Porque tal como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
2:26 — Véase el versículo 17. La conclusión de este versículo es la misma hecha en el versículo 24. — «Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto». El cuerpo, desprovisto de su espíritu, no aprovecha nada; retorna al polvo del cual fue tomado (Gén 2:7; Ecl 12:7); ya está muerto. Su espíritu no mora más en el cuerpo, sino en la morada de los espíritus sin cuerpo, o sea en el Seol (hebreo) o Hades (griego).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
como el cuerpo sin espíritu. Job 34:14, Job 34:15; Sal 104:29; Sal 146:4; Ecl 12:7; Isa 2:22; Luc 23:46; Hch 7:59, Hch 7:60.
así también la fe. Stg 2:14, Stg 2:17, Stg 2:20.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
el cuerpo (Gr. sóma) representa la fe (Gr. pistis). La respiración (obras) demuestra que el cuerpo está vivo. Las obras demuestran que la fe está viva.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
2:26 – Véase el versículo 17. La conclusión de este versículo es la misma hecha en el versículo 24.
–«Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto». El cuerpo, desprovisto de su espíritu, no aprovecha nada; retorna al polvo del cual fue tomado (Gén 2:7; Ecl 12:7); ya está muerto. Su espíritu no mora más en el cuerpo, sino en la morada de los espíritus sin cuerpo, o sea en el Seol (hebreo) o Hades (griego).
–«así también… está muerta». Aquí la palabra «muerta» se usa en el sentido de inútil o estéril (versículo 20, algunas versiones). La fe «muerta» (que yo no tiene obras) no aprovecha nada (versículo 14).
El inconverso debe preguntar, «¿Que debo hacer para ser salvo?» (Hch 16:30). El evangelio le dice qué hacer (16:31-33; Mar 16:15-16). Si cree y es bautizado, Dios le justifica, salvándole por la fe (Hch 16:34) que obra. Ya que es converso, siguiendo creyendo a Dios, quien le instruye por su gracia (Tit 2:11-12), su fe viva coopera con sus obras de obediencia y sus obras perfeccionan su fe. Dios sigue justificándole (perdonándole) a base de la fe obediente.
Nadie, ni inconverso ni converso, es justificado por cualesquier obras aparte de la fe en Cristo, quien murió por nosotros, y nadie es justificado, sea quien sea, cuya fe está sola, muerta y sin obras de obediencia.
Se repite, Santiago (Jacobo) y Pablo estaban de perfecto acuerdo (desde luego, pues ¡escribieron por inspiración!). Véanse Hechos 15:13-29; Gál 1:12; Gál 2:9.
Fuente: Notas Reeves-Partain
Stg 2:17; Stg 2:20.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Llamado final. El resumen de Santiago es corto y claro. La fe sin obras (o acciones) es como un cadáver, un cuerpo sin espíritu o aliento. Se convierte en algo muerto, inútil, adecuado sólo pa ra ser enterrado. Una fe de ese tipo no salvará a nadie. La verdadera fe salvadora es la que culmina en obras o actos de obediencia a Dios.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
NOTAS
(1) O: “aliento”.
REFERENCIAS CRUZADAS
p 103 Sal 146:4; Ecl 12:7
q 104 Rom 10:10; Stg 2:17
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
26 (1) El espíritu da vida al cuerpo ( Gén_2:7) ; las obras indican y expresan la vida que está en la fe.