Comentario de Salmos 97:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
¡Jehovah reina! ¡Regocíjese la tierra! ¡Alégrense las muchas costas!
Jehová reina. Sal 93:1; Sal 96:10, Sal 96:11; Sal 99:1; Abd 1:21; Mat 3:3; Mat 6:10, Mat 6:13; Mar 11:10; Col 1:13; Apo 11:17.
regocíjese la tierra. Sal 2:11; Sal 98:4-6; Isa 49:13; Luc 2:10, Luc 2:11.
alégrense las muchas islas. Gén 10:5; Isa 11:11; Isa 24:14-16; Isa 41:5; Isa 42:4, Isa 42:10-12; Isa 49:1; Isa 51:5; Isa 60:9; Isa 66:19; Sof 2:11.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La majestad de Dios, Sal 97:1-6.
El pueblo se regocija en Dios, Sal 97:7-9.
Una exhortación a la piedad y bondad, Sal 97:10-12.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
es uno de la serie de salmos reales (Sal 93:1-5; Sal 94:1-23; Sal 95:1-11; Sal 96:1-13; Sal 97:1-12; Sal 98:1-9; Sal 99:1-9), tiene un tono marcadamente apocalíptico en su descripción del juicio final de Dios a los impíos, antes de establecer su gran reino. La estructura del poema es:
(1) llamado a alabar a Dios el Rey (v. Sal 97:1);
(2) visión del próximo juicio a los impíos (vv. Sal 97:2-6);
(3) declaración profética sobre el fin de la idolatría (vv. Sal 97:7-9);
(4) promesa de gran alegría por los justos (vv. Sal 97:10, Sal 97:11);
(5) llamado a alabar a Dios el Rey (v. Sal 97:12).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Jehová reina es la frase clave de los salmos reales (Sal 93:1). La tierra como un todo y sus muchas costas (las islas) se unen en regocijo ante la venida del Reino de Dios a la tierra.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
JEHOVÁ REINA. Este salmo describe cuatro elementos del reino de Dios: la justicia y el derecho («justicia y juicio») como el cimiento de su trono (v. Sal 97:2), su poder imperante sobre toda la tierra (vv. Sal 97:1-6, Sal 97:9), su victoria sobre los falsos dioses (v. Sal 97:7) y la subsecuente alegría de los justos (vv. Sal 97:8-12). Profetiza la suprema revelación de Cristo y el gobierno de su reino al final de la historia (Apo 19:1-21; Apo 20:1-15; Apo 21:1-27; Apo 22:1-21), un acontecimiento que causará gran alegría entre los redimidos (cf. Isa 25:9; Apo 11:15-17; Apo 18:20; Apo 19:1-3).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Salmo 97 (Vg 96): La Manifestación Gloriosa de Yahvé.
E ste salmo empalma, por el contenido, con el precedente, y en él se destaca la perspectiva escatológica: Yahvé vendrá a imponer un reinado de justicia y de equidad. El poeta, en estilo dramático y entrecortado, presenta ya a Yahvé a punto de ejercer sus funciones judiciarias para dar un veredicto equitativo y justo.
Podemos distinguir bien dos secciones en el salino: a) profecía de índole escatológica (1-7): se acerca el fin del estado actual de cosas para nacer un nuevo mundo, inaugurado por Yahvé, que va a establecer su reino en toda su plenitud, en el que se destacarán los valores de justicia y fidelidad; b) invitación a la general alegría por tan importante acontecimiento. Como en el salmo anterior, encontramos aquí predicado el monoteísmo más estricto, juntamente con el anuncio de un nuevo estado de cosas que se asemeja al anunciado en los vaticinios mesiánicos. La naturaleza, con sus grandiosas manifestaciones, le rinde homenaje; los mismos dioses de los otros pueblos se postran ante él. Esto señala el triunfo de los fieles, que ven así cumplidos sus más íntimos anhelos.
El valor literario de esta composición es juzgado así por un comentarista: “El autor de este salmo no era un poeta muy original, pero era un maestro himnógrafo. Apenas tiene una frase en el salmo que no haya sido tomada de prestado; pero del lenguaje de los salmistas y de los profetas anteriores ha compuesto un precioso mosaico que es digno de las circunstancias…”1 Particularmente parece depender de la segunda parte de Isaías y de otras composiciones salmódicas 2.
En la versión alejandrina se atribuye también este salmo a David, pero las analogías literarias con los fragmentos deutero-isaianos y con otras composiciones del Salterio nos obligan a retrasar la composición del mismo a los tiempos que siguieron a la cautividad babilónica.
La majestuosa teofanía de Yahvé-Rey (1-7).
1 Yahvé reina! Gócese la tierra, alégrense las muchas islas. 2 Hay en torno de El nube y calígine; la justicia y el juicio son la base de su trono. 3 Precédele fuego, que abrasa en derredor a todos sus adversarios; 4 sus rayos alumbran el mundo; tiembla la tierra al verle. 5 Derrítense como cera los montes ante Yahvé, ante el Señor de toda la tierra. 6 Anuncian los cielos su justicia, y todos los pueblos ven su gloria. 7 Quedan confundidos todos los adoradores de los simulacros, los que se glorían de sus ídolos. Se postran ante El todos los dioses.
Ante el nuevo orden moral, basado en el equilibrio y la equidad, debe la naturaleza tomar parte en el regocijo general; toda la tierra va a participar de las consecuencias benéficas del reinado de Yahvé, y por eso debe saludar alborozada la aparición del Rey de justicia 3. Hasta las lejanas islas – países costeros del Mediterráneo – deben sentirse dichosas de la aparición del Soberano de la tierra.
Conforme al módulo tradicional, el poeta describe la aparición de Yahvé envuelto en nube y calígine para velar su majestad, pero precedido del fuego, que es el símbolo de la atmósfera aislante de santidad que rodea al Dios de Israel4. El fuego purifica y aisla; por ello simboliza bien la zona de separación entre el Creador y la criatura, entre el Dios santo y la criatura contaminada. El salmista presenta al fuego abrasando a los adversarios de su Dios. Nadie puede oponerse a su acción justiciera. Como Rey omnipotente, va sembrando el terror por doquier, fulgurando los rayos que con su resplandor alumbran la tierra, que se estremece a su paso. La teofanía está calcada en la tradicional del Sinaí: Yahvé hablando desde la cima del monte en medio de relámpagos y truenos para impresionar al pueblo, reunido al pie de la montaña sagrada 5. A su paso se derriten los montes, que constituyen la parte más sólida de la tierra. El salmista parece inspirarse en el cántico de Habacuc: “Llega Dios de Teman… Su majestad cubre los cielos, y la tierra se llena de su gloria. Su resplandor es como la luz; de sus manos salen rayos. Delante de El va la mortandad, y a su zaga el azote.
Si se detiene, hace temblar la tierra, y si mira, conmueve las naciones. Los montes eternos se resquebrajan, se abajan los eternos collados…”6
Pero esta manifestación majestuosa de Yahvé no es preludio de cosas siniestras, sino la alborada de una época de justicia; por ello los cielos la anuncian alborozados, mientras que, abajo, los pueblos asisten a la manifestación esplendente de su gloria (v.6). El triunfo de Yahvé señala, por otra parte, el fin de la idolatría. Es la hora de la decepción de los que se arrodillaban ante los ídolos 7. Y el poeta presenta a los simulacros de los gentiles postrados en signo de acatamiento ante el Dios de Israel (v.7) 8.
El regocijo de los santos por la manifestación de la justicia divina (8-12).
8 Oyó Sión y se alegró; regocijáronse las hijas de Judá por tus juicios, ¡oh Yahvé! 9 Porque tú eres, Yahvé, el Altísimo sobre toda la tierra, inmensamente ensalzado sobre todos los dioses. 10 Aborreced el mal los que amáis a Yahvé, que El guarda las almas de los piadosos, librándolos de la mano de los impíos. 11 Ya alumbra la luz para el justo, y la alegría para los rectos de corazón. 12 Alegraos en Yahvé, ¡oh justos! y alabad su santo recuerdo.
El poeta canta en esta segunda parte la impresión agradable sentida por los que han sido fieles a Yahvé al asistir a la manifestación de su justicia retributiva. Sión, testigo de tantas injusticias y atropellos, se estremeció de alegría al anunciarse el cumplimiento de los juicios de Yahvé. Con la capital se alegraron las ciudades filiales: las hijas de Judá 9. Yahvé es el Altísimo – título del dios de Melquisedec y de Baal en Ras Shamra – sobre toda la tierra. Las divinidades de los otros pueblos pretendían gobernar sobre el territorio de su nación; pero Yahvé domina la panorámica del universo, por ser el Creador. Está por encima de todos los dioses 10, lo que no implica reconocimiento de la existencia de éstos, sino simplemente es una declaración de que los supuestos dioses de los otros pueblos no pueden medir su fuerza y dominio con el Dios de Israel. En el v.6 se les llama despectivamente simulacros o elilim (ídolos en el sentido de “vacíos,” sin vida).
Supuesta la grandeza del Dios de Israel, el salmista invita a los fieles yahvistas a no seguir las sendas del mal y del pecado. Yahvé tiene especial providencia de las almas o vidas de los piadosos, que a El se confían. En los momentos de peligro los salva de las artimañas de los impíos n. Ha llegado la luz o felicidad para el justo; con ella se colma la alegría de los rectos de corazón, porque se manifiesta Yahvé protegiendo a los suyos y castigando a los malvados 12. El poema termina con una exhortación a los justos para que se alegren por el triunfo de su Dios, alabando su nombre. Lit.: “su santo recuerdo.” El nombre divino expresa la esencia de la divinidad, y bajo este aspecto es como un eco o recuerdo de su presencia entre los hombres 13.
1 A. F. Klrkpatrigk, O.C., 579. – 2 Cf. v.1 y Sal 93; 99; 96:10-11; Isa 42:10-12; Isa 42:5L5; Sal 89:153; Sal 48:12; Sal 93:19; Sal 32:11. – 3 Cf. Isa 49:13; Sal 96:11; Isa 42:1-12; Isa 51:5. – 4 Cf. Exo 19:16; Exo 19:20-21; Deu 5:22; Exo 33:10; Sal 18:8-16; Sal 85:14; Sal 89:15. – 5 Cf. Exo 19:8; Exo 24:153. – 6 Hab 3:3s. – 7 Cf. Isa 42:17; Isa 45:16-17. – 8 Los LXX traducen “ángeles” en vez de dioses. – 9 Cf. Num 21:25.32; Jos 14:45 ; Jue 11:25; Sal 48:12. – 10 Cf. Sal 47:3; Sal 83:19; Sal 95:2. – 11 Cf. Sal 37:29; Sal 34:21. – 12 Cf. Sal 27:2; Sal 36:10; Isa 5:30; Isa 42:16; Sal 112:4; Job 12:25. – 13 Cf. Exo 3:15; Sal 135:14.
Fuente: Biblia Comentada
muchas costas. Una referencia a todos los continentes, así como las islas del mundo (cp. Isa 42:10; Dan 2:34-35; Dan 2:44; Zac 14:9).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Salmo 97 (96): Himno a la realeza universal de Dios cuya majestad y gloria, descrita con elementos teofánicos, provoca la alegría del orbe y de los pueblos, a la vez que la humillación de los dioses extranjeros y de sus adoradores.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Sal 47:2; Sal 93:1; Sal 95:3; Sal 96:10; Sal 99:1.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— el Señor es rey: Ver nota a Sal 93:1.
— países lejanos: Lit. islas numerosas. Alusión que subraya la perspectiva universal adoptada por el autor. Ver Sal 97:6.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Salmos 97, 98. Justicia Visible, Salvacion Gozosa
La conexión entre la realeza del Señor y la santidad o justicia ha sido silenciosamente establecida en estos Salmos (93:5; 94:15, 21, 23; 95:7; 96:9, 13). Esto llega ahora a un clímax en un trono de justicia (97:2), una proclamación de justicia (97:6), un llamado a la justicia (97:10-12), una revelación de justicia pasada (98:2) y venidera (98:9). Estos Salmos no minimizan lo temible de la justicia del Señor (97:2-5), lo estricto de sus demandas (97:10) y la suerte de los idólatras (97:7). A pesar de ello, el tono predominante es de alegría (97:1, 8), de canto y aclamaciones (98:1, 4, 7). ¿Cómo pueden el gozo y el juicio, los cantos humanos y la justicia divina, armonizar de esta manera? La respuesta es que la salvación ya se ha logrado (98:1-3): el Dios de santidad (97:12) que convoca a su pueblo a la santidad es el Dios con un santo brazo (98:1) que les trae salvación.
Salmo 97. El gozo en vista de las demandas de santidad
Toda la tierra y Sion comparten un gozo idéntico (regocíjese … alégrense … alegró … regocijarán); y esto a pesar del poder temible y destructivo de su justicia (2-7) y las demandas que ésta hace (9-12): porque los contrastes son absolutos entre enemigos y amigos, destrucción y preservación, la gloria que todos pueden ver y la luz de la que sólo gozan los justos, el destino de los idólatras y el gozo de los justos. 2 Nube, etc. El Dios del Sinaí (Exo. 19:16-19). La justicia y el derecho expresan ambos santidad (Isa. 5:16): justicia es santidad personificada en principios correctos; derecho es santidad expresada en decisiones y acciones correctas. 3 Fuego. La santidad divina en su hostilidad destructiva hacia el pecado (Exo. 3:3-5; 19:16-18, 20; cf. Lev. 9:24). Fue el fuego del Sinaí que encendió la primera ofrenda quemada aarónica y era éste el fuego que ardía perpetuamente en el altar: santidad satisfecha por una ofrenda sustitutoria. 4 Se estremece, no como una creación ante el Creador tanto como una tierra pecaminosa delante del Santo (Jue. 6:22; 13:22; Isa. 6:5). 7 Idolos, los “no dioses” de 96:5. 10 Fieles, relacionada con la palabra que expresa al eternamente inmutable amor, significa “los que son amados por él y que corresponden a su amor”. 11 Está sembrada, o haber sido plantada y estar ya lista para que la cosechen como una mies. En cada situación hay una justicia esperando ser disfrutada. 12 Celebrad la memoria de su santidad, “el recuerdo, o recordatorio” de su santidad (cf. Exo. 3:15).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
97.2 Las nubes y la oscuridad que rodean a Dios simbolizan su santidad inalcanzable y lo incapaces que somos de encontrarlo solos. Si El estuviera al descubierto, nadie podría mantenerse en pie delante de su refulgente santidad y gloria.97.7 La gente adora toda clase de imágenes e ídolos. A pesar de que Dios se revela y muestra su amor mediante la naturaleza y la Palabra, hay muchos que deciden pasarlo por alto o rechazarlo y perseguir metas que consideran más importantes. La Biblia aclara que esta gente es idólatra debido a que entregan su más alta lealtad a quien no es Dios. Un día nos pararemos delante de Dios con toda su gloria y poder. Luego veremos todas nuestras metas y nuestros logros por lo que son en realidad. ¡Cuán tontas se verán entonces nuestras búsquedas terrenales!97.10 Un deseo sincero de complacer a Dios surgirá cuando sincronice sus deseos con los de El. Usted amará lo que Dios ama y odiará lo que El odia. Si ama a Dios odiará el mal. Si no desprecia las acciones de la gente que se aprovecha de otros, si admira a quienes solo se ocupan de sí mismos, o si envidia a los que toman la delantera utilizando cualquier medio para lograr sus fines, su deseo primordial en la vida no es complacer a Dios. Aprenda a amar los caminos de Dios y a odiar el mal en todas sus formas, no solo los pecados obvios, sino también los que la sociedad acepta.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) Véase Ap. 1C, sec. 8.
(2) O: “tierras costaneras”.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 3404 Sal 96:10; Rev 11:17; Rev 19:6
b 3405 Sal 69:34; Isa 49:13
c 3406 Gén 10:5; Isa 60:9
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Salmo 97 Este Salmo de alabanza glorifica a Dios por su soberanía sobre la tierra basada en su justicia y poder, y establecida con el poder manifestado desde los cielos. El vers. central (7) predice que los adoradores de ídolos serán avergonzados y llama a los falsos dioses a adorar al Señor altísimo como el gobernador supremo. La primera parte del Salmo invita a toda la tierra a regocijarse en su grandiosa, justa y poderosa teofanía (vers. 1-6). La segunda parte afirma que Sion y las ciudades de Judá se regocijarán en su venida y exaltación sobre toda la tierra y exhorta a los fieles a probar su dedicación al rechazar lo malo mientras que El les guarda de los impíos (vers. 8-12). El vers. final se asemeja al primero y llama a los justos a regocijarse.
Fuente: La Biblia de las Américas
O, se ha hecho rey
O, costas
Fuente: La Biblia de las Américas
SALMO 97 (96)[7] Motivo típico de los salmos de Dios como rey. Hebr 1, 6.