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Comentario de Salmos 83:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Salmos 83:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

(Cántico. Salmo de Asaf) Oh Dios, no guardes silencio. No calles, oh Dios, ni permanezcas inmóvil.

Año 588 a.C. (Título).

Un cántico. Oh Dios, no guardes silencio. Sal 28:1; Sal 35:22; Sal 44:23; Sal 50:3; Sal 109:1, Sal 109:2.

ni te estés quieto. Isa 42:14.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El salmista se queja a Dios por los enemigos, Sal 83:1-8.

Ora contra ellos que oprimen el pueblo de Israel, Sal 83:9-18.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

es un salmo de lamentación en el que se da especial atención a los impíos. La maldición que Asaf profiere en contra de los impíos lo pone en la categoría de los salmos de imprecación. Cuando leemos las fuertes palabras de este salmo, debemos tener en cuenta que la intención del salmista Asaf es reivindicar la Gloria de Dios. La estructura es la siguiente:

(1) un llamado a Dios para que declare en el juicio a los impíos (vv. Sal 83:1-4);

(2) una relación de los actos de los impíos (vv. Sal 83:5-8);

(3) una relación de los actos de Dios en el pasado con relación a los juicios (vv. Sal 83:9-12);

(4) un llamado a Dios para que juzgue a los impíos (vv. Sal 83:13-18).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

no guardes silencio: Las peticiones a Dios para que despierte, se levante, se vuelva, mire y hable son todas formas de oración que usaban los salmistas para pedirle a Dios que actuara. Creían que Dios como Santo habría de arrancar todo mal. Lo que no siempre reconocían era que la demora de Dios en juzgar era una expresión de su misericordia.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Salmo 83 (Vg 82): Deprecación Contra los Enemigos de Israel.
E sta composición salmódica tiene el aire de una súplica colectiva en un momento en que Israel es hostigado por una coalición de pueblos enemigos vecinos: Edom, Moab, Amón y Amalee. El salmista expresa primero el gran peligro en que se halla Israel como nación ante tales enemigos (2-9), contra los que pide la intervención asoladora divina, como en otro tiempo contra Madián. Las imprecaciónes son rudas, conforme a la mentalidad del A.T., y han de entenderse dentro del estadio imperfecto de revelación que caracteriza estos tiempos anteriores al cristianismo.
El salmista declara que Yahvé es el Dios de Israel; por tanto, atacarle es ir contra los derechos divinos. La historia prueba que Yahvé estuvo con Israel en los momentos difíciles, como en los tiempos de Débora. Esta persuasión debe ser compartida también en las circunstancias actuales, en que el pueblo de Dios está sometido a una presión hostil de parte de numerosos enemigos confabulados. Yahvé es también el Señor del universo y dominador de las fuerzas de la naturaleza. No se puede atacar a su santa morada sin incurrir en su cólera. Aunque momentáneamente parece que Yahvé tiene abandonado a su pueblo, en realidad lo está probando, y terminará por ponerse a su lado para salvarlo.
Los autores no se muestran unánimes al determinar la fecha de composición del salmo; y, así, mientras unos suponen que fue compuesto con motivo de la coalición de edomitas, moabitas y amonitas contra Judá en tiempos de Josafat (873-849) 1, otros más bien piensan que el salmista alude a los hechos ocurridos en tiempo de los Macabeos 2. No faltan quienes supongan, por el contrario, que se alude a la hostigación sistemática contra los judíos en tiempos de Nehemías 3, Todo esto prueba que por el contenido del salmo no se puede determinar la época precisa de su composición, máxime teniendo en cuenta que estos salmos han sido retocados y amplificados en el correr de los tiempos.

Confabulación de enemigos contra Israel (1-9).
1 Cántico. Salmo de Asaf4. 2 No permanezcas silencioso, ¡oh Dios! no enmudezcas, no te aquietes, ¡oh Dios! 3 Mira que bravean tus enemigos y yerguen la cabeza los que te aborrecen. 4 Tienden asechanzas a tu pueblo y se conjuran contra tus protegidos. 5 Dicen: “Venid y borrémoslos de entre las naciones; no haya más memoria del nombre de Israel.” 6 Pues todos a una se han confabulado, se han ligado estrechamente contra ti: 7 las tiendas de Edom y los ismaelitas, Moab y los agarenos, 8 Gebal, Amón y Amalee, los filisteos con los habitantes de Tiro. 9 También se ha unido a ellos Asur, dando su brazo a los hijos de Lot. Seláh.

El Dios de Israel parece desinteresarse de los problemas de su pueblo, pues en un momento de común hostilidad contra él de parte de los pueblos vecinos no muestra su poder, protegiéndole y castigando a sus enemigos. El salmista invita suplicante a su Dios que salga de este desconcertante mutismo, porque la situación es crítica en grado sumo 5, ya que los enemigos amenazan insolentemente – yerguen la cabeza – caer sobre Israel. En realidad, éstos son los que aborrecen a Dios, ya que Israel le pertenece por derecho propio como su “heredad” peculiar entre las naciones6. Teóricamente, los israelitas son sus protegidos, pues ha prometido ayudarles; llega, pues, la hora del cumplimiento de tales promesas.
El salmista dramatiza la confabulación de los enemigos de Israel: quieren borrarlo del concierto de las naciones para que no quede ni el recuerdo de su nombre7. Durante siglos, Yahvé había sido su protector y había realizado portentos en su favor; pero ahora parece que lo tiene olvidado, y, en consecuencia, es el momento de atacar masivamente para hacerlo desaparecer como nación. Después el salmista enumera los pueblos que se confabulan contra el pueblo de Dios: Edom: los nómadas (tiendas de Edom) al sudeste de Palestina, entre el mar Muerto y el golfo de Akaba. Los ismaelitas, al noroeste de Arabia8. Los agarenos: tribus arabo-arameas, al este de Moab 9. Moab: al este del mar Muerto. Geballa:”Gabalene” de Plinio, en la parte septentrional de Edom, cerca de Petra. Amón ocupaba el territorio al norte de Moab hasta el río Yaboc. Amalee es el enemigo más antiguo de Israel, que se opuso a su paso por el desierto al salir de Egipto, y habitaba en el Negueb o sur de Palestina 10.
Los filisteos se extendían por la costa de Canaán, donde se habían establecido en el siglo XI a. C; no eran semitas, sino más bien de procedencia indoeuropea. Los habitantes de Tiro: los fenicios, que en Amo 1:6-9 aparecen aliados con los filisteos y Edom contra Judá 11. Amón: al norte de Moab. Asur: generalmente en la Biblia designa el imperio asirio, pero después se confunde con el nombre de sirio y aun con el de babilónico o mesopotámico en general. Pero en Gen 25:3 se habla de los Asurin, tribus nómadas al oeste de la península sinaítica. El salmista pudo recoger de la tradición bíblica todos estos nombres para juntarlos más o menos artificialmente y dar así la impresión de que todos los pueblos conspiran en este momento contra el pueblo de Yahvé, lo que exige la inmediata intervención divina si Israel se ha de salvar como colectividad nacional. Los. hijos de Lot son los moabitas y amonitas 12.

Imprecaciones contra los enemigos de Israel (10-19).
10 Hazles como hiciste a Madián, a Sisara, a Yabín en el to -rrente Cisón, n que fueron exterminados en Endor y vinieron a ser estiércol de la tierra. 12 Trata a éstos y a sus jefes como a Oreb y a Zeb, corno a Zebaj y a Salmaná y a todos sus príncipes, 13 que dijeron: “¡Apoderémonos de las moradas de Dios!” 14 Trátalos, Dios mío, como a hoja arrastrada por el torbellino, como a pajuela llevada por el viento; 15 como abrasa el fuego la selva y como quema la llama los montes, 16 persigúelos así con tu tormenta, atérralos con tu huracán. 17 Cubre su rostro de ignominia y busquen tu nombre, ¡oh Yahvé! 18 Sean para siempre confundidos y aterrados, sean llenos de vergüenza y perezcan, 19 y reconozcan que tu nombre es Yahvé y que sólo eres el Altísimo sobre toda la tierra.

Las antiguas victorias de las tribus israelitas fueron obra de Yahvé; entre ellas destacan las conseguidas en los tiempos de los jueces: la de Barac, vencedor de Sisara 13, y la de los hijos de Israel vencedores de Yabín 14. El salmista toma pie de estos recuerdos épicos para pedir a Dios que repita sus resonantes victorias. Isaías alude a la victoria de Gedeón sobre los madianitas, amalecitas y árabes como gesta memorable de Yahvé 15. El torrente Cisón fue el lugar de la derrota de Sisara, cerca del monte Carmelo 16. Endor es una localidad al sur del Tabor, donde acampó Barac antes de atacar a Sisara 17. La derrota de los madianitas tuvo lugar en En-Ha-rod 18. Los cadáveres de los enemigos, al no recibir sepultura, sirvieron para estiércol de la tierra; es la mayor humillación que se podía inferir al enemigo 19. Los generales vencidos se llamaban Oreb y Zeb 20. Zebaj y Salmand son los jefes madianitas vencidos por Gedeón 21.
El salmista, basado en la gloriosa historia de Israel, pide a Yahvé que castigue con dureza a los que ahora se coaligan contra su pueblo para apoderarse de las moradas de Dios (v.1s), el territorio donde habita Yahvé, Dios de Israel 22. Con metáforas fuertes, el poeta desea que la ira divina haga presa sobre sus enemigos, como la llama en el bosque, y para que huyan despavoridos como hoja arrastrada por el torbellino, aterrados por el huracán de su cólera. Los símiles se multiplican para recalcar las ansias de revancha sobre los que injustamente se confabulan contra Israel. Sólo así serán confundidos y reconocerán el poder del nombre del Dios de Israel, sometiéndose al Altísimo, que gobierna toda la tierra.

1 Cf. 2Cr 20:1 s. Opinión de Delitzsch, Lesétre, Kónig. – 2 Cf. 1 Mac 5:1s. Hipótesis de Hitzig, Kittel, Bertholet. – 3 Cf. Neh 4:s; Neh 6:1-14; Neh 2:19. Suponen esta fecha Ewald y Briggs. – 4 Sobre los títulos véase com. a Sal 73:1. – 5 Cf. Isa 63:5; Sal 28:1; Sal 35:22; 39:13- – 6 Cf. 1Re 8:51, Sal 16:6; Jer 12:8. – 7 Cf. Jer 48:2; Sal 74:7; 1Ma 5:2. – 9 Cf. 1Cr 5:10.18. – 8 Cf. Gen 25:13-15. – 10 Cf. Gen 36:12; Exo 17:8. – 11 Los filisteos y habitantes de Tiro no aparecen en la coalición contra Judá de los tiempos de Josafat (cf. 2Cr 20:1s). – 12 Cf. Gen 19:30-38; Deu 2:9-19; 2Cr 20:1. – 13 Cf. Jue 413-22. – 14 Cf. Jue 4:2.13.23-24; – 15 Cf. Isa 9:4; Isa 10:26. – 16-Cf. Jues,2T. – 17 Cf. Jue 4:6, Jue 4:12, Jue 4:14. – 18 Cf. Jue 7:1. – 19 Cf. Sal 79:3; Jer 8:2; Jer 16:4; Jer 25:33. – 20 Cf. Jue 7:25, – 21 Cf. Jue 8:4-21. – 22 Algunos autores, como Podechard, traducen “praderías de Yahvé.”

Fuente: Biblia Comentada

Salmo 83 (82): Salmo de súplica comunitaria motivada por una conjura enemiga en la que participan naciones hostiles a Israel a lo largo de su historia. Ante esta terrible amenaza, la comunidad invoca a Dios y pide que, como en el pasado, intervenga de nuevo a su favor y derrote a unos rivales que, al atacar a su pueblo, están atacando a Dios mismo.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Sal 35:22; Sal 39:12; Sal 50:3; Sal 109:1.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Salmo 83. Enemigos Alrededor Pero Dios en Lo Alto

Ayuda leer 2 Crón. 20 como una ilustración de este Salmo, pero la situación aquí excede a cualquier coalición que jamás enfrentara Israel. En lugar de tratar de asociarlo con algún incidente histórico debemos verlo como el retrato de un pueblo que encuentra un recurso en la oración (1) ante un mundo hostil (2-8), dando forma a su oración a la luz del poder revelado de Dios (9-15) y anhelando el resultado bendito cuando el Altísimo sea reconocido universalmente (16-18). El Salmo enseña cómo somos colocados en medio de un mundo que nos odia porque no le pertenecemos (Juan 15:18-25); cómo debemos reaccionar: no hay otra salida, sólo la de la oración; en la cual debemos apoyarnos: en el poder ya demostrado de Dios para vencer al mundo (9-12; Juan 16:33; Apoc. 1:17, 18); lo que debemos anhelar: no sólo la liberación personal de la oposición sino la conversión de quienes se oponen (16, 18).

1-4 Tu pueblo. El Salmo comienza con la amenaza al pueblo del Señor expresada en la determinación de sus enemigos de destruirlos de modo que “dejen de ser nación” y ya ni se recuerde que existían (4), dejándolos sin un lugar sobre la tierra y sin su lugar en la historia. Esta es la enemistad mortal del mundo, evidenciada en su reacción y tratamiento del Señor Jesús (Juan 1:10; Hech. 3:13-15). No ofrece llegar a un acuerdo y no debe ofrecérsele a él tampoco (2 Cor. 6:14-7:1; Stg. 4:4). 3 Protegidos, “esconder”, escondidos en un lugar secreto, fuerte como el que uno usaría para esconder objetos de valor. 4 Destruyámoslos, una palabra fuerte: “borrar, o eliminar”.

5-8 Tú mismo. No sólo su pueblo sino más específicamente el propio Señor es el blanco de la alianza (5). Es verdad que nunca nos abandonará (Isa. 41:10; Heb. 13:5); y lo es aun más que se mantendrá firme en la gloria de su nombre (Jos. 7:9; Isa. 42:8, Eze. 20:9, 14, 22, 44; 36:22). 6 Una coalición de pueblos al oriente de los hagrienos, “descendientes de Agar” (1 Crón. 5:10; 11:38; 27:31). Supuestamente conectados con Abraham y Agar. 7 Biblos. Algunos sugieren otro lugar no mencionado en Transjordania. Biblos (un puerto palestino [fenicio]) es mencionado en Jos. 13:5; 1 Rey. 5:18; Eze. 27:9. Si acaso es intencional, la lista comienza con el extremo norte, va hacia el este hasta Amón, hacia el sur hasta Amalec, girando hacia la tierra de los filisteos al oeste y de vuelta a Tiro, en el norte: un círculo completo alrededor del pueblo del Señor. 8 Asirios puede ser el sombrío poder en que se basan los Estados aliados que forman “la línea del frente”, como “el dios de esta edad presente” (2 Cor. 4:3, 4) detrás de la hostilidad abierta contra la iglesia, pero posiblemente aquí “Asur” sea una tribu árabe al norte del Sinaí (cf. Gén. 25:3, 18; Núm. 24:22, 24). Lot (Gén. 19:36-38; Deut. 2:9, 19).

9-12 Tu tierra. Canaán es llamada los prados de Dios (12) porque allí pastorea a su rebaño. Toda la tierra es de él pero esta tierra es su tesoro especial (Deut. 11:12) como lo es su pueblo (Exo. 19:5). 9 Una alianza similar (Jue. 6:1, 2) puede haber generado este recuerdo de Madián que fácilmente incluiría a Sísara (Jue. 4-5). Madián pereció a mano de apenas 300 hombres para que la excelencia del poder pudiera atribuirse a Dios (Jue. 7:1-7); Sísara cayó por la mano de una mujer sola (Jue. 4:17-22; 5:24-27, 31). 11 (Jue. 7:25; 8:18-21).

13-16 Tu tempestad. El Señor tiene a su disposición todas las potencias de la creación y con frecuencia se convierten, como lo hacen aquí, en símbolos de su propio poder: de dispersar, destruir, desorientar y desilusionar (vergüenza, desilusión de todo lo que habían esperado) a sus enemigos. Pero sus caminos están siempre llenos de misericordia con propósito y en nuestras oraciones hemos de compartir esa actitud. Algunas veces la gente tiene que sufrir total humillación (13-15) a fin de poder luego ser conducida a Dios (16).

17, 18 Tu nombre. El tema que aparece al final de la última sección se convierte en el tema principal. La oración con la cual comienza el Salmo: No guardes silencio (1), se convierte en una oración pidiendo la voz de revelación divina, Conozcan (18), dirigiéndose a los que, dejados solos, maquinaban la eliminación de la iglesia (4). Que tu nombre es (18) es más bien “por” o “por tu nombre”: “por” decirles quién y qué es él, los ganará para sí; o porque es quien es debe acercarse hacia ellos con su revelación.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

83.5-8 Quizás esta alianza en contra de Dios se refiera a la reunión de ciertos reyes para pelear en contra de Josafat y el pueblo de Judá (2 Crónicas 20). Al autor del salmo se le llama Asaf, pero esto puede significar Asaf o uno de sus descendientes. Uno de los hijos de Asaf llamado Jahaziel profetizó la victoria para Judá en la batalla en contra de Josafat (2Ch 20:13-17). El salmista dice que la alianza en contra de Judá es en verdad en contra de Dios. Por lo tanto, Jahaziel exclamó: «Porque no es vuestra la guerra, sino de Dios» (2Ch 20:15). Dios es el «solo Altísimo sobre toda la tierra» (2Ch 83:18) y los enemigos de Israel se consideraban enemigos de Dios.83.6 Los agarenos pudieron haber sido los descendientes de Agar (Gen 21:8-21).83.8-11 «Los hijos de Lot» se refiere a los moabitas y amonitas (Gen 19:36-38). Sísara era capitán del ejército opresor del rey cananeo Jabín. Lo asesinó una mujer (véase en Jueces 4 la historia completa). (Si desea más información sobre la historia de Oreb y Zeeb, véase Jdg 7:25; para Zeba y Zalmuna, véase Jdg 8:21.)83.13-18 Alrededor de Judá había naciones paganas que buscaban su caída. El salmista oró que Dios se las llevara como hojarasca ante el viento hasta que reconocieran que Jehová está sobre todos los gobernantes de la tierra. A veces debemos estar humillados por la adversidad antes que podamos buscar y ver a Dios; antes de obtener la victoria final nos deben derrotar. ¿No sería mejor buscar a Dios en tiempos de prosperidad antes que esperar hasta que su juicio nos venga encima?

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) O léase: “oh Dios”. Heb.: ’El.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 2894 2Cr 20:14; Sal 74:0

b 2895 Sal 28:1; Sal 35:22; Sal 109:1

c 2896 Sal 50:1

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Salmo 83 Este es un Salmo imprecatorio de David (pidiendo juicio) contra la poderosa y diabólica alianza que ataca al pueblo del pacto. Contiene dos secciones (vers. 1-8 y 9-18). La primera contiene una presentación y una petición introductoria por el favor divino (vers. 1), basado en el pacto espiritual y político que todas las naciones alrededor de Israel han hecho para destruir al pueblo de Dios. Todas las características típicas de lamento están presentes: Dios guarda silencio (vers. 1), Israel está para ser eliminado de entre las naciones (vers. 3, 4), y el enemigo es demasiado poderoso (vers. 4-8). La segunda sección contiene dos estrofas: en la primera (vers. 9-12) se pide a Dios que trate a las naciones de esta alianza malvada como trató a las naciones poderosas que atacaron a Israel durante el tiempo de los jueces; la segunda, marcada por la frase Oh Dios mío (vers. 13) y usando las imágenes de un guerrero divino atacando desde la tempestad, pide a Dios que los persiga, destruya (vers. 13-15) y avergüence para que reconozcan que solamente el Señor es soberano sobre la tierra (vers. 16-18). En resumen, como los ataques de los enemigos son contra Dios, Dios debe castigarlos (vers. 9-18) y recibirá la alabanza de los derrotados.

Fuente: La Biblia de las Américas

SALMO 82 (81)[10] Jue 4, 15-23.[12] Jue 7, 21-23.

Fuente: Notas Torres Amat