Biblia

Comentario de Santiago 1:21 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Santiago 1:21 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Por lo tanto, desechando toda suciedad y la maldad que sobreabunda, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.

1:21 — «por lo cual… de malicia». La frase «por lo cual» se refiere a la imposibilidad de obrar la justicia de Dios mientras que uno tiene ira contra la enseñanza de la Biblia. Deshaciéndose del pecado en su vida, el cristiano entonces tendrá una actitud apropiada hacia la Palabra de Dios, y podrá obrar la justicia de Dios.

El verbo apothemenoi aparece también en Rom 13:12, Col 3:8, 1Pe 2:1, etcétera. Literalmente significa quitarse la ropa, pero en cuanto al pecado, se usa figuradamente. Su forma en el griego en este texto de Santiago (aoristo, voz media) indica un acto de una vez para siempre, y que es algo que uno tiene que hacer por sí mismo.

La frase «toda inmundicia» se refiere a toda forma, o todo caso, de lo que es moralmente sucio. La palabra griega, ruparian, no aparece en otro texto novo testamentario, pero Zac 3:3-4 en la Versión de los Setenta emplea una forma de esta palabra, diciendo «vil».

La frase «abundancia de malicia» enfatiza el estado de corazón en que hay exceso de vicio en uno, o sea más que lo normal en los hombres. Claro es que toda medida de malicia debe ser quitada, pero Santiago en esta forma apunta a una condición actual, cuanto menos en algunos, de haber mucha, mucha, malicia o vicio. Para poder recibir la Palabra de Dios salvadora, es preciso eliminar todo vestigio de pecado, y perfeccionar la santificación (2Co 7:1, Heb 12:14).

Hoy en día es común disminuir la seriedad del pecado, o atribuyendo todo crimen y maldad a «enfermedades», o pasando la responsabilidad de los malos hechos a otros, a la herencia, o a la sociedad en general, en lugar de al individuo mismo. De esta manera no se hace el pecado «sobremanera pecaminoso» (Romanos 7:13), sino acepto como cosa natural, o cuando menos no reprehensible.

— «recibid… implantada». Recibir es la antítesis de desechar. «Recibir» se usa en las Escrituras en el sentido de aceptar (1Co 3:14; 1Co 3:2 Tesalonicenses 2:10), de recibir enseñanza (2Co 11:4), y de aprobar (Mateo 11:14).

La actitud correcta en recibir es la de mansedumbre. Otras versiones dicen, «recibir con humildad» (Versión La Biblia de las Américas), «recibir con docilidad» (Versión Torres Amat), y «acepten humildemente» (Versión Popular).

La mansedumbre es característica del reinado del Mesías (Sal 25:9; Sal 37:9). Es lo opuesto de ira (1:20). Muestra actitud de rendirse. El cristiano sobre todo quiere ser salvo, y por eso se rinde a la Palabra de Dios que puede hacerle sabio para la salvación (2Ti 3:15). No debemos resentir sus instrucciones, sus exhortaciones, y sus reprensiones.

La mansedumbre caracterizaba a Jesús (Mat 11:29). Véanse también Mat 5:4; Gál 5:23. Santiago vuelve al punto en 3:13. En esta sección de la carta, se trata de la actitud correcta, bajo el oír correcto, ligado con el hacer correcto.

La palabra griega emfuton puede significar innato, o nacido juntamente con uno o con algo. También puede significar implantar, o por absorbimiento ser implantado en uno o en algo. Pero que la Palabra de Dios sea algo innata en la persona no es concepto bíblico. Nadie nace con la verdad ya implantada en él. La Palabra tiene que ser recibida antes de poder ser implantada o arraigada (1Co 1:21; Mar 16:15; Rom 10:17; Hch 15:7). Compárese Mat 13:20-21.

Algunas versiones dicen «ingerida» o «injertada», y algunos comentaristas usan tales versiones para abogar por la idea calvinista de que la Palabra tiene poder innato que, obrando aparte de la voluntad y el corazón de la persona, logra buenos fines en la persona. Tal concepto no es conforme a enseñanza bíblica (1Pe 1:22-23). La Palabra es sembrada, no injertada. Dado que es sembrada, una vez recibida con mansedumbre, se arraiga en el corazón.

— «la cual puede salvar vuestras almas». Puede salvar almas porque contiene la información necesaria para ello (Rom 1:16-17; Rom 10:1-3; 1Ti 2:4; 2Ti 3:15). Véanse también 1Co 1:18; Efe 1:13.

Recuérdese que Santiago está enseñando a cristianos, aunque es igualmente cierto que la Palabra de Dios puede salvar al pecador inconverso de sus pecados pasados.

Salva almas. El alma es el hombre interior (2Co 4:16), el verdadero «yo». Pero en este pasaje se hace referencia a toda la persona (alma, cuerpo y espíritu — el ser entero, 1Ts 5:23), como en Hch 2:41 y 1Pe 3:20.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

deshechando. Isa 2:20; Isa 30:22; Eze 18:31; Rom 13:12, Rom 13:13; Efe 4:22; Col 3:5-8; Heb 12:1; 1Pe 2:1, 1Pe 2:11.

toda inmundicia. Stg 4:8; Eze 36:25; 2Co 7:1; Efe 5:4.

recibid con mansedumbre. Sal 25:9; Isa 29:19; Isa 61:1; Sof 2:3; Mat 5:5; Hch 10:33; 1Ts 1:5; 1Ts 2:13.

la palabra implantada. Jua 6:63, Jua 6:68; Rom 6:17; Rom 11:17; Heb 4:2.

la cual puede salvar. Hch 13:26; Rom 1:16; 1Co 15:2; Efe 1:13; 2Ti 3:15-17; Tit 2:11; Heb 2:3; 1Pe 1:9.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La palabra de Dios que ha sido implantada en el corazón de los creyentes debería recibirse con mansedumbre (lo que describe un espíritu educable) sin resistencia, disputa o interrogatorio. El recibir la Palabra de Dios de esta manera salvará el alma del creyente, una palabra que quiere decir «vida». El pecado lleva a la muerte (v. Stg 1:15). La obediencia evita la muerte; protege a un creyente de la conducta pecaminosa que puede llevar directa o indirectamente a la muerte física (v. Stg 1:15; 1Co 11:30).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

DESECHANDO TODA INMUNDICIA. La Palabra de Dios, predicada o escrita, no puede arraigarse eficazmente en la vida de la persona que no se separa de la inmundicia y del mal.

(1) Dios ordena que los creyentes pongan a un lado toda la suciedad impía que abunda en la sociedad corrupta y procura influir en ellos y en sus familias. Esa suciedad mancha el alma de las personas y arruina su vida (cf. Efe 4:22; Efe 4:25; Efe 4:31; Col 3:8; 1Pe 2:1).

(2) La Biblia dice lo que debe evitar el pueblo santo de Dios. Por consiguiente, los creyentes no deben participar en ninguna clase de impureza ni obscenidad (Efe 5:3-4). Deben saber que permitir que cualquier clase de inmundicia entre en la vida o en el hogar, incluso el lenguaje sucio o la obscenidad en los videos o en la televisión, aflige al Espíritu y viola las normas santas de Dios para su pueblo. La Palabra de Dios advierte: «Nadie los engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios…. No seáis, pues, partícipes con ellos» (Efe 5:6-7).

(3) Los creyentes deben tomar en serio la justicia y la santidad. Deben limpiar sus hogares y llenarlos de la Palabra de Dios y de la santidad de Cristo (cf. Mat 12:43-45; véase el ARTÍCULO LA SANTIFICACIÓN, P. 1810. [1Pe 1:2]).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

LA PALABRA IMPLANTADA. Los creyentes comienzan su nueva vida en Cristo cuando nacen de nuevo «por la Palabra de verdad» (v. Stg 1:18; véase el ARTÍCULO LA REGENERACIÓN, P. 1455. [Jua 3:3]). La nueva vida exige que se liberen de toda inmundicia que ofende al Espíritu Santo (véase la nota anterior), y que estén resueltos a aceptar la Palabra de Dios en el corazón. El término «implantada» (gr. emfutos) implica que la Palabra debe llegar a formar parte de la naturaleza del creyente. La Palabra sembrada lo lleva a su salvación final (cf. Mat 13:3-23; Rom 1:16; 1Co 15:2; Efe 1:13; véase Jua 6:54, nota).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

desechando. Lit. «tras haberse despojado», como se hace con la ropa sucia (vea las notas sobre Rom 13:12-14; Efe 4:22; Col 3:8; Heb 12:1; 1Pe 2:1-2). El tiempo de este verbo griego recalca la importancia de despojarse de todo pecado antes de recibir la Palabra de Dios. inmundicia … malicia. El primer término hacía referencia a cualquier vicio moral así como a prendas sucias. Algunas veces se usaba incluso para identificar la cera de los oídos, y aquí tiene que ver con aquellos pecados que afectan el oído espiritual de los creyentes. «Malicia» se refiere a deseos o intenciones malignas. la palabra implantada. Vea la nota sobre el v.Stg 1:18.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

1:21 — «por lo cual… de malicia». La frase «por lo cual» se refiere a la imposibilidad de obrar la justicia de Dios mientras que uno tiene ira contra la enseñanza de la Biblia. Deshaciéndose del pecado en su vida, el cristiano entonces tendrá una actitud apropiada hacia la Palabra de Dios, y podrá obrar la justicia de Dios.
El verbo apothemenoi aparece también en Rom 13:12, Col 3:8, 1Pe 2:1, etcétera. Literalmente significa quitarse la ropa, pero en cuanto al pecado, se usa figuradamente. Su forma en el griego en este texto de Santiago (aoristo, voz media) indica un acto de una vez para siempre, y que es algo que uno tiene que hacer por sí mismo.
La frase «toda inmundicia» se refiere a toda forma, o todo caso, de lo que es moralmente sucio. La palabra griega, ruparian, no aparece en otro texto novo testamentario, pero Zac 3:3-4 en la Versión de los Setenta emplea una forma de esta palabra, diciendo «vil».
La frase «abundancia de malicia» enfatiza el estado de corazón en que hay exceso de vicio en uno, o sea más que lo normal en los hombres. Claro es que toda medida de malicia debe ser quitada, pero Santiago en esta forma apunta a una condición actual, cuanto menos en algunos, de haber mucha, mucha, malicia o vicio. Para poder recibir la Palabra de Dios salvadora, es preciso eliminar todo vestigio de pecado, y perfeccionar la santificación (2Co 7:1, Heb 12:14).
Hoy en día es común disminuir la seriedad del pecado, o atribuyendo todo crimen y maldad a «enfermedades», o pasando la responsabilidad de los malos hechos a otros, a la herencia, o a la sociedad en general, en lugar de al individuo mismo. De esta manera no se hace el pecado «sobremanera pecaminoso» (Romanos 7:13), sino acepto como cosa natural, o cuando menos no reprehensible.
–«recibid… implantada». Recibir es la antítesis de desechar. «Recibir» se usa en las Escrituras en el sentido de aceptar (1Co 3:14; 1Co 3:2 Tesalonicenses 2:10), de recibir enseñanza (2Co 11:4), y de aprobar (Mateo 11:14).
La actitud correcta en recibir es la de mansedumbre. Otras versiones dicen, «recibir con humildad» (Versión La Biblia de las Américas), «recibir con docilidad» (Versión Torres Amat), y «acepten humildemente» (Versión Popular).
La mansedumbre es característica del reinado del Mesías (Sal 25:9; Sal 37:9). Es lo opuesto de ira (1:20). Muestra actitud de rendirse. El cristiano sobre todo quiere ser salvo, y por eso se rinde a la Palabra de Dios que puede hacerle sabio para la salvación (2Ti 3:15). No debemos resentir sus instrucciones, sus exhortaciones, y sus reprensiones.
La mansedumbre caracterizaba a Jesús (Mat 11:29). Véanse también Mat 5:4; Gál 5:23. Santiago vuelve al punto en 3:13. En esta sección de la carta, se trata de la actitud correcta, bajo el oír correcto, ligado con el hacer correcto.
La palabra griega emfuton puede significar innato, o nacido juntamente con uno o con algo. También puede significar implantar, o por absorbimiento ser implantado en uno o en algo. Pero que la Palabra de Dios sea algo innata en la persona no es concepto bíblico. Nadie nace con la verdad ya implantada en él. La Palabra tiene que ser recibida antes de poder ser implantada o arraigada (1Co 1:21; Mar 16:15; Rom 10:17; Hch 15:7). Compárese Mat 13:20-21.
Algunas versiones dicen «ingerida» o «injertada», y algunos comentaristas usan tales versiones para abogar por la idea calvinista de que la Palabra tiene poder innato que, obrando aparte de la voluntad y el corazón de la persona, logra buenos fines en la persona. Tal concepto no es conforme a enseñanza bíblica (1Pe 1:22-23). La Palabra es sembrada, no injertada. Dado que es sembrada, una vez recibida con mansedumbre, se arraiga en el corazón.
–«la cual puede salvar vuestras almas». Puede salvar almas porque contiene la información necesaria para ello (Rom 1:16-17; Rom 10:1-3; 1Ti 2:4; 2Ti 3:15). Véanse también 1Co 1:18; Efe 1:13.
Recuérdese que Santiago está enseñando a cristianos, aunque es igualmente cierto que la Palabra de Dios puede salvar al pecador inconverso de sus pecados pasados.
Salva almas. El alma es el hombre interior (2Co 4:16), el verdadero «yo». Pero en este pasaje se hace referencia a toda la persona (alma, cuerpo y espíritu — el ser entero, 1Ts 5:23), como en Hch 2:41 y 1Pe 3:20.

Fuente: Notas Reeves-Partain

EL ESPÍRITU DÓCIL

Santiago 1:21

Así que despojaos de toda inmundicia y excrecencia de vicio, y recibid con gentileza la Palabra implantada que puede salvar vuestras almas.

Santiago usa una serie de palabras y figuras gráficas.

Les dice a sus lectores que se despojen de todos los vicios e inmundicias. La palabra que usa para despojarse es la que se usa para quitarse la ropa. Exhorta a sus lectores a que se desembaracen de toda corrupción como el que se quita de encima una ropa asquerosa, o como la serpiente que se desembaraza de la, piel vieja.

Las dos palabras que usa para inmundicia son gráficas. La que hemos traducido por inmundicia es ryparía; se puede referir a la suciedad que mancha la ropa y ensucia el cuerpo; pero tiene otra connotación muy interesante. Se deriva de rypos; y cuando rypos se usa en un contexto médico quiere decir el cerumen de los oídos. Es posible que tenga aquí ese sentido; y entonces sería que Santiago está diciendo a sus lectores que se limpien de todo lo que les cierre los oídos a la verdadera Palabra de Dios. Cuando se acumula la cera en los oídos puede dejarle a uno sordo; y los pecados pueden hacer que una persona sea insensible. a la voz de Dios. Además, Santiago habla de la excrecencia (perisseía) del vicio. Piensa en el vicio como un crecimiento canceroso que hay que cortar para salvar la vida.

Les exhorta a recibir la palabra implantada con gentileza. La palabra para implantada, es émfytos, que tiene dos significados principales.

(i) Puede querer decir congénita o innata, lo contrario de adquirida. Si Santiago la usaba en ese sentido estaba pensando lo mismo que Pablo cuando decía que los gentiles hacen las obras de, la ley de una manera natural porque tienen una especie de ley en sus corazones (Rm 2:14 s); es la misma figura que encontramos en el Antiguo Testamento de la ley «muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón» (Dt 30:14 ). Es prácticamente lo mismo que nuestra palabra conciencia. Si es este el sentido aquí, Santiago está diciendo que hay un conocimiento instintivo del bien y del mal en el corazón humano cuya dirección deberíamos obedecer siempre.

(ii) Puede querer decir implantada, como la semilla que se planta en el suelo. En 4 Esd 9:31 leemos que Dios dice: «Mirad: Yo planto Mi ley en vosotros, y seréis glorificados en ella para siempre.» Si Santiago está usando esta palabra en este sentido, la idea se remontaría a la Parábola del Sembrador (Mt 13:1-8 ), que nos dice que la semilla de la Palabra se siembra en los corazones. Por medio de los profetas y de los predicadores, y sobre todo por medio de Jesucristo, Dios siembra Su verdad en los corazones, y los que son sabios la reciben y la aceptan.


Puede muy bien ser que no se requiera de nosotros que escojamos uno de los dos significados. Puede que Santiago implique que el conocimiento de la verdadera Palabra de Dios nos viene de dos fuentes: de lo profundo de nuestro ser, y del Espíritu de Dios y la enseñanza de Cristo y la predicación de los hombres. De dentro y de fuera de nosotros nos llegan las voces que nos indican el Camino; y los sabios las escuchan y obedecen.

Se ha de recibir la Palabra con gentileza. Gentileza es un intento de traducir la palabra intraducible praytés. Es una gran palabra griega que no tiene equivalente exacto en español. Aristóteles la definía como el término medio entre la ira excesiva y la excesiva pasividad; es la cualidad de la persona que tiene sus emociones y sentimientos bajo perfecto control. Andrónico de Rodas, comentando a Aristóteles, escribe: «Praytés es moderación en relación con la ira… Se podría definir como la serenidad y la capacidad para no dejarse llevar por las emociones, sino controlarlas como dicta la correcta razón.» Las Definiciones platónicas dicen que praytés es la regulación del movimiento del alma causado por la ira. Es el temperamento (krasis) de un alma en la que todo está mezclado en la debida proporción.

No se podría encontrar una palabra española para traducir lo que es un sumario en una sola palabra del espíritu dócil, que se deja enseñar. Ese espíritu es dócil y tratable y, por tanto, suficientemente humilde para aprender. El espíritu dócil no tiene resentimiento ni ira y es, por tanto, capaz de enfrentarse con la verdad hasta cuando hiere y condena. El espíritu dócil no se deja cegar por sus propios prejuicios dominantes, sino percibe la verdad con mirada limpia. El espíritu dócil no se deja seducir por la pereza, sino está tan controlado que puede aceptar voluntaria y fielmente la disciplina del aprendizaje. Praytés describe la perfecta conquista y control de todo lo que hay en la naturaleza humana que sería un obstáculo para ver, aprender y obedecer la verdad.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Rom 13:12-13; Efe 4:22; Col 3:8; 1Pe 2:1; (ver Heb 12:1).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) O: “sus vidas”. Gr.: tas psy·kjás hy·món; lat.: á·ni·mas vé·stras; J17(heb.): naf·scho·theh·kjém.

REFERENCIAS CRUZADAS

n 40 Col 3:8; 1Pe 2:1

ñ 41 Mat 13:23

o 42 Heb 2:3; 1Pe 1:9

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

palabra implantada. Es decir, el evangelio que les fue predicado (v. coment. en vers. 18)

Fuente: La Biblia de las Américas

21 (1) Esto compara la palabra de Dios con una planta viva que es sembrada en nuestro ser y crece en nosotros con el fin de producir fruto para la salvación de nuestras almas. Necesitamos recibir tal palabra con mansedumbre; con toda sumisión, y sin resistencia alguna.

21 (2) En este capítulo, la salvación de nuestras almas implica perseverar en las pruebas originadas por las circunstancias (vs. 2-12) y resistir la tentación de la concupiscencia (vs. 13-21). La perspectiva de Jacobo tocante a la salvación de nuestras almas era hasta cierto punto negativa, y no era tan positiva como la de Pablo, quien dijo que nuestra alma puede ser transformada de gloria en gloria por el Espíritu renovador hasta tener la imagen del Señor ( Rom_12:2 ; Efe_4:23 ; 2Co_3:18). Véanse las notas 5 (5) de 1 P 1 y 39 (3) de He 10.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

la palabra implantada. i.e., el evangelio recibido en la forma en que fue dado (v. Stg 1:18), como «palabra de verdad».

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Lit., toda la abundancia de malicia

O, mansedumbre

Fuente: La Biblia de las Américas