal 58:1-11; Sal 59:1-17; Sal 60:1-12; Sal 61:1-8; Sal 62:1-12; Sal 63:1-11; Sal 64:1-10; Sal 65:1-13; Sal 66:1-20; Sal 67:1-7; Sal 68:1-35; Sal 69:1-36; Sal 70:1-5; Sal 71:1-24; Sal 72:1-20).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— al hijo del monarca: Expresión que confirma la legitimidad del rey como descendiente y sucesor dinástico.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Salmo 72. ¡oh el Gozo de Verte Reinando!
Fuera de este Salmo, únicamente el Sal. 127 tiene un título que se refiere a Salomón. En cada caso podría ser una dedicatoria, “A Salomón” [subtítulo], aquí “las oraciones de David” (20) por su hijo. Pero el estilo es el de la adscripción normal para indicar autoría y el Sal. 72 concuerda bien con la época y el pensamiento de Salomón. Más que cualquiera de los reyes subsecuentes de la línea de David, podría haber orado él por sí mismo como el hijo del rey (1); tuvo la experiencia personal de que otros reyes le rindieran homenaje (10; 1 Rey. 10:1-13) y de que trajeran las riquezas de otras naciones a Jerusalén (15; 1 Rey. 10:22). Era un rey bajo el cual la paz y prosperidad estaban a la orden del día y muy bien podemos perdonarlo por ver a su imperio como las primicias del dominio mundial del Mesías. Su oración en Gabaón (1 Rey. 3:6-9) y el Salmo concuerdan en sus ideales reales. Pero a la vez el Salmo exagera mucho, por más grande que fuera un rey meramente terrenal y humano. Podría recordarle a Salomón su llamado divino, pero sólo en el Mesías podía ese llamado convertirse en una sobria realidad. El Salmo tiene una estructura estrechamente unida en cuatro estrofas.
A1 (vv. 1-5) El rey solícito
B1 (vv. 6-8) El gobernador del mundo
A2 (vv. 11-14) El rey solícito
B2 (vv. 15-17) La bendición del mundo
1-5 La bendición y sus consecuencias: el mediador real. Como consecuencia de la investidura divina, el gobierno del rey será justo y solícito y la creación misma derramará sus bendiciones. Su reinado traerá liberación a su pueblo y, como respuesta (5) lit., “Te reverenciarán … por todas las generaciones”. 1 Juicios … justicia, la aplicación exacta de los principios justos del gobierno. 2 Pobres, afligidos, oprimidos y humillados. 3 Contraste con Gén. 3:17-19 y cf. Amós 9:13. Cuando la maldición del pecado haya sido vencida y quitada, la creación misma se renovará y se apresurará a derramar sus beneficios. Paz, bienestar total; paz con Dios, la sociedad y dentro de la naturaleza humana. 4 Necesitado, explotado.
6-10 Influencia que se extiende: el rey y los reyes. Su reinado gentil y beneficioso, en el cual justicia y recompensa concordarán y abundará la “paz” (6, 7), atraerá como un imán al mundo (8-10, cf. Isa. 2:2-4). 6 Lluvia … hierba cortada, un símil de fragancia (2 Cor. 2:14-16). 7 Florecerá … el justo. La sociedad se conducirá de manera que la vida recta será fácil (contraste con Amós 5:13); y la secuencia correcta de justicia y recompensa será evidente (contraste con 73:12, 13). 9, 10 cubren en cambio a los que se resisten fuertemente al dominio (desierto), los adversarios (enemigos) y los extraños: todos por igual se someterán. Tarsis … costas involucraba largos viajes por mar; Saba … Seba probablemente el extremo sur de Arabia, difíciles viajes por tierra. El contraste entre mar y tierra tiene la intención de incluir toda la tierra.
11-14 El reinado magnético. La realidad del homenaje universal (11) es explicado (12, en el heb. empieza con “porque”) por la naturaleza de su gobierno. Esta liberación, solicitud por el necesitado, compasión, salvación y solicitud redentora explican el símil de la lluvia (6). 12 El necesitado … pobre, ver 4 y 2. Que suplica, cf. Exo. 2:24. 14 Redimirá, el pariente más cercano que hace suyas las necesidades de ellos (ver 69:18).
15-17 Una oración para el rey. Esta oración pidiendo que sea una realidad sigue con naturalidad a las descripciones anteriores del gobierno de este rey y sus beneficios. La oración se extiende al avanzar: del rey a su pueblo, a la creación que prospera y al mundo. Es evidente aquí la tensión entre un rey de verdad y un rey que espera. El resultado natural de un rey entronizado en el corazón de su pueblo es que ellos orarán por él (15); los que miran hacia el futuro con expectación oran: “¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!” (Apoc. 22:20).
18-20 son una conclusión editorial al segundo libro de los salmos, cf. 41:13.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
72.1, 2 ¿Qué cualidades deseamos más en nuestros gobernantes? Dios desea que todos los que gobiernan bajo su control caminen en justicia y juicio. Cuando usted piense en los líderes del mundo de esta época, piense en cómo cambiaría el mundo si se comprometieran con estas dos cualidades. Oremos para que lo hagan (véase 1Ti 2:1-2).72.12-14 Dios se preocupa por los necesitados, afligidos y débiles porque son muy preciados para El. Les preocupa mucho los pobres y los ama profundamente, ¿cómo podemos pasar por alto su situación? Examine lo que usted hace para alcanzar a otros con el amor de Dios. ¿Se olvida de la necesidad que tienen?72.17 Salomón, el hijo de David, reinó en la época de oro de Israel. Construyó el majestuoso templo y la tierra permaneció en paz. Este salmo, aunque escrito por Salomón, mira más allá de su reinado, hacia el de Jesús el Mesías que se extiende «hasta los confines de la tierra» (72.8) y es mayor que cualquier imperio humano. Esto se cumplirá cuando Cristo regrese a reinar para siempre (Rev 11:15). Cuando vislumbramos su gobierno mundial, nuestros corazones se llenan de esperanza.72.19, 20 El segundo libro de Salmos termina con «Amén y Amén», como lo hizo el Salmo 41 que cerró el primer libro. Este último versículo no significa que David escribiera el salmo, sino que escribió la mayoría de los salmos en el segundo libro.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 2400 1Cr 22:12; 1Cr 29:19
b 2401 Jer 23:5
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Salmo 72 Es una oración por el gobierno eterno y universal del rey. Es una oración muy especial. El Sal 2 profetiza su dominio universal y los Sal 21 y 45 describen la prosperidad del rey. La primera estrofa (vers. 1-4) es una oración por justos juicios: primero con referencia a los que los ejercen, Dios y su rey (vers. 1, 2); después con referencia al efecto que traerá a su pueblo (vers. 3, 4). La segunda estrofa (vers. 5-7) elabora sobre la primera, donde a Dios se le habla directamente otra vez (vers. 5) y la prosperidad del pueblo y el dominio del rey se expresan como la lluvia sobre la tierra (vers. 6). Finalmente, se encuentra una oración por el gobierno eterno del rey (vers. 7). En la tercera estrofa (vers. 8-11) se ora por el dominio del rey sobre todo el mundo, y para que las naciones le traigan tesoros y tributos al rey. La cuarta estrofa (vers. 12-15) explica la oración por los justos juicios de Dios de la primera estrofa (vers. 12-14), uniendo el gobierno eterno y universal con la justicia. La quinta estrofa (vers. 16, 17) desarrolla la noción de prosperidad (v. segunda estrofa) en relación con la fertilidad de la tierra (vers. 16), la perpetuación de la memoria del rey (vers. 17a), y su papel mediador como benefactor de las naciones (vers. 17b). La promesa hecha a Abraham (Gn 12:3) encuentra su cumplimiento en el rey. Los vers. 18, 19 son una doxología, con la cual concluye el Segundo Libro de los Salmos. Este Salmo probablemente se cantaba durante la inauguración de un nuevo rey, su ungimiento y coronación (cp. Sal 2 y 110), y quizá anualmente en el festival de otoño. Como cada uno de los reyes que sucedían en la línea de David no podían alcanzar este gobierno ideal, justo y universal (Jer 22; Mi 3:9-12), el Salmo empezó a verse con sentido profético hasta encontrar su cumplimiento en Cristo.
Fuente: La Biblia de las Américas
En este salmo real, Salomón ora porque su reinado se caracterice por la justicia (vv. Sal 72:1-4), la paz (vv. Sal 72:5-7), el poder (vv. Sal 72:8-11), la compasión (vv. Sal 72:12-15), y la prosperidad (vv. Sal 72:16-17). Las notas de alabanza de la conclusión (vv. Sal 72:18-20) ponen fin al Libro II de los Salmos (véase la Introducción, «Contenido»). Igual que otros salmos reales (cp. Sal 2:1-12), también este es mesiánico y se refiere a un rey antiguo testamentario (bien Salomón o su hijo), pero su cumplimiento final apunta al Rey ideal, Jesucristo, el gran Hijo de David (Luc 1:31-33).
Para Salomón. Cp. Sal 127:1-5, el único otro salmo que se le atribuye a Salomón.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
SALMO 72 (71)[20] Los últimos versículos de este salmo constituyen una doxología o fórmula solemne de alabanza a Dios, motivada por sus obras en la historia de salvación que termina en la aclamación ¡Amén! ¡Amén!