Biblia

Comentario de Santiago 1:15 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Santiago 1:15 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Luego la baja pasión, después de haber concebido, da a luz el pecado; y el pecado, una vez llevado a cabo, engendra la muerte.

1:15 — La historia del pecado: el deseo, el pecado, la muerte. Compárense Job 15:35, Sal 7:14.

— «Entonces». Esta palabra introduce lo que sigue a la tentación a la cual uno cede.

— «la concupiscencia… da a luz el pecado». El deseo desordenado abraza al tentador, y así comienza el proceso que produce primero el pecado, y por fin la muerte. (Desde luego uno puede arrepentirse y hallar perdón).

El deseo mismo no es malo. Por ejemplo los deseos de tomar alimentos, tener relaciones sexuales, alcanzar felicidad, etcétera‚ no son malos en sí, pues son de Dios, El Creador. Pero estos deseos naturales conducen al pecado cuando buscan satisfacción de manera ilícita o en relaciones ilícitas. (Por ejemplo, robar, fornicar, apostar). Véase Mar 7:18-23.

La concupiscencia en este versículo es personificada; ella concibe y da a luz. Ceder a la tentación concibe el pecado y le da a luz. El deseo desordenado, excitado por el objeto pecaminoso, y actuando la parte de la ramera, incita a la voluntad de uno a abrazarle, y luego de esa unión se concibe el pecado que ella en seguida da a luz.

— «y el pecado… luz la muerte». El pecado, aquí personificado, da a luz la muerte porque forma en el pecador, por el hábito, un carácter que merece el fin de destrucción eterna (Mat 7:23, 25:30,41, Rom 6:21-23).

El pecado esta preñado de la muerte (que es separación de Dios). La única manera de evitar tal reproducción como la que en este versículo se describe, es no desear lo pecaminoso. «Tentado no cedas; ceder es pecar».

El diseño de los versículos 13-15 es mostrar que el pecado no se origina en Dios, ¡sino en el hombre mismo!

En este versículo la muerte va contrastada con la corona de vida (ver. 12).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

entonces la concupiscencia. Gén 3:6; Gén 4:5-8; Job 15:35; Sal 7:14; Isa 59:4; Miq 2:1-3; Mat 26:14, Mat 26:48-59; Hch 5:1-3.

el pecado, siendo consumado. Gén 2:17; Gén 3:17-19; Sal 9:17; Rom 5:12-21; Rom 6:21-23; Apo 20:14, Apo 20:15.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El pecado no es un simple acto espontáneo, sino que es resultado de todo un proceso. Las palabras griegas que se traducen «ha concebido» y «da a luz» asemejan este proceso a la concepción y el nacimiento físicos de una criatura. De este modo Santiago personifica la tentación y muestra que siempre sigue una secuencia similar y produce pecado con todos sus resultados mortíferos. Así el pecado no resulte en muerte espiritual para el creyente, sí puede llevarlo a su muerte física (1Co 11:30; 1Jn 5:16).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

1:15 — La historia del pecado: el deseo, el pecado, la muerte. Compárense Job 15:35, Sal 7:14.
–«Entonces». Esta palabra introduce lo que sigue a la tentación a la cual uno cede.
–«la concupiscencia… da a luz el pecado». El deseo desordenado abraza al tentador, y así comienza el proceso que produce primero el pecado, y por fin la muerte. (Desde luego uno puede arrepentirse y hallar perdón).
El deseo mismo no es malo. Por ejemplo los deseos de tomar alimentos, tener relaciones sexuales, alcanzar felicidad, etcétera‚ no son malos en sí, pues son de Dios, El Creador. Pero estos deseos naturales conducen al pecado cuando buscan satisfacción de manera ilícita o en relaciones ilícitas. (Por ejemplo, robar, fornicar, apostar). Véase Mar 7:18-23.
La concupiscencia en este versículo es personificada; ella concibe y da a luz. Ceder a la tentación concibe el pecado y le da a luz. El deseo desordenado, excitado por el objeto pecaminoso, y actuando la parte de la ramera, incita a la voluntad de uno a abrazarle, y luego de esa unión se concibe el pecado que ella en seguida da a luz.
–«y el pecado… luz la muerte». El pecado, aquí personificado, da a luz la muerte porque forma en el pecador, por el hábito, un carácter que merece el fin de destrucción eterna (Mat 7:23, 25:30,41, Rom 6:21-23).
El pecado esta preñado de la muerte (que es separación de Dios). La única manera de evitar tal reproducción como la que en este versículo se describe, es no desear lo pecaminoso. «Tentado no cedas; ceder es pecar».
El diseño de los versículos 13-15 es mostrar que el pecado no se origina en Dios, ¡sino en el hombre mismo!
En este versículo la muerte va contrastada con la corona de vida (ver. 12).

Fuente: Notas Reeves-Partain

Stg 5:20; Rom 5:12; Rom 6:23; Rom 7:13.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

a 27 Sal 7:14

b 28 Eze 18:4; Rom 5:21; Rom 7:11

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

concebido…consumado, engendra. En los vers. 13– 15 se puede ver cómo se produce el pecado: la tentación externa (vers. 13), la reacción interna por la naturaleza pecaminosa cediendo a la tentación (vers. 14), y entonces se produce el pecado (vers 15; cp., Gn 3:6– 22).

Fuente: La Biblia de las Américas

15 (1) El tentador, el diablo, es el padre del pecado, el que lo engendra ( 1Jn_3:8 , 1Jn_3:10), y el que tiene el imperio de la muerte ( Heb_2:14) por medio del pecado ( 1Co_15:56). El inyectó el pecado en Adán, y por medio del pecado la muerte pasó a todos los hombres ( Rom_5:12).

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

O, concupiscencia

Fuente: La Biblia de las Américas

Cuatro acciones morales: tentación, concupiscencia, pecado, muerte, son comparadas con el proceso de: engendramiento, concepción, gestación, alumbramiento g Rom 7:7-25.

Fuente: La Biblia Textual III Edición