Comentario de Santiago 1:5 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Y si a alguno de vosotros le falta sabiduría, pídala a Dios, quien da a todos con liberalidad y sin reprochar; y le será dada.
1:5 — «Y si alguno… sabiduría». Si al cristiano perseguido le falta la sabiduría de hacer buen uso de las aflicciones, que la pida a Dios, porque él es quien da, a todos los que le piden, y lo hace con singularidad de propósito, en lugar de reprochar por habérselo pedido. La palabra «sabiduría» traduce el vocablo griego, sophia, que quiere decir el conocimiento verdadero aplicado de manera práctica. Aquí en este versículo se refiere a la sabiduría necesaria para lograr el fin mencionado en el versículo 4. El cristiano no debe tener falta alguna, pero si le falta sabiduría, que se la pida a Dios.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
si alguno de vosotros. Éxo 31:3, Éxo 31:6; Éxo 36:1-4; 1Re 3:7-9, 1Re 3:11, 1Re 3:12; Job 28:12-28; Pro 3:5-7; Pro 9:4-6; Jer 1:6, Jer 1:7; 2Co 2:16.
pídala a Dios. Stg 1:17; Stg 3:17; Stg 5:16; 1Cr 22:12; 2Cr 1:10; Pro 2:3-6; Isa 55:6, Isa 55:7; Jer 29:12; Jer 29:13; Dan 2:18-22; Mat 7:7-11; Luc 11:9-13; Jua 4:10; Jua 14:13; Jua 15:7; Jua 16:23, Jua 16:24; 1Jn 3:22; 1Jn 5:14, 1Jn 5:15.
el cual da … y sin reproche. Mat 11:20; Mar 16:14; Luc 15:20-22.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La sabiduría que Dios da no es necesariamente información sobre el modo de salir de las pruebas, sino más bien ideas sobre el modo de aprender de las dificultades (Pro 29:15). No es información sobre cómo evitar las pruebas, sino una nueva perspectiva sobre las tribulaciones. La sabiduría de Dios se inicia con una reverencia genuina hacia el Todopoderoso («el temor de Jehová» en Sal 111:10; Pro 9:10) y una firme confianza en que Dios controla todas las circunstancias, y las dirige para cumplir sus buenos propósitos (Rom 8:28).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
SI ALGUNO DE VOSOTROS TIENE FALTA DE SABIDURÍA. La sabiduría es la capacidad espiritual para considerar y evaluar la vida y la conducta desde el punto de vista de Dios (véase Pro 1:2, nota). Comprende el tomar decisiones correctas y el hacer lo debido de acuerdo con la voluntad de Dios revelada en su Palabra y con la dirección del Espíritu (Rom 8:4-17). Se puede recibir sabiduría al acercarse a Dios y pedirla con fe (vv. Stg 1:6-8; cf. Pro 2:6; 1Co 1:30).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
sabiduría. Los oyentes judíos de Santiago reconocieron esto como una referencia al entendimiento y las habilidades prácticas que se requieren para vivir de una manera que glorifique a Dios. No era sabiduría o especulación filosófica, sino la sabiduría contenida en los absolutos puros y pacíficos de la voluntad de Dios que están revelados en su Palabra (cp. Stg 3:13; Stg 3:17) y que deben vivirse en la práctica. Solo esa clase de sabiduría divina capacita a los creyentes para mantenerse gozosos y sumisos en las pruebas de la vida. pídala a Dios. Este mandato es una parte necesaria de la vida de oración del creyente (cp. Job 28:12-23; Pro 3:5-7; 1Ts 5:17). Por medio de las pruebas, Dios se propone que los creyentes dependan más de Él como resultado de haberles mostrado su propia insuficiencia. Al igual que todas sus riquezas (Efe 1:7; Efe 2:7; Efe 3:8; Flp 4:19), Dios tiene sabiduría en abundancia (Rom 11:33), disponible para todos los que la busquen con sinceridad. Vea las notas sobre Pro 2:1-8.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
1:5 — «Y si alguno… sabiduría». Si al cristiano perseguido le falta la sabiduría de hacer buen uso de las aflicciones, que la pida a Dios, porque él es quien da, a todos los que le piden, y lo hace con singularidad de propósito, en lugar de reprochar por habérselo pedido.
La palabra «sabiduría» traduce el vocablo griego, sophia, que quiere decir el conocimiento verdadero aplicado de manera práctica. Aquí en este versículo se refiere a la sabiduría necesaria para lograr el fin mencionado en el versículo 4. El cristiano no debe tener falta alguna, pero si le falta sabiduría, que se la pida a Dios.
El libro de Job y el Sal 73:1-28 tratan el problema de sufrimiento, y dan la solución. En esos pasajes hay sabiduría de Dios.
–«pídala a Dios». Compárese 4:2-3. Dios es la fuente de la sabiduría. Véanse Jer 29:12-13, Mat 7:7-8; Mat 21:22, 1Jn 3:22; 1Jn 5:14.
–«el cual da a todos» los que le piden, y no aparte de pedir. El hecho de importunar a Dios demuestra que la fe es genuina (Luc 18:1-7). Dios ayuda a sus hijos en sus necesidades (1Co 10:13, Heb 4:15-16).
–«abundantemente». Otras versiones dicen, liberalmente, con largueza, sin limitación, generosamente. Es difícil traducir la palabra griega con una sola. Significa sencillo, sincero, simplicidad, singularidad (de propósito). Por ejemplo en Mat 6:22 dice la Versión Hispanoamericana «ojo sencillo», y dice la Versión Valera, Revisión de 1960, en Col 3:22, «corazón sencillo». La idea aquí parece ser que Dios da con sencillez de propósito, no esperando que nada se le devuelva como recompensa.
–«y sin reproche». Otras versiones dicen «no zahiere» y «sin reconvenir». Esto se revela para animar al cristiano a pedir a Dios. Dios no se cansa de oír las peticiones de sus hijos. El que le pide no se siente avergonzado por Dios, debido a su falta (de sabiduría).
Dios no cambia la mente del cristiano, agregándole sesos, pero sí obra por su providencia, ayudándole a usar sus facultades en la adquisición de conocimiento por su palabra (1:21). La sabiduría no cae del cielo en paquete. Dios ilumina por su Palabra.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LO QUE LA PERSONA PIDE Y DIOS DA
Santiago 1: 5-8
Si cualquiera de vosotros saca insuficiente en sabiduría, que se la pida a Dios -Que da generosamente a todo el. mundo sin humillar a nadie-, y se le dará. Que la pida con fe, sin albergar dudas en su mente; porque el que se debate entre dudas es como el oleaje del mar, impulsado por el viento de acá para allá. Que no se crea esa persona que va a recibir nada del Señor, una persona de mentalidad dividida, inconstante en todo lo que emprende.
Hay una íntima relación entre este pasaje y el anterior. Santiago acaba de decirles a sus lectores que, si usan todas las experiencias que son pruebas en la vida de una manera debida, saldrán de ellas con la constancia a toda prueba que es la base de todas las virtudes. Pero; inmediatamente, surge la pregunta: «¿Dónde puedo. yo encontrar la sabiduría y la inteligencia que necesito para usar estas experiencias probatorias de la manera debida?» La respuesta de Santiago es: «Si uno se da cuenta de que no tiene la sabiduría necesaria para usar debidamente las experiencias de la vida -y no hay nadie que la posea por sí mismo-, que se la pida a Dios.»
Hay algo que sobresale aquí. Para Santiago, el maestro cristiano con un trasfondo judío, la sabiduría es una cosa práctica. No es la especulación filosófica o el conocimiento intelectual; su esfera son las cosas de la vida. Los .estoicos definían la sabiduría como «el conocimiento de lo humano ,y lo divino.» Pero Ropes define esta sabiduría cristiana como «la cualidad suprema y divina del alma. que le permite a la persona conocer y practicar la integridad.» Hort la define como «ese talento del corazón y de la mente que se necesita para vivir como Dios manda.» En la sabiduría cristiana hay, desde luego, un conocimiento de las cosas profundas de Dios; pero es esencialmente práctico. Es un conocimiento tal que pasa a la acción en las decisiones y relaciones personales de la vida cotidiana. Cuando una persona Le pide a Dios esta sabiduría, debe tener presentes dos cosas.
(i) Debe recordar cómo da Dios: da generosamente y sin humillar a nadie. «Toda sabiduría -decía Jesús ben Siráviene del Señor y está con Él para siempre» (Eclesiástico PI). Pero los sabios judíos se daban perfecta cuenta de que el mejor regalo del mundo se puede echar a perder por la forma de darlo. Tenían mucho que decir acerca de la manera de dar que tienen los tontos. «Hijo mío, no estropees tus buenas obras, ni uses palabras impertinentes cuando das algo… Fíjate: ¿No es una palabra mejor que un regalo? Pero las dos cosas se encuentran en un hombre generoso. Un idiota reprende groseramente, y el regalo del envidioso consume los ojos» (=«produce lágrimas») (Eclesiástico 18:15-18; cp. 20:14s). El mismo escritor advierte contra «las reprimendas ante los amigos» (Eclesiástico 41:22). Hay una clase de dar que se practica con la intención de obtener más de lo que se da. El que no da nada más que para satisfacer su propia vanidad y su complejo de superioridad, colocando al que recibe bajo una obligación que no podrá olvidar jamás; el que da, y luego no deja de echar en cara lo que ha dado.
Pero Dios da con generosidad. Filemón, el poeta griego, llamaba a Dios «el Que arpa los regalos,» no en el sentido de que Le guste recibir regalos,, sino de que Le encanta darlos. Y Dios no echa luego en cara nada de lo que da. Da con todo el esplendor de Su amor, porque Le es absolutamente natural el dar.
(ii) Debe recordar cómo debe pedir el necesitado: Debe pedir sin dudas. Debe estar seguro, tanto de que Dios puede, como de que tiene voluntad de dar. Si lo pide con dudas, su mente está como el oleaje, a merced del viento que lo impulsa de un lado para otro. Mayor dice, que es como un corcho arrastrado por las olas, ahora cerca de la playa, luego cada vez más lejos. Tal persona es inestable en todas sus actuaciones. Hort sugiere que se trata de la imagen de uno que va borracho, dando traspiés de un lado a otro de la calle y sin que se pueda saber adónde va. Santiago dice claramente que tal .persona es dípsyjos, que quiere decir literalmente que tiene dos almas, o dos mentes, en su. interior: una cree,. y la otra no cree; y es corro una guerra civil en persona; porque la confianza y la desconfianza en Dios están librando una batalla continua la una contra la otra.
Si vamos a usar las experiencias de la vida como es debido para obtener un carácter íntegro, tenemos que pedirle a Dios sabiduría. Y cuando Se la pidamos, debemos tener presente la generosidad absoluta que Le caracteriza, y estar seguros de que pedimos creyendo que vamos a recibir lo que Dios sabe que es bueno y conveniente que tengamos.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Stg 3:13; Pro 2:3-6.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— con largueza: También podría traducirse: de buen grado.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Oración. Pero ¿qué se supone que debe hacer una persona si no es perfecta y cabal? ¿Qué ocurre si uno teme fallar en la prueba? La respuesta de Pablo hubiera sido que deben vivir, o ser guiados, por el Espíritu (p. ej. Gál. 5:16-18, 25). La respuesta de Santiago es que deben pedir sabiduría a Dios, porque la sabiduría divina es el poder que él cree que contrarresta el mal en la vida humana. Tal oración no será inútil, pues Dios es un dador generoso. Tampoco está limitada su generosidad por algún espíritu crítico que exclame: “¿Qué? ¡Tú otra vez!, ¿qué has hecho con lo que te di la vez pasada?” Lejos de tener una actitud de ese tipo, Dios simplemente da a todos los que piden de él, vez tras vez.
Pero hay un requisito si hemos de recibir la sabiduría: el pedido debe fluir de la fe en Dios, o más bien de un compromiso con él. La “duda” sobre la cual advierte Santiago no es la de la persona que se pregunta si Dios contestará un pedido en particular, o la de un dudoso introspectivo luchando con la fe. Al contrario, es la de una persona de doble ánimo (DHH, “que hoy piensa una cosa y mañana otra”), frase que tiene un estrecho equivalente en los Sal. (Sal. 12:1, 2) y que es lo opuesto de confiar en Dios desde lo profundo del propio corazón (Deut. 6:5; 8:3). En otras palabras, este tipo de persona que du da es el de quien no se ha comprometido plenamente con Dios, sino que juega a estar seguro por medio de la oración. Su verdadero interés está en su progreso en este mundo, pero también quiere disfru tar de algunas bendiciones de Dios ahora e ir al cielo cuando muera. Santiago dice que tal persona no alcanzará la sabiduría. De hecho, no recibirá nada en absoluto de parte de Dios.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
i 8 Pro 2:3
j 9 1Re 3:9; Mar 11:24; 1Jn 3:22
k 10 Mat 7:11
l 11 Pro 2:6; Jua 15:7; 1Jn 5:14
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
sabiduría. Aquí la sabiduría se relaciona directamente con Dios , como en Pr 1:7. La sabiduría no sólo incluye el conocimiento que viene de Dios, sino también la habilidad de ponerla en práctica (Pr 1:2– 4; 2:10– 15; 4:5– 9; 9:10– 12).
Fuente: La Biblia de las Américas
5 (1) Dios en Cristo concibió Su plan eterno y lo llevó a cabo por Su sabiduría ( 1Co_2:7 ; Efe_3:9-11 ; Pro_8:12 , Pro_8:22-31). Y en Su economía neotestamentaria Dios hizo que Cristo fuera primeramente nuestra sabiduría ( 1Co_1:24 , 1Co_1:30). Se necesita la sabiduría de Dios para la perfección cristiana práctica. Por tanto, necesitamos pedirle a Dios sabiduría.
A la luz del contenido de esta epístola, parece que Jacobo no tenía una visión clara con respecto a la economía neotestamentaria de Dios. Sin embargo, sí tenía sabiduría para presentar los asuntos relacionados con la vida cristiana práctica.
5 (2) Jacobo era considerado un hombre de oración. Aquí exhorta a los destinatarios de su epístola a orar pidiendo sabiduría, lo cual da a entender que Dios le dio sabiduría mediante la oración. En esta epístola da énfasis a la oración (5:14-18). La oración es una virtud de la perfección cristiana práctica.
5 (3) O, con simplicidad, generosamente, sin reserva ( Rom_12:8 ; 2Co_8:2) .
5 (4) Un hombre tacaño no daría nada; si diera algo, lo daría con reproche, con palabras hirientes. Dios, quien da a todos con liberalidad, no actúa así.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
R1023 El verbo imperativo αἰτείτω se usa como la apódosis de una condición y expresa la prótasis implícita de otra conclusión: pida a Dios.
M41 Λείπεται significa: carecer de.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Lit., no reprochando
Fuente: La Biblia de las Américas
Lit. no reprochando.