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Comentario de Salmos 85:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Salmos 85:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

(Al músico principal. Para los hijos de Coré. Salmo) Oh Jehovah, has sido propicio a tu tierra, has restaurado a Jacob de la cautividad.

Año 536 a.C. (Título).

Salmo para los hijos de Coré. Sal 42:1.

Fuiste propicio a tu tierra. Sal 77:7.

oh Jehová. Lev 26:42; Joe 2:18; Zac 1:16.

Volviste la cautividad de Jacob. Sal 14:7; Sal 126:1, Sal 126:2; Esd 1:11; Esd 2:1; Jer 30:18; Jer 31:23; Eze 39:25; Joe 3:1.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El Salmista, además de experimentar favores anteriores, ora para continuar esa bendición, Sal 85:1-7.

Promete esperar, por la confianza en la bondad de Dios, Sal 85:8-13.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

es una plegaria pidiendo restauración, la cual está profundamente enraizada en la confianza a Dios. El escenario de este salmo parece ser la restauración del pueblo de Dios después de una gran catástrofe, tal vez el cautiverio en Babilonia. Con este salmo, el pueblo oró por un renacimiento de su espíritu y una renovación de su tierra. El cumplimiento final de su plegaria estaría en el advenimiento del reino glorioso del Salvador Jesús. Este es uno de los salmos compuestos por los hijos de Coré (Sal 42:1-11; Sal 44:1-26; Sal 45:1-17; Sal 46:1-11; Sal 47:1-9; Sal 48:1-14; Sal 49:1-20; Sal 84:1-12; Sal 87:1-7; Sal 88:1-18). Este salmo se desarrolla en cuatro secciones:

(1) una celebración del favor de Dios para con la tierra (vv. Sal 85:1-3);

(2) una petición de restauración y renacimiento (vv. Sal 85:4-7);

(3) una esperanza de que Dios actuará pronto (vv. Sal 85:8, Sal 85:9);

(4) una descripción de la restauración (vv. Sal 85:10-13).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Volviste la cautividad se puede referir al regreso de los cautivos desde Babilonia. Pero también a un cambio de fortuna más general (Sal 14:7).

 EN FOCO

«Verdad»

(Heb. ˓emet) (Sal 86:11; 1Re 10:6; Est 9:30) # en Strong H571: Este término hebreo significa una verdad que conforma una norma, una realidad creada según las normas de Dios. A menudo se asocia la verdad con la misericordia, especialmente la misericordia de Dios (Sal 57:3; Sal 117:2; Gén 24:49). Esta palabra se usa también con frecuencia en el contexto del lenguaje legal. En contextos seculares se utiliza al hablar de testigos y juicios (Pro 14:25; Zac 8:16), en tanto que en los contextos religiosos se usa en referencia a la ley y los mandamientos de Dios (Sal 119:142, Sal 119:151). La verdad es preciosa y su ausencia fue lamentada por los profetas (Isa 59:14; Jer 9:5; Ose 4:1). Dios desea la verdad interior de su pueblo (Sal 15:2; Sal 51:6); por lo tanto es la base de un estilo de vida que le agrada a Él (Sal 25:5, Sal 25:10; Sal 26:3).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Salmo 85 (Vg 84): Oración por la Salvación del Pueblo.
L a repatriación de los exilados de Babilonia no fue tan gloriosa como habían anunciado los profetas. Λ pesar de que las penalidades de la cautividad eran ya sólo un recuerdo, la reconstrucción de la vida nacional y religiosa en la tierra de Yahvé fue penosa y lenta, debido a la penuria de medios y a la hostilidad de las poblaciones vecinas. El salmista parece reflejar esta situación de desánimo de los repatriados, y, como los profetas Ageo y Zacarías, trata de infundir ánimos, pidiendo a Dios que complete la obra de liberación, olvidando el pasado pecaminoso de Israel y ofreciendo un futuro más esperanzador.
El salmo se divide en tres partes, que responden a tres momentos psicológicos: a) reconocimiento de la liberación pasada (2-4); b) súplica de plena restauración (5-8); c) oráculo profetice sobre un futuro esperanzador lleno de felicidad (9-14): la plena rehabilitación de los tiempos mesiánicos. La restauración que siguió al exilio fue sólo el preludio de otra futura que colmará las ansias de paz y de felicidad de los afligidos israelitas.
No pocos críticos ven en esta triple distribución una alternancia de coros y solistas, conforme a las exigencias del culto litúrgico. Lo que sí es claro es la necesidad de distinguir los diversos momentos psicológicos del poeta, que se adaptan a las tres partes del salmo: pasado, presente y futuro. En este supuesto desaparece la confusión y aun contraposición de ideas en el mismo plano conceptual.
La alusión a la larga prueba de postración del pueblo israelita supone que el salmista vive después del exilio babilónico, cuando aún no se habían salvado los primeros grandes obstáculos para la reconstrucción nacional. El estilo de la lengua es clásico. No hay motivos para retrasar su composición hasta los tiempos macabaicos.

La liberación pasada (1-4).
1 Al maestro de coro. Salmo de los hijos de Corél. 2Has sido complaciente con tu tierra, ¡oh Yahvé! Has hecho volver a los cautivos de Jacob. 3 Has perdonado la iniquidad de tu pueblo y has ocultado todos sus pecados. 4 Has apartado todo tu furor y has alejado el ardor de tu cólera.

El salmista reconoce los beneficios de Yahvé antes de formular nuevas súplicas. Por su poder han vuelto los cautivos israelitas, haciendo caso omiso de los pecados de su pueblo. Israel hubiera merecido un castigo más severo por sus infidelidades, pero la misericordia y magnanimidad divinas se han sobrepuesto a las exigencias de la estricta justicia.

Súplica de plena restauración (5-8).
5 Vuélvete a nosotros, Dios de nuestra salvación, y haz cesar tu resentimiento contra nosotros. 6 ¿Vas a estar irritado siempre contra nosotros y vas a prolongar tu cólera de generación en generación? 7¿No vas a devolvernos la vida para que tu pueblo pueda gozarse en ti? 8Haznos ver, ¡oh Yahvé! tu piedad y danos tu ayuda salvadora.

Después de reconocer la benevolencia divina en el pasado, el poeta avanza en el pensamiento y se fija en la situación presente, tan deplorable. La obra de Yahvé ha quedado a medias, porque Israel aún no ha alcanzado la plena restauración, y, por tanto, es preciso que continúe ayudándole, deponiendo su enojo y resentimiento contra él. Es preciso que devuelva la vida a la nación, conforme a las antiguas profecías mesiánicas 2. Sólo así el pueblo de Yahvé podrá gozarse plenamente en su Dios. La plenitud de la vida nacional será la mejor prueba de la manifestación de la piedad de Yahvé para con su pueblo. En un arranque de confianza, el salmista clama por la ayuda salvadora del Omnipotente, Señor de Israel.

El glorioso futuro mesiánico (9-14).
9 Yo escucho lo que dice Dios, Yahvé; que sus palabras son paz para su pueblo y para sus piadosos y para cuantos se vuelven a El de corazón3. 10Sí, su salvación está cercana de los que le temen, para habitar la gloria en nuestra tierra. 11 Se han encontrado la piedad y la fidelidad, se han dado el abrazo la justicia y la paz; 12 brota de la tierra la fidelidad y mira la justicia desde los cielos. 13 Yahvé mismo otorgará el bien, y nuestra tierra dará sus frutos. 14 Va delante de su faz la justicia, y la paz seguirá sus pasos 4.

En estilo profético-oracular, el salmista anuncia que Dios va a dar una palabra de esperanza en contestación a su ansiada súplica. Después de tantos sinsabores, Dios les va a hablar de paz, pero sólo participarán de esta promesa los que se vuelvan a El de corazón. La hora de la ira y del resentimiento ha pasado para traer la salvación a los que le temen. La gloria de Yahvé – su manifestación esplendente en el templo – se va a manifestar en la tierra5. Hasta ahora Yahvé mantenía una actitud de reserva y mutismo respecto de su pueblo; pero ahora va a colmarlo de favores. Como consecuencia de su intervención divina se van a encontrar (la formulación está en perfecto profético) la piedad y la fidelidad: la fidelidad de los hombres va a corresponder a la piedad de Yahvé; y como consecuencia de su justicia salvadora se implantará la paz y la reconciliación definitiva. Llega la hora en que la fidelidad brotará en la sociedad como un fruto espontáneo de la tierra, correspondiendo a la justicia – salvación – de Dios, que está en los cielos 6, No sólo cu el orden moral se dará una transformación total, sino que también en el material la tierra se mostrará feraz, dando sus frutos en correspondencia a la benevolencia de Yahvé, que otorga el bien y la bendición. El salmista se sitúa en las perspectivas de los vaticinios proféticos mesiánicos7. Con una vigorosa personificación presenta a Yahvé habitando en medio de su pueblo, llevando como acompañantes a la justicia y a la paz 8; son su guardia de honor 9. Con esta perspectiva esperanzadora cierra el salmista su composición, llena de emotivos sentimientos y de resonancias mesiánicas.

1 Cf. Sal 75 1; 84:1. – 2 Cf. Os 6:2; Hab 2:4; Eze 37:3s; Sal 71:20; Sal 71:80, Sal 71:18. – 3 Así según los LXX. El TM: “para que no caigan en su presunción”; seguido por la Bib. de Jér. – 4 El TM: “colocará sobre el camino sus pasos.” Nuestra versión es similar a la de la Bib. de Jér., que supone una ligera corrección. – 5 Cf. Sal 26:8; Eze 1:28; Eze 43:2-5. – 6 Cf. Saf 72:3; Isa 45:8; Sal 33:12-15; Sal 53:3 – 7 Cf. Isa 4:2; Isa 3:23; Jér 31:12.14; Sal 72:16; Lev 26:4. – 8 Cf. Sal 89:15; Sal 97:2; Isa 40:10; Isa 58:8; Isa 62:11. – 9 En Hab 3:5 se presenta a Yahvé escoltado por los flagelos de la desolación.

Fuente: Biblia Comentada

propicio a tu tierra. En el pasado, Dios consideró aceptable su nación de Israel.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Salmo 85 (84): Salmo de súplica comunitaria en que el pueblo, tras reconocer agradecido las bondades de Dios, pide su perdón y ayuda ante una nueva desgracia. A la súplica se responde con un oráculo de salvación (Sal 85:8-10) que anuncia la paz que reconciliará a Dios con Israel.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Sal 14:7; Sal 53:6.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— has cambiado la suerte de Jacob: O bien, según traducen otros, has hecho volver a los cautivos de Jacob. Probable alusión al regreso del exilio de Babilonia como acción liberadora de Dios. Ver nota a Jer 30:18.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Salmo 85. Anhelo de Un Avivamiento

Las dificultades de la vida no siempre indican la desaprobación de Dios, pero nuestra reacción siempre debe incluir un autoexamen, no sea que haya pecado que confesar y algún mal que corregir. Tal era la ocasión de este Salmo. El favor de Dios era sólo un recuerdo (1-3); el presente estaba lleno de su ira (4-7). El autor desconocido que nos legó esta meditación adoptó la misma postura que Habacuc: así como el profeta, confundido por el presente (1:1-17) se puso de pie y miró para ver qué dirá (2:1), así el salmista, habiendo analizado la situación (1-7), decidió escuchar lo que hable el Señor Dios. El Salmo es una meditación profética sobre el tema de avivamiento-renovación (6).

1-3 Recordando: El fundamento del favor de Dios. Cuando, anteriormente, Dios había favorecido y restaurado (1), había sido por medio del perdón de los pecados de ellos (2) y dejando a un lado su ira (3). En ellos hubo un cambio: el arrepentimiento que trae el perdón; y un cambio en Dios: el abandono de su enojo que trae paz. No puede haber renovación-avivamiento hasta que el pecado ha sido perdonado y su enojo ha sido aplacado. 2 Perdonado, “se llevó” (Lev. 16:21, 22).

4-7 Rogando: El final de su enojo y el don de salvación. Salvación significa liberación; en este caso liberación de la ira (“disgusto”, 4, sentida personalmente, 5) de Dios. Sólo así puede haber avivamiento-renovación con su consecuente gozo en Dios (6); y sólo puede suceder por medio de su amor inamovible y su don gratuito (7). En esta cuestión de avivamiento-renovación dependemos de su voluntad soberana. 4 Restáuranos, “vuélvete a nosotros”; lo principal de la cuestión (3, 5) es que él se reconcilie con nosotros.

8, 9 Escuchando: La expresión de la promesa y sus condiciones. Escucharé: “He resuelto escuchar”; una postura de compromiso. Quienes deseen un avivamiento-renovación tienen que esperar la palabra de Dios. Pero esto impone ciertas demandas: (i) responder a su amor: fieles (8, “los objetos de su amor comprometido y quienes se han comprometido a corresponder a su amor”); (ii) dejar atrás las necedades del pasado (8). (iii) vivir en el temor de Dios (9, 1 Ped. 1:17-19). La consecuencia es que la gloria -Dios en toda su gloria- estará entre su pueblo.

10-13 Esperando: La armonía del cielo y la tierra. Los atributos de Dios armonizan: él nos ama sin tener que hacer ajustes a su “verdad” (10); nos otorga su paz sin comprometer su justicia (10, Isa. 45:21-25; Rom. 3:23-26). El cielo y la tierra están en armonía (11): la tierra produce el fruto de “la verdad” (11, Isa. 45:8; Ef. 5:8, 9) bajo la mirada serena de la justicia misma desde el cielo (11). Al dar Dios, la tierra responde (12): la realidad definitiva de salvación incluye la restauración del Edén en los cielos nuevos y la tierra nueva (Isa. 65:17-25; 2 Ped. 3:13). A esta situación con su heraldo justicia precediéndolo, llega Dios mismo (13, Apoc. 21:3).

13 Lit. “Déjale poner sus pies en el camino”: el equivalente del Salmo a Apoc. 22:20.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

85.6, 7 El salmista pedía a Dios que renovara a su pueblo. Dios es capaz de renovar a las iglesias y a los individuos. Puede derramar su amor sobre nosotros, nos puede hacer que lo volvamos a amar. Si usted necesita un avivamiento en su iglesia, en su familia o en su vida espiritual, pida a Dios que le dé un toque fresco de su amor.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) Para concordar con TLXXSyVg; M: “has regresado a (con)”.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 2961 Lev 26:42; Sal 77:7; Joe 2:18

b 2962 Esd 2:1; Sal 14:7; Sal 53:6; Jer 30:18; Jer 31:23; Eze 39:25; Joe 3:1

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Salmo 85 Este es una petición por la renovación de las misericordias de Dios para su pueblo en un momento de sufrimiento. La salvación que se busca es tanto espiritual como material. El Salmo tiene dos secciones casi iguales: 1) La petición del pueblo (vers. 1-7), y 2) la respuesta de un profeta de que Dios responderá (vers. 8-13). La primera sección consiste de dos estrofas de casi igual longitud: 1) Un recuerdo de las pasadas misericordias divinas (vers. 1-3); y 2) petición por una nueva misericordia o el fin de la ira de Dios (vers. 4, 5), así como salvación (vers. 6, 7). La segunda sección también tiene dos estrofas: 1) Una promesa profética que las misericordias de Dios pronto vendrán (vers. 8, 9); y 2) una referencia a las bondades del pacto de Dios (vers. 10, 11) que asegurará que sus misericordias lleguen para renovar la tierra (vers. 12, 13). La palabra clave del Salmo es el término hebreo que es traducido restáuranos (vers. 1, 4), apartaste (vers. 3), volverás (vers. 6), y vuelvan (vers. 8) y se refieren a la restauración del favor del pacto. La posible referencia a la lluvia (cp. bueno en vers. 12) sugiere que el Salmo era cantado en el otoño durante la fiesta de los Tabernáculos.

Fuente: La Biblia de las Américas

O, restauraste la suerte

Fuente: La Biblia de las Américas