Comentario de Santiago 2:12 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Así hablad y así actuad, como quienes están a punto de ser juzgados por la ley de la libertad.
2:12 — «Así hablad, y así haced». El texto griego emplea imperativos en el tiempo presente que tiene la fuerza de acción continua; es decir, estad siempre hablando, y estad siempre haciendo. Se trata de acción habitual. — «como los que habéis de ser juzgados». La palabra «juzgar» en este pasaje no quiere decir «condenar» (como en otros muchos, por ej 4:11), sino aparecer en la presencia de un juez, para ser o aprobado o condenado, según el caso. Véanse Rom 2:16; Rom 14:12; 2Co 5:10. El hablar (Mat 12:36-37) y el hacer (2Co 5:10) representan el total de las actividades de uno en esta vida.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
así hablad. Flp 4:8; Col 3:17; 2Pe 1:4-8.
la ley de la libertad. Stg 2:8; Stg 1:25.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Los creyentes serán juzgados por la ley de la libertad, la cual es la ley del amor (Stg 1:25). Los creyentes que no practican la parcialidad, sino practican el amor (vv. Stg 2:5, Stg 2:8) y la misericordia, triunfarán en el juicio. Aquellos que no han mostrado misericordia no recibirán misericordia.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
ASÍ HABLAD, Y ASÍ HACED. Los creyentes deben hablar y obrar con la perspectiva de quienes serán juzgados por Dios y por «la ley de la libertad», es decir, la ley y el amor que Dios derrama en el corazón de ellos por medio de su Espíritu. Dios condenará toda muestra de favoritismo, porque quebranta la ley del amor (véanse v. Stg 2:1, nota, y el ARTÍCULO EL JUICIO DE LOS CREYENTES, P. 1650. [2Co 5:10]).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
juzgados. Cp. Rom 2:6-16. la ley de la libertad. Vea la nota sobre Stg 1:25.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
2:12 — «Así hablad, y así haced». El texto griego emplea imperativos en el tiempo presente que tiene la fuerza de acción continua; es decir, estad siempre hablando, y estad siempre haciendo. Se trata de acción habitual.
–«como los que habéis de ser juzgados». La palabra «juzgar» en este pasaje no quiere decir «condenar» (como en otros muchos, por ej 4:11), sino aparecer en la presencia de un juez, para ser o aprobado o condenado, según el caso. Véanse Rom 2:16; Rom 14:12; 2Co 5:10. El hablar (Mat 12:36-37) y el hacer (2Co 5:10) representan el total de las actividades de uno en esta vida.
–«por la ley de la libertad». Esta ley se llama la palabra de verdad (1:18), la palabra implantada (1:21), y la perfecta ley (1:25). Se llama «de la libertad» porque nos libra de la condenación eterna (Rom 8:1-2; Gál 5:1; Gál 5:13-14). Pedro dice que es la palabra que ha sido anunciada por el evangelio (1Pe 1:25).
Santiago enseña a sus lectores que la ley de Moisés, a la cual algunos apelaban (Lev 19:18) pero a ella la transgredían en otros puntos, no va a ser la base del juicio final (Hch 15:10), sino la ley perfecta de Cristo, la cual ha hecho provisiones para el perdón de los pecados. Dios es amor; nos ha amado en Jesucristo y su evangelio. Los cristianos, pues, deberíamos amar al pobre, y no hacer acepción de personas, según las instrucciones de esta preciosa ley de la libertad, la cual será la base de nuestro juicio final. Véase Jua 12:48. En lugar de vivir habitualmente en pecados que alguno juzgue no muy graves, el cristiano procura dejar el pecado, sabiendo que será juzgado por una ley que liberta al pecador que se arrepiente y procura servir a Cristo en plena obediencia. Las promesas de Dios son para los que le aman (1:12). Pero amarle significa guardar sus mandamientos (Jua 14:15).
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA LEY DE LA LIBERTAD Y DE LA MISERICORDIA
Santiago 2:12-13
Hablad y obrad como los que habéis de ser juzgados bajo la ley de la libertad. Porque el que obra sin misericordia se enfrentará con un juicio sin misericordia. La misericordia triunfa sobre el juicio.
Al llegar al final de esta sección, Santiago les recuerda a sus lectores dos grandes Hechos de la vida cristiana.
(i) El cristiano vive bajo la ley de la libertad, y es de acuerdo con ella como se le juzgará. Lo que quiere decir es lo siguiente. Al contrario que los fariseos y los judíos ortodoxos, el cristiano no es una persona cuya vida se rija por las presiones exteriores de toda una serie de reglas y de normas que se le imponen desde fuera, sino por la obligación interior del amor. Sigue el buen camino, que es el del amor a Dios y a sus semejantes, no porque se lo imponga ninguna ley externa o porque le aterre la amenaza de los castigos, sino porque el amor de Cristo que tiene en el corazón le hace desearlo.
(ii) El cristiano debe tener siempre presente que sólo el que tiene misericordia encontrará misericordia. Este es un principio de se encuentra en toda la Sagrada Escritura. Ben Sirá escribía: «Perdónale a tu prójimo el perjuicio que te ha causado, para que también a ti se te perdonen tus pecados. Una persona le tiene odio a otra; ¿y busca el perdón de Dios? No tiene misericordia de uno que es como él, ¿y pide perdón por sus propios pecados?» (Eclesiástico 28:2-5). Jesús decía: «Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia» (Mt 5:7 ). «Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no les perdonáis sus ofensas a vuestros semejantes, tampoco vuestro Padre os perdonará las vuestras «(Mt 6:14 s). «No juzguéis, y no se os someterá a juicio; porque el juicio que se os aplicará será el que hayáis pronunciado vosotros» (Mt 7:1 s). Y también nos cuenta Jesús la sentencia condenatoria que le cayó al siervo que se negó a perdonar a su consiervo, aunque su Amo le había perdonado a él una deuda mucho mayor; y termina la parábola diciendo: «Eso es lo que os hará vuestro Padre celestial a cada uno de vosotros si no perdonáis de corazón a vuestro hermano» (Mt 18:22-35 ).
La enseñanza de la Escritura es unánime en el sentido de que, el que quiera que se tenga misericordia de él, deberá tenerla de sus semejantes. Y Santiago llega aún más lejos: porque acaba diciendo que la misericordia triunfa en el juicio; con lo que quiere decir que el Día del Juicio, el que haya tenido misericordia verá que su misericordia ha llegado hasta a borrar sus propios pecados.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Stg 1:25.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Llamado final. Por lo tanto, uno debiera hablar y actuar como una persona que va a ser juzgada por la ley de la libertad. Toda la conducta de una persona está incluida en su actuar y hablar. No hay as pecto de la vida que escape al juicio. La norma será la ley del reino, que es el AT interpretado por Jesús y la propia enseñanza de éste. (En este tiempo de Santiago el NT aún no había sido es crito.) Esta no es una norma pesada, sino una ley que nos libera para servir a Dios. Sin embargo, en su enseñanza Jesús deja en claro que la libertad no es la licencia para hacer lo que se nos ocurra. Todos estaremos de pie delante de él y responderemos por nuestra obediencia o falta de ella (Mat. 7:15-23; Luc. 6:43-45).
La sección se cierra con dos proverbios que sirven de puente para la siguiente y quizá provienen del mismo Jesús: Habrá juicio sin misericordia contra aquel que no hace misericordia y ¡La misericordia se gloría triunfante sobre el juicio! El AT enseña claramente que Dios es un Dios de misericordia (Deut. 4:31) y que él manda a su pueblo que actúe de la misma manera (Miq. 6:8; Zac. 7:9). Jesús dijo: “Bienaventurados los misericordiosos porque ellos recibirán misericordia” (Mat. 5:7). También dijo: “Con el juicio con que juzguéis seréis juzgados, y con la medida con que medís se os medirá” (Mat. 7:2). Por lo tanto, al no ser justos con los pobres estaban amontonando un juicio estricto sobre sí mismos. No estaban mostrando misericordia en la esfera terrenal y por lo tanto no recibirán misericordia en la celestial. Jesús también señaló que la misericordia triunfa sobre el juicio (Mat. 6:14, 15; 18:21-35). Al mostrar misericordia a otros ahora (lo que significa exhibir el carácter de Dios) ellos descubrirán que su propio juicio ha si do reducido. Su causa no es desesperada, ni hay necesidad alguna de incrementar el propio juicio.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
NOTAS
(1) O: “ley que pertenece a la libertad”.
REFERENCIAS CRUZADAS
v 82 Stg 1:25
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
juzgados. Santiago escribe a creyentes; por tanto, no se refiere aquí al juicio para condenación eterna. La medida de este juicio esta basada en la ley de la libertad y no en el sistema legalista de los escribas y fariseos.
la ley de libertad. Véase vers. 1:25.
Fuente: La Biblia de las Américas
12 (1) Así se refiere a lo que sigue, no a lo anterior.
12 (2) La ley de la libertad aquí y en 1:25 se refiere a la misma ley, la ley de la vida. Los vs.8-1 1 y 4:11 hablan de guardar la ley de la letra. Este versículo indica que los creyentes son juzgados por la ley de la vida. Los creyentes deben hablar y actuar conforme a la ley de la vida, la cual supera la ley de la letra. Ellos deben vivir conforme a la ley de la vida. Este tipo de vida supera la observancia de la ley de la letra. Los incrédulos serán juzgados por la ley de la letra, que es la ley de Moisés, en el gran trono blanco ( Rev_20:11-15); los creyentes serán juzgados por la ley de la vida, la ley de la libertad, que es la ley de Cristo, en Su tribunal ( 2Co_5:10),
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
ley de libertad… Esto es, la ley del amor → Jua 13:34.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Ley de libertad (la ley del amor) g Jua 13:34.